Aula Abierta

Proceso de formación de los artistas aficionados de la Federación Estudiantil Universitaria como promotores culturales

Process of the Artist Amateurs of the University Student Federation formation like cultural promoters

Alina Jiménez Morejón
Universidad de Pinar del Río “Hermanos Saíz Montes de Oca” , Cuba
Arturo Pulido Díaz
Universidad de Pinar del Río “Hermanos Saíz Montes de Oca”, Cuba
Alexander Valdés Fernández
Universidad de Pinar del Río “Hermanos Saíz Montes de Oca”, Cuba

Horizonte Pedagógico

Dirección Provincial de Educación La Habana, Cuba

ISSN: 2310-3647

ISSN-e: 2310-3647

Periodicidad: Trimestral

vol. 11, núm. 2, 2022

rhorizontehabana@rimed.cu

Recepción: 12 Diciembre 2021

Aprobación: 13 Marzo 2022

Publicación: 19 Junio 2022



Resumen: Esta investigación refleja la importancia que tiene la cultura como factor clave para el desarrollo de la sociedad, tema eternamente ligado a la esencia humana e inherente a la propia existencia del hombre como ser social. La universidad, como institución, es un escenario privilegiado para la formación de recursos humanos y sociales destinados a la promoción de profesionales socialmente responsables. Para alcanzar este propósito, se ha de implicar en un proceso formativo que responda a las exigencias actuales y futuras, a partir de la formación, la investigación y la extensión. Donde la extensión es el más joven y dinámico de estos procesos sustantivos, y su proceso formativo lo consuma teniendo a la promoción cultural como función y método. Este trabajo reconoce la importancia que tiene la cultura en el proceso de formación integral de los futuros profesionales. Espacio donde se inserta el subproceso extensionista del Movimiento de Artistas Aficionados de la Federación Estudiantil Universitaria. Su contribución al proceso formativo presupone acciones de promoción bien concebidas para que satisfagan las exigencias que la sociedad plantea a la institución educativa. Tiene como objetivo indagar en las bases teóricas que sustentan el proceso de formación de los artistas aficionados como promotores culturales universitarios, desde las ciencias de la educación, de manera que permita la definición y justificación de los fundamentos que avalan dicho proceso en el contexto de la universidad cubana actual.

Palabras clave: movimiento de artistas aficionados, promotores culturales, proceso formativo.

Abstract: This reflective investigation the importance that has the culture like key factor for the development of the society, eternally bound topic to the human and inherent essence to the man's own existence like social being. The university, as institution, is a privileged scenario for the formation of human resources and social channeled to the promotion of socially responsible professionals. To reach this purpose, you must imply in a formative process that responds to the current and future demands, starting from the formation, the investigation and the extension. Where the extension is the youngest and dynamic in these processes nouns, and its formative process consummates it having to the cultural promotion as function and method. This work recognizes the importance that has the culture in the process of integral formation of the professional futures. Space where the sub one is inserted I process extensions of the Artist Amateur’s Movement of the University Student Federation. Its contribution to the formative process presupposes he/she needs of well-conceived actions promotion so that they satisfy the demands that the society outlines to the educational institution. This work has as objective to investigate in the theoretical bases that sustain the process of the artist amateurs of the formation as promoter’s cultural university students, from the diverse sciences of the education, so that it allows the definition and justification of the foundations that endorse this process in the context of the current Cuban university.

Keywords: artist amateur’s movement, cultural promoters, I process formative..

Introducción

La universidad, como institución, es un escenario privilegiado para la potenciación de recursos humanos y sociales a partir de la promoción de profesionales socialmente responsables, en un mundo con nuevas necesidades. Esta investigación tiene como núcleo el desarrollo cultural y su influencia en los procesos sociales. Para lo cual se aprovecha la labor formativa del proceso de Extensión Universitaria, y se orienta la promoción cultural, a reforzar la formación cultural integral de los futuros profesionales, como protagonista del desarrollo económico, político y social del país. Lo cual desarrolla apoyándose en sus procesos sustantivos de formación, investigación y extensión. A la extensión universitaria, le corresponde:

“asumir un rol activo en la defensa de nuestra identidad cultural y nacional, hacer que desde el enfoque educacional y cultural se potencien acciones con un amplio espectro creativo desde el arte en sus diversas expresiones, ampliar la diversidad cultural, para modificar conductas y modo de actuación, (…). (Batista y Batista, 2019, p.2)

La Universidad de Pinar del Río (UPR) necesita hoy de una dinámica constante en el perfeccionamiento de sus procesos sustantivos y en la intervención comunitaria. En este escenario, el proceso de Extensión Universitaria es el que más facilidades tiene de cumplir estos propósitos, ya que es el proceso encargado de promover la cultura creada, conservada y desarrollada en las universidades.

Dentro de los subprocesos de la Extensión Universitaria se encuentra el Movimiento de Artistas Aficionados (MAA) de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), que con su desempeño contribuye a elevar la cultura universitaria, al fomentar la cultura general integral y mejorar la calidad de vida de sus integrantes. Cuenta con la posibilidad de disfrutar de espacios alternativos para el entretenimiento y aprendizaje, instruido y saludable, de la comunidad universitaria, a la par que eleva el gusto estético y crea sentido de pertenencia con una utilización más instructiva de su tiempo libre. Lo que se encuentra en concordancia con los planteamientos de la Asamblea General de las Naciones Unidas, la que refiere la necesidad del acceso a una educación de calidad, la cual incluye la necesidad de: “Garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanentes para todos. (…) como base para mejorar la vida de las personas y el desarrollo sostenible” (ONU, 2018, p. 15).

Actualmente, entre los desafíos universitarios más importantes se encuentra el de influir en los procesos sociales que repercuten en el bienestar de la sociedad. Así, la universidad se legitima socialmente en la medida que, responda a la promoción cultural en el entorno del que forma parte. “La función de la promoción cultural se fortalece cuando se vuelve necesaria para garantizar el conocimiento, ejecución, respeto y preservación de los valores culturales (…)” (González, Abreus, y Martínez, 2020, p.76)

Ello plantea un desafío importante ya que, al reforzar su influencia en la sociedad aumenta su papel protagónico, a través de comportamientos socialmente responsables ante las necesidades y recursos sociales orientados al progreso humano. Realizado mediante interacciones sociales que se producen por la expresión de los sentimientos, los valores, la confianza y el intercambio recíproco de información, donde la cultura juega un papel fundamental. En este sentido, la contribución de la Universidad al desarrollo cultural, “presupone que las acciones planificadas (…) que se instrumenten no sean espontáneas, sino que deben corresponderse con estrategias bien concebidas para que se satisfagan las exigencias y expectativas que la sociedad plantea a la institución educativa” (Jimenez, González y Silva, 2019, p.1).

Estas exigencias incluyen la promoción cultural realizada por el Movimiento de Artistas Aficionados de la FEU, que guarda correspondencia con las metas educativas planteadas para la formación de las jóvenes generaciones, al influir en los conocimientos, concepciones, valores y conductas de los individuos, de forma sistemática, a la vez que contribuye a su preparación para la creación de ambientes favorables, el reforzamiento de las acciones comunitarias y el desarrollo de las actitudes personales. Este trabajo tiene como objetivo indagar en las bases teóricas que sustentan el proceso de formación de los integrantes del Movimiento de Artistas Aficionados de la FEU como promotores culturales, desde las diversas ciencias de la educación, de manera que permita la definición y justificación de los fundamentos que avalan dicho proceso en el contexto de la universidad cubana actual.

Materiales y métodos

La investigación asume un enfoque dialéctico materialista como base filosófica principal, además del empleo de los siguientes métodos análisis y síntesis para profundizar en la relación que se establece entre el Movimiento de Artistas Aficionados de la Federación de Estudiantes Universitarios y la comunidad universitaria. El método sistémico estructural se utilizó para la elaboración de los fundamentos y la relación entre los componentes. La entrevista grupal: a directivos, profesores, estudiantes y Artistas Aficionados para conocer los estados de opinión sobre el Movimiento de Artistas Aficionados de la Federación de Estudiantes Universitarios y su vinculación con el desarrollo social y cultural de la comunidad universitaria.

El grupo de discusión posibilitó estudiar, profundizar y caracterizar las vías de ingreso a este movimiento, su formación y motivación, su desempeño sociocultural, así como las principales vías de influencia en la comunidad universitaria, con énfasis en la formación del profesional. El análisis documental para analizar la situación actual de este movimiento sus documentos rectores y la observación participante a diversas actividades del Movimiento de Artistas Aficionados de la Federación de Estudiantes Universitarios en interacción con la comunidad universitaria para constatar la calidad en la ejecución de las acciones, el grado de aceptación y la influencia en la comunidad

Resultados y discusión

Fundamentos del proceso de formación de los artistas aficionados de la FEU como promotores culturales universitarios. Importar lista

Para la investigación se determinaron como fundamentos del proceso de formación de los artistas aficionados como promotores culturales universitarios, al conjunto de fundamentos encaminados a desarrollar en los aficionados conocimientos, habilidades, actitudes y valores, dirigidas a informar y educar a otros sujetos en la asunción de conocimientos, valores y actitudes. Se tiene en cuenta al promotor cultural como “aquel que domina una serie de contenidos que le posibilitan, como especialista, alcanzar una concepción general de la calidad de un determinado fenómeno cultural y ello le permite orientar acerca de lo que acontece en su radio de acción” (Messeguer, 2004, p.8).

El proceso de formación de los artistas aficionados es conducido por el profesor-instructor de arte cromo facilitador, a partir de factores condicionantes y desarrollado desde la promoción cultural. Estará estructurado mediante componentes propios y relaciones esenciales y dinamizado por la responsabilidad social, la sostenibilidad, el carácter contextual, la participación y la comunicación dialógica, desde la dimensión extracurricular del proceso extensionista.

Fundamentos del proceso de formación de los artistas aficionados como promotores culturales, en la Universidad de Pinar del Río.

El proceso de formación de los artistas aficionados como promotores culturales universitarios se sustenta en la extensión universitaria, con énfasis en la dimensión extracurricular. La vía para la ejecución del proceso de formación de los como promotores culturales universitarios, es la metodología de la promoción de la cultura artístico-literaria y en las etapas de diagnóstico, planificación, ejecución y control. El proceso de formación de los artistas aficionados como promotores culturales universitarios se basa en componentes personales y no personales, sobre la base de principios de carácter contextual, de la voluntariedad, la participación, la comunicación dialógica y la responsabilidad social y sostenibilidad de dicho proceso. Importar lista

1.1-El proceso de formación de los artistas aficionados como promotores culturales universitarios se sustenta en la extensión universitaria, con énfasis en la dimensión extracurricular.

Este proceso se asienta en la dimensión extracurricular, teniendo en cuenta que el proceso extensionista como proceso formativo atraviesa transversalmente al resto de los procesos sustantivos universitarios, donde establece un “sistema de interacciones de la Universidad y la Sociedad, mediante la actividad y la comunicación que se realizan dentro y fuera del centro de educación superior, con el propósito de promover la cultura en la comunidad intrauniversitaria y extrauniversitaria” (González y González, 2006, págs. 69).

Lo que no corresponde a una función específica de la universidad, sino a la institución en su conjunto y se considera a la extensión como el canal comunicativo en la relación universidad-sociedad. Desde él, la academia transmite a la sociedad sus saberes, a la vez que recoge sus necesidades expresadas en el sentir de la comunidad, en un diálogo constante. De esta manera, el proceso de formación de los artistas aficionados como promotores culturales en la universidad cubana actual se concreta en el trabajo sociocultural universitario, cuyo objetivo es tributar al desarrollo cultural de la sociedad, a partir de potenciar el diálogo de saberes con la comunidad y sus miembros en un sentido horizontal e integrador contribuyendo a elevar su calidad de vida y a enriquecer y fundamentar la cultura preservada por la universidad.

1.2-El proceso de formación de los artistas aficionados como promotores culturales universitarios se basa en la metodología de la promoción de la cultura artístico-literaria y en las etapas de diagnóstico, planificación, ejecución y control.

La Extensión Universitaria contempla a la promoción cultural como metodología y línea principal a desarrollar en las universidades, y cuyos paradigmas esenciales son: identidad y participación. Al respecto se coincide con Deriche. (2003) al enmarcarla como el “conjunto de acciones dirigidas a establecer e impulsar la relación activa entre la población y la cultura para alcanzar niveles superiores de ambas” (p 23.). De igual forma considera que “incluye acciones de programación, animación, creación, extensión, investigación, comercialización, producción industrial de bienes culturales, conservación, rescate y revitalización de los valores culturales y la enseñanza y capacitación, entre otros” (p 23.)

Este planteamiento presupone para el caso de las universidades, que el enfoque de la promoción cultural no debe ser visto solamente desde la cultura artístico-literaria, sino que requiere una conceptualización más amplia y holista, ya que al tener como soporte a la cultura se pueden transmitir valores ético-estéticos, ideo-políticos, morales, identitarios. En la estrecha relación que se establece entre la extensión y los demás procesos universitarios se propicia que el promotor cultural como el grupo multiplicado, tenga la posibilidad de generar nuevas ideas para llegar al estudiante a través de la generación de diversas iniciativas.

La promoción cultural observada desde un enfoque metodológico asociada a la extensión universitaria, es vista en estrecha relación con la promoción sociocultural, al ser considerada como un constructo positivo que insta a profesores, especialistas de extensión universitaria e instructores de arte y artistas aficionados, a convertirse en agentes de transformación social y cultural, en el entorno comunitario. Para ello desde su posición de promotores culturales, podrán transformar conductas en el contexto donde se desenvuelvan (jornadas culturales, espacios caracterizados, proyectos extensionistas o comunitarios), al igual que en su futuro desempeño como profesionales, a partir de la participación e identidad propias.

De esta forma la promoción cultural realizada por los Artistas Aficionados, como enfoque metodológico asociado a la extensión universitaria, se ejecuta por los componentes personales (profesores, especialistas e instructores de arte, artistas aficionados y la comunidad universitaria). Para ello debe cumplir el objetivo de incentivar la afición y el interés por la cultura, el arte y la literatura, a la vez que contribuye formando valores y propiciando un mejor empleo del tiempo libre. Con lo que se convierte en un poderoso instrumento, capaz no solo de fortalecer la cultura artístico literaria sino de cambiar el entorno universitario con su accionar, erigiéndose como núcleo de la actividad cultural universitaria

1.3-El proceso de formación de los artistas aficionados como promotores culturales universitarios se basa en componentes personales y no personales, sobre la base de principios de carácter contextual, de la voluntariedad, la participación, la comunicación dialógica y la responsabilidad social y sostenibilidad de dicho proceso.

El componente es un elemento esencial del objeto, del proceso que forma el todo y conforma su estructura. La integración de todos los componentes da lugar al sistema, en este caso al proceso de formación de los artistas aficionados como promotores culturales universitarios. Este proceso resulta parte del proceso formativo universitario al proporcionarle al futuro profesional habilidades que resultan imprescindibles para el desarrollo de las capacidades cognoscitivas y creadoras, toda vez que le permite apropiarse de conceptos para profundizar en su identidad. Lo que realiza apoyándose en el método de la promoción cultural, a la vez que con su accionar incide en el entorno.

Este desempeño puede contribuir a elevar la calidad del proceso formativo a partir del trabajo de ese estudiante-aficionado devenido en promotor cultural de los más genuinos valores universitarios. De igual forma es imprescindible que el profesor–instructor de arte, en su papel de facilitador, se convierta en ejemplo de promotor cultural, correspondiendo con los principios que se pretenden en los futuros profesionales, siendo activo dentro del taller y fuera de este. Para la concepción pedagógica del proceso de formación de los artistas aficionados como promotores culturales universitarios de la Universidad de Pinar del Río se determinaron los siguientes componentes personales: profesor-instructor de arte, artista aficionado, manifestación artística. El Instructor de Arte

(…) educa desde las manifestaciones artísticas, (..), como ha de serlo también su labor educativa, en este sentido, el artista aficionado es el fruto de una responsabilidad que debe construirse desde el conocimiento y a un tiempo ser la expresión más acabada de una relación que evidencie la responsabilidad de ambos, instructor de arte y artista aficionado, ante la creación artística. (Reyes y Viera, 2019, p.3)

El profesor-instructor de arte visto como facilitador del proceso, tiene la función de apoyar la formación del artista aficionado, permitiendo la comunicación, el diálogo y la participación entre estos. En esta relación se propicia la multiplicación de los promotores, teniendo como idea que lo que se pretende es que cada artista aficionado pueda ser potencialmente un promotor cultural. Debe ayudar a salvar las barreras que dentro del proceso formativo presentan los artistas aficionados, lo que conlleva a lograr el éxito en el proceso.

Los aficionados deben tener conciencia que serán sujetos activos de su propio proceso de formación, que debe estar indisolublemente ligada a su autodesarrollo cultural, y a partir de ello deberán incidir en el resto de la comunidad universitaria mediante el producto cultural elaborado por ellos mismos; desarrollando aptitudes y actitudes, intereses y valores, que le faciliten los mecanismos precisos para regirse a sí mismos, que los llevará con responsabilidad hacia su aprendizaje, con independencia de criterios, capacidad para pensar, crear, trabajar, y decidir por sí mismos.

El estudiante-artista aficionado convertido en sujeto activo, se constituye en el motor impulsor de la construcción de sus conocimientos, habilidades, aptitudes, actitudes y valores, de manera activa, creativa, reflexiva e independiente; aprende a aprender, a buscar información; aprende a ser, a convivir en colectivo; aprende haciendo, trabajando en y a través de las diferentes actividades de la educación en el trabajo, con creatividad e independencia. Se convierte realmente en objeto y sujeto de su propio aprendizaje: es un estudiante autoformado, a la vez se transforma, transforma a sus compañeros, a la comunidad universitaria y en ese punto logra enriquecer el proceso con sus acciones, experiencias, saberes y haceres. Lo cual constituye un punto sólido de enlace con su aprendizaje, que emergen de sus necesidades de formación.

El artista aficionado como estudiante universitario a partir de su conocimiento deberá reafirmar el proceso cultural sobre la base de afianzar su identidad y estilos de vida sanos e instruidos, forjando su propia historia en la búsqueda del mejoramiento de la calidad de vida en el ámbito universitario. Espacio en el que juega un importante papel la comunicación y las relaciones interpersonales ante la necesidad personal de confrontar sus puntos de vistas y la valoración de los demás. Con lo que los artistas aficionados, deben ser capaces de expresar con claridad lo que piensan y sienten, posibilitando el diálogo en torno a sus valores personales en interrelación directa con los valores colectivos y personales de otras personas de forma tal que reconozca su personal enriquecimiento espiritual. Lo que les permitirá proyectar el trabajo sociocultural de la comunidad universitaria sobre la base de la consolidación y desarrollo de sus expresiones culturales y patrimoniales.

1.3.1. Componentes personales que intervienen en el proceso de formación de los artistas aficionados como promotores culturales universitarios.

El proceso formativo objeto de estudio se configura como un sistema en el que, cada elemento de análisis está concatenado dialécticamente con los restantes, quienes intervienen, erigen y fundan este proceso, es precisamente un grupo de sujetos involucrados directamente en él y por tanto movilizan sus estructuras internas, a la vez que lo conciertan con sus intereses personales. Al tener como marco teórico–metodológico el materialismo dialéctico e histórico, aplicado de forma creadora a la psicología por Vigostky (1988) la pedagogía cubana actual asume el desarrollo de la personalidad basada en un enfoque socio–histórico cultural que “considera: el carácter irrepetible de cada individuo se explica así por las particularidades de su status socio–histórico cultural, por la especificidad del sistema de interrelaciones de su micromedio en cuyo interior se forma su personalidad”. (González, 1991. p 94)

Para la pedagogía esto implica partir del carácter rector de la enseñanza para el desarrollo psíquico por lo que es necesario analizar la actitud y el sistema de relaciones para que el artista aficionado se eleve mediante la colaboración y la actividad conjunta, a un nivel superior, partiendo de lo que aún no puede hacer sólo, espacio donde juega un importante papel el profesor-instructor de arte en su rol de facilitador.

El enfoque histórico cultural enuncia que la educación conduce al desarrollo, se refiere a las influencias positivas con altas dosis de responsabilidad, respeto y confianza entre los actores del proceso, donde el profesor-instructor de arte es orientador y guía, que estimula a los artistas aficionados en su desarrollo y crecimiento personal sobre la base de los contenidos, métodos, medios y formas de organizar el espacio y de evaluar para que tributen a su autoformación. Además, facilitarán una perspectiva más integradora del proceso, al trascender lo puramente académico y llevar la enseñanza al escenario de lo personal-social en continuo diálogo con lo profesional.

El aprendizaje, es apreciado como un proceso activo y desarrollador, en cuya esencia está que el artista aficionado “aprenda a aprender”, lo que significa, entre otros aspectos, que adquiera conocimientos, habilidades y valores que tiren de su desarrollo a favor de la configuración y formación integral de su personalidad, de la autorregulación del aprendizaje, de su autonomía y del desarrollo de una actitud positiva hacia aquellos contextos donde ya no cuente con la ayuda del maestro o de otro estudiante. Se pretende, a partir de este análisis, enfatizar en el rol protagónico del estudiante-artista aficionado en torno al proceso de formación de promotores culturales.

No se trata de un estudiante que espera pasivamente por un profesor-instructor de arte que modele para él un proyecto de promotor; sino de la autogestión de su formación como promotor cultural, en tanto transforma el entorno con su accionar. Todo ello, acompañado del profesor-instructor de arte como facilitador, que ejerce un rol orientador. Un proceso de este tipo que se desarrolla con el fin de una mejor formación profesional de los jóvenes universitarios precisa que la relación entre el facilitador y aficionado sea de interacción y le permita al aficionado multiplicar saberes. Al referirse al proceso extensionista, González (2002) plantea que se ha de lograr que la extensión universitaria se lleve a la práctica por los mismos sujetos que en ella intervienen.

Se produce un efecto multiplicador, porque tienden a ser actividades autodirigidas, en la medida en que los que participan están más identificados con la toma de decisiones, con las valoraciones y tareas emanadas del trabajo en grupos, lo que estimula la creatividad de todos en un marco donde se sienten comprometidos y asumen responsabilidades en la ejecución. Se convierten de hecho en emprendedores o promotores del cambio. En relación con el profesor-instructor de arte como facilitador se considera esencial esclarecer que un proceso de formación de los artistas aficionados en promotores culturales, se expresa en la comunidad universitaria donde el MAA de la FEU es partícipe y protagonista, espacio este, donde han de producirse las interacciones que favorezcan tanto a los inter aprendizajes, como a la formación de importantes cualidades, valores y actitudes de la personalidad de los educandos, donde:

Es necesario estimular en los estudiantes la capacidad de percibir, sentir, analizar y expresarse, a partir de las diferentes manifestaciones culturales; así como fomentar la afición y el interés por el arte y la literatura. De esta forma, el MAA de la FEU aporta al resto de la comunidad universitaria, mediante la aplicación de sus conocimientos y habilidades, valores como: identidad, gusto estético, disciplina, responsabilidad, colectivismo, sentido de pertenencia, patriotismo, entre otros. (Jimenez, Pulido, González y Silva, 2021, p.6)

En este sentido, se reconoce el aprendizaje grupal o cooperativo como aquel aprendizaje en el que la interacción y la colaboración entre los estudiantes persigue el logro de metas comunes, suponiendo para el facilitador una visión diferente y cualitativamente superior del diseño de tareas en aras de crear condiciones para que los intereses y motivos individuales se combinen en armonía, para que todos los miembros se potencien creativamente, para que aprendan no solo a conocerse a sí mismo sino también a los demás, para que aprendan a convivir y cooperar juntos.

En el proceso de formación de promotores culturales es necesario establecer importantes motivos que lo dinamizan y le compulsan a adoptar posiciones más conscientes, auto determinados e independientes de afrontar su vida y las exigencias sociales.

Se considera al artista aficionado como núcleo en el análisis de los componentes personales del proceso en estudio. Según estos presupuestos filosóficos, psicológicos y pedagógicos, el artista aficionado se encuentra en constante relación dialéctica con otros sujetos que se encuentran estrechamente ligados a él durante el proceso formativo, con los que establece nexos de ineludibles. Estos se encuentran concatenados psicológica y pedagógicamente, como parte del tejido social en que se desarrollan..

1.3.2. Los componentes no personales del proceso de formación de los artistas aficionados de la FEU como promotores culturales son los siguientes:

El problema del proceso de formación de los artistas aficionados como promotores culturales es el punto de partida de todo el proceso que es portador de la necesidad social. Es el problema el que determina dialécticamente los objetivos y a partir de ellos se determinan los contenidos y a su vez en la vía (método) para su apropiación, la solución de este problema permite asimilar el conocimiento y dominar la habilidad, que no es más que el modo de resolver los problemas. Teniendo en cuenta lo anterior, se hace énfasis en la necesidad de que los artistas aficionados durante su formación desarrollen conocimientos, habilidades, actitudes y valores utilizando los métodos de la promoción cultural, con independencia y creatividad, desarrollando sus capacidades creativas, el entretenimiento sano y el compromiso social.

El objeto será el proceso de formación de los artistas aficionados de la FEU como promotores culturales universitarios y el objetivo lo constituye el componente de estado que posee el proceso formativo como resultado de la configuración que adopta el mismo en su relación con la sociedad y que se manifiesta en la precisión del estado deseado o aspirado que se debe alcanzar en el desarrollo de dicho proceso para resolver el problema. Este proceso debe lograr que no solo se transformen a sí mismos; sino que sean capaces de transformar su entorno mediante la promoción cultural desarrollada por ellos

El contenido como componente del proceso docente educativo expresa la configuración que este adopta al precisar, dentro del objeto, aquellos aspectos necesarios e imprescindibles para cumplimentar el objetivo y que se manifiesta en la selección de los elementos de la cultura y su estructura de los que debe apropiarse el estudiante para alcanzar los objetivos. (Álvarez de Zayas, 1996, p.12). En esta investigación se convierte en componente central, en la medida en que en el contenido, se encuentra la tríada de conocimientos, habilidades y valores.

Si el problema que pretende resolverse con la concepción pedagógica es la necesidad de que los artistas aficionados de la FEU durante su formación se conviertan en modelos de promotores culturales, entonces el sistema de conocimientos estaría integrado por: los fundamentos epistemológicos de la promoción cultural., la metodología de la promoción cultural asociada al desarrollo comunitario, los factores condicionantes de la promoción cultural, los proyectos, acciones actividades y tareas extensionistas de formación de promotores culturales y las perspectivas generales del papel activo del promotor cultural en el contexto donde desarrolla su labor.

Las habilidades que debe desarrollar un promotor cultural son entendidas, por tanto, como el dominio de las acciones, actividades y tareas extensionistas que, desde la promoción cultural como método científico, permitan potenciar el desarrollo cultural universitario a la vez que contribuyan a su autotransformación y la del resto de la comunidad universitaria sobre bases científicas, ellas son: las habilidades organizativas que posibiliten organizar acciones, actividades y tareas de promoción cultural, las habilidades comunicativas que permitan el diálogo y la comunicación efectiva entre los sujetos /facilitador, promotor y grupo, las habilidades investigativas que garanticen la profundización en el proceso de formación promotores culturales para determinar las particularidades y las habilidades movilizativas para lograr el arrastre de la comunidad universitaria en función de impulsar acciones y cumplir tareas.

Cada una de estas acciones se realiza a partir de la sistematización de un grupo de operaciones como comunicar, preguntar, actuar, interpretar, debatir (para interrogar), buscar, reconocer, explorar, etc. Las operaciones antes expuestas, una vez sistematizadas se convierten en hábitos adquiridos por los artistas aficionados y coinciden con las habilidades de un promotor cultural, que se hace necesario formar en ellos.

En el sistema de valores (actitud con que el artista aficionado enfrenta al objeto de estudio) encontramos los sentimientos y las convicciones en plena formación y por supuesto, encontramos la posibilidad de conformar todo un cuerpo axiológico en el aficionado, lo cual se expresa a partir de la valoración que él hace, sobre la importancia que tiene para el mejoramiento de su comunidad, en lo moral y lo social, realzándose los siguientes:

· La Cientificidad: Como el reconocimiento de la importancia de la promoción cultural, argumentado desde la cientificidad y vinculado a la formación profesional de cada estudiante universitario.

· La profesionalidad: Reconocimiento de la importancia social y personal de la promoción cultural y de las potencialidades de cada artista aficionado como promotor, lo que posibilita un actuar basado en el rigor científico y en el estudio profundo de los aspectos epistemológicos de la promoción cultural.

· La responsabilidad: El valor será mostrado en la realización y desarrollo de las acciones, actividades y tareas y en la participación consciente en todas las actividades planificadas en el proceso.

· El humanismo: Actitud eminentemente ética, de interés, empatía y respeto, comunicación dialógica, participación.

Conclusiones

Los fundamentos del proceso para la formación de los artistas aficionados como promotores culturales se sustenta en un conjunto articulado de bases teóricas dentro de las cuales están la teoría de la actividad, el enfoque histórico cultural y dentro de ella la categoría zona de desarrollo próximo, la teoría de los procesos conscientes y las concepciones teóricas más relevantes acerca de la promoción cultural y su asunción como lineamiento general de la extensión universitaria para las universidades cubanas.

La sistematización de las teorías asumidas en esta investigación y los resultados del diagnóstico realizado, permitieron fundamentar el proceso de formación de los artistas aficionados como promotores culturales, como expresión de un sistema de ideas científicas que posibilitaron establecer las relaciones entre los elementos que conforman la misma, las regularidades, las etapas, los principios y las dimensiones.

El proceso de formación de los artistas aficionados como promotores culturales se define como: el conjunto de fundamentos pedagógicos dirigidos a este fin en la Universidad, encaminado a desarrollar en los estudiantes-artistas aficionados conocimientos, habilidades, actitudes y valores, dirigidas a informar y educar a otros sujetos en la asunción de la promoción cultural, conducido por el profesor-instructor de arte como facilitador, a partir de factores condicionantes y desde la promoción cultural, estructurado mediante componentes propios y relaciones esenciales, dinamizado por la responsabilidad social y la sostenibilidad, el carácter contextual, la participación y la comunicación dialógica, en la dimensión extracurricular del proceso extensionista.

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Notas

Contribución de los autores:
Contribución de los autores:
Contribución de los autores
No. Roles de la contribución Autor 1 Autor 2 Autor 3
1. Conceptualización 50% 50%
2. Curación de datos 100%
3. Análisis formal 50% 50%
4. Adquisición de fondos 100%
5. Investigación 50% 50%
6. Metodología 100%
7. Administración del proyecto 50% 50%
8. Recursos 50% 50%
9. Supervisión 50% 50%
10. Validación 50% 50%
11. Visualización 50% 50%
12. Redacción – borrador original 50% 50%
13. Redacción – revisión y edición 100%
Declaración de originalidad y conflictos de interés El/los autor/es declara/n que el artículo:

 Que el artículo es inédito, derivado de investigaciones y no está postulando para su publicación en ninguna otra revista simultáneamente.

 Que se acepta tanto la revisión por pares ciegos como las posibles correcciones del artículo que deban hacerse tras comunicarle/s la oportuna disconformidad con ciertos aspectos pertinentes en su artículo.

 Que en el caso de ser aceptado el artículo, hará/n las oportunas correcciones en el tiempo que se estipule.

 No existen compromisos ni obligaciones financieras con organismos estatales ni privados que puedan afectar el contenido, resultados o conclusiones de la presente publicación.

A continuación presento los nombres y firmas de los autores, que certifican la aprobación y conformidad con el artículo enviado.

Autor principal

Alina Jiménez Morejón

Coautor

Arturo Pulido Díaz

Coautor

Alexander Valdés Fernández

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