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El proceso de formación del Instituto de Segunda Enseñanza de Artemisa en Cuba

The process of formation of the Institute of Second Teaching of Artemisa in Cuba

O processo de formação do Instituto do Segundo Ensino de Artemisa em Cuba

http://orcid.org/0000-0002-2627-5518 Liuván Nuñez Díaz
Universidad de Artemisa, Cuba

El proceso de formación del Instituto de Segunda Enseñanza de Artemisa en Cuba

Revista Brasileira de Educação do Campo, vol. 4, 2019

Universidade Federal do Tocantins

Copyright (c) 2019 Revista Brasileira de Educação do Campo

Recepción: 11 Septiembre 2018

Aprobación: 23 Noviembre 2018

Publicación: 28 Enero 2019

Resumen: En los estudios historiográficos, uno de los temas menos abordados es el relacionado con la historia de la educación, principalmente durante la República. En esta etapa el mayor vacío se sitúa en la historia de las instituciones académicas que la conformaron. En el municipio de Artemisa estas investigaciones son aún más escasas, por lo que el presente trabajo se propone explicar el proceso de formación del Instituto de Segunda Enseñanza de Artemisa. Fueron empleados métodos del nivel teórico y empírico respectivamente, tales como: histórico-lógico y el análisis documental. Se analiza las razones de la creación del Instituto de Segunda Enseñanza de Artemisa y se examinan el por qué del traslado de dicho centro a otro local, además, la zona escolar de sus alumnos.

Palabras clave: Instituto de Segunda Enseñanza de Cuba, Escuela Nueva, Educación.

Abstract: In historiographical studies, one of the least discussed topics is related to the history of education, mainly during the Republic. In this stage, the biggest gap is in the history of the academic institutions that made it up. In the municipality of Artemisa these investigations are even scarcer, so the present work aims to explain the process of formation of the Institute of Second Teaching of Artemis. Methods of the theoretical and empirical level were used respectively, such as: historical-logical and documentary analysis. The reasons for the creation of the Artemisa Second Secondary School are analyzed and the reason for the transfer of this center to another place is examined, as well as the school zone of its students.

Keywords: Cuba Secondary Education Institute, New School, Education.

Resumo: Nos estudos historiográficos, um dos temas menos discutidos está relacionado à história da educação, principalmente durante a República. Nesta etapa, a maior lacuna está na história das instituições acadêmicas que a compõem. No município de Artemisa estas investigações são ainda mais escassas. Nesse sentido, o presente trabalho visa explicar o processo de formação do Instituto do Segundo Ensino de Artemis. Métodos do nível teórico e empírico foram utilizados, respectivamente, como: análise histórico-lógica e documental. As razões para a criação da Segunda Escola Secundária de Artemisa são analisadas e a razão para a transferência deste centro para outro local é examinada, assim como a zona escolar de seus alunos.

Introducción

La educación ha jugado un papel importante en la formación del hombre en cada una de las épocas existentes. La misma nos instruye no solo de conocimientos, sino también de habilidades, hábitos, creencias y valores que nos permiten desarrollarnos para ser individuos activos de una sociedad civilizada.

La historia de la educación en Cuba es un tema abordado por la historiografía cubana antes y después del triunfo de la Revolución. La existencia de una importante literatura sobre esta materia en forma de monografías, artículos y ensayos en los que se aborda científicamente el decursar histórico, no quiere decir que está agotada. Aún, quedan campos donde su incursión ha sido superficial: ¿cómo se formaron las instituciones docentes?, ¿qué papel juegan en el desarrollo de la educación?, lo que aportan a la región, si son particulares del territorio o representativas del país, si forman parte del sistema de educación o son anexas al mismo, si contribuyeron a establecer alguna tradición educativa en la zona y el reconocimiento social que lograron en su momento histórico. Estas son interrogantes que se pueden tener en cuenta cuando se estudia un centro educativo.

En los diferentes niveles de educación, particularmente en el medio, se distinguieron los Institutos de Segunda Enseñanza (ISE). Este término se aplica estrictamente a los centros de estudio, denominación que se le daba a la enseñanza secundaria que fungía como enlace de preparación para la universidad. Hay que aclarar que durante la República, la educación se dividía en: primaria elemental (primero a sexto grado), primaria superior (séptimo y octavo) y segunda enseñanza (lo que hoy es preuniversitario, incluyendo noveno grado).

Los ISE eran instituciones educativas relevantes en cada uno de los lugares donde existieron por las actividades académicas, deportivas y artístico-literarias que realizaban con el fin de la formación general de sus estudiantes, por querer que el centro se convirtiera en el establecimiento cultural más importante de la comunidad. En el currículo establecían asignaturas elementales y prácticas o vocacionales, para estas últimas se vinculaban a otras instituciones que estaban adjuntas (Escuelas Náutica, Agricultura, Comercio, Taquigrafía) con el objetivo de contribuir al aprendizaje de estos oficios. En su plan lograron implementar las asignaturas de Historia y Geografía de Cuba. Además contribuyeron al desarrollo de las ideas patriótico-nacionalistas, estas son las razones por la cual hemos enfocado la investigación en esta dirección.

De manera general, sobre dicho nivel de enseñanza son varios los autores que han incursionado. El Dr. Alfredo Miguel Aguayo (1949) en el artículo La reforma de la Segunda Enseñanza defiende las propuestas realizadas por Enrique José Varona Pera en el plan de reformas de la segunda enseñanza.

Ramiro Guerra Sánchez (1952), en el tomo X de su libro Historia de la nación cubana, realiza un análisis del devenir histórico de la instrucción pública desde una perspectiva general, donde presenta datos estadísticos sobre las aulas, maestros, población escolar con que se contaba, técnicas educativas, las diferentes legislaciones y reglamentos escolares que se fueron aplicando en Cuba. Dedica un epígrafe al estudio de la enseñanza secundaria y especial.

Gaspar Jorge García Galló (1980) en su obra Bosquejo histórico de la educación en Cuba dirige de forma general sus estudios hacia las escuelas públicas o privadas a nivel nacional. Aborda solamente la segunda enseñanza cuando se refiere a la figura de Enrique José Varona Pera, por lo que deja vacíos historiográficos.

Fernando Portuondo del Prado (1986), en su artículo La enseñanza secundaria en los primeros cincuenta años de República, hace un análisis del Plan Varona del bachillerato y sus realidades en la práctica, de las diferentes reformas republicanas y cómo fue comportándose el proceso de enseñanza-aprendizaje de la Historia desde el nivel primario hasta los albores de la educación superior. Es de gran relevancia ya que se enmarca en la etapa a estudiar en la investigación.

José Antonio Rodríguez Ben, en La historiografía escolar en Cuba antes de 1959. Itinerarios, características e inventario de textos (Guzmán, L. 2001), realiza una caracterización de la enseñanza de la Historia desde las concepciones curriculares, metodológicas y textolográficas; además, da matices de los planes de estudio de los diferentes niveles de enseñanza desde la Colonia hasta la República.

Específicamente sobre el proceso de formación, desarrollo y consolidación del Instituto de Segunda Enseñanza artemiseño no existen resultados investigativos, por lo que se decidió enfocar la investigación, al proceso de conformación de esta institución de enseñanza de Artemisa entre 1937 y 1959, por constituir el lugar académico que servía de enlace para que se continuaran los estudias hacia la universidad con que contó el territorio. Durante el análisis de las diferentes fuentes consultadas en la investigación resaltó que hay carencia de una información coherente y sistematizada acerca de cómo se formó este plantel educativo, lo cual se convierte en limitante para explicar científicamente el proceso de formación de este centro docente en el territorio señalado.

Desarrollo

Para explicar el proceso de creación del Instituto de Segunda Enseñanza de Artemisa, se hizo necesario ahondar en la situación educacional del municipio donde se ubicó la institución para luego llegar a la institución escolar en estudio.

El actual municipio de Artemisa pertenecía a la provincia de Pinar del Río. En él se creó la Junta de Educación, por orden militar No. 226 (Pichardo, 1980) relativa a la organización de la enseñanza el 6 de diciembre de 1899.

Artemisa en 1900, las casa-escuelas sólo contaba con cuatro o cinco aulas. Ya en 1917, existían 45 aulas de las cuales siete eran de varones, ocho de hembras, un de Sloyd, un de Kindergarden. Funcionaban dos de varones y dos de hembras en Las Cañas; dos mixtas en Pijirigua; una mixta en Puerta de la Güira; en Cayajabos dos. En distintas fincas 17 escuelas, así como dos ambulantes.

El número de aulas para 1921 había aumentado en cuatro. Existían 17 urbanas, 25 rurales, dos ambulantes, un de Sloyd, un de Kindergarden, dos más rurales. En este año, se hallaban ejerciendo la educación en Artemisa 48 maestros repartidos en diferentes aulas, de estos 12 hombres y 36 mujeres, para una matrícula de 2152 alumnos, de estos 457 variaban entre negros y mulatos y 1695 eran blancos. El promedio diario de la asistencia era del 77% de los alumnos, lo que había un ausentismo de cuatrocientos noventa y cinco alumnos diarios. Funcionaban además, tres escuelas privadas nocturnas autorizadas y muchas escuelitas en distintas zonas para niños. Existían, además, varias aulas clandestinas que en cierta medida ayudaban a la educación primaria.

Entre las escuelas primarias que funcionaron en el territorio durante la República estaba el conocido Colegio de las Monjas y Colegio de las Reverendas Madres Escolapias de Artemisa -se impartían todos los grados desde el kindergarten hasta octavo y todas las asignaturas normales más Historia Sagrada y Catecismo. Durante la década del 30 funcionó otra escuela privada en la localidad de enseñanza elemental superior: la Academia F. Navarrete, incorporada al Instituto Nacional Pitman.

La localidad contó además con una Asociación de Maestros del Distrito Escolar que fue fundada entre los años 1911 y 1912; su primer presidente fue el destacado maestro Juan Bautista Quintana, según cuenta Pérez (1946).

En el territorio artemiseño, se inauguró el 21 de enero de 1927 la Escuela Primaria Superior, producto de la gestión del insigne educador e historiador Dr. Pedro García Valdés. La matricula inicial fue de 180 alumnos. La dirección del centro estuvo a cargo de Carlos Manuel Díaz, entre los profesores fundadores estaban: Manuel Hernández (Director), Felicia Reyes, Adelaida Lloréns, Dulce María Cabrera, José Varga, María Teresa Ponzoa, Donatilo Cruz, Guillermo Álvarez, entre otros.

La Escuela Primaria Superior fue primordial para el desarrollo cultural de Artemisa, dándoles oportunidad a los alumnos de poder seguir estudios después de graduarse en el sexto grado. De esa cantera de la educación, diez años más tarde, en 1937, al fundarse el Instituto de Segunda Enseñanza, pudieron presentarse a exámenes de ingreso más de trescientos alumnos.

Independientemente del aumento de aulas y escuelas durante los primeros años de la República, se puede subrayar el abandono de las escuelas, sobre todo en las áreas rurales, denuncia de retraso del pago a los maestros, además, la necesidad de abrir más aulas de enseñanza común, entre otros problemas.

Teniendo en cuenta el desarrollo histórico de la educación en Artemisa, podemos percibir que las escuelas públicas eran insuficientes para la cantidad de niños existentes en este contexto, pero el número de aulas fue aumentando al paso de los años. Aunque se puede percibir la presencia de escuelas privadas y religiosas, estas eran fundamentalmente para los sectores medios y altos de la población. Las posibilidades de continuación de estudios para los más necesitados aumentaron con la creación del Instituto, de la Escuela de Comercio y de las dos Normales lo que posibilitó que no tuvieran que trasladarse a la capital provincial o a La Habana.

La ampliación a veintiuno del número de Institutos de Segunda Enseñanza en la Isla en 1937, benefició la localidad artemiseña; la puesta en práctica de un nuevo plan educacional para sustituir al antiguo plan de estudio Varona que era el que estaba vigentes, no será cambiado hasta 1939 que se dicta un nuevo Reglamento para la segunda enseñanza, que lo sustituye por el Plan Guzmán, mediante el Decreto Presidencial No. 1911. El panorama educacional artemiseño cambió con el incremento de las escuelas públicas y privadas, tanto laicas como religiosas.

Currículum de la segunda enseñanza según el Plan Varona (1900 hasta 1939):


Tabla 1

La creación e inauguración del Instituto de Segunda Enseñanza en Artemisa, constituyó una conquista de los pobladores del municipio y los aledaños a este. Algunos documentos y entrevistas desarrolladas a historiadores de la provincia, plantean que existió mucho antes un centro escolar privado de enseñanza de bachillerato en la Villa de Artemisa, en 1890, y solo se mantuvo un año incorporado al Instituto de Segunda Enseñanza de Pinar del Río.

El Instituto de Segunda Enseñanza de Artemisa se inauguró el 10 de noviembre de 1937, se le nombró Magdalena Peñaredonda Doley. Desde su creación, fue un centro que atesoró gran prestigio dentro del sector educacional de la Regional Artemisa -dentro de la provincia de Pinar del Río abarcaba los actuales municipios de Artemisa, Guanajay, Mariel, Bahía Honda y La Palma, así como Cabañas, actualmente parte del municipio de Mariel, antes de 1959 cabecera de la actual Bahía Honda y Orozco, actualmente Consejo Popular de Bahía Honda. Tras el traspaso a la provincia de La Habana en 1970, el Regional Artemisa perdió los territorios de los actuales municipios de Bahía Honda y La Palma que quedaron en Pinar del Río, gracias a su correcta estructura interna y funcionamiento y por constituir el centro educacional de más alto nivel en la región oriental de la provincia de Pinar del Río.

Zona escolar que tributa alumnos al Instituto de Segunda Enseñanza de Artemisa

El Instituto creado en 1937, quedó instalado en los altos de la tienda comercial La Complaciente. Según el Dr. Arístides S. Valdés –en el periódico el Magazine Artemisa Nº 1 del 1 de noviembre de 1941- empezó a funcionar el 15 de octubre de 1937, bajo la dirección de la Dra. Cira Moreno Rivero, pero no se inaugura el curso escolar hasta el 29 de noviembre. Esto posibilitó a los pobladores la continuación de los estudios hasta alcanzar el título de Bachiller, constituyendo Artemisa un municipio privilegiado en ese sentido.

Es interesante tener en cuenta la zona escolar que tributa alumnos al Instituto de Segunda Enseñanza de Artemisa. La zona en que se encontraba enclavado el centro escolar en estudio, se le denominaba Regional Artemisa, no solamente iban a la institución alumnos que pertenecían en a este territorio.

Los alumnos que asistieron al plantel, procedían de Pinar del Río –Artemisa, Cabañas, Candelaria, Guanajay, Los Palacios, Mariel y San Cristóbal- y de La Habana – Alquízar, Bauta, Caimito del Guayabal, Güira de Melena y San Antonio de los Baños-. De la población, las generaciones jóvenes que cursaron estudios de Bachiller, los más lejanos en su gran mayoría no iban a buscar matrícula en el plantel artemiseño, sino, al de la capital pinareña o al de La Habana por su cercanía.

Alrededor de 28 establecimientos de enseñanza primaria, hasta el octavo grado -colegios privados y oficiales-, enviaban a sus alumnos al Instituto de Segunda Enseñanza de Artemisa.


Tabla 2

El plantel escolar del Instituto

El local asignado por el gobierno municipal de Artemisa para la instalación del Instituto de Segunda Enseñanza fue en los altos del edificio La Complaciente -bautizado con este nombre por el establecimiento comercial-, situado en la esquina de las calles Zayas y República. Aunque se encontraba en un lugar céntrico de la localidad, no estaba adaptado para el desarrollo de la enseñanza, por la división que tenía en el interior, además, por estar enclavado en la parte alta de la edificación.

Algunos políticos, docentes y alumnos comenzaron a protestar por las condiciones de hacinamiento y la imposibilidad de instalar ciertos equipos para la docencia. Esto condujo a que años más tarde, en 1942, el centro fuera trasladado a un local situado en la calle Maceo Nº 44, que poseía mejores condiciones, fundamentalmente por estar ubicado en una planta baja, pero, con grandes inconvenientes también en su distribución interior, por lo que continuaron los esfuerzos de profesores y alumnos de varias instituciones locales, a los que se sumaron otras fuerzas de la ciudad como clubes -Clubes Rotario (Artemisa y Guanajay), Clubes Gallístico y la Antorcha de Artemisa-, periódicos locales, la radio y diferentes gremios, para conseguir apoyo de las autoridades superiores para el traslado hacia otro lugar con mejores condiciones o la construcción de un edificio moderno, adecuado para el desarrollo de las actividades educativas.

Valle, M. (1967) en su trabajo Estudio de caso Área de dominancia escolar del Instituto de Segunda Enseñanza de Artemisa, afirma que en una carta fechada el 31 de marzo de 1943, enviada por el Sr. Director de Sección de Bienes del Estado del Ministro de Hacienda de Artemisa al Sr. Director General de Asuntos Provinciales y Municipales del Ministerio de Gobernación, se le comunicaba a la Alcaldía Municipal y a la Cámara, que el Ayuntamiento quería donar uno de los terrenos del Reparto La Matilde, con una extensión de dos manzanas, para que se construyera en el mismo un centro escolar y un parque infantil u otra obra de beneficio público, sufragada por el Ayuntamiento que debía hacerse cargo de su construcción. El concejal Sr. Emilio González Álamo presenta el acuerdo de la Cámara Municipal. Quedó en vigencia y aprobado por los demás concejales.

Las obras de construcción del edificio para el Instituto en los terrenos antes mencionados, situado específicamente en las calles comprendidas, entre Narciso López y Baire, frente y fondo del edificio y las calles laterales marcadas con los números Quinta y Nueve –actualmente la avenida 28 de enero (calle 40) y calle 41-, comienza en el año 1951.

La edificación de este nuevo plantel constituyó una ventaja para los alumnos, y fundamentalmente para los progenitores que tenían ahora a sus hijos estudiando en la misma ciudad o en las cercanías de esta. La clase acomodada, deseosa de la mejor educación de sus hijos fue la primera en estar interesada en tal inversión.

En mayo de 1955 el edificio fue terminado y equipado en esa oportunidad todos sus departamentos.

El moderno edificio constaba de dos plantas, los diferentes locales o departamentos estaban distribuidos de la siguiente forma -según entrevistas a varios alumnos de algunos cursos desarrollados en el Instituto-: en la planta baja Dirección con cuarto auxiliar y servicio. Locales para la secretaría, archivo y dos servicios. Cinco aulas, con capacidad para 45 alumnos, Biblioteca de la Cátedra de Español. Dos locales para los alumnos (hembras y varones) para Educación Física, con 150 taquillas. Patio central, 13,97 X 27,95 m2, en forma de anfiteatro, con declive, y plataforma de concreto, como escenario. Local de Educación Física (Cátedra), laboratorio de Psicología, privado de Inglés (Cátedra), privado de Cátedra de Matemáticas, Departamento de Asociación de Alumnos y vestíbulo. Dos pasillos laterales, pasillo central. En la planta alta Tres aulas, gabinete de Física, laboratorio de Química, Museo de Historia Natural, de Geografía e Historia, laboratorio de Ciencias Naturales, Biblioteca Central, salón de profesores, dos cuartos de utensilios de limpieza, dos pasillos laterales y central, vestíbulo superior y terraza.

Los alumnos entrevistados, cuentan además, que contaba con terrenos para el campo de deporte y pista. Cercado con cerca de alambre, a una altura de 1.86 m, con una puerta que comunicaba con el patio central del centro y otra a la calle.

La apertura del nuevo plantel, por ser un anhelo acariciado por la población por varios lustros, tuvo grata consumación y constituyó un verdadero acontecimiento social para los ciudadanos de la localidad artemiseña y los municipios adyacentes, según lo expresado por profesores y alumnos. Algunos artículos de la prensa local consultada – del municipio de Artemisa: Libertad, Villa Roja, Magazine Artemisa, de Guanajay: La Chispa, nos dan constancia del avance en la enseñanza lograda por las ventajas ofrecidas por el edificio de arquitectura funcional. Se puede señalar la presencia de aulas espaciosas, laboratorios para las clases prácticas – en los planteles anteriores no existían porque no había locales para estos, la utilización de métodos que permitiesen la construcción y reconstrucción de los saberes por el alumno, por lo que fomentaban la actividad independiente. Recurrir al juego, a las investigaciones, al trabajo en grupo o en equipos, a la organización de excursiones y de trabajos prácticos extraclases.

Hay que destacar que la mayor parte del mobiliario del nuevo local del Instituto fue de recién construcción, así como vitrinas y pizarra. Luz eléctrica bien distribuida y moderna en los departamentos.

El 11 de junio del 1955, tuvo lugar la inauguración oficial del nuevo local para el Instituto, siendo el curso académico 1955-1956, el primero que se ofrece en sus nuevas aulas. En la mañana de ese día se efectuó un desfile con presencia del claustro de profesores, alumnos y autoridades escolares, civiles y militares, desde el antiguo edificio hasta el nuevo, donde se cortó la cinta colocada en la entrada como símbolo. Luego se pronuncian los discursos protocolares, al concluir, fue develado el retrato de la profesora fallecida y ex-directora Dra. Alicia López Martínez.

En horas de la noche del mismo día, se organizó un acto artístico, en el anfiteatro del centro, donde se iba a montar tres bloques, el primero, canto y ofrenda a su pasado histórico, el segundo, Historia del Cafetal de Souchay y por último, declamación de los versos del poeta Miguel Cabrera Paz, Día de San Marcos. La lluvia no permitió que se desarrollara la escenificación del grupo artístico de La Habana: Conjunto Madrigal, dirigido por la Dra. Hilda Ruiz Castañeda.

Durante todo el movimiento del Instituto de Segunda Enseñanza de Artemisa hacia otros locales se debe destacar, que, al fundarse, estaba en vigencia aún el plan de estudio conocido como el Plan Varona y en los Institutos de capitales de provincias se cursaba un curso preparatorio antes del año de 1927, en que se establecieron las Escuelas Primarias Superiores, en los principales municipios de la Isla. Estos centros escolares fueron una especie de puente entre la primera enseñanza y la enseñanza secundaria. En el Instituto artemiseño, como en los demás creados en el año 1937, no se impartió el curso preparatorio.

En el Instituto objeto de estudio estuvo en vigor la entrada de alumnos siguiendo lo estatuido en el Plan Varona hasta el año 1938, estos cursaron hasta el curso escolar 1942-1943 en que se graduaron.

La materialización de los nuevos planes de estudio – primero el Plan Guzmán y después Plan Remos – trajo ciertas innovaciones en la enseñanza, como el caso de nuevos laboratorios para el proceso de enseñanza-aprendizaje de la Biología con métodos de observación y experimentación, y las prácticas de anatomía. Se intensificaron los estudios de Química y Física, tanto en lo teórico como en lo práctico, dando lugar a modificaciones en los laboratorios y gabinetes de estas dos últimas disciplinas.

Hubo una intensificación del uso de seminarios de lectura comentadas, para poder darle cumplimiento a los programas oficiales, como en los casos de materias como Introducción a la Filosofía y Español - quinto curso -, cuyas enseñanzas así lo requerían. En el caso del Instituto de Segunda Enseñanza de Artemisa, la Cátedra de Español fomentó una biblioteca especializada en varias materias.

Estructura interna – capital humano – del Instituto de Segunda Enseñanza de Artemisa

En el Reglamento de los Institutos de Segunda Enseñanza de la República de Cuba, quedan establecidas las funciones administrativas y docentes de todo el capital humano con que cuentan dichas instituciones educativas.

Según el documento, la mayor responsabilidad descansa en el director. Profesores y directivos entrevistados plantean que esta misión era difícil y delicada. Durante el funcionamiento del Instituto de Segunda Enseñanza de Artemisa varios hombres y mujeres ocuparon la dirección del plantel.


Tabla 3

Como se menciona anteriormente, la primera directora de la institución fue la Dra. Cira Moreno Rivero –para este cargo se exigía la condición de Profesor Titular- y su secretario el Sr. Guillermo Álvarez Riesgo, quien tomará la dirección a partir de 1939 al producirse la renuncia Moreno.

En algunos años la designación de la dirección del centro estuvo propuesta por el claustro de profesores del Instituto y el Ministro de Educación lo aprobaba, en otros, este último lo designó libremente. El período en el cargo oscilaba entre dos y tres años.

La designación de la secretaría docente por tratarse de un cargo de confianza del Director lo escogía por su voluntad propia. Entre sus tareas se encontraban brindar apoyo administrativo al director y otros miembros del personal; expedir certificaciones, notas, cartas y cualquier otra comunicación que requiera el personal docente, de apoyo y los alumnos; tramitación de expedientes, de documentos; chequear y darle seguimiento a la asistencia de los empleados; llevar el control de las estadísticas del centro, de la matrícula, además, otras tareas afines y complementarias.

Durante la historia del Instituto de Artemisa han ocupado el cargo de secretario algunos profesores como Sr. Guillermo Álvarez Riesgo, Sr. Manuel González Fernández, Dr. Carlos Alonzo Ramírez, Dra. Delia Martínez Rodríguez, entre otros.

El personal administrativo y subalterno desarrollaba otras actividades de importancia en el desenvolvimiento de la vida académica, de ellos depende también el adecuado funcionamiento del plantel. Entre estos empleados se pueden mencionar en el personal administrativo al Sr. Sotero Cardería Suárez (Jefe de Oficina); Sra. Ángela de Sanctis Olivera y Sra. Virginia Ruiz Martínez (Mecanógrafa y archivera); Sra. Julia Remón Galán (Encargada del material); entre el personal subalterno se puede subrayar a Sr. Luis Rivero Macho (Bedel Mayor); Sr. Leonel Guerra Bencomo, Sr. Emilio Hernández Piedra, Sr. Carlos Hernández Molina, Sr. Romelio Chirino García y Sr. Mario Díaz González (Bedeles).

Entre los problemas que enfrentaban los profesores durante la República, podemos encontrar: mala remuneración en los sueldos; oscilación en los cargos, en ciertos períodos de la vida del país; dificultad en el ejercicio de la tarea educativa, por diversas causas, problemas políticos –nacionales e internacionales-, huelgas estudiantiles, edificios inadecuados para la práctica de la enseñanza.

El Instituto de Segunda Enseñanza de Artemisa vivió desde su fundación varias huelgas, protestas y actos de calle. Fueron hechos que no se pueden catalogar como particularidades del centro, sino como reflejos de la situación nacional. Los alumnos de la institución artemiseña tenían demandas y peticiones constantes que hacerle al claustro de profesores y a los gobiernos, tanto local, provincial o nacional. Por ejemplo, demandas dirigidas al Dr. Cleto A. Guzmán Martínez, Secretario de Educación en Cuba (1939 a 1940) entre las que estaban la creación de aulas o un edificio apropiado, la redacción de un Reglamento interno de acuerdo con las características del Instituto. En febrero de 1940 se efectúa una huelga en el plantel por la falta de catedráticos, el estudiantado decidió tomar los locales del Instituto, con el fin de que no fueran reanudadas las clases hasta que la Secretaría de Educación concediera las peticiones.

En el país, el personal docente de los Institutos, estaban agrupados por cátedras y fue creciendo en número medida que se incrementaron las asignaturas por los cambios de planes de estudio en los bachilleratos. El de Artemisa, estaba organizado por cátedras: “A” Español; “B” Matemáticas; “C” Geografía e Historia; “D” Física y Química; “E” Ciencias Naturales; “F” Ciencias Sociales y Filosóficas; “G” Idioma Inglés; “H” Idioma Francés; “I” Educación Física.

Al crearse el Instituto de Segunda Enseñanza de Artemisa en 1937, se designan como profesores para el primer curso escolar a los Dres. Cira Moreno Rivero, Gloria López Martínez, Patria León Esquivel, Ofelia Peñarredonda Peñarredonda, Mercedes Sardiñas Hernández, Francisco Álvarez Rivero, entre otros. A estos docentes, se ordenó de inmediato la organización del centro. No fue una tarea fácil por ser un nuevo establecimiento de enseñanza de este tipo en la zona.

Para 1941, el claustro de profesores estaba integrado por Guillermo Álvarez Riego (Director) y Mercedes Sardiñas Hernández, Ingles; Santiago Fernández Salazar, Geografía; Patria León Esquivel, Historia; Ofelia Peñarredonda Peñarredonda, Enseñanza Cívica; Cira Moreno Rivera y Carlos J. Díaz López (Secretario), Matemáticas; Amelia López Martínez, Mercedes Gómez Barroso y Estéfena Antuñas Sarrio, Español y Literatura; Dora Ortiz Cabanzón y Estela Fiel Cartaya, Física y Química; Inocente Brito Acanda, Educación Física; Heliodoro Vitier Guanche, Lógica y Nociones de Psicología y Dolores Lanza Pujada, Historia Natural.

Refiriéndose a estos profesores el Ministro de Educación de Cuba el Dr. Juan J. Remos Rubio, en 1941 afirmó que “El Profesorado … del centro han sido felicitados por el Ministro del Remo por el brillantísimo funcionamiento del Instituto ...” (Valdés, 1941, p. 4).

Aunque hay variación en el claustro del Instituto, este era estable, casi siempre se repetía la nómina del curso anterior. Los profesores que ostentaban la categoría de Doctores fueron casi siempre superiores de la media del total. Estos últimos con experiencia en la docencia implementaba las concepciones de la Escuela Nueva o Activa en el que ponían al alumno en el centro del proceso de enseñanza aprendizaje, le daban un papel más activo, que pudiese trabajar dentro del aula sus propios intereses.

La fundación del Instituto de Segunda Enseñanza de Artemisa fue provechoso para la juventud aledaña a este. Fue acogido con gran júbilo los desvelos y enseñanza de su profesorado a través de los años. Constituyó una legión de bachilleres que enorgulleció al plantel, los que comenzaron a graduarse en 1941.

Para la matrícula del primer curso escolar del Instituto artemiseño, se hace una campaña propagandista a través de los periódicos locales – La Chispa (noviembre de 1937), Villa Roja (8 de noviembre de 1937), entre otros- de los municipios en los que tributa alumnos a la institución educativa de enseñanza media, para darle cumplimiento a lo dispuesto en el Reglamento por el que se rigen los Institutos de Segunda Enseñanza en Cuba.

El documento estableció asignaturas obligatorias y vocacionales. Las primeras eran las académicas, mientras que las segundas podían ser Música, Dibujo, Taquigrafía, Mecanografía, Trabajos Manuales, Contabilidad, Agricultura Práctica, entre otras; y debían ser cursadas una por año a elección del alumno. Las vocacionales quedaron sólo en el papel en la institución artemiseña en sus primeros años, por no tener un plantel idóneo con suficientes aulas, además, careció de laboratorios para las practicas de Física, Química y las Ciencias Naturales.

En cuanto al ingreso del alumnado al centro la matricula inicial – según el examen de ingreso realizado – “18 alumnos salieron sobresaliente, 102 aprobados y 40 suspendidos”. (Valdés, 1941, p. 2). La matrícula fue variando en la medida del transcurso de los días luego de iniciado el curso escolar producto de la divulgación – muchas familias se enteraron tarde de la existencia de una institución de este tipo en la Regional Artemisa -, llegando hasta un total de 230 alumnos en primer año.

Una de las características del Instituto de Artemisa, según datos de la Valle, M (1957), es la preponderancia de varones, solamente en los cursos 1942-1943 y 1944-1945 el número de hembras superó al de los varones en la matrícula, el primero fue de 215 hembras y 173 varones, y el segundo 261 hembras y 177 varones.

Los alumnos del Instituto de Segunda Enseñanza de Artemisa estaban obligados a portar un carnet que los identificaba para tener acceso al establecimiento, así como exhibir el mismo al Tribunal correspondiente en el acto del examen como establecía el artículo 142 del Reglamento del centro. El documento de identificación plasmaba, además, un extracto del Reglamento donde se visualizaban los deberes y derechos del alumnado.

También, al igual que los profesores del Instituto, tenían derecho a un documento que les daba potestad a recibir el descuento del 20 % sobre los boletines de ida –no se tiene claro desde cuándo comenzó a funcionar-, para viajar entre cualquier localidad de la zona escolar que tributa alumnos al Instituto de Segunda Enseñanza de Artemisa donde radicaba el centro oficial en que presta sus servicios o cursa sus estudios.

Para la motivación y el reconocimiento de los alumnos, en el Instituto de Artemisa se organizaron una serie de premios especiales. Algunos de estos fueron:

Premio Pedro García Valdés. Establecido por el Sr. Manuel Pérez Galán. Se le entregaba al alumno con el mejor tema desarrollado en la asignatura de Historia de Cuba;

Premio Elena Piloña. Creado por el Dr. Basilio Bolumen, en la Cátedra de Español, al mejor trabajo literario, en el cuarto curso;

Premio Amalia López Martínez. Instituido por el Colegio Municipal de Doctores en Ciencia y en Filosofía y Letras, con carácter rotativo en las asignaturas de quinto año, en Ciencias y Letras (se analiza con profundidad más adelante);

Premio Guillermo González Aroche. Instituido por el Gobierno Provincial de Pinar del Río, al mejor expediente académico de los graduados en el Curso;

Premio José M. Valdés. Instituido por el Club Rotario de Guanajay, se le entregaba al alumno que realizara el mejor trabajo en la asignatura de Enseñanza Cívica;

Premio Logia Evolución de Artemisa; (según las fuentes consultadas, no se pudo precisar cuál era su fin ni sus estatutos)

Premio del Claustro de Profesores. Se le concedía al mejor expediente del curso - no se puso en función hasta el curso 1955-1956 -, se le otorgaba al alumno que obtuviese el mejor expediente en el año de especialización en Ciencias o Letras.

Los alumnos de los Institutos de Segunda Enseñanza se agrupaban en la Asociación de Alumnos, los cargos eran Presidente, Vicepresidente, Secretario General, entre otros, que se renovaban por año. Esta organización fue autorizada para fines que propendieran a la cultura y al mejor funcionamiento del centro. Se les concedía un local para sus reuniones en el plantel y un tanto por ciento del dinero recaudado por concepto de la matrícula del plantel.

En el Instituto de Artemisa, la Asociación de Alumnos no empieza a funcionar hasta el año 1945. En el centro desempeñó un importante papel en la vida de la institución escolar, por hacer eco de las insatisfacciones de los alumnos.

Durante la historia de esta organización en el Instituto objeto de estudio, ocuparon el cargo de Presidente alumnos como Juan R. Rivero (curso 1944-1945), René Rivera (curso 1946-1947), Armando Heras Mederos (curso 1951-1952).

Conclusiones

La segunda enseñanza en Cuba en la primera mitad del siglo XX estuvo favorecida a partir de 1937 al abrirse quince nuevos centros. A partir de este año hasta 1959 estuvo regido por diferentes planes de estudio en el que se pueden destacar por el Plan Varona y el Guzmán, ambos perseguían que los egresados luego de graduado debían tener los conocimientos generales que los convirtieron en hombres y mujeres de cultura moderna, y lo preparan para las profesiones superiores, además, que fuesen capaces de continuar trabajando con facilidad y provecho en su desarrollo intelectual.

La creación del Instituto de Segunda Enseñanza de Artemisa en 1937, fue el resultado de una acción de masas, en la que estuvieron presentes la mayoría de las clases sociales, conscientes de la importancia de esta institución educacional para la elevación del nivel científico y cultural de este pueblo; desde esta fecha, se convirtió en el centro de más alto nivel con que contó la localidad. Esta institución abrió un nuevo camino y significó un avance para la educación de enseñanza media en el territorio artemiseño y sus alrededores, ya que le daba asilo a muchos adolescentes que no podían trasladarse a hacia las ciudades de Pinar del Río y La Habana por situaciones económicas para realizar estudios de bachiller.

Referencias

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Notas de autor

liuvan@uart.edu

Información adicional

Como citar este artigo: Díaz, L. N. (2019). El proceso de formación del Instituto de Segunda Enseñanza de Artemisa en Cuba. Rev. Bras. Educ. Camp., 4 e5894. DOI: http://dx.doi.org/10.20873/uft.rbec.v4e5894

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