Artículos del Dossier
Recepción: 30 Marzo 2024
Aprobación: 02 Septiembre 2024
Resumen: Bajo el escenario de políticas neoliberales a fines del siglo XX, la estructura de la tierra en el país ha sufrido transformaciones sociales y productivas. En el Noroeste Argentino, han sido visibles dado el activismo político de comunidades que modificaron sus estructuras sociales, económicas y políticas. Para dar cuenta de las transformaciones, este ensayo analiza los procesos que han operado en la distribución de la tierra en los departamentos Choya, Guasayán y Pellegrini, provincia de Santiago del Estero (Argentina) en el período 1988-2018. Los resultados obtenidos evidencian un proceso de reconversión productiva en el uso del suelo, un desplazamiento de la ganadería hacia zonas marginales y una concentración de la tierra con el avance de nuevos actores en el territorio. Ello da cuenta de territorios antes marginales a las esferas globales, que hoy cobran centralidad para una producción agropecuaria extensiva y para un espacio de marginación social de quienes habitan.
Palabras clave: Neoliberalismo, Distribución de la tierra, Tramas sociales.
Abstract: Under the scenario of neoliberal policies at the end of the 20th century, the land structure in the country has undergone social and productive transformations. In the Argentine Northwest, they have been visible given the political activism of communities that modified their social, economic and political structures. To account for the transformations, this essay analyzes the processes that have operated in the distribution of land in the departments Choya, Guasayán and Pellegrini, province of Santiago del Estero (Argentina) in the period 1988-2018. The results obtained show a process of productive reconversion in land use, a displacement of livestock farming towards marginal areas and a concentration of land with the advance of new actors in the territory. This accounts for territories previously marginal to global spheres, which today become central for extensive agricultural production and for a space of social marginalization of those who live there.
Keywords: Neoliberalism, Land distribution, Social plots.
1. Introducción
Bajo el escenario de la aplicación de políticas económicas neoliberales a fines del siglo XX, la estructura de la tierra en el país ha sufrido profundas transformaciones sociales, económicas y culturales. El modelo político y económico preponderante está asociado con los modos de producción intensivos, extractivos y concentrados, arquetipo de políticas que trastocan las dinámicas de la sociabilidad colectiva.
El avance del modelo en las estructuras del estado argentino surca por distintas etapas de afianzamiento. Es necesario aclarar que no solo el modelo se afianza en las estructuras del estado, sino en los colectivos sociales, es decir, en las subjetividades individuales y colectivas. El estado es el órgano encargado de canalizar y luego naturalizar el cambio de paradigma societal que significa el modelo neoliberal. En la Argentina el modelo fue impuesto por políticas aplicadas a modos de recetas médicas para el tratamiento de enfermos terminales, se las conoció con el mote de “la transformación del estado” en marco de la teoría del shock.
Fueron un conjunto de políticas macro y microeconómicas trazadas por organismos internacionales (Banco Interamericano de Desarrollo [BID]; Fondo Monetario Internacional [FMI]; Organización Mundial del Comercio [OMC]) para los países denominados pobres, inviables, de baja institucionalidad y sin seguridad jurídica. Recetas que en grandes rasgos implican la aplicación de las estrictas normas del Consenso de Washington a través de: disciplina fiscal, reordenación de las prioridades del gasto público, reforma tributaria, liberalización de las tasas de interés, tipo de cambio competitivo, liberalización del comercio, liberalización de la inversión extranjera directa, privatización, desregulación y derechos de propiedad. Álvarez y Bertone (2008) exponen que;
…la liberalización del comercio y las políticas de ajuste estructural impuestas a los países pobres por el Banco Mundial y el FMI, desde la década de 1970; políticas que fueron reforzadas a mediados de la década de 1990 con el establecimiento de la OMC y, más recientemente, a través de acuerdos bi-laterales de libre comercio y de inversión; han desmantelado de manera implacable los instrumentos que los países en desarrollo tenían para proteger su producción agrícola local, y los forzaron a abrir sus mercados y tierras a los agronegocios mundiales, a los especuladores y a las exportaciones de alimentos subsidiados provenientes de los países ricos.(p.2)
Los territorios rurales no han sido ajenos a la implementación del modelo neoliberal, ya que las comunidades rurales han sido sometidas a las lógicas globales de producción trastocando sus espacios, sus lógicas productivas y sus lazos de sociabilidad.
Las tramas sociales de las comunidades son socavadas por un nuevo modo de ver y percibir el mundo rural. Un mundo que en apariencia estrecha esa dicotomía histórica entre lo urbano y lo rural, entre la ciudad moderna y lo rural atrasado. Decimos en apariencia por lo que entendemos es que uno avanza sobre otro, transformando el espacio, en un territorio de producción, en fábricas rurales de producción en serie.
Este avance sobre los territorios rurales genera nuevos espacios territoriales, nuevos actores sociales, construyendo una nueva trama social, donde se disputan nuevos y viejos intereses de pertenencia y de poder. Las viejas disputas se agudizan y otras mutan en nuevas problemáticas.
En la provincia de Santiago del Estero -Argentina-, evidenciamos distintas situaciones que manifiestan rasgos de que emerge una nueva trama social en los territorios, por un lado aparecen los campesinos que resisten en luchas que recuperan sus historias identitarias, por otro lado, los que mutan en pequeños empresarios, los que desaparecen, los que migran, y los que ingresan como nuevos actores territoriales: empresarios, corporaciones agrícolas (empresarios, tercerización de servicios, laboratorios, semilleros, pools de siembras/fondos de inversión).
El trabajo busca dar cuenta de los procesos agrarios de transformación territoriales en los departamentos Choya, Guasayán y Pellegrini, entre los años 1988-2018 teniendo en cuenta aspectos tales como; tipos de explotaciones y cantidad de explotaciones, régimen de tenencia de la tierra, cambio de uso de suelo, desplazamientos poblacionales y de productores agropecuarios, ingreso de nuevos actores sociales, regionales y extrarregionales, relaciones asimétricas entre actores sociales, nueva trama socio territorial e identitaria. Vale aclarar que el trabajo abordará las cuestiones mencionadas con el sentido propio de la definición de vicisitudes[i] entendiendo que en los territorios los aspectos mencionados son difusos y bajo en continuas modificaciones, alternando sucesos prósperos y adversos de las transformaciones territoriales.
2. Marco teórico
En este sentido, la literatura especializada tiene diversas formas de abordar la problemática planteada, pero sobresalen dos posturas antagónicas que pretenden evidenciar los acontecimientos que produce este nuevo avance de la agricultura/fábrica sobre los territorios rurales.
Las dos vertientes teóricas arrastran viejas disputas en la academia en búsqueda de hegemonía y sentidos, por un lado, están aquellos que plantean el proceso de descampesinización como fin último y los que evidencian que dichos acontecimientos generan una nueva campenización o una recampesinización de los individuos y los territorios.
Para entender los procesos agrarios de transformaciones, el presente trabajo plantea el análisis enmarcado en las postura teóricas de tramas territoriales[ii], entendiendo que existe un proceso de mutación en las estructuras sociales, entre un devenir en los territorios entre las dicotomías de campesinistas y descampesinistas. Es por ello, que sostenemos que las estructuras territoriales y en este caso agraria son un sistema de relaciones sociales, lo que significa advertir cómo las personas dentro de un territorio, un espacio y un campo[iii] específico de una forma u otra se vinculan entre sí, generando sus espacios, estrategias y por ende alianzas, conflictos y relaciones de poder. Por lo tanto, no significa negar ni una ni otra teoría, como así tampoco el fuerte peso y poder de los distintos actores de la trama social, por el contrario, trataremos de evidenciar estos procesos de desigualdades y asimetrías en que se encuentran la mayoría de los habitantes de los territorios rurales.
Frente al modelo capitalista dominante en el período 1988-2018, se pretende dar cuenta de la evolución de la estructura social agraria, la cual puede registrar diferencia según los recortes espaciales y temporales que se tomen. No obstante, se destaca que los actores sociales del medio rural vienen desarrollando diversas estrategias de reproducción social y control de los territorios para resistir a las presiones y adecuarse a los cambios. Entre estas estrategias, puede mencionarse un proceso que algunos autores dan a denominar ‘recampesinización’ (Domínguez, 2012; Grupo de Ecología Comunidades y Derechos [GEPCyD], 2013), en el que se reconstituyen los modos de vida a través de la resignificación identitaria y la reapropiación de los bienes naturales, con el objeto de permanecer en sus lugares. Este proceso, suele también estar caracterizado por un activismo político de la identidad emergente de procesos de organización y disputa desde las comunidades rurales.
La resignificación identitaria de las comunidades consiste en un proceso de construcción simbólica de la identidad en la que se considera por un lado la preservación de las tradiciones como medio de legitimación de la identidad y las transformaciones en las estrategias económicas y productivas como mecanismo de persistencia en el territorio. Un proceso que implica la construcción de un propio imaginario, haciendo visible determinados elementos de la historia, la tradición, la cultura y el territorio. La resignificación no es un proceso eventual, ya que la construcción de la identidad se redefine continuamente en función de los intereses de las comunidades y de su adaptación activa a los nuevos escenarios emergentes (Fairstein, 2013).
Según Leff (1995), la reapropiación de la naturaleza se da bajo dos condiciones, una de ellas son los derechos de propiedad de las poblaciones sobre su patrimonio natural y cultural y la otra es el acceso a los recursos. La reapropiación es un proceso cultural, entramado en la lucha social de las comunidades por su patrimonio natural, apostando a la valorización económica de la naturaleza y a la concesión de derechos sobre el uso de los recursos. Estas luchas exhiben relaciones de poder transformadas en una fuerza política que se refleja en la economía a través de precios a los bienes naturales y de costos ambientales.
Otra corriente, sostiene que frente al modelo se dan procesos de descampesinización, donde la producción agraria va adquiriendo gradualmente el carácter de economía capitalista, desplazando la producción familiar hacia aquella exclusivamente orientada a la acumulación y la maximización de ganancias (Galafassi, 2008). Este proceso, para el capitalismo agrario constituye una metamorfosis, donde una agricultura de base familiar se transforma en una agricultura capitalista (Mançano Fernandez, citado en Hidalgo et al., 2014), es decir una pluriactividad que genera ingresos para la subsistencia se va transformando en un sistema que luego depende de la plusvalía como principal fuente de ingresos. La característica implícita del proceso de descampesinización, es que constituye entonces la descomposición de estos actores en clases sociales propias también del capitalismo, con una tendencia a la desaparición (Galafassi, 2008; Azcuy Ameghino, 2014). Analizando este proceso en base a datos censales (poblacional y agropecuario), Azcuy Ameghino (2014) comprueba que tanto descampesinización como la concentración del capital, son tendencias del capitalismo agrario que se exhiben con envergadura en los territorios donde predomina una producción empresarial, absolutamente comercial, y con frecuencia asociada a cultivos de exportación. No obstante, en la Región del Noroeste Argentino a la que el autor considera como una región marginal a la dinámica capitalista por su débil relación con el régimen, la descampesinización no deja de ser impulsada por el agronegocio, haciéndolo según los resultados censales en menor medida pero visible en comparación con la Región Pampeana, con menos del 5% en la desaparición de Explotaciones Agropecuarias [EAP´s].
Por otro lado, cuando la persistencia de los actores rurales se debilita con la penetración del agronegocio, se observan procesos de migración en el que el campesinado o el pequeño productor pierden presencia en la estructura social agraria. Esto se debe principalmente a que el cerramiento perimetral de los campos del agronegocio reduce el acceso de los sectores más vulnerables a las tierras, siendo expulsados u obligados a emigrar, debilitando la presencia de estos actores en el territorio (Cáceres, 2014). En algunos casos las migraciones suponen un desplazamiento temporal o transitorio de parte de la población, en busca de trabajo, educación, salud; lo cual no deja de ser un debilitamiento del sector. Tanto la disminución como el aumento de la población son fenómenos que reflejan esta movilidad poblacional produciendo cambios estructurales en la dinámica poblacional y consecuentemente los espacios de vida de las comunidades. Según De Dios (2006) el avance de la frontera agropecuaria ha traído consigo diversas consecuencias sociales, en las cuales destaca el desalojo y/o expulsión de familias campesinas hacia localidades o ciudades más cercanas y/o pobladas. Este proceso dinámico ha dado lugar a que las familias rurales santiagueñas modifiquen su espacio de vida, visibilizando así nuevos escenarios donde éstas residen actualmente y desarrollan sus actividades cotidianas (Salvatierra, 2013).
3. Materiales y métodos
3.1.Objetivo
Analizar los procesos agrarios de transformación territoriales en los departamentos Choya, Guasayán y Pellegrini, entre los años 1988-2018 teniendo en cuenta aspectos tales como; tipos de explotaciones y cantidad de explotaciones, régimen de tenencia de la tierra, cambio de uso de suelo, desplazamientos poblacionales y de productores agropecuarios, ingreso de nuevos actores sociales, regionales y extrarregionales, relaciones asimétricas entre actores sociales, nueva trama socio territorial e identitaria.
3.2. Método
Para el abordaje del objetivo de este trabajo, se realizó un diseño mixto de investigación en el que se complementaron metodologías cualitativas y cuantitativas. Para ello, se utilizaron fuentes de información secundaria y primaria, obtenidas del trabajo de campo que se realiza en el marco de nuestra formación doctoral. En este marco la metodología utilizada en nuestro trayecto formativo es cualitativa, llevando a cabo las siguientes técnicas: registro y análisis de datos, observación participante y entrevistas semi estructuradas.
Para el abordaje cualitativo se trabajará desde la perspectiva centrada en el actor[iv], orientada en lo que se denomina ‘contexto de descubrimiento’ y no ‘de verificación’[v]con un esquema puesto en las microrealidades: supone interés por lo que la gente hace, cómo se comporta, que sienten, perciben y cómo interactúa. Sin perder la perspectiva holística de la coyuntura histórica-mundial del proceso y los procesos.
Por otro lado, desde el abordaje cuantitativo se orientará a la obtención de información para caracterizar la estructura macrosocial que conforma el contexto dentro del cual se desenvuelven los actores sociales. Para esto se recurrirá al análisis de los Censos Nacional Agropecuario (1988-2002-2008-2018). A partir de estas fuentes se obtendrá la información sobre las características estructurales de la producción agropecuaria y la población rural en el área de estudio y sus transformaciones en el tiempo.
Asimismo, se realizó un análisis cuantitativo de los desmontes de la provincia y los departamentos de análisis utilizando fuente del Laboratorio de Análisis Regional y Teledetección (LART) de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, quienes realizan un monitoreo socio-ambiental de los bosques chaqueños. A partir de ello, sumado al análisis temporal mediante imágenes satelitales realizado por Mariot (2013) permitió analizar el avance de la frontera agropecuaria en el período analizado y elaborar mapas que visualicen este proceso. En este marco, se determinaron criterios de espacialidad mediante un recorte territorial a nivel departamental, seleccionado estratégicamente para acceder y manipular la información estadística de las variables, y sosteniendo los procesos de trabajo de campos en marco del trayecto de doctorado de él y la autora. Por otro lado, el criterio de periodización se corresponde al período entre los años 1988 y 2018 en la exploración y análisis de bibliografía especializada que mencionan que las transformaciones sociales, políticas, económicas y administrativas de la década de 1990 marcan el transcurso de los años venideros en los territorios rurales.
3.3. Área de estudio
Los departamentos Choya y Guasayán (Ver Figura 1) se encuentran geográficamente vinculados por un cordón serrano que se corresponde con la avanzada oriental del sistema del Aconquija en Tucumán y hermano del levantamiento de las sierras de Ancasti en Catamarca. Las limitaciones de la región son: sequía, déficit hídrico, estacionalidad marcada, precipitaciones torrenciales, erosión hídrica y eólica, falta de agua potable y para riego, suelos salinos, arenosos, esqueléticos y escasos pastizales.
En el departamento Guasayán hay históricamente comunidades campesinas e indígenas, estancias ganaderas asentadas hace más de setenta años. En las últimas cinco décadas, se vio un claro proceso de cambio de cobertura de la tierra desde el oeste del departamento, por desmonte y en su lugar crece la superficie destinada a producciones agroindustriales de granos. En un caso de análisis de las transformaciones en el entorno de comunidades campesinas en las cercanías de las Sierras, el obraje más reciente se registra en el área durante las últimas tres décadas se observa un avance en el alambrado de áreas sin desmonte total para cotos de caza y para actividad ganadera, en algunos casos sobre el territorio de pastoreo de los animales de comunidades campesinas. Es una zona árida en la cual el cultivo familiar está adaptado a las escasas lluvias y su dinámica.
El departamento Choya tiene como principal actividad económica a la ganadería de cría, y el impacto de la misma causa un fuerte deterioro de los recursos naturales principalmente a través de la cría intensiva de ganado bovino y su asociación al desmonte para el cultivo extensivo de forraje, actividad asociada a capitales empresariales. Asimismo, si bien la ganadería de cría extensiva realizada por los sistemas de producción campesina también tiene impacto sobre los recursos naturales, éstos sistemas conservan mayor cobertura boscosa y presentan mayores valores de conservación e incremento en la biodiversidad, manteniendo con ello una matriz de paisaje heterogénea; mientras que la producción intensiva homogeniza el paisaje, disminuye considerablemente la biodiversidad y la cobertura boscosa, lo que consecuentemente impacta en forma negativa en el suelo y en la variabilidad climática (Guzmán, 2018; Abt Giubergia, 2014; Herrero-Jáuregui et al, 2011).
Por otro lado, otra actividad económica que se encuentra en menor medida, pero con un gran impacto en la cobertura boscosa es la elaboración de carbón. Esta actividad se da tanto por productores agropecuarios que utilizan la explotación forestal como una de sus principales fuentes de ingresos, así como productores que desmontan superficie para la cría de ganado y la siembra de forraje. La elaboración de este producto se encuentra también en algunos sistemas campesinos, aunque en menor medida por la capacidad económica y productiva que los condiciona.
La explotación minera de las sierras de composición calcárea comenzó a ser de interés durante mediados del siglo XX, habiendo conflictos por las mismas en los últimos veinte años. En esta actividad desarrollada en la región de Choya y Guasayán, tiene predominancia la obtención de áridos, seguido de la producción de cemento y cal, así como el yeso en menor medida. Los áridos tienen su origen en la roca granítica y volcánica de la región, mientras que el cemento, la cal y el yeso se obtienen a partir de roca calcárea. Estas explotaciones de cualquiera de las variedades de roca de la región utilizan agua en alguna etapa de producción. Ya sea para el fraccionamiento de la roca (molienda y trituración) o para el enfriamiento de motores de la maquinaria de producción. Estos usos implican cantidades importantes de agua diaria, ya que basan el separado del mineral de interés a través de operaciones de mezclas de ácidos a base de agua. En general, la actividad minera requiere no solo de grandes cantidades de agua sino también de determinada calidad de la misma. Además, el impacto de esta actividad también involucra constantes explosiones que generan cambios en los cursos de agua y movimiento de tierra.
La abundancia de yeso que hay en la tierra luego de dejar las alturas de las serranías, es la causa de que las aguas subterráneas que bajan por las quebradas y vertientes se salinicen al entrar en contacto con estos minerales, haciendo que el agua se torne de muy mala calidad.
Las estadísticas según el censo poblacional 2010, de los departamentos Guasayán y Choya, determinan una población de 9224 y 34667 personas respectivamente, que habitan en 2360 y 9465 hogares en el mismo orden. Hogares en los cuales el 8,5 % y el 6,1% se encuentran en condiciones de hacinamiento. Asimismo, se destaca los datos con al menos un indicador de necesidades básicas insatisfecha con un valor a de 19,2% en Guasayán y de 13% en Choya; mientras que el acceso al agua proveniente de red pública marcada la variable hogares sin agua de esta fuente en un 28,9% y 14,5% respectivamente (INDEC, 2024).
El departamento Pellegrini se localiza geográficamente en la región Noroeste de la provincia de Santiago del Estero (Ver Figura 1). Limita al norte y oeste con la provincia de Salta y Tucumán (dptos. Metán y Rosario de la Frontera y Burruyacu), al sur con el departamento Jiménez y al este con el río Salado que oficia de límite con los departamentos de Copo y Alberdi. El departamento ocupa el 5 % del espacio físico de la provincia, en una superficie de 7.330 kilómetros cuadrados, con una densidad de 2,74 hab/Km.
El departamento Pellegrini se crea con la ley provincial N° 353 sancionada el 11 de noviembre de 1911 por esos tiempos los límites de este eran parte del departamento Copo primero al occidente del río Salado y al departamento Copo segundo en su totalidad. La capital en su momento estaba ubicada en Quebracho Coto.
En la actualidad el departamento está compuesto por el municipio Nueva Esperanza y las comisiones municipales de Ahí Veremos, Campo Grande, El Mojón, Las Delicias, comisión municipal Pozo Betbeder, Quebracho Coto, Rapelli, Santo Domingo y Villa Mercedes.
En cuanto a las características socio-poblacionales en términos absolutos el departamento tiene una población de 20514 personas y 5296 hogares. Los datos que nos brinda y que consideramos necesario resaltar del censo 2010 son; que el 28,3 % de los hogares del departamento posean al menos una necesidad básica insatisfecha, que los hogares en condición de hacinamiento[vi] del departamento ascendía a 7,81%, que el 42,4% de los hogares no tienen agua para beber ni cocinar de la red pública (INDEC, 2024).
Los departamentos bajo estudio forman parte del espacio que históricamente se denominó el gran chaco americano, donde la presencia de sus habitantes remonta a procesos anteriores a la época colonial y de la formación del Estado moderno. Es de corriente en los relatos de sus pueblos y comunidades los hallazgos de restos arqueológicos. En bibliografía especializada dan cuenta de este proceso como pueblos herederos de las culturas Candelarias y Lules. En el periodo estudiado distintos pobladores entrevistados se definieron como indígenas-campesinos, “… mi abuela segura era india, de mi abuelo no se porque él se fue al monte a cortar y no volvió, pero mi mami siempre comento que era de aquí nomas, pero no indio, somos algo así como indígenas-campesinos …” ( M. Luna, comunicación personal, 12 de noviembre 2012).
Retomando al departamento Pellegrini, podemos resaltar tres grandes procesos de modificación de las estructuras territoriales; el modelo de producción de extracción forestal, la expansión de la frontera agrícola asociado al poroto y por último el proceso de transnacionalización (Sacchi, 2013).
4. Resultados
4.1. Los inicios de la expansión
La provincia de Santiago del Estero es la provincia con mayor población rural del país, con una fuerte impronta del campesinado y de explotaciones sin límites definidos, por lo que el proceso del avance de la frontera agrícola-ganadera tiene matices propios en el territorio.
Es interesante, recalcar lo que sostiene; Reboratti (2006) y Van Dam (2003) donde plantean que la primera expansión agropecuaria en el norte argentino se evidencia a partir de los años 1970, con masivos desmontes para el cultivo de poroto básicamente en la Provincia de Salta en el Departamento de Anta. En el trabajo de campo mediante las entrevistas realizadas a los productores del Departamento Pellegrini, encontramos que refieren al mismo periodo como el auge donde se impone el cultivo de poroto en la zona y se produce el avance de actores extra-territoriales y provinciales sobre la estructura agraria, “… en el 1972 más o menos o 1974, llegan Tucumanos y Salteños a desmontar y sembrar poroto, en un principio el desmonte lo hacemos nosotros, mi papá y abuelo, era buena paga, nunca supimos hasta hace muy poco de quién era esa tierra, puro monte era …” (A. Escobar, comunicación personal, 06 de Abril 1016).
Siguiendo esta línea de análisis y validado en el trabajo de campo mediante las entrevistas es que sostenemos que la primera expansión agropecuaria en la región norte de la provincia se impone desde mediados de los años 1970 hasta la actualidad. La expansión impone una nueva forma de producir, se aplica el modelo tecnológico existente para la época, implementado la producción intensiva y extensiva de las cadenas agrícolas mundiales
La reciente expansión del cultivo de la soja o lo que se denomina la segunda expansión agrícola ganadera, aparece con el modelo tecnológico afianzado, basado en semillas transgénicas, siembra directa y uso intensivo de herbicidas como el glifosato, el cual reduce considerablemente los costos, la mano de obra y mejora los rendimientos por hectárea. Desde el punto de vista consagrado por el agricultor, este nuevo dispositivo permite realizar tres operaciones en una misma unidad de tiempo. Es decir, en una sola vuelta de laboreo el productor prepara la tierra, controla las malezas y siembra, lo que antes lo realizaba por separado y en varios días. Esto redujo de forma abrupta los costos de contratación de servicios, de insumos y de tiempo destinado al trabajo.
La expansión hacia el norte de la provincia está ligada principalmente a grandes productores de origen extra-provincial atraídos por la excelente rentabilidad que ofrece la exportación de oleaginosas. Reboratti (2006) nos dice que;
…la expansión sojera, hambrienta de tierras y aprovechando los bajos precios relativos, comenzó a expandirse hacia el norte. (…). Hasta ahora, la producción sojera no trata de adaptarse a las condiciones ambientales específicas de estas regiones nuevas, promoviendo una especie de ‘pampeanización’ productiva que genera un impacto muy negativo sobre el ambiente. (p.6-7)
4.2. El cambio de uso de suelo
La modificación de uso de suelo implica el desmonte, entendido según la Ley Provincial Nº 6841 de 2007 como la eliminación del bosque cualquiera sea su estado. Esta actividad suele realizarse con fines agrícolas, pecuario u otra actividad productiva. Un análisis temporal mediante imágenes satelitales realizado por Mariot (2013), demuestra que la evolución de los desmontes en el período 2000-2018 en los tres departamentos da cuenta de incrementos anuales por departamento que varían entre las 700-19.000 ha. En la primera década del 2000, se han desmontado en Choya y Guasayán unas 79.145 ha y 66.878 ha respectivamente, correspondiendo a un 33,5% y 159% más de su desmonte histórico.
Por otro lado, en el año 2001 tanto Guasayán como Pellegrini tienen incrementos en la superficie anual desmontada correspondientes a una variación del 115% y 270% respectivamente, mientras que Guasayan solo del 20%; esto puede deberse a que a partir de la crisis del año 2001 con la salida del régimen de convertibilidad, y de la consecuente mejoría de los precios relativos de los cultivos agrícolas, el proceso de penetración de empresas agropecuarias capitalistas de origen extraprovincial ha entrado en una nueva fase de notable aceleración, de la mano de la ampliación de los cultivos de soja. Pellegrini tiene una tendencia general de incrementos positivos desde el año 2004 y con superficies que alcanzan las casi 19.000 ha desmontadas por año en el período 2008-2009.
Como puede notarse en la Tabla 1, entre los censos agropecuarios 1988 y 2002 la actividad pecuaria con base en la ganadería bovina ha tenido notables incrementos tanto a nivel provincial como en los departamentos analizados por este trabajo, ya sea con el aumento en la cantidad de EAP’s como en el número de cabezas. En el caso de Pellegrini, este crecimiento considerable es el motivo de reconversión en el uso del suelo de la agricultura tradicional, razón por la cual disminuye la superficie sembrada de poroto. En este escenario, la ganadería sufre su desplazamiento hacia zonas marginales y susceptibles de degradación, aumentando el stock ganadero de una provincia que en la actualidad se encuentra entre las principales productoras de bovinos.
Es importante destacar, como el stock ganadero se desplaza hacia el norte de la provincia sobre tierras de alta fragilidad, entre los censos 2008 y 2018. Es por ello que en el departamento Pellegrini se visualiza que la cantidad de cabezas presenta una variación censal positiva de 125%.
En las tablas precedentes (Tabla 2, 3 y 4) se evidencia que entre los censos 1988-2002 la cantidad de EAP´s totales disminuye a nivel provincial, pero a su vez las superficies que ocupan estas aumentan, con una variación censal del 11,5 %, infiriendo con estos datos en el inicio de un proceso de concentración de la tierra. En cuanto al departamento Choya los datos dan cuenta del crecimiento de las EAP´s entre los censos. Se nota un incremento de un 71,5%, no obstante, se destaca que se mantiene sin variación la curva de superficie de las EAP´s, entendiendo que a su vez aumentan las explotaciones sin límites definidos en un 75,4%. En entrevistas de campo damos cuenta de este proceso y los entrevistados se refieren y dan indicios a dos situaciones que hubieran producido este hecho social, uno la subdivisión de la tierra, al interior de las familias, y por otro lado de una incipiente migración de escala intermedia.
De igual manera se evidencian una alta desaparición de EAP´s entre los censos 2002 y 2008. Es necesario aclarar que se sabe de las falencias metodológicas del censo agropecuario 2008, pero se recurre al mismo para contrastarlo con las entrevistas en terreno. La dinámica en esta ocasión marca que la mayor variación y desaparición de EAP´s se producen en las EAP´s sin límites definido con una variación censal de un 51,9 %, sin embargo, la superficie se mantiene constante entre los censos. Esto se destaca porque en el trabajo en terreno existen indicios de estas desapariciones, en búsqueda de la regularización en la tenencia de la tierra, los campesinos alambran sus propiedades para de alguna manera poder hacer frente al avance de la frontera agrícola-ganadera.
Entre los censos 2008 y 2018 se sostiene y se agudizan las desapariciones de EAP´s generando una variación censal de (-31,5%) en términos absolutos de 580 a 397 explotaciones. Sin embargo, en el segmento de explotaciones sin límites definidos las explotaciones siguen la curva descendente sin generar mayor cantidad de explotaciones, lo que da cuenta del proceso de concentración de la tierra en el departamento Choya. El proceso en términos estadísticos se evidencia de la siguiente manera, con una variación censal de (-55,4%).
En las Tablas 5, 6 y 7 se observa claramente como en el Departamento, se produce una reconversión en sus tramas societales, a diferencia de la media provincial, manifestado por el crecimiento en la cantidad de EAP`s con límites definidos en un 25,9% y por la reducción en la cantidad de EAP´s sin límites definidos, es decir en este caso se visualiza en la trama la concentración de la tierra, la superficie de las EAP´s con límites definidos crece un 55,6% entre censos y las cantidades de EAP´s disminuye un -4,8% sin límites definidos.
Del análisis entre los censos 2002/2008 se evidencia una curva descendente en todos los aspectos, en cantidad de EAPs y superficie, en el cruce de variables en la matriz de datos. Cabe aclarar, que la construcción del censo 2008, se encuentra con resultados poco fiables por sus problemas en la recolección, carga y procesamiento de datos que son de público conocimiento.
Entre los censos 2008-2018 da cuenta un aumento de las EAP´s con una variación censal positiva de 5,8 % sin embargo es necesario destacar el crecimiento de las explotaciones con limites definidos, en términos absolutos pasa de 177 a 441 EAP´s, entendiendo la condición del dato del 2008, tomaremos el censo 2002 contra el 2018 y la variación censal que se produce es de un crecimiento de 108 % de las misma.
Estos datos exponen los múltiples procesos territoriales a considerar, en primera instancia la concentración de la tierra y el avance sobre ella de empresas agropecuaria, en segunda instancia la lucha campesina por la regulación de la tenencia de tierra y la posterior demarcación de lotes y por últimos de políticas públicas de cerramientos comunitarios.
El departamento Pellegrini a diferencia de Choya y Guasayán, entre los censos 1988 y 2002 se produce un crecimiento de las cantidades de EAPs un 50,7% entre censos y una disminución de la superficie total de estas en un -6,3%. Las EAPs con límites definidos crecen un 64,3% entre censos y las sin límites definidos un 25,2% (Tabla 8, 9 y 10). En las entrevistas se menciona un proceso de regularización de tierra por parte del Estado Provincial, que podrían en alguna medida dar cuenta de esta situación.
En el análisis y cruces de variables de los censos 2002-2008, creemos necesario resaltar que, en los relatos de las entrevistas realizadas a familias de productores en el marco del trabajo de tesis doctoral de los autores, condicen con los datos del censo, donde se evidencia un gran proceso de reconversión de producción y concentración de la tierra con el avance de nuevos actores en el territorio. La cantidad de EAPs crece un 8,24 % y la superficie entre censos aumenta un 63,05%.
Para el caso del censo 2018, en contraposición con el 2008 se observa que las explotaciones sin límites definidos están presentes en el departamento. Entre los censos 2002-2008 la variación censal era de un 80 % con tasa negativa, o que planteaba la desaparición de este tipo de producciones. En el censo 2018 se recupera la media histórica, lo que da cuenta en este caso de la falencia estadística del censo 2008. Tomando el censo 2002 sobre el 2018 podemos decir que la variación censal en cantidad de EAP´s sin límites definidos nos arroja un valor negativo (-1,6%).
Sin embargo, debemos tener en cuenta que en cantidad de superficie de las EAP´s tomando la variación censal del censo 2002-2018 creció un 88 % en términos absolutos. En términos de superficie esta variación se corresponde con 206125,2 hectáreas a 387701,60 hectáreas. En este caso, el censo 2008 es coincidente con el proceso y la cantidad de hectáreas en términos absolutos es de 336096,1.
4.3. Una mirada desde arriba
Con este apartado donde exponemos mapas satelitales (Figura 2), se pretende desde lo visual contrastar y evidenciar el proceso analizado en las páginas anteriores. Mapa provincial y mapas departamentales por año de censo agropecuario, que exponen el proceso de avance de los desmontes producto del modelo hegemónico.
5. Conclusiones
Como mencionamos al comienzo del artículo, pensar las transformaciones de los territorios rurales nos permitiría dimensionar los procesos desde una visión holística en las comunidades estudiadas. Entendiendo esto, es que creemos que el presente trabajo es una aproximación a las dinámicas de las tramas territoriales de la provincia de Santiago del Estero y de los departamentos estudiados.
De la misma manera aseveramos que estamos inmersos en territorios que son marginales a las esferas globales, pero hoy recobran centralidad. Las comunidades expresan que sus espacios históricos están siendo usurpados, para potenciar producciones en grandes escalas, de maneras intensivas y extensivas.
Podemos afirmar que las tramas territoriales se modifican de forma abrupta en los departamentos analizados y donde la centralidad recuperada no es otra cosa que la maximización de ganancias, para un sector específico de la trama societal, que, en la mayoría de los casos, son sujetos sociales extraterritoriales a los departamentos estudiados.
La transformación territorial avanza, modificando usos y costumbres ancestrales. De igual manera se potencian los reclamos y organizaciones que oponen resistencia a estos cambios y buscan alternativas superadoras que imaginen un territorio con un lugar para todos.
De igual manera, las comunidades en sus diferentes organismos de representatividad están alertas ante las sirenas del progreso y de esta nueva centralidad que proponen los discursos economicistas de producciones agropecuarias récord y maximización de ganancias. Y que la historia como experiencia colectiva les dicta que cuando se recupera la centralidad desde la mirada externa, en sus localidades se convierte en marginación social y en territorios mutados.
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Notas