Reseñas de libros
Basile, Teresa y Chiani, Miriam (comps.). (2020). Voces de la violencia: avatares del testimonio en el Cono Sur. La Plata: EDULP, 390 pp.
Aletheia
Universidad Nacional de La Plata, Argentina
ISSN: 1853-3701
Periodicidad: Semestral
vol. 11, núm. 21, 2020
Voces de la violencia. Avatares del testimonio en el Cono Sur conforma una compilación de catorce artículos divididos estratégicamente en tres partes e introducidos por un texto escrito por Teresa Basile y Miriam Chiani, que recupera la centralidad del testimonio en la historia de Latinoamérica y reflexiona sobre sus funcionalidades y sus características en los años setenta, en la transición democrática y luego en los noventa. Una de las intenciones principales que presenta esta Introducción es repensar, en un tiempo presente y a través de un vasto corpus bibliográfico actualizado, la importancia del testimonio para mirar y analizar la historia reciente. Asimismo, plantea diferentes cuestiones y debates que orbitan en torno al testimonio en un sentido amplio. Tanto las ideas de este primer texto como los manuscritos que este volumen reúne son fruto del Coloquio internacional “La figura del testigo y los avatares del testimonio. Debates teóricos y representaciones culturales”, desarrollado en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata los días 17 y 18 de septiembre de 2018, que reflejó el interesante trabajo y el fructífero intercambio permanente que un conjunto de investigadores e investigadoras de distintas universidades mantienen hace tiempo.
Adentrándonos más en este ejemplar que dialoga, ciertamente, con otras publicaciones de las compiladoras, podemos notar que los tres apartados responden a la siguiente lógica: en primer lugar, hay un abordaje teórico que intenta definir y reflexionar en torno al testimonio, a la narración y a los avatares, que se materializa en los escritos de Ana María Amar Sánchez, Susana Kaufman y Susana Rosano; en segundo lugar, encontramos trabajos sobre textos y situaciones particulares ligados al último período dictatorial, que retoman la cuestión del testimonio en un sentido más amplio, allí están las producciones de Claudia Bacci, Cecilia González, Rodrigo Montenegro, María Laura de Arriba y conjuntamente, Paula Simón y Fernando Reati; en tercer lugar, hallamos artículos sobre la segunda generación que analizan autores, narrativas y casos puntuales en torno a los hijos e hijas, en las voces de Ramón Inama, Victoria Daona, María Semilla Durán, Eugenia Straccali, Teresa Basile y finalmente, Miriam Chiani y Silvina Sánchez en coautoría. Así, desde la teoría al estudio de los casos particulares de dos momentos distintos, el libro en su totalidad constituye un recorrido cabal por el desarrollo del testimonio en el Cono Sur y sobre todo en Argentina.
Ahora bien, podemos observar que distintos interrogantes atraviesan las páginas de esta obra, de estos apartados y estos artículos, que representan, indudablemente, diversas preguntas relevantes del campo de estudios de la historia reciente: ¿Quiénes son los sujetos del testimonio? ¿Qué tipos de testimonios aparecen en relación con las últimas dictaduras? ¿Cómo se narran las experiencias límites y qué formas emergen para representarlas? ¿Cómo interviene el género al pensar y analizar el testimonio? ¿Cómo se vincula el testimonio con los distintos contextos represivos? ¿Qué formas adoptan el testimonio y la memoria en los juicios? ¿Cómo se recuperan y se reelaboran estas voces en la literatura? ¿Cómo dialogan el testimonio, la memoria y la ficción? ¿De qué modos aparece el testimonio en las obras literarias? Los autores y las autoras de este volumen intentan responder a éstas y otras cuestiones, a la vez que presentan distintos planteos originales en un abanico de temas ligados al testimonio que parecen no agotarse (el género, los juicios, el archivo, etc.).
En la primera sección podemos pensar en la subjetividad del testimonio como hilo conductor de los tres textos allí reunidos: Ana María Amar Sánchez trabaja en torno a la impronta política que posee el testimonio, su función de denuncia y preservación de la memoria y piensa en los sujetos del testimonio, como ser el narrador, el testigo, la víctima y el lector; Susana Kaufman habla de las características del relato que realiza el testigo, del testimonio que articula la experiencia, el acontecimiento y la palabra, de las posibilidades de ese sujeto de expresar las experiencias límites, de transmitirlas y de encontrar en algún punto la reparación; Susana Rosano, por último, toma la obra de María Moreno sobre Walsh para mostrar el protagonismo de las voces femeninas, el sujeto que es una mujer, e historiza el testimonio en Argentina.
En la segunda sección encontramos distintos puntos de contacto entre los cinco artículos compilados, entre ellos se destacan las múltiples formas en que la palabra da testimonio, en distintos contextos pero también a través de diversos materiales. Así, en lo que concierne al primer aspecto, están las exposiciones de Claudia Bacci que se interesa en las particularidades del género para analizar el testimonio de Alicia Carminati y las de Fernando Reati y Paula Simón, quienes explican el modo de comunicación clandestina que establecieron un grupo de presos de la Unidad Penitenciaria de San Martín (Córdoba) extraordinariamente incomunicados con el exterior entre 1976 y 1980, y hablan de la escritura de esas cartas enviadas a sus familiares. En cuanto al segundo aspecto, entran en acción el teatro, el cine y la literatura de la mano de Cecilia González, que analiza los proyectos documentales de Lola Arias y de María Laura de Arriba, que se ocupa de dos películas de Patricio Guzmán, en ambos casos se trata de originales producciones contemporáneas que de distinto modo invitan a mirar situaciones traumáticas del pasado reciente; Rodrigo Montenegro, por su parte, reinterpreta Los pichiciegos de Rodolfo Fogwill partiendo de que la novela trastoca la lógica de todo relato de guerra.
La tercera y última sección agrupa reflexiones de la segunda generación, la de los hijos e hijas de desaparecidos durante la última dictadura militar pero también la de otros autores que nacieron en los sesenta y setenta. Así, se configura un variado corpus de diferentes escritores y obras: Eugenia Straccali invita a ir más atrás, ya que parte de la producción de Raúl González Tuñón, quien, a su entender, inaugura una genealogía poética que sirve para leer a Juan Gelman y a Julián Axat; Teresa Basile analiza dos textos de los últimos años, uno de Félix Bruzzone y otro de Ernesto Semán; Victoria Daona se consagra a Laura Alcoba mientras que María Semilla Durán lee a Eugenia Guevara; Miriam Chiani y Silvina Sánchez recuperan obras de los “prójimos” Mariana Enríquez, Leopoldo Brizuela, Martín Kohan, entre otros. Mencionamos, por último, las ideas de Ramón Inama en torno a las voces de los hijos en los juicios de lesa humanidad, ya que si bien hay un abordaje teórico interesante de la participación en las instancias judiciales, el artículo no se dedica a la literatura.
Como se ha revisado hasta acá, uno de los principales aportes del libro es que guarda un gran conjunto de materiales, que incluye distintas expresiones artísticas pero también cartas y declaraciones en juicios, todos ellos analizados por docentes del área de Letras, psicólogos, sociólogos y otros investigadores, por ello se trata de un estudio verdaderamente interdisciplinario, por la pluralidad en la producción, en los objetos de estudio, en las interpretaciones y los cruces. Otro de los principales logros es que compendia reflexiones que no se agotan en el análisis de casos puntuales sino que intentan proyectarse hacia otros espacios e iluminar otros materiales, otras cartas, otros textos literarios. En efecto, se trata de exposiciones de autores y autoras con vastos recorridos académicos que se animan a abordar nuevos temas, a pensar otros abordajes que habiliten el diálogo y planteen interrogantes.
Por último, nos detenemos en la noción ambivalente de avatar que abre este libro y hacia el final, nos deja pensando: el avatar cuyo primer significado y uso en español está ligado a la transformación y a la reencarnación y nos presenta aquí la idea del testimonio que recupera una situación traumática, ésta vuelve a aparecer pero de otra manera; asimismo, otra de sus acepciones en plural se refiere a las vicisitudes, por qué no a lo que provoca el testimonio, no sólo en el que relata sino en quienes lo escuchan, pensamos también en cómo se presenta en las cartas o en los juicios y lo que puede causar. No obstante, emerge otro significado original que proviene del inglés pero se ha popularizado inimaginablemente: el avatar como imagen que nos representa en la virtualidad, que puede entenderse como las formas de representación del testimonio, una idea que nos resuena más aún en estos tiempos que corren, cuando la tecnología y la representación digital invadieron abrupta e inevitablemente nuestras vidas a causa de la pandemia. Quizás este libro nos motive a seguir reflexionando en los modos de relatar las experiencias hoy y en los tiempos que se vienen.