Resumen: Los parásitos en los sistemas digestivo y sanguíneo comprenden un amplio grupo de protozoarios y helmintos, que influyen directa o indirectamente en el estado de salud de sus hospederos (Negroni, 2009). Es importante determinar la ausencia o presencia y frecuencia de parásitos como potenciales causantes de enfermedades en serpientes. Los análisis parasitológicos constituyen técnicas para el seguimiento sanitario de poblaciones silvestres y cautivas (García, 2013). En esta investigación reportamos parásitos en Bothrops asper, Bothriechis schlegelii, Lachesis stenophrys, y Porthidium nasutum. Se analizaron un total de 75 muestras fecales y sanguíneas, utilizando las técnicas coprológicas de Bailenger y Sheather. Identificamos la prevalencia de parásitos como Eimeria sp. (72%), Hymenolepis sp. (52%), y Strongylus sp. (88%) y mediante la tinción de Giemsa para hemoparásitos, se identificó Hepatozoon sp.
Palabras clave: Hemoparásitos,hospederos, parásitos,serpientes,vipéridos.
Abstract: Parasites in the digestive and blood systems comprise a wide group of protozoa and helminths, which directly or indirectly influence the health status of their hosts (Negroni, 2009). It is important to determine the absence or presence and frequency of parasites as potential causes of diseases in snakes. Parasitological analyzes constitute techniques for the sanitary monitoring of wild and captive populations (García, 2013). In this investigation we confirmed parasites in Bothrops asper, Bothriechis schlegelii, Lachesis stenophrys, and Porthidium nasutum. A total of 75 fecal and blood samples were analyzed, using the Bailenger and Sheather stool techniques. We identify the prevalence of parasites such as Eimeria sp. (72%), Hymenolepis sp. (52%), and Strongylus sp. (88%). By Giemsa staining for hemoparasites, Hepatozoon sp.
Keywords: Hemoparasites, host, parasites, snakes, viperids.
Artículos
ENDOPARÁSITOS EN CUATRO ESPECIES DE VIPERIDOS PROVENIENTES DE LA CONCESIÓN MINERA “COBRE PANAMÁ”
ENDOPARASITES IN FOUR SPECIES OF VIPERIDES FROM THE MINING CONCESSION "COBRE PANAMÁ
Recepción: 20 Mayo 2020
Aprobación: 16 Noviembre 2020
La Familia Viperidae está representada por aproximadamente 347 géneros de los cuales en Panamá habitan 6 géneros, 15 especies (Uetz et al., 2018; Uetz et al., 2020). En las especies se han confirmado parásitos asociados que representan las formas de vida más comunes, que sirven como indicadores ecológicos y aportan información sobre relaciones filogenéticas con sus hospederos, diferentes estudios en iguanas, tortugas, caimanes y otros reptiles constituyen fuentes bibliográficas importantes para establecer registros sobre la fauna parasitaria frecuente en distintas especies y los efectos adversos de su presencia (Cruz-Reyes, 1993).
Estos parásitos incluyen protozoarios y helmintos (cestodos, trematodos, y nematodos) que se localizan en áreas del tracto digestivo y tejido sanguíneo; existen diversas formas parasitarias que pueden albergarse en los animales dependiendo de la afinidad del parásito con el hospedador, lo cual es imprescindible para que el parásito sobreviva y complete su ciclo biológico (Quiroz, 2005; Gállego, 2006; Negroni, 2009).
Las serpientes presentan parasitismo oligosintomático en su hábitat natural (Silva et al., 2001), no obstante, en ambientes estresantes están sometidas a efectos desfavorables sobre su estado inmunitario (Roca, 2012). Estudios coprológicos y sanguíneo han permitido determinar la presencia y frecuencia de parásitos que causan enfermedades; estos procedimientos permiten conocer el estado de salud del animal y constituyen herramientas utilizadas para el seguimiento higiénico-sanitario de poblaciones silvestres y cautivas (García, 2013).
En Panamá, hasta años recientes se tenía escasa información sobre la parasitosis en ofidios, por lo cual con esta investigación se busca contribuir en la determinación de parásitos gastrointestinales y sanguíneos utilizando 25 ejemplares de 4 géneros de vipéridos, provenientes de la concesión minera “Cobre Panamá”.
Obtención de muestras
Se colectaron 75 muestras de materia fecal y tejido sanguíneo de 25 ejemplares que incluyen las especies Bothrops asper, Bothriechis schlegelii, Lachesis stenophrys, y Porthidium nasutum, provenientes de la concesión minera “Cobre Panamá” (Figura 1).
Esta concesión se encuentra 120 km al oeste de la Ciudad de Panamá, en el corregimiento de Coclé del Norte, a 20 km de la costa caribeña, en el Distrito de Donoso, Provincia de Colón. Su ubicación geográfica según el sistema UTM WGS 84, 17P es 538250 N 972300 O.
Colecta de material fecal
Las muestras de materia fecal fueron tomadas directamente de las cajas, previamente preparadas con papel periódico, cubierto con papel aluminio, sobre el cual quedaran las deposiciones sin contaminarse, colectamos las muestras fecales respetando un periodo de 4 horas posterior a la deposición, a través, de revisiones programadas de acuerdo con el cronograma de alimentación de los individuos, esto nos permitió trabajar muestras frescas. Las muestras fueron colocadas en envases de plástico estériles con tapa roscas (Coprotainer 25160, 60 ml), agregamos formalina al 7 % como agente preservante, y codificamos cada envase con el nombre correspondiente a cada especie previamente identificadas (Acero et al., 2004).
Análisis coprológico
Se utilizó el método de montaje directo por triplicado (Acero et al., 2004), revisamos las muestras utilizando un microscopio Leica OPTO-EDU A12.0907. Para la determinación de los protozoarios y helmintos utilizamos el Atlas de parasitología (López et al., 2006).
Para sedimentación de huevos, larvas y protozoos aplicamos la técnica de Bailenger y Sheather (Murcia, 2005).
Obtención de muestras y análisis sanguíneo
Para la extracción de muestras sanguíneas, se inmovilizo el ejemplar mediante la utilización de CO2 el tiempo de exposición se determinó tomando en cuenta el peso de cada ejemplar, se limpió la zona de la cloaca con etanol 70%, con una jeringa de 1 cc extrajimos las muestras de sangre de la vena caudal; las muestras sanguíneas fueron trasladadas en un capilar y se realizan extendidos sanguíneos directamente del mismo; obtuvimos 3 réplicas de cada muestra que fueron colocadas individualmente sobre portaobjetos y posteriormente se aplicó la tinción de Giemsa para su posterior análisis (Bush, 1978; Becerril, 2008). Los parásitos fueron identificados utilizando el Atlas de Hemoparásitos de Telfor Jr. (2009).
Analizamos muestras de 25 ejemplares (9 Bothriechis schlegelii, 7 Bothrops asper, 1 Lachesis stenophrys y 8 Porthidium nasutum). Observamos en total 16 géneros de parásitos, siendo Strongylus sp., el que presento mayor ocurrencia (Cuadro 1 y Figura 2).
La mayor prevalencia parasitaria correspondió a Bothrops asper con 16 parásitos, y la menor con 4 parásitos corresponde a Lachesis stenophrys (Cuadro 1). Por coccidios, específicamente con Eimeria sp., resultaron positivos 18 individuos lo que refleja registro del 72% en la población (Cuadro 1; Figura 2; Figura 3-a). Se obtuvieron 3 individuos positivos por Balantidium coli, representando el 12% de parasitismo total (Cuadro 1; Figura 2; Figura 3-b). Para Kalicephalus sp. 4 individuos positivos, reflejando 16% del parasitismo total (Cuadro 1; Figura 2; Figura 3-c). Por huevos de Strongylus sp. 22 resultaron positivas, lo que representa 88% del parasitismo en la población (Cuadro 1; Figura 2; Figura 3-d). Con Hymenolepis nana, 13 individuos estaban parasitados, reflejando infestación del 52% en la población; Hymenolepis diminuta estuvo presente en 9 individuos positivo representando 36% de la población (Cuadro 1; Figura 2; Figura 3-e, 3-f).
Se identificaron 16 especies de endoparásitos, en 25 serpientes muestreadas, de los cuales el 12% de parasitismo es por Balantidium sp., siendo este el único organismo Ciliophora encontrado. Este estudio no coincide con los realizados por Chávez et al. (2015), quienes reportaron 62.9%, de Balantidium sp., en 15 serpientes, debido a su alta presencia en las zonas tropicales y subtropicales; alojándose en el intestino grueso de los animales que parasita, capaz de provocar zoonosis conocida como Balantidiosis (Liu, 2012).
El porcentaje por Sarcomastigophora es 56% e incluye Entamoeba coli, Entamoeba invadens, y Giardia sp., presentes en 14 ejemplares y siendo de estos Entamoeba invadens el de mayor prevalencia parasitando 7 ejemplares que representan el 28% de los estudiados; Urriola y Mack (2010) en su tesis de grado reportaron que 20% de los 70 ejemplares de Bothrops asper mantenidas en Cuarentena, estuvieron parasitadas por Entamoeba sp. Ríos – Carrera et al. (2017) indica que en 47 ejemplares de Bothrops asper, se encontró Entamoeba invadens.
En este estudio reportamos Giardia sp. en un ejemplar de Bothrops asper. Este protozoo fue reportado en esta especie de vipéridos en cautiverio, con 15% de prevalencia en una población 47 ejemplares analizados (Ríos-Carrera et al., 2017). Sugerimos que este parásito es adquirido a través del consumo de roedores como parte de su dieta en cautiverio, ya que la literatura reporta que estos animales son parasitados por flagelados por la exposición a quistes infectantes presentes en los alimentos y/o durante la cópula. (Telford, Jr., 1971, Pasmans et al., 2008).
Reportamos 84% de Sporozoa en la población total estudiada, siendo Eimeria sp., el género de mayor prevalencia (18 ejemplares que representan el 72%); e Isospora sp. 3 ejemplares (12%); contrario a Nasiri et al. (2014) quienes reportan la presencia de este último en 2 de 64 serpientes utilizadas en su estudio. Por su parte Ríos – Carrera et al. (2017) reporta 47 ejemplares parasitados por Eimeria sp.
Los nematodos fueron registrados para el total de las serpientes estudiadas; siendo Strongylus sp. el de mayor prevalencia, observado en 22 ejemplares (88%). Flyn (1973), y Grego et al. (2004) consideran que la presencia de Strongylus sp., puede deberse a la contaminación por alimentación en condiciones silvestres. García (2013), en su estudio reportó 42,2% de Oxyurus sp., 3,6% Strongylus sp., y 1,8% de Ancylostoma en 109 muestras de diferentes reptiles.
Kalicephalus sp., lo reportamos en 4 ejemplares (16%) y coincide con investigaciones realizadas por Greco et al. (2004); Durán y Gorocica (2011) reportan prevalencia de 25% en 56 ejemplares. En estudios realizados con 131 Bothrops jararacá, a las cuales se les realizo necropsia, se encontraron larvas de Kalicephalus sp. (Souza et al., 2014). Esta especie es prevalente en el sistema digestivo de serpientes, debido a su ciclo directo que favorece su transmisión, ya que la ingestión de sus larvas infectantes se puede dar a través de los alimentos o el agua contaminada (Jacobson, 2007); la perforación cutánea activa (Sanchez, et al., 2004) y otros autores sugieren que las larvas infectantes pueden adherirse a la lengua de las serpientes durante el proceso para captar información del entorno “sacar e introducir su lengua de manera repetitiva” (Schad, 1962).
Los platelmintos reportados se presentaron en el 96% de los ejemplares estudiados. Determinandose a Hymenolepis nana como el de mayor prevalencia, presente en 13 ejemplares (52%); Hymenolepis diminuta en 9 (36%), y Taenia sp. en 2 (8%). García en (2011), con 15 especies de serpientes no venenosas reportó Hymenolepis diminuta (en 4 ejemplares), e Hymenolepis nana en 2. Sánchez et al. (2004), reportan 41 ejemplares adultos de Boa constrictor, 28 Epicatres cenchria y 10 Corallus caninus, huevos de Hymenolepis diminuta en 11%, Hymenolepis nana 14%, y Ophiotaenia sp. 8%. Estudios realizados por Chávez et al., 2015, determinaron que 1/5 Bothrops atrox, 1/3 Bothrops barnetti, 1/2 Crotalus durissus terrificus y 1/11 Boa constrictor, estuvieron contaminados por Ophiotaenia spp. sugiriendo que podría ser causa de morbilidad y mortalidad en animales cautivos jóvenes y adultos.
También reportamos Hepatozoon sp., parasitando 2 ejemplares. En estudios morfológicos y moleculares realizados en Brasil, informaron que, de 157 serpientes, 20 (12,7%) fueron positivas para Hepatozoon sp., 2 (40%) de E. crassus, 4(16,7%) de B. constrictor y 14 (10,9%) de C. durissus; la presencia de Hepatozoon sp. en animales cautivos puede estar relacionado con la longevidad del parásito en su hospedador y no con la posibilidad de transmisión o reinfección en cautiverio (Úngari et al., 2018). Otros estudios como el realizado por O’Dwyer et al. (2003) se encontró tasa de infección en Crotalus durissus terrificus del 16,4% por Hepatozoon sp., en serpientes recién capturadas; las diferencias entre estos estudios pueden estar relacionado con el entorno en el que vivían las serpientes antes de la recolección de muestras de sangre, esto sugiere que el manejo adecuado de la salud ha contribuido a la baja prevalencia de parásitos en serpientes cautivas.
Los elevados niveles de infección producidos por parásitos intestinales en animales en cautiverio son atribuidos generalmente a condiciones inadecuadas de alojamiento y manejo, calidad del alimento, aunado a distintos factores que favorecen el desarrollo de parásitos en diferentes hábitats (Oyola et al., 2010; Atanaskova et al., 2011). Las zonas tropicales y subtropicales presentan condiciones propicias en cuanto a temperatura, pluviosidad, y humedad, las cuales permiten la supervivencia de fases parasitarias libres, así como de distintos artrópodos que actúan como vectores. La frecuencia de helmintos y protozoos en nuestro estudio puede relacionarse a lo señalado anteriormente sumado a la capacidad de resistencia que tienen estos parásitos en condiciones desfavorables (Kathun et al., 2014; Adegbulu et al., 2015; Morand, 2015).
Se reportaron parásitos de los phyllum Sarcomastigophora, Ciliophora, Sporozoa, Nematoda y Plathyhelminthes, lo que nos permite inferir que existe un alto parasitismo en la población de serpientes estudiadas.
En las muestras coprológicas se observó Strongylus sp., como el helminto de mayor prevalencia (22/25), seguido por el Sporozoo Eimeria sp.
Confirmamos la presencia de hematozoarios del género Hepatozoon solo en 2 ejemplares de Bothrops asper.
Comparar los resultados de esta investigación con obtenidos en otras investigaciones de serpientes estudiadas en otras áreas de la República de Panamá.
Verificar con ayuda de técnicas moleculares la presencia de géneros y posiblemente especies de parásitos en nuevas investigaciones.
Al Centro para Investigación y Respuesta en Ofidiología (CEREO), por permitir el uso de ejemplares provenientes de Minera Panamá; infraestructuras, equipos e insumos para desarrollar este trabajo de investigación.