Ensayos
Recepción: 16 Junio 2022
Aprobación: 11 Septiembre 2022
Resumen: Los docentes universitarios se encuentran ante un gran reto debido a la llegada de algunas herramientas y la consolidación de otras como las TIC. China particularmente ha experimentado gran- des avances económicos que han impulsado su agenda geopolítica, y es un buen ejemplo para ver algunas prácticas que se viven diariamente en distintas latitudes, pero de una forma exponencial, y tomar lecciones de ello desde diversos ángulos (ya sea de coyunturas muy concretas como la emergencia por la covid-19, hasta otros de más largo aliento como la educación a distancia y otros cuasi filosóficos como el concepto mismo de aula, en un marco de continua necesidad de innovación y adaptación. Asimismo, es importante conocer hasta qué punto este avance se ha trasladado a un nivel de excelencia educativa, especialmente universitaria, para poder tener una perspectiva más clara sobre si la nación asiática tendrá los suficientes elementos para cumplir con sus ambiciones geopolíticas de convertirse en una potencia mundial. En este texto se analizan aquellos factores, especialmente políticas públicas, que permiten avizorar un asentamiento en la élite de la educación superior mundial y cuáles factores representan aun retos que deben solucionarse, así como aquellos que debido a su naturaleza serán más complicados cambiar del paradigma en el que actualmente se encuentran.
Palabras clave: Educación, Universidades, China, Docente.
Abstract: University teachers are facing a great challenge due to the arrival of some tools and the consolidation of others such as ICTs. China, in particular, has experienced great economic advances that have driven its geopolitical agenda, and it is a good example to see some practices that are experienced daily in different latitudes, but in an exponential way, and take lessons from it from different angles. either from very specific situations such as the emergency of COVID-19, to other more long-term ones such as distance education and other quasi-philosophical ones such as the very concept of the classroom, in a framework of continuous need for innovation and adaptation. Likewise, it is important to know to what extent this progress has been transferred to a level of educational excellence, especially university education, in order to have a clearer perspective on whether the Asian nation will have enough elements to fulfill its geopolitical ambitions of becoming a world power. In this text, those factors are analyzed, especially public policies that allow us to foresee a settlement in the elite of world higher education and which factors still represent challenges that must be solved, as well as those that due to their nature will be more complicated to change the paradigm in the world. that are currently found.
Keywords: Education, Universities, China, Teacher.
Introducción
Los docentes de todas las universidades del mundo enfrentan distintos retos, pero algunas experiencias internacionales son más importantes que otras. En el caso de China es importante entender cómo pasaron en poco más de 50 años de ser una élite muy poco conocida a ser parte importante de la maquinaria educativa.
Ese cambio ha requerido aceptar retos y emprender acciones importantes como el paso de la cultura del papel a la computadora, posteriormente a las TIC y, ahora, a la cuarta revolución industrial con diferentes herramientas e interacciones aún por implementar. Si se analiza con detalle se puede ver que, como en todos los países desarrollados, o incluso en desarrollo, la educación universitaria es un embudo que solo permite el emprendimiento de los más aptos y que se nutre de un sistema educativo básico que mientras mejor apuntalado y fuerte se mantenga, la otra será mejor.
El caso de China es uno de esos. El país ha logrado avances importantes que hacen pensar que en un futuro contará con el capital humano necesario para mejorar aquellas áreas donde aún no es competitiva, como las relacionadas con la alta especialidad en la economía del conocimiento. Sin embargo, esto solo ocurrirá si se logran minimizar las enormes brechas que aún existen entre algunas regiones y si las políticas permiten el desarrollo de la innovación que suele ser desalentada por procesos engorrosos y la censura de las autoridades, de forma que limitan posibilidades de nuevos entendimientos educativos.
En ese contexto, se han tomado como guía para este ensayo los siguientes objetivos: analizar las buenas prácticas de China en los últimos años en materia de educación universitaria; abordar los retos que se deben superar de cara a un futuro como superpotencia y establecer posibles lecciones en materia educativa.
El tema es muy amplio y siempre discutible, pero los trazos generales que aquí se plantean permiten atisbar una realidad importante en el marco de la geopolítica global y la configuración de las relaciones económicas internacionales para el presente y futuro.
La educación en China de los últimos años
En las últimas décadas China ha sido el país que el mundo ha volteado a ver por distintos motivos: económicos, sociales, políticos, financieros y de salud; los educativos no han sido la excepción. Por ello hoy se revisan y reflexionan algunos aspectos sobre el ámbito universitario de ese país y las características que son clave para ese.
De acuerdo con Treviño (2019), el sistema educativo chino, especialmente el universitario, es uno de los mejores en el mundo: es gestionado por el Ministerio de Educación; la educación es gratuita y obligatoria para estudiantes de los seis a los quince años (al igual que en México), después de esta edad deben pagar tasas y realizar exámenes de admisión, lo cual lleva a una mayor selectividad en los niveles superiores. Así mismo, desde pequeños, los alumnos son guiados por valores que cubren estándares como la calidad del desempeño, disciplina educativa y respeto a los docentes.
Es importante aclarar que los colegios en China se dividen en públicos y privados, pero el nivel de educación en estos últimas es mucho mayor que el de los primeros, lo que representa un gasto más elevado para las familias –puede alcanzar hasta los mil dólares por mes (Caggiano et al., 2011).
Para Treviño (2019), uno de los más grandes éxitos de este sistema es la disciplina. Los estudiantes deben cubrir más de diez horas de estudio: asistir a clases en un horario de 8 a.m. a 3 o 4 p.m., y cumplir con actividades y tareas extraclase, en las grandes ciudades tienen clases adicionales musicales, artísticas y deportivas; el respeto a los docentes también es algo que se les enseña desde muy pequeños. Gracias a estos valores trabajados e inculcados, China se encuentra dentro de los primeros lugares en calidad educativa en el mundo (Adriano y Guzmán, 2013).
Otro aspecto importante son los idiomas extranjeros, se imparten dos o tres clases en inglés, y en algunas escuelas de élite los alumnos de quinto y sexto grado ya dominan el idioma.
Para Pedregal (2017), el proceso de apertura china comenzó hace cuarenta años, este incluyó diferentes áreas como la comercial, educativa, y el de las empresas globales en tecnología y ciencia. Para ello, la universidad fue la principal herramienta y la más poderosa para llevar a cabo esta transformación. En la actualidad hay 2500 universidades que reciben un 45% de los jóvenes chinos, además de estudiantes extranjeros. El objetivo de estas medidas es que la educación sea más inclusiva; el Ministerio de Educación chino ha concretado varios acuerdos con diferentes países de América Latina y el Caribe para un intercambio educativo, tecnológico, científico y cultural.
Por otro lado, la evidencia empírica muestra que los estudiantes de movilidad internacional llevan consigo la cultura china a sus hogares en el extranjero y así empieza a expandirse por todo el mundo. A su vez, su presencia en las aulas occidentales, en donde predominan por su disciplina, también aporta cambios enriquecedores con relación al ámbito educativo.
De acuerdo con el artículo publicado por la empresa Chinapass (s/f), “La Educación en el Gigante Asiático”, cuando China se posicionó muy fuerte en la crisis que experimentó Europa en 2008 tuvo la oportunidad de desarrollar empresas globales poderosas, lo cual lleva a cuestionar si esto es consecuencia de la educación. Algunos expertos afirman que el sistema educativo del país potencia los talentos personales de cada estudiante desde preescolar.
La crítica en este punto surge porque su sistema tradicional es todo lo contrario de lo que la psicopedagogía infantil sugiere en la educación del ser humano: la sumisión, el respeto y la obediencia al docente son completos, incluso el de los padres de familia hacia ellos, aun cuando las técnicas de enseñanza añaden gritos y amenazas por parte de los profesores. El camino puede ser traumatizante, según los estándares de una cultura más progresista, pero más allá de la aplicación de estas técnicas didácticas, los representantes de la educación en China se sienten orgullosos de los resultados.
Según lo mencionado, la competencia se gesta en los exámenes formales y en las clases de todos los días a través de la resolución de preguntas y problemas rápidos, se cultiva con el esfuerzo y la disciplina diaria, de ahí la reputación sobre la formación de genios en sus universidades. Así, el sistema educativo chino muestra dos caras: una donde la ciencia y el estudio son una forma de vida, y otra donde se ubican sus técnicas y estrategias de enseñanza, que en el mundo occidental resultan difíciles de comprender y siguen siendo cuestionadas en el momento de analizar el sector educación (Pedregal, 2017).
Frente al confinamiento y el cierre de las universidades, el país asiático tuvo que establecer estrategias virtuales de aprendizaje, lo que pudiera considerarse como la mayor experiencia en línea de toda la historia de la humanidad.
De acuerdo con la UNESCO (2020), tras haber suspendido las clases presenciales en las universidades, el Ministerio dio inicio al plan “Garantizar la continuidad del aprendizaje mientras los cursos permanezcan afectados”. Durante dos semanas, después de suspender todas las reuniones presenciales, dicho órgano programó teleconferencias con los encargados de la gestión escolar, los proveedores de las plataformas y los cursos en línea, los suministradores de telecomunicaciones y otras partes interesadas, para planificar la puesta en marcha del programa. Las políticas educativas estuvieron encaminadas a que todos los alumnos pudieran acceder a las clases y a exigir a los principales proveedores de internet redoblar esfuerzos para favorecer la enseñanza en línea.
Otra línea de atención durante la pandemia fue incrementar la capacitación sobre el uso de las Tecnologías de la Información, especialmente en las universidades; en ellas se aperturaron para sus estudiantes más de 24 000 cursos en línea, con base para la mayoría de los casos, en la inteligencia artificial; se movilizaron 22 plataformas de cursos en línea válidas para ofertar cursos gratuitos.
Se habilitaron plataformas virtuales educativas y canales de televisión abierta, se difundieron programas de instrucción en línea, se programó la televisión digital y algunas aplicaciones móviles para asegurar la educación de todos los estudiantes. Se implementaron y adoptaron métodos flexibles y puntuales para la enseñanza-aprendizaje. También hubo medidas para reforzar la seguridad en línea, brindar apoyo psicológico y de servicio de salud por covid-19 durante la pandemia (Vidal, 2018).
Al igual que otros países, la respuesta de China en el ámbito educativo ante el nuevo coronavirus fue extraordinaria. Como ejemplo de ello, y de acuerdo con Marielza Oliveira, directora de la Oficina Regional de la UNESCO en Beijing, fue realmente rápida la implementación de alianzas entre los gobiernos nacionales y locales, el sector privado y la sociedad civil para reforzar las capacidades educativas mediante recursos de aprendizaje suplementarios como la difusión de información y contenido en redes sociales. Aunque es importante mencionar que el área de oportunidad de China es mejorar la conectividad de internet y remediar la falta de competencias docentes en las regiones rurales y la protección de la privacidad de los estudiantes universitarios.
Un mecanismo de seguimiento y evaluación se puso en marcha en ese momento con miras a examinar los resultados del aprendizaje de los alumnos. Ahora que las universidades han reabierto sus puertas para recibir a miles de programas, resulta necesario un reajuste de los programas pedagógicos en función de los resultados que arrojen las últimas evaluaciones (Vidal, 2020).
Los retos de China como potencia educativa en un mundo cambiante
No hay duda de que la nación sínica es una potencia educativa mundial y sobre todo que tiene una visión internacional, bastan los siguientes datos para exponer su magnitud: es el país que cuenta con mayor número de Branch University Camp (universidades con sucursales en otros países), es la nación de Asia del Este que posee más universidades en la mayoría de las listas de rankings universitarios y el segundo país con mayor cantidad de artículos de revisión internacional publicados en el mundo.
Esto muestra que a lo largo de los años ha procurado una influencia mayor en la élite, expone incluso una clara resignación a seguir las estructuras de Occidente, en materia de ciencia y conocimiento general, aunque ellos mismos tengan una tradición milenaria, que no le envidia nada a otras latitudes. Sin embargo, esto podría cambiar, al menos en algunos grados, debido a dos grandes factores. Por un lado, la implementación de la política comercial de la “Franja y la ruta” que es la estrategia mediante la cual China pretende expandir su comercio y su esfera de influencia, primero, en Asia y posteriormente en Europa. Esto la ayudará a consolidarse como una potencia mundial; pero además la perspectiva productiva y logística, tiene una vertiente claramente educativa, científica y cultural.
Por otra parte, debido a las ambiciones expansionistas y al tablero geopolítico mundial, pero particularmente el del lejano Oriente, aunado a los confinamientos obligados por la crisis sanitaria de la covid-19, se perfila un escenario en el cual China revierta su tendencia a integrarse, a su manera, a las estructuras educativas y científicas de occidente, dado que empieza a tener los incentivos y la fuerza para construir su propio camino, no solo dirigirlo, incluso crearlo y pavimentar. Sin embargo, esto era poco probable hasta hace muy poco y aún hay dudas sobre si de verdad será posible, ya que se ha observado el crecimiento de la educación superior privada (no controlada por el Estado), pues representa el 31% de todo el sector, lo que llama mucho la atención en un país con un sistema de partido único, que domina toda la esfera pública e incluso la privada.
Otro aspecto importante a considerar, como menciona Pedregal (2017), es que la lengua franca en materia universitaria, aún en las escuelas que no son de elite, es el inglés, no el chino; lo que es un fuerte argumento para pensar que incluso si se quisiera hacer un desacoplamiento de las estructuras tradicionales europeas y norteamericanas, sus alcances serían limitados. China ha intentado por décadas posicionar sus universidades dentro de la “clase mundial”, por medio la movilidad estudiantil internacional. Aunque es importante acotar que cada vez hay menos intención de enviar a estudiantes al extranjero debido a las dificultades de regresarlos a casa, por lo que lentamente se está moviendo a un sistema inglés más preocupado por atraer estudiantes a sus escuelas que por mandar a los suyos, aunque se recuerda que esto aplica en la élite, porque incluso universidades muy prestigiosas no pueden absorber todo el talento nacional, así se genera una competencia feroz por ocupar las pocas plazas disponibles.
Al final se pueden ver las fortalezas del sistema universitario chino para atraer talento debido a que no se tienen que pagar altas cuotas como en Australia, Corea del Sur o Japón, lo que sirve como instrumento político pero que también nutre la enseñanza. Por otro lado, si bien hay un problema de demanda que evita que todo el talento nacional reciba la educación necesaria, genera también una selectividad muy fuerte que puede competir en los mercados mundiales.
De acuerdo con Liu (2020), la pregunta que siempre han tenido que plantearse los docentes es el método idóneo para la enseñanza, pero la pandemia, sin lugar a dudas, llegó para replantear los métodos tradicionales. Hoy en día la educación en línea requiere enfrentar los nuevos retos de esta modalidad, cambiar a un sistema de trabajo híbrido, evitar algunos trabajos repetitivos y romper la barrera del tiempo y el espacio. Sin embargo, como cualquier sistema innovador, que en este caso no pudo ponerse a prueba para corroborar su funcionalidad, tiene deficiencias. En una situación en la que no se puede sino elegir la educación en línea como la única forma de enseñanza-aprendizaje, se descubren muchos problemas, a causa de los cuales los profesores se enfrentarán a un gran desafío.
La pandemia por covid-19 llegó a transformar, cuestionar y desafiar al sistema, tanto para docentes, alumnos y administrativos, así como para ejecutores de políticas educativas; enfrentar retos sobre poner en marcha una enseñanza-aprendizaje en línea a gran escala implica una amplia cobertura de internet, el uso de dispositivos móviles inteligentes u otros productos electrónicos o un nivel relativamente alto de la digitalización en la educación.
Ahora bien, aunado a los sistemas de capacitación docente ya existentes, los profesores están obligados a tomar actualización de las nuevas tecnologías, aplicaciones, software y creación de contenido educativo. De igual forma, el panorama actual demuestra que muchas universidades no están conectadas con las industrias emergentes, especialmente en las áreas de humanidades y ciencias sociales. Por lo tanto, cuando el coronavirus impuso el aislamiento estricto a todos para minimizar los riesgos masivos de contagio y las universidades no tuvieron otro remedio que optar por una educación a distancia, los profesores se quedaron desconcertados frente a su ordenador y no sabían por dónde empezar (Liu, 2020).
La implementación completa de la educación en línea a la que obligó la pandemia, no es solo un reto para los profesores, sino también una oportunidad para las autoridades de promover las reformas, actualizar los conceptos e innovar los métodos de enseñanza. Por lo tanto, por ser los primeros en aplicar plenamente esta modalidad en todo el país, su caso tiene un especial éxito en el sector educativo universitario y puede servir de referencia para otros países que enfrentan la misma situación.
Otro punto para revisar es la diferencia tan grande en el desempeño docente entre las diversas regiones de China. El nivel que se tiene en Shanghái no es si quiera parecido al de Mongolia interior, y aunque se podría decir de cualquier país (en especial de aquellos muy grandes), aquí la magnitud del problema se funda en que esas asimetrías son tan enormes que cuestionan la viabilidad de todo el sistema y de los proyectos que lo sustentan. El problema es tanto de cobertura como de calidad, por tanto, se pueden dar diferencias entre el analfabetismo y la super élite tecnológica en regiones vecinas (Correa, 2019).
De no lograr minimizarse esas diferencias, China no podrá dar el salto que requiere y ser guía en el muy competitivo mundo de la excelencia universitaria.
Lecciones en materia educativa
La educación universitaria en China muestra una continua mejora desde hace unos cuarenta años; conforme se ha dado la apertura de su economía fue creando una enseñanza superior de calidad, que poco a poco se ha ido adaptando a las nuevas necesidades en proporción a su objetivo de convertirse en una superpotencia. Claramente sus valores confucianos en materia de esfuerzo total y colectivo han creado un asiento sólido en la educación básica, que, aunque tiene mucho por mejorar, es gratuita, obligatoria y, sobre todo muy exigente; con estudiantes que se dedican al aprendizaje por más de diez horas diarias seis días a la semana y que permite una población capacitada para afrontar el “cuello de botella” en los exámenes de admisión de las universidades. Mismas que, como ya se explicó, han sabido adoptar el inglés como la lengua franca del mundo globalizado de hoy, no solo en la super élite, incluso en los centros universitarios estatales, lo que incrementa potencialmente la competitividad del país.
Si se hace un corte de caja hasta el presente, se debe aceptar que el resultado sea notoriamente positivo, se agrega como éxito la atracción del talento de otros países a China; esto lo convierte en el gran centro educativo del lejano Oriente, con la consecuente importancia para la divulgación de esa cultura. Además, habría que agregar que durante la pandemia por covid-19, el desarrollo demostrado en materia tecnológica fue notorio, no se dejó sin clases a los grandes grupos de su población. Un claro ejemplo es la manera en cómo se pudo incrementar la banda ancha de las principales plataformas educativas, con conexiones simultáneas de hasta cincuenta millones de personas, buscando siempre la eficiencia y evitando trabajos repetitivos.
En este sentido, se puede asumir para otras latitudes la lección de que los cambios en esta época son constantes. Es una idea que, aunque pareciera común, no se observó en otros tiempos, por tanto, se encuentra un reto claro: la reinterpretación continua de la propia práctica docente, lo que lleva consigo oportunidades, pero también problemas. Por un lado, se observa que cuando el crecimiento económico lo demanda y la necesidad de profesionales de un cierto tipo es elevada, los maestros que no cuentan completamente con la cualificación requerida pueden obtener un trabajo debido a la necesidad, estos mercados de trabajo tienden a estabilizarse con el tiempo y la ventana de oportunidad suele ser breve, pues de no adaptarse plenamente pueden ser reemplazados rápidamente y encontrarse fuera de un sistema que ya no los necesita. Por ello, una lección obvia es la importancia de una capacitación constante, pero incluso así, queda claro que la época del conocimiento otorgado empieza a quedar superada y es necesario facilitarse y crearse el propio.
Aunque, de acuerdo con Caggiano et al. (2011), también hay que mejorar las políticas que por momentos ahogan el sistema, al que cuya continua vigilancia del partido comunista, inhibe o a veces prohíbe expresiones importantes en especial en el área de las humanidades. También falta mucho en la capacidad de atraer el talento que ha sido enviado a las universidades del mundo y que no siempre cuenta con los incentivos adecuados para regresar a casa. A eso hay que agregar los esfuerzos que se exigen para hacer una transición completa al “modelo inglés” y con ello atraer a universitarios de otras latitudes.
Por último, es relevante para los planes de consolidación geopolítica China superar los problemas de calidad, cobertura y proyección de la educación universitaria para poder así asentarse en la economía del conocimiento como una potencial global.
Conclusiones
Las ambiciones geopolíticas chinas, así como lo particular de su sistema político, han logrado hacer avanzar enormemente la educación universitaria, tanto en términos de cobertura como de calidad. Los docentes de hace solo dos generaciones difícilmente podrían comprender lo que hoy se enseña en los salones y cómo se hace, porque incluso la misma definición de aula, que ya estaba cambiando, ahora se reinterpreta completamente dada la pandemia por covid-19.
Otro punto que requiere particular atención, y que el caso deja como oportunidad, es la importancia de entender que aun en un país tan inmenso, las TIC, las aulas virtuales, los cursos en línea y la capacitación constante pueden fallar, pero son indispensables. Esta lección que parece una contradicción es de hecho una realidad palpable, ya han sido superados los viejos debates de si usar marcador o diapositivas, o incluso libros físicos o virtuales. Todo lo que sirva para el proceso de enseñanza se debe usar y todo debe tener un soporte digital porque siempre se ocupa, incluso si es solo como un respaldo ocasional, o si se vuelve a presentar una pandemia ahora más agresiva, que al menos en materia educativa ya no debiera ser una total sorpresa.
El último gran aprendizaje para los docentes universitarios debe ser que de acuerdo con la experiencia china y aunque otras naciones presenten otros marcos de actuación, se debe ya pensar en virtud de la economía del conocimiento que se experimenta pero que está por venir con aún más fuerza, una en la cual la innovación y no la memorización, la adaptación y no la rigidez, son los elementos más importantes para la labor, aun si esto requiere una constante reinvención del actuar docente.
Referencias
Adriano Anaya, A., Guzmán Díaz, R. (2013). Conocimiento, economía y desarrollo y sociedad: trazos desde la complejidad. En-claves del Pensamiento, VII(14),123-143.
Caggiano, V., Sánchez, J. C., y Hernández, B. (2011). Competencias emprendedoras en la educación universitaria. International Journal of Developmental and Educational Psychology, 3(1), 19-28. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=349832330001.
Correa López, G. (2019). Inversión extranjera directa y la iniciativa china de la franja y la ruta. México y la cuenca del pacífico, 22, 69-87. https://www.redalyc.org/journal/4337/433757996003/html/.
La educación en el gigante asiático. (s/f). https://www.chinapass.com.ar/nota/La-educación-en-el-gigante-asiático/.
Liu L. (2020). La enseñanza de ELE en línea ante emergencia de salud pública. estudio de caso: China Marcoele. Revista de Didáctica Español Lengua Extranjera, 30.https://www.redalyc.org/journal/921/92161847011/html/.
Pedregal, R. (2017). El ascendente camino de la internacionalización de la educación superior en china: ¿cooperación o competencia? México y la cuenca del pacífico, 20, 89-115. https://www.redalyc.org/journal/4337/433757506004/.
Treviño, N. (3 de enero de 2019). ¿Cómo es la educación en china? CHINA SERVICE. https://chinaservice.com.mx/2019/01/03/como-es-la-educacion-en-china/.
UNESCO. (19 de febrero de 2020). ¿Cómo China garantiza la continuidad del aprendizaje cuando el coronavirus afecta las clases? https://es.unesco.org/news/como-china-garantiza-continuidad-del-aprendizaje-cuando-coronavirus-afecta-clases.
Vidal, M. (5 de marzo de 2020). China, lecciones ‘online’ para 280 millones de alumnos. EL PAÍS. https://elpais.com/sociedad/2020-03-05/china-lecciones-online-para-280-millones-de-alumnos.html.
Vidal, M. (3 de diciembre de 2018). La nueva ruta de la seda, el gran plan estratégico de china. EL PAÍS. https://elpais.com/economia/2018/11/30/actualidad/1543600537_893651.html.