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Los alcances del territorio: un análisis del uso del concepto en publicaciones científicas de geografía en Argentina
The significance of the territory: an analysis of the use of the concept in geographical scientific publications in Argentina
Pampa. Revista Interuniversitaria de Estudios Territoriales, núm. 26, e0053, 2022
Universidad Nacional del Litoral

Artículos

Pampa. Revista Interuniversitaria de Estudios Territoriales
Universidad Nacional del Litoral, Argentina
ISSN: 1669-3299
ISSN-e: 2314-0208
Periodicidad: Semestral
núm. 26, e0053, 2022

Recepción: 04 Marzo 2022

Aprobación: 11 Julio 2022


Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.

Resumen: Este trabajo busca explorar el uso del concepto de territorio, su problematización analítica y el alcance que se le da en los artículos que se publican en revistas científicas de Geografía editadas por universidades argentinas. Se construyó un corpus analítico de 260 artículos con la palabra “territorio” y otras asociadas en el título, que fue analizado cualitativamente teniendo en cuenta definiciones y usos más habituales del concepto. Los resultados muestran que en el 61 % de los casos no se define el concepto y es usado como referencia geográfica general. En el 24 % se plantea una definición teórica pero no hay una problematización en el análisis del artículo. En el 15 % restante hay definición teórica y problematización en el análisis. En estos dos últimos grupos de artículos, se advierte una fuerte influencia teórica de autores brasileros. Por su parte, se advierte una concentración diferencial del último grupo en algunas revistas específicas, lo cual abre preguntas respecto de sus posibles conexiones con las tradiciones académicas de las universidades que las editan.

Palabras clave: territorio, geografía, revistas científicas, Argentina.

Abstract: In this paper we explore how the concept “territory” is used in articles published in scientific journals of Geography edited by universities in Argentina, as well as its analytical problematization and scope. For that purpose, we built an analytical corpus of 260 articles that included the word territory and its associated concepts in the title, and we conducted a qualitative analyzes taking into consideration the most common definitions and uses of the concept. The results show that in 61% of the cases the concept is not defined and is used as a general geographical reference. In 24% of the cases, a theoretical definition is provided but there is no problematization of the concept in the analysis of the article. In the remaining 15 %, there are both a theoretical definition and a problematization of territory in the analysis. In these last two groups of articles, we found a strong theoretical influence of Brazilian authors. Furthermore, the latter group is unevenly concentrated in some specific journals, which raises questions about the universities’ where the journals are based academic traditions and their possible connections with the uses of the concept.

Keywords: Territory, Geography, Scientific Journals, Argentina.

Introducción

El uso del concepto territorio se ha extendido entre los estudios sociales en América Latina en las últimas décadas. Si bien es posible atender a lo que otros autores han denominado el spatial turn (Warf & Arias, 2009), la especificidad del concepto territorio invita a interrogarse en torno a su uso particular, la problematización analítica que habilita y el alcance que se le da en los artículos científicos. El interés de este trabajo se centra en plantear dichas cuestiones dentro del campo de discusión académica que se materializa en revistas científicas de geografía en Argentina, buscando ofrecer una sistematización de las definiciones y los usos más habituales del concepto territorio entre 2005 y 2021.

Se pretende aportar, de este modo, a los debates en torno a las tradiciones académicas que configuran caminos teóricos y metodológicos diversos para desarrollar el análisis geográfico y su “caja de herramientas” (Auyero, 1999: 21). Las discusiones planteadas en este artículo forman parte de una línea de investigación de más largo alcance que busca profundizar las relaciones entre tradiciones académicas universitarias, influencias teóricas y producción de conocimiento geográfico en Argentina.

A los fines de este trabajo fueron consultadas nueve publicaciones de geografía asociadas a diversas universidades nacionales (UUNN) donde se imparten las carreras de Profesorado y/o Licenciatura en Geografía. En cada una de dichas publicaciones, se procedió a identificar los artículos que incluyeran en su título la palabra territorio y sus derivados (territorialización, territorialidad, territorial) y se analizó su alcance, definición y problematización. El corpus analítico está conformado por ese conjunto de artículos, los cuales fueron clasificados en tres grupos de acuerdo con el siguiente criterio:

  1. 1. Ausencia de definición del concepto territorio.
  2. 2. Definición del concepto territorio y ausencia de problematización en el análisis del artículo.
  3. 3. Definición del concepto territorio y problematización en el análisis del artículo.

En el tercer apartado son desarrolladas estas ideas, exponiendo los resultados de la investigación referidos al corpus analítico construido, dando cuenta de los métodos y las decisiones tomadas en dicho proceso de análisis. Antes se realizará una revisión de la bibliografía principal que se ha dedicado a analizar y sistematizar los diversos usos del concepto territorio en las ciencias sociales en América Latina en las últimas décadas. Se exponen los resultados específicos en torno a los usos del concepto territorio, luego de la reconstrucción y análisis del corpus de artículos del ámbito académico de la geografía en nuestro país. Esta reconstrucción busca aportar a esclarecer recorridos contextuales e institucionales que colaboren a explicar su trayectoria, ofreciendo una tipología que ayude a comprender ciertas influencias. Por último, se exponen algunas consideraciones finales que iluminan interrogantes emergentes a seguir profundizando.

El territorio: concepto clave, concepto llave, concepto legitimador

Es posible identificar una generalización del concepto territorio en América Latina, especialmente a partir de los años noventa, momento en que se inicia una nueva fase de acumulación y reproducción económica, que nuevamente le asigna un rol subordinado a la región en el escenario mundial. Su integración a la dinámica del capital mundial estará asociada a la reprimarización de las economías, bajo un modelo extractivo a gran escala que conduce a la inevitable importancia estratégica y política de los territorios desde organismos públicos y ámbitos académicos, bajo miradas y modelos de desarrollo en tensión. La potencia de las movilizaciones de los grupos sociales más claramente ligados a la defensa de sus territorios frente al modelo extractivista (movimientos indígenas, campesinos y socioambientales) crece ininterrumpidamente junto con el desarrollo de dicho modelo.

El uso del concepto territorio, entonces, no fue ni es privativo de los ámbitos académicos, sino que, por el contrario, se extendió a diversas esferas de la vida social. De acuerdo con (Haesbaert, 2018), la palabra territorio pasó a ser de uso nativo habitual por parte de una enorme variedad de movimientos sociales en la región, tanto urbanos como rurales. Su incorporación se ligó a diversas cuestiones: para manifestar adscripciones identitarias, modalidades organizativas y, por supuesto, en tanto objeto de demanda. Por otro lado, el Estado se plegó a incorporar y articular el territorio como dispositivo de ordenamiento a través de sus discursos, políticas públicas y normativas gubernamentales. Las imbricaciones y circulación de sentidos entre estos ámbitos y el desarrollo intelectual fueron intensas, configurando fronteras lábiles.[1]

Justamente, en virtud de la moda y generalización del uso del concepto, distintos autores hicieron un análisis de esos usos. Estos antecedentes aportan información que nos permite, por un lado, identificar influencias teóricas recurrentes entre las discusiones sobre territorio en América latina, así como también las diferencias entre las conceptualizaciones que se fueron construyendo. Por otro lado, nos dan una idea respecto de las temáticas que suelen ser estudiadas desde distintas conceptualizaciones sobre el territorio.

Fuini (2017) analizó y sistematizó distintas construcciones teóricas sobre territorio, focalizando, en perspectiva histórica, en las características que el concepto fue adquiriendo en la geografía brasileña. El autor parte de la idea de que se trata de uno de los conceptos fundamentales en el desarrollo histórico del conocimiento disciplinar, pero además advierte su uso cada vez más frecuente en las últimas décadas en el ámbito académico. Se propone entonces hacer una síntesis del avance de la discusión sobre territorio en Brasil, enfatizando en particular la producción desarrollada desde la década de 1980 (que define como momento de transición de la modernidad ligada a la concepción de territorio asociado a la centralidad político estatal, a la posmodernidad que habilitó pensar formatos diferentes de territorio). El autor sintetiza su análisis en la descripción de seis momentos del pensamiento geográfico con referencia al territorio en la geografía brasileña, que fueron adquiriendo distinto alcance explicativo: a) territorio como sustrato contemplativo, que se vincula con las descripciones y relatos sobre el cuadro territorial en las primeras décadas del siglo XIX; b) territorio como unidad orgánica de la nación, que identifica, (siguiendo a Machado, 1995) con un pensamiento geográfico organizado en torno a argumentos pseudocientíficos con fuerte influencia de teorías e ideologías como el darwinismo social, neolamarckismo y positivismo (p. 232, siguiendo a Machado,1995); c) territorio como escenario de operaciones del Estado, en una línea que identifica como de abordaje territorial moderno, marcado por los geopolíticos de orientación ratzeliana y otros seguidores de orientación geoestratégica y militarista (entre la década de 1940 y 1970).

A partir de la década de 1970 comienza a manifestarse dentro del pensamiento geográfico brasileño, y específicamente con relación a la conceptualización de territorio, las influencias de Henri Lefebvre, Jean Gottman, Claude Raffestin y Robert Sack, y luego otras provenientes del campo de la filosofía que también fueron muy influyentes en la complejización conceptual (Michel Foucault, Gilles Deleuze y Felix Guattari). En este período el autor identifica tres momentos que se corresponden con las siguientes concepciones: d) territorio como producto y condición de las relaciones de producción, marcado por una teorización de inspiración marxista, con la valorización del espacio pautada en la lucha de clases que definen las formaciones socioeconómicas y socioespaciales; e) territorio definido por relaciones de poder multiescalares, con una ampliación del alcance explicativo del concepto al incorporar una lógica reticular del poder que permite tratar territorios, territorialidades y usos en distintas dimensiones y articuladas en distintas escalas; y f) territorio material/inmaterial de autonomía y soberanía, que incorpora un bies cultural a la cuestión de las luchas territoriales de los grupos sociales y territorialidades que expresan diferentes formas de apropiación del espacio en términos materiales (económico y social) e inmateriales (cultural y político-jurídico).

Haesbaert (2018), por su parte, se pregunta en qué medida el concepto de territorio como categoría de análisis dialoga con los usos prácticos de la población y/o al servicio de la normatividad construida por el Estado. Con ese fin, sistematiza los aportes por parte de tres autores de la geografía brasileña que contribuyeron a la construcción de una perspectiva latinoamericana: Milton Santos, Carlos Walter Porto-Gonçalves y el mismo Haesbaert, observando sus distintas contribuciones conceptuales sobre territorio y, al mismo tiempo, diferenciándolas entre sí. Respecto a Santos, el autor señala la ambigüedad en su definición del concepto territorio, la cual fluctúa entre su vinculación al espacio de Estado-nación y lecturas más amplias que lo asocian a todos los espacios apropiados (tanto en su dimensión material como simbólica). Sobre Porto-Gonçalves señala que su aporte involucra problematizar el territorio desde la práctica misma de los actores sociales. Haesbaert indica que este autor identifica los motivos del conflicto, los tipos de organización, las formas de manifestación, elementos que, analizados de manera combinada, permiten descubrir la naturaleza sociogeográfica de los movimientos, pero reconociendo su reconfiguración constante que hace que el concepto no tenga un fin clasificatorio. El mismo Haesbaert, por su parte, propone partir de una concepción más amplia del poder, alejándose así de la concepción estatalista, para incorporar más claramente la dimensión simbólica en las relaciones que construyen multiterritorialidades, siempre en proceso de transformación. Un elemento para resaltar de la conceptualización del autor es el señalamiento de los particulares rasgos de exclusión que acompañan en América Latina los procesos de desterritorialización. Es decir, no son solo flujos migratorios o desplazamientos, sino que son procesos que se asientan en la precarización y exclusión creciente de sectores subalternos.

Otros autores que focalizaron el análisis en las concepciones de territorio en América Latina son Saquet & Bozzano (2020) desde una perspectiva que recupera no sólo los aportes de la ciencia crítica sino también aquellos provenientes de las teorías de la transformación social. Parten de discutir la distinción realizada por Haesbaert entre territorio como categoría de la práctica política, como categoría normativa y como categoría analítica, y se interrogan respecto de si son adecuadas para comprender el pensamiento latinoamericano sobre territorio. Situándose desde sus experiencias de investigación-acción participativa, les interesa orientar su revisión hacia aquellos trabajos que se ubican en una epistemología dialógica de prácticas y saberes. En este artículo, los autores presentan reflexiones que surgen a partir de la revisión de una serie de concepciones de territorio en México y Colombia, que emergen o interactúan en el marco de experiencias de investigación-acción implicadas en prácticas de gestión territorial y que cuestionan las concepciones de desarrollo territorial neoliberal imperantes en América Latina. Se trata de concepciones que los autores definen como de carácter histórico-crítico, multidimensionales y transescalares, y que son construidas por medio de la investigación-acción participativa.

Otros dos trabajos buscaron sistematizar y analizar los usos del concepto de territorio específicamente dentro de los estudios agrarios/rurales y sobre las movilizaciones urbanas en Argentina.

Arzeno (2018) realiza un análisis de las principales concepciones presentes en distintos trabajos que abordan problemáticas agrarias en Argentina y Brasil. El estudio no es exhaustivo en cuanto a la cobertura de la producción académica que trabaje alguna conceptualización de territorio, sino que se basó en una selección de artículos que pudiera mostrar cierta variedad de temáticas y perspectivas que se ponen en juego dentro del campo de estudios agrarios y que recuperan conceptualizaciones de territorio.

La selección realizada fue organizada en tres ejes de discusión emergentes del análisis. El primero de ellos es sobre los procesos de territorialización del capital, asociado al avance de una agricultura tecnificada vinculada a actividades de exportación. Se advierte en los trabajos analizados la influencia de la teoría de Milton Santos, en particular la categoría de territorio usado y una serie de conceptos que permiten operacionalizarla para dar cuenta de la variedad de procesos que se despliegan en torno a la territorialización del capital (tales como nuevos fronts, división territorial del trabajo, forma-función, sistemas técnicos). El segundo eje referido a migraciones, territorio e identidad territorial recupera los aportes de Rogério Haesbaert desarrollados a partir de su estudio sobre los migrantes sulistas hacia el nordeste de Brasil, que inspiró varios de sus aportes más amplios a la discusión teórica sobre territorio. Luego se analizan una serie de trabajos que recuperan las conceptualizaciones sobre territorialización, re-desterritorialización y de identidad territorial desarrolladas por Haesbaert para abordar la creación de territorios migratorios de parte de los trabajadores migrantes en la fruticultura del norte de la Patagonia y la construcción de identidades territoriales en el caso de los asentamientos campesinos en la Campaña Gaúcha (en el sur de Brasil). El tercer eje se centra en la discusión de los conflictos que emergen en las últimas décadas en el contexto de expansión de la agricultura moderna. Aquí se recuperan las discusiones sobre movimientos sociales desarrolladas por Mançano Fernandes (sobre territorialización de los movimientos) y por Porto Gonçalves (sobre territorialidad e identidad social geografizada) que ponen el foco en la capacidad de los movimientos de crear una forma política de lucha a través de la ocupación de tierras y la capacidad de institucionalizar nuevas territorialidades. Desde estas perspectivas existen trabajos sobre movimientos campesinos en Argentina. También dentro de este eje sobre conflictos se recuperan algunas discusiones más centradas en las múltiples relaciones de poder que construyen el territorio, basadas en conceptualizaciones de Haesbaert y de Lopes de Souza, para analizar el rol del Estado y las políticas públicas en la configuración de los conflictos y acentuación de desigualdades.

Respecto al campo de estudios sobre las movilizaciones urbanas de la década del 90 y comienzos de siglo en la Argentina, retomamos un trabajo en preparación de Torres (en prensa), donde realizamos un recorrido por la literatura sobre dicho campo, analizando el uso que se le otorga al concepto territorio. En primer lugar, se señala la bibliografía que contiene la idea de inscripción territorial de los movimientos de desocupados (Merklen, 1997; Svampa & Pereyra, 2003), ligando dicha inscripción a un proceso de politización de los espacios de la vida cotidiana barrial, crecientemente abandonados por el Estado y por los partidos políticos. Diversos autores identificaron procesos de territorialización-reterritorialización protagonizados por las organizaciones sociales localizadas en la Región Metropolitana de Buenos Aires (RMBA). En sus análisis asociaron esta nueva territorialidad a los cambios en los repertorios de acción, formas de organización e identidades colectivas populares (Auyero, 2001; Delamata, 2004; Svampa & Pereyra, 2003).

El referente espacial resaltado en casi todos los trabajos, subraya Torres, es el barrio. En las obras en las que se encuentra un esfuerzo por analizar el proceso de construcción de sujetos colectivos novedosos y sus formatos de acción, como en Svampa y Pereyra (2003), Merklen (1997, 2005) y Vázquez & Vommaro (2009), entre otros, destacan el proceso de territorialización de la vida social de los sectores populares. Por el lado de las perspectivas centradas en el análisis de las tramas sociales y organizacionales, la escala local es la que aparece subrayada para conocer y comprender las prácticas políticas y sociales desarrolladas en la vida cotidiana, en la domesticidad: el barrio, la vecindad, la proximidad es lo que permite analizar las relaciones, redes, intercambios y prácticas que desembocan en la experiencia organizativa colectiva (Auyero, 2001; Grimson et al., 2008; Manzano, 2007). Se destaca el trabajo de Tobío (2011, 2014), quien provee un lugar jerarquizado a la perspectiva espacial para comprender los procesos de movilización y organización social y enfatiza la necesidad de analizar lo territorial como medular en las luchas contemporáneas de la región, puesto que la concepción del espacio y del territorio como producciones sociales multidimensionales permiten comprender algunas novedosas disputas de la época.

La autora concluye que, dentro de la literatura sobre movimientos sociales urbanos en Argentina, y específicamente sobre los movimientos de desocupados o piqueteros, se introduce con un rol destacado la dimensión territorial, pero no siempre se brinda su definición, lo cual vuelve problemática su densidad analítica.

Este repaso de autores que han sistematizado y analizado distintas conceptualizaciones sobre territorio en algunos países de América Latina y usos del concepto en dos grandes campos de estudio en Argentina nos da un panorama de algunas influencias teóricas y epistemológicas en torno al concepto. Esto nos permite encontrar ciertas tendencias y lecturas habituales que nos interesa contrastar con los usos específicos de este concepto que aparecen expresados en estudios publicados en revistas de geografía en Argentina. En virtud de nuestro interés más amplio por profundizar las relaciones entre tradiciones académicas universitarias, influencias teóricas y producción de conocimiento geográfico en Argentina, en el ítem siguiente haremos una breve sinopsis del recorrido de la disciplina en dicho país, con el fin de enmarcar en términos más amplios los usos del concepto de territorio que analizamos en el siguiente apartado.

Algunas tendencias y recorridos de la Geografía en Argentina[2]

En líneas generales podemos afirmar que, hasta la década de 1980, la región constituyó la unidad de análisis por excelencia de una disciplina que se presentaba como por fuera de los problemas sociales (Lus Bietti, 2019). De hecho, no es un dato menor que la misma se encuadre, en algunos ámbitos todavía en el presente, dentro del grupo de las humanidades y no de las ciencias sociales (Cuadra, 2020).

En efecto, durante el primer peronismo, momento en que se crean las primeras carreras de geografía en las universidades de Tucumán, Buenos Aires, La Plata y Cuyo (Iut, 2014), la geografía regional se constituyó en el discurso hegemónico no sólo de la geografía académica, sino también en la escolar, siendo esta última, un vehículo importante para la instalación de las regiones en el imaginario colectivo nacional (Barsky, 2000; Quintero, 2002). La regionalización creada por Federico Daus en la década de 1950 sigue orientando el modo en el que los habitantes del país piensan el territorio nacional (Zusman, Lus Bietti, en prensa). De este modo, las regiones geográficas representan recortes del territorio nacional individualizables en términos naturales, culturales y económicos (Benedetti, Salizzi, 2016). Estas suponen una homogeneidad interna, una síntesis de elementos que da cuenta de una unidad física identificable (Souto, 2003) y en cuya existencia se apoyan las políticas de promoción y desarrollo del Estado nacional (Benedetti, 2009).

Si bien los estudios sobre las tradiciones disciplinares en Argentina presentan vacíos significativos -excepto para el caso de la Universidad de Buenos Aires y, en menor medida, para los de Cuyo y Tucumán- podemos afirmar que hacia 1960 aparecen nuevos enfoques vinculados a la geografía social en donde se le da lugar a la consideración de las problemáticas sociales en el análisis geográfico (Lus Bietti, 2019). Este cambio de enfoque acompaña una “profesionalización” de las y los geógrafos tanto en lo que respecta a la investigación como a las actividades extra académicas vinculadas a la planificación espacial (Iut, 2005). Este giro, impulsado, por ejemplo, en la Universidad de Buenos Aires por Elena Chiozza, secretaria del Departamento de Geografía, se sustenta en una geografía activa —siguiendo la Geografía Activa de Pierre George— que valorizaba la praxis social y el rol del geógrafo en la transformación social (Lus Bietti, 2019). Esta propuesta de regionalización es claramente diferente de las que estuvieron en boga en las décadas precedentes, aunque siguió apoyándose en ella. El nuevo enfoque plantea a las regiones como el resultado de procesos históricos marcados por la política económica del país, tanto en lo que respecta a las actividades económicas como en las condiciones sociales de la población. Es decir, si bien se sigue recurriendo a una matriz regional para pensar el territorio argentino, ya no se asume a las regiones como algo dado pasible de ser identificado y descrito sino como una construcción de quien investiga (Zusman, Lus Bietti, en prensa).

Esta geografía social de a poco va recibiendo los aportes de enfoques marxistas y de la teoría de la dependencia en un contexto regional politizado. Los y las geógrafas latinoamericanas comienzan a cuestionar la neutralidad de la disciplina y le imprimen un sentido de transformación social y de compromiso del geógrafo con la realidad (Lus Bietti, 2019). Los Encuentros Latinoamericanos de la Nueva Geografía realizados en 1973 y 1974 constituyen eventos clave en la conformación de un campo de pensamiento de la geografía con impronta latinoamericana. En ellos surgió con fuerza la figura del geógrafo brasileño Milton Santos como una referencia importante de lo que se dio en llamar la Nueva Geografía para el Cono Sur (Cicalese, 2007;Lus Bietti, 2019). Nos interesa destacar que estos encuentros evidencian una matriz de producción de conocimiento más amplia que la del Estado-nación y además una mayor articulación con geógrafos y geógrafas de América Latina. Esta nueva matriz de conocimientos tuvo la particularidad de impulsar un “proyecto latinoamericano para hacer de la Geografía una disciplina afín a la transformación social y a los movimientos de liberación nacional” (Lus Bietti, 2019 p. 94), planteando la necesidad de “concebir teorías y marcos de percepción más adecuados a la realidad latinoamericana” (Cicalese, 2007: s/p).

El inicio de la dictadura cívico-militar en Argentina en 1976 con la intervención de las universidades y la represión en todos los órdenes de la vida social le puso un freno al avance de estas propuestas renovadoras. Durante los siete años de gobierno dictatorial se recuperó y puso en práctica el discurso decimonónico de restauración del Virreinato del Río de la Plata según el cual el país, legítimo sucesor y heredero de dicha entidad político-territorial, habría sufrido pérdidas territoriales a lo largo de su historia que lo redujeron al tamaño actual (Zusman, Lus Bietti, en prensa). En ese marco y en un contexto donde se ponían en marcha las hipótesis de conflicto con países limítrofes, la Sociedad Argentina de Estudios Geográficos (GAEA) tuvo un rol importante en la discusión sobre soberanía nacional y se abocó a “despertar la conciencia territorial” y legitimar una geografía, en última instancia, íntimamente vinculada a los (supuestos) intereses territoriales del Estado (Cicalese, 2009). Podemos suponer que este nacionalismo territorial impulsa el uso y la generalización del concepto territorio como instrumento de cohesión social, frente a lo que era visto por los militares y sus aliados civiles de la época como la desintegración del cuerpo social de la Nación.

Con el retorno de la democracia en 1983 se comenzaron a reformular los planes de estudio, se reabrieron Institutos (como el Instituto de Estudios Geográficos de Tucumán) y se afianzó progresivamente (y con tiempos diferenciales de acuerdo a las diferentes universidades), una geografía crítica de los postulados de la geografía tradicional, sus principales referentes y por lo tanto también del concepto de región como categoría principal del pensamiento geográfico. Al mismo tiempo, hacia fines de los 1980 se suceden algunos encuentros que permiten retomar el vínculo con geógrafos/as de América Latina, en particular de Brasil. De este modo se le da un renovado impulso al desarrollo de la geografía crítica iniciado en los setenta, ahora desde marcos conceptuales claramente marxistas (Zusman, 2019; Zusman & Lus Bietti, en prensa). Según Zusman (2019), los numerosos viajes de geógrafos como Milton Santos y Antonio Carlos Robert Moraes -o de sus textos- contribuyen a difundir y fortalecer las miradas sobre el territorio principalmente como territorio usado a lo largo del continente. En relación con Milton Santos, Cicalese (2007, s/p) plantea que: “sobre todo a partir de los 90 dicta cursos, conferencias, participa en jornadas y efectúa extensos contactos con universidades nacionales, que a la vez le brindan su reconocimiento oficial a través de titulaciones honoríficas”.

La influencia de la geografía brasileña sobre la argentina, se continúa a lo largo de todo el siglo XXI en función de la consolidación de los vínculos entre distintas unidades académicas, la firma de convenios y las múltiples oportunidades para el encuentro e intercambio. En los últimos veinte se evidencia la influencia de los autores mencionados en la primera parte de esta sección en lo que respecta a las reflexiones en torno al territorio, los conflictos territoriales y las identidades y prácticas.

Las publicaciones científicas y los usos del concepto territorio

Aclaraciones metodológicas

Este trabajo desarrolla un análisis cualitativo y se apoya en algunas de las ideas de la Teoría Fundamentada (Grounded Theory), desarrollada por Barney Glaser y Anselm Strauss en su obra The Discovery of Grounded Theory, publicada en el año 1967 (Glaser & Strauss, 1967). Especialmente son recuperadas sus nociones de comparación constante y saturación teórica. Estos autores se refieren al análisis como “la interacción entre el investigador y los datos, lo cual es a la vez arte y ciencia” (Strauss y Corbin, 1998, en Andreu Abela et al., 2007: 55).

El corpus documental seleccionado abarca las revistas de geografía de UUNN[3] cuya fecha de inicio de publicación sea anterior al año 2010 y que continúen sus ediciones hasta el presente[4]. La intención de dicho recorte es dar cuenta del conjunto de publicaciones que poseen, en la actualidad, un recorrido consolidado en el campo de la geografía argentina. Por motivos de accesibilidad, se consideraron en el análisis números publicadas entre 2005 y el primer semestre de 2021, período en el cual todas las revistas están disponibles en internet[5].

Por otro lado, se descartaron del análisis las revistas Boletín de Estudios Geográficos de la Universidad Nacional de Cuyo e Investigaciones y Ensayos Geográficos de la Universidad Nacional de Formosa, porque presentan un número muy bajo de artículos que incluyan el término territorio en el título dentro del período relevado (sólo 7 y 6 artículos, respectivamente).[6]

Cuadro I
Listado de revistas y cantidad de artículos analizados

La comparación constante entre los artículos examinados caracterizó el proceso de análisis, descubriendo indicadores y tomando como referencia el lugar y la fecha de las publicaciones para ordenar el corpus y su sistematización. La saturación teórica se logró cuando ya no surgieron nuevas evidencias que ayudaran a clarificar el problema estudiado. Es decir, cuando las ideas y argumentos eran similares a los ya encontrados, se entendió que fue alcanzada la saturación teórica. Una vez resuelto este paso, se construyeron los tres grupos que expresan los grandes lineamientos encontrados en el uso del concepto territorio entre los artículos y que son analizados en los siguientes ítems: ausencia de definición del concepto territorio (grupo 1); definición del concepto territorio y ausencia de problematización en el análisis del artículo (grupo 2); definición del concepto territorio y problematización en el análisis del artículo (grupo 3).

Cuadro II
Cantidad de artículos por revista y por grupo con porcentajes

El número de artículos que se encuentran en el primer grupo representa un dato interesante puesto que la apelación tan frecuente a la palabra territorio indica su uso generalizado como referencia geográfica. En general, como será desarrollado, se trata de trabajos en donde el territorio no funciona como un concepto analítico, problematizado teóricamente, sino que se lo presenta como algo dado. En muchas ocasiones, el uso de territorio indica simplemente una localización que es pasible de ser intercambiable por otros conceptos geográficos, como espacio, región, lugar, sitio, medio.

Respecto al grupo 2 y 3, se realizó su análisis identificando diversas dimensiones y perspectivas para definir y problematizar el concepto, tomando como referencia metodológica el criterio de saturación teórica: el territorio entendido relacionalmente; como un producto construido desde la especificidad de las relaciones de poder; como un espacio apropiado; como espacio generador de identidades, etc.

En esta ocasión, nos pareció pertinente distinguir aquellos artículos que ofrecen una definición del concepto que luego no es problematizado como eje analítico (grupo 2) de aquellos en los que pueden analizarse las estrategias de mediación y uso empírico de las definiciones teóricas que sobre el concepto son realizadas (grupo 3).

Análisis de contenidos de artículos grupo 1

En este grupo sistematizamos los artículos que hacen uso de la palabra territorio como referencia geográfica general, no conceptual. Un análisis detallado de su tratamiento en los trabajos nos permite identificar los siguientes usos.

Por un lado, la idea de territorio o sus derivados como indicativo de la inclusión de una dimensión espacial en el análisis, pero sin un significado específico que oriente dimensiones de análisis. Por ejemplo, se suele hablar de “impacto territorial” para hacer referencia a las consecuencias de determinado proceso en un área específica, que incluye alguna manifestación material visible en el paisaje. Configuración u organización territorial son otros términos de uso frecuente que suelen hacer referencia a la distribución de determinado fenómeno en un área concreta y la identificación de zonas en función de ciertas variables. Algo similar ocurre con la idea “transformaciones territoriales”, para hacer alusión a transformaciones que implican algún tipo de manifestación espacial. Las variables que se analizan en estos casos son diversas y se asume que tienen un carácter espacial, aunque esto no se discute, por ejemplo: valorización de recursos locales a partir de ciertas actividades, o expansión residencial y presión inmobiliaria en determinadas localizaciones, nuevas territorialidades rurales, etc. En algunos casos la dimensión espacial se problematiza a partir de otros conceptos que no se relacionan con alguna discusión sobre territorio (lugar, frontera, redes, etc.).

El término territorio, y sus derivados, también suele ser usado frecuentemente como el espacio de referencia empírica del análisis. Se alude de esta forma al territorio pampeano, territorio agrícola, territorio del conurbano, sin que haya ningún tipo de discusión conceptual o problematización de esas referencias en tanto “territorios”. En estos casos la idea de territorio podría ser reemplazada por otras, tales como región pampeana, zonas agrícolas, o barrios del conurbano. En el caso de las referencias al “territorio provincial”, “territorio municipal” por ejemplo, puede entenderse como la forma habitual de referirse a los recortes espaciales definidos por la organización del Estado. En otros casos, observamos el uso de la idea de territorio como recorte espacial, pero al que se le asigna alguna identidad específica, como, por ejemplo: territorios “desfavorecidos”, territorios de “agricultura familiar”, “territorios globales”, “rezagados”, “para el desarrollo”, “de conflicto”, etc.

Otro de los usos muy frecuentes del término territorio es su referencia como soporte de fenómenos o políticas, o como área de intervención. Por ejemplo, en discusiones sobre ordenamiento y gestión territorial o sobre intervenciones turísticas solemos ver estas referencias al territorio. De alguna manera, es el tipo de concepción y manera de entender el territorio presente en el ámbito de la gestión estatal, que, aunque en algunas ocasiones planteen alguna definición conceptual o aclaración respecto de cómo piensan el territorio (como realidad concreta), no se trata de una discusión teórica que permita problematizar la dimensión espacial en tanto territorio (como concepto). También podemos identificar otro uso de la idea de territorio, propio del campo de la economía, como soporte o sustrato, donde se desarrollan las actividades económicas y se despliegan redes, localizaciones y flujos. Se trata de una concepción también presente en trabajos que abordan la cuestión del ordenamiento territorial y que recupera la concepción en la gestión estatal.

También, es posible encontrar el término territorio en tanto lugar de producción y reproducción de los sectores populares. Son trabajos que quizás están influenciados por la dinámica de los propios movimientos y organizaciones de dichos sectores que, como fue señalado en el apartado anterior, representa uno de los ámbitos en los cuales la apelación al territorio comenzó a ser cada vez más habitual (en nombres, expresiones y consignas). También es posible ligar dicho uso del término por parte de una buena parte de la literatura que se dedicó al estudio de los movimientos de desocupados, cuestión que fue desarrollada en nuestro estado de la cuestión. Así, bajo esta lógica, el territorio no se define ni se problematiza, sino que se lo asocia directamente a fenómenos “de base” y “populares” propios de escalas locales de producción de sentidos y prácticas.

Un caso particular es el uso de la idea de territorio como producto de la apropiación del espacio. Aquí pareciera que se asume que el espacio es una condición externa a la sociedad y no una dimensión intrínseca de la sociedad. Es el territorio lo que se constituye en un producto social y no el espacio. A diferencia de los casos anteriores parece que hubiera una intención de diferenciar conceptualmente territorio de espacio, pero estos trabajos terminan planteando estas ideas sin mayor reflexión. Se trata más bien de supuestos que no son ni explicitados ni discutidos teóricamente.

Remarcamos la importancia cuantitativa de este primer grupo, es decir, la enorme cantidad de artículos que mencionan la palabra territorio o algunas de sus derivaciones, sin luego brindar una definición y sin problematizar el uso analítico del mismo. Dejando de lado los artículos en los que se utiliza el concepto para indicar una referencia espacial (por ejemplo, “el impacto territorial de la reconfiguración económica en…”), podemos asumir que el uso masivo e indiscriminado tiene que ver con las particularidades del giro espacial en América Latina que algunos autores han llamado “giro territorial”. Así, “territorio” se convierte en una suerte de significante flotante, un referente obligado cuyo uso garantiza cierta legitimidad geográfica.

Análisis de contenidos de artículos grupo 2

En este grupo hemos incorporado aquellos artículos que incluyen algún tipo de definición explícita del concepto territorio, pero luego no lo problematizan en el desarrollo de su trabajo de investigación y análisis. Encontramos tres rasgos fundamentales a resaltar en el análisis de este grupo.

En primer lugar, es notable la frecuencia de referencias a Milton Santos, extrayendo de su compleja teoría un elemento de manera aislada para, luego de citarlo, desconocer su importancia en el análisis empírico o en la reconstrucción de la investigación objeto del artículo. De esta manera, se entiende al territorio, de la mano de Santos, o bien como un instrumento de reproducción de vida no mercantilizable, o como conformado por el sustrato físico, natural o artificial, siendo su utilización una combinación de técnica y política. También se puntualiza la presencia de las horizontalidades conformadas por lugares vecinos reunidos por una continuidad territorial.

Luego de brindar ese tipo de definiciones del concepto territorio, se continúa hablando de transformaciones, procesos o indicadores territoriales, pero sin distinguir los elementos de las prácticas sociales que podrían comprender la dimensión analítica de pensar ese “adjetivo territorial”. Es decir, justamente la dimensión espacial de esas prácticas (a las que supuestamente alude el adjetivo territorial) no queda explicitada.

La definición amplia de territorio usado como sinónimo de espacio geográfico de Milton Santos (ver por ejemplo Santos, 2005[1994]), justamente por su amplitud, creemos que suele implementarse en casos donde hay una intención de analizar espacialmente un fenómeno (transformación territorial, dinámica territorial, configuración territorial) aunque queda en un marco general de discusión que luego no se llega a operacionalizar o, incluso, no se recuperan tales definiciones en el análisis empírico. Se terminan haciendo análisis sectoriales que, a lo sumo, describen una distribución espacial o concentración en algunos puntos; por ejemplo, distribución de redes de transporte y energéticas, de industrias automotrices, etc. El territorio termina siendo interpretado como un soporte donde esos fenómenos se despliegan y pueden estudiarse.

En segundo lugar, hemos encontrado definiciones de territorio que funcionan como concepto llave para resaltar la importancia de otros conceptos como el de paisaje, lugar, etc. En estos casos es aún más confusa la definición, ya que se liga de manera muy amplia a posibilidades de análisis que el uso del concepto habilita. Así se señala, por ejemplo, que el territorio permitiría analizar las repercusiones de ciertas organizaciones sociales sobre un lugar o la acción de agentes económicos sobre un paisaje.

En tercer lugar, observamos avances sobre una perspectiva más específica sobre el territorio, por ejemplo, vinculado a relaciones de poder y a su cualidad productiva, es decir, como condición de los procesos sociales y no sólo como resultado.

El uso de concepciones de territorio como espacio de poder son frecuentes, en general, aludiendo a autores referentes de dicha perspectiva como Claude Raffestin, Rogerio Haesbaert o Marcelo Lopes de Souza, por mencionar los más citados. Es habitual, así, encontrar definiciones como la de Lopes de Souza, señalando el territorio como "espacio definido por y a partir de relaciones de poder" (2012[1995]: 78) o, en el caso de Haesbaert, el territorio “en tanto relación de dominación y apropiación sociedad-espacio, se reproduce a lo largo de un continuum que va desde la dominación político-económica más «concreta» y «funcional» hasta la apropiación más subjetiva o «cultural-simbólica»” (2004: 95-96).

En términos generales, suelen combinarse este tipo de conceptualizaciones de territorio sin distinguir sus diferencias, no sólo con relación a la idea de territorio asociado al poder, sino también, con vinculación a conceptos relacionados, como, por ejemplo, territorialización, desterritorialización y reterritorialización. Una situación frecuente es hacer referencias a esos conceptos derivados desde perspectivas relacionales de poder pero que son distintas a las conceptualizaciones de territorio de las que se parte. Esto ocurre cuando se define territorio a partir de la conceptualización de un autor (por ejemplo, Lopes de Souza) y luego la definición de territorialidad de otro autor (por ejemplo, Haesbaert). Aunque ambos autores parten de entender el territorio de manera más acotada en el marco de una “constelación de conceptos” (Haesbaert, 2014) el foco de sus conceptualizaciones difiere.

Este tipo de perspectivas del territorio asociado al poder suele aparecer en estudios donde se analizan tensiones, o se pone el foco en formas de apropiación distinta del espacio, como fuente de conflictos. En estos casos, sin embargo, la cuestión de las relaciones de poder mediadas por el espacio no termina siendo trabajada en los análisis empíricos, es decir, no se desarrollan herramientas analíticas que permitan definir variables de análisis concretas que den cuenta de las formas en que esas relaciones de poder se expresan en/a través del espacio, cuestión que está planteada en las definiciones teóricas de las que se parten explícitamente.

Un concepto al que se alude frecuentemente en los trabajos de este grupo es el de territorialidad que aparece definido desde la perspectiva de (Sack, 1983: 55): “el intento de un individuo o grupo de afectar, influenciar o controlar personas, fenómenos y relaciones a través de la delimitación y el establecimiento de un control sobre un área geográfica”. Sin embargo, se suele usar este concepto para analizar territorialidades en un sentido muy general: territorialidad neoliberal o territorialidad neodesarrollista, territorialidad dominante, por mencionar algunos ejemplos. Se trata de una idea de territorialidad que se usa para aludir a una cierta forma de organización del espacio, aunque luego en el análisis empírico se suele hacer referencia a procesos generales cuya espacialidad es asumida pero no se analiza concretamente. Se hace referencia a estrategias empresariales, por ejemplo, o al surgimiento de ciertos actores, transformaciones sectoriales o laborales, pero la dimensión espacial se diluye en ese análisis empírico. O bien, la espacialidad que se analiza no se desprende de la definición teórica de territorialidad de la que se parte.

En síntesis, si bien los desarrollos conceptuales sobre territorio son reconocidos por estos autores, no llegan a ser incorporados como herramientas analíticas en el trabajo concreto. Las razones por las que esto ocurre pueden ser variadas. En primer lugar, no deja de ser un problema que se afronta en el uso de cualquier definición conceptual, esto es, encontrar las mediaciones analíticas que permitan su operacionalización en nuestros objetos y problemas de estudio. En segundo lugar, al igual que sucede con los usos del grupo 1, consideramos que, en el caso particular del concepto territorio, su extendido y versátil uso por parte de actores académicos, estatales y sociales diversos, lo volvió una suerte de concepto de moda y, en ocasiones, certificador de una mirada geográfica, pero sin intenciones de transformarlo en una herramienta analítica. En tercer lugar, las definiciones más amplias y genéricas del término, en ocasiones, implican un uso del concepto en tanto término. Es decir, ofrece una mirada espacial sobre un fenómeno, pero que puede ser intercambiable por otros conceptos geográficos como el de paisaje, lugar, incluso espacio, sin que se altere su función: la de indicar un componente espacial propio de lo social.

Análisis de contenidos de artículos grupo 3

El análisis de este último grupo, que está conformado por un total de 39 artículos, lo organizamos en 3 grandes ejes. Por un lado, se encuentran las influencias teóricas, es decir, la sistematización de las referencias teóricas más utilizadas en la conceptualización del territorio. Por otro lado, identificamos la agenda, es decir, el conjunto de temas y problemas a los cuales se aplica la operacionalización del concepto. Proponemos, finalmente, una sistematización de los diferentes usos analíticos del concepto territorio encontrados en este conjunto de artículos.

La tercera parte de los artículos (13) se basan o recuperan centralmente a Milton Santos. El concepto llave y más amplio es el de “territorio usado”, que suele operacionalizarse a través de otros conceptos por él elaborados en el marco de su teoría, tales como sistemas técnicos, circuito espacial de producción, verticalidades/horizontalidades, configuración territorial, división territorial del trabajo. La perspectiva de Santos sobre territorio suele usarse de manera predominante para discutir procesos que involucran a actores o relaciones dominantes: empresas y el Estado, fundamentalmente en la globalización (como período histórico definido por Santos) y desde una perspectiva principalmente económica. Temas tales como circuitos asociados a ciertas actividades productivas, configuraciones territoriales ligadas a cierto tipo de trabajo, sistemas técnicos o modos de producción, la conformación de territorios corporativos, verticalidades y horizontalidades territoriales en torno a determinado fenómeno, son los más frecuentes.

Otro autor frecuentemente recuperado es Rogerio Haesbaert y sus conceptualizaciones sobre territorio, territorialización, territorialidad y multiterritorialidad. Fundamentalmente se suelen usar los conceptos de territorialización y territorialidad de un grupo o de algún fenómeno. Las temáticas que se abordan a partir de estos conceptos son muy variadas, pero una línea general que podemos identificar es la formación de territorios a partir de las territorialidades o procesos de territorialización de ciertos grupos o actores: migrantes, empresas petroleras, sectores populares, comunidades campesinas o indígenas o bien de ciertos fenómenos, como la expansión de ciertas actividades o las luchas políticas en torno a ciertos temas.

Las conceptualizaciones de Bernardo Mançano Fernandes sobre territorio (material y simbólico) y los procesos de des-re-territorialización también son frecuentemente recuperadas, aunque para un conjunto de temas más acotados. En efecto, en este caso hay una línea más clara en términos del tipo de problemáticas que se abordan a partir de estas conceptualizaciones, pudiéndose identificar sobre todo las discusiones sobre disputas en y por el territorio que involucran a comunidades campesinas o indígenas, conflictos territoriales e impactos socioterritoriales en contextos extractivistas y de expansión de la frontera productiva.

Algunos trabajos recuperan a Carlos Porto Goncalves, en particular sus discusiones sobre territorio y sus vínculos con el desarrollo dentro de la matriz moderno-colonial y el concepto de territorialización, para el abordaje de disputas por el territorio, movimientos sociales y territorios indígenas.

Las conceptualizaciones de Marcelo Lopes de Souza sobre territorio tienen menos presencia, probablemente porque es la de carácter más restringido en cuanto al foco que el autor le asigna al concepto. La idea de territorio como campo de fuerzas o la idea de territorio como “espacio delimitado por y a partir de relaciones de poder” (2012[1995]: 78) es la más recurrente. Pero las temáticas que se abordan en estos trabajos suelen poner el foco en la disputa entre distintos proyectos e intereses en determinados lugares, donde se plantea la confluencia de múltiples relaciones de poder y las territorialidades contrapuestas que se definen.

Otras influencias teóricas recurrentes son Claude Raffestin y Robert Sack. Con excepción de un caso donde se retoma la conceptualización de territorialización-desterritorialización-reterritorialización de Raffestin (2013) como única referencia teórica para abordar la dimensión espacial del problema de estudio, en la mayoría de los casos estos autores se recuperan en línea con conceptualizaciones de autores brasileños. En el caso de Raffestin se retoman los conceptos de territorialidad, territorialización y territorialidades en disputa, en torno a un área o un tipo de uso del territorio. En el caso de Sack el principal concepto recuperado es el de territorialidad para hablar de disputas por el territorio y tensión de territorialidades en contextos de frontera productiva.

Una lectura transversal de la agenda de investigación donde se incorpora el uso y problematización del concepto de territorio permite comprobar, en primer lugar, la influencia de las producciones geográficas teóricas brasileñas sobre los debates argentinos, cuestión ya señalada por otrxs autorxs (Iut, 2005; Zusman, 2019; Zusman & Lus Bietti, en prensa). Es notable que, incluso cuando se retoman ideas de autores no brasileños, como Raffestin, en varias ocasiones se lo recupera a partir de la lectura realizada desde Brasil (Haesbaert, por ejemplo).

Por otro lado, encontramos dos maneras fundamentales en las que se utiliza el territorio en las investigaciones: una responde a una escala analítica más genérica, incluso a veces de tono más bien ensayístico, tomando como eje grandes procesos, y analizando el rol del territorio para comprender períodos de transformación económica y social a escala muchas veces global. La otra corresponde a los análisis a escala local, en los cuales se problematiza el territorio como plataforma de configuración o bien de conflictos, o bien de identidades.

Como ejemplos del primer grupo, podemos encontrar trabajos que se inscriben en el campo de las relaciones internacionales y que problematizan las territorialidades que construyen los Estados, a partir de la hegemonía global de la territorialidad del capital financiero transnacional y las formas en las que dicha territorialidad se expresa en lo local, entendiendo lo local como parte del territorio en disputa por parte de distintos proyectos, fuerzas e intereses enfrentados. También trabajos que, apelando a la relación entre modelos de desarrollo y territorio buscan resaltar la importancia de la gestión territorial del desarrollo, esto es, las transformaciones necesarias para poder llevar adelante dichos modelos.

Dentro de este segundo grupo podemos encontrar trabajos que analizan la territorialidad de comunidades indígenas específicas y sus tensiones con otras lógicas de producción del territorio como las del agronegocio, o entre campesinos y diferentes modalidades empresarias y estatales de plantear el desarrollo, por ejemplo, a través de la expansión de la frontera productiva y el subsiguiente impacto de la llegada de nuevos sujetos en las relaciones de poder. También se encuentran quienes estudian los procesos de tomas de tierra y asentamientos urbanos como fenómenos históricos que configuran una territorialidad periférica y excluyente, operacionalizando la forma en la que la organización sociopolítica del territorio incide en las formas de la territorialidad popular. Otros estudios en estas instancias de análisis e investigación empírica, han desarrollado esquemas interpretativos, en algunos casos recuperando discusiones decoloniales, que se asientan en el territorio ligado a la construcción simbólica e identitaria, el territorio como fundamento de modos de vida y organización social de diversos sujetos sociales de, por ejemplo, comunidades indígenas o movimientos sociales que, a partir de la apropiación territorial de determinados espacios es como se explica la construcción de su identidad.

Varios trabajos que retoman y operacionalizan el concepto de territorio, ya sea que pongan el foco en las relaciones de poder, en los usos materiales o en la apropiación simbólica, se valen de esa estrategia analítica para enfatizar la dimensión procesual y la temporalidad de los fenómenos que abordan. En particular, estos trabajos permiten ver la forma en que las relaciones socio-espaciales han ido configurando esos territorios y territorialidades, dando cuenta del carácter dinámico e inacabado de tales procesos.

En síntesis, en este último grupo de artículos pudimos encontrar algunas respuestas metodológicas ante el desafío de aplicar, problematizar, encontrar las mediaciones e indicadores empíricos que permiten otorgar potencia analítica al concepto territorio. Fundamentalmente, encontramos dos grandes modos, en términos metodológicos y epistemológicos para el uso analítico del concepto, que podemos distinguir en términos de alcance: aquellos trabajos que toman una escala global de análisis o que esgrimen una discusión básicamente teórica y aquellos trabajos que poseen un alcance empírico más acotado y que, habitualmente, se dedican al estudio de uno o dos casos en una escala local o regional.

A su vez, transversalmente a dicha distinción es posible identificar una conceptualización del territorio ligado fuertemente a las relaciones de poder y que, por ende, es aplicado para comprender conflictos y tensiones entre actores o relaciones sociales (sean estos definidos en escalas diversas); estos acercamientos permiten iluminar la dimensión política del territorio. Por otro lado, también emerge una lectura del territorio como concepto articulado al desarrollo o a las prácticas económicas y que se comprende como recurso y como articulador de estrategias, subrayando la dimensión económica del territorio. Por último, un conjunto menor de trabajos, pero que también tiene presencia, definen y analizan el territorio como plataforma de construcción identitaria de sujetos y grupos sociales, en ocasiones bajo una impronta ecológica y, en otras, entendiendo al espacio como inscripción articulante de principios, valores, tradiciones, metas y objetivos de personas que desarrollan su identidad en, desde y por el territorio construido colectivamente.

Consideraciones finales

Luego de realizado el recorrido analítico por las diversas revistas y corpus de los artículos, organizados en los tres grupos ya mencionados, podemos extraer algunas reflexiones que colaboren en la identificación y comprensión de los diversos usos del concepto territorio en el campo de los estudios geográficos en Argentina en los últimos años, de acuerdo al análisis de ciertos perfiles disciplinares de los centros, institutos o departamentos de las universidades nacionales en las cuales se alojan las diferentes revistas. Debemos señalar que este criterio es orientador y consiste en un primer paso del análisis pero que, de ningún modo, nos permite sostener que la inscripción institucional en una unidad académica sobredetermina todas las influencias posibles a tener en cuenta.

Podemos resaltar, en primer lugar, que las revistas Geograficando, Estudios Socioterritoriales, Pampa y Proyección son las que han publicado, comparativamente, un número mucho mayor de artículos en los que interviene de algún modo el concepto territorio (189, casi un 72,7% del total). Sin embargo, podemos encontrar perfiles diferentes en cada una de ellas con relación al tipo de uso que se hace del mismo.

De todas ellas, la revista Geograficando, del Departamento de Geografía de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata es la que ofrece un número mayor de artículos en los cuales el concepto es operacionalizado como herramienta teórica de los análisis (grupo 3), contribuyendo a revisar las conceptualizaciones a la luz de los diversos temas de investigación. Es de destacar que el perfil de la revista posee una preeminencia de intereses en torno a la geografía social, la geografía política y las perspectivas interdisciplinares. Tal como enuncian en su página web: “El objetivo de la revista consiste en convocar a geógrafos y estudiosos de las ciencias sociales y las humanidades para construir un pensar geográfico con responsabilidad social y promover el debate sobre posibles alternativas de articulación para la generación de conocimientos estratégicos desde nuestra “situacionalidad” y la producción de un discurso significativo”[7]. Pudimos comprobar que en los artículos seleccionados de esta revista emergen análisis con objetivos de discusión teórica y agendas de investigación muy diversas, pero que remiten habitualmente a análisis sociológicos, políticos y culturales y, por ende, el uso del concepto refiere a problemáticas usualmente ligadas a conflictos políticos, materiales y simbólicos.

Por su parte, la revista Pampa es una publicación conjunta de la Universidad Nacional del Litoral (Argentina) y de la Universidad de la República (Uruguay) y tal como señala su nombre completo (Revista Interuniversitaria de Estudios Territoriales), tiene el acento puesto en los estudios territoriales. Se trata, al igual que Geograficando, de una revista con un claro perfil académico y su propósito es “(...) dar a conocer la producción académica relacionada con los estudios territoriales, en especial, los referidos al desarrollo y transformaciones en las distintas regiones del Cono Sur y promover el establecimiento de un espacio académico de difusión y debate regional e internacional, de la investigación y extensión en el campo de las transformaciones territoriales. Parte importante de la producción académica está vinculada a las actividades del Comité Académico de Desarrollo Regional de la Asociación de Universidades Grupo Montevideo (...)”[8]. Se comprueba una preeminencia de estudios ligados, entonces, al análisis de los tipos de desarrollo regional, con cierta preeminencia del uso del territorio en su dimensión económica.

La revista Estudios Socioterritoriales, editada por el Centro de Investigaciones Geográficas (CIG)[9], de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires posee un perfil similar a Geograficando, acentuando la perspectiva interdisciplinar y científica de su propuesta y buscando la superación entre los campos físico y humano de la geografía: “(...) publica trabajos científicos con visiones integradoras porque es necesario ampliar nuestras relaciones con todas las ciencias sociales de forma abierta, decidida y sin complejos. Los geógrafos deben colaborar dando respuestas, aprovechando su larga tradición en investigación, y tratando de superar la separación existente entre geografía física y humana” (Lan y Velázquez, 2013: 67). Pudimos constatar una gran heterogeneidad de temas y enfoques en el corpus de artículos registrados para este trabajo, en línea con lo que se proponen como objetivo central: “el desafío de introducir nuevas discusiones teóricas, metodológicas y también estudios empíricos” (Ibid: 61-62).

Por último, de este primer conjunto de revistas, contamos con los artículos de la revista Proyección, publicada por el Instituto de Cartografía, Investigación y Formación para el Ordenamiento Territorial (Instituto CIFOT), de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo, cuyo énfasis está claramente puesto, como reza en su descripción, en los temas ligados a la planificación, la gestión y la política territorial. Esto permite explicar, en parte, la gran cantidad de artículos en los cuales la palabra territorio aparece en sus títulos, en su enorme mayoría ligados al uso del concepto para analizar diferentes dimensiones del ordenamiento territorial.

Luego, las revistas Boletín Geográfico, Huellas y Revista Universitaria de Geografía cubren el siguiente 20% del total de artículos. La primera revista está inscrita en el Departamento de Geografía de la Facultad de Humanidades de la Universidad del Comahue, y se presenta como una revista enfocada en “(...) temáticas sobre aspectos del territorio: estudios regionales, planificación y desarrollo, ciencias de la tierra (climatología, geomorfología, etc.), geografía médica, geografía económica, geografía política, estudios agrarios, demográficos, ambientales, etc.”[10] . Resaltamos la expresa mención al concepto territorio como articulador de las temáticas de la revista; la cantidad de artículos que identificamos con dicho concepto en los títulos de estos asciende a 17, de los cuales solo 2 permiten encontrar una operacionalización del mismo en su desarrollo. Entre los artículos analizados predominan autores de la propia universidad, así como también estudios empíricos del ámbito regional.

La revista Huellas, por su parte, se inscribe en el Instituto de Geografía de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de La Pampa y se propone socializar y difundir la producción en estudios territoriales. Nuevamente, podemos observar la preeminencia del adjetivo territorial en la descripción misma de la revista. Es la revista que mayor proporción tiene de artículos catalogados como grupo 3 de su total de artículos con la palabra territorio en sus títulos (9 de un total de 19, un 47,36%). De estos, la mayoría se vincula al análisis de conflictos territoriales y tensión de territorialidades.

Por su parte, la Revista Universitaria de Geografía es una publicación del Departamento de Geografía y Turismo de la Universidad Nacional del Sur. Este departamento tiene la particularidad de reunir varias carreras además del profesorado y licenciatura en Geografía, tales como la licenciatura en Oceanografía, en Turismo, Arquitectura y dos tecnicaturas (en Cartografía, Teledetección y Sistemas de Información Geográfica y en Gestión Cultural y Emprendimientos Culturales). La revista se propone “difundir la producción científica referida a temáticas propias de la ciencia geográfica, abordadas desde diferentes enfoques teórico-metodológicos”[11] sin dar mayores especificaciones respecto de problemas/temáticas de su interés, como sí se especifica en las otras revistas. La investigación en Geografía en esta universidad tiene un desarrollo importante en el campo de la geografía física, aunque no podemos afirmar que esta impronta se refleje estrictamente en el perfil de la revista. En lo que respecta a los artículos encontrados están casi todos ligados a un análisis social, cultural o económico de diversos procesos; en la mayoría de los casos con un uso del concepto territorio definido, pero no operacionalizado (grupo 2, 9 artículos de un total de 16, 56,25%).

Por último, las revistas Breves Contribuciones del Instituto de Estudios Geográficos la Universidad Nacional de Tucumán y Geográfica Digital, Revista del Instituto de Geografía de la de Universidad Nacional del Nordeste poseen, comparativamente, la menor cantidad de artículos, 9 y 10, respectivamente. El campo de la geografía de la universidad tucumana tiene una importante tradición de investigación en estudios sociales y naturales de la provincia de Tucumán y del conjunto regional del norte argentino y en relación con los campos de estudio, se ha destacado las últimas décadas en el campo de los SIG y Teledetección, fenómenos migratorios y demográficos de poblaciones urbanas y rurales, urbanización y pobreza, dinámicas agrarias, entre otros (Cusa, 2014;Mansilla, 2020). En el caso de la Universidad del Nordeste tanto en la carrera de Geografía y en particular en el ámbito del Instituto de Geografía que edita la revista, predominan investigaciones sobre temáticas más tradicionales del campo disciplinar, en particular referidas al ámbito regional, tales como configuración u organización espacial regional, dinámica forestal y agropecuaria, crecimiento urbano, movilidad y transporte, entre otros temas. Ambas se presentan como espacios de divulgación de mucha amplitud: Breves contribuciones del IEG señala: “Su cobertura temática cubre la extensa variedad de estudios tanto desde el ámbito geográfico como de las ciencias sociales. a diferentes escalas: local, nacional e internacional”. Entre los artículos que entraron en el análisis, solo 1 de ellos proviene de investigadores de dicho instituto y solo 1 corresponde al grupo 3. En el caso de Geográfica digital: tiene como objetivo la divulgación de “(...) trabajos de investigación referidos al espacio geográfico, ya sean de índole local, regional, nacional o global, cuyas temáticas involucradas sean: el territorio, la sociedad y sus actividades, el espacio rural y urbano, la planificación y el ordenamiento, las tecnologías de la información geográfica, el ambiente, etc.”[12] . En este caso, de los 10 trabajos reseñados, ninguno plantea una discusión conceptual y metodológica en torno al concepto de territorio y la mitad corresponden a investigadores de geografía de la Universidad y se vinculan con características de la organización del espacio con relación a algunos temas como acceso a la salud y educación, acceso a las tecnologías de información geográfica, transformaciones territoriales en áreas rurales.

Estos primeros resultados de la investigación, en relación a los usos del concepto de territorio en el campo geográfico general a partir de lo que se publica en revistas de geografía argentinas, así como una primera lectura respecto de la inserción institucional de estas revistas, con sus respectivas agendas y tradiciones de investigación que influencian su perfil editorial, constituyen un primer paso en una indagación que nos permita profundizar en la relación entre tradiciones académicas universitarias, influencias teóricas y producción de conocimiento geográfico en Argentina. Esta indagación, que comenzó con el análisis sistemático de los usos del concepto territorio (un concepto clave de nuestra disciplina, tanto en el ámbito argentino como latinoamericano), debe ser ampliada y complementada en futuros pasos con el análisis de los planes de estudios de las carreras de Geografía de las diversas UUNN, proyectos de investigación dirigidos por geógrafos y geógrafas y entrevistas a informantes clave (miembros de los comités editoriales de las revistas científicas de geografía, directores de departamentos e institutos de investigación en geografía, etc.).

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Notas

[1] También Cruz (2014) analiza la forma en que la idea de territorio se convierte en categoría de la práctica política de los movimientos sociales en América Latina, mostrando específicamente cómo este proceso toma forma en el caso brasileño. En un artículo más reciente Cruz (2020) distingue entre el territorio como categoría de la práctica política insurgente o instituyente (el caso de los movimientos sociales) o hegemónica o normativa (el caso del Estado).
[2] Este recorrido que se presenta busca hacer un planteo en términos muy generales que no refleja estrictamente los recorridos institucionales diversos que ha seguido la geografía en las distintas universidades del país. Solo a los fines de los intereses de nuestro artículo nos parece pertinente mostrar algunas tendencias generales que nos permiten enmarcar la fuerte presencia del concepto de territorio y la influencia teórica brasileña en esas discusiones.
[3] Es necesario argumentar la decisión de circunscribir el estudio a las publicaciones pertenecientes a UUNN y dejar fuera, por caso, a publicaciones ligadas a Institutos de investigación que dependen directamente de CONICET, así como también aquellas editadas por sociedades geográficas. Bajo este criterio, fueron dejadas de lado la revista Geodemos, publicación del Instituto Multidisciplinario de Historia y Ciencias Humanas (IMHICIHU), Unidad Ejecutora del CONICET y las Contribuciones Científicas GAEA, editado por la Sociedad Argentina de Estudios Geográficos. Como ya fue expresado, el presente estudio es parte de un trabajo de investigación más amplio, en el cual el siguiente paso es vincular los usos diferenciales del concepto territorio, encontrados en esta primera parte de la indagación, con las tradiciones académicas institucionalizadas que en cada UUNN pueden influenciar la línea editorial de sus publicaciones. Para esto serán analizados oportunamente los planes de estudio de las carreras de geografía en cada una de las universidades y se realizarán entrevistas a informantes clave.
[4] Bajo este criterio, no fueron analizadas las publicaciones: Cardinalis, publicación del Departamento de Geografía de la Universidad Nacional de Córdoba, cuya edición comenzó en el año 2013 y Punto Sur, Revista de Geografía de la Universidad de Buenos Aires (UBA), cuya edición comenzó el año 2019. Cabe destacar que tampoco se incluyó en el análisis la revista Transporte y Territorio de la UBA, debido a su perfil más acotado temáticamente.
[5] Nos referimos, por supuesto, al contexto de pandemia mundial y las normativas de Aislamiento Social Preventivo Obligatorio (ASPO) imperante en Argentina durante buena parte del año 2020 y 2021, que imposibilitó el acceso físico a archivos y bibliotecas.
[6] El corpus de revistas a analizar se definió a fines de 2019 cuando comenzamos la investigación, a partir de allí se realizó el análisis de las revistas seleccionadas, que se actualizó con las publicaciones disponibles en los portales de las revistas hasta noviembre de 2021.
[9] Actualmente este Centro forma parte de la Unidad Ejecutora de doble dependencia CONICET-UNCPBA, denominada Instituto de Geografía, Historia y Ciencias Sociales (IGEHCS).


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