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Transformación de la práctica periodística por COVID-19 en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río
REVISTA INVECOM “Estudios transdisciplinarios en comunicación y sociedad”, vol. 2, núm. 1, pp. 39-55, 2022
Investigadores Venezolanos de la Comunicación

Artículos

REVISTA INVECOM “Estudios transdisciplinarios en comunicación y sociedad”
Investigadores Venezolanos de la Comunicación, Venezuela
ISSN: 2739-0063
Periodicidad: Semestral
vol. 2, núm. 1, 2022

Recepción: 14 Junio 2021

Aprobación: 03 Agosto 2021

Resumen: El propósito de este artículo es el de realizar un diagnóstico cualitativo sobre las transformaciones en la práctica periodística que han venido experimentado los profesionales de la información en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, para tal objetivo se realizaron entrevistas Semiestructuradas a periodistas veracruzanos a partir del diseño de un cuestionario con cuatro dimensiones distintas, con las cuales se recupera lo que a propósito de la incidencia de la pandemia por COVID 19 se ha transformado en las prácticas periodísticas de un Puerto en donde no solo se ha visto reflejada la salud como una dimensión de cambio, sino también la propia violencia al ser una de las regiones más asoladas de la entidad veracruzana y del propio país. Los resultados preliminares señalan que los componentes tecnológicos, así como las disposiciones oficiales y de las propias empresas donde laboran los periodistas, han significado una modificación en la forma de encarar su trabajo.

Palabras clave: Periodismo, Pandemia, Práctica periodística, TIC.

Abstract: The purpose of this article is to make a qualitative diagnosis on the transformations in the journalistic practice experienced by information professionals in the Veracruz-Boca del Río metropolitan area, for this purpose, semi-structured interviews were conducted with journalists from Veracruz based on the design of a questionnaire with four different dimensions, These interviews were used to recover what the incidence of the COVID 19 pandemic has transformed in the journalistic practices of a port where not only health has been reflected as a dimension of change, but also violence itself, being one of the most devastated regions of the state of Veracruz and of the country itself. Preliminary results indicate that the technological components, as well as the official dispositions and those of the companies where journalists work, have meant a change in the way they approach their work.

Keywords: Journalism, Pandemic, Journalistic practice, ICT.

Introducción

Los cambios que experimentó el mundo a partir de la pandemia por el Coronavirus o COVID 19 han impactado a todos los sectores sociales en donde los profesionales de diversas áreas han tenido que adaptar sus prácticas e interacciones sociales.

En marzo de 2020, México declaraba formalmente la llegada del Covid-19, por lo que las autoridades, en cumplimiento con las políticas que definían la estrategia de la Secretaría de Salud y los órganos responsables de la vigilancia epidemiológica en esta contingencia, decidieron invitar a la población a permanecer en cuarentena, la que meses después se extendió y que, a la distancia, ha superado el año de su comienzo.

Si bien es de reconocer que los especialistas, organizaciones nacionales e internacionales, así como informes sobre tendencias e innovación periodística en los últimos años destacaban la importancia que -cada vez más-, tenían las TIC para mediar y facilitar los procesos de interacción de la humanidad, lo cierto es que la pandemia de SARS-COV2 vino a demostrar que los profesionales de diversas áreas no necesariamente se encontraban preparados para un proceso adaptativo. Si esta nueva realidad ha develado algo, eso es que ni las autoridades ni los miembros de la sociedad, mucho menos los profesionistas que todos los días enfrentan deberes de sus propias vidas laborales, estaban en condiciones óptimas para apropiarse razonablemente de las tecnologías digitales y con ello favorecer, en este caso, su praxis periodística.

En ese contexto, es interés de este artículo, recuperar las experiencias de profesionales del periodismo que radican en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río con relación a las transformaciones que han sufrido a propósito de la pandemia por COVID 19.

Marco teórico

Las transformaciones de la práctica periodística (Trampúz, Barredo y Palomo, 2019) plantean una serie de interrogantes éticos acerca del papel del informador y acerca de su instrumento de trabajo: “el lenguaje” (Veres, 2002, p. 1). En este sentido, se debe considerar que, además del lenguaje, las y los periodistas ocupan una diversidad de fuentes informativas, estas se califican como el origen e información de una noticia.

De acuerdo a Raffino (2020):

Se habla de fuentes de información o fuentes documentales para referirse al origen de una información determinada. Misma que puede ser de diverso tipo, es decir, el soporte en el cual se encuentra información y que se puede referir a terceros para que, a su vez, la recuperen para sí mismos (párr. 4).

Así, las fuentes informativas son la materia prima diaria del periodista, mismas que generan la información. Sin dejar de lado la labor de investigación, creación y cobertura del periodista. Todo ello implica procesos de interacción y mediación con su entorno, lo que se ha visto limitado y resignificado a propósito de la pandemia. Con relación a la práctica periodística, concepto sobre el que gira parte de la realización de este trabajo, podemos señalar, tal como lo sostiene Chávez (2019) que “en esta era digital en donde las redacciones tienen que converger entre redacciones tradicionales y digitales, conlleva a que el periodista sea multifuncional y para ello requiere de herramientas tecnológicas que le permita acelerar su labor diaria” (p. 11). Parte de las modificaciones que surten efecto sobre las y los periodistas está vinculada a la formación periodística, la cual, según algunos autores, recae principalmente en las universidades, donde se estima que unos nueve de cada diez periodistas se están o se han formado en sus aulas (Oller, 2017). Es por ello sustantivo, que quienes pertenecen a la universidad, logren poner sobre la mesa la reflexión con relación a las transformaciones que sufre esa práctica. Para efectos de este trabajo entenderemos la práctica periodística como un conjunto de acciones emprendidas por las y los periodistas determinadas por un contexto, tiempo y espacio específicos.

La transformación de la praxis periodística en el contexto pandémico, ha significado no solo una serie de nuevos procesos de interacción entre el gremio reporteril, sino también la incidencia puntual de las TIC entre estos profesionales. A nivel internacional se observa una revolución en todos los órdenes de la vida en sociedad, derivado de la incidencia tecnológica cuyo paso ha superado por mucho, las formas de entendimiento de lo que se había considerado como establecido. No resulta entonces, nada novedoso el hecho de que, el terreno comunicativo y específicamente en el periodístico, sus actores mantengan incertidumbres latentes sobre su propio devenir. Cierto es que la tecnología siempre ha estado relacionada con la comunicación, pues los materiales con los que se trabaja, representan instrumentos tecno/culturales que sustentan la labor periodística en muchos sentidos.

Por ello queremos traer a este entretejido conceptual la definición que sobre TIC elabora Tello (2011) cuando señala que son: “el conjunto de herramientas, soportes y canales para el proceso y acceso a la información, que forman nuevos modelos de expresión, nuevas formas de acceso y recreación cultural” (p.10) y al incorporar la palabra proceso dentro de la definición se habla de considerar una suerte de pasos para el tratamiento del cúmulo de informaciones que se desprenden de los entornos digitales, donde además resulta valiosa la idea de la expresividad humana a través de la cultura, aquí, sin duda alguna la noción de creatividad también tomará un lugar importante del que no reflexionaremos por ahora. Por su parte De la Hoz, Martínez, Combita y Hernández señalarán que las TIC se fundamentan en:

[…] los referentes relativos a las tecnologías de la comunicación (medios de radiodifusión, televisión y telefonía, entre otros) y las tecnologías de la información, que engloban los mecanismos en los cuales se almacenan y gestionan datos e información (2016, p. 256)

Resulta importante retomar de la propuesta de los autores, la gestión de información, pues frente a los mares informativos que copan los espacios digitales, se deben reflexionar las competencias que deberían estar desarrollando las generaciones actuales de periodistas como para elevar la calidad de aquello a lo que tienen acceso.

De acuerdo con Cacheiro (2014), se denominan TIC “al conjunto de tecnologías que permiten la adquisición, producción, almacenamiento, tratamiento, comunicación, registro y presentación de informaciones, en forma de voz, imágenes y datos contenidos en señales de naturaleza acústica, óptica o electromagnética” (p.6). Aquí retomamos la visión técnica del concepto de TIC cuando se refiere al conjunto de tecnologías en donde aparece una visión instrumental de las mismas, apelando a su función y a los procesos que pueden propiciar. Para el presente trabajo entenderemos a las TIC como todas aquellas tecnologías que posibilitan diversos procesos técnicos y cognitivos en diferentes contextos a partir de información y cuya utilización permite el desarrollo de novedosas formas de expresividad y cultura.

A continuación, se explora de manera sucinta el concepto de competencia digital que, desde la perspectiva de quienes escriben, se debe considerar para la actualización permanente y como una forma de enfrentar los retos de la sociedad en el siglo XXI. Así tenemos que el concepto de competencia digital ha sido ampliamente discutido para comprender nuevos escenarios y ha sido “contrastado con otras nociones cercanas como competencias informacionales, tecnológicas y mediáticas” (López y Sevillano, 2020, p. 57), una de las definiciones ampliamente aceptada y difundida es la del Parlamento Europeo y del Consejo de la Unión Europea (2006) que señala que las competencias digitales se refieren a:

[…] el uso seguro y crítico de las Tecnologías de la Sociedad de la Información (TSI) para el trabajo, el tiempo libre y la comunicación. Se sustenta en las competencias básicas en materia de TIC: uso de ordenadores para obtener, evaluar, almacenar, producir, presentar e intercambiar información y para comunicar y participar en redes de colaboración a través de Internet (p.394).

En ese sentido, los medios se utilizan para que la sociedad se encuentre informada y a su vez se promueva el conocimiento y se pase a una relación más dialógica, efectivamente mediadora (Riveros y Mendoza, 2010).

En el mismo sentido, se plantea que las TIC han venido a representar formas de aprendizaje no lineal, ni secuencial más bien, hipermedial, es decir con múltiples medios. Otra definición de competencia digital es la propuesta por Hernández, Arévalo y Gamboa (2016) que señalan: “la competencia TIC o digital resulta una competencia básica en el mundo contemporáneo, y se entiende como el conjunto de habilidades y conocimientos básicos en el uso de las TIC para hacer frente a los nuevos retos de la sociedad. Como es obvio, esta competencia es muy necesaria para cualquier ciudadano” (p.45) pero se hace urgente en un contexto pandémico, su desarrollo entre el gremio periodístico.

Objetivos

Para la realización de este artículo, se estableció como objetivo la generación de un diagnóstico cualitativo sobre las transformaciones en la práctica periodística que han venido experimentado los profesionales de la información en la zona conurbada Veracruz- Boca del Río, México.

Método

El trabajo es de corte fenomenológico, pues parte de la idea de comprender “las experiencias de las personas con respecto a un fenómeno” (Hernández, Fernández y Baptista, 2014, p. 469), lo que lo inscribe en el enfoque cualitativo de la investigación. El método (Marradi, Archenti y Piovani, 2010), ocupado fue el analítico-sintético entendido como aquel que:

El trabajo es de corte fenomenológico, pues parte de la idea de comprender “las experiencias de las personas con respecto a un fenómeno” (Hernández, Fernández y Baptista, 2014, p. 469), lo que lo inscribe en el enfoque cualitativo de la investigación. El método (Marradi, Archenti y Piovani, 2010), ocupado fue el analítico-sintético entendido como aquel que:

Estudia los hechos a partir de la descomposición del objeto de estudio en cada una de sus partes para estudiarlas en forma individual (análisis), y luego integra dichas partes para estudiarlas de manera holística e integral (Morán y Alvarado, 2010, p.12)

El tipo de muestreo fue no probabilístico a juicio de expertos para la selección de los profesionales del periodismo que participaron en la aplicación de las entrevistas semiestructuradas, cuyo instrumento de recolección de información fue diseñado, a partir de las siguientes categorías de análisis: a) adaptación tecnológica, b) convivencia con compañeros y vivencia personal, c) trabajo reporteril, d) contenidos.

Se destaca que el territorio geográfico donde se aplicó esta investigación corresponde a la zona costera del Golfo de México, en el estado de Veracruz, mismo que cuenta con 212 municipios y su población se distribuye en ocho zonas metropolitanas, una de las más importantes de ellas, en lo económico, social y cultural, es la Zona Metropolitana del puerto de Veracruz, que incorpora a los municipios de Alvarado, Jamapa, Boca del Río y Medellín (Quiñonez, 2018, p. 126). Justamente aquí se asienta la otrora facultad de Periodismo, hoy Ciencias de la Comunicación, de la Universidad Veracruzana y se mantienen corresponsalías y oficinas representantes de un gran número de medios de comunicación, tanto digitales, como impresos y electrónicos.

Para esta investigación se trató de mantener una representación de la totalidad de los medios de comunicación, para ello se entrevistó a cuatro periodistas varones y seis mujeres periodistas que laboran en 14 medios de comunicación de la región Veracruz- Boca del Río, entre ellos medios de comunicación digitales, televisivos, estaciones de radio e impresos, ellos son: Martín Ramírez Dávila, de Radio Televisión de Veracruz (delegación Veracruz) y Radio Fórmula; Cinthia Zúñiga Fouche, de Al Calor Político; Roxana Aguirre García, de Imagen Televisión y La Jornada Veracruz; Abigail Montoya Méndez, de TV Azteca Veracruz y Al Calor Político; Ángeles Montes, de Cambio Digital, Golpe Político y Aldo Flores Noticias; Rodrigo Barranco Déctor, de diario Notiver y Urbis Veracruz; Fátima Vela Córdoba, de Radio Televisión de Veracruz (delegación Veracruz); Víctor Toriz Ruíz, de La Silla Rota Veracruz; Danitza Flores, de InfoVeracruz y Diario de Xalapa y Carlos Navarrete Martínez, de Radio y Televisión de Veracruz (delegación Veracruz) y Radio Fórmula. Se les aplicó un instrumento de recolección de información conformado por una batería de 15 preguntas, las cuales, como lo remarca la técnica de la entrevista Semiestructurada, fueron lo suficientemente flexibles como para dar paso a los relatos y narrativas desprendida de los discursos de las y los periodistas.

Discusión de resultados

Los periodistas abordaron las medidas de protección que implementaron ante la pandemia de Covid-19, además de los miedos a los que se enfrentaron, el mayor temor es el de contagiar a algún integrante de su familia y que no se pueda recuperar de la enfermedad. Coincidieron al señalar las medidas que asumieron para intentar reducir al mínimo el contagio del virus, como fueron: uso de cubrebocas, careta, lentes, así como cubrir el micrófono con un plástico y procurar mantener la sana distancia, todo ello se volvió parte de la vida diaria. Ángeles Montes comentó “tengo el cubrebocas todo el tiempo excepto cuando desayuno, pero mientras tanto lo uso, me compré unos lentes, justo cuando empezaban las manifestaciones, entonces era ir al hospital a

Los periodistas abordaron las medidas de protección que implementaron ante la pandemia de Covid-19, además de los miedos a los que se enfrentaron, el mayor temor es el de contagiar a algún integrante de su familia y que no se pueda recuperar de la enfermedad. Coincidieron al señalar las medidas que asumieron para intentar reducir al mínimo el contagio del virus, como fueron: uso de cubrebocas, careta, lentes, así como cubrir el micrófono con un plástico y procurar mantener la sana distancia, todo ello se volvió parte de la vida diaria. Ángeles Montes comentó “tengo el cubrebocas todo el tiempo excepto cuando desayuno, pero mientras tanto lo uso, me compré unos lentes, justo cuando empezaban las manifestaciones, entonces era ir al hospital a entrevistar a los enfermos. Había que protegerse, ya que era preocupante ir a la mata[6]”. La periodista Cinthia Zúñiga Fouche, señala que tras los primeros casos de coronavirus que se registraron en la zona metropolitana de Veracruz, le permitieron realizar el trabajo desde casa, entrevistas telefónicas y video llamadas fueron algunos de sus recursos. Sin embargo, esto duró poco, tuvo que regresar a buscar la noticia desde la calle. El trabajo reporteril se complicó para las mujeres periodistas, al tener que atender a sus hijos con sus clases “en línea”.

La pandemia les cambió hasta la llegada a su casa, “me cambiaba en la cochera y entraba con el mínimo de ropa a mi casa, mi familia me preparaba el baño ya para entrar directamente, le pedía a mi hijo que no se acercara hasta que saliera de bañarme”. Otros mandaron a sus familias fuera de la ciudad para protegerlas: “decidimos que lo mejor sería que ellas se fueran de la ciudad para reguardase y disminuir los riesgos de contagio, por lo que vivieron tres meses en Costa Esmeralda (municipio de Nautla, Veracruz), el periodista Martín Ramírez señala que prefirió alejarlas de manera momentánea para disminuir los riesgos.

La mayoría sentía ansiedad: “Me acuerdo que un día me puse a leer mucho sobre el virus, Víctor (su esposo) se fue a trabajar y yo me quedé en la casa y de repente empecé a sentir de un momento a otro todos los síntomas: mareo, me empezó a faltar el aire, me dio fiebre, me dio todo como en 20 minutos, yo soy asmática y comencé a imaginar lo peor”, comentó Cinthya Zúñiga.

“Hubo un tiempo, en mayo del año pasado, que tuve un dolor de pecho, dolía horrible, la garganta a veces, no podía tragar saliva, ni siquiera un bocado, tuve que ir al médico, me aclaro que se trataba de una cuestión digestiva derivada del mismo estrés, un círculo vicioso”, confesó Rodrigo Barranco.

A otros periodistas el estrés les provocó entre otros males alopecia “yo sufrí alopecia nerviosa diagnosticada, empecé a perder muchísimo cabello, así es que se me hicieran hoyos en la cabeza, me dijeron que era de estrés, de estar expuesto, temor de llevar el virus a casa y lo único que me recomendaron fue relajarme”.

El estrés con múltiples variantes y síntomas se intensificó cuando resintieron perdidas de vida, de quienes fueron sus amigos o familiares, “sobre todo ver que los familiares se enferman y ver que tienes que seguir trabajando, ver cómo pierdes amigos, compañeros de trabajo es lo más difícil”, sin embargo, coinciden “pese a ello hemos seguido trabajando”.

Los profesionales coinciden “la producción periodística siempre estuvo lista”, algunos nunca dejaron de trabajar, operaron de forma normal, otros medios en cambio implementaron guardias para que los periodistas trabajaran en la calle un día sí y un día no, eso fue solo los primeros dos meses de la pandemia, marzo y abril de 2020, luego ya no hubo confinamiento, “aquí fue con la misma carga de trabajo, adaptando estas medidas, pues básicamente de protección personal, porque es un trabajo que estamos en la calle”.

Para los entrevistados los meses más difíciles de la pandemia fueron mayo, junio, julio y agosto de 2020. En lo más álgido, se dieron casos como TV Azteca Veracruz, que puso gel en algunos departamentos de sus instalaciones, donde los reporteros los podían usar, sin embargo, en la calle ellos tendrían que comprar lo que usaran. “Durante los primeros meses nada más me regalaron dos cubrebocas ya no me dieron nada después”, con todo ello les pedían ir a las manifestaciones o entrevistar a algún médico, “eso era ir a buscar a la gente”. Los periodistas aseguran que su trabajo se llenó de estrés “nos mandaron a cubrir el Centro de Raqueta en el municipio de Boca del Río, cuando lo habilitaron para atender a personas con el virus, ver que cada media hora llegaba una ambulancia con una persona, forrada de plástico, era inevitable no caer en pánico”. A los dueños de los medios, dijeron los periodistas, con el paso del tiempo les fue “valiendo[7]” la pandemia, “me siguen exigiendo más trabajo y me han mandado incluso a meterme a casas de gente contagiada para entrevistarla, porque mientras al reportero lo están mandando a la calle a los peligros, mis jefes yo sé que están trabajando desde su casa, que incluso no están yendo a las oficinas, si creo que nos están exponiendo de alguna manera”.

Cada uno de los directivos de los medios aplicó diversas acciones dentro de las empresas periodísticas que coordinan, por ejemplo, TV Azteca determinó que los periodistas no debían salir “a cuadro” portando un cubrebocas, porque generarían “temor” entre los televidentes, en cambio La Silla Rota aplicó cada dos meses, en forma gratuita, la prueba para la detección de Covid a los reporteros, a quienes se les detectó la enfermedad les dieron servicio médico dentro del sector privado, a pesar de que contaban con la cobertura médica del IMSS.

Entre las medidas adoptadas por los periodistas, se destaca el no acercarse cuando hay muchas personas reunidas, no obstante que su trabajo reporteril consiste entre otras funciones, en la cobertura informativa de mítines o protestas, “no entrar a un lugar donde hay mucha gente, incluso si tengo que realizar alguna cobertura de una manifestación, alguna rueda de prensa, evito acercarme a esos lugares”.

Cuando algunos de ellos se contagiaron de la enfermedad siguieron escribiendo y el medio de comunicación les continúo pagando “En mi caso cuando estuve enferma mis jefes se portaron bien, como yo no tuve síntomas graves no dejé de laborar, seguía mandando notas y nunca me exigieron, recibí mi pago normal”.

Otros más cambiaron su medio de transporte, para poder salir a reportear sin peligro de contagio en el transporte público urbano: “decidí que mi medio de transporte sería la bicicleta y así evitar aglomeraciones y riesgos y llegamos prácticamente a toda la conurbación Veracruz-Boca del Río, un poco más despacio, pero ya no tienes contacto con nadie.

El periodista Martín Ramírez consideró que la pandemia orilló a los medios de comunicación a trabajar y crecer en equipo, pues incluso se tuvo que replantear la manera en que se labora, la situación obligó a utilizar herramientas que ya estaban como el uso de las aplicaciones de celular, que a pesar de que existen se dejan de lado bajo el argumento de que para televisión las fuentes o entrevistas se deben realizar “cara a cara”, por lo que ahora se puede acudir a especialistas incluso de otros lugares, con una simple llamada telefónica o una video llamada.

Otros periodistas como Rodrigo Barranco aseguran que la pandemia los ha hecho ser autodidactas, dejó enseñanzas y nuevas prácticas dentro del periodismo: “ha habido cosas buenas como modificar mi manera de trabajar, ahora procuro tener notas diferentes, incluso ahora observó más las redes sociales, mi intención es ofrecer algo diferente, he tratado de sacar algo positivo a esto”. Para ello explica que cursa talleres gratuitos a través de internet, “me pongo a machetearle[8]” .

Los profesionales del periodismo saben que hay que aprender a vivir con el Coronavirus, “a la gente ya se le olvido la existencia del virus, aunque uno se quiera cuidar a veces te convocan a ruedas de prensa donde hay aglomeraciones y el riesgo al contagio está presente… me subo al camión y el 90 por ciento de las personas no traen cubrebocas”.

La situación económica se tornó compleja para los periodistas, la cantidad de material periodístico que envían a los medios de comunicación de circulación nacional para los cuales trabajan, se redujo en un 50 por ciento, lo que desencadenó que los corresponsales de los medios de circulación nacional ganaran menos, al pagárseles por nota informativa.

La reportera televisiva, Abigail Montoya señala que la pandemia afectó al gremio periodístico al perderse empleos, con el cierre de medios de comunicación “otra de las situaciones colaterales es que también trabajaba en radio, debido a la crisis que se ha generado en todos los sectores, me recortaron, perdiendo el empleo, me quedé con los otros trabajos (labora para un periódico digital y la televisora), “pero ese empleo lo perdí y no se ha podido recuperar”.

Con la pandemia, los dueños de medios de comunicación no han actuado uniformemente en cuanto a los apoyos laborales para los reporteros, lo han hecho como cada uno ha considerado, la reportera Danitza Flores expresó “no he tenido problemas con mi salario, en mi trabajo en el portal de InfoVeracruz, pues la verdad ahí no me puedo quejar, ahí siempre mis salarios me los han pagado puntualmente, realmente nunca me han exigido, en el diario ( Diario de Xalapa) si han sido más exigentes y como que más valemadristas[9]”.

Otros medios de comunicación empezaron a pagar la mitad de sueldo y otros cambiaron los procesos administrativos. Rodrigo Barranco explicó “yo tenía otros trabajos antes de la pandemia trabajaba en Al calor político, para el Heraldo y la Silla Rota, en este último por la pandemia me cambiaron la forma de pago o sea yo ganaba un salario no ganaba mal y de repente me informaron que iba a ganar por nota, me afirmaron que la diferencia de sueldo iba a ser mínima, sin embargo, no fue así, también hubo meses donde se retrasaba el pago y eso me desanimó. Tuve que pagar un contador pues me pagaban por honorarios, me cansé de la situación, dejé de mandar notas, oficialmente no rompí relación, no sé nada de ellos y ellos tampoco me han buscado”.

Las complicaciones financieras de los medios de comunicación se empezaron a presentar a partir de los cinco a seis meses de la pandemia, algunas empresas empezaron a despedir personal, otros a bajar a la mitad los salarios, otros más retrasaron sus pagos “había problemas económicos porque muchas de los contratistas de la empresa donde trabajo tenían complicaciones para ir cubriendo sus pagos, otros habían anunciado que dejarían ya de requerir el servicio, pero que la empresa había hecho uso de líneas financieras y de ahorros, incluso para pagar rentas”.

Los entrevistados consideran que el periodista se encuentra entre los grupos de riesgo “es el precio que había que pagar por seguir informando”, por lo que el gobierno federal los debe de tomar en cuenta para aplicarles la vacuna anticovid, como corresponde a una profesión de riesgo, por ahora “nos queda ser responsable y mantener la calma”.

Conclusiones

La pandemia de Covid- 19 ha obligado a los periodistas a adaptarse a la contingencia, reporteando la información con materiales y equipos de trabajo y de protección que en su mayoría ellos han adquirido. Son muy pocos los casos en donde les proporcionan cubrebocas, gel antibacterial, entre otros materiales para su protección.

Como consecuencia de la pandemia y su cercanía con los afectados, los periodistas han presentado desde alopecia hasta dolores de pecho y cuadros graves de estrés. Sus principales miedos han sido el poder contagiar a sus familiares o morir ellos por esta causa.

La pandemia afectó al gremio periodístico al perderse empleos con el cierre de medios de comunicación, otros les redujeron salarios a la mitad y donde cobraban por producción, como es en las corresponsalías, la información se redujo y con ello sus ingresos. Otros consiguieron trabajos extras temporales.

Los periodistas ahora utilizan herramientas diferentes, como aplicaciones de celular, videollamadas, plataformas como Zoom, consultan especialistas e incluso agendan dentro de estas plataformas, las entrevistas con las fuentes informativas y les envian “ligas” y horarios en que los entrevistarán.

Referencias

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Chávez, M (2019). “La capacitación en el uso de las herramientas digitales en la práctica periodística. Universidad Anáhuac de México”, https://doi.org/10.36105/stx.2019n2.03

De la Hoz, F., Martínez, O., Combita, H., Hernández, H. (2019). “Las Tecnologías de la Información y la Comunicación y su Influencia en la Transformación de la Educación Superior en Colombia para Impulso de la Economía Global. Información Tecnológica”. Vol. 30(1), 255-262 (2019) http://dx.doi.org/10.4067/S0718-07642019000100255

Hernández, C., Arévalo, M. y Gamboa, A. (2016). “Competencias TIC para el desarrollo profesional docente en educación básica”. Praxis & Saber - Vol. 7. Núm. 14 - Julio - septiembre 2016 - Pág. 41-69. Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/308044992_Competencias_TIC_para_el_desarrollo_profesional_docente_en_educacion_basica

López K. y Sevillano, M. (2020). “Desarrollo de competencias digitales de estudiantes universitarios en contextos informales de aprendizaje”. Educatio Siglo XXI, Vol. 38 nº 1 · 2020, pp. 53-78. 57 http://dx.doi.org/10.6018/educatio.413141.

Marradi, Archenti y Piovani, (2010), Metodología de las ciencias sociales. (1ª Ed). Buenos Aires, Argentina: Cengage Learning.

Morán, G. y Alvarado, D. (2010). Métodos de Investigación. México. Pearson Educación.

Oller, M. (2017). “Análisis orgánico multinivel de la cultura periodística de Ecuador”. Perfil, situación y percepción profesional de los periodistas. Editorial Académica Española

Organización Mundial de la Salud, (2019). “COVID-19: Cronología de la actuación de la OMS”. Recuperado https://www.who.int/es/news-room/detail/27-04-2020-who-timeline---covid-19

Raffino, M. (2020). “Fuentes de información”. Concepto de. Disponible en: https://concepto.de/fuentes-de-informacion/

Riveros, V. y Mendoza, M. (2005). “Bases Teóricas para el uso de las TIC en Educación”. Recuperado el 15 de setiembre del 2009, en serbi.luz.edu.ve/pdf/ed/v12n3/art_02.pdf

Salkind, N. (2012) Métodos de investigación. (3er Ed). México. Pearson Prentice Hall.

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Trámpuz, J.; Barredo, D. y Palomo, M. (2019). “Medios de comunicación universitarios en Ecuador: entrevistas con los directivos institucionales sobre el salto de la teoría a la práctica periodística”. Anàlisi. Quaderns de Comunicació i Cultura, 60, 7-24, https://analisi.cat/article/view/v60-trampuz-barredo-palomo

Veres, L. (2002). “El signo perverso: sobre lenguaje, terrorismo y práctica periodística”. Revista Latina de Comunicación Social, 5 (52), 1-5, https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=962122

Notas

[1] Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación. Universidad Veracruzana. ghmar@uv.mx
[2] Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación. Universidad Veracruzana. edbarrios@uv.mx
[3] Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación. Universidad Veracruzana. tarroyo@uv.mx
[4] Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación. Universidad Veracruzana. liz-sandre@hotmail.com
[5] Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación. Universidad Veracruzana. mbarragan@uv.mx
[6] La periodista se refiere a la posible fuente de contagio.
[7] Los empresarios periodísticos se mostraron displicentes.
[8] Se pone a estudiar, con disciplin
[9] Los directivos y empresarios periodísticos son descuidados si se trata de proteger a sus colaboradores.


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