Introducción
Agradecimiento
Estimados lectores,
Hace un año, en noviembre de 2021, la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), por intermedio del Colegio de Comunicación y Artes Contemporáneas, organizó la XI edición del Congreso Internacional Periodismo en Debate #PerDebate, el más importante del país de esta materia. En esa oportunidad, la pandemia nos obligó a vernos de manera virtual para analizar un tema del que es fundamental seguir conversando: el neoperiodismo y la necesidad de adaptarse en el medio tecnológico. ¿Cuáles son las tendencias en el periodismo actual y en el futuro? ¿Está el periodismo en crisis? ¿Cuál es la responsabilidad de la academia frente a estos cambios?
Por un lado, jamás la humanidad ha consumido tanta información como ahora. Veo a mis hijos, por ejemplo, quienes se enteran de todo lo que ocurre en el mundo en tan solo unos segundos. ¿Quién está emitiendo esa información? En este momento no hay unas fuentes que se puedan llamar calificadas o confiables; tal vez nunca las hubo, pero por lo menos había la sensación de que existían, una suerte de periodismo neutral. Este rato la información viene de todo lado y es complicado discernir entre un periodismo de calidad y los que tienen otros fines.
En este escenario, la academia se convierte en un pilar fundamental para las nuevas generaciones de periodistas. Nuestro modelo de artes liberales brinda las herramientas necesarias para que nuestros estudiantes aprendan a investigar, a buscar fuentes, a sacar conclusiones basado en un proceso de razonamiento y contraste necesario para consumir información. La formación integral y multidisciplinaria que reciben nuestros alumnos se convierte en un arma poderosa para reflexionar, para el cuestionamiento y para despertar la curiosidad. Asimismo, gracias al método socrático que aplicamos, se fomenta el diálogo y la discusión entre el estudiantado, fortaleciendo su pensamiento crítico y participación activa en la sociedad. Estamos convencidos de que este modelo enriquece la educación de nuestros periodistas de tal forma que los hace diferentes.
Sabemos también que como academia no podemos cegarnos frente a los cambios que se han producido a raíz de la irrupción de Internet y las redes sociales en el día a día. Estar a la vanguardia en las nuevas formas de comunicar es fundamental: analizar algoritmos, estudiar los motores de búsqueda, entender de audiencias, conocer y aplicar los nuevos formatos en las aulas. Sin embargo, en esta época, más que nunca, vemos la necesidad de regresar también a los principios fundamentales del periodismo clásico: el rigor, la profesionalidad, la contrastación de fuentes. Una buena historia, contada con calidad, desde varias voces, mostrando ambas caras de una moneda, siempre tendrá cabida en la gente y es esencial para la discusión y búsqueda constante de la verdad.
Entonces, ¿puede salvarse el periodismo de la crisis en la que parece estar? Claro que puede y la academia debe ser su más grande aliado en este camino. Debemos brindar nuevas oportunidades de especialización al estudiantado e incursionar en campos tan importantes como el periodismo científico o el de datos. Motivar las investigaciones profundas y de largo aliento, que comuniquen los avances que se están dando en todos los campos. En nuestro campus de Galápagos o en la estación de investigación en Tiputini, por ejemplo, tenemos a un grupo de científicos investigando y logrando hallazgos únicos que pueden pasar desapercibidos si no son comunicados de forma oportuna y efectiva. La comunicación de la ciencia es trascendental para que logre el impacto necesario en el planeta. ¿Por qué no crear sinergias que nos permitan trabajar en conjunto para fomentar este tipo de perio-dismo en el país?
La resiliencia es un principio vital en la vida humana y ha sido el factor fundamental que ha ido delineando los procesos evolutivos de esta. En el periodismo, este principio no ha sido la excepción. Luego de una pandemia que cambió todo en el mundo y donde la información se volvió más importante de lo normal, el periodismo ha encontrado la oportunidad para reinventarse. Es necesario tomar en cuenta los nuevos canales, los nuevos “líderes de opinión” y, sobre todo, la gran cantidad de información que existe. Si los medios de comunicación no son resilientes,
corren un gran peligro de extinción. ¿Están dispuestos los medios de comunicación y periodistas a evolucionar según las circunstancias actuales?
Agradezco a todos los profesionales que enviaron sus análisis, artículos de investigación y reflexiones para que esta publicación sea del más alto nivel. Cada uno de sus textos fomentará el debate en nuestras aulas y fuera de ellas. Este debate es necesario para aprender, escuchar nuevas voces y hacer todas estas preguntas difíciles, pero ineludibles, que debemos hacerlas para convertir a los retos de esta profesión en verdaderas oportunidades.
Además, felicito a todo el profesorado de la USFQ que hace posible que esta publicación año tras año vea la luz. ¡Nos encontraremos en un próximo #PerDebate!