Interseccionalidad en los estudios de familia: género, raza y sexualidad
Abordaje sistémico de la violencia en pareja: procesos de cambio y adaptación*
Systemic approach to intimate partner violence: processes of change and adaptation
Revista Latinoamericana de Estudios de Familia
Universidad de Caldas, Colombia
ISSN: 2145-6445
ISSN-e: 2215-8758
Periodicidad: Semestral
vol. 14, núm. 2, 2022
Recepción: 21 Septiembre 2021
Aprobación: 07 Febrero 2022
Resumen: Objetivo. Comprender y movilizar procesos de adaptación y cambio en parejas que presentaban dinámicas de relación configuradas como violentas, desde la reflexividad en articulación con la terapia narrativa. Metodología. La investigación intervención tiene un corte de tipo cualitativo. Se desarrolló a través de un estudio de caso múltiple en la ciudad de Bogotá (Colombia), con dos parejas mayores de edad, a partir de unos escenarios narrativos conversacionales propuestos. El proceso de análisis de resultados se llevó a cabo a través de categorías deductivas de tipo semántico desde el paradigma de las ciencias de la complejidad, en un orden sistémico. Resultados y Conclusiones. Por un lado, se reconoce un anclaje entre los conceptos adaptación y cambio, esto desde una posibilidad dialógica, recursiva y simultánea, en donde las dinámicas generadoras de violencia limitaban en las parejas la emergencia de novedades, los recursos de evolución y los procesos de bienestar. Por otro lado, la articulación simultánea de la reflexividad y la terapia narrativa, permitió escenarios de reflexión como reinvención identitaria de los sistemas participantes. Finalmente, se reconoce la identidad de la pareja como un proceso posibilitador de novedades adaptativas.
Palabras clave: pareja, adaptación, cambio, reflexividad, terapia narrativa, estudio de caso múltiple.
Abstract: Objective. To understand and mobilize processes of adaptation and change in couples that presented relationship dynamics configured as violent from reflexivity in articulation with narrative therapy. Methodology. This intervention research has a qualitative approach. It was developed through a multiple case study in the city of Bogotá (Colombia) with two couples of legal ages, based on proposed conversational narrative scenarios. The process of analyzing the results was carried out through semantic- type deductive categories from the paradigm of the sciences of complexity in a systematic order. Results and conclusion. On the one hand, anchorage between the concepts adaptation and change is identified from a dialogical, recursive and simultaneous possibility where the dynamics that generated violence limited the emergence of novelties, the resources of evolution and the processes of well-being in couples. On the other hand, the simultaneous articulation of reflexivity and narrative therapy allowed reflection scenarios as an identity reinvention of the participating systems. Finally, the identity of the couple is recognized as a process that enables adaptive novelties.
Keywords: couple, adaptation, change, reflexivity, narrative therapy, multiple case study.
Introducción
La investigación tuvo la intención de abordar el fenómeno de la violencia de pareja a partir de un proceso investigativo e interventivo que permitiera comprender los procesos de adaptación y cambio, así como reconocer la identidad de pareja como un factor fundamental en la construcción de las pautas violentas y buscar el posicionamiento de la reflexividad como un método clínico en la psicoterapia sistémica.
Frente a los procesos de adaptación y cambio, comprendidos desde una postura recursiva y simultánea, se buscaron movilizaciones que permitieran en las parejas la redefinición del dilema, favoreciendo nuevas narraciones sobre las situaciones vividas que generaran procesos de cristalización a nivel evolutivo. Esto se relaciona con los planteamientos de Bayona et al. (2015), quienes mencionan la importancia de integrar y poner en juego las diferentes voces o narraciones a partir de las situaciones vividas, con el fin de evitar procesos de estancamiento a nivel relacional en la vida de pareja. Por otra parte, se empleó la terapia narrativa en articulación con la reflexividad, con la finalidad de originar movilizaciones en un sistema que se encontraba cristalizado, frente a esto, Duque (2017), menciona que los procesos en donde se incluyan aspectos relacionados con una posibilidad de generar diálogos generativos dan lugar a la activación de los procesos de transformación, facilitando un encuentro genuino con el otro. En complemento con lo anterior, Pazos et al. (2014), resaltan el uso de la terapia narrativa, así como los medios narrativos para lograr una apreciación de los procesos de adaptación y coevolución humana, puesto que esto permite una emergencia de novedades adaptativas que favorecen a los procesos de cambio en los sistemas.
En este sentido, se planteó la posibilidad de movilizar conversaciones guiadas tanto desde la experiencia emocional como racional, ya que como mencionan López et al. (2018), dentro de un proceso terapéutico con parejas es primordial el reconocimiento de las narrativas manejadas frente a vivencias, versiones o experiencias en situaciones de violencia para lograr brindar un nuevo significado; y por otro lado, también es importante el reconocer como emergente el papel del terapeuta dentro de los procesos de cambio y transformación de los sistemas que asisten al espacio terapéutico.
En complemento con lo anterior, tomando en cuenta el fenómeno de estudio con las parejas, en este caso violencia de tipo verbal o psicológica, se considera importante traer a colación lo dicho por la OMS (2002), entidad que, por un lado, la describe como el uso deliberado de la fuerza o el poder, ya sea en un grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, un grupo o comunidad, que pueda causar lesiones, muerte o daños psicológicos, y por otro lado, se refiere a la violencia emocional comprendida como cualquier acción u omisión que genere un daño psíquico o emocional, que pueda afectar el autoestima o limitar con el apoyo de los demás, insultos, gritos, amenazas, intimidaciones, desvalorizaciones, etc.
Teniendo en cuenta lo anterior, se considera pertinente clínicamente realizar un proceso de psicoterapia de pareja en la investigación en mención.
Por último, en el proceso de revisión documental se reconoce la postura del terapeuta como circular dentro del proceso de investigación e intervención desde un dominio racional y emocional, en este sentido, el terapeuta se configura como un actor más en el proceso de cambio y transformación.
En este orden de ideas, se planteó la siguiente pregunta problema: ¿Cómo se comprenden y movilizan los procesos de adaptación y cambio en articulación con la construcción identitaria de la pareja en dinámicas de relación configuradas como violentas desde la reflexividad y la terapia narrativa?
Metodología
El proceso de investigación se realizó bajo el paradigma de la complejidad, con un enfoque sistémico, basado en una epistemología construccionista- constructivista, enmarcado en un estudio de tipo reflexivo con una apuesta investigativa-interventiva, propuesta por Pakman (1996), y ubicada en la cibernética de segundo orden de von Foerster (1991).
Así mismo, se desarrolló a partir de un estudio de caso múltiple, que permitió describir y contrastar los resultados obtenidos luego de la implementación de los diseños de investigación intervención fundamentados en los principios operadores es decir, la autorreferencia (Elkaim, 2005), la reflexividad (Guber, 2001) y la circularidad (Echeverría, 2004; Morin, 1999).
Procesos de producción de información
Se realizó un análisis categorial que permitió inicialmente ordenar secuencialmente los datos textuales de la conversación. Y, posteriormente, para su interpretación, se diligenció la matriz de análisis categorial que contenía los conceptos metodológicos del macroproyecto: “Historias y narrativas familiares en diversidad de Contextos de Estupiñán et al. (2006), como historias y relatos alternos y experiencia, y los conceptos metodológicos del proceso de investigación (Tabla 1). Se aclara que a cada uno de los participantes se le asignó un seudónimo (Tabla 2) que permitiera salvaguardar la identidad y confidencialidad.
Concepto metodológico | Definición |
Identidad de pareja en dinámicas de relación configuradas como violentas | La identidad de pareja se concibe como la construcción de un tercero movilizado por la dinámica relacional y narrativa de dos personas, en donde se generan significados en torno a lo que los define como pareja. Por otro lado, al hablar de dinámicas de relación configuradas como violentas, desde un carácter relacional, se reconoce que estas pasarán a ser producto de las interacciones repetitivas alrededor de dilemas no resueltos, generando cristalizaciones e imposibilitando las actualizaciones en la construcción de significados y relaciones. |
Reflexividad y terapia narrativa | La reflexividad se ve como una característica inherente al self, en este sentido pasa a permear todas las áreas de los seres humanos, dándole al sistema terapéutico la capacidad de volver sobre las historias privilegiadas que no permiten las actualizaciones en el sistema. Los procesos narrativos, por otra parte, se utilizan como ese dispositivo privilegiado en terapia que permite la transformación de la experiencia vivida. |
Emergencia de novedades adaptativas y procesos de cambio en dinámicas configuradas como violentas | Los procesos de cambio se encuentran ligados a la amplificación de las dinámicas de bienestar, calidad de vida y promoción de relaciones democráticas que dignifiquen las relaciones humanas. La novedad es comprendida desde la resignificación de vínculos que tienen las relaciones con una pauta de violencia, se generan anclajes frente a la redefinición de ser familia, el ser pareja, el amor, se reconoce al otro como legítimo en la interacción, esto puede originar nuevas configuraciones y procesos adaptativos en donde se generen cambios en las narraciones identitarias que manejan las parejas en su relación, lo que moviliza procesos tanto de invención como de reinvención, frente a esto, se generan posibilidades creativas a nivel adaptativo ligadas al cambio. |
Pareja 1 | Pareja 2 | ||
PM1 | Pareja mujer 1 | PM2 | Pareja mujer 2 |
PH1 | Pareja hombre 1 | PH2 | Pareja hombre 2 |
INV1 | Investigador 1 | ||
INV2 | Investigador 2 | ||
DI | Directora de investigación |
Participantes
Se realizó un estudio de caso múltiple, con dos (2) parejas que presentaran alguna dinámica de interacción ligada a la violencia y que acudieran por servicios de atención psicológica en la ciudad de Bogotá; por otro lado, que llevaran mínimo seis meses de relación y que contarán con medio de conexión virtual para realizar un proceso de telesalud, debido a la contingencia por el COVID-19 (Tabla 3).
Inclusión | Exclusión |
Mayores de 18 años. | Deseo expresado de no participar en el proceso. |
Parejas con un motivo de consulta ligado con dinámicas de violencia verbal o psicológica. | Ser menor de 18 años. |
Interés por participar en un proceso terapéutico y de investigación. | No contar con una red de Wi-Fi (esto debido a que el proceso de investigación se abordó desde la modalidad de telemedicina). |
Consideraciones éticas
Para el proceso de investigación, se elaboró una carta de consentimiento informado con base en los estándares estipulados por el Colegio Colombiano de Psicología (COLPSIC), junto a la Ley 1581 de 2012 frente a la protección de datos y la resolución 8430 frente al nivel de riesgo, con el fin de salvaguardar la información, privacidad y confidencialidad de los actores participantes. Frente a la resolución 8430, la investigación se enmarcó en un riesgo mayor al mínimo, en ese sentido, en los investigadores primó garantizar el bienestar de los sistemas humanos que asistieron a los encuentros más que los resultados del proyecto de investigación.
Técnicas de producción de información
Se realizaron seis (6) diseños de escenarios conversacionales, con el fin de permitir una orientación clara en el desarrollo de los encuentros. A continuación, se presentan los escenarios con sus nombres y objetivos (Tabla 4).
Título del escenario | Objetivo del escenario | Estrategias y técnicas |
Reconociéndonos en pareja | Facilitar la construcción del sistema terapéutico, reconociendo los actores involucrados y la función que cumple la violencia dentro de la dinámica de la diada conyugal | Externalización del problema, mediante uso de figura artística |
Desenterrando mi herencia | Reconocer las narrativas dominantes en torno a la violencia de pareja, dando paso a la reconfiguración del motivo de consulta | Escenario reflexivo mediante construcción de museo, sobre momentos en la relación |
¿Qué es esto de ser pareja? | Facilitar la externalización de lo configurado como problema, evocando las experiencias vividas y narradas para favorecer los relatos alternos | Escritura de monólogo. Uso de la re-autoría |
Cuando el cuerpo habla y nosotros callamos | Promover los procesos de cambio y transformación a través de la co-construcción de mundos posibles más allá de las violencias, a partir de la emergencia de relatos alternos | Reescritura de historias. Construcción de poema terapéutico |
Construyendo historias | Comprender y resignificar las pautas relacionales que mantienen las dinámicas de relación configuradas como violentas | Carta terapéutica |
Apreciación de lo construido | Producir nuevas acciones y significados en la relación de pareja, favoreciendo los diálogos generativos | Preguntas reflexivas circulares |
Técnicas de análisis de la información
Los escenarios se realizaron a través del protocolo de Milán (Navarro, 1985), trabajados en cuatro momentos específicos: pre-sesión, sesión, inter-sesión y post-sesión, permitiendo que los investigadores abordaran el encuentro tanto desde diferentes lugares de observación como enunciación. Para el análisis de la información se desarrollaron matrices de análisis categorial deductivo, en las que se triangularon los conceptos metodológicos de la investigación, con los del macroproyecto, a través de un análisis narrativo conversacional de tipo semiótico, semántico y pragmático, lo que posibilitó el brindar sentido a las conversaciones desarrolladas (Estupiñán et al., 2006).
Resultados
A continuación, se expondrán los principales resultados construidos a la luz de la investigación-intervención y las principales emergencias que suscitaron durante el proceso.
Inicialmente, se buscó explicar la construcción de la identidad y comprender los procesos de adaptación y cambio en parejas con dinámica violenta, en donde finalmente se pudieran favorecer los procesos de adaptación y cambio mediante la recursión entre la terapia narrativa y la reflexividad.
En cuanto al primer objetivo específico, que pretendía explicar la identidad de pareja en dinámicas de relación configuradas como violentas, se comprendió que el proceso permitió que cada uno de los miembros de la diada lograra reconocer las características y pauta relacional en la que se encontraba inmersa la pareja.
En este sentido, inicialmente se comprende cómo la acumulación de demandas y tensiones no resueltas alrededor del rol que debe cumplir cada uno de ellos en la relación se convierte en conflicto, y es que al no cumplir con las expectativas que tiene cada uno de los miembros de la diada esto se transforma en un malestar que no es dialogado de manera directa, sino que se presenta de manera analógica, el reconocer esto permitió que se generaran procesos de cambio y transformación que favorecieran la creación de espacios de diálogos generativos. En este sentido, se comprende cómo la naturalización de roles de género y la desigualdad asociada a los diferentes relatos privilegiados en torno al significado de masculinidad-feminidad, pudieron facilitar las diferentes situaciones de violencia, en donde esto se conecta no solo con la esfera privada de la pareja, sino se encuentra asociado a lo social, cultural, psicológico y antropológico.
Por otro lado, se reconoció que una situación que permea la identidad de estas parejas y las enmarca en pautas de relación violenta, está relacionada con experiencias de vida asociadas a situaciones de maltrato experimentadas en sus familias de origen, esto ocasiona predisposición e impide ir al encuentro con el otro de manera genuina.
También se reconoce que las parejas se concentraban en los eventos ocurridos en el pasado, esto favorecía en los sistemas la construcción de explicaciones lineales- causales del síntoma, generando estancamiento en el interior de la diada.
Historias
Al trabajar con las parejas se encuentran relatos saturados en torno a lo definido como problema en la díada conyugal; la historia narrada en un primer momento, tiene un aspecto deficitario en torno al rol y al deber ser en la relación, las expectativas, demandas, sacrificios que tanto histórica como socialmente han comprendido hacen parte de una relación. En este sentido, las versiones privilegiadas configuran cristalizaciones en la pauta relacional, que no les permitían emergencias de cambio y bienestar a los sistemas, PH-PM1 logran reconocer cómo la historia familiar impacta en la manera de conducir la relación.
Durante los diseños metodológicos realizados surge la pregunta sobre cómo la construcción identitaria configura dinámicas de violencia, reconociendo a la identidad cómo estética, continua y permeable; así también, las situaciones de violencia generan un detenimiento en los procesos de autonomía, lo cual afecta la construcción identitaria de las parejas y su reafirmación interna, social, emocional y psicológica trascendiendo a esferas de tiempo y espacio.
Por otro lado, es importante hacer mención sobre los procesos de cristalización que se han mantenido a lo largo del tiempo, generando estancamiento en la construcción identitaria de la pareja, como se observa en el siguiente relato:
Pareja 2. Esc. 2. (19-PH2): Pero el problema es que esto no se ha configurado en este fin de semana, esto no es como desde hoy, o sea esta situación se repite siempre, cada vez que hay una pelea, PM2 rompe con los canales de comunicación y esto no es de este fin de semana, esto es de meses y meses atrás […]. (Hombre, 31 años, comunicación personal, 7 de septiembre de 2020)
Por otra parte, la identidad de pareja, vista en la pareja 2, se comprende desde una comunicación virtual, en donde esta permite encuentros legítimos de amor y entendimiento, así como situaciones que son comprendidas como castigo en la relación, en donde uno de los dos genera bloqueos en redes sociales, tales como WhatsApp, Instagram, entre otras; esto restringe tanto los procesos de interacción como de comunicación, expresando indiferencia hacia la relación, causando insultos entre diversas situaciones, lo cual es percibido como una amenaza a la relación.
Frente a este concepto, se reconoce que la identidad de la pareja estaba construida desde la individualidad, en donde no se permitían reconocer al otro miembro de la pareja en la relación, esto facilitó las cristalizaciones en torno a las pautas violentas como estrategia de “comunicar al otro mi malestar”. En este sentido, a través de la terapia narrativa en conexión con la reflexividad, se movilizaron diferentes historias en las que la violencia y las dinámicas mantenidas no sean una posibilidad de relación. Pareja 2. Esc 3. “Ok… yo veo una relación estable, segura, fuerte, basada en amor y confianza donde las peleas no sean el fin sino una oportunidad de aprender, veo una relación con PM2 basada en el respeto” (46-P2-3-PH2).
Experiencia
Se comprende que las experiencias vividas y narradas se encuentran en una recursión con el desarrollo de significados relacionados con los eventos vividos en el dominio histórico y evolutivo que han generado tensión y que permean la forma en la que son vividos los eventos críticos, así como el significado que cada uno de los miembros de la pareja le ha atribuido a estos acontecimientos y que afectan la configuración identitaria de la pareja e imposibilitan la actualización de la pauta relacional. No solo hablando de experiencias a nivel de la diada conyugal, sino a nivel social que también han impactado en la identidad que se quiere construir, en donde la voz y las opiniones externas se vuelven una verdad absoluta en la relación.
Por otro lado, las diferentes experiencias vividas como pareja llevan a los miembros a cuidarse en cuanto a la reacción que pueda tener el otro, en ocasiones para evitar ingresar en una escalada de conflicto; en este sentido, el silencio es comprendido como una movilización hacia la protección a partir de un sentimiento de temor. Pareja 2. Esc 2. “O sea yo creo que yo no puedo seguir en eso y es diciendo que sí a todo, para que PH2 no se moleste, para que no se ponga de mal genio, para que no pasen estas cosas” (11-P2-2-PM2).
Por otro lado, se identificó, además, cómo la experiencia vivida y narrada en la relación de pareja se encuentra ligada a posiciones, en una relación simétrica por la lucha por el poder:
Pareja 2. Esc 2. (72-PM2): ¿Qué siento yo? siento que literal es como, es como una lucha por el poder, literalmente es así y muchas veces es molesto porque PH2 me dice, yo lo busqué y me dijo: “¿Por qué se tiene que parar la pelea solo cuando tú quieres y no cuando yo quiero?” y entonces yo pensé: okey las peleas se paran cuando uno quiere o el otro quiere. […]. (Mujer, 27 años, comunicación personal, 7 de septiembre de 2020)
Acorde a lo anterior, se observa cómo las parejas que participaron en la investigación presentaban relaciones de orden simétrico que se había rigidizado, haciendo que los miembros se encontraran en una lucha constante por el “poder”, el cual estaba ubicado en muchas ocasiones en una persona y no era compartido.
Asimismo, se reconoce que para estas parejas el ceder estaba relacionado con debilidad y pérdida frente al otro y demostrar esto no es válido ni permitido, siendo interpretado como un acto de fragilidad. Dialogar y circular esto en el espacio, genera malestar debido a la necesidad de que la otra persona ceda y muestre debilidad para permitirse demostrar y asumir la propia responsabilidad.
Por otro lado, se reconoce el papel que tiene la familia de origen en la construcción de lo que cada uno de los miembros configura como el “ser pareja”; con esto, se comprende cómo las relaciones con la familia de origen impactan en la identidad de la pareja, donde las experiencias vividas a lo largo de la trayectoria vital individual tienen una repercusión en la manera de significar la relación, tal como se observa en el siguiente relato:
Pareja 1. Esc. 1. (23-PH1): Pues toda la familia a veces se mete muchísimo en la vida de nosotros; es más, este es el momento y que todavía se meten en decir: venga y usted porque no hace esto y una cosa; se meten muchísimo ya en el hogar de nosotros y a raíz de eso también hay una problemática con los padres de PM1, sobre todo con la mamá. […]. (Hombre, 32 años, comunicación personal, 15 de junio de 2020)
Frente al relato anterior, se puede comprender cómo la familia de origen a lo largo de la historia conyugal ha tenido peso y voz frente a las decisiones a tomar en la relación, generando tensiones en la diada.
Relatos alternos
Frente a este concepto, se observa en las parejas participantes la intención de reescribir su historia de vida, brindando un nuevo sentido a lo vivido, así esto implique retar comprensiones históricas propias y familiares que se habían configurado como un relato dominante, llegando a deslegitimizar el rol de cada uno de los miembros de la pareja.
Por otro lado, se logra una reconfiguración a nivel experiencial anclada en la identidad, es el tránsito realizado entre el yo y el nosotros el que permite procesos de autonomía y clarificación de límites a nivel familiar, en donde la identidad adquiere posibilidades polifónicas y novedosas. En complemento con lo anterior, en la identidad se generan reconfiguraciones en torno a los procesos de desarrollo, crecimiento y evolución originados a partir del reconocimiento mutuo, respeto y solidaridad.
Resulta importante resaltar las diferentes comprensiones suscitadas en el espacio terapéutico en torno al ser pareja, el uso de la metáfora de Caillè (1992): uno más uno, son tres, esta permite a las parejas una actualización alrededor de su identidad, más allá de la suma de individuos, la identidad como pareja, sus definiciones, significados, etc.
Reflexividad y terapia narrativa
Para el tema relacionado con reflexividad y terapia narrativa se tenía como objetivo el favorecer mediante la recursión de estas, los procesos de adaptación y cambio en parejas que presentan dinámicas violentas; en este sentido, se reconoce que la reflexividad permite que se diversifiquen los significados frente a cómo vive la pareja su experiencia relacional, emocional y afectiva.
Asimismo, la implementación de la terapia narrativa, en articulación con la reflexividad, permitió que en el espacio de investigación e intervención se desarrollaran los recursos, posibilidades de aprendizajes y nuevos potenciales creativos tanto de las parejas como de los investigadores interventores.
En este sentido, esta experiencia transformó a todos los participantes, permitiendo una apertura a la singularidad y novedad que pasó a generar posibilidades de cambio y adaptación, sustentadas en la construcción de nuevos significados e historias, en la transformación y diversificación de versiones o premisas generadoras de mayor adaptación.
Historias
Realizar la recursión entre la terapia narrativa y la reflexividad como principio operador en terapia permitió reconocer emergencias, así como movilizaciones en torno a lo definido como problema. Así también, poner en conversaciones la pluralidad de versiones en torno a la posibilidad de cambio y bienestar. El uso de la terapia narrativa en recursión con la reflexividad permitió que el sistema terapéutico volviera sobre el lugar de enunciación e interpretación en torno a la relación conyugal.
Por otro lado, la implementación de estrategias narrativas encaminadas desde el arte como un atractor extraño facilitó en las parejas los procesos de reflexividad y la reconstrucción de la identidad, permitiendo generar ambientes de respeto para la resolución de una situación dilemática, configurando nuevos significados, así como posibilidades de afrontamiento para resolver las situaciones de tensión. Finalmente, posicionar a la reflexividad como un método clínico en terapia permitió que se diversificaran los significados frente a cómo vive la pareja su experiencia relacional, emocional y afectiva.
Experiencia
Tomando en cuenta lo sucedido durante el espacio de investigación, la diada reconoce que las experiencias de infidelidad vividas en el interior de la pareja se usaban como un mecanismo de ataque y desafío, con el fin de mantener la pauta relacional.
Pareja 1. Esc 1. (78-PH1): O sea, uno cansado de pelear y pelear, pelea presente, me voy, empieza a llamarme, si no le contesto empieza a escribirme a insultarme a tratarme mal a decirme que soy un no sé qué, que esto, que lo otro”, ¿que cómo sé si le gustan?, empieza a sacarme lo del pasado […]. (Hombre, 32 años, comunicación personal, 15 de junio de 2020)
En este sentido, se observan cuentas de cobro que se constituyen como pendientes, cuando no se ha redefinido el significado de los eventos que fueron puntuados como dilemáticos, imposibilitando los procesos de crecimiento de la construcción de la identidad como pareja. Se configura la unión a través de la retaliación, que aumenta el clima de hostilidad y a partir de allí, se generan heridas emocionales y sufrimiento.
Frente a lo anterior, se pueden posibilitar reflexiones sobre la experiencia vivida, en las que los escenarios de violencia se configuren en emergencias generativas y dialógicas que posibiliten el establecimiento de límites, y la creación de acuerdos construidos conjuntamente en la pareja, así como de relaciones dignificantes e igualitarias, en donde el otro se defina como legítimo en la interacción.
Relatos alternos
Frente al concepto en mención, se reconoce que las parejas logran construir relatos alternos en torno a acontecimientos vividos, relacionados con la forma en la que se han venido constituyendo las interacciones de la diada conyugal, tanto a nivel comunicacional como relacional. Mediante las estrategias implementadas se facilitó tanto la expresión como la validación de estos mismos en el interior de la pareja, tal como se comprende en el siguiente relato:
Pareja 1. Esc 5. (29-PH1): Poder cambiar la parte de saber cómo hablarnos, poder respetar la palabra o la opinión de la otra persona, eh, porque los dos tenemos pues puntos de vista muy diferentes, pero, de pronto, en ese punto de vista que tenemos, pues que en la conclusión o en las opiniones que tengamos cada uno llegar a mutuo acuerdo. […]. (Hombre, 32 años, comunicación personal, 12 de agosto de 2020)
Por otro lado, los relatos alternos posibilitaron emergencias respecto a lo concebido como problema, la posibilidad de manejarlos reflexivamente permitió encontrar puntos de acople en la relación, en donde el poder no se centra en una persona, sino que se concibe la dinámica tanto comunicacional como relacional en un ejercicio mutuo, haciendo que el pasado y los sucesos que generan tensión, no determinen el presente. Esto posibilita espacios de diálogo en los cuales se pueden movilizar las cristalizaciones en torno a los dilemas no resueltos, generando en las parejas nuevas dinámicas relacionales que permitieran ver al otro como otro legítimo en la interacción y facilitó relaciones de carácter democrático.
Pareja 2. Esc 4. (84-PH2): algo bien curiosos porque anoche había temas bastantes difíciles por tocar, que son bobadas pero era un tema muy difícil de tocar y yo siempre le decía anoche a PM3: “Como es que… ¿cómo hago para tocarte un tema sin que tu estalles en ira, en rabia y te suma la cólera y la rabieta?”, entonces ella me dijo: “Como no le des vueltas, simplemente dime como te voy hablar de algo”, como que: “Prepárate”; entonces hoy, cuando antes de empezar la sesión yo le escribí: “Hey, voy hablar de cosas que son incómodas, prepárate”; como: “ya te estoy haciendo caso de muchas cosas que me dijiste de cómo hacerlo. Pensé que ibas a estallar en ira sinceramente, (…) pero me siento muy tranquilo, por lo menos hablar de temas difíciles, porque ha sido algo muy maluco y es cuando hablo de algún tema que a ti no te gusta, eres bastante reactiva, pero pues gracias por ser receptiva ante lo que se está diciendo” […]. (Hombre, 25 años, comunicación personal, 24 de septiembre de 2020)
Emergencia de novedades adaptativas y procesos de cambio
Las parejas presentaban una pauta cristalizada en la invalidación del otro en la relación, en donde sus relaciones configuradas simétricamente no posibilitaban reflexiones hacia el cambio; por otro lado, el ponerse en el lugar de observación e interpretación del otro y las necesidades de la pareja, les permitió tener un encuentro legítimo, desde una posibilidad relacional, en donde la violencia no fuera una manera de interacción.
Historias
La pareja 1, por un lado, presentaba dilemas frente a las diferentes maneras de expresión relacionadas con el amor, esto debido a historias de infidelidad, en donde el otro es silenciado y el pasado es entendido como una cuenta de cobro. Y por otro lado, a lo largo de la historia de pareja, las nociones de amor e infidelidad han generado procesos de cristalización en donde no se permite una reescritura de estos sucesos, lo cual no facilita los procesos de cambio en la dinámica de pareja, esto es dominante a lo largo de los escenarios. Al ser confrontado y resignificado, se favorecieron los procesos de autonomía, libertad, dignidad, esperanza y solidaridad.
Por su parte, la violencia verbal configuraba patrones de interacción que los llevaba a extremos, como la dependencia o el distanciamiento afectivo. Pareja 2. Esc. 2. “Pero es algo que se configuró al principio de la relación y es, si tenemos un problema me desconecto, te bloqueo, no te contesto las llamadas” (06-P2-2-PH2).
Experiencia
Las diferentes posibilidades de cambio se relacionan con diversos órdenes de evolución y adaptación recíprocas, en donde cada uno de los miembros del espacio de investigación e intervención logran reconocer las diferentes formas de organización del sistema, así como las realidades emergentes, favorecedoras de creatividad. Pareja 1. Esc. 2. Mujer de ------ “eso es lo que yo me llevo, como que también a pesar de las cosas que uno tenga encima, el estrés laboral o el estrés social, pues también existe la parte como de tiempo también hacia la pareja” (06-P1-19- PM2).
Las estrategias utilizadas dentro del espacio terapéutico, así como los compromisos pactados para el trabajo continuo fuera del mismo permitieron construir nuevas experiencias, comprensiones y significado de lo configurado como dilemático, en donde cada uno de ellos logra reconocer los recursos con los que cuentan como pareja. Pareja 1. Esc. 3. Mujer de 28 años “Sí, como lo estaba diciendo, yo creo que deberíamos entre PM1 y yo pensar más en nosotros, en tratar de no pelear tanto, de irnos por el camino que nos sirve a los dos y estar como más unidos” (…) (03-P1-36- PM2), (…) Pareja 1. Esc. 3. Hombre de 32 años “Y que las personas digan lo que digan pues no importan, o sea, que hablan lo que hablen” (03-P1- 37- PH2).
Relatos alternos
Además, el proceso terapéutico debió ir encaminado a reconocer las aperturas comunicacionales y relacionales que permitieran la construcción de espacios seguros, en donde se dio paso a iniciar el diálogo sobre temas difíciles.
Finalmente, la pareja permitió por medio de estrategias narrativas (cartas y la proyección en línea de tiempo de su relación) nuevas estrategias de afrontamiento a los dilemas, actualizando y co-construyendo los significados en torno al ser pareja.
Procesos autorreferenciales en la investigación
Como principio orientador en terapia, los procesos autorreferenciales permitieron poner en juego las emociones e interacciones de los investigadores, generando movimientos que favorecieron la redefinición de la demanda de ayuda, así como de las estrategias de intervención.
En un inicio los investigadores interventores reconocen que los sistemas consultantes ven el espacio terapéutico como parte de las soluciones intentadas. Hay que mencionar, además, la necesidad de encuadrar el escenario, destacando el papel fundamental que cumple la pareja en la movilización de los procesos de cambio y transformación, utilizando la metáfora del faro de luz en un camino lleno de oscuridad, donde el terapeuta es el faro, pero es la pareja quien elige o no transitarlo. En últimas, se reconoce que las parejas son capaces de decidir de manera autónoma el camino a transitar en el espacio terapéutico.
Es importante resaltar los diferentes posicionamientos que se tuvieron como investigadores interventores, en donde el dominio racional o la posición de experto se movilizó, poniendo a circular emocionalmente lo comprendido durante el espacio, tomando en cuenta la estética de un proceso terapéutico, en donde esto permitió una vinculación con las parejas a partir de una posición emocional genuina desde la postura de los terapeutas.
Por último, junto al sistema se generaron nuevas versiones en torno al ser pareja, la violencia, ser hijo, ser hermano, en donde se vieron retadas apreciaciones de los mismos investigadores que históricamente se vieron contrastadas con lo vivido en el proceso terapéutico, así como puestas a circular en el espacio de investigación, en donde se permitió un anclaje reflexivo y emocional con la historia de los sistemas consultantes; también, se buscó que sintieran el espacio como propio, con el fin de lograr anclajes y convergencias entre todos los actores involucrados.
Discusión
A continuación, se pondrán a conversar los resultados construidos de la investigación/intervención con los planteamientos conceptuales en relación con los conceptos metodológicos manejados, tales como identidad de pareja, adaptación y cambio, reflexividad y terapia narrativa.
En correspondencia con los objetivos de investigación que pretendían identificar cómo se construye la identidad de las parejas que presentan dinámicas de relación configuradas como violentas, se puede observar que los aportes realizados por la presente investigación/ intervención dan apertura para profundizar sobre los procesos de construcción de la identidad; de forma particular se identificó que las pareja se narran desde el problema, generando procesos de cristalización en su configuración identitaria.
Estos dilemas que causan tensión propician el distanciamiento en la díada, lo cual se relaciona con lo planteado por López et al. (2018), quienes manifiestan la importancia de que la pareja pueda “redefinir” y “negociar”, con el fin de generar actualizaciones relacionales y favorecer las novedades adaptativas del sistema. Con esta premisa, se buscó mediante la reflexividad y la terapia narrativa, fomentar procesos de cambio y transformación en la comprensión de la identidad, en donde se permita una reorganización a lo largo del tiempo.
Asimismo, las diadas logran concluir que la pareja es un tercero incluido en la relación; en este sentido, es importante que este tercero empiece a construir su identidad. Este comentario converge con lo mencionado por Neuburger (1998), quien trae el concepto de “casa-pareja”, planteándola como la institución en donde se instauran cada uno de los miembros de la diada conyugal y, con la apreciación de Caillè (1992), quien hace la analogía uno más uno, son tres, en donde ambas posturas, permiten realizar una convergencia, sobre el tercero que se constituye en la diada conyugal.
De otra parte, las relaciones definidas desde la violencia en las parejas en la presente investigación/intervención se habían mantenido en el tiempo, como una forma de interacción en el interior de la diada, ocasionando cristalizaciones en la interacción de la pareja. Además, la pareja planteaba la búsqueda de un proceso de psicoterapia como una alternativa a las situaciones vividas, esta tenía el objeto de darle fin a la escalada que se venía presentando.
Por otro lado, se reconoce que las parejas intervenidas tenían una visión tradicional de la violencia de pareja, en donde se estaba en una búsqueda constante de una “víctima y un victimario”. En este sentido, el permitir una reconfiguración sobre lo que la pareja comprendía por violencia en el interior de su relación, llevó a una movilización de carácter relacional, acorde con lo planteado por Perrone y Nannini (1998), en donde las movilizaciones en el interior de los sistemas, se originan a partir de una forma particular de comunicación entre dos o más actores.
Frente a lo anterior, Hernández (2007), hace referencia al principio de circularidad que se presenta en las dinámicas de violencia, como un repertorio de interacciones, entendido también como una manera de comunicación y control sobre las situaciones que se presenten. En este sentido, se pudo observar cómo estas dinámicas en las parejas eran constantes y tenían como fin establecer posiciones relacionales con base en los conflictos o dilemas no resueltos.
Frente a lo mencionado y en cuanto a la comunicación, es decir, a las interacciones vividas, Luévano (2021), menciona cómo en diversas relaciones de pareja se presenta una naturalización de comportamientos no nombrados y cómo puede surgir una violencia psicológica como un recurso para afrontar las diferencias interpersonales, con esto, resulta de vital importancia en la intervención realizada, fomentar un espacio para conversar sobre lo no nombrado, con el fin de disminuir las tensiones, así como comprender la simetría relacional manejada al interior del sistema, en donde esto permita una generatividad en torno a nuevas aprecicaciones sobre el lugar de enunciación del otro y permitir una relación solidaria.
Frente a lo anterior, Macario (2013) y Sanmartín (2000), hacen mención del concepto de “poder”, el cual juega un papel muy importante al interior de las parejas, esto se evidencia en el proceso de investigación-intervención, donde el mismo se encontraba implícito en una sola persona, convirtiéndose en un motivo de conflicto en la dinámica relacional. En este sentido, en los espacios de intervención se posibilitan las relaciones igualitarias y equitativas que incluyen el afecto y cuidado del otro en la interacción. En cuanto al objetivo relacionado con la reflexividad en articulación con la terapia narrativa, se reconoce que la reflexividad como método clínico en terapia, permitió movilizaciones en torno a apreciaciones propias y del otro, haciéndolo legítimo en la interacción.
Por otro lado, realizando una recursión entre ambos desde una posibilidad dialógica, se reconoce cómo el anclaje de ambos conceptos permite en los sistemas involucrados diversas posibilidades de observación, explicación e interpretación. El permitirse observar sobre su propia acción y reflexión, así como el uso de un lenguaje generativo, posibilitan la construcción de una realidad con una multiplicidad de significados.
Gutiérrez y Delgado (1995) y Jaramillo (2014), consideran que la reflexividad se encuentra implícita en los procesos de investigación, y que esta es cambiante en los espacios que se fomenten, permitiendo generar movilizaciones dentro de los sistemas y actualizándolos en los espacios terapéuticos. Frente a la recursión manejada, se logra observar cómo la reflexividad y la terapia narrativa se puede conectar de una forma dialógica para generar apreciaciones tanto en un orden comprensivo como emocional, en donde todos los actores se pueden vincular en estos dominios, originando nuevas versiones en torno a lo comprendido de la situación vivida.
Los procesos de reflexividad en los investigadores interventores, permitieron fomentar una experiencia de carácter colectivo, en donde cada actor involucrado ponía a circular en la conversación diferentes experiencias, así como significados en torno al ser pareja, la familia y la importancia de generar acuerdos que permitan darle trámite a los eventos cruciales de la relación, esto se relaciona con lo planteado por Cubides (2014), quien manifiesta la vital importancia de la integración de la terapia narrativa, que permita comprender relatos en torno a las experiencias y necesidades de cada uno en la diada.
Por otro lado, posicionarnos desde la novedad o, en términos de Ardila y Chacón (2019), “atractor extraño”, posibilitó emergencias de carácter reflexivo, en donde el uso de la reescritura de historias, uso de fotografías y las cartas terapéuticas, entre otros, facilitó un anclaje con la reflexividad de los actores participantes y permitió una expresión más abierta frente al sentir que retaron las explicaciones en torno al mantenimiento de la violencia. Castillo et al. (2012), retoman la metáfora usada desde la escuela narrativa, “la persona nunca es el problema, el problema, es el problema”, en donde, anclando este postulado con el denominado “atractor extraño”, posibilita nuevas versiones en las parejas en torno a la situación que los moviliza al espacio de consulta, redefiniendo nociones acerca del ser pareja, ser hijos, entre otras, lo cual permite visualizar adyacentes posibles.
Con relación a, lo definido como pareja, Benavides et al. (2021), hacen mención de cómo las parejas manejan cierto tipo de idealización, así también, un “deber ser” del hombre y la mujer al interior de la diada, frente a esto, se logró comprende en el proceso de investigación-intervención, que estas comprensiones no se habían puesto a circular en las dinámicas comunicacionales de pareja, generando tensiones y conflictos frente a lo esperado en una relación, en donde poner en conversación estos dilemas, permitió producir apreciaciones de carácter generativo en torno al rol y deber ser, y encaminarlos a un entendimiento de la pareja.
A través de la terapia narrativa, las parejas reconocen que se encontraban centradas en el pasado, esto reafirmó la construcción de explicaciones lineales y causales del dilema que las convocaba al espacio terapéutico, lo que no les permitía nuevas posibilidades relacionales. Frente al uso de la terapia narrativa en los procesos de investigación-intervención, Pakman (1996) y Echeverría (2004), mencionan la multiplicidad de significados que existen sobre una experiencia que se encuentra en desarrollo y en evolución, esto posibilita la transformación de la realidad desde un dominio múltiple y creativo del lenguaje, lo cual permite organizar y reorganizar la experiencia humana.
Ricoeur (2000), menciona que las estructuras narrativas presuponen un acto de estructuración, en donde la narrativa puede ser comprendida como un puente, para generar explicaciones acerca de sucesos y de experiencias vividas y narradas. Lo anterior, lleva a pensar cómo movilizar las distintas experiencias de las parejas. Otro aspecto a resaltar es el rol del investigador, que como lo mencionan Schön y Guerra (1998), en primera instancia puede ocasionar convergencias, así como divergencias en el espacio terapéutico, que posibilitan tanto conexiones emocionales como vivenciales de la experiencia narrada entre los actores, en donde la postura de experto pasa a una posición de reflexión emocional, permitiendo generar distintos niveles de conversación para el desarrollo de relatos alternos.
Por último, Maturana y Varela (1990), hacen mención de cómo la adaptación se comprende como una forma de organización en las relaciones, la manera de estructurar la relación y la identidad de las parejas se encontraba anclada en una individualización y silenciamiento del otro, no abiertos a una posibilidad de reorganización como reinvención, lo cual se fue actualizando en la noción de ser pareja, permitiendo novedades adaptativas y aperturas emocionales de una manera recíproca.
Frente a las apreciaciones entorno al cambio, se visualiza cómo el narrar las situaciones, movilizar reflexiones y relatos, y entender las relaciones como un constante movimiento y transformación, permiten una vinculación de diferentes maneras, facilita procesos de desarrollo, crecimiento, evolución y nuevas sinergias relacionales, generando un reconocimiento mutuo, respeto y solidaridad. Surge una complementariedad en torno a lo dicho por Bateson (1998), en donde el cambio es un aprendizaje que es conservador, frente a lo cual realizamos una conexión con el autor. Adicionalmente, se reconoce que el cambio, desde una mirada narrativa, favorece nuevas comprensiones y significados de las experiencias vividas y narradas, reconfigurando relaciones que favorezcan la legitimación del otro en la relación.
Resulta relevante hablar sobre aquellas historias alternas que los sistemas construyeron dentro del espacio terapéutico, los cuales dejan de lado las versiones dominantes enmarcadas en la violencia y pasan a construir significados alrededor de lo que configuraban como dilemático. Por otro lado, la nueva pauta se enmarca en la posibilidad de generar espacios seguros para la comunicación y la expresión de las necesidades afectivas que podrían tener cada uno de ellos, esto se relaciona con los resultados obtenidos en la investigación realizada por Prada (2012), quien identificó que los miembros de la diada conyugal generalmente le otorgan un significado a su propia historia de vida; en este sentido, enmarca la importancia de generar dentro del espacio terapéutico una alineación de esas historias o narraciones, con el fin de lograr un entendimiento de la problemática que llevó en un inicio a estas parejas a sus dilemas relacionales.
Referente a las diferentes construcciones alrededor de la comunicación, se considera importante mencionar lo propuesto por Giraldo y Rodríguez (2018) frente a las diferentes posibilidades comunicacionales alrededor de la tecnología, y cómo esta puede ser un muro o un puente en las relaciones humanas, en las diadas se pudo observar cómo las herramientas tecnológicas también eran usadas como una manera de retaliación, que mantenían las pautas simétricas en la relación conyugal.
Finalmente se reconoce que cada uno de los seres humanos es experto de su realidad; así mismo, los terapeutas toman una posición de facilitador y guía en el proceso de cambio y transformación; estos hallazgos se relacionan con lo planteado por Brenes y Salazar (2015), quienes en su investigación reconocen que el terapeuta debe ser capaz de trabajar no solo desde su subjetividad, sino que también debe tener la capacidad de generar espacios que permitan integrar la subjetividad de cada uno de los participantes del espacio terapéutico. También representa un aporte importante a lo planteado Wendt et al. (2020), quienes resaltan las prácticas reflexivas como una herramienta alternativa para la violencia psicológica de pareja.
Conclusiones
Las relaciones simétricas que presentaban las parejas se encontraban cristalizadas y esto no permitía la movilización en las posiciones relacionales, facilitando escaladas de hostilidad que se empezaron a configurar como una posibilidad relacional, donde sus historias los llevan a narrarse desde la violencia, buscando en el proceso terapéutico una oportunidad de cambio. Así mismo, dentro de la diada conyugal las peleas se enmarcan como un sinónimo de liberar tensiones y realizar solicitudes a la pareja, el poder tiene un rol en el mantenimiento de la simetría en la relación; busca una escalada a nivel relacional, en la cual, uno de los dos debe posicionarse sobre el otro, en donde el ceder se manifiesta como debilidad y obstaculiza novedades relacionales para un encuentro legítimo en la interacción con el otro.
Por otro lado, los eventos históricos que enmarcan a la diada conyugal se convierten en un factor que no favorece novedades adaptativas a las dinámicas configuradas como violentas, debido a la no resolución de los conflictos, generando cristalización en las situaciones enmarcadas desde la violencia. Se comprende un potencial de cambio en torno al bienestar que da cuenta de la necesidad de poder brindar un nuevo sentido a lo vivido y reconfigurar la identidad construida en la relación conyugal, enmarcada en una posibilidad dialógica. Los escenarios reflexivos activaron la capacidad de reinvención identitaria, donde se potencializaron recursos propios de su identidad para el abordaje de situaciones que generen tensión de una manera generativa. Las parejas se permiten establecer relaciones de solidaridad, respeto mutuo, legitimización del otro en la interacción, así como de afecto y cuidado del otro y propio en la interacción, con base en distintas posibilidades como el diálogo y la conversación para el enriquecimiento de su historia narrada como vivida.
La articulación de la reflexividad y la terapia narrativa, posibilitó nuevas comprensiones en torno a lo definido como problema, en donde el ponerse en el lugar de enunciación del otro posibilita nuevas dinámicas de comunicación, de interacción dentro del contexto terapéutico, permitiendo nuevas versiones del ser pareja. Así como los procesos reflexivos manejados en el interior del espacio terapéutico, la reflexividad manejada por los terapeutas permite ampliar el entendimiento sobre la situación vivida por las parejas, generando una conexión emocional desde el sentir de la diada, favoreciendo movilizaciones guiadas hacia nuevas apreciaciones, así como una reescritura de su historia.
Por otra parte, la reflexividad y la terapia narrativa en recursión permitieron potenciar los escenarios reflexivos con el fin de activar la capacidad de reinvención identitaria en las parejas, reconociendo los recursos de la diada para el afrontamiento y resolución de eventos generadores de tensión, brindando así nuevas apreciaciones alrededor de lo definido como problema, lo cual facilita un posicionamiento de este fuera de la pareja, así también, se facilitó una co-construcción de mundos posibles y realidades alternas en torno a las posibilidades de cambio.
Asimismo, a través de la reflexividad se reconoce el lugar de enunciación- observación del investigador para conocer el mundo y que de esta forma pueda participar e involucrarse cognitivamente, emocionalmente y relacionalmente con las emergencias del proceso de cada uno de los actores involucrados.
Entre los aportes realizados derivados de la investigación-intervención, está la recursión realizada entre la adaptación y cambio en relación con la identidad de pareja, en donde se comprende cómo relacionalmente se encuentra en un constante movimiento, que vincula posibles aperturas para encarnarse de maneras distintas.
La identidad de pareja adquiere ciertas posibilidades polifónicas, novedosas, en una lógica de flexibilidad dinámica, en donde no se lee desde lo definido como problemático, sino que permite flexibilizar los relatos que se imponen desde una lógica dominante en relación con las pautas violentas, permitiendo la deconstrucción de las pautas configuradas como violentas, en donde se reconoce la ausencia de escenarios de intimidad afectiva y mandatos generacionales que mantienen la violencia o la naturalizan.
Por otra parte, el espacio investigativo e interventivo permitió a los investigadores generar actualizaciones vinculadas con la construcción de significados sobre la violencia, vista ahora como un fenómeno relacional, contextual y cultural que se conecta con narrativas privilegiadas sobre el ser pareja, el ser hijo, el ser hermano y lo que implica para la diada conyugal esté inmersa en entornos sociales y familiares, los cuales dotan con significado la relación.
Un aporte significativo, en relación con la reflexividad vista por los investigadores interventores, situados desde una perspectiva de segundo orden, en donde la posición de expertos es retada por un dominio emocional, frente al ser pareja como su identidad, el ser hijo, el ser hermano, ser psicólogos, así como lo definido y comprendido como violencia, permite procesos de resignificación en donde lo emocional circula en el espacio, fomentando y co-construyendo nuevas versiones en relación con la identidad de las parejas. En complemento con lo anterior, se reconoce el potencial manejado desde la reflexividad en los contextos terapéuticos, lo cual permite conexiones bidireccionales, incluso circulares en un orden emocional con los sistemas en su historia vivida y narrada.
Por último, como una recomendación para futuras investigaciones, desde la experiencia vivida en el proceso de investigación, se sugiere integrar en los procesos de investigación al sistema jurídico como un actor activo, esto con la finalidad de tener una visión más ecológica del problema que convoca al sistema consultante.
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Notas
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