Resumen: La resistencia a la esclavitud racial se manifestó de diferentes maneras y por lo tanto la cimarronería se manifestó, también, de diferentes maneras. Los estudiosos de la cimarronería la han catalogado de dos maneras: petit marronage y grand marronage. Cimarronería pequeña se refiere a la práctica de un esclavo o esclava fugarse de forma temporera. Típicamente no se iban muy lejos de la plantación y volvían después de un día o dos. En general, estas fugas eran causadas por el deseo de ver a algún familiar o amistad. Los esclavistas vieron esto como una especie de absentismo y se atribuía al temperamento del esclavo, la naturaleza del trabajo a realizar o las condiciones de la misma. Este fenómeno era común en las plantaciones del “Nuevo Mundo” y por lo tanto fue visto como un efecto secundario de la esclavitud.
Palabras clave: cimarronaje, blanqueamiento, start-up.
Abstract: Resistance to racial slavery manifested itself in different ways and therefore maroonery manifested itself in different ways as well. Scholars of Marronage have classified it in two ways: petit marronage and grand marronage. Small cimarronería refers to the practice of a male or female slave temporarily eloping. They typically did not go very far from the plantation and would return after a day or two. In general, these escapes were caused by the desire to see a family member or friend. The slaveholders saw this as a kind of absenteeism and it was attributed to the slave's temperament, the nature of the work to be performed or the conditions of the same. This phenomenon was common on "New World" plantations and was therefore seen as a side effect of slavery.
Keywords: maroon, whitening, start-up.
Contra el blanqueamiento del cimarronaje
Against the whitening of cimarronaje
Recepción: 16 Enero 2019
Aprobación: 22 Abril 2019
Then it dawned upon me with a
certain suddenness that I was different from the others; or like, mayhap, in
heart and life and longing, but shut out from their world
by a vast veil. I had thereafter no desire to tear down that veil, to creep
through.
Fuente: W.E.B.
Du Bois (2017, p. 8)
La resistencia a la esclavitud racial se manifestó de diferentes maneras y por lo tanto la cimarronería se manifestó, también, de diferentes maneras. Los estudiosos de la cimarronería la han catalogado de dos maneras: petit marronage y grand marronage. Cimarronería pequeña se refiere a la práctica de un esclavo o esclava fugarse de forma temporera. Típicamente no se iban muy lejos de la plantación y volvían después de un día o dos. En general, estas fugas eran causadas por el deseo de ver a algún familiar o amistad. Los esclavistas vieron esto como una especie de absentismo y se atribuía al temperamento del esclavo, la naturaleza del trabajo a realizar o las condiciones de la misma. Este fenómeno era común en las plantaciones del “Nuevo Mundo” y por lo tanto fue visto como un efecto secundario de la esclavitud.
La resistencia a la esclavitud también se manifestó a través del sabotaje de herramientas y maquinarias, la lentitud al realizar un trabajo o realizarla de forma mediocre. Esto no se considera cimarronería en el sentido estrecho sino resistencia pasiva a la esclavización. Una especie de protesta a los castigos excesivos y malnutrición que se le conoce como “ladinismo”.
Por otro lado, había esclavos y esclavas que se fugaban sin intenciones de regresar a las plantaciones. A este fenómeno se le conoce como cimarronería grande. Se fugaban solos o solas, o en grupos pequeños. Como cimarrón Esteban Montejo andaba solo porque le gustaba “esa tranquilidad”. “Otros cimarrones andaban siempre de dos o tres. Pero eso era un peligro, porque cuando llovía, el rastro de los pies se quedaba en el fango. Así cogieron a muchos grupitos bobos” (Barnet y Montejo, 2010, p. 83). Solía pasar que estos prófugos se unían a otros en ocasiones, formando así pequeñas sociedades en el monte. A estas sociedades se les conocían como “palenques” en las colonias españolas, quilombos o mocambos en las colonias portuguesas y maroon towns en las colonias inglesas, y estaban compuestas mayormente de ex-esclavos nacidos en África, ex-esclavos de ascendencia africana nacidos en América, e indígenas y en ocasiones hasta piratas blancos.
Estas comunidades cimarronas buscaron recrear, lo más cercano posible, las sociedades de sus memorias dentro de los límites materiales de su contexto socio-histórico. La cuentista jamaiquina Jean Small define la cimarronería como la recreación de las vidas de los cimarrones dentro de los límites fácticos de su entorno. Dice: “That is what Marronage is. The Maroons had to recreate their lives; they want to make a drum, but the trees were different. A different wood. They don’t sound the same, but they make music all the same” (Marshall, 2012, p. 93).
La cimarronería consistía no tan solo en una lucha por la vida sino también en la afirmación de un mundo. He aquí la distinción fundamental entre la piratería y la cimarronería. La piratería consistía en una fuga de las entrañas del gobierno colonial en el plano político mientras que la cimarronería consistía en la afirmación de un mundo distinto al mundo Moderno (que es blanco, patriarcal, heteronormativo, burgués, eurocéntrico). Los piratas de ascendencia europea nunca rechazaron su cultura y muchos de ellos terminaron en puestos de prestigio dentro del gobierno colonial. Estos piratas — en su mayoría de la clase pobre — fueron acomodados en la economía legítima por la clase dominante en el proceso de construir una identidad basada en el color de piel. Hubo una necesidad de crear una lealtad entre clases sociales que vinculara los europeos de todas las denominaciones religiosas para poder sobrevivir las rebeliones de los indígenas y los cimarrones africanos. Según el historiador filósofo italiano Domenico Losurdo (2014), es en la búsqueda de forjar una identidad basada en la blancura, o ascendencia europea, que nace el discurso de igualdad y fraternidad de la filosofía liberal.
He propuesto que además de la cimarronería pequeña y cimarronería grande, existió y aún persiste la cimarronería analéctica que consiste no tan solo en una fuga física sino que es también una especie de fuga meta-física del mundo moderno para afirmar un mundo propio o distinto (Lebrón Ortiz, 2018). El término “analéctica” lo tomo prestado del maestro Enrique Dussel, historiador, filósofo, y teólogo argentino-mexicano y uno de los los principales exponentes de la Filosofía de la liberación.
Según el filósofo alemán Martín Heidegger (1889-1976) el ser-en-el-mundo es — nos dice Dussel — el “modo fundamental de la existencia humana. anterior a toda acción o posición humana, tales como la teoría o el cogito, por ejemplo” (2016, p. 29). Es decir, no hay un mundo externo al sujeto. Según Dussel, “Antes de conocer debemos estar ya en un mundo concreto, cotidiano. El mundo de la familia, de la comunidad, de la clase, de la cultura” (p. 30). Esto para Dussel es el mundo, “la categoría punto de partida de toda otra categoría.” En una nota al pie de la página, Dussel resume la cuestión de la siguiente manera:
El cosmos es la totalidad de lo real; el mundo es la totalidad ontológica; el universo es la totalidad del cosmos comprendido de alguna manera teóricamente en un modelo del cosmos en el mundo [...]. Así el universo griego o aymara no es el semita; y el semita no es el moderno. Hay una historia de las comprensiones del universo (p. 15).
La exterioridad es aquello que se encuentra fuera de ese mundo. Para el mundo moderno, la exterioridad se revela como lo no-blanco, el pobre, el homosexual o trans, lo no-europeo, etc. La analéctica (y el momento analéctico) es un intento de pensar al Otro desde su diferencia irreductible e inasimilable, desde la exterioridad. La cimarronería analéctica, entonces, es un estado existencial que resiste la internalización de los arquetipos euro-modernos del Otro, de la exterioridad, y por lo tanto resiste la colonialidad del ser, concepto elaborado por el filósofo puertorriqueño Nelson Maldonado-Torres (2007).
Hay estudiosos que plantean que el cimarronaje buscaba eliminar la esclavitud pero el record histórico demuestra lo contrario. De hecho, tanto buscaban los cimarrones mantenerse al margen del sistema esclavista que no es hasta los últimos años que se ha empezado a entender que existían comunidades cimarronas significativas en lo que es hoy Estados Unidos, con la publicación de textos como Slavery’s Exiles. The Story of the American Maroons (2015) de la historiadora Sylviane A. Diouf y A Desolate Place for a Defiant People (2015) del arqueólogo Daniel O. Sayers. Me parece que tampoco se puede interpretar el cimarronaje como un “volverse humano” ni una recuperación de la humanidad sino como un actuar y constituirse desde el imaginario y la humanidad propia.
Okay, everybody wanna be a
nigga, but nobody wanna be a nigga when it’s time to be a nigga.
Fuente: Earthgang ft. J.I.D.,
“Medidate”, 2017.
Existe una tendencia de querer “blanquear” todo. Para el sistema dominante, la totalidad, existe la tendencia de querer asimilar todo lo distinto y destruir lo inasimilable. Nada puede quedarse tranquilo o tranquila en su distinción u Otredad sino que el sistema dominante tiene que constituirlo según su propia lógica, su propio mundo.
Eso buscan hacerle a la cimarronería. El Startup Societies Foundation, una organización supuestamente basada en Salt Lake City, UT según su página, promueve la creación de sociedades estilo “start-up” como alternativa a los países que se encuentran en crisis debido a la “mala gobernanza”. Siguiendo una lógica neoliberal igualan la cuestión social a un modelo empresarial cuando en su página plantean lo siguiente: Just like business startups, startup societies are: small, experimental, often focused on technology, responsive to those they serve (2019). Dicen “Most governments are difficult (and slow) to change, in part due to their size. Our idea is simple: don't argue about it, build the alternative. While the term ‘startup society’ is new, the concept is not” (Why, 2019). Son estos tecnócratas liberales que creen que los problemas del planeta se resuelven con más tecnología, que Obama fue un buen presidente, que Elon Musk es un modelo a seguir, y que “all lives matter”.
El Startup Societies Foundation no es nada más que un conjunto de liberales que buscan reproducir las mismas lógicas coloniales bajo el pretexto de crear una sociedad supuestamente más justa. El 8 de julio de 2018 publicaron en su página un escrito que lleva el título Maroons: How Runaway Slaves Created Startup Societies. En unas 250 palabras, se plantea alguna información ya conocida con respecto a la esclavitud racial sin entrar en detalles. Plantea que “[…], resistance [to slavery] was fast, hard, and ever-present. A main problem for a slave escaping his masters’ clutches was: Where to? The choice was often between more amenable jurisdictions (e.g. Canada), Piracy, or a third option: a startup society.” Luego escriben otras 250 palabras sobre la Revolución Haitiana, diciendo que esa república fundada en 1804 es “one of the most monumental cases of competitive governance in the world.” Finalmente escriben unas 200 palabras sobre la fundación de Liberia, un país en el África occidental que fue creada para expulsar a los negros libertos de los Estados Unidos de ese país norteamericano. Fue una movida que múltiples presidentes de Estados Unidos habían considerado, incluyendo Abraham Lincoln.
Esta autora iguala la fundación de palenques, la fundación de la República de Haití, y la fundación de Liberia a su concepto de “start-up society” sin tomar en cuenta la cuestión racial ni la cuestión cultural. Es un whitewashing de tres fenómenos históricos con el fin de promover su agenda política y económica — menos intervención del estado y más capitalismo desenfrenado.
Tienen el ojo puesto sobre Puerto Rico con los colmillos afilados (Puerto Rico, 2018). Al parecer tienen un equipo de historiadores de altura ya que plantean en su página que en Puerto Rico existió el “Quillombo (sic) San Dugal”. Sin embargo, nuestros historiadores han planteado que no existe evidencia que en Puerto Rico se hayan establecido palenques como en Cuba, Jamaica, u otros territorios. Esto lo hacen, a mi juicio, para establecer un precedente de sociedades “start-up” en Puerto Rico para hacer su cuento más convincente para facilitarles el proceso colonial.
“‘Owning’ human beings is essentially just bad governance: rights not being universally applied to all within a society” dicen a modo de conclusión. Es decir, ¿que todo el aparato de la trata de esclavos en el cual participaron los ingleses, españoles, franceses, holandeses, portugueses, y sus respectivas colonias es solamente una cuestión de mala gobernanza? Dejémonos de estupideces. El proyecto del Startup Societies Foundation es uno de crear lo que Rich Benjamin llamó un whitopia (white - utopia) en su texto Searching for Whitopia: An Improbable Journey to the Heart of White America (2009).
En su conferencia magistral en el congreso Philosophy Born of Struggle XXIV, celebrado el 2 y 3 de noviembre de 2018 en Hamilton College, NY, titulada Rawls’s Unrealistic Whitopia: Ideal Theory as Espistemic Injustice, el filósofo Charles W. Mills (2018) utilizó el concepto de utopía blanca metafóricamente para indicar lugares utópicos, reales e imaginarios, que están conformados por la “blancura” (whiteness), así sea explícitamente a través del racismo y la exclusión o de forma más ambigua. Mills plantea que la euro-utopía como utopía blanca — que no es nada más que el mundo moderno — como la subordinación racial de pueblos no-blancos ha sido la norma para la prosperidad de los blancos. Las utopías blancas del segundo tipo que identifica Mills, que son más ambiguas en su racismo, buscan blanquear la historia de genocidio de pueblos no-blancos, “an idealization of the present and past via a white social imaginary that erases the hundreds of years of European domination, expropiative white settlement, racial slavery, and the establishment of white supremacist states with racialized ‘basic structures’.”
Lo que busca hacer el Startup Societies Foundation es crear espacios de utopías blancas que, por estar radicalmente insertados (diría Heidegger) en el mundo de la modernidad, reproducirán las mismas lógicas racistas y coloniales. Buscan blanquear la historia — y hasta inventarla parece — para plantear su proyecto como si tuviera alguna lógica universal. Hay que llamar las cosas por su nombre y con la mayor precisión e integridad posible. Hablar de cimarronería, la Revolución Haitiana, y la expulsión de negros libertos al continente africano sin hablar de la cuestión racial es irresponsable a estas alturas. Hay que estar en alerta de aquellos que buscan nuevas formas para colonizar y acaparar riquezas y enfrentarlos. De igual manera, debemos buscar acomodar los varios mundos existentes en el planeta. Es un proyecto que ha planteado el maestro Dussel y otros. Se trata de terminar el proceso de la descolonización (en Puerto Rico todavía hay que empezarlo). Se trata del proyecto de la transmodernidad que “no es una universalidad basada en una identidad única y excluyente, sino un pluriverso con muchas universalidades […]” (Tamayo, 2018, p. 27).
A todo lo demás hay que darle un flechazo en el pecho (Gettleman, et. al., 2018).