Aula Abierta

Turismo educativo, académico y cultural. Acercamiento al debate científico pedagógico

Educational, academic and cultural tourism. Approach to the pedagogical scientific debate

Lis Cuesta Peraza
Coordinadora de Eventos y Cultura-Turismo. MINCULT, Cuba

Horizonte Pedagógico

Dirección Provincial de Educación La Habana, Cuba

ISSN: 2310-3647

ISSN-e: 2310-3647

Periodicidad: Trimestral

vol. 11, núm. 2, 2022

rhorizontehabana@rimed.cu

Recepción: 21 Marzo 2022

Aprobación: 13 Mayo 2022

Publicación: 19 Junio 2022



Resumen: Larga es la nómina de lexías que nos conducen hasta la conceptualización del turismo y dentro de ellas emerge la variante que se relaciona con el presente artículo que sustenta algunas unidades de análisis de la investigación doctoral “Modelo pedagógico para favorecer la exportación de servicios académicos mediante la agencia Paradiso, atendiendo a la visión del turismo académico. El trabajo da significado a la idea que este debe ser reconocido como un tipo de turismo especializado donde el viaje tiene un alto contenido didáctico, ya que no todo se aprende en las aulas, sino también en los espacios no áulicos, es una oportunidad que sirve para explorar los sitios previamente elegidos, para experimentar espacios desconocidos a través de la interacción con un instructor (o tutor), pero sin el apremio de tareas y/o exámenes de la formación tradicional.

Palabras clave: turismo educativo, turismo académico, turismo cultural.

Abstract: Long is the list of lexicons that lead us to the conceptualization of tourism and within them emerges the variant that is related to this article that supports some units of analysis of the doctoral research "Pedagogical model to favor the export of academic services through the Paradiso agency, according to the vision of educational tourism. The work gives meaning to the idea that this should be recognized as a type of specialized tourism where the trip has a high educational content, since not everything is learned in the classroom, but also in non-classroom spaces, it is an opportunity that serves to explore previously chosen sites to experience unknown spaces through interaction with an instructor (or tutor), but without the pressure of homework and/or exams of traditional training.

Keywords: educational tourism, academic tourism, cultural tourism.

Introducción

Cuando se presta atención a los debates que enfrenta el mundo contemporáneo este es uno que no se torna a menos. El turismo es un fenómeno de carácter económico, social y cultural ya que se fundamenta en el traslado voluntario y temporal de forma individual y/o grupal, desde el lugar de residencia habitual hacia otro, con motivaciones de salud, recreación, estudios, descanso, deportes, cultura, negocios. Pocas industrias se han desarrollado tan rápido como esta. A medida que diferentes países y culturas descubrieron sus posibilidades económicas la referida industria condujo hasta la revisión de potenciales posibles, transformándose en fuente creciente de negocios.

Según la literatura consultada, estamos frente a un sector de la economía internacional, una megaindustria global que en breve tiempo empezó a generar tan sólo un poco menos dinero que el petróleo; pronto se puso a la par con él y en otro margen corto lo superó, para convertirse en la mayor industria mundial del presente. A la vez, su impresionante desarrollo impulsó la creación de un cuerpo doctrinal interdisciplinario que se proponía hacerlo inteligible y guiar su planificación y desarrollo en todas sus fases y esferas tanto locales como regionales e internacionales.

En el acercamiento teórico que se hace en este trabajo se pretende establecer una valoración necesaria entre el turismo cultural y el turismo educativo, también reconocido como académico. Se favorece la descripción, la explicación y de cierta manera, algún juicio de la autora sobre estas formas organizativas para desarrollar una nueva mirada, para defender el criterio de favorecer la exportación de servicios académicos mediante la agencia Paradiso, como ente dinamizador de los procesos de internacionalización que se deben potenciar en cualquier servicio educativo en Cuba, en la actualidad.

Materiales y métodos

Se asume la concepción dialéctico materialista como método general de la ciencia, desde una investigación macro social sobre la educación, activa, participativa, mixta o combinada concurrente, con énfasis en lo cualitativo

El empleo de métodos teóricos propios de la investigación educativa: el analítico-sintético, inductivo-deductivo, la modelación, el enfoque de sistema y la sistematización.

Además de los métodos, la investigadora utiliza las técnicas del fichado; la bibliografía encontrada tiene que ser analizada externamente (heurística), lo que hoy se llama gestión de la información, para después someter el material obtenido al análisis interno (hermenéutica), para entender el verdadero sentido a lo leído y poder construir el conocimiento. No olvidar que las ciencias se fundamentan a partir de la gestión de la información y del conocimiento en sus relaciones internas.

Para la sistematización de resultados de la investigación educativa se asumirán los fundamentos de la ciencias de la educación que parten de la concepción de la Pedagogía como ciencia social que se ocupa de la formación del hombre, su sistema de conocimientos, como una forma especial de actividad social y en su práctica es escenario de logros científicos que deciden un papel esencial en la transformación de la vida social.

Resultados y discusión

Una de las conceptualizaciones más importantes es la del estudioso Richards (2001), uno de los investigadores más agudo en el tema, señala que las necesidades culturales incluyen no solo el consumo de productos culturales del pasado, sino también de la cultura contemporánea o el estilo de vida de una comunidad o región.

Puede hablarse de tres elementos básicos que caracterizan al turismo cultural:

1. Un deseo por parte de los visitantes de conocer y comprender los lugares, los objetos, muebles y las obras materiales, las tradiciones y prácticas culturales, y a la población local.

2. El consumo de uno o más productos turísticos que contengan un significado cultural (ciudades y conjuntos históricos, monumentos, obras de arte, festividades y tradiciones inmateriales, intercambio de ideas, gastronomía, artesanía).

3. La intervención de un mediador, que tenga la función de subrayar el valor del producto cultural, su presentación y explicación, propiciando una interpretación efectiva y auténtica de lo que se conoce.

Así visto, queda revelado como el turismo cultural tiene un fuerte vínculo con las comunidades locales, ya que los habitantes y sus modos de vida son un atractivo fundamental. Otro factor distintivo es la diversidad cultural que aparece con un énfasis productivo/ económico: la diversidad es un componente indispensable para reducir la pobreza y alcanzar la meta del desarrollo sostenible, subrayando lo cultural como eje para realzar elementos económicos productivos pertinentes a la cultura de una localidad. Los elementos culturales propios de una comunidad, la diversidad cultural y la participación de la comunidad local como actores, son esenciales en este tipo de turismo. De este modo, el turismo cultural debe ser realizado con la comunidad y para el desarrollo de ella, siendo fundamental que los habitantes de las zonas turísticas participen de manera activa en el proceso de investigación, planificación y ejecución (Ballart y Tresserras, 2001).

El turismo cultural abarca diversos subtipos de turismo, los cuales no cuentan con definiciones plenamente consensuadas. De todos modos, es posible proponer una tipología básica, puesto que en la práctica es viable que estos subtipos de turismo se crucen o mezclen, dependiendo de los atractivos culturales presentes en la localidad, así como de los diversos intereses de los visitantes.

El auge del turismo académico contribuye a la participación en eventos educativos y a tener experiencias locales que acrecientan la gestión del conocimiento. Por medio de él se puede estimular el interés por manifestaciones del arte como la arquitectura, la plástica, la música, la cultura popular tradicional, la cocina, el medioambiente, entre otros.

En el despliegue de su conceptualización existen autores que indican que debe tenerse presente un aspecto como el patrimonio turístico. Este último no es más que el conjunto de elementos tanto del tipo físico-natural como edificados; así como otros espacios culturales cuya atracción representa la primera materia potencial sobre la que habrá que realizar una intervención por parte de los responsables del desarrollo turístico para convertirlos en recursos turísticos, teniendo estos relación con la naturaleza, con la historia, o con la cultura viva del destino turístico.

Múltiple e interdisciplinar, en el II Congreso Virtual Internacional de Turismo Cultural realizado en el 2003 se le cita “como aquella actividad desarrollada por contingentes humanos que conforman un grupo de diez o más integrantes que se alojan, visitan y realizan actividades educativas en una localidad determinada” (p. 1) Otros autores lo identifican como el segmento especializado del turismo en el cual los viajes tienen un alto componente educativo.

El turismo educativo tiene un precedente y es posible afirmar que los desplazamientos motivados por el aprendizaje se remontan a tiempos antiguos. En Europa, un fenómeno conocido como peregrinato académico, hace referencia a los traslados que realizaron estudiantes universitarios, peregrinos y profesores desde el siglo XI hasta aproximadamente el siglo XV, motivados por obtener nuevos conocimientos en las ciudades cosmopolitas. Estos viajantes visitaban los lugares santos y las universidades de aquella época, lo cual les permitía vivir nuevas experiencias, conocer otros idiomas, establecer relaciones sociales y adquirir una visión otra de la realidad (Pawlowska, 2011).

El siglo XVI está considerado la edad de oro de los viajes estudiantiles, debido a la intención de los humanistas de la época de que los estudiantes viajasen para insertarse en diferentes universidades con el propósito de adquirir créditos en el ámbito profesional. Esa tendencia que se mantuvo durante los dos siglos siguientes ha sido reconocida como la época del Grand Tour.

Años más tarde, a finales de la centuria decimonónica e inicios del siglo XX, se creó en España la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE), cuya misión era facilitar la formación académica de estudiantes y profesores a quienes les eran concedidas becas para estudiar en las mejores universidades de Europa. Esta institución entregó aproximadamente 1700 pensiones antes de cerrarse en 1939. Lo argumentado justifica por qué la JAE ha sido un símbolo de los viajes académicos entre España y el resto de Europa

Sobre el recorrido tanto sincrónico como diacrónico del término en cuestión, algunos autores afirman que este ha ido progresando a través de los años y por ello es evolutivo y dinámico. En períodos actuales se le refiere como Study Travel, Study Abroad Vacations y Learning Vacations, siendo uno de los más populares el denominado Educational Travel, el cual hace referencia a aquellos programas que se basan en las experiencias vivenciales como la principal fuente de aprendizaje.

Por su parte, el turismo académico se refiere a los programas educativos en los que participan los estudiantes y profesores de diferentes niveles de enseñanza; dichos programas pueden ser de diferentes tipos, procurando cumplir los objetivos por los que fueron planteados y se convierten en propuestas factibles para el nivel educativo de los participantes.

El turismo de educación continua está dirigido a personas que ya han terminado sus estudios pero deciden seguir capacitándose, ya sea en programas relacionados a su carrera o en programas generales (García, Cabada, & Bonilla, 2005).

Alrededor del mundo, existen variados programas que fomentan el intercambio cultural y académico entre estudiantes de diferentes nacionalidades y edades. Entre los más conocidos a nivel de Europa, se encuentra el programa Erasmus, cuyo origen se remonta al año 1987. El Erasmus, creado, según se plantea, con el objetivo de contribuir al intercambio entre estudiantes y profesores de las universidades europeas, tiene como encargos principales:

• Permitir que los estudiantes se beneficien educativa, lingüística y culturalmente de la experiencia del aprendizaje en otros países europeos.

• Contribuir a la creación de una comunidad de jóvenes y futuros profesionales bien cualificados, con mentes abiertas y experiencia internacional.

En países como Estados Unidos, Francia e Inglaterra es posible encontrar programas especializados de viajes educativos como los ofrecidos por la Agencia de Viajes ACIS (American Council for International Studies). Desde 1978 ha sido considerado un líder en viajes educativos de calidad, tanto para estudiantes como para sus profesores. Ofrece también la oportunidad de que los docentes personalicen los viajes de acuerdo a los objetivos de su clase. En su sitio oficial en internet se presentan los principales objetivos que sus viajes educativos persiguen. Entre ellos: enriquecer el conocimiento de los estudiantes sobre lugares y temas que han aprendido en clases, obtener un mejor entendimiento de la historia y cultura de lo que se puede lograr a través de un libro, tener la oportunidad de practicar los idiomas estudiados con gente nativa y finalmente, adquirir independencia a la vez que se exploran nuevos lugares y costumbres.

Un programa similar ofrece la empresa EF (Education First), con sede en Estados Unidos y oficinas en más de 50 países. Esta compañía tiene como filosofía contribuir a que los estudiantes adquieran y/o mejoren sus habilidades a través del aprendizaje experiencial (First, 2015). En su sitio oficial, se hace énfasis de los tres pilares en los que se basa su actividad: programas de experiencias netamente culturales para jóvenes y adultos, programas para aprender y practicar idiomas, y finalmente, programas académicos para estudiantes universitarios.

Al turismo educativo se le suele identificar con los términos de turismo académico y de turismo cultural; la autora considera para esta investigación las diferencias manifiestas entre el turismo únicamente cultural y el académico cultural, por lo tanto, no abraza tal cual la definición generalizada fuera de Cuba. Entonces, el turismo cultural constituye un reto debido a la complejidad inherente al concepto de cultura. En ese debate se destaca la existencia de dos enfoques dominantes en los estudios sobre la cultura: la cultura como proceso, que la enlaza con disciplinas como la Antropología y la Sociología; y la cultura como producto, que la asocia a disciplinas como la Historia del Arte y la Literatura. Metodológicamente separados, estos dos enfoques están presentes en las diferentes aproximaciones al turismo cultural.

El enfoque relacionado con proceso atiende a los intereses del desplazamiento turístico, vinculado a la búsqueda de nuevos conocimientos o el simple contacto con una realidad cultural distinta. En tanto, la perspectiva producto se centra en las actividades realizadas durante el viaje, sin atender a su motivación primera. De ese modo, el turismo cultural está apoyado en el uso, disfrute y/o consumo de elementos del entramado cultural, es decir en la ejecución de un conjunto de actividades o prácticas culturales (visita a museos, asistencia a exposiciones, paseos por el centro histórico) fuera del lugar de residencia habitual. El primer enfoque representa una aproximación mucho más restringida al turismo cultural, ya que este se limita a los desplazamientos motivados principalmente por la cultura. El segundo, presupone un alcance mayor, ya que da la posibilidad de realizar prácticas culturales en relación a todo tipo de motivaciones de viaje.

Resulta trascendental cómo en el mismo hecho de reconocer al turismo cultural como factor de desarrollo, pueden incrementarse las ofertas y las solicitudes ya que suele producirse un crecimiento en el número de personas que se desplazan motivadas exclusivamente por la cultura.

Con independencia del punto de vista dominante y el nodo del flujo turístico, la caracterización de los turistas culturales tiene en consideración variables relacionadas con el viaje (forma de organización, duración, medio de transporte, gasto, satisfacción) así como las propias características socioeconómicas del viajero (edad, género, nivel de estudios, categoría profesional), a ello puede agregarse, la implementación de la estrategia de la política turístico-cultural y un aspecto esencial: el producto cultural. En esa disquisición son trascendentes el patrimonio cultural local y la cultura en general como segmentos provechosos para el desarrollo turístico de determinadas localidades.

Según estudiosos de estos temas el concepto de turismo académico

Se refiere a todas las estancias de corta duración o duración inferior a un año, realizadas en centros universitarios ubicados en un lugar distinto al entorno habitual de la persona y con el objetivo principal de realizar estudios o formaciones durante su estancia. (Pawlowska, 2011, p 7.).

Esta definición toma en cuenta el enfoque educativo y se detiene en el tipo de institución, la duración temporal de la estancia, y al mismo tiempo se subordina al programa de intercambio seleccionado por el estudiante-turista. Sin embargo, la presente investigación no solo incluye dentro del turismo académico al estudiante universitario sino que también incluye al de otras enseñanzas, e igualmente a aquellos clientes que no están en edad escolar convencional, sino que deciden viajar para aprender de nuevos saberes independientemente de sus profesiones, o especializarse aún más en determinados contenidos.

El turismo académico presenta una serie de rasgos que lo diferencian del turismo tradicional:

• Prolongada permanencia de los turistas académicos en su lugar de destino.

• Mayor consumo de servicios y de bienes (Pawlowska, 2011)

• Los productos y servicios que consumen se acercan a lo consumido por los locales y prefieren los productos y servicios autóctonos (Pawlowska, 2011).

• Otra diferencia es el tipo de alojamiento donde se destacan los alquileres- o pisos de alquiler (Pawlowska, 2011).

• Destaca su alta capacidad para generar gastos adicionales a los cotidianos, principalmente mediante las visitas a lugares próximos a sus centros de estudios y mediante las visitas de familiares o amigos.

Una vez asumido el papel que puede desempeñar el turismo académico dentro de las economías regionales y su potencial de crecimiento, sería conveniente preguntarse por las formas de potenciarlo. En este sentido, será primordial actuar tanto desde el lado de la oferta, mejorando la promoción genérica de las instituciones académicas, como de la demanda, aportando a estos turistas un trato adecuado en todos los ámbitos: buen recibimiento, información clara y apoyo administrativo, idiomático y docente.

Dado que los programas de intercambio son un factor determinante en la dinamización de las estancias, se deberían estimular los convenios e incidir de manera activa en la internacionalización.

Por último, es obligado apuntar como esa tarea de promoción e impulso no debe ser exclusiva de los centros docentes, sino que debe extenderse también a los gestores de las ciudades donde están situados los centros de enseñanza, incluidas las instituciones culturales que alojan momentos de los intercambios, a los artistas líderes de proyectos formativos, a los voceros oficiales de la política cultural, a las instituciones encargadas de la política turística y el despliegue de sus interconexiones y especialmente a todos los implicados de la agencia Paradiso.

· Puede añadirse que es un tipo de turismo que debe insertarse en lo que se conoce como turismo de intereses especiales por estar basado en motivaciones específicas de los visitantes que van más allá de los objetivos habituales de los viajes turísticos o vacacionales. Este turismo favorece la desestacionalización de la demanda. Conlleva un mayor consumo de bienes y servicios de origen local, lo que se traduce en un mayor impacto económico en la región. Por último, debe apuntarse que estamos ante un turismo que genera visitas adicionales de familiares y amigos, actuando como un eficaz mecanismo de promoción a través del conocido boca-oreja.

Conclusiones

En la década del setenta, cuando comenzó la reflexión sobre el turismo cultural, las definiciones elaboradas fueron restringidas a la visita a sitios y monumentos (arqueológicos, históricos, patrimonio inmueble); sin embargo, más tarde, quedarían añadidas las artes escénicas, la arquitectura, la música, la plástica, la artesanía, el llamado patrimonio inmaterial en los marcos locales y regionales así como los eventos culturales que favorecieron un tanto el turismo académico.

Es significativo señalar que las subdivisiones que se vinculan al turismo educativo, para la autora reconocido como académico, y su guión pedagógico son: el turismo científico, el turismo estudiantil ramificado en los programas de intercambio y el turismo de educación continua.

El impulso experimentado por el turismo académico ha sido de tal magnitud, que recientemente se ha empezado a preguntar sobre sus posibles repercusiones en las economías en las que se localizan los centros receptores de estudiantes y el papel que pueden jugar las universidades, a través de sus procesos de internacionalización y generando las condiciones para atraer a un número cada vez mayor de turistas, dentro de esta tipología novedosa. La referida variante tiene un gran potencial de crecimiento y ofrece una serie de ventajas significativas para los destinos. La duración de la estancia es superior a la del turismo convencional, pudiendo afirmarse que un turista académico en cuanto al hospedaje puede equivaler a numerosos turistas tradicionales.

La propuesta de manejar en Cuba, desde un área de una agencia de viajes especializada en Cultura, la distribución de los intercambios académicos es algo necesario probadamente, novedoso aún y exitoso con experiencias gratificantes. Se trata de establecer esta oportunidad desde las ciencias pedagógicas como solución a un problema latente.

Referencias Bibliográficas

Ballart y Tresserras. (2001). Gestión del patrimonio cultural. La Habana. Cuba. Editorial Ariel

Congreso Virtual Internacional de Turismo Cultural (2003). Universidad Nacional de San Marcos. Perú.

First, E. (2015). Education First. Obtenido de Educational Tours: http://www.eftours.com/our-story/our-history.

García, M., Cabada, J. L., & Bonilla, M. (Marzo de 2005). Turismo educativo. Prometedor Segmento para la Diversificación de la Oferta Turística de Costa Rica. TECNITUR 109,6-13. Recuperado el 22 de noviembre del 2015.

Pawlowska, E. (2011). El turismo académico, un análisis económico para el caso de Galicia. Santiago de Compostela: Universidad de Santiago de Compostela.

Modelo de publicación sin fines de lucro para conservar la naturaleza académica y abierta de la comunicación científica
HTML generado a partir de XML-JATS4R