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Recepción: 03 Mayo 2022
Aprobación: 09 Diciembre 2022
Resumen: Se procura conocer las condiciones de formalización de los asalariados agropecuarios en el mercado laboral emergente de las transformaciones socioproductivas, en el cual la asalarización de la mayoría de sus trabajadores es una de las características del proceso de transformaciones productivas para la producción de alimentos. La metodología aplicada es por medio del análisis multivariado en las Encuestas Continuas de Hogares, durante el período 2010 – 2015 – 2019 dado que incorporan los territorios rurales y es el período de mayor crecimiento de la producción agroalimentaria. Los principales resultados indican crecimiento de la formalidad laboral entre los asalariados agrarios del Uruguay, con comportamientos diferenciales y constantes. Diferenciales en el sector productivo, al principio asalariados forestales y en los últimos años del período asalariados pecuarios pero constante en el pago de bajos salarios, asalariados con baja calificación formal, trabajando mayoritariamente en Pymes y con reducción de las horas de trabajo semanal entre aquellos por jornal.
Palabras clave: informalidad laboral agraria, mercado de trabajo agrario, asalariados agrarios.
Abstract: It seeks to know the conditions of formalization of agricultural wage earners in the emerging labor market of socio-productive transformations, in which the wage earning of most of its workers is one of the characteristics of the process of productive transformations for food production The applied methodology It is through multivariate analysis in the Continuous Household Surveys, during the period 2010 - 2015 - 2019 since they incorporate rural territories and it is the period of greatest growth in agrifood production. The main results indicate growth in labor formality among agricultural wage earners in Uruguay, with differential and constant behaviors. Differentials in the productive sector, at the beginning forestry wage earners and in the last years of the period livestock wage earners but constant in the payment of low wages, wage earners with low formal qualifications, working mostly in small and medium-sized companies and with reduced weekly work hours among those per day.
Keywords: agricultural labor informality, agricultural labor market, agricultural wage earners.
1.Introducción
El mercado de trabajo agropecuario ha formado parte del proceso de transformaciones productivas para la producción de alimentos en nuestro continente, del cual el mercado laboral uruguayo no ha quedado exento. La asalarización de la mayoría de sus trabajadores es una de las características en el proceso mencionado, lo que se procura conocer acerca de las condiciones de formalización de tales relaciones laborales en el mercado laboral emergente de las transformaciones socioproductivas.
Entonces, se pretende conocer la evolución de la formalidad/informalidad de las relaciones laborales de los asalariados agropecuarios por medio del análisis multivariado en las Encuestas Continuas de Hogares, tomando en cuenta estudios en la materia como antecedentes. Por otra parte, la bibliografía especializada señala el crecimiento de la informalidad laboral dada las transformaciones citadas, ante lo cual, se considera necesario saber si se ha concretado, cómo se conforma y en definitiva, si el mismo es coyuntural o forma parte del proceso socioproductivo en el período analizado entre 2010 – 2015 – 2019.
Para ello, el trabajo se divide en las siguientes secciones: introducción, marco conceptual, metodología aplicada, análisis de resultados de la investigación, debate y conclusiones.
2. Marco conceptual
Al reflexionar acerca de las transformaciones socioproductivas como un proceso general de la agropecuaria latinoamericana, y uruguaya en particular que involucran al mercado de trabajo, hay acuerdo en la bibliografía al respecto que en los últimos veinticinco años se produjeron importantes transformaciones en el sector agropecuario uruguayo, como ser aumento en la productividad laboral dada la aplicación de tecnologías de insumo (siembre directa, organismos genéticamente modificados, etc) (Piñeiro y Moraes: 2008 in Carámbula, M. y Oyhantçabal. G: 2019), expansión de las sociedades anónimas, extranjerización de la tierra, capital financiero invirtiendo en el mercado de tierras, acaparamiento de tierras (Oyhantçabal G. y Narbondo. I. 2019) y distribución territorial de las cadenas globales de valor (Carámbula, M.:2015).
Tales transformaciones generaron cambios en la estructura social agraria (Riella, A. y Romero. J: 2014), con la reducción total de explotaciones agropecuarias, intensificando la tendencia observada promediando el siglo XX. Conjuntamente con ello creció la participación de los asalariados agrarios en el mercado de trabajo por sobre otras categorías de ocupación, como ser los trabajadores cuenta propia, familiares no remunerados y patrones, superando en la década del 2000 en valores absolutos al resto de las categorías (Cardeillac. J. y Juncal. A.: 2017).
Evidenciando la profundización de las relaciones capitalistas de producción en el sector agrario uruguayo, los asalariados en la actualidad se han tornado la clase social mayoritaria en la estructura social agraria. Ahora, ello no se relaciona con mayor desarrollo capitalista de forma lineal como bien lo señala J. Villulla (2019):
…en los términos en que el «desarrollo » es planteado por el capitalismo (cantidades de producción, índices de productividad, magnitud de la acumulación total, niveles medios de capitalización, infraestructura general, integración vertical y horizontal de los capitales y las cadenas de valor, superficie cultivada sobre la superficie cultivable, etc.), un agro con asalarización absoluta del trabajo como el pampeano puede ser, a la vez, menos desarrollado que uno con asalarización relativa como el del Corn Belt (p.57-58).
Ahora, la profundización del proceso capitalista en la producción agraria uruguaya converge hacia el predominio del trabajo asalariado sea de forma permanente o por jornal caracterizando de capitalista las relaciones sociales de producción agraria, pero ello no implica que configure de forma homogénea a la estructura social agraria sino que marca la tendencia predominante de un modo de producción de valor, sin dejar de lado otras formas, relaciones y sujetos productores de riqueza agraria como los agricultores familiares, cooperativas de producción o empresas públicas de carácter estatal o privado.
El mencionado proceso se contextualiza en mercados agropecuarios globalizados en los cuales las cadenas de valor suelen estar dominadas por corporaciones y supermercados nacionales o multinacionales, se observa el aumento de la precariedad laboral siendo una de sus vías la informalidad, el tiempo de trabajo irregular y el sesgo de género en tanto que los nuevos mercados de empleo se constituyen en “...canales para transferir costos y riesgos a los eslabones más débiles de la cadena, particularmente las mujeres (...) perpetuar los estereotipos de género que mantienen a las mujeres en trabajos ocasionales y con menor retribución, y no necesariamente conducen a una mayor igualdad de género”. (FAO, FIDA y OIT, 2010, s/p).
Entonces la informalidad del empleo sería un indicador de condiciones precarias para un tipo de actividad laboral, desarrollada en su mayoría por jornal/es dado que responden a las necesidades de las empresas de generar empleos de mayor flexibilidad y estacionalidad por presión de las empresas líderes en las cadenas globales de valor, dado que los empleos por jornal se convierten en estrategias centrales para mantener la competitividad vía disminución del costo salario por menos horas de trabajo (Bamber, P. y Staritz, C. 2016).
La otra cara de la moneda son las exigencias de buenas prácticas agrícolas (normas específicas en tal sentido en los mercados de destino), para consumidores dispuestos a pagar por la calidad de los alimentos llevando a productores y procesadores agroindustriales a su cumplimiento, lo que implica tener trabajadores más formalizados y que incorporen en sus prácticas laborales protocolos en la prevención de accidentes de trabajo y cuidado de su salud en tales sectores de la cadena productiva. (Craviotti.C. et al: 2008).
Ambas caras se integran al proceso capitalista de producción de mercaderías alimentarias y energéticas, caracterizando al mismo por diferenciar tipos de empleos y segmentación de su mercado de trabajo, en empleos estables en el tiempo de trabajo semanal, formales y demandantes de fuerza de trabajo capacitada al proceso tecnológico contemporáneo, y por otra parte, empleos inestables en el tiempo de trabajo semanal, informales, precarios y demandantes de fuerza de trabajo para actividades repetitivas y mayor esfuerzo físico.
El trabajo procura evidenciar las características de la evolución de la informalidad/formalidad laboral agraria, considerando las mismas como uno de los indicadores del proceso de profundización del capitalismo agrario uruguayo en la segmentación del mercado de trabajo.
3. Metodología aplicada
Se seleccionó la estrategia metodológica cuantitativa dada la posibilidad de acceder a fuentes secundarias de información referidas al problema de investigación, las cuales fueron las Encuestas Continuas de Hogares (en adelante ECH) de los años 2010, 2015 y 2019 del Instituto Nacional de Estadística (en adelante INE) dado que incorporan los territorios rurales y por contar con información del mercado de trabajo y condiciones de vida de los asalariados rurales durante el período de mayor crecimiento y posterior estancamiento de la producción agroalimentaria de los últimos 20 años.
Con relación al diseño, se consideró pertinente el descriptivo ya que permite analizar cómo es y cómo se manifiesta un fenómeno y sus componentes, por otra parte, permite detallar el fenómeno estudiado básicamente a través de la medición de uno o más de sus atributos. Por otra parte, la desagregación por sectores de actividad se realiza de acuerdo a la Clasificación Internacional Industrial Uniforme - Revisión 4 (CIIU Rev. 4) empleada en la ECH, lo que permitió la construcción de los sectores de actividad involucrados en el mercado de trabajo rural, en este caso los asalariados del sector agropecuario representan aproximadamente un tercio del total en dicho mercado de trabajo.
En lo que refiere a la informalidad/formalidad del empleo, se seleccionó una de las variables de tal dimensión de acuerdo a los resultados del análisis estadístico: empleo formal según el cumplimiento con los aportes sociales para la jubilación del trabajador en la institución correspondiente.[1]
Finalmente, las técnicas de análisis estadístico aplicadas de acuerdo al problema de investigación son de corte descriptivo (estadística descriptiva uni y bivariable de la población observada). Cabe advertir que la ECH se realiza a partir de una muestra de la población, las cifras presentadas son una referencia válida pero no son exactas y la confianza se reduce a medida que aumenta el nivel de desagregación y las respuestas abarcan un conjunto de personas cada vez menor.
4. Análisis de resultados
A continuación se presenta el análisis de los resultados de los datos provenientes de las ECH del INE, entre 2010, 2015 y 2109, comenzando por la Tabla 1.
La evolución de la formalización durante el período en estudio presenta un constante crecimiento, tomando año base 2010 el mismo es del 15% aproximadamente y una importante disminución de la informalidad laboral (33% aprox.), llegando al 2019 de 2 cada 10 trabajadores asalariados agrarios. Habrá que intentar conocer que características tienen los mismos.
En resumen, ha crecido la formalidad laboral en el período 2010 – 2019 entre los trabajadores asalariados agrarios del Uruguay.
En dicha línea de análisis es que se presenta el siguiente análisis en la Tabla 2, 3 y 4.
Se consideró las siguientes variables por su consideración conceptual para la clasificación de los datos según el análisis de clúster por k medias, en tal sentido, la variable Aporte a caja de jubilaciones considera si el empleo es formal o no; Tareas de mayores ingresos por sectores incluye a los siguientes: {1,00, cereales-oleaginosos}, {2,00, forestales}, {3,00, hortofrutícolas}, {4,00, pecuarios}; {5,00, otros sectores}; la variable Situación laboral del asalariado por jornal o permanente, es decir, aquellos en situación estable en el tiempo de aplicación de su fuerza de trabajo (permanentes) con los inestables en tal aplicación (por jornal); variable horas trabajadas por semana es decir, la cantidad del uso de la fuerza de trabajo de lunes a sábado; variable Tamaño de la empresa criterio aplicado por el INE para la realidad uruguaya: {1,00, 1 persona}, {2,00, 2 a 4 personas}, {3,00, 5 a 9 personas}, {5,00, 50 o más personas}; {6,00, 10 o 19 personas}; {7,00, 20 o 49 personas} y finalmente, Salario principal del empleo, es decir, cuánto dinero es pago por el uso de la fuerza de trabajo de forma mensual.
Se observa diferentes tipos de asalariados permanentes y un tipo de asalariado por jornal (valor más cercano a 0= por jornal), con relación a este último serían trabajadores informales que trabajan principalmente en el sector forestal por jornal, con una carga horaria semanal de 20 horas de trabajo en empresas cuyo tamaño es entre 5 a 9 personas y con un salario mensual entre 1 y 2 salarios mínimos.[2]
Cuando se observan los diferentes tipos de asalariados permanentes, se aprecia que el primero de la tabla del clúster es de un empleo formal, del sector hortofrutícola, trabajando 85 horas semanales un promedio de 14 horas por día indicando la intensidad en horas que exige dicho sector productivo en empresas integradas de 5 a 9 personas y con un salario mensual entre 2 y 4 salarios mínimos.
El segundo tipo de asalariado permanente trabaja en el sector forestal, una carga semanal de 46 horas (aprox.8 horas diarias) en empresas integradas de 5 a 9 personas y con un salario mensual entre 2 y 4 salarios mínimos.
Finalmente, el tercer tipo de asalariado permanente también trabaja en el sector forestal pero en este caso más horas de trabajo por semana, 61 horas, es decir un promedio diario de 10 horas en empresas integradas de 5 a 9 personas y con un salario mensual entre 2 y 4 salarios mínimos.
En resumen, los asalariados informales tienden a concentrarse en el sector forestal, trabajando por jornal unas 4 horas por días en Pymes del sector y con una paga entre 1 y 2 salarios mínimos, son los que menos ganan entre los asalariados informales. Entre los asalariados formales, se distinguen los del sector hortofrutícola con intensas jornadas laborales, trabajando un promedio de 14 horas diarias y salario entre 2 y 4 salarios mínimos y los formales forestales pero diferenciados por la carga horaria y remuneración, estos trabajadores formales la mayoría desarrollan sus actividades en Pymes.
Para 2015 los trabajadores informales se tienden agrupar en el sector hortofrutícola, siendo su situación laboral por jornal trabajando en promedio por día 4 horas, en empresas integradas de 5 a 9 personas y siendo pagos con un (1) salario mínimo por mes.[3]
En cambio en los diferentes tipos de asalariados formales se aprecia: 1- un grupo que tienden a trabajar en el sector pecuario, de manera permanente, con una carga horaria promedio por día de 14 horas en empresas integradas entre 5 y 9 personas y un salario entre 2 y 4 salarios mínimos nacionales; 2- un segundo grupo del sector hortofrutícola, permanente, que trabajan en promedio 10 horas por día en empresas compuestas de 5 a 9 personas y con un salario similar al de los asalariados pecuarios y finalmente, 3- un tercer grupo similar a los anteriores pero que se diferencia en las horas de trabajo, un promedio de 8 horas diarias.
En resumen, los asalariados informales tienden a concentrarse en el sector hortofrutícola lo que cambia con el año 2010, trabajando por jornal unas 4 horas por días en Pymes del sector y con una paga entre 1 y 2 salarios mínimos, situación que se mantiene a 2010. Entre los asalariados formales, se distinguen los del sector pecuario con intensas jornadas laborales, trabajando un promedio de 14 horas diarias y salario entre 2 y 4 salarios mínimos y los formales hortofrutícolas pero diferenciados por la carga horaria y con remuneración similar, estos trabajadores formales la mayoría desarrollan sus actividades en Pymes pero con una tendencia en el grupo 1 y 4 a aumentar la cantidad de empleados en las empresas, lo que deberá ser analizado si se confirma en 2019.
Para 2019 los trabajadores informales se tienden agrupar en el sector hortofrutícola nuevamente, siendo su situación laboral por jornal trabajado en promedio por día 4 horas, en empresas integradas de 5 a 9 personas y siendo pagos con un (1) salario mínimo por mes.[4]
En cambio en los diferentes tipos de asalariados formales se aprecia: 1- un grupo que tienden a trabajar en el sector pecuario, de manera permanente, con una carga horaria promedio por día de 15 horas en empresas integradas entre 5 y 9 personas y un salario entre 2 y 4 salarios mínimos nacionales; 2- un segundo grupo del sector hortofrutícola, permanente, que trabajan en promedio 10 horas por día en empresas compuestas de 5 a 9 personas y con un salario similar al de los asalariados pecuarios y finalmente, 3- un tercer grupo similar a los anteriores pero que se diferencia en las horas de trabajo, un promedio de 8 horas diarias. Cabe consignar que en los tres grupos de trabajadores formales se tendió a trabajar en empresas cada vez con mayor personal.
En resumen, los asalariados informales se concentran ahora en el sector hortofrutícola consolidando la tendencia de 2015, trabajando por jornal unas 4 horas por días en Pymes del sector y con una paga entre 1 y 2 salarios mínimos, situación que se mantiene desde 2010. Entre los asalariados formales, se distinguen los del sector pecuario con intensas jornadas laborales, trabajando un promedio de 15 horas diarias y salario entre 2 y 4 salarios mínimos y los formales hortofrutícolas pero diferenciados por la carga horaria y con remuneración similar desde 2010, estos trabajadores formales la mayoría desarrollan sus actividades en Pymes pero con una tendencia en 2019 en los tres grupos a aumentar la cantidad de empleados en las empresas.
Al aplicar el análisis logístico una vez identificado los grupos de asalariados agrarios de acuerdo a la formalidad o informalidad laboral, se pretende conocer la incidencia de las variables seleccionadas de acuerdo al marco conceptual.
En primer lugar se aprecia que la capacidad de clasificación del modelo es razonable (82,5%) es decir, que con un 95% de probabilidades los formales son formales y los informales son informales. Por otra parte, el R cuadrado de Nagelkerke[5] expresa de forma moderada la capacidad del modelo de explicar el comportamiento de la variable dependiente, en este caso formalidad/informalidad laboral.
Al analizar la composición y comportamiento de las variables de la ecuación, se observa que las tareas de que generan los mayores ingresos, las horas de trabajo semanal y el tamaño de la empresa presentan un nivel de confianza adecuado mientras que algunas categorías del índice multidimensional de Pobreza y de nivel educativo presentarían niveles de confianza como los señalados.
Cabe señalar las categorías de cada una de las variables involucradas en el modelo, tareas de mayores ingresos contiene las siguientes categorías: 1- cereal-oleaginoso, 2- forestal, 3- hortofrutícolas, 4- pecuarios y 5 otros sectores; la variable tamaño de la empresa: 1- una persona, 2- de 2 a 4 personas, 3- 5 a 9 personas, 5- 50 o más personas, 6- 10 a 19 personas y 7- 20 a 49 personas (así figura en la ECH); índice multidimensional de la pobreza: 1- integrados, 2- pobreza reciente, 3- pobreza inercial y 4- pobreza estructural y finalmente, nivel educativo alcanzando: 1- primaria incompleta, 2- primaria completa, 3- secundaria incompleta, 4- secundaria completa, 5- terciaria/universidad incompleta, 6- terciaria/universidad completa y 7- no asistió a centro educativo.
En definitiva, las características personales como el nivel educativo alcanzado especialmente el terciario incompleto, la edad en menor porcentaje; las condiciones sociales en las que vive especialmente los pobres inerciales y las condiciones laborales como ser las horas semanales de trabajo, el tamaño de la empresa y el sector productivo que le genera mayores ingresos estarían influenciando la situación de informalidad o formalidad laboral. En el caso concreto de informalidad, aquellos que trabajan 20 horas semanales en el sector cereal-oleaginoso, con ingresos de 1 salario mínimo nacional, en empresas Pymes de 5 a 9 personas y en este caso con educación primaria incompleta, tienen mayores probabilidades de encontrarse trabajando en situación informal.
Para el año 2015 el modelo mejora en la asociación entre las variables que lo componen y la situación de informalidad/formalidad de los asalariados agrarios, como también la clasificación que realiza de los casos de los que deben ser informales y formales en sus empleos. Por otra parte, continua siendo las variables de las condiciones laborales como ser las horas semanales de trabajo (20 horas semanales), el tamaño de la empresa (entre 5 y 9 personas) y el sector productivo que le genera mayores ingresos conjuntamente con variables personales como ser nivel educativo especialmente el terciario incompleto, y condiciones sociales en este caso integrados socialmente, pobres recientes y pobres inerciales estarían influenciando la situación de informalidad/formalidad laboral. Se aprecian cambios en la composición social de quienes transitan por tales situaciones en el empleo agrario.
Con relación a las principales características sociales de quiénes se encuentran en empleos informales, lo que cambia es el origen del sector productivo en este año tienden a agruparse más en el pecuario y mantienen el perfil social del analizado en 2010.
Finalmente en 2019, el modelo mejora la capacidad de asociación y de clasificación de los datos entre lo que se observa y predice en un 86%. En términos generales las variables con mayor influencia en la situación de informalidad/formalidad de los empleos agrarios se mantienen pero con cambios en las categorías con mayor influencia.
Las variables que componen condiciones laborales se mantienen constantes a lo largo del período de estudio, horas de trabajo semanal y tamaño de la empresa, lo que cambia de la variable sector productivo que genera mayores ingresos es el peso que ganan otros sectores. En condiciones personales, el nivel educativo especialmente de la categoría primaria incompleta y en condiciones sociales, el peso de las categorías integrados socialmente y pobres inerciales.
En resumen, el perfil de los asalariados agrarios informales para 2019 serían aquellos que trabajan en el sector pecuario y mantienen el perfil social analizado desde 2010. Es decir, el perfil social es una constante que configura su situación en parte de la informalidad del empleo agrario que desarrolla en diferentes sectores a lo largo del período de estudio.
5. Debate
Los datos analizados en este período entre 2010 – 2015 – 2019 indican comportamientos diferenciales y constantes. Para 2010 quienes trabajaban informalmente se caracterizaban por emplearse en el sector forestal, trabajar 20 horas semanales, con ingresos entre 1 2 salarios mínimos nacionales, en empresas Pymes de 5 a 9 personas y con educación primaria incompleta tienen mayores probabilidades de encontrarse trabajando en situación informal. Para 2015 y 2019 la situación se consolida en el perfil socioproductivo del trabajador informal, lo que cambia es el sector que pasa a ser el hortofrutícola el que configura esta dinámica de empleo.
Con relación al perfil del empleo formal se distinguen en 2010 los del sector hortofrutícola con intensas jornadas laborales, trabajando un promedio de 14 horas diarias y salario entre 2 y 4 salarios mínimos y los formales forestales pero diferenciados por una carga horaria menor y similar remuneración, estos trabajadores formales la mayoría desarrollan sus actividades en Pymes. Posteriormente los trabajadores del sector pecuario pasan a predominar entre los formales, con jornadas laborales más intensas pero con ingresos salariales similares, grupo que se consolida al final del período de estudio.
En dicho período se observan movimientos diferenciales en las categorías analizadas, entre los informales al principio en el sector forestal para luego consolidarse el sector hortofrutícola como aquel que caracteriza a dicho empleo, también los bajos salarios, escolaridad básica, reducción de las horas trabajadas por semana en los jornales y realizar sus empleos en Pymes agropecuarias.
Se aprecian en definitiva factores transversales a la dinámica laboral analizada más allá del sector productivo, la precisión del tiempo de trabajo indicado por menos horas de trabajo semanal en especial en las actividades por jornales y homogeneización en los asalariados permanentes en general y con mayor énfasis en quienes trabajan en empresas grandes, por otra parte, la precariedad laboral para el desarrollo del empleo siendo un indicador de ello la informalidad laboral, el salario pago y la demanda de tiempo de trabajo.
Tal informalidad se expresa con mayor intensidad en los empleos por jornal/es, dado que responden a las necesidades de las empresas de generar empleos lo más flexibles posibles, estacionales, concentrados en el tiempo siendo precisos en su uso por presión de las empresas líderes en las cadenas globales de valor, dado que los empleos por jornal se convierten en estrategias centrales para mantener la competitividad vía bajo costo laboral para tales tareas en el proceso productivo de la cadena (Bamber, P. y Staritz, C. 2016).
6. Conclusiones
El trabajo se propuso conocer la evolución de la formalidad/informalidad de las relaciones laborales de los asalariados agropecuarios, en el período entre 2010 – 2015 – 2019, cómo se conforma y en definitiva, si el mismo es coyuntural o forma parte del proceso socioproductivo durante el período analizado por medio del análisis multivariado en las Encuestas Continuas de Hogares del Instituto Nacional de Estadística.
Los datos analizados evidencian crecimiento de la formalidad laboral entre los asalariados agrarios del Uruguay en términos generales, pero al observar “detrás de la cortina” se aprecian comportamientos diferenciales y constantes. Diferenciales en el sector de trabajo del asalariado, al principio forestales y en los últimos años del período hortofrutícolas pero constante en el pago de bajos salarios, asalariados con baja calificación formal, trabajando mayoritariamente en Pymes y con reducción de la horas de trabajo semanal entre aquellos por jornal.
El mercado de trabajo se ha segmentado entre aquellos que sus horas de trabajo semanal son menores a las 40 horas y 40 horas y más, de forma permanente o por jornal. Entre estos últimos mayor precariedad laboral siendo uno de sus indicadores la informalidad laboral y la reducción del tiempo de trabajo semanal, mientras que entre los permanentes se ha homogeneizado las horas de trabajo semanal y la formalidad laboral pero todos ellos en su mayoría reciben bajos salarios, son asalariados poco calificados formalmente especialmente los por jornal, trabajan mayoritariamente en Pymes y la demanda del tiempo de trabajo en el proceso productivo no es a granel, sino que su consumo procura ser preciso distinguiendo entre el uso permanente (lo más homogéneo posible) y esporádico (concentrando su uso y reduciendo su consumo) como estrategias de las grandes empresas especialmente para bajar costos laborales y mejorar la competitividad en el mercado global de alimentos.
Bibliografía
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Craviotti, C.; Cattaneo, C.; Palacios, Paula. (2008) Buenas prácticas agrícolas y vínculos laborales en la producción de alimentos de alto valor: El trabajo zafral en el cultivo del arándano en Entre Ríos. Revista PIEA, Nro 28, pp.73.
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Apéndice
Notas