Recepción: 15 Enero 2017
Aprobación: 12 Marzo 2017
Resumen: El presente trabajo de titulación se llevó a cabo en las comunas La Entrada, San José, Curía, Olón, Pajiza, Dos Mangas, Sitio Nuevo, Sinchal, Barcelona, Loma Alta, Bambil Collao, Febres Cordero, Colonche, Manantial de Colonche, Bambil Desecho, Manantial de Guangala, Cerezal Bellavista, Limoncito, Juntas del Pacífico, Bellavista del Cerro, Sube y Baja, Sacachún, Zapotal, Caimito, Ciénaga, Olmedo, Tugaduaja, Engunga, Cerro Alto, Morrillo, San Miguel, Sucre y Villingota. La metodología aplicada fue a través de una entrevista a 55 personas, de las cuales el 62% fue mayor de 65 años, las preguntas abarcaban temas sobre siembra, fertilización, riego, selección de semillas, control de plagas y enfermedades, asociación y rotación de cultivo, albarradas; además de aspectos culturales que los agricultores tomaban en cuenta al momento de iniciar una actividad agrícola. Como resultado de la información recolectada se identificaron 16 prácticas agropecuarias que luego fueron clasificadas en diez ancestral, cinco tradicionales y una contemporánea. La práctica más mencionada por los agricultores fue la siembra durante los meses de invierno o garúa, seguida del amadrinado de semillas y la influencia de las fases lunares en la siembra, cosecha o corte de madera. El agua de las albarradas era destinada para el ganado, lavar la ropa, bañarse y consumo humano; sin embargo, actualmente los agricultores solo utilizan el agua para el ganado, excepto El Morrillo que empezó a utilizarla para sembrar sandía, maíz y frejol. El aspecto cultural más practicado que se logró identificar en algunas comunas fue la acción de darse la mano entre los comuneros para realizar las labores agrícolas.
Palabras clave: Saberes ancestrales, tradicional, contemporáneo, prácticas agropecuarias, aspectos culturales.
Abstract: The present titling work was carried out in the communes La Entrada, San José, Curía, Olón, Pajiza, Dos Mangas, Sitio Nuevo, Sinchal, Barcelona, Loma Alta, Bambil Collao, Febres Cordero, Colonche, Manantial de Colonche, Bambil Desecho, Manantial de Guangala, Cerezal Bellavista, Limoncito, Juntas del Pacífico, Bellavista del Cerro, Sube y Baja, Sacachún, Zapotal, Caimito, Ciénaga, Olmedo, Tugaduaja, Engunga, Cerro Alto, Morrillo, San Miguel, Sucre y Villingota. The methodology used was an interview to 55 people, of which 62% over 65 years old, the questions topics was about planting, fertilization, irrigation, seed selection, pest and disease control, association and crop rotation, albarradas, in addition to cultural aspects that farmers took into account when starting an agricultural activity. As a result of the information collected, 16 agricultural practices were identified that were later classified into ten ancestral, five traditional and one contemporary. The practice most mentioned by farmers was sowing during winter or drizzle months, followed by the amadrinado of seeds, lunar phases influence in the sowing, harvesting or cutting of wood. The water of albarradas was destined for the cattle, to wash cllothes, to bathe and human consumption; however, farmers currently only use water for cattle, except El Morrillo, which started to use it to plant watermelon, corn and beans. The most practiced cultural aspect identified in some communes was the action of shaking hands each other communard to carry out agricultural activity.
Keywords: Ancestral knowledge, traditional, contemporary, agricultural practices, cultural aspects..
INTRODUCCIÓN
Los saberes ancestrales son todos aquellos conocimientos originarios de un pueblo o comunidad que se transmiten de padres a hijos, de generación en generación en forma oral, práctica o por medio de costumbres propias de cada población (Secretaría del Buen Vivir, 2015). Es el conjunto de prácticas, mitos, valores y enseñanzas agrícolas, culturales, medicinales, culinarias y pecuarias de antecesores que intervienen en el desarrollo económico, tecnológico, científico y ambiental de los pueblos (Tapia, 2014).
Los saberes tradicionales son aquellas enseñanzas que una comunidad aún mantiene en práctica en la actualidad (Karkras et al., 2014). Son sabidurías y conocimientos colectivos que relacionan al hombre con la naturaleza y también con prácticas culturales como cantos, danzas, artesanías, entre otros (De la Cruz, 2010).
El Sumak Kawsay, que traducido del quichua significa Buen Vivir o Buen conocer, busca que las personas de un pueblo o comunidad tengan una vida plena a través de conocimientos y saberes ancestrales que han sido transmitidos, compartidos y puestos en práctica, con el fin de mantener la identidad o cultura de cada pueblo en un futuro (Crespo et al., 2014).
Antiguamente los habitantes de Santa Elena cultivaban maíz, maní, frejol, ají y algodón; recolectaban frutos silvestres como piñas, papayas, chirimoyas y paltas; cazaban venados, guantas, tapires, sahinos; además se dedicaban a la recolección de moluscos, mariscos y peces (Flores, 2007). Todas estas actividades las realizaban en armonía con el medio ambiente y con el uso de herramientas rudimentarias que ellos mismos elaboraban; pero, con el pasar del tiempo se han ido perdiendo estas prácticas naturales por el uso de nuevas tecnologías que mejoran y agilizan los tiempos de producción; por ello, actualmente estos métodos están causando un problema ya que empiezan a perjudicar y degradar no solo el medio ambiente sino también la salud de las personas, como es el uso excesivo de agroquímicos. 2
En Santa Elena aún existen conocimientos ancestrales aplicados a la agricultura y ganadería, es por esta razón que se pretende rescatar los conocimientos y saberes ancestrales que antes eran utilizados por los primeros habitantes de la provincia de Santa Elena y que mantenían una armonía con el medio ambiente; saberes que existen pero no han sido estudiados. Por eso la finalidad de este proyecto es identificar los diferentes saberes ancestrales y tradicionales agropecuarios que aún se encuentran escondidos en las diversas comunas de la provincia.
Los antecedentes antes mencionados llevan a formular el siguiente problema científico:
¿Qué saberes ancestrales y tradicionales agropecuarios subsisten en la Península de Santa Elena?
Para dar respuesta a este problema se formula la siguiente hipótesis:
En la Península de Santa Elena subsisten saberes ancestrales y tradicionales agropecuarios que son utilizados por los habitantes de las zonas rurales para el manejo de sus parcelas y cultivos que contribuyen a la conservación de los recursos naturales.
La comprobación de la hipótesis planteada se realizará a partir de los objetivos que a continuación se relacionan:
Objetivo General:
Identificar los saberes ancestrales y tradicionales agropecuarios en comunas de la provincia de Santa Elena.
En la provincia del Carchi, en Ecuador, se emplea un sistema de labranza limitada y cobertura en cultivo de papa llamada Wachu rozado, que en idioma quichua significa “surco cortado”. Esta práctica la aplican alrededor del 20% de los agricultores en la provincia y consiste en convertir pastizales en cultivos de papa de manera que se convierta en un sistema rotativo. Se realizan los surcos con los restos de pastos y se siembran las semillas de papa en medio de los surcos, las cuales van a aprovechar la materia en descomposición para germinar. Dentro de esta rotación también pueden entrar otros cultivos como maíz, frejol y trigo (Oyarzún et al., 2002).
Los ancestros realizaban rituales para comunicarse con la naturaleza y pedirles que les brinden agua cuando las épocas de sequía se aplazaban. Los habitantes de la comunidad Kotama, en Otavalo, consideran que el agua está conformada por cuatro hermanas y cuatro hermanos. El manantial, la lluvia, la laguna y el río son las hermanas y la helada, el granizo, la lancha (llovizna con sol) y el pipharlay (caída de gotas gruesas) son considerados como los hermanos. La ceremonia para llamar a las lluvias es realizada por mujeres, jóvenes y niños de esta comunidad, donde todos se reúnen a compartir un banquete y, una vez obtenida la armonía, los niños comienzan cánticos y gritos pidiendo que vuelva la hermana lluvia (Kashyapa, 2013).
MATERIALES Y MÉTODOS
Guía de preguntas para la entrevista
Durante las entrevistas se abordaron como principales temáticas la asociación, rotación de cultivos, calendario agrícola, fertilización, prácticas de riego, principales instrumentos o herramientas utilizados en las labores agrícolas, participación y relaciones sociales, plagas o enfermedades y sus medidas de control, criterios para la selección de semillas, conocimientos astrológicos, ritos y festividades usados en el ciclo agrícola y mitos, leyendas o creencias relacionados a la agricultura que se presentan en la actualidad (Formato 1A), adicional a esto se abordaron otros temas como la conservación de alimentos, el uso ancestral de las plantas y el uso de albarradas.
Se entrevistaron 55 personas de las cuales el 85 % pertenecen al género masculino y 15 % al género femenino; de la misma manera para la Auto identificación étnica el 69 % se denominó cholo costeño, el 24 % como montubio y el 7 % como mestizo; el nivel escolar de las personas fue del 82 % básica, 11% media y 7% ninguna
Análisis.- El análisis se utilizó para categorizar los datos recolectados, a través de las encuestas realizadas, en ancestrales, tradicionales o contemporáneos y de acuerdo a eso colocarlos en un registro.
Síntesis.- La síntesis se empleó para resumir los resultados que se obtuvieron del análisis de los datos recolectados, esto ayudó a responder la pregunta planteada en el problema científico de la investigación.
Inducción.- Consistió en obtener información y anotar los nuevos descubrimientos que se presentaron al momento de conversar con los agricultores para arribar a conclusiones y generalizarlas.
Métodos empíricos
Observación.- La observación implicó estar atentos a todos los detalles, sucesos o interacciones que realizan los comuneros al momento de ejecutar las labores agropecuarias, es decir, poner atención con todos los sentidos para obtener más información. Observar las actividades que hacen y conocer el significado de las mismas, así como también el uso de instrumentos y las funciones que cumplen.
Entrevista.- La entrevista se realizó con preguntas abiertas en dependencia de los métodos y saberes que se identificaron en las diferentes comunas de la provincia de Santa Elena, se entrevistó a hombres y mujeres de diferentes edades que tuvieron conocimientos sobre las actividades agropecuarias que se realizaban o aún se hacen en su zona.
RESULTADOS
La tabulación de la información se realizó en el programa de Microsoft Excel, y el A continuación, se muestran los resultados obtenidos en base a los objetivos específicos planteados. Primero se mencionan las prácticas agropecuarias identificadas, el lugar donde se presentan y su clasificación, luego se detalla cada una de ellas de acuerdo a lo mencionado por los comuneros en las entrevistas y se agrega una breve sustentación científica. El orden que se consideró para presentar las prácticas identificadas fue según la secuencia en que se realizan las actividades agrícolas.
En la Tabla 1 aparecen las prácticas agroecológicas que los comuneros realizan o toman en cuenta al momento de iniciar una producción agrícola; la Tabla 2 presenta los aspectos culturales que los comuneros relacionaron con la agricultura. La clasificación se realizó siguiendo los criterios de Paucar (2015), Gómez (2006) y Yanover (2008).
El sistema de roza y quema o también conocido como roza, tumba y quema (RTQ) ha sido practicado desde tiempos ancestrales, los agricultores esperaban los meses de soles para realizar el desmonte de sus tierras, una vez que los restos de cosecha, la maleza y los árboles que cortaban, estuvieran secos procedían a quemarlos, después esperaban las primeras lluvias para empezar a sembrar. Las cenizas que quedaban en el terreno se reincorporaban al suelo y se convertían en nutrientes fácilmente aprovechables para las plantas, de igual forma los restos de palos o madera que quedaban parcialmente carbonizados eran fuente de nutrientes para el terreno; sin embargo, esta práctica tiene una desventaja, ya que reduce la actividad biológica y el contenido de materia orgánica porque por efecto de la quema se produce la volatilización del nitrógeno y azufre del suelo como lo menciona Rivas.
CONCLUSIONES
e
Se identificaron 16 prácticas agropecuarias, de las cuales diez se clasificaron como ancestrales, cinco fueron tradicionales y una práctica como contemporánea.
Se puede evidenciar que la práctica agropecuaria ancestral identificada en la mayoría de las comunas es el aprovechamiento de las lluvias, ríos, pozos y garúa para comenzar las siembras.
La conservación de semillas de una época a la otra se llamó amadrinado de semillas, en el caso del maíz; una práctica que se ha perdido con la introducción de híbridos de diversas especies y la modernización de las técnicas de siembra.
El empleo de las fases lunares junto a las fluctuaciones de las mareas es un conocimiento que aún se mantiene para definir el momento de ciertas actividades como siembra, cosecha y corte de madera.
El empleo de albarradas como método de almacenamiento de agua de lluvias es un saber ancestral que se está viendo afectado por la falta de sistematicidad del mantenimiento y la desaparición de algunas de ellas.
“Darse la mano” fue un aspecto cultural que reflejó la asociatividad para realizar diversas tareas agrícolas y que permitía economizar recursos financieros. Las festividades o ferias agrícolas que se llevaban a cabo en las comunas también han dejado de practicarse debido a que los habitantes se han dedicado a otras actividades no relacionadas con la agricultura.
Mediante prácticas de extensión rural resultaría pertinente, explicar los fundamentos científicos de las prácticas agropecuarias, de modo que se les de valor a las mismas, para poder incentivar su aplicación como parte de las acciones a realizar para la conservación de los recursos suelos y agua y también en el desarrollo y preservación de los elementos culturales y sociales que subyacen en estas prácticas productivas.
La educación en general es un medio óptimo para dar a conocer y tratar de preservar estas prácticas, para conocimiento de niños y jóvenes. Se recomienda incluir elementos interculturales en los espacios curriculares escolares en las instituciones educativas de la zona. También es posible socializar los resultados obtenidos en diversos escenarios universitarios, incluidos los programas de materias afines en el currículo de la carrera Ingeniería Agropecuaria.
REFERENCIAS
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