Artículo de reflexión
Recepción: 06 Agosto 2018
Aprobación: 08 Octubre 2018
Resumen: El proceso de formación en el área de Trabajo Social a través de los campos de las prácticas profesionales despliega un ejercicio de cons- trucción de una identidad colectiva, donde los estudiantes por medio de una intervención a una realidad social específica definen un méto- do de intervención en un caso, grupo, familia o comunidad y generan un impacto personal, ins- titucional o social. Es decir que la consolidación, fragmentación o revitalización de la identidad se construye en un ejercicio articulado en lo institucional, educativo y personal. Entonces, el proceso de identidad se relaciona con un ejer- cicio de autorreflexión, que se genera no solo dese el nivel individual, sino desde lo social, al concebir la identidad como un sentimiento de mismidad y continuidad que experimenta un es- tudiante en cuanto a un campo de práctica. Por tanto, se podría decir que el proceso de identidad de los estudiantes son las expresiones frente al Trabajo Social y al deseo predominante de trans- formar realidades, generar cambios o mejorar la calidad de vida de determinados grupos pobla- cionales a partir del conocimiento individual y las herramientas de intervención que facilita cada campo de práctica profesional.
Palabras clave: Identidad, pertenencia, campos de práctica, percepción, intervención en Trabajo Social, frustración.
Abstract: The training process in the area of Social Work through the fields of professional practices deploys an ex- ercise of construction of a collective identity, where students through an intervention to a specific social reality define a method of intervention in a case, group, family or community and generate a personal, in- stitutional or social impact. That is, the consolidation, fragmentation or revitalization of identity is built in an articulated exercise in the institutional, educational and personal level. Then, the identity process is related to a self-reflection exercise, which is generated not only from the individual but also from the social level, by conceiving identity as a sense of sameness and continuity that a student experiences in a field of practice. Therefore, it could be said that the identity process of students are their expressions regarding Social Work and the predominant desire to transform realities, generate changes or improve the quality of life of certain population groups based on individual knowledge and the intervention tools that each field of professional practice facilitates.
Keywords: Identity, belonging, fields of practice, perception, intervention in Social Work, frustration.
Resumo: O processo de formação na área de Trabalho Social através dos campos das práticas profissionais de- senvolve um exercício de construção de uma identidade coletiva, onde os estudantes por meio de uma intervenção numa realidade social específica definem um método de intervenção em um caso, grupo, família ou comunidade e geram um impacto pessoal, institucional ou social, isto é, que a consolidação, fragmentação ou revitalização da identidade constrói-se em um exercício articulado com o institucional, educativo e pessoal. Então, o processo de identidade relaciona-se com um exercício de autorreflexão, que se gera não só a partir do nível individual, mas também a partir do social, ao conceber a identidade como um sentimento de mesmidade e continuidade que experimenta um estudante quanto a um campo de prática. Portanto, poderia ser dito que o processo de identidade dos estudantes são as expressões frente ao Trabalho Social e ao desejo predominante de transformar realidades, gerar mudanças ou melhorar a qualidade de vida de determinados grupos populacionais a partir do conhecimento individual e das ferra- mentas de intervenção que facilitam cada campo de prática profissional.
Palavras-chave: Identidade, pertença, campos de prática, percepção, intervenção em Trabalho Social, frustração.
INTRODUCCIÓN
El presente artículo ayuda a la comprensión del ejercicio profesional del Trabajo Social como campo de interrelación entre la teoría y la práctica a partir del papel de los estudiantes en formación en escenarios institucionales, permitiendo identificar las dinámicas académicas en la crisis de la identidad que se plantea en la poca legitimidad del quehacer profesional como respuesta a las necesidades de la población más vulnerable. Esta situación potenció la formación de conocimiento en la generación de formas, canales y condiciones para el desarrollo social a través de intervenciones, de profesionales en formación frente a las poblaciones vulnerables.
En consecuencia, la identidad permite el análisis de capacidades o competencias de los estudiantes en formación en los diferentes escenarios institucionales, para lo cual se toma una muestra de egresados y graduados del programa a través de una encuesta virtual, interlocutores de campo de práctica a los cuales se les realizo una entrevista semiestructurada, con tutores y otros interlocutores se desarrolló un grupo focal. Estos fueron el punto de referencia para la sistematización de las prácticas profesionales del programa de Trabajo Social en el periodo 2014 al 2017.
Este diseño metodológico no solo se centra en la lógica institucional de los escenarios de práctica profesional, sino también en los procesos de identidad, expresiones, roles, creencias, lenguaje y como categorías emergentes vínculos para la construcción de intervenciones que buscan el cambio o la transformación social.
Por tanto, es de gran importancia y utilidad, porque da un soporte tangible al aporte de la Corporación Universitaria Minuto de Dios a las realidades sociales en el territorio municipal de Soacha, posibilitando una construcción colectiva del quehacer profesional, respetando las capacidades y competencias individuales de los estudiantes en formación y la diversi- dad que contiene el municipio. Por lo anterior se desarrollaron estrategias de recolección de información en los escenarios institucionales y espacios académicos.
DESARROLLO
Un factor relevante evidenciado en el proceso de sistematización de las prácticas profesionales de los estudiantes en formación del programa de Trabajo Social del Centro Regional Soacha (CRs) es el reconocimiento del ejercicio profesional en los diferentes escenarios. Esto se materializa a partir de la construcción de una identidad colectiva, donde los estudiantes desarrollaron una intervención a una realidad social específica definiendo un método de intervención en un caso, grupo, familia o comunidad y generando un impacto personal, institucional o social.
Este proceso genera nuevas identidades en el campo profesional, su fragmentación o revitalización se construyen articuladamente en lo institucional, educativo y personal; es decir, desde la apropiación misma de conocimientos de los estudiantes en el quehacer de Trabajo Social y de lo que supone que los estudiantes perciban de sí mismos como profesionales en sus intervenciones.
El proceso de identidad se relaciona con un ejercicio de auto reflexión y se genera no solo desde el nivel individual, sino desde lo social: “concebir la identidad como un sentimiento de mismidad y continuidad que experimenta un individuo en cuanto a un grupo” (Erickson, 1977, p. 586), aspecto que genera bastantes herramientas conceptuales en el ejercicio de la práctica profesional del programa de Trabajo Social en el municipio de Soacha a través de sus capacidades y potencialidades en la lectura de las realidades y construcción de intervenciones.
Por tanto, este artículo implica el reconocimiento de los estudiantes del programa de Trabajo Social y la generación de vínculos con diferentes grupos sociales evidenciando una percepción en su campo de práctica profesional. El proceso mostró que un 53,8% de estudiantes generan la pertenencia a su campo, ya que inicialmente tienen la percepción de hacer parte del ejercicio profesional en una determinada institución. Se puede desarrollar un vínculo que puede fortalecer la unión o pertenencia a esa institución, comunidad o grupo y facilita la experiencia en la práctica profesional (Tajfel, 1986, p. 5). Por ello la elección del campo de práctica juega un papel importante ya que puede potenciar los conocimientos y habilidades en Trabajo Social y generar resultados eficientes y eficaces en sus intervenciones, debido a que fue por elección propia y de interés, lo cual es un punto a favor.
Pero el 46% de los estudiantes dan origen a la experiencia en el ejercicio profesional en campos de prácticas donde no se generan vínculos de identidad y pueden darse comportamientos que tensionen procesos institucionales y conductas de resistencia que son reflejadas en el bajo rendimiento académico y en el bajo impacto de sus intervenciones. Esto, porque podría ser tomado como una práctica netamente obligatoria sin importar el grado de interés que aporte el estudiante en determinada institución.
Cuando el estudiante por varios motivos fue asignado a un campo de práctica debe asumir su rol de trabajador social en formación y generar así misma motivación para recibir conocimientos y experiencias provechosas para su vida profesional. Así, se exigirá de manera responsable en su quehacer profesional dentro de la institución y participará activamente en sus deberes con la misma.
Pertenencia formativa e institucional
El ejercicio de pertenencia de los estudiantes a la elección de campos de práctica profesional se da como resultado de un proceso de conocimiento en donde los estudiantes organizan categorías y creencias en Trabajo Social que son compartidas por las diferentes instituciones. Por ello, la identidad implica la identificación del interés de los estudiantes en la selección del campo de práctica, lo que resulta más complicado si no existe un grado de pertenencia. Sin embargo, las únicas expresiones de identidades pueden contribuir en el enriquecimiento de las prácticas profesionales e intervenciones desde el Trabajo Social.
La inclusión de los estudiantes en los campos de práctica consiste en permitir un rol que apropie e interiorice el quehacer profesional de Trabajo Social, en lo simbólico y lo cultural para potenciar habilidades y cualidades de los estudiantes en la lectura de realidades en escenarios institucionales, comunitarios y grupales. De este modo, podríamos suponer que se pueden estructurar dos niveles para consolidar una identidad, el que tiene que ver con la adscripción o membresía de grupo y el que supone conocer y compartir los contenidos socialmente aceptados por el grupo; es decir, “estar conscientes de los rasgos que los hacen comunes y forman el nosotros” (Giménez, 2000, p. 240).
Por tanto, se podría decir que el proceso de identidad de los estudiantes son las expresiones frente al Trabajo Social y al deseo predominante de transformar realidades, generar cambios o mejorar la calidad de vida de determinados grupos poblacionales a partir del conocimiento individual y las herramientas de intervención que facilita cada campo de práctica profesional. No obstante, también se constituye en una construcción desde la autonomía personal basada en las herramientas culturales del entorno. En esta medida, los estudiantes se pueden encontrar en una ambivalencia frente a su identidad como profesionales en formación en Trabajo Social, en la pertenencia institucional y en el contexto de las realidades sociales que va entre lo que le ha sido impuesto y su posibilidad de construcción personal. Estas construcciones pueden variar en algunos aspectos de acuerdo al territorio, la religión, la cultura.
Estas tesis se argumentan con los resultados que muestran que el 53,8% de los estudiantes definen sus campos de práctica como buenos, probablemente porque estos generaron un proceso de identidad determinado por el contexto institucional concibiendo sus intereses en el ejercicio de intervención profesional y facilitando herramientas que permitieron el reconocimiento de realidades sociales. Por ello, los estudiantes pueden considerar que los procesos de identidad son mecanismos que contribuyen a fortalecer sus intervenciones y generar cambios en las realidades sociales.
Por otro lado, se plantea que en algunos campos de práctica se caracteriza la intervención profesional en Trabajo Social como asistencialista y de bajo impacto para las necesidades sociales, percepción que corresponde al 46,10% que califican el campo como regular. Es posible que los estudiantes en su formación interioricen una estructura de significados o presupuestos que dan sentido al ejercicio profesional, sustentando así la idea de que las experiencias de práctica profesional sean una construcción colectiva determinada por vínculos de identidad entre estudiante y campo.
ÉTICA PROFESIONAL
A lo largo de la experiencia de la práctica profesional, los estudiantes en formación van aprendiendo el bagaje de la profesión de Trabajo Social que requieren para desarrollar un diagnóstico o una intervención a una realidad social específica. Esto incluye roles, actitudes, habilidades y comportamientos que son proporcionados en la formación en Trabajo Social y que sumandos a la experiencia en el campo adquieren un conjunto de conocimientos necesarios para el ejercicio profesional. Aquí es donde se logra evidenciar la articulación de la praxis con lo teórico.
Soportando lo anterior se plantea que el desempeño profesional de los trabajadores sociales exige el cumplimiento de funciones específicas intersectoriales, de intervención con individuos, familias, grupos, organizaciones y comunidades orientadas hacia el desarrollo humano sostenible, para que las personas accedan a los bienes y servicios, superen sus dificultades, satisfagan sus necesidades individuales y colectivas frente al Estado y a la sociedad, y desarrollen sus potencialidades (Código de Ética Profesional, 2013, p. 24).
Entendiendo que el Código de Ética Profesional rige a todos los trabajadores sociales, los estudiantes después de cursar sus prácticas estarán prontos a ser juzgados bajo este mismo código; así que de una manera positiva el campo de práctica profesional de Trabajo Social prepara al estudiante para que ejerza su rol de manera correcta.
Por lo tanto, la construcción de la identidad colectiva de los estudiantes en formación está relacionada con el proceso de socialización, pertenencia e identidad a partir de vínculos que se desarrollan en los diferentes campos de práctica profesional. De este modo la construcción de la identidad en los estudiantes en formación supone lo simbólico como escenario que une o vincula sus expectativas con el campo de práctica profesional unidos por valores, imágenes, mitos que constituyen el marco normativo del grupo y, por ende, el elemento cohesionador. (Habermas, 1987, p. 75).
Esto se respalda con los argumentos de interlocutores, cuando plantean que en la Fundación Cenvis el Trabajo Social es muy importante porque es una práctica interdisciplinar, un escenario y un saber. Desde la Ingeniería Civil, que es el componente técnico, y el Trabajo Social sería todo el eje que articula la llegada a comunidades, que articula la socialización, que es la entrada para que este conocimiento técnico también se articule con las realidades de las comunidades. Entonces, estos profesionales que son claves, porque la sola parte técnica no andaría sola sin el conocimiento y el saber que Trabajo Social imprime en los proyectos de obra e infraestructura, porque trabajamos en comunidades vulnerables y el Trabajo Social tiene las herramientas para poder llegar, para poder socializar la información, para traducir un lenguaje técnico a un lenguaje que sea entendible para estos actores sociales.
Bajo estas premisas, para los estudiantes en formación la identidad colectiva en los campos de práctica resulta de escenarios que notan la relevancia de las intervenciones del Trabajo Social, resultado de una elección preliminar que desarrollan los estudiantes en el programa. Por esto es relevante revisar y fortalecer cómo los estudiantes generan el proceso de elección y qué hace que un campo de práctica sea más llamativo que otros. En este sentido, es importante un papel activo por parte de los estudiantes de modo que fundamente la elección de su campo profesional soportado en conocimientos disciplinares e institucionales. De esto depende la experiencia y la identificación con el quehacer profesional.
En los resultados obtenidos de las prácticas profesionales del programa de Trabajo Social se evidencia que la identidad colectiva que desarrollan los estudiantes con los diferentes campos de práctica es posible gracias al ejercicio reflexivo de la profesión, de modo que este fundamenta la experiencia de manera asertiva o no en el proceso de aprendizaje y formación. De este modo, la comunicación marca una diversidad, continuidad o ruptura de creencias, de tal manera que las normas, imágenes y valores de los estudiantes no son solo adquiridos por la experiencia, sino por medio también de la interacción comunicativa.
Por ello, en el contexto académico los estudiantes identifican factores que les permiten construir una percepción inicial frente al campo de práctica y decidir qué intereses presentan frente a la oferta del programa de Trabajo Social, donde reafirman experiencias exitosas en la intervención e identifican la pertinencia en el marco institucional de la disciplina. Pero no todos los estudiantes encuentran una satisfacción plena en sus campos de práctica ya que no cumplen sus expectativas, sus aspiraciones, ni se sienten identificados, lo que genera experiencias que llevan a que no den muestran del nivel esperado. Por ejemplo, un estudiante que no se encuentre identificado con su campo de práctica profesional, es miembro de una institución y asumirá el rol de practicante en Trabajo Social, pero quizás no desarrollará con plenitud las competencias en formación de la disciplina; es decir, buscará identificarse con las actividades que se ejecutan en el marco institucional, pero existe la posibilidad de no comulgar con los principios de este campo y desarrollar una experiencia no confortable en su formación profesional. Este evento puede tornarse netamente negativo para el estudiante pues como se ha mencionado anteriormente las prácticas deben ser provechosas, y este estudiante no tendrá la oportunidad de recibir aportes positivos para su formación.
Vínculos y perspectivas en la identidad
En este sentido, el proceso de identidad de los estudiantes en formación en los campos de práctica no es más que la representación que tienen en el marco institucional y de su relación con los diferentes equipos interdisciplinarios. Allí construyen vínculos y percepciones a partir de competencias, habilidades y conocimientos. Entonces, la representación que construyen los estudiantes de su posición en su campo de práctica tiene un valor positivo o negativo, que le atribuyen al hecho de pertenecer a un grupo u otro.
La forma como los estudiantes valoran a los distintos campos de práctica son un elemento importante y determinante para generar procesos de identidad que potencien el desarrollo de intervenciones tendientes a generar cambios y transformaciones sociales. Porque, la identidad es un elemento fundamental del estudiante en la posición dentro del campo y en la forma como se generan los procesos de interacción social.
En este caso, Bienestar Universitario Uniminuto Soacha como campo de practica se destaca frente a otros campos por ser un espacio que le permite al estudiante generar un proceso de reflexión mediática entre lo que aprendió en el aula vs. el desarrollo de esos contenidos en su espacio laboral. En este sentido, la afirmación anterior evoca que los estudiantes pueden construir los procesos de identidad no a partir de atributos desarrollados en la academia, sino en las relaciones que se pueden consolidar dentro del mismo campo y que generan como resultado experiencias significativas en el proceso de formación de cada uno de los estudiantes.
Por lo anterior, los procesos de identidad para los estudiantes del programa de Trabajo Social en los campos de práctica profesional, se pueden atribuir a la capacidad de autopercepción en relación con los otros en el ejercicio profesional; es decir, en la capacidad de hacer una lectura crítica e integral de una realidad y estructurar acciones de cambio con base en vínculos, atributos o rasgos que caracterizan “la intervención en Trabajo Social en cada uno de sus métodos y a su vez generan la mismidad identitaria” (Arteaga, 2000, p. 54).
De acuerdo con anterior y con el supuesto de que la identidad se puede definir como un conjunto de rasgos de los estudiantes donde se expresa el grado de satisfacción en el campo asignado, para aquellos campos que fueron evaluados como regulares, se evidenció que existe una relación cercana frente al proceso asumido por el estudiante, algunas veces frente al incumplimiento de tareas, expresando contraposición en el desarrollo de la práctica profesional y marcando diferencias en su pro- ceso de formación.
En este sentido, los procesos de identidad que desarrollan los estudiantes en los campos de práctica se caracterizan por ser una construcción subjetiva que van estructurando en la formación académica, la identificación de empatía o no en los campos asignados de acuerdo al contexto de intervención, y tienen como punto de partida rasgos o elementos de intervención en Trabajo Social que cada uno posee para desarrollar una selección a la luz de sus intereses, y consolidan una identidad con el ejercicio profesional a partir de la experiencia.
La importancia de la empatía en este proceso de práctica profesional en Trabajo Social es sumamente importante, es uno de los factores que más influencian al estudiante al momento de ejercer su labor en el campo asignado, pues se ve en juego su participación afectiva y la manera en que se hace reconocer por su población, siendo esta una realidad desconocida que debe atender.
Por lo tanto, durante el proceso de práctica profesional los estudiantes van adquiriendo a través de las instituciones los rasgos o atributos para guiar su comportamiento; es decir, se plantea una transición del estudiante en el ejercicio profesional y al finalizar su práctica adquieren diferentes intenciones, aspiraciones y capacidades, aprenden nuevos comportamientos que transforman sus ideas.
De este modo, para el programa de Trabajo Social es importante cómo los estudiantes fortalecen su proceso de formación profesional en los campos de práctica ya que son en estos escenarios donde las ideas, conocimientos y comportamientos se aprenden y se transmiten en las diferentes realidades sociales. Esto también implica que los estudiantes puedan identificar e integrarse en campos laborales de la profesión e interactuar con demás disciplinas haciéndose necesario el desarrollo de competencias comunicativas, toma de decisiones, liderazgo, trabajo en equipo, vocación de servicio, que brinden herramientas en la actuación profesional.
La formación de los estudiantes en el campo de práctica se da por un proceso dialéctico, en la medida en que se construyen a partir de ideas de la intervención profesional adquiridas en su formación que materializan en sus intervenciones y comportamientos en cada campo de intervención. Esto soporta cambios en los valores, conocimientos, creencias e ideales trasferidos en la institución académica y fortalece el perfil de los profesionales formados en la Corporación Universitaria Minuto de Dios.
El Trabajo Social centra su intervención en transformar realidades problema, especialmente de la población más vulnerable, en las que se busca dar respuesta a las necesidades a través de intervenciones que parten de un diagnóstico desarrollado a partir de características geográficas, históricas, políticas, económicas y culturales. En la que los estudiantes en formación generan vínculos, canales de comunicación, formas de liderazgo, organización y relaciones de poder propias de cada grupo poblacional. Esto implica que dentro de los campos de práctica puedan encontrar diversidad de situaciones institucionales con el equipo de trabajo; por lo tanto, el aspecto de identidad se distorsiona desde el punto de vista externo, o sea, desde la perspectiva de sus miembros.
En este sentido, los estudiantes cambian la concepción frente a los campos de práctica en la intervención profesional por las experiencias desarrolladas en los mismos. Allí, registran el análisis del posicionamiento de la intervención y consolidan o no un proceso de identidad con el quehacer profesional. Es decir, un elemento que puede estructurar la identidad profesional de los estudiantes son las relaciones que se generar en el marco de cada campo, ya que tienen una consideración significativa y pueden estructurar rasgos en competencias, como el manejo de la tolerancia, debido a que gran parte de los estudiantes chocan con la realidad, lo que genera frustración. Un ejemplo claro de esto, se evidencia en el campo de práctica de la Fundación San Antonio, allí los estudiantes muestran interés en aportar a los procesos relacionados con comunicación y aprendizaje, haciendo uso de las visitas domiciliarias, sin embargo, algunas de las experiencias relatadas muestran que el enfrentarse con la realidad de mujeres y familias, en condición de vulnerabilidad les confronta mucho, generando sentimientos de miedo, temor, incertidumbre y frustración. Que pueden ser manejados de acuerdo a los procesos individuales de cada estudiante, lo que permite fortalecer habilidades en los estudiantes como el análisis de realidades internas y externas al campo de intervención, procesos de comunicación más acertados en equipos de trabajo e interpretación de las necesidades de la población más vulnerable. De este modo, una cualidad de la identificación de los estudiantes en los campos de práctica es el autoreconocimiento y sentido de pertenecer a un campo y así fortalecer habilidades en el ejercicio profesional. Por lo tanto, en el proceso de práctica profesional la identidad que construyen los estudiantes parte de sí mismos y por la experiencia que desarrollan en cada campo.
Las anteriores tesis, enfatizan un conjunto de elementos académicos a partir de los cuales se vinculan los estudiantes, con un conjunto de conocimientos previos que brindan herramientas en la intervención profesional y que son empleados tanto como ellos lo decidan; es decir, son subjetivos. A partir de esto el proceso de identidad de los estudiantes se plantea como una construcción compleja sustentada en la pertenencia al campo de práctica que les correspondió y en el modo que interiorizan las funciones y el papel que les asignan en la institución.
Es así como los rasgos institucionales de un campo de práctica constituyen un elemento fundamental en la experiencia de los estudiantes en formación, en el estatus que se da al ejercicio profesional en los referentes, habilidades y competencias a partir de los cuales los estudiantes construyen su experiencia. Ante esto se evidencia un compromiso institucional donde se busca generar procesos que fortalezcan la identidad de los estudiantes, en el caso del campo de práctica de la Fundación Yireh, la interlocutora afirma: “Aquí siempre velamos por que el estudiante salga mejor persona, mejor profesional, las corregimos, les llamamos la atención, yo soy cansona, pero ellos aprenden. Estamos interesados, las corregimos, además hay una interrelación de amistad y nosotros hacemos nuestro trabajo con amor”.
Entendemos que el posicionamiento institucional genera referentes identitarios en los estudiantes, entre los cuales se encuentran el trabajo en equipo, la escucha activa, la comunicación asertiva y el liderazgo, competencias que contribuyen a la formación y a prácticas del ejercicio profesional para la transformación de realidades. Es decir, aquellas experiencias o acontecimientos que han sido interiorizados por los estudiantes en los campos de práctica constituyen el punto inicial de estimulación para finalizar su formación profesional y proyectar en su vida el ejercicio profesional en Trabajo Social. De este modo, los estudiantes establecen su experiencia en momentos y símbolos generados por la experiencia y que ellos consideran relevantes, con lo que generan un camino para el futuro. Por esto se dice que los procesos de identidad se construyen sobre el pasado, la experiencia de cada estudiante sobre momentos relevantes dentro de las dinámicas la práctica profesional (París, 1990, p. 25).
En este sentido, las creencias previas de los estudiantes frente a los campos de práctica y las expectativas son elementos importantes para la construcción de la identidad en el ejercicio profesional, no solo porque a partir de estas los estudiantes pueden entender la importancia de la experiencia en su formación, sino porque estos dan sentido a la profesión, a las formas de intervención y aceptación de roles que integran e identifican al profesional en Trabajo Social.
El comportamiento de los estudiantes en los campos de práctica son esquemas que cada uno va estructurando a partir de valores individuales y al mismo tiempo está determinado por la formación académica que tiene el programa de Trabajo Social en el Centro Regional Soacha, de ahí que cada estudiante establece lo que se debe hacer y lo que se prohíbe a través de un reglamento institucional o “reglas de acción”. Estas son expresadas como valores morales y normas que regulan el comportamiento de los estudiantes para conseguir una experiencia de formación y fortalecimiento en el ejercicio profesional (Aguirre, 1999, p. 43).
Las experiencias en los campos de práctica profesional para los estudiantes en formación deben ser entendidas como una oportunidad para consolidar un proyecto de vida, que juega un papel esencial en su proceso de formación y en la apropiación de conocimientos propios del ejercicio profesional en Trabajo Social. El lenguaje y la actuación manifiestan las múltiples expresiones de experiencias de los estudiantes en los campos de práctica encontrando roles, costumbres y tradiciones institucionales.
Es decir, todos los campos de prácticas profesionales producen una serie de elementos a los estudiantes, entre los que se hallan instrumentos y herramientas metodológicas, funciones específicas, tecnologías, equipos interdisciplinarios que se convierten en elementos fundamentales para el producto de la experiencia en su campo de práctica, y cuando los estudiantes le atribuyen un valor simbólico lo utilizan para promover su identidad.
Por consiguiente, el proceso de identidad es una construcción multidireccional que da como resultado el sentido de pertenencia relacionada con el tipo de interacciones que desarrollan los estudiantes en el campo de práctica. Entonces, la identidad es entendida como un proceso de inclusión del estudiante al campo de práctica en donde se identifica y apropia habilidades, conocimientos y competencias del Trabajo Social.
En consecuencia, esto implica que los estudiantes no se sientan distintos o extraños en los equipos de cada campo profesional, sino que se sientan además reconocidos por los otros. Esto conlleva un proceso de identificación y semejanza de las actividades que se desarrollan por los estudiantes y a que descubran los recursos conceptuales, contextuales y de intervención de las realidades sociales. Actualmente, la interacción comunicativa y la participación en los diferentes campos de práctica permiten a los estudiantes integrarse a un colectivo.
Teniendo en cuenta que la decisión de estudiar Trabajo Social debería ser voluntaria, desde un principio el estudiante debe apropiarse de esto sin olvidar que en el transcurso de su formación y vida profesional se presentaran situaciones que debe manejar de manera sabia o, de lo contrario, estas podrán ocasionar que no se ejerza la profesión, lo cual no es el caso para aquel estudiante que ya llega a la etapa, nivel o semestre de cursar su práctica profesional, pues se puede deducir que en este momento el individuo ya está seguro de querer ejercer su profesión.
Por eso ha de llevar en sí que velará y trabajará para y con la sociedad. “Trabajo Social. Como profesión de compromiso y responsabilidad con los seres humanos y con la sociedad” (Consejo Nacional de Trabajo Social, 2015, p. 25). Es decir, ejercer Trabajo Social es toda una responsabilidad que debería fortalecerse en el campo de práctica profesional para concienciar y sensibilizar a los estudiantes de la magnitud que conlleva ser trabajador social.
Frustración profesional
Por otro lado, es conveniente hablar de la frustración profesional viéndola desde un punto de vista tanto subjetivo como objetivo, partiendo de que, por lo mencionado anteriormente, muchos estudiantes que cursan su práctica profesional no se sienten satisfechos en cuanto a su proceso académico y de aporte para su vida laboral. Para ello se quiso realizar una encuesta a docentes del programa Trabajo Social del Centro Regional Soacha.
Partiendo de allí, la frustración sí aporta al crecimiento profesional debido a que esta da la oportunidad de buscar mejorías y oportunidades en el quehacer profesional, de confrontar lo aprendido en la academia y la realidad social a la que los estudiantes se ven enfrentados y entendiendo que de las derrotas también se aprende. Esto da la posibilidad de exigir más a los estudiantes en formación a través de sus capacidades y competencias.
Una de las posibles frustraciones que evidencian los estudiantes de Trabajo Social al momento de cursar su práctica es la identificación de vacíos teóricos al intervenir en una realidad social, reto que debería ser superado de manera autónoma por los estudiantes, por medio de la indagación e investigación para la innovación social. De acuerdo con esto, esta investigación posibilito hacer un ejercicio de reflexión frente a la importancia de reconocer y dar herramientas para el manejo de los procesos que generar frustración durante esta etapa académica que permitió, pues en los estudiantes hay diversidad de personalidades y esto visibiliza el potencial y capacidad que tiene cada estudiante en manejar y superar esta frustración.
Con lo anterior se puede afirmar que el 66,6% de los profesores dan a conocer que la frustración en la práctica profesional de los estudiantes de Trabajo Social aporta de manera positiva a su formación. Se entiende por positiva una experiencia que resulta ser favorable y aporta algún tipo de beneficio para, en este caso, la formación del estudiante. Esta pregunta logra ser bastante objetiva debido a que por la experiencia de los docentes frente a los estudiantes, han notado que es más el aporte positivo que el negativo; por tanto, que hace parte de una superación en lo profesional, situación a la que a diario se enfrenta el trabajador social.
El 66,66% de los profesionales en Trabajo Social participantes de la encuesta afirman haber vivido algún tipo de frustración a lo largo de su vida profesional.
Finalmente, los estudiantes, a partir de un proceso de socialización en los campos de práctica, consolidan la identidad a través del conocimiento de prácticas en el ejercicio profesional y seleccionan hábitos, competencias y conocimientos del quehacer profesional en Trabajo Social con las cuales se definen a sí mismos y guían sus acciones con miras a mejorar condiciones y generar cambios, con el reto de ser la mejor versión de sí mismos como trabajadores sociales.
CONCLUSIONES
El proceso de identidad en los estudiantes en formación del programa de Trabajo Social del Centro Regional Soacha se expresa a través de un interés individual que proyectan en la utilización de métodos de intervención para transformar una realidad; es decir, que se inicia desde la autonomía personal basada en las herramientas culturales del entorno.
En este sentido, los estudiantes pueden construir procesos de identidad, no a partir de atributos desarrollados en la academia, sino en las relaciones que se pueden consolidar en el mismo campo y que generan como resultado experiencias significativas en el proceso de formación de cada uno de los estudiantes. De este modo, los procesos de identidad se caracterizan por ser una construcción subjetiva que van estructurando en la formación académica caracterizada por la identificación de empatía o no en los campos asignados de acuerdo al contexto de intervención. Estos tienen como punto de partida rasgos o elementos de intervención en Trabajo Social que cada uno posee para desarrollar una selección a la luz de sus intereses y consolidar una identidad con el ejercicio profesional a partir de la experiencia.
Por consiguiente, el proceso de identidad es una construcción multidireccional que da como resultado el sentido de pertenencia relacionada con el tipo de interacciones que desarrollan los estudiantes en el campo de práctica. Entonces, la identidad es entendida como un proceso de inclusión del estudiante al campo de práctica en donde se identifica y apropia habilidades, conocimientos y competencias del Trabajo Social.
Finalmente, los estudiantes a partir de un proceso de interacción social en sus campos de práctica consolidan y argumentan sus expresiones de identidad donde es el conocimiento teórico y práctico en el ejercicio profesional, el que les permite seleccionar hábitos, compe- tencias y conocimientos propios del quehacer profesional en Trabajo Social.
Los cuales contribuyen en la definición de sí mismos y su guía en las acciones con miras a mejorar condiciones y generar cambios, favorables para su proyección profesional.
REFERENCIAS
Aguirre, A. (1999). La identidad cultural. Anthropológica, Revista de Etnopsicología y Etnopsiquiatría, España: Instituto de Antropología de Barcelona, Centro de Sicología Infad, Sociedad Española de Antropología Aplicada.
Arteaga, C. (2000). Modernización agraria y construcción de identidades. México: Plaza y Valdés, Centro de Estudios para el Desarrollo de la Mujer, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.
Consejo Nacional de Trabajo Social. (2015). Código de ética profesional en Trabajo Social. Bogotá, Colombia
Erickson, E. (1977). La identidad psicosocial. Enciclopedia Internacional de las Ciencias Sociales (tomo V). España: Aguilar.
Giménez, G. (2000). Identidades étnicas: estado de la cuestión. En L. Reina, Los retos de la etnicidad en los Estados-nación del siglo xxi. México: Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en An- tropología Social, Instituto Nacional Indigenista, Miguel Ángel Porrúa.
Habermas, J. (1987). Teoría de la acción comunicativa (vol. 1). Madrid: Taurus.
París, M. (1990). Crisis e identidades colectivas en América Latina. México: Plaza y Valdés, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco.
APÉNDICE GRÁFICAS