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De la descripción de las lenguas a la comprensión del entre–las–lenguas: un recorrido professional
De la description des langues à la compréhension De l’entre-les-langues: un parcours professionnel
De Signos y Sentidos, núm. 22, 2021
Universidad Nacional del Litoral

Entrevista

De Signos y Sentidos
Universidad Nacional del Litoral, Argentina
ISSN-e: 1668-866X
Periodicidad: Anual
núm. 22, 2021

Recepción: 09 Julio 2021

Aprobación: 14 Agosto 2021


Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.

Resumen: Entrevista a Patrick Chardenet de la Université de Franche Comté.

Realizada y traducida por Maia Swiatek (Centro de Estudios de los Discursos Sociales, Universidad Nacional del Litoral).

Maia Swiatek > Antes que nada, quisiera agradecerle por brindarnos la posibilidad de compartir con nosotros este espacio. Sabemos que su tiempo es escaso y estamos muy contentos de poder realizar esta entrevista con usted. Para comenzar quisiera contextualizar el espacio en el cual llevamos a cabo nuestros proyectos académicos. Nuestra universidad se encuentra en la provincia de Santa Fe, ubicada en la región del Litoral Argentino. Este volumen es para nosotros muy especial porque es un homenaje a Elsa Ghio, profesora-investigadora de la Carrera de Letras y fundadora de la revista Texturas. Ella introdujo la teoría Sistémico Funcional en nuestra Facultad. En 2010 escribió, junto a María Delia Fernández, un libro cuyo título es “Lingüística Sistémico Funcional, aplicaciones a la lengua española” obra dedicada al desarrollo de categorías lexicales y gramaticales del español. Este libro tuvo un gran impacto en ámbitos académicos de la Argentina y de países vecinos, pues no existía ninguna obra que abordara específicamente el funcionamiento de la lengua española desde la teoría desarrollada por Halliday en 1970. En este sentido, ¿podríamos considerar esta publicación como un acto de glotopolítica?

Patrick Chardenet > Desde mi punto de vista, yo diría que sí. Volvamos a la definición inicial de la glotopolítica (Guespin L., 1985, « Introduction. Matériaux pour une glottopolitique» en Cahiers de linguistique sociale n°7, Presses de l’université de Rouen, p. 14-32):

“Definiremos como glotopolítica toda acción de gestión de la interacción lingüística en la que interviene la sociedad. (...) La glotopolítica no deja de trabajar; es un continuo que va desde actos minúsculos, generalmente considerados como anodinos (reposición de una “falta” como una norma) a intervenciones considerables (derecho a la categoría de tomar la palabra bajo la forma escrita [...] u oral [...], en relación al límite la langue ella misma (...): promoción, prohibición (...), cambio de estatuto (...) No hay comunidad social sin grlotopolítica.”

En tanto que acto social, la edición de cualquier obra está anclada glotopolíticamente puesto que pone en juego la lengua en un espacio social (literatura, ciencia, técnica, información …), de la misma forma en que es una toma de palabra (entre amigos, por un medio audiovisual, en un contexto profesional…). En este nivel de la definición se muestra que la lengua es política porque nosotros somos Homo Politicus incluso antes que Homo Loquens: la aparición de las funciones del lenguaje en nuestros ancestros parece estar ligada a la necesidad de organizar la vida en grupo. Para el ser humano, no estando biológicamente afectado a un ambiente particular (contrariamente a la mayor parte de los animales), el grupo (la familia, el clan, la ciudad, la región, la nación…) resulta el mejor medio que tiene para protegerse, lo que implica organizar en su seno las interacciones entre el individuo y el colectivo.

En la teoría académica, elegir (o estar imposibilitado) de publicar en una lengua en lugar de en otra es un acto glotopolítica provocado o impuesto. Pero se agrega en el caso de una obra que aborda el funcionamiento de la lengua española un segundo nivel de glotopolítica dado por el sentido dado a los contenidos, aquí de naturaleza epistemológica porque hay una toma de posición a partir de la teoría desarrollada por Halliday.

MS > Tomando en cuenta el contexto de la publicación de este libro, quisiéramos preguntarle lo siguiente: Si partimos de la afirmación de que la elección de aquella o aquellas lenguas en que comunicamos no es un acto neutro ni sin efectos sobre la manera de representar los objetos reales o simbólicos del mundo. ¿Cuál es el rol de las lenguas en el espacio académico de la enseñanza y de la investigación?

PC > La cuestión de los diferenciales de representación de los objetos materiales e inmateriales del mundo entre las diferentes lenguas es un motivo clásico de debates en los campos de la antropología y de las ciencias del lenguaje desde que Edward Sapir desarrollase su hipótesis, que luego fue expandida de manera radicalmente ideológica por Benjamin Lee Whorf. Explorar las visiones del mundo según las lenguas y los discursos que las median es un proyecto tan antiguo que podemos remontarlo a las intuiciones de Wilhelm von Humboldt (ver en relación a esto el trabajo de Meschonnic Henri, Trabant Jürgen et al., La pensée dans la langue. Humboldt et après, Saint-Denis, PUV, 1995).

La mayor parte de los ejemplos que fundan esta intuición han sido tomados del léxico (la variedad del número de palabras para representar diversos aspectos o calidades de un objeto en las diferentes lenguas, incluso la ausencia de palabra para algo señalado en otra lengua) pero también en el discurso es posible constatar los diferenciales: el desarrollo de la argumentación en las lenguas formalmente próximas como en el español, el francés o el portugués ponen en evidencia el hecho de que escribir un mismo artículo científico en estas tres lenguas obliga a realizar construcciones diferentes, explicaciones con perífrasis, incluso neologismos aceptables en una lengua pero difícilmente en la otra. En las ciencias humanas y sociales, la lengua elegida para producir o para enseñar conocimientos tiene, indudablemente, efectos en la decodificación (efectos de intención o no) y en la decodificación (efectos de recepción). Personalmente produzco textos en inglés, francés, español y portugués a partir de datos interpretados en estas cuatro lenguas, y además enseño en español, en francés y en portugués. Esto representa siempre una situación problemática; así, algunas veces, mediante un acto de traducción al español o al portugués de mis pensamientos en francés, siento el impulso de ir revisar el enunciado formulado inicialmente en francés.

Se podría decir que se trata de un problema de competencias. Es cierto que el bilingüismo perfecto es mucho más excepcional que el plurilingüismo y que nuestras competencias plurilingües son casi siempre variables. Este es justamente un argumento que debería militar a favor de una ciencia plurilingüe contra la hegemonía de una única lengua de comunicación científica respecto a la cual la gran mayoría de los investigadores de todo el mundo no tienen más que desiguales competencias en lengua extranjera.

MS > El libro de Alicia Caffarel A Systemic Functional Grammar of French, que describe el sistema de la lengua francesa siguiendo los principios de la Lingüística Sistémico Funcional (LSF) está sin embargo escrito en inglés. ¿Podríamos considerarlo como un ejemplo de uniformización de la ciencia por la lengua? ¿Cuáles serían los orígenes del crecimiento del monolingüismo que parece inevitable?

PC > Desde mi punto de vista se trata de una cuestión de mercado, del mercado de lenguas disponibles para publicar una obra científica y de una mercantilización del conocimiento.

Alice Caffarel es franco-australiana. Ella realizó estudios de linguística en Australia y desarrolló su carrera como lingüista en la Universidad de Sydney. Creo que la base de los datos en que basa su obra son artículos publicados con anterioridad en inglés y en el espacio anglo-sajón, trabajados por ella desde su tesis de doctorado en 1990. Hay entonces una lógica para que dentro del mercado de lenguas (internacionalizadas) propio al ámbito científico, ella haya escogido la lengua inglesa y a un editor londinense. Mucho más aún si consideramos que el prefacio es de Halliday, y que la LSF no es una corriente tan desarrollada en el espacio francófono.

El crecimiento del monolingüismo en las ciencias debería buscarse en otro lugar. Una de las consecuencias del crecimiento demográfico de la cantidad de investigadores desde hace una veintena de años es que el número de artículos científicos ha explotado estos últimos años. “Publicar o perecer/perecer o publicar” es el mandato al que todos los investigadores se encuentran hoy sometidos. En la escala mundial, cerca de 7,8 millones de personas estuvieron empleadas en tiempo completo en las actividades de investigación durante el año 2013, o sea que hubo un aumento del 21% en relación al 2001. Este crecimiento es generalizado, pero a su vez está fuertemente influido por los investigadores de los países en desarrollo (+56% entre 2002 y 2007), que representan hoy alrededor del 45% del total de investigadores. La diversidad del origen de los investigadores y el aumento del número de artículos hubiese debido, lógicamente, contribuir al aumento de la pluralidad lingüística.

Pero esto no fue así, porque al mismo tiempo ha habido una concentración del capital invertido en y por empresas comerciales dedicadas a editar publicaciones científicas. Las ganancias de los gigantes de este campo se han disparado: Reed Elsevier (hoy Grupo RELX); Wiley-Blackwell; Nature Springer; Taylor & Francis; estos son grupos que se desarrollan comprando a otras sociedades. Representan hoy más del 70% de las ganancias mundiales del sector (cerca del 15% en 1995), con un crecimiento de más del 20% anual. Su racionalidad se basa en la optimización del lucro: el fin es la obtención de un máximo de autores (que tal vez deban pagar para ser publicados) y un máximo de compradores (lectores e instituciones), mediante un mínimo empleo de costes. El monolingüismo es a la vez la solución que ellos refuerzan a través los índices de citas, extraídas esencialmente de sus publicaciones (en inglés), que sirven para clasificar a los investigadores según el número de citas que refieren a sus artículos (el famoso índice h de un investigador, según el cual un investigador tiene un índice h si ha publicado h trabajos con al menos h citas cada uno)

Hay dos posibles soluciones para no caer en un empobrecimiento progresivo de muchos de los campos científicos del ámbito de las humanidades y las ciencias sociales: o estímulos mediante inversiones masivas en las editoriales universitarias públicas que se comprometan a ser multilingües; o bien un cambio profundo de las estrategias de aquellos grupos comerciales dedicados a la edición científica que eventualmente viesen una reducción de sus ganancias por sobre producir en inglés y buscaren entonces multiplicar nichos de rentabilidad en diferentes idiomas.

MS > Es muy frecuente que en las materias de didáctica específica se solicite a los estudiantes redactar su propia biografía lingüística. Resulta interesante reflexionar sobre las razones y las motivaciones que condujeron a cada uno a desarrollar una carrera lingüística. En su caso, ¿ha habido actores importantes que marcaron la elección de la carrera a seguir? (Sus padres, sus maestros, etc.) ¿Desde su punto de vista, interrogarse sobre este aspecto puede ayudar a forjarse una imagen de la tarea de un lingüista?

PC > Es un clásico educativo, el tema del modelo: esto es, tanto la representación que se hace el enseñante de un buen estudiante antes de entrar a un curso nuevo como la representación que se hace el estudiante de un buen enseñante antes de entrar a la clase. Hay dos cosas que han contribuido para que yo ingrese en esta carrera y plantee mis gestos profesionales tal como lo hago. Primero, una suerte de fascinación por el conocimiento y unas ansias de saber. Lo cual en mi caso estaba representado tanto por la excelencia de los cursos de mis profesores de Ciencias de la Educación y de Ciencias del Lenguaje (yo seguí ambas carreras paralelamente hasta obtener la licenciatura, antes de continuar con Ciencias de Lenguaje hasta el doctorado), como por la lectura de tal o tal obra, que a su vez realizaba un reenvío a otras obras. Todo esto ha desarrollado en mí una especie de bulimia del conocimiento que se traduce in fine en una humildad de lo que sabemos en relación a lo que todavía no. Luego hay dos o tres personas cuyos comportamientos profesionales en la enseñanza y la investigación me han aportado mucho, particularmente mi directora de tesis de doctorado, la profesora Sophie Morand, especialista en análisis del discurso por la Universidad Paris 3 Sorbonne Nouvelle.

MS > Luego de haber vivido en América Latina, en Argentina y en Brasil, ¿considera usted que el contacto con estas tradiciones intelectuales ha jugado un rol en su manera de concebir las disciplinas en cuestión? ¿Hay vínculos con los grupos o agentes que usted querría resaltar?

PC > Antes de América Latina, tuve la ocasión de vivir y trabajar en Siria, en Libia y en Ghana, pero la primera vez que llegué a América Latina, concretamente a Buenos Aires en 1990, me ocurrió algo respecto a mi deseo por las Américas que desde entonces no deja de regocijarme («Estoy loco por ti, América»). Tuve la oportunidad de residir en Buenos Aires (y en Paraná), en San Pablo y en Montreal, y de recorrer este continente por razones profesionales, de trabajar allí en la investigación, en la enseñanza y en la cooperación internacional. Es una situación que lo pone a uno en cierta ventaja a la hora de obtener una mejor comprensión de los modos de producción y de organización del conocimiento, tanto a nivel institucional como personal, y posibilita la toma de conciencia de que la recepción y la apropiación del conocimiento son susceptibles de ser realizados de maneras diferentes a aquellas propias de Europa. La conjunción de una relativa unicidad lingüística alrededor de cuatro lenguas internacionales (inglés, francés, español y portugués) permite dialogar directamente con una buena parte del mundo, y la potencia del millar de lenguas autóctonas que irrigan culturas ancestrales y permiten restituir sus conocimientos me cautiva. Hay tanto que aprender y conocer, tanto por hacer, tantos vínculos.

MS > ¿De qué manera lleva a cabo su trabajo de investigación? ¿Qué dimensión ocupa el trabajo de equipo?

PC > Cuando debuté en mis actividades de investigación lo hice en el marco académico coaccionado por la obtención de mi título de maestría y de doctorado, primero en Ciencias de la Educación en la Universidad de Paris X Nanterre, luego en Ciencias del Lenguaje en la Universidad de Paris 3 Sorbonne Nouvelle donde me encontré por primera vez en una atmósfera de laboratorio de investigaciones en el CEDISCOR (Centro de investigación del discurso ordinario y especializado). En las universidades francesas, la realización de actividades colectivas de investigación en nuestra área es difícil por una sencilla razón: la ausencia casi total de financiación institucional para la investigación en enseñanza/aprendizaje de lenguas. Rápidamente adoptamos hábitos individuales en el seno de grupos más o menos estructurados y estructurantes. Cuando fui reclutado por la Universidad de Franche Comté, se volvió todavía más flagrante porque mi centro de reclutamiento ELLIADD (Edición, Lenguas, Literaturas, Informática, Artes, Didácticas, Discurso) era tan abarcador que cualquier emprendimiento de cada uno de los equipos que lo integraban no lograba nunca construir un proyecto federativo capaz de lograr el financiamiento necesario. Mis prácticas comenzaron a cambiar cuando me involucré en proyectos internacionales que contaban con financiamiento europeo o que provenían de organizaciones multilaterales como la Unión Latina, la Organización Internacional de la Francofonía, la Agencia Universitaria de la Francofonía... Mi recorrido profesional se realizó en América, en particular en América del Sur, y fue a partir de este espacio académico que pude participar e incluso iniciar mis propios proyectos en red. Los trabajos individuales tienen frecuentemente poco impacto, tanto en términos científicos como en lo que ellos pueden brindar como solución a cuestiones concretas. Nosotros debemos probar a la sociedad y a los sistemas educativos que es importante destinar recursos a la investigación. En 2010, publiqué al respecto un artículo llamado “Hacer de la investigación en la didáctica de las lengua, una herramienta global y contextualizada al servicio de los sistemas educativos” (en Sinergias-Brasil coordinado por Véronique Braun Dahlet y Eliane Gouvêa Lousada, revista del Programa Mundial de Difusión Científica Francófona en Red del GERFLINT (Grupo de Estudios et de Investigación para Francés Lengua Internacional), pp.39-46 (https://gerflint.fr/Base/Bresil8/chardenet.pdf ). De nuestra capacidad para encontrar soluciones a través de la investigación y demostrar su interés a través de la difusión depende el futuro de nuestras disciplinas.

MS > ¿Cuáles son los textos que más han influido en su trabajo y cuáles son los autores que admira? ¿por qué motivos?

PC > Debo decir que la “admiración” de los autores no es mi fuerte. Yo admiro más bien la resiliencia y la fuerza de nuestros hermanos y hermanas más desposeídos que combaten diariamente para sobrevivir. A ellos sí que los admiro. Respecto al resto, respeto el trabajo de muchos investigadores y, aunque fascinado por el conocimiento, me quedo absorto ante el campo epistémico que queda delante nuestro, ante esas realidades inacabables de las que resta hacer emerger conocimiento.

Para responder más precisamente a su pregunta, podría citar tres autores y tres obras que me han marcado por unas razones muy diferentes y en distintos ámbitos. Primero, en el orden cronológico, debo decir que comencé mis estudios superiores cursando dos años en Ciencias Económicas y también realicé un seminario sobre la economía de América Latina en la École Pratique des Hautes Études. así fui cautivado la dimensión cognitiva del trabajo de Karl Marx al escribir El Capital que no puede leerse que en numerosas idas y venidas con la filosofía, la historia y la economía política. Esta amplitud ha convergido en un cierto deseo por no aislar el contexto de sus relaciones con los distintos ámbitos y además en un enfoque disciplinario de aporte de otras disciplinas (la observación de un miembro del jurado de mi tesis de doctorado que había comenzado un debate al considerar las numerosas notas al pie de página que reenvíaban de manera argumentada a otros saberes que podían esclarecer de manera articulada o diferenciadamente lo que yo pretendía mostrar)

La segunda obra es La Distinción. Crítica social del juicio de Pierre Bourdieu que me marcó mucho justo en el momento en el que comenzaba mis trabajos sobre la actividad evaluativa y las prácticas de evaluación. La construcción social detrás de la enunciación del juicio fueron un elemento clave para comprender lo que se juega en todo acto de evaluación que es llevado a cabo por el lenguaje y por la facultad de categorización que este permite

Para finalizar, puesto que hay que finalizar incluso si hay otras obras que podrían agregarse, mencionaré el trabajo de Dan Sperber y Deirdre Wilson, La Pertinencia: Comunicación y Cognición que para mostrar que existe un principio de economía en el lenguaje, sitúa el análisis del lado de la decodificación y no de la codificación, del lado de la recepción y no de la emisión. Se trata de un reverso epistemológico al que quizá no se le ha prestado la suficiente atención. Por supuesto, están los trabajos de semiótica como los de Umberto Eco sobre la co-construcción del sentido (Lector en fábula: El rol del lector; La cooperación interpretativa en los textos) pero ¿qué pasaría si relacionáramos el proceso con la gramática (una gramática de decodificación versus gramática de codificación)? Existe claro está la psicolingüística y las teorías de la adquisición que estudian los factores lingüísticos, cognitivos y socio-lingüísticos que condicionan la adquisición de la lengua segunda o de la lengua extranjera. Está también la sociodidáctica que articula variedad y los contextos (desde el punto de vista político, institucional, sociolingüístico) y la variación lingüística (lingüística, interlingüística, Inter dialectal) pero queda una pregunta que me realizo siempre: ¿en que medida puedo uno decir que la lengua enseñada es la lengua aprendida? ¿No hay quizá aquí, también un principio de economía que hace que la actividad didáctica sea finalmente una auto-socio-construcción del aprendiz? A partir de un proceso de inversión epistemológica, ¿me pregunto si la didáctica de las lenguas extranjeras que ha sido construida a partir de cada una de las lenguas enseñadas y que tiende a tomar en cuenta el entorno plurilingüe de los contextos, tanto como los repertorios plurilingües de los sujetos aprendientes, no debería reconstruirse en el entre-las-lenguas?

Versión original

MS > Avant tout, je voudrais vous remercier de nous avoir donné la possibilité de partager vos connaissances avec nous. Nous savons que votre emploi du temps est très chargé, donc nous sommes très heureux de pouvoir échanger avec vous. Pour commencer et parce que nous ne sommes pas sûrs que vous connaissiez notre espace académique, nous voudrions vous présenter le contexte dans lequel nous menons nos projets. Notre université se trouve dans la province de Santa Fe, c’est la région du Littoral argentin. Ce volume est pour nous très spécial car c’est un hommage à Elsa Ghio, professeure-chercheuse de la carrière de Lettres et fondatrice de la revue Texturas. Elle a introduit la théorie Systémique fonctionnelle dans notre faculté. En 2010, elle a écrit, en collaboration avec María Delia Fernandez, un livre intitulé « Lingüística sistémico-funcional, aplicaciones a la lengua española” œuvre dédié au développement des catégories lexicales et grammaticales de la langue espagnole. Ce livre-là a eu un grand impact en Argentine et dans les pays hispanophones voisins, car il n’existait aucune œuvre abordant le fonctionnement de la langue espagnole depuis la théorie développée par Halliday en 1970. Pouvons-nous penser que la publication de ce livre soit un acte glottopolitique ?

PC >De mon point de vue, je dirais que oui. Revenons d’abord à la définition initiale de la glottopolitique (Guespin L., 1985, « Introduction. Matériaux pour une glottopolitique » dans Cahiers de linguistique sociale n°7, Presses de l’université de Rouen, p. 14-32) :

"Nous définirons comme glottopolitique toute action de gestion de l’interaction langagière où intervient la société. (…) La glottopolitique est sans cesse en œuvre ; c’est un continuum qui va d’actes minuscules, généralement considérés comme anodins (reprise d’une « faute » au titre d’une norme) à des interventions considérables (droit à telle catégorie de prendre la parole sous forme écrite […] ou orale […]), concernant à la limite la langue elle-même (…) : promotion, interdiction (…), changement de statut. (…) Il n’y a pas de communauté sociale sans glottopolitique."

En tant qu’acte social, l’édition de n’importe quel ouvrage est ancré glottopolitiquement car il met en jeu la langue dans un espace social (littérature, science, technique, information …), comme l’est également une prise de parole (entre amis, par un média audiovisuel, dans un contexte professionnel ...). Ce niveau de la définition montre que le langage est politique car nous sommes Homo Politicus avant d’être Homo Loquens : l’apparition des fonctions du langage et du langage chez nos ancêtres semble liée aux besoins d’organiser la vie en groupe. L’être humain n’étant pas lié à un environnement particulier (contrairement à la plupart des animaux), le groupe (la famille, le clan, le village, la ville, la région, la nation …) est le meilleur moyen de se protéger, ce qui implique d’y organiser la vie, les activités entre l’individuel et le collectif.

Dans l’espace académique, choisir (ou être contraint) de publier dans une langue plutôt que dans une autre est un acte glottopolitique produit ou subi.

Mais s’ajoute dans le cas d’un ouvrage abordant le fonctionnement de la langue espagnole, un deuxième niveau glottopolitique, celui du sens donné aux contenus, ici de nature épistémologique puisqu’il y a prise de position à partir de la théorie développée par Halliday.

MS > En prenant en compte le contexte de la publication de ce livre, nous voulons vous poser la question suivante : Si nous partons de l’affirmation que les langues que nous choisissons pour communiquer n’est pas un acte neutre ni sans effets sur la façon de représenter les objets réels ou symboliques du monde. Quel est le rôle des langues dans l’espace académique de l’enseignement et de la recherche ?

PC > La question des différentiels de représentation des objets matériels et immatériels du monde entre les différentes langues fait encore débat en anthropologie et en sciences du langage depuis qu’elle a été mise en hypothèse par Edward Sapir et développée de manière idéologique radicale par Benjamin Lee Whorf. Explorer les visions du monde selon les langues et les discours est un projet plus ancien qui remonte à l’intuition de Wilhelm von Humboldt (voir à cet égard, le travail de Meschonnic Henri, Trabant Jürgen et al., La pensée dans la langue. Humboldt et après, Saint-Denis, PUV, 1995).

La plupart des exemples qui fondent cette intuition ont été pris dans le lexique (la variété du nombre de mots pour représenter un objet dans différentes langues, voire l’absence de mot) mais en discours également on peut constater des différentiels : le développement de l’argumentation dans des langues formellement proches comme l’espagnol, le français ou le portugais met en évidence le fait que rédiger un même article scientifique dans ces trois langues oblige à des constructions différentes, des explicitations par périphrases, voire des néologismes acceptables dans une langue mais plus difficilement dans une autre. Dans les sciences humaines et sociales, le choix d’une langue de production ou d’enseignement des connaissances a indubitablement des effets à l’encodage (effets d’intention ou non) et au décodage (effets de réception). Je produits des articles en anglais, français, espagnol, portugais) à partir de données interprétées dans ces quatre langues voire dans d’autres et traduites et j’enseigne en espagnol en français et en portugais. C’est à chaque fois un enjeu et je suis parfois amené par le biais d’un acte de traduction en espagnol ou en portugais, de ma pensée en français, à réviser l’énoncé en français.

On pourra dire qu’il s’agit d’un problème de compétences. Il est vrai que le bilinguisme parfait est beaucoup plus rare que le plurilinguisme et que nos compétences plurilingues sont le plus souvent variables. C’est justement un argument qui devrait militer en faveur d’une science plurilingue versus une langue unique de communication scientifique dans laquelle la grande majorité des chercheurs dans le monde n’a que des compétences variables de langue étrangère.

MS > Le livre d’Alice Caffarel « A Systemic Functional Grammar of French », décrivant le système de la langue française selon les principes de la Linguistique Systémique Fonctionnelle (LSF) est toutefois rédigé en anglais. Ceci pourrait-il être considéré comme un exemple d’uniformisation de la science par la langue ? Quelles seraient les origines de la croissance du monolinguisme qui semble inévitable ?

PC > C’est de mon point de vue une question de marché : marché des langues disponibles pour publier un ouvrage scientifiques et marchandisation de la connaissance.

Alice Caffarel est franco-australienne. Elle a fait ses études de linguistique en Australie et elle poursuit une carrière de linguiste à University of Sydney. Je suppose que la base des données de son ouvrage repose sur des articles préalablement publiés en anglais dans l’espace académique anglo-saxon depuis sa thèse de doctorat en 1990. Il y a donc une logique pour que, sur le marché des langues (internationalisées) de la science disponible, elle ait choisi l’anglais et un éditeur londonien. D’autant que la préface est de Halliday et que la linguistique systémique fonctionnelle n’est pas un courant très développé dans l’espace francophone.

La croissance du monolinguisme dans les sciences est plutôt à rechercher autre-part. L'une des conséquences de la croissance démographique du nombre de chercheurs depuis une vingtaine d’années est que le nombre d'articles scientifiques a explosé ces dernières années. « Publier ou périr / Publier ou périr » est l'injonction à laquelle tous les chercheurs sont aujourd'hui soumis. À l'échelle mondiale, environ 7,8 millions de personnes étaient employées à temps plein dans des activités de recherche en 2013, soit une augmentation de 21 % par rapport à 2001. Cette croissance est générale, mais aussi fortement impactée par les chercheurs des pays en développement (+56% entre 2002 et 2007), qui représentent aujourd'hui environ 45% de l'ensemble des chercheurs. La variation de l'origine des chercheurs et l'augmentation du nombre d'articles auraient logiquement dû contribuer à accroître la pluralité linguistique.

Mais cela ne s’est pas déroulé comme ça car dans le même temps, il y a eu une concentration des capitaux investis dans des sociétés commerciales de publications scientifiques. Les profits des géants de ce domaine ont explosé : Reed Elsevier (aujourd'hui RELX Group) ; Wiley-Blackwell; Nature Springer; Taylor & Francis sont des groupes qui se développent en rachetant d'autres sociétés. Ils représentent plus de 70 % des profits mondiaux du secteur (environ 15 % en 1995), avec une croissance de plus de 20 % par an. Leur rationalité est fondée sur le profit : un maximum d’auteurs (qui parfois doivent payer pour être publiés) et un maximum d’acheteurs (lecteurs et institutions) pour un minimum de coûts. Le monolinguisme est leur solution qu’ils renforcent par des indices de citations essentiellement puisées dans leurs publications (donc en anglais), qui servent à classer les chercheurs selon le nombre de citations de leurs articles (le fameux h-index d’un chercheur qui est égal au nombre h le plus élevé de ses publications qui ont reçu au moins h citations chacune).

Il y a deux solutions possibles pour ne pas tomber dans un appauvrissement progressif de nombreux domaines scientifiques en sciences humaines et sociales : soit des réinvestissements massifs dans les presses universitaires des universités publiques qui s’engageraient à être multilingues, soit un renversement des stratégies des groupes commerciaux d’édition scientifique qui verraient s’épuiser leurs profits par surproduction en anglais et chercheraient à multiplier les niches de rentabilité dans différentes langues.

MS > Très souvent, dans les matières de didactique spécifique nous demandons aux étudiants d’écrire leur propre biographie langagière. C’est toujours intéressant de réfléchir aux raisons et aux motivations qui ont amené chacun à une carrière linguistique. Y a-t-il eu des acteurs importants pour vous, ayant eu un rôle significatif concernant vos choix d’études universitaires (Vos parents, vos maîtresses, etc.)? Selon vous,s’interroger sur cela peut-il aider à se forger une image de la tâche d’un linguiste ?

PC > C’est un classique de l’éducation, le modèle : autant la représentation que se fait l’enseignant d’un bon élève avant d’entrer dans une nouvelle classe, que la représentation que se fait l’élève, d’un bon enseignant avant d’entrer dans un nouveau cours. Il y a deux choses qui ont contribué pour moi à entrer dans cette carrière et à poser mes gestes professionnels tel que je les pose. D’abord une certaine fascination pour la connaissance et l’envie de savoir. Ce qui était représenté aussi bien par l’excellence d’un cours donné par tel ou tel de mes professeurs en sciences de l’éducation et en sciences du langage (j’ai suivi ces deux « carreras » parallèlement jusqu’aux deux licences avant de poursuivre en sciences du langage jusqu’au doctorat), que par la lecture de tel ou tel ouvrage qui renvoyait encore à d’autres ouvrages. Les uns et les autres ont façonné chez-moi une sorte de boulimie de savoirs qui aboutit in fine à une humilité de ce que nous savons par rapport à ce qu’on ne sait pas encore. Ensuite deux ou trois personnes dont les comportements professionnels en enseignement et en recherche m’ont beaucoup apporté, en particulier ma directrice de thèse de doctorat, la professeure Sophie Moirand, spécialiste de l’analyse du discours à l’Université Paris 3 Sorbonne Nouvelle.

MS > Après avoir vécu en Amérique Latine, en Argentine et au Brésil, considérez-vous que le contact avec ces nouvelles traditions intellectuelles ont joué un rôle dans votre façon de concevoir les disciplines concernées ? Y a-t-il des liens avec des groupes ou des agents que vous souhaiteriez mettre en avant ?

PC > Avant l’Amérique Latine, j’avais eu l’occasion de vivre et travailler en Syrie, au Liban et au Ghana mais quand je suis arrivé pour la première fois en Amérique Latine, à Buenos Aires en 1990, il s’est passé quelque chose qui depuis ne cesse plus de me réjouir de mon désir des Amériques (« Soy loco por ti, América »). J’ai eu la chance de résider à Buenos Aires (et à Paraná), à São Paulo et à Montréal et de parcourir ce continent pour des raisons professionnelles, d’y travailler dans la recherche, l’enseignement, la coopération universitaire internationale. C’est une position qui permet de mieux comprendre les modes de production et d’organisation des savoirs, au niveau institutionnel comme au niveau personnel et de prendre conscience que leur réception et leur appropriation peut aussi se construire de manière très différente qu’en Europe. La conjonction d’une unité linguistique relative autour de quatre langues internationalisées (anglais, français, espagnol, portugais) qui permet de dialoguer directement avec une bonne partie du monde et la puissance du millier de langues autochtones qui irrigue des cultures ancestrales et permettent de restituer leurs savoirs me captivent. Il y a là tant à apprendre et connaître, tant à faire, tant de liens.

MS > Comment mettez-vous en place votre travail de recherche ? Quelle dimension a le travail d'équipe dans celui-ci ?

PC > Quand j’ai débuté mes activités de recherche, c’était dans le cadre académique contraint pour l’obtention de diplômes de master et de doctorat, d’abord en Sciences de l’Éducation à l’Université Paris X Nanterre, puis en Sciences du langage à l’Université Paris 3 Sorbonne Nouvelle où je me suis trouvé pour la première fois dans une atmosphère de laboratoire au CEDISCOR (Centre de recherches sur les discours ordinaires et spécialisés). La mise en collectif des activités de recherche de notre domaine dans les universités françaises est difficile pour une raison simple raison de quasi absence de financement institutionnel de la recherche sur l’enseignement / apprentissage des langues. On prend donc vite des habitudes individuelles au sein de collectifs plus ou moins structurés et structurants. Lorsque j’ai été recruté par l’Université de Franche Comté, c’est devenu encore plus flagrant car mon laboratoire de rattachement ELLIADD (Editions, Langages, Littératures, Informatique, Arts, Didactiques, Discours) était tellement large que toute démarche de chacune des équipes qui le composaient ne parvenait jamais à construire un projet fédérateur capable d’intéresser des financements conséquents. Mes pratiques ont commencé à changé quand je me suis engagé sur des projets internationaux avec des financements européens ou d’organismes multilatéraux comme l’Union Latine, l’organisation Internationale de la Francophonie, l’Agence universitaire de la Francophonie. Mon parcours professionnel ayant fait que les Amériques et en particulier l’Amérique du Sud, c’est à partir de cet espace académique que j’ai pu participer et même initier des projets de recherche en réseaux. Les travaux individuels ont souvent peu d’impact, ni en termes scientifiques ni dans ce qu’ils peuvent apporter comme solution à des questions concrètes. Nous devons prouver aux sociétés, aux systèmes éducatifs qu’il est important d’engager des moyens dans la recherche. J’ai publié en 2010, un article intitulé “Faire de la recherche en didactique des langues, un outil global et contextuel au service des systèmes éducatifs” (dans Synergies-Brésil numéro 8, coordonné par Véronique Braun Dahlet et Eliane Gouvêa Lousada, revue du Programme Mondial de Diffusion Scientifique Francophone en Réseau du GERFLINT (Groupe d'Etudes et de Recherches pour le Français Langue Internationale), pp.39-46 (https://gerflint.fr/Base/Bresil8/chardenet.pdf ). De nos capacités à trouver des solutions par la recherche et à en montrer l’intérêt par la diffusion dépend l’avenir de nos disciplines.

MS > ¿Cuáles son los textos que más han influido en su trabajo y cuáles son los autores que admira? ¿por qué motivos?

PC > L’« admiration » des auteurs n’est pas mon fort. J’admire la résilience et la force de nos frères et sœurs êtres humains les plus démunis qui se battent quotidiennement pour survivre. Eux, oui je les admire. Pour le reste, je respecte les travaux de nombreux chercheurs et bien que fasciné par la connaissance, je reste humble face au champ d’épistémé qui reste devant nous, ces réalités dont il reste à faire surgir les savoirs.

Pour répondre plus précisément à votre question, je peux citer trois auteurs et trois ouvrages qui m’ont marqué pour des raisons très différentes et dans des domaines différents. D’abord dans l’ordre chronologique, je dois dire que j’ai commencé mes études supérieures par deux années de sciences économiques et j’ai aussi suivi longtemps un séminaire sur l’économie de l’Amérique Latine à l’École Pratique des Hautes Études. J’ai été alors subjugué par l’entreprise cognitive du travail de Karl Marx pour rédiger Le Capital qui ne peut se lire qu’en de nombreux aller retour avec la philosophie, l’histoire et l’économie politique. Cette amplitude m’a certainement influencé dans une certaine appétence à ne pas isoler un contexte de ses liens avec différents environnements et une approche disciplinaire de l’apport d’autres disciplines (remarque d’un membre du jury qui avait engagé un débat lors de la soutenance de ma thèse de doctorat à partir des nombreuses notes de bas de page qui renvoyaient de manière argumentée à d’autres savoirs qui pouvaient éclairer conjointement ou différemment ce que je prétendais montrer).

Le deuxième ouvrage est La Distinction. Critique sociale du jugement de Pierre Bourdieu qui m’a beaucoup marqué au moment où je commençait mes travaux sur l’activité évaluative et les pratiques d’évaluation. La construction sociale derrière l’énonciation du jugement a été un élément clé pour comprendre ce qui se joue dans l’acte d’évaluation qui est mis en œuvre par le langage et la faculté de catégorisation qu’il permet.

Pour finir, puisqu’il faut finir même si d’autres ouvrages pourraient être ajoutés, je mentionnerais le travail de Dan Sperber et Deirdre Wilson, La Pertinence : Communication et Cognition qui pour montrer qu'il existe un principe d'économie dans le langage, visant à ne dire que ce qui est pertinent, situe l’analyse du côté du décodage et non de l’encodage, du côté de la réception et non de l’émission. C’est un renversement épistémologique auquel on n’a peut-être pas prêté assez d’attention. Il y a bien entendu les travaux de sémiotique comme celui d’Umberto Eco sur la co-construction du sens (Lector in fabula : Le rôle du lecteur, ou, La coopération interprétative dans les textes) mais que se passerait-il si l’on rapportait la démarche à la grammaire (une grammaire du décodage vs la grammaire de l’encodage) ? Il existe bien entendu la psycholinguistique et les théories de l’acquistion qui étudient les facteurs linguistiques, cognitifs et socio-psychologiques qui marquent l'acquisition d'une langue seconde ou langue étrangère. Il y a aussi la sociodidactique qui articule la variété des contextes (des points de vue politique, institutionnel, sociolinguistique) et la variation langagière (linguistique, interlinguistique, interlinctale) mais il reste une question que je me pose toujours : dans quelle mesure peut-on dire que la langue enseignée est la langue apprise ? N’y a-t-il pas peut-être ici aussi un principe d’économie qui fait que l’activité didactique est finalement un auto-socio-construit de l’apprenant ? À partir d’une même démarche de renversement épistémologique, je me demande si la didactique des langues étrangères qui s’est construite à partir de chaque langue enseignée et qui tend à prendre en compte l’environnement plurilingue des contextes ainsi que les répertoires plurilingues des sujets apprenants, ne devraient pas se reconstruire dans l’entre-les-langues ?



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