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Caminar entre suelo lacustre: Una etnografía de la vida cotidiana en Santa Isabel Iztapan, Estado de México
Walking among lake soil: An ethnography of the daily life in Santa Isabel Iztapan, State of Mexico
Caminhando entre o solo dos lagos: uma etnografia da vida cotidiana em Santa Isabel Iztapan, Estado do México
Intellèctus, vol. 22, núm. 1, pp. 385-393, 2023
Universidade do Estado do Rio de Janeiro

Dossiê

Intellèctus
Universidade do Estado do Rio de Janeiro, Brasil
ISSN-e: 1676-7640
Periodicidad: Semestral
vol. 22, núm. 1, 2023

Recepción: 23 Abril 2023

Aprobación: 07 Junio 2023


Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.

Resumen: el presente artículo es el resultado del trabajo de campo realizado en el pueblo de Santa Isabel Iztapan. En él se expone la manera en la que los laguneros viven su día a día en cuanto que sus actividades económicas, políticas, sociales, culturales, así como sus costumbres y tradiciones se basan por completo en la recolección de diversas especies lacustres. Se trata, en sí, de una exposición etnográfica a manera de descripción densa de algunos aspectos económicos, políticos, sociales y culturales de la comunidad. Se presentan las particularidades que hacen de un pueblo lacustre, recolector, un entorno que oscila entre lo rural y lo urbano.

Palabras clave: Santa Isabel Iztapan, lacustre, cultura, sociedad, pueblo.

Abstract: This article is the result of field work carried out in the town of Santa Isabel Iztapan. It exposes the way in which the lagoons live their day to day as their economic, political, social, cultural activities, as well as their customs and traditions are based entirely on the collection of various lake species. It is, in itself, an ethnographic exposition in the form of a dense description of some economic, political, social and cultural aspects of the community. The particularities that make a lacustrine town, collector, an environment that oscillates between rural and urban are presented.

Keywords: Santa Isabel Iztapan, lake, culture, society, town.

Resumo: Este artigo é resultado do trabalho de campo realizado na cidade de Santa Isabel Iztapan. Expõe a forma como os lagunares vivem o seu dia a dia como as suas atividades económicas, políticas, sociais, culturais, bem como os seus costumes e tradições baseiam-se inteiramente na recolha de várias espécies lacustres. Trata-se, em si, de uma exposição etnográfica na forma de descrição densa de alguns aspetos econômicos, políticos, sociais e culturais da comunidade. São apresentadas as particularidades que fazem de

uma vila lacustre, coletora, um ambiente que oscila entre o rural e o urbano.

Palavras-chave: Santa Isabel Iztapan, lago, cultura, sociedade, povo.

Para trazar caminos y amalgamar los recuerdos se precisa de dos almas diferenciadas pero complementarias que, en el quehacer de la vida permitan la construcción de experiencias vividas del ayer y del hoy. En los trabajos más recientes sobre la localidad de Santa Isabel Iztapan se encuentran los que dicen que es uno de los poblados más antiguos de San Salvador Atenco, al igual que Nexquipayac y Tequiquistlan. No obstante, esto sólo se sabe a partir del estudio arqueológico de la iglesia principal efectuado en los años noventa y las historias de los abuelos. La presente monografía de la localidad de Santa Isabel Iztapan, corresponde a un esfuerzo de la disciplina antropológica que permite comprender a los pobladores dentro de sus propios contexto social, económico y cultural, etc. La información vertida en este documento es una indagación de diversos aspectos contextuales acerca de cómo los laguneros, que aún existen en Santa Isabel, viven el día a día.

Santa Isabel Iztapan es uno de los pueblos más antiguos del municipio de San Salvador Atenco, de echo aún resguarda el titulo de tierras otorgado desde la época virreinal. La palabra Iztapan, proviene del náhuatl y se compone de iztatl que significa sal y pan que significa en o sobre; su significado es “en la sal” o “salinas” y quiere decir, por lo tanto, “en aguas saladas”. Según el lingüista Luis Flores Torres la escritura y pronunciación correcta es con “z” y no “x” como lo aseguran los pobladores, sin embargo, ellos defienden su postura haciendo caso omiso de lo expuesto por el académico, lo que se refleja en los anuncios de comercios locales, de eventos o hasta en el transporte colectivo, mismo que te lleva hasta el lugar se sigue escribiendo: “Santa Isabel Ixtapan”. La documentación sobre el pueblo es escasa apenas se han encontrado algunos documentos históricos antiguos que han permitido ver sus características en el pasado, uno de ellos es el referente los títulos de tierra.

Entre diferentes tradiciones, muchos legados y herencias milenarias en aspectos de la vida de pobladores de Santa Isabel Iztapan se encuentra la caracterización de la localidad. Esto implica mostar al mundo sus múltiples particularidades y diferencias, con memorias colectivas y, hasta sus presentes recuperados. La vida en Santa Isabel Iztapan queda relatada en estas páginas para darle la expresividad de aquellos que viven en tan mencionado poblado. Santa

Isabel Iztapan se traduce como una tierra de producción de sal, campesinos y recolección de diversos productos del lago.

Pensar en el hecho de que los pobladores de Santa Izabel Iztapan se dediquen a la recolección y a la agricultura plantea el problema de la sostenibilidad. De lo que se puede afirmar que:

Es indudable que el discurso del desarrollo sustentable, evidencia límites y contradicciones al no haber generado los cambios requeridos para transformar el actual estilo de desarrollo económico sin destruir el ambiente natural y social. Se plantea que la sustentabilidad ecológica es una condición de la sostenibilidad de los procesos económicos, lo cual no es posible manteniendo los actuales mecanismos de mercado que lleva al agotamiento de los recursos y a la contaminación. (Domínguez, 2019)

No obstante, se debe afirmar que los pobladores saben reconocer los ciclos de recolección en aras de afectar de la manera más mínima posible al ecosistema local. Si bien es cierto que basan su economía en este, también son conscientes de que la sobreexplotación es un asunto de preocupación mayor pues esto puede derivar en la falta de recursos. Así, los pobladores de Santa Isabel Iztapan construyen su día a día mediando de manera política, económica y social en torno a las actividades lacustres.

Organización social y política

La localidad tiene una composición social de barrios en la que, además, existen delegaciones locales, la Mayordomía, la Comisaria Ejidal, la Organización de Laguneros, la Asociación de Bicitaxis en conjunto con la representación de auto-taxis (distintivos de la localidad), por mencionar las más importantes. La delegación tiene una duración de tres años. Esta se representa por tres delegados, el principal y dos suplentes. La elección depende del voto democrático de la población. Los candidatos se registran en San Salvador Atenco por medio de planillas identificadas por color o número. La elección popular es producto de lo que Sánchez y Díaz llaman un “mecanismo importante para la mediación” (2011). No obstante, el sistema de cargos por elecciones funciona para salvaguardar las dinámicas culturales de la localidad. Dentro de las actividades de la delegación se encuentran: velar por la seguridad y la tranquilidad de la localidad, atender con un registro escrito (constancia) a la población de cualquier

anomalía, gestionar recursos para la mejora de espacios públicos en la cabecera de San Salvador Atenco, formular programas que otorguen los mayores beneficios a la población, apoyar a la comunidad en la toma de decisiones al respecto de los diversos eventos sociales que se llevan acabo, la recaudación de derecho de piso de los tianguis de los días martes y domingos que se establecen en la plaza principal y, finalmente, la Delegación debe de estar en constante comunicación con el Ayuntamiento de San Salvador Atenco para el envío de patrullas y ambulancias al Centro o alguna de las colonias, en caso de cualquier emergencia que se presente.

En el caso de la mayordomía, es diferente, ya que ésta es una institución social de carácter religioso por medio del cual un grupo de pobladores de la localidad se organiza, esta estructura social es representa por los pobladores originarios y es de elección popular, cambia cada año, se constituye por 12 cargos que van rolándose al termino del mismo; su legitimidad se basa según usos y costumbres.

La mayordomía se encarga de organizar la fiesta patronal o ceremonias festivas anuales que se llevan acabo en la comunidad. Dentro de los cargos se encuentran los principales: presidente, secretario y tesorero, además, la participación de aquellos que adornan la iglesia con flores, los arcos de la entrada al pueblo, las portadas, la música, juegos pirotécnicos y comida.

La relación entre mayordomos y delegados es permanente ya que la mayordomía en algunas ocasiones requiere de espacios públicos o apoyo con patrullas en las fiestas religiosas. Por otro lado, existe una Comisaria Ejidal que es una organización social construida por aproximadamente 367 ejidatarios y que lleva más de 40 años en la localidad. Esta es dirigida por pobladores que mantienen los títulos de sus tierras y por ende de hectáreas cultivables. En esta organización se elige únicamente a un solo representante, llamado Comisario Ejidal, elegido por mayoría de votos. Los asuntos que tratan sobre el dominio público de tierras, las cooperaciones para la seguridad de tierras, gestión y financiamiento para sus cultivos son su competencia. Las de la Comisaría Ejidal reuniones se llevan a cabo en el Salón Agrario únicamente viernes y los domingos por la noche.

Acerca de la Organización de los Laguneros, se sabe que es una sociedad de apenas treinta personas que viven en el centro de Santa Isabel Iztapan y en sus colonias aledañas. Se representan por sólo una persona, la cual gestiona los permisos por medio de la Comisión

Nacional del Agua en Ecatepec para poder acceder a la laguna. La representación decide por mayoría de votos y sólo pueden participar aquellos que trabajan en el lago y cuyas familias lo han hecho por generaciones. Se sabe que el actual representante lleva tres años, no tiene un límite de tiempo. El representante es elegido por ellos mismos, el requisito es que sea una persona dedicada al refrendo semestral de los permisos. El representante mantiene relación constante con el delegado y con la representación de la mayordomía. Con el primero para el apoyo de patrullas en la zona lacustre; y, con el segundo para llevar acabo la fiesta de los “laguneros” el dos de julio.

En cuanto a las asociaciones de bicitaxis o de autotaxis, sólo participan y tienen voz y voto quienes trabajan ahí. La organización es privada, ya que a pesar de que son de la misma localidad, esta no participa en la toma de decisiones de las tarifas, accesos y requisitos de quien puede formar parte de ellos. En la comunidad existe una presencia importante de seguidores del Partido Revolucionario Institucional, además de los otros como el del Partido Acción Nacional y el Partido de la Revolución Democrática. No obstante, es evidente la preferencia por el primero.

Costumbres y tradiciones

Si de música, danzas y bailes se trata, la localidad de Santa Isabel se expresa mediante sonoras canciones, coloridos disfraces y cánticos diversos que mantienen una tradición de antaño. Los grupos de baile en la localidad de Santa Isabel se organizan cada año en cuadrillas o grupos para el Carnaval, el cual se lleva a cabo en febrero. En el evento participan hombres y mujeres de todas las edades. Es un momento de algarabía. El carnaval es una celebración pública que tiene lugar antes de la cuaresma cristiana que combina algunos elementos como disfraces, desfiles, y fiestas en la calle. Este se realiza desde hace muchos años. Los hombres usan trajes de mujeres (a los que se les dice mojigangas o barraganas) y también están quienes siguen la tradición de los chinelos con trajes de smoking, sombrero, bastón y máscaras, representando en sátira a los franceses.

En el Carnaval se distinguen los diferentes barrios. Cada uno de ellos tiene su propia cuadrilla de baile. Destaca entre ellas la del peine de la cual se dice que son herederos de caciques que continúan la tradición en defensa de su barrio, mientras que otra cuadrilla (los del

piojo) representan a quienes cultivaban o recolectaban en el lago, de ahí surge el lema: ¡Quítense piojos, que ahí les va el peine!. En los bailes, los jóvenes de cada barrio son quienes, de manera emotiva, salen a divertirse. La Cuadrilla de la Nueva es un grupo de reciente creación, está constituida por aquellos que llegaron hace 40 años a residir al lugar: los “avecindados” y, particularmente, se ve menos gente que en las otras dos dado por el tiempo de residencia en el poblado.

Los jóvenes que participan en el Carnaval tienen entre 13 y 30 años de edad. Debido a lo caluroso del día y las caminatas a lo largo del pueblo, los jóvenes de vez en cuando ingieren, tequila o mezcal, van en pareja acercándose a la gente para irles pidiendo que aporten dinero a una caja de madera con el nombre de la cuadrilla a cambio de dedicarles una pieza. Los jóvenes repiten esta actividad durante todo el día, desde las nueve de la mañana hasta las ocho o nueve de la noche cuando terminan alegres pero, al mismo tiempo, agotados. Por la tarde se les invita a ellos y a la gente que los acompaña a degustar algún bocado en alguna casa. La familia que atiende a la comparsa les coloca comida. Inician sólo con salsa y tortillas, después se les darán refrescos, arroz, nopales y carnitas, además de agua de jamaica u horchata y, en algunos casos, tequila, mezcal o cerveza. La bebida embriagante solo se pide en caso de que se conozca al familiar de la casa que regala la comida. Para agradecer dicho gesto a la familia que los acoge, los jóvenes bailan y se despiden para continuar su travesía. Lo mismo ocurre con cualquier familia a la que le haya tocado organizar la comida y reciba a las cuadrillas de baile. La música que acompaña a cada cuadrilla de baile es diferente, pues cada una cuenta con su propia banda. Las cuadrillas evitan encontrarse entre, ya que si se encuentran se retan por medio del baile y por consiguiente, se quedan sin aprovechar los donativos de la gente. Durante el paso de cada cuadrilla se puede escuchar desde la música ranchera, tríos, baladas y hasta reguetón, mismos que bailarán a diferentes ritmos.

En la localidad existen diversas bandas de música de viento que participan en el Carnaval. Estas también están presentes en bautizos, bodas, presentaciones de tres años, primeras comuniones, XV años, fiestas patronales, y entierros. La gente escucha y gusta de la música de banda y mariachis. Aun así, existen quienes prefieren además el rock mexicano, en inglés, alternativo, reguetón, cumbias, salsas, huarachas y quebraditas. Fuera de la fiesta del Carnaval, con frecuencia se llevan acabo “bailes” en el auditorio ubicado en la Plaza Central en donde se

traen a conjuntos musicales externos que generalmente son de música norteña o banda. En el auditorio se han presentado unos grupos tales como: Cardenales del Norte, Grupo primavera, Huracanes del Norte, Banda M.S., Tigres del Norte, Banda Pequeños Musical, entre otros.

En la localidad pareciera que la vida se goza mejor celebrando con baile, música, comida y bebida y es que, además del Carnaval, está la Arrería. Esta es una representación de la gente que participó en la Revolución, en ella participan hombres y mujeres de edades de entre 30 y 50 años que se reúnen en la plaza principal para recorrer las calles en caballo hasta llegar a Atenco. Algunos se visten al estilo campesino del norte, y algunos otros como campesinos del sur: calzón de manta, blusas de manta, faja de color portando y sombrero de paja, con caras pintadas de blanco con negro, con pistola o escopeta. Durante su trayecto hacia Atenco, anuncian su llegada con gritos y disparos hacía el cielo. En el momento de su regreso, una plataforma colocada afuera de la iglesia les espera con música ranchera. Se suben a bailar, reír y cantar en un lapso de tres a cinco horas en el que invitan a los pobladores a subir. Hay una familia que se organiza para brindarles comida e invita al pueblo a acudir a comer carnitas.

Existen otros eventos festivos que continúan a lo largo del año, ya que ocho días después del Carnaval se presenta el Remate, en el que participan las mismas cuadrillas pero unidas. A los 15 días del mes de marzo, se celebra la representación de la viuda, y a los siguientes ocho días el toro. También hay eventos cívicos, en los que la Delegación local organiza por ejemplo: el seis de enero se contratan payasos, así como música y comida para celebrar el día de reyes magos que se lleva a cabo en la plaza principal. El 2 de febrero se reparten tamales y atole o café a la población. En marzo se lleva acabo el desfile de primavera a lo largo de las calles la avenida principal.

El 30 de abril, día del niño, se organizan para llevar acabo un evento infantil en la plaza principal; en este mismo mes el patronato de la iglesia se organiza para la Semana Santa. El 10 de mayo se festeja a las mamás del pueblo, el festival se lleva acabo en el auditorio. En junio no se registra alguna actividad festiva, ni por el día de los padres. El 2 y el 25 de julio hay festividades: el 2 es la fiesta de los laguneros, en la que únicamente se coloca la feria y se da de comer a alguna familia dedicada a las labores del lago. El 25 de julio es el día de la Santa Patrona Santa Isabel y tanto el patronato como la mayordomía se organizan para arreglar la misa, decorar la Iglesia y contratar a la feria, en esta fecha se hace notorio que los recursos para

llevarla acabo son pocos, por lo que se decidió tiempo atrás y por medio del consenso de los pobladores trasladarla al mes de diciembre. En el mes de septiembre, los días 15 y 16 hay desfile dentro de la localidad, las escuelas participan activamente en la organización.

Finalmente en diciembre, se celebra “en grande” a la patrona Santa Isabel, en este mes se pone en grande el festín pues dicen, muchos tienen la posibilidad de dar la cooperación a la mayordomía o a las organizaciones del festín. Se coloca la feria tradicional, puestos de muchos antojitos mexicanos, esquites, tamales, quesadillas, pambazos, algodones y elotes, por mencionar algunos. Las comidas que se brindan son gracias a las familias que se organizan, o bien, mediante las mayordomías. Cualquiera puede asistir.

En la localidad se prepara frecuentemente las carnitas y el pollo con mole, sólo en algunas ocasiones se encuentran platillos tradicionales como: tamales de chile verde solo o de chile verde con trocitos de calabaza. En Semana Santa se preparan los choales (tamales de judas), las tortitas de ahuahutle o romeritos. En el mes de noviembre, los días primero y segundo, se prepara el mole con arroz, así como el pan de muerto. Un platillo de actualidad lleva arroz, barbacoa de cerdo o borrego, nopales y tlacoyos. Además de que la población de Santa Isabel degusta los platillos antes mencionados, la gente mayor, gusta del pulque natural, el mismo que se consume en fiestas familiares, del pueblo y en el Carnaval. La mayoría de los jóvenes actualmente prefieren tomar cerveza. Pero la población de todas las edades consume tequila, ya sea en fiestas públicas como en fiestas privadas.

La comunidad de Santa Isabel Iztapan está catalogada como una localidad urbana por parte del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Información (INEGI) y Consejo Nacional de Población (CONAPO). No obstante, el trabajo de campo que se llevó a cabo en la comunidad permite cuestionar dicho presupuesto. Se trata de un lugar con características de ambos tipos de espacios, rural y urbano, es decir una localidad sumergida en un proceso transicional. Lo cierto es que a pesar de los datos antes expuestos sobre los diversos servicios de acceso a los que tiene la población como infraestructura pública, salud y educación, entre otras, sus actividades socioculturales actuales demuestran un presente unido a la herencia agraria de antaño con una tradición de siembra y cosecha; con uso de arado y riego. De igual manera, la fiesta de Carnaval y las representaciones de la revolución muestran el pasado y presente en el que tanto sus características campo, como de ciudad juegan papeles importantes.

Referências Bibliográficas

Domínguez, E (2019). Propiedad social y uso sostenible de la biodiversidad en el Área de Protección de Flora y Fauna Sierra de Álvarez, San Luis Potosí. El caso del Ejido Independencia y Anexos [Tesis de licenciatura]. Escuela Nacional de Antropología e Historia.

Galindo, S (2012). Entre andares, sentires y sabores: de la laguna a la mesa [Tesis de maestría]. Escuela Nacional de Antropología e Historia.

Galindo, S (2021). Ser nahua, purépecha o totonaca en Cuautitlán Izcalli, Estado de México: Identidades étnicas liminales en espacios de transición rural-urbanos [Tesis doctoral]. Escuela Nacional de Antropología e Historia.

Sánchez, C. y Díaz, H (2011). Pueblos, comunidades y ejidos en la dinámica ambiental. Revista Cuicuilco número 52.



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