Secciones
Referencias
Resumen
Servicios
Descargas
HTML
ePub
PDF
Buscar
Fuente


MÉXICO Y EL LENGUAJE INCLUSIVO, BREVE PANORAMA SOCIAL
Mexico and the inclusive language, a brief social panorama
Cuadernos de Literatura. Revista de Estudios Lingüísticos y Literarios, núm. 19, e1908, 2022
Universidad Nacional del Nordeste

ARTÍCULOS

Cuadernos de Literatura. Revista de Estudios Lingüísticos y Literarios
Universidad Nacional del Nordeste, Argentina
ISSN: 0326-5102
ISSN-e: 2684-0499
Periodicidad: Semestral
núm. 19, e1908, 2022

Recepción: 08/02/22

Aprobación: 25/02/22


Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial 4.0 Internacional.

Resumen: El presente trabajo tiene como objetivo mostrar la investigación realizada como parte del trabajo desarrollado en el Programa de Posdoctorado de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata, Argentina, sobre el conocimiento y uso del lenguaje inclusivo en una sociedad tradicional como es la mexicana. Se busca exponer la manera en que los mexicanos perciben el uso del lenguaje cuyo fin es dar igual valor a las personas que integran a la sociedad sin importar género o preferencia sexual. Para eso, se elaboró una encuesta que se publicó en Twitter y Facebook durante dos meses con la finalidad de conocer la forma en que la población mexicana percibe este tipo de lenguaje. Entre los resultados de esta investigación sobresale que los mexicanos muestran una baja aprobación hacia el uso del lenguaje inclusivo, en gran medida por el escaso conocimiento del tema a pesar de los esfuerzos por parte del gobierno, universidades y medios de comunicación de este país por difundirlo.

Palabras clave: lenguaje inclusivo, género, discriminación, equidad.

Abstract: This paper aims to show the results of the research about the knowledge and use of inclusive language in a traditional conservative society as the Mexican. The research has been conducted as part of the work done in the Postdoctoral Program of the Faculty of Humanities and Educational Sciences of the National University of La Plata, Argentina. The objective is to show how Mexicans perceive the proposal of a new use of language to give equal value to people regardless of their gender or sexual preferences. The study is based on a survey carried on Twitter and Facebook to identify how the Mexican society perceives the use of this type of language. Within the main results it is shown that Mexicans give a low approval to the use of inclusive language despite the efforts of the government, universities, and the media to promote it.

Keywords: inclusive language, gender, discrimination, equality.

México y el lenguaje inclusivo, breve panorama social

En México, el lenguaje inclusivo es tópico polémico, por un lado, están aquellos que argumentan a favor de su uso (Sarlo y Kalinowski, 2019; Bolívar, 2019) y por otro lado, los que no toleran el tema y en su afán de desacreditarlo se burlan y en ocasiones ofenden verbal y hasta físicamente a los partidarios;1 pero ¿por qué tanta polarización en un tema que pareciera ser, a primera vista, académico? Aunque como veremos a lo largo del presente trabajo, es mucho más complejo de lo que parece.

La polarización en torno a este tema para el caso mexicano se debe, en gran medida, a la poca definición que existe respecto a la cuestión de la igualdad de género, la diversidad y la inclusión que muestra el gobierno mexicano. Por un lado, el actual presidente Andrés Manuel López Obrador (en adelante AMLO), político de izquierda que asumió la presidencia en el 2018 y que ha sido definido como el presidente más feminista de la historia contemporánea, por lo que no es de extrañarse que durante el 2019 la mayoría de los cargos más importantes estuvieran en manos de mujeres, como es el caso de las Secretarías de Estado, que de las 21 Secretarías existentes 11 estuvieran presididas por mujeres. Otro gran ejemplo es el Acuerdo por la Igualdad entre Mujeres y Hombres firmado el 21 de noviembre del 2019, que tiene como finalidad un trato más equitativo entre los ciudadanos. Y es tan importante el tema que incluso se han llegado a describir todos los cambios del gobierno como una Cuarta transformación Feminista.

Sin embargo, el mismo gobierno federal también ha mostrado la poca disposición que existe para favorecer prácticas que busquen mayor igualdad e inclusión entre los ciudadanos. Como es el caso de la considerable reducción de recursos a programas que tienen como objetivo apoyar a mujeres (Navarro, 2019); o la gran cantidad de feminicidios ocurridos desde el 2018 al 2022. Sin mencionar la falta de interés del presidente López Obrador por dialogar con los grupos feministas que acuden a las marchas del 8 de marzo del 2020 y del 2021(Arista, 2021; Ruiz, 2018), momento en el que en lugar de conversar con las mujeres prefirió permanecer resguardado en Palacio Nacional tras un amurallamiento metálico alrededor del recinto y una centena de policías antimotines. Con ello puede notarse un gran desfase entre el discurso que emite AMLO y algunas acciones que se están desarrollando y que poco tienen que ver con la inclusión.

A lo anterior, hay que agregarle la anquilosada estructura patriarcal que se advierte tanto en instituciones sociales como en las políticas (Giraldo, 1972; Gil, 2019; Martínez y Díaz, 2021) y que pueden verse reflejadas en diversos aspectos sociales en los que se observa la poca equidad existente en temas como la seguridad, salud, educación, trabajo y participación política. Por tanto, no es de extrañarse que el tema sea complejo y por consiguiente existan muchas aristas en las que es necesario trabajar. En este sentido nosotros tenemos como punto central la propuesta que busca el uso del lenguaje de manera más igualitaria para todos los miembros de la sociedad sin importar género o preferencia sexual, es decir, el lenguaje inclusivo.

La hipótesis de este trabajo es la idea de que la poca aprobación que tiene el lenguaje inclusivo se debe, entre otras cosas,2 al escaso conocimiento del tema, pues a pesar de que actualmente existen dependencias del gobierno federal, medios de comunicación y universidades que están haciendo adecuaciones en sus normas para poder integrarlo, los mexicanos no perciben tal esfuerzo y, en cambio, al desconocerlo prefieren evitarlo, menospreciarlo o burlarse de quienes lo usan.

Para demostrar tal hipótesis se presentarán los resultados del instrumento de investigación desarrollado como parte del trabajo realizado en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata, Argentina, enfocado en la investigación sobre el lenguaje inclusivo. El instrumento cualitativo consta de 20 preguntas que buscan tres objetivos específicos. El primero de ellos es conocer el perfil sociodemográfico del encuestado, es decir conocer la edad, género, nivel de estudio y procedencia de todos aquellos que respondieron la encuesta. El segundo objetivo es conocer el nivel de aceptación del lenguaje inclusivo, es decir, qué tanto lo conocen, cuándo lo usan, si se está dispuesto a utilizarlo o incluso aprenderlo. Y el tercer y último objetivo es conocer si han observado o no el uso de este tipo de lenguaje en medios de comunicación, universidades o en dependencias del gobierno. Se trata pues, de una radiografía amplia de la percepción del lenguaje inclusivo pensada como un primer acercamiento a un tema tan complejo.

Ahora bien, los resultados a continuación presentados se lograron después de dos meses de ser publicada la encuesta tanto en Twitter como en Facebook. Se decidió utilizar 1000 respuestas para esta investigación con diversos criterios: la condición de que todos los que participaran fueran mexicanos por nacimiento, procedentes de los distintos estados que conforman la República Mexicana, con el objetivo de tener un panorama general de la opinión de todo el país. Antes de mostrar los resultados del instrumento aquí descrito, es necesario detenernos en el tema del lenguaje inclusivo, para así tener una idea más clara de lo que significa y así poder comprender mejor el motivo de su aceptación o rechazo.

El lenguaje inclusivo, ¿para qué?

Es necesario iniciar por decir que el lenguaje inclusivo surge como “...una crítica a la visión androcéntrica como posición central para ver y leer el mundo en castellano” (Jiménez y Mancías, 2021, p. 92), es decir, se trata de una propuesta nueva que busca utilizar el lenguaje de una manera distinta a lo que se ha hecho por mucho tiempo. Sabemos de antemano que al tratase de una forma de uso del lenguaje diferente o, incluso, opuesta a la actual, sitúa a los individuos en una posición en la que no es posible ser indiferente, por el contrario, nos desafía a participar, opinar y, aún más importante, manifestar una postura. Por tal motivo es que no se trata de un simple cambio lingüístico o gramatical, sino que más bien se trata de asumir una postura política y definir una postura social a favor o en contra de incluir a la vasta gama de integrantes de la sociedad en el constructo social del lenguaje.

No obstante, esta nueva propuesta al ser tan reciente y en constante evolución implica que aún se encuentra en consolidación y con límites difusos, por lo que ni sus propios objetivos son aún nítidos. Pues, por un lado, existen propósitos claros, pero al mismo tiempo, existen otros que no lo son tanto. Uno de los objetivos más conocidos es feminizar el lenguaje, es decir, quitarle el papel central del lenguaje al hombre y en cambio, visibilizar a la mujer. Para ello, de acuerdo con Guerrero Salazar, se han realizado modificaciones a través de la feminización de términos, cambios de significados, creación de neologismos y preferencias por otras construcciones que eviten el abuso del masculino genérico (2012, p. 63). En este mismo sentido, el cambio más significativo ha sido el feminizar las profesiones y cargos en las que las mujeres se desempeñan (Bengoechea, 2009, p. 46). Uno de los casos más polémicos al respecto es el uso de “presidenta” y el rechazo de muchos políticos por utilizarlo, y lo mismo ocurre con profesiones como ingeniera, científica o torera, por citar algunos.

Otro de los objetivos del lenguaje inclusivo es visibilizar las identidades no binarias, es decir, considerar a las personas que se asumen con rasgos tanto de hombres como de mujeres y por tal motivo prefieren usar los pronombres neutros como elle en lugar de él o ella. En este caso, el lenguaje inclusivo utiliza las letras e, x o el símbolo @ para elaborar formas lingüísticas neutras como niñes, compañerxs, amig@s (Jiménez y Mancías, 2021, p. 99). También aquí existe un gran rechazo, que proviene desde las propias instituciones sociales, como es el caso de la Real Academia y su postura ante estas nuevas formas lingüísticas.

Otro objetivo, aunque mucho menos conocido, es el de incluir a grupos sociales que no solo se encuentran invisibilizados sino que además son menospreciados como los indígenas, indigentes, trabajadores del hogar, presidiarios, enfermos mentales, indocumentados, homosexuales y muchos otros grupos y comunidades que día a día son discriminados y por lo que es necesario cambiar la manera de nombrarlos e integrarlos al lenguaje (Diédhiou, 2015, p. 32-40).

Finalmente, muchos tienen el posicionamiento ideológico de que, por tratarse de lenguaje inclusivo, debería incluir otros tipos de lenguajes tales como el braille, el de señas, de signos táctiles o morse; sin embargo, esto es erróneo, ya que se tratan de lenguajes de accesibilidad, los cuales persiguen el objetivo de brindarles las herramientas necesarias para comunicar a las personas que tengan alguna discapacidad física (García-Bullé, 2021), pero de ninguna manera incluye el de una identidad diferente, por lo que no es posible que sean considerados como parte del lenguaje inclusivo.

Así pues, el lenguaje inclusivo, al tratarse de una propuesta nueva que nos orilla a asumir una postura tanto política como social, nos precipita a una vorágine en donde las “modas que causan furor en una época pero horrorizan a los hablantes de las generaciones siguientes” (Álvarez, 2017, párr. 5) y por ello no es de extrañarse que algunos significantes pueden provocar significados distintos o hasta opuestos, no solo en la misma época y lugar, sino incluso en una misma sociedad, tal y como se observa en el caso mexicano y su manera de concebir al lenguaje inclusivo.

La percepción de las y los mexicanos

Una vez que tenemos una idea de lo que implica el lenguaje inclusivo, es posible proseguir con el objetivo principal de este trabajo, el conocer la manera en que se percibe esta nueva forma de asumir el lenguaje en una sociedad como la mexicana. Para ello se presenta en primer lugar un concentrado de las respuestas obtenidas mediante el instrumento de análisis elaborado a partir de técnicas de muestreo específicas, con la finalidad de acotar nuestro universo de análisis; y para ello, se optó por el muestreo aleatorio simple y que el sistema de aplicación fuese voluntario.3




Como puede observarse en el cuadro anterior, de las mil personas que respondieron la encuesta, la mayoría pertenece al sexo femenino, 703 participantes y al masculino 291 y en cambio, solo seis personas se asumieron como no binarios. En cuanto a la edad promedio de los encuestados, la mayoría son jóvenes que rondan de los 15 a los 29 años, un total de 557 personas, los de 40 a 59 años son 420 personas y los adultos mayores, de 60 a 80, únicamente 23 participantes, lo anterior en gran medida por las redes en las que se subió la encuesta. Respecto al nivel de estudios la gran mayoría cuenta con Licenciatura, 651 personas, con Posgrado 208, Preparatoria 132 y 9 con secundaria. Como se observa, los mexicanos que más participaron en nuestra encuesta fueron los jóvenes que al ser el grupo que más está buscando cambios en la sociedad, no resulta extraño su nivel de participación. Además de que la mayoría de los participantes cuenta con un nivel de estudio de licenciaturas e incluso posgrado.

Ahora bien, en lo referente a nuestro principal objetivo, iniciemos con la cuestión de la inclusión. La inmensa mayoría de las personas encuestadas consideran que México no es una nación inclusiva, aunque sea de manera vaga, frente a las 68 personas creen que sí lo es. Pese a lo anterior la mayoría de ellos tienen información sobre el lenguaje inclusivo, salvo 53 personas que dijeron no conocerlo. No obstante, cuando se les pregunta si utilizan esta nueva propuesta de lenguaje en su vida diaria únicamente 130 mexicanos lo usan cotidianamente, 312 lo hacen únicamente cuando lo amerita la situación, y 558 lo utilizan en raras ocasiones o nunca. Es decir, que a pesar de ser conscientes de que el país en cuestión es poco incluyente, de que se sabe de la necesidad del uso del lenguaje inclusivo y de que es relativamente conocido, deciden no utilizarlo.

Respecto de la necesidad de aprender a usar este tipo de lenguaje, la opinión está polarizada, ya que la mitad de los participantes creen necesario aprenderlo y la otra mitad no lo creen o al menos no por el momento. Y si además añadimos la idea de que quienes lo aprendan sean niños la opinión continúa polarizada, entre aquellos que creen necesario hacerlos desde temprana edad frente a los que se oponen pues creen que aún son demasiados pequeños para decidir si usarlo o no.

Antes de terminar esta segunda sección, resta mencionar la opinión de los encuestados respecto al uso del @, la e o la x para hacer más visible a las mujeres o a personas que se asumen con géneros distintos. La mayoría opina que con la utilización de dichos caracteres no se cumple ese propósito, mientras que 405 consideran que es un gran avance en favor de la visibilidad.

En cuanto a la tercera sección de la encuesta, aquella enfocada en medios de comunicación, universidades y en las Secretarías de Estado, los resultados fueron los siguientes. La mayoría de las personas encuestadas no han notado el gran empeño que han puesto diversos sectores sociales por introducir el lenguaje inclusivo a su comunicación oficial. Como es el caso del Gobierno Federal que, tras la firma del Acuerdo por la Igualdad entre hombres y mujeres, sus dependencias han empezado a modificar sus reglamentos con la finalidad de ir cambiando el lenguaje que debe ser utilizado para su comunicación oficial por uno mucho menos sexista. Sin embargo, las personas no han notado este cambio tal y como lo deja ver la encuesta realizada en la que 932 mexicanos no conocen ninguna dependencia que utilice el lenguaje inclusivo, frente a 68 mexicanos que sí ubican este esfuerzo en algunas oficinas públicas como el Instituto Mexicano del Seguro Social, la Secretaría de Educación Pública, el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia, la Comisión Federal de Electricidad, los Institutos de la Mujer, el Instituto Nacional Electoral o la Secretaría de Cultura.

Algo similar ocurre con los medios de comunicación, 861 encuestados no conocen algún medio en el que se use el lenguaje inclusivo para su comunicación oficial, en comparación de los 139 que sí reconocen medios de comunicación que lo utilicen como el caso de redes sociales (YouTube, Facebook, algunos Blogs, Twitter), revistas digialtes (Animal político, Reporte Índigo) o incluso el canal de televisón Deutsche Welle.

Respecto de las Universidad ocurre algo parecido, pues a pesar de que hoy en día existen 55 Universidades, tanto públicas como privadas, interesadas en el tema de los derechos de las mujeres y de prácticas que busquen mayor igualdad entre sus integrantes, por lo que han incluido en sus estatutos el uso del lenguaje inclusivo, dictado cursos, talleres o seminarios. Sin embargo; los mexicanos no logran advertir dicho esfuerzo tal y como se observa en la encuesta realizada en donde 896 mexicanos no conocen ninguna institución educativa que lo utilice, frente a las 104 que ubican a universidades como la UNAM, la BUAP, la UASLP, el Tecnológico de Monterrey, la Ibero, la UDLAP, la Universidad de Veracruz y las Escuelas Normales.

Conclusión

Durante esta investigación hemos podido constatar la manera en que actualmente se concibe el lenguaje inclusivo en una sociedad tradicionalista como la mexicana, en donde el sistema patriarcal muestra un profundo arraigo y los cambios no son tan bien recibidos.

Los datos obtenidos a través de la encuesta realizada y aquí expuesta nos mostraron la gran participación de los jóvenes que además cuentan con estudios profesionales, por lo que no es de extrañarse que al menos conozcan algo del tema; en cambio, los adultos mayores, grupo con menos participación, mostraron muy poca aceptación al mismo.

Respecto del lenguaje inclusivo la mayoría de los participantes han escuchado del tema, tienen cierta noción, pero es muy vaga, si a esto le agregamos que de aquellos que conocen del tema la mayoría no los usa a pesar de ser conscientes de su necesidad.

Ahora bien, en cuanto a la necesidad de aprenderlo la opinión está polarizada, entre aquellos que lo creen necesario y los que se niegan a hacerlo; y si, además, añadimos el que sea aprendido desde la infancia la polarización continúa, pues algunos creen que es benéfico para que los niños lo puedan integrar a su manera de hablar desde temprana edad, pero, por otro lado, tenemos a los que creen que no es benéfico pues siendo tan jóvenes los niños no cuentan con la suficiente madurez para decidir si usarlo o no.

Respecto al uso de nuevas grafías en sustantivos, adjetivos y pronombres para hacer más visibles a mujeres y personas que se asumen con géneros distintos, la mayoría de los participantes no la consideran adecuada, pues en lugar de hacerlos más visibles los minimiza aún más. No obstante, existe un sector que cree que sí es una buena forma de visibilizarlos y de reconocerles el valor de la dignidad humana que por mucho tiempo se les ha negado.

Finalmente, las personas encuestadas no han logrado percibir el esfuerzo que están realizando medios de comunicación, Universidades y Secretarías de Estado por incluir un lenguaje más inclusivo y menos sexista a su comunicación oficial tal y como se observa en los resultados mencionados en el apartado anterior. Por consiguiente, podemos confirmar la hipótesis del trabajo, mostrando que la baja aprobación de los mexicanos hacia el uso del lenguaje inclusivo se debe, entre otras cosas, a su desconocimiento y falta de interés por aprenderlo.

Referencias bibliográficas

Arista, E. y Flores, R. (09 de marzo de 2021). El movimiento feminista, el único que hace trastabillar a AMLO. Expansión política. https://bit.ly/3R9VU6O

Álvarez, E. (27 de junio de 2017). Todas, tod@s, todxs, todes: historia de la disidencia gramatical. ElDiario.es. https://bit.ly/3AOJZ7k

Bengoechea, M.(2009). Efecto de las políticas lingüísticas anti-sexistas y feminización del lenguaje. Madrid, Instituto de la Mujer. https://bit.ly/3CU9F5e

Bolívar, A. (2019). Una introducción al análisis crítico del “lenguaje inclusivo”. Literatura y Lingüística, 40, 355-375. http://bit.ly/3if8hSu

Diédhiou, G. (2015). Lenguaje incluyente. En Recomendaciones para el uso incluyente y no sexista del lenguaje (pp. 29-40). México, CONAPRED. https://bit.ly/3ekCmOG

García-Bullé, S. (08 de junio 2021). Opinión: lenguaje inclusivo y lenguaje de accesibilidad. Instituto para el Futuro de la Educación. https://bit.ly/3KGwRWJ

Giraldo, O. (1972). El machismo como fenómeno psicocultural. Revista Latinoamericana de Psicología, 4 (3), 295-309. https://bit.ly/3RxtlAa

Gil, M. (26 de diciembre de 2019). El origen del sistema patriarcal y la construcción de las relaciones de género. Ágora: Inteligencia Colectiva para la Sostenibilidad. https://bit.ly/3cJooW1

Guerrero Salazar, S. (2012). La feminización del lenguaje en la Sociedad de la Información. En Larrondo Ureta, A y Meso Ayerdi, K. (eds.), IV Jornadas sobre Mujeres y Medios de Comunicación (pp. 57-74). España, Servicio Editorial de la Universidad del País Vasco. https://bit.ly/3KLIUSt

Jiménez Yáñez, C. y Mancinas-Chávez, R. (2021). Él, ella, tú y nosotres. El lenguaje inclusivo: entre la aceptación, la asimilación y el rechazo. En Escritura académica con perspectiva de género, propuesta desde la comunicación científica (pp. 91-113). Sevilla, Editorial de la Universidad de Sevilla. https://bit.ly/3KHwET3

Navarro, M. (29 de marzo de 2019). Disgusta a la población que AMLO descuide programas para mujeres. Forbes. https://bit.ly/3Ty67LU

Martínez, A. (2019). Disidencias en la conformación de la gramática: el lenguaje inclusivo. Heterotopías, 2, (4), 1-16. https://bit.ly/3elADIX

Martínez Rivera, F. y Díaz del Ángel, E. (2021). México: el reto de ser mujer dentro de una estructura patriarcal. Asparkía, 38, 41-58. http://bit.ly/3GPpI6r

Milenio Digital. (25 de agosto de 2021). “Es una estupidez”: El día que Mario Vargas Llosa se burló del lenguaje inclusivo y el uso de ‘todes’. Grupo Milenio. https://bit.ly/3eocFMU

Real Academia Española. (2020). Informe de la Real Academia Española sobre el lenguaje inclusivo y cuestiones conexas. Madrid. https://bit.ly/3e9sKpK

Ruiz, B. (agosto de 2018). México: ¿La «cuarta transformación» será feminista? AMLO ante la lucha de las mujeres. Nueva Sociedad. https://bit.ly/3cEfjxX

Sarlo, B. y Kalinowski, S. (2019). La lengua en disputa. Un debate sobre el lenguaje inclusivo. Buenos Aires, Godot.

Toche, N. (26 de agosto de 2019). El lenguaje inclusivo distrae del verdadero problema de fondo: Concepción Company. El Economista. https://bit.ly/2zm1nBp

Notas

1 Como es el caso del escritor Mario Vargas Llosa o la lingüísta Concepción Company que demuestran pública y constantemente su rechazo por el uso de este tipo de lenguaje (Toche, 2019; Milenio Digital, 2021).
2 Tales como el rechazo de su uso por parte de algunos lingüistas, la no aprobación de la Real Academia Española, cuestiones ideológicas, políticas (como las mencionadas anteriormente con el caso del presidente AMLO) y hasta escolares (en el afán de ponderar el lenguaje correcto sobre el incorrecto).
3 Por cuestiones de espacio en este cuadro se abrevia Lenguaje Inclusivo como LI.

Notas de autor

* Sonia Patricia López Camargo es Doctora en Estudios Humanísticos por el Tecnológico de Monterrey y Maestra en Ciencias del Lenguaje por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP, México). Actualmente realiza una estancia posdoctoral en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP, Argentina) desarrollando su investigación sobre el uso del Lenguaje Inclusivo. Su línea de investigación gira en torno al análisis del discurso, principalmente el discurso político. Ha realizado estancias de investigación tanto en la UNLP como en la Universidad Complutense de Madrid (UCM, España). Cuenta con experiencia laboral tanto en la docencia como en funciones públicas de nivel municipal y estatal. Entre sus publicaciones se destaca La construcción de la emoción en los discursos de campaña política (2018) en la Revista Pragmalingüística de la Universidad de Cádiz (UCA, España).


Buscar:
Ir a la Página
IR
Modelo de publicación sin fines de lucro para conservar la naturaleza académica y abierta de la comunicación científica
Visor de artículos científicos generados a partir de XML-JATS4R