Editorial
Publicación: 07 Abril 2022
Impacto de las noticias falsas en la percepción de la ciencia en el contexto de la pandemia por COVID-19
Las definiciones de información presentadas por la Real Academia de la Lengua Española (RAE) incluyen: “Acción y efecto de informar” y “Comunicación o adquisición de conocimientos que permiten ampliar o precisar los que se poseen sobre una materia determinada” [1]. Esas definiciones llaman la atención por su contribución en la adquisición del conocimiento, mismo que tradicionalmente fue difundido a través de medios de comunicación masiva primarios, secundarios y terciarios (discursos, televisión, radio, periódicos) [2]. Con el desarrollo de la tecnología, el internet y las redes sociales (clasificados como medios de comunicación cuaternarios) [2], se ha incrementado la cantidad de información disponible sobre distintos ámbitos incluyendo la ciencia. Durante los primeros meses de la pandemia por COVID-19 hubo un aumento en la cantidad de información. Algunas veces eran contenidos con soportes escasos, poco confiables y hasta noticias falsas (Fake News), la Organización Mundial de la Salud denominó esté fenómeno como “Infodemia” [3].
Dicha explosión de noticias falsas compartidas mayormente por redes sociales como Facebook, Whatsapp, Youtube y Twitter [4,5] afectó la calidad de vida de las personas, aumentando los reportes de episodios de ansiedad, fatiga, pánico, miedo, estrés e insomnio, entre otros [4]. Estas alteraciones psicosociales derivaron en que muchas personas recurrieran por desespero a tratar los síntomas del COVID-19 con terapias caseras, medicamentos no autorizados por la Food and Drug Adminstration (FDA) [5] y otras supuestas soluciones que fueron catalogadas como pseudociencia [4]. Además de pseudociencia, las noticias falsas durante la pandemia incluyeron: vías de transmisión del virus y teorías de conspiración. Estas a su vez fueron amplificadas por figuras públicas, como gobernantes y líderes mundiales [5].
Los aislamientos forzaron a que muchas actividades cotidianas tuvieran que ser realizadas con apoyo de herramientas tecnológicas, aumentando considerablemente el uso del internet durante la pandemia. No obstante, en los motores de búsqueda como Google las consultas sobre tratamientos y prevención de contagio del virus SARS-CoV-2 alcanzaron niveles elevados [6]. En un estudio sobre impacto de las noticias falsas en la salud fue observado que 51% de los encuestados recurrió a buscar en Google antes de acudir a un profesional en salud [6]. Este aspecto perjudicó la relación entre clínicos y pacientes, una vez que los segundos desconfiaron del tratamiento propuesto y de las orientaciones de profesionales en salud [7].
Ese tipo de desconfianza la vivimos hasta la actualidad con la aplicación de las vacunas contra el SARS-CoV-2 [8,9], pues aún hay personas que son renuentes al uso de los inmunizantes [8], siendo las principales negativas: los posibles efectos secundarios, cuestionamientos sobre la efectividad, considerar que el virus es inocuo y no es un riesgo, o simplemente estar en contra de las vacunas de forma general [8]. Otros cuestionamientos relacionados con la no vacunación incluyen: factores religiosos, culturales y la legislación de cada país [8,9]. Un punto importante por reflexionar es el de las libertades de decisión otorgadas por las leyes de cada país, pues existe un delicado balance entre la autonomía de los pacientes que se oponen a vacunarse y el riesgo que ellos mismos representan para el bien común de poblaciones vulnerables.
En un intento por evitar la diseminación de noticias falsas fue sugerido el control de información en redes sociales por parte de algunos gobiernos, un miembro de un equipo de prensa debía revisar las informaciones, o los ciudadanos y organizaciones no gubernamentales debían actuar para detener las informaciones falsas [10]. De esta manera, la búsqueda de información en fuentes confiables jugó un papel fundamental en un intento de frenar la diseminación de noticias falsas, desarrollando e implementado una serie de pautas, listas de verificación, recursos, herramientas de verificación de hechos, cazadores de mitos, instrucciones de capacitación en alfabetización digital en salud [10].
Hoy en día con ayuda de la tecnología (dispositivos electrónicos, redes de telecomunicación, internet y medios de comunicación alternativos) la población puede acceder a mucha información, la cual también incluye noticias falsas, manipuladas o incompletas. Por tanto, como científicos tenemos la tarea de crear nuevo conocimiento, al mismo tiempo que orientar a la sociedad sobre cómo pueden informarse mejor. Promover en la colectividad un impacto positivo de la divulgación científica, para que se motiven a utilizar como referencia los puntos de vista de los expertos, las publicaciones científico-académicas y, de forma general, la evidencia basada en el método científico, el cual es un desafío que debemos asumir todos desde una posición más activa.
Referencias
[1] Diccionario Real Academia Española. https://www.rae.es/. 2022.
[2] Domínguez Goya E. Medios de Comunicación Masiva. 2012; 15-16.
[3] https://www.who.int/health-topics/infodemic
[4] Rocha YM, de Moura GA, Desidério GA, de Oliveira CH, Louren’o FD, de Figueiredo Nicolete LD. The Impact of Fake News on Social Media and Its Influence on Health During the COVID-19 Pandemic: A Systematic Review. Z Gesundh Wiss. 2021; 9:1-10. doi: 10.1007/s10389-021-01658-z.
[5] Bin Naeem S, Bhatti R, Khan A. An Exploration of How Fake News is Taking Over Social Media and Putting Public Health at Risk. Health Info Libr J. 2021; 38(2): 143-149. doi: 10.1111/hir.12320. Epub 2020 Jul 12.
[6] Zanatta ET, Wanderley GPM, Branco IK, Pereira D, Kato LH, Maluf EMCP. Fake News: The Impact of The Internet on Population Health. Rev Assoc Med Bras. 2021; 67(7): 926-930. doi: 10.1590/1806-9282.20201151.
[7] Barreto MS, Caram CS, Santos JLG, Souza RR, Goes HLF, Marcon SS. Fake News About the COVID-19 Pandemic: Perception of Health Professionals and Their Families. Rev Esc Enferm USP. 2021; 55:e20210007. DOI: https://doi.org/10.1590/1980-220X-REEUSP-2021-0007
[8] Marco-Franco JE, Pita-Barros P, Vivas-Orts D, González-de-Julián S, Vivas-Consuelo D. COVID-19, Fake News, and Vaccines: Should Regulation Be Implemented? Int. J. Environ. Res. Public Health 2021; 18: 744. DOI: https://doi.org/10.3390/ ijerph18020744.
[9] Troiano G, Nardi A.Vaccine hesitancy in the era of COVID-19. Public Health. 2021; 194: 245-251. DOI: 10.1016/j.puhe.2021.02.025.
[10] Bin Naeem S, Boulos MNK. COVID-19 Misinformation Online and Health Literacy: A Brief Overview. Int J Environ Res Public Health. 2021; 18(15): 8091. DOI: 10.3390/ijerph18158091.