Dossier
Recepción: 07 Agosto 2023
Aprobación: 27 Septiembre 2023
Resumen: En el presente trabajo compartimos interrogantes, reflexiones y apuestas en el abordaje del Trabajo Social en clave histórica en la formación profesional desde la experiencia de una asignatura del primer año de la carrera de grado de la licenciatura en Trabajo Social de la Universidad Nacional de Entre Ríos. Nos centramos en el proceso enseñar y aprender la/las historias de Trabajo Social en una propuesta didáctico-pedagógica que implica una mirada histórica acerca de la configuración disciplinar, compartiendo diferentes interpretaciones sobre su surgimiento y devenir. Comprendemos que somos hijos de una época y desde allí constructores de la historia vivida. -historia entendida como pasado-presente-futuro que nos encuentra en las aulas en una construcción e interpretación colectiva. Así organizamos la presentación con el título “el desde donde decimos acerca de la historia enseñada” como introducción, luego en un primer momento, planteamos interrogantes y problematizaciones que surgen en los procesos de enseñar y aprender la historia de la profesión. En un segundo momento, el recorrido que venimos realizando en la asignatura en algunas claves analíticas. Al finalizar, sin pretender conclusiones sino continuidad de nuestro proceso de reflexión, esbozamos premisas, líneas orientativas a modo de procesos investigativos locales que retroalimenten las instancias de formación.
Palabras clave: Historia, Problematización, Trabajo Social, proceso de enseñar y aprender.
Abstract: In the present work we share questions, reflections and bets on the approach of Social Work in a historical key in professional training from the experience of a subject of the first year of the undergraduate degree in Social Work at the National University of Entre Ríos. We focus on the process of teaching and learning the stories of Social Work in a didactic-pedagogical proposal that implies a historical look at the disciplinary configuration, sharing different interpretations of its emergence and evolution. We understand that we are children of an era and from there builders of lived history. -history understood as past-present-future that finds us in the classrooms in a collective construction and interpretation. Thus, we organized the presentation with the title "the one from where we say about the history taught" as an introduction, then at first, we raised questions and problems that arise in the processes of teaching and learning the history of the profession. In a second moment, the journey that we have been carrying out in the subject in some analytical keys. At the end, without claiming conclusions but continuity of our reflection process, we outline premises, guidelines as local investigative processes that provide feedback to the training instances.
Keywords: History, Problematization, Social Work, process of teaching and learning.
1. Desde donde decimos acerca de la historia enseñada
Desde la asignatura Fundamentos de Trabajo Social del primer año de la carrera Licenciatura en Trabajo social de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Nacional de Entre Ríos, hemos asumido un compromiso con el aprender y enseñar la/s historias de Trabajo Social que pretende constituirse en un aporte al pensar colectivo de la profesión. En este sentido, entendemos que el desafío se traduce en el compromiso de llevar adelante una propuesta didáctico-pedagógica que implica una mirada histórica acerca de la configuración disciplinar del Trabajo Social, compartiendo diferentes interpretaciones sobre su surgimiento y proceso histórico-político.
La problemática teórica que aborda la asignatura se centra en la comprensión de los aspectos constitutivos y constituyentes de la disciplina desde un proceso de reconstrucción histórica. La cátedra centra su mirada en la historia como movimiento: construyendo y reconstruyendo el devenir disciplinar; abordando los nudos de tensión epistemológicos, teóricos e ideológicos de la disciplina Trabajo Social en su proceso de constitución en la relación con las diferentes configuraciones de lo social. Se apunta así a alcanzar una comprensión sobre cómo se concebía - concibe al Trabajo Social en tanto práctica particular en la relación Estado-Sociedad, en el campo de las Ciencias Sociales. El nudo central de la asignatura refiere al surgimiento del Trabajo Social y las matrices teóricas que desde su nacimiento definen y redefinen el campo disciplinar, y los mandatos atribuidos al Trabajo Social en términos contradictorios según la relación Estado - Sociedad.
El programa de la asignatura[1] tiene como eje estructurador la historia del Trabajo Social como llave que abre miradas y matices desde los que se ha construido la disciplina en su devenir, los avatares según los contextos históricos y condiciones de posibilidad y -desde y hacia allí- su relevancia en el presente. El objetivo es lograr una problematización teórica sobre los “nudos” claves del proceso de configuración de Trabajo Social en distintos contextos: Europa, Estados Unidos, Latinoamérica, centrándose en el proceso particular en Argentina. Y, desde hace un tiempo, introduciéndo-nos en una mirada regional y local que nos permite poner en valor esas historias casi no contadas y que forman parte de nuestra identidad profesional. Aquí merece un particular reconocimiento a nuestra propia casa de estudios y su trayectoria socio-histórico-política para el trabajo social de la región.
Así identificando tendencias y/o visiones que disputaron y disputan la hegemonía por el sentido sobre el ejercicio profesional en cada momento. La recuperación y reconocimiento de esta trayectoria en clave histórica con continuidades y rupturas, permite comprender cada momento histórico, sus acontecimientos particulares que obedecen a las condiciones de posibilidad de ese momento, pero que guardan relación y tienen presencia en el ahora, con otras características, bajo otras formas y desde allí se constituyen en invitación constante a revisitar la historia y producir un particular conocimiento sobre ellas. Esta indagación acerca del proceso de configuración disciplinar del Trabajo Social permite la ubicación y posicionamiento argumentado de esa misma disciplina en el ahora.
Ahora bien, en este proceso de enseñar y aprender la historia del Trabajo Social, como docentes venimos habilitando más preguntas que respuestas en un sentido epistémico, en términos de las múltiples significaciones y sentidos que se juegan sobre todo en estudiantes del primer año de la carrera y la necesidad de habilitar la pregunta como búsqueda. Allí una conjunción importante a tener en cuenta, porque solo allí radican las claves de las preocupaciones y ocupaciones de la tarea docente, el hecho de hacer inteligible algunos contenidos. Somos conscientes de que este proceso que nos ocupa en este trabajo en el/los como enseñar aprender la historia del trabajo Social, se inscribe en procesos más complejos que tienen que ver con el ingreso a la Universidad, la complejidad de las dimensiones de lo social en las que estamos insertos y los cambios en que asistimos en forma permanente. Pero ello que no aparece explicito aquí, permea, opera en términos de condiciones de posibilidad en este proceso de enseñar y aprender.
2. Acerca de Interrogantes y problematizaciones
Por ello en este trabajo pretendemos -en un primer momento- trabajar sobre los interrogantes y problematizaciones que surgen en los procesos de enseñar y aprender: ¿Por qué enseñamos en clave histórica el Trabajo Social? ¿Cómo enseñamos esta historia? ¿Cuál es su utilidad? ¿Para qué sirve estudiar la historia del Trabajo Social en Trabajo Social? ¿Qué piensan y cómo significan la historia nuestros estudiantes? ¿Cómo la aprendimos nosotros y cuánto nos atraviesa? ¿Qué vinculaciones o entrecruzamientos hacemos los docentes con la construcción de la identidad profesional?
Entendemos que somos hijos de una época y desde allí constructores de la historia vivida. -historia entendida como pasado-presente-futuro que nos encuentra en las aulas en una construcción e interpretación colectiva de la historia de la profesión del Trabajo Social. Allí, estudiantes de primer año llegan con una mirada acerca de la historia, narrada por partes, con verdades únicas, interrupciones y ausencias de actores, un modo particular de leerla y estudiarla bajo la estructura de un manual que organiza por áreas de conocimiento los contenidos con pocas posibilidades de relacionarnos e integrarlos: la escolaridad primaria y secundaria. Desde la cátedra trabajamos fuertemente en indagar las miradas que cada estudiante ha construido acerca de la historia para desde allí poder comenzar a transitar una idea de proceso, de construcción y deconstrucción de las historias. Aquí tiene especial importancia el “y” como posibilidad de acercarnos a armarnos de lentes que nos inviten a una lectura socio-histórico-político-cultural de los hechos.
Abordar la historia aparece como la necesidad de reconocernos formando parte de ella y particularmente de la historia que el Trabajo Social ha callado, gritado, construido, borrado y que hoy nos ha traído hasta aquí. En este ejercicio no dejamos de encontrarnos formando parte de un escenario que nos exige nuevos interrogantes e incertidumbres que se fundan en que el Trabajo Social es una expresión particular de las prácticas sociales históricas y desde allí somos actores principales de la misma. En este sentido la propuesta de trabajar en la idea que el pasado se expresa en el presente, tensionando perspectivas más tradicionales, positivistas, endógenas con una apuesta a comprender la historia desde perspectivas críticas que permita pensar a la profesión y disciplina del Trabajo Social en el marco de procesos sociohistóricos amplios.
Hablamos de configuración disciplinar entendiendo que hay una concepción sobre la historia pertinente a la idea de construcción compleja y crítica. En este sentido Susana Cazzaniga (2003) sostiene que la construcción disciplinar es una empresa que realizamos todos quienes tenemos el título de Trabajadores Sociales, que de alguna manera a través prácticas y discursos vamos otorgando sentido y también legitimidad al campo. Ello independientemente de los espacios que ocupemos o ejerzamos e, independientemente de la perspectiva teórica que adscribamos.
Así es importante plantear cuál es la concepción de historia desde la que nos posicionamos y, en este sentido y siguiendo a Bloch (1952) “la historia como la ciencia de los hombres en el tiempo, y donde el historiador piensa no sólo lo "humano" sino que la atmósfera en que su pensamiento respira naturalmente es la categoría de la duración (…) El tiempo de la historia, realidad concreta y viva abandonada a su impulso irrevertible, es el plasma mismo en que se bañan los fenómenos y algo así como el lugar de su inteligibilidad.” (Bloch,1952, p. 26) El tiempo que le interesa al historiador no es uno cuantificable sino más bien la cronología de las vicisitudes de las sociedades, los movimientos, las consecuencias, las interrelaciones, las simultaneidades, las convergencias y divergencias de los actos humanos. Al decir de este mismo autor: “… los destinos simultáneos del hombre que fue su héroe y de la civilización que tuvo por clima (…) Este tiempo verdadero es, por su propia naturaleza, un continuo. Es también cambio perpetuo.” (Bloch, 1952, p. 27)
Y es aquí donde queremos poner el acento en la interrogación sobre ese pasado en la configuración del Trabajo Social, seducir la imaginación de nuestros estudiantes en búsquedas de nuevas interpretaciones y fundamentaciones, y tal como lo plantea Bloch al decir que la historia tiene indudablemente sus propios placeres estéticos y que “…ello se debe a que el espectáculo de las actividades humanas, que forma su objeto particular, está hecho, más que otro cualquiera, para seducir la imaginación de los hombres. Sobre todo cuando, gracias a su alejamiento en el tiempo o en el espacio, su despliegue se atavía con las sutiles seducciones de lo extraño.” (Bloch,1952, p.12)
Haciendo una analogía de estos aportes con la configuración histórica de nuestra profesión de Trabajo Social podríamos decir que la recurrencia a estudiar y revolver en nuestros orígenes y pioneras/os no se trata de una mera recopilación de sucesos o de un punteo de figuras relevantes y sus pensamientos sino más bien se trata de un esfuerzo por ubicar y explicar esos orígenes y su devenir en el momento/contexto (clima de época) en el que se desarrollaron. Es asimismo identificar y analizar aquellos ejes estructuradores de la profesión que fueron adquiriendo transversalidad con el transcurrir del tiempo y en nuestra historia dando cuerpo a ciertas constantes que hacen a la identidad misma de la profesión. Consideramos que éstas son las claves o llaves para comprender hoy a nuestra actual configuración disciplinar.
En este sentido nos parece importante trabajar en esa idea de relación del pasado presente y futuro donde evidentemente el tiempo cronológico aparece como un primer ordenador. La propuesta es pensar la construcción disciplinar capturando la experiencia desarrollada y en un horizonte de expectativa, por ello aquí introducimos a modo de eje problematizador, algunos elementos de la teoría de los tiempos históricos y la concepción del cambio en la historia propuesto por el historiador alemán Reinhart Koselleck (1993) de manera de poder también desde este alumbrar teórico analizar algunos hechos que aparecen invisibilizados o no fueron nombrados o bien experiencias o fenómenos que no habían sido aún expresados lingüísticamente
Así también podemos destacar producciones desde nuestro país como José Luis Romero (1998) que al hablar de historia social trabaja la dimensión de totalidad del pasado histórico y la actividad del historiador en el estudio de estructuras en movimiento más precisamente procesos, en la búsqueda de coherencia de una realidad compleja. Romero refiere a la necesidad imperiosa de vincular la indagación sobre el pasado con los componentes de una “conciencia histórica” –lo que él llamó “la comprensión profunda de una realidad que le atañe como individuo y en cuanto miembro de una comunidad”– en la que el conocimiento y el método eran concebidos sólo como los nutrientes fundamentales de la pregunta vital sobre un sujeto histórico que se encontraba animado por la proyección de futuro. La “vida histórica” es un concepto que se refiere al proceso de la experiencia humana en el tiempo, a la vida y a la creación cultural de todos los hombres y grupos que han existido o existen. Para el historiador, la “vida histórica” contiene el pasado vivido (“vida histórica vivida”), el presente -como experiencia subjetiva que vivencia el pasado (“vida histórica viviente”)-, y, por último, su proyección potencial aún no vivida, que es el futuro.
3. Recorrido realizado
En un segundo momento pretendemos reconstruir el recorrido que venimos realizando, cuyo interés nace desde nuestros propios interrogantes en conjugación con los de nuestros estudiantes. Aquí revisamos programas de cátedra año a año, indagamos sobre programas y procesos de enseñanza en otras casas de estudios, empezamos a participar de estos encuentros donde escuchar a otras colegas nos entusiasmaba más y más en la tarea de saber acerca del Trabajo Social, ese de dónde venimos, aquello que nos acerca, nos encuentra y que nos distingue en la historia de nuestra profesión. Apostamos a la construcción colectiva y la mirada regional en el esbozo de una propuesta "Intercátedras de la Región"[2] con equipos de las materias troncales de las cátedras Trabajo Social. Su configuración como profesión y disciplina (Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales- Universidad Nacional del Litoral- Universidad Nacional del Litoral) y, Fundamentos Sociohistóricos del Trabajo Social (Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario- Universidad Nacional de Rosario) y en un primer encuentro se hizo especial hincapié en “la historia en Trabajo Social”, en ese pensar juntos el porqué es importante para estudiantes de primer año conocer y estudiar la historia de Trabajo Social. De hecho, esta pregunta supone un gran desafío en varios sentidos. Primero el desafío de tratar de seducir a estudiantes por la historia, por sus condiciones de posibilidad, sus dimensiones, hechos acontecimiento, razones y contextos. Segundo, en ese diálogo permanente y de retroalimentación, trabajar con cada uno que sabe y que pretende saber sobre el Trabajo Social, en esa idea de “qué quiero ser” y si quiero serlo puedo aprender en una carrera que quiero ser. En tercer lugar y quizás por ello no el último desafío: el ¿qué decir de la historia del Trabajo Social?, ¿cómo hacer para que cada estudiante se enamore de la posibilidad de ingresar a una profesión por los rastros del pasado, por las huellas de ese pasado que se expresa en el presente, un pasado que todavía está presente? Por estos motivos, entre otros, el abordaje de la historia del Trabajo Social se transforma en un gran desafío.
Desde este espacio de intercátedra en la idea de continuar estableciendo vínculos académicos, presentamos la propuesta de la realización del panel: “Construyendo historia en clave regional: un recorrido por los orígenes de nuestras casas de estudios”, dirigido a los estudiantes del primer año de la carrera de Trabajo Social de las tres unidades académicas, con el objetivo de reconstruir la historia de la profesión a partir de la creación de las primeras escuelas de Trabajo Social en la región. En este camino participamos de otros encuentros, debatimos, escribimos, y compartimos miradas y pareceres en FAUATS (Federación Argentina de Unidades Académicas de Trabajo Social)[3] en Mar de Ajó como un evento interesante respecto a las discusiones en materia de formación. Allí compartimos tres ejes que considerábamos y de hecho lo seguimos reafirmando considerar como transversales al dictado de la asignatura y que ponemos en acto en términos de modalidad pedagógica a la hora del dictado de los contenidos:
la recuperación de la memoria,
la lectura de los clásicos
la recuperación de la historia regional
Este último de los ejes con la necesidad de iniciar un proceso investigación en la región en temas que convocan alrededor de la historia del Trabajo Social.
En un principio plantear la memoria entendida como espacio de pertenencia y participación, relacionada con un tiempo abierto, donde el sujeto a través de la capacidad de narración o de su propia historia reconstruye y resignifica en la tensión entre el pasado, el presente y el futuro. En este punto nos parece válido retomar el trabajo de Aylwin, N.; Forttes A. y Matus, T. (2004) y no sólo en tanto a perspectiva teórica que nos aportan sino también en tanto material que es posible transmitir a estudiantes de un primer año en su espíritu de recuperación. Las autoras van a plantear que “indagar en la memoria supone un acto de construcción. Las tradiciones, así como el sentido que ellas conforman en el transcurso del tiempo, involucra una serie de sobredeterminaciones epistemológicas, conceptuales, contextuales y ético- políticas. Hobsbawn, planteará que no existe ejercicio más enriquecedor de futuro que la reinvención crítica de las tradiciones y Habermas nos colocará en camino al sostener que “si bien no podemos elegir nuestras tradiciones… tenemos no sólo el derecho sino el deber de construir críticamente, el cómo deseamos proseguirlas”. (2004, p. 8).
Teniendo en cuenta ello y centradas en su país Chile, pero que muy bien posible de extrapolar su análisis volvemos a rescatar de este trabajo algunas líneas interpretativas que nos permiten anclar la significatividad de trabajar la configuración disciplinar en clave histórica en un primer año, en tanto el planteo de que “lo más lejano puede tornarse lo más próximo”. Ese pasado visto como “el arco de una construcción inter subjetiva que precisa ser elaborada dialógicamente para que adquiera sentido, solo una historia resumidamente interpretativa es viviente “En la historia vivida, “recordar el pasado es iluminar de otro modo el proyecto de futuro. Para enfrentar el porvenir hay que provenir”.
Un segundo eje el trabajo de los clásicos en términos de la lectura en un aquí y ahora comporta un efecto de lo inagotable y un número incontable de relecturas descubridoras. Retomando a Italo Calvino (1993) en “Por qué leer los clásicos”, permite pensar que la “la relectura es descubrimiento y el clásico produce la impresión de la juventud en obra, de lo “recién hecho”. En este sentido llama clásicos a aquellos libros- podemos decir obras, documentos, etc.- en los cuales su lectura despierta un interés particular en el lector, quien descubre una riqueza particular, sobre todo aquellos que los leen por primera vez. Así los clásicos parecieran ejercer influencia en tanto se vuelven importantes, inolvidables y operan por tanto en la memoria.
Por último, en el marco de la recuperación de lo regional, en tanto poder abordar y analizar a la luz de los acontecimientos a nivel nacional, la configuración de lo social en la región que otorgaron las condiciones de posibilidad para que el Trabajo Social emergiera. Aquí retomamos trabajos productos de investigaciones, de tesis de postgrado que aportan a la reconstrucción de esta parte de la historia de la cual formamos parte del presente. Pero además estamos como equipo de cátedra y alentadas desde el espacio intercátedra de la región de iniciar nuestro propio proceso de investigación alrededor de temas que nos están interpelando de esta historia regional.
Nos animamos a revisitar la historia y sin dudas creemos que ese es el gran desafío que por ahí debemos transitar, hay tanta historia contada y narrada sin hechos, hay tanto relato sin verdaderos protagonistas que queremos transmitir en los espacios de formación y de ejercicio profesional y como la historia es la escena, somos pasado, presente y futuro. la identidad del trabajo social se construye, se define por múltiples dimensiones históricas, políticas, sociales, culturales, económicas y es fundamental que podamos transmitir esto a nuestros estudiantes, la historia como propio proceso histórico de construcción del proceso de enseñanza y aprendizaje, la historia guiada por intereses, interrogantes, apuestas, inquietudes de aquello que se genera en el contexto áulico. Aquí las perspectivas críticas, los enfoques decoloniales se constituyen en posibilidad, puente, nuevos lentes para mirar los mismos hechos con ojos más justos y mayor claridad en las miradas.
En este sentido nos parece interesante incorporar la idea de la construcción de la historia pensando en planteo de Chimamanda Ngozi Adichie, escritora, novelista y dramaturga feminista nigeriana, cuando habla acerca del peligro de una sola historia, y necesariamente atada a la idea de poder. En este sentido la autora plantea que:
Es imposible hablar sobre la historia única sin hablar del poder. Hay una palabra del idioma igbo, que recuerdo cada vez que pienso sobre las estructuras de poder en el mundo y es "nkali", es un sustantivo cuya traducción es "ser más grande que el otro". Al igual que nuestros mundos económicos y políticos, las historias también se definen por el principio de nkali. Cómo se cuentan, quién las cuenta cuándo se cuentan, cuántas historias son contadas en verdad depende del poder. El poder es la capacidad no sólo de contar la historia del otro, sino de hacer que esa sea la historia definitiva. El poeta palestino Mourid Barghouti escribió que si se pretende despojar a un pueblo la forma más simple es contar su historia y comenzar con "en segundo lugar". Si comenzamos la historia con las flechas de los pueblos nativos americanos, y no con la llegada de los ingleses, tendremos una historia totalmente diferente. Si comenzamos la historia con el fracaso del estado africano, y no con la creación colonial del estado africano, tendremos una historia completamente diferente. (Adichie. 2020, p. 8)
Podemos traer a escena algunas ideas de la autora en su trabajo “Todos deberíamos ser feministas” (Adichie,2012) en el cual Chimamanda comparte reflexiones en torno a qué nos pasa en el mundo por el hecho de ser mujer y allí el sentido y la importancia de la cultura en tanto su meta es asegurar la preservación y la continuidad de un pueblo, y es contundente al afirmar que la cultura no hace a la gente, sino que la gente hace la cultura. En este sentido, autoras como Chimamanda se constituyen en manto de esperanza y fuerza de acción para creer y construir una sociedad de iguales en la que las historias no sean hegemonizadas -protagonizadas por los varones, blancos, y de clase alta. Es decir, si miramos a nuestro alrededor en términos de construcción y deconstrucción de la historia de la humanidad, las condiciones de posibilidad son óptimas y nos convocan a seguir pensando en otros modos posibles de aprender y enseñar la historia de nuestra profesión.
4. Hacer pie en el caso argentino
Como tercer punto, y centradas en el proceso particular de Argentina y con la intención de provocar encuentros y desencuentros y quizás alguna discusión, proponemos una periodización de la configuración disciplinar a partir de “núcleos significativos” necesarios de problematizar. y que se anudan en esa idea también de continuidades y rupturas en relación a matrices de intervención en lo social. Al decir periodización destacamos qué si bien hay una relación del tiempo cronológico como marco temporal necesario para marcar inicios e hitos fundamentales, así también en esta periodización se intenta conjugar elementos de las dimensiones de la realidad que permitan plantear y comprender relaciones, articulaciones, condicionamientos y hasta determinaciones entre los acontecimientos.
La propuesta de la asignatura recorre como parte de la Unidad 2 del programa el surgimiento de la profesión en Europa, EEUU y posteriormente Latinoamérica, a fines de siglo -S XIX y XX-, destacando los principales rasgos, según momentos históricos. Analizando los procesos que posibilitaron la emergencia del Trabajo Social y las condiciones en que se conjuga la articulación Estado-Sociedad-Cuestión Social. Para luego centrarse en la Unidad 3 en el siglo XX en la Argentina. Así nos detenemos en distintos momentos históricos tomando algunos hitos centrales que, a modo de condiciones de posibilidad, destacan continuidades y rupturas en la profesionalización del Trabajo Social en la Argentina desde la creación de la primera escuela en 1930 intentando el desarrollo de algunos trazos del Trabajo Social en la contemporaneidad.
En esta idea de construcción en clave histórica y apelando a desentrañar las matrices teóricas que participan de su configuración disciplinar la pregunta recurrente es si ¿Somos honestos intelectualmente con nuestros estudiantes? Cómo equipo de cátedra solemos detenernos a menudo a discutir aspectos que constituyen la didáctica docente, el arte de enseñar y qué enseñar, en este sentido entendemos que presentarnos ante nuestros estudiantes exige en primer lugar reconocer que pienso, con qué acuerdo, en que línea de pensamiento me inscribo y se inscribe la cátedra. En esta línea presentar las alternativas y sin dudas cuales son los fundamentos de nuestra propuesta como equipo de cátedra constituye la puerta de ingreso.
En el convencimiento que la construcción histórica es un día a día en las aulas, y la necesidad de conocer la historia del Trabajo Social es porque sin lugar a dudas somos pasado, presente y futuro. La identidad del Trabajo Social se va definiendo en múltiples dimensiones históricas, políticas, sociales, culturales y económicas. y aquí cobra relevancia ese hacer saber que hay diferentes modos de contar la historia, diferentes perspectivas y la perspectiva en la que nos inscribimos y proponemos desde una mirada crítica y compleja.
Por ello es importante recuperar también aspectos de la historia narrada y estudiada, hecho cuerpo en planes de estudio como esa mirada positivista clásica y evolucionista. Es así que intentamos hacer dialogar algunos autores a modo de comprender expresiones de época que nos permitan comprender trazos de la historia del Trabajo Social. Así llegamos a debatir también alcances y límites en esta historia enseñada, ¿desde dónde? ¿cuándo? ¿cómo? ¿hasta cuándo?
Y en este sentido recuperar el anclaje territorial regional con la lupa de nuestra provincia con la creación de la primera escuela tema que se comenzó profundizar con tesis de maestría de colega, pero que deja algunas aristas a modo de intersticios necesarios de ser explorados.
5. Un cierre a modo de apertura
En este recorrido realizado y a modo de aquello que muchas veces aparece como conclusión, necesariamente realizamos un cierre a modo de apertura. Recuperando en esa palabra concluir en el prefijo “con”, en la idea de convergencia, reunión, aquello que de común podemos encontrar en estas búsquedas. De esta manera creemos que este cierre tiene que ver con estas búsquedas, reflexiones y construcciones colectivas.
En este sentido estamos en un proceso de esbozar en ideas primigenias algunas líneas orientativas a modo de procesos investigativos locales que retroalimentan las instancias de formación desde premisas como:
la problematización como guía de todo proceso de conocimiento y de investigación: en este sentido tomamos las líneas de Pilar Britos (1997) en cuanto la propuesta de problematización como lugar complejo de interrogación y crítica para identificar en el dinamismo del conocimiento social una instancia de cuestionamiento de los saberes vigentes, una marca de discontinuidad respecto de la visión / comprensión de la realidad que hasta el presente se tenía como válida. En este sentido Britos destaca por un lado la perspectiva dialéctica a partir de la cual se alude a la práctica reflexiva que permite a un sujeto volver sobre lo sabido, hacer visibles los parámetros que lo sostienen y elaborar un pensamiento capaz de superar sus límites. Se trata básicamente del movimiento crítico de una racionalidad epistémica que, vinculando teoría y praxis social, hace valer una exigencia de objetividad que abre lo que hasta ahora era determinado como ‘real’ hacia lo ‘real-posible’. En este sentido, problematizar es pensar las determinaciones conceptuales que la razón científica ha podido construir dando cuenta de su carácter determinado y retrabajarlas desde el horizonte de posibilidades de una racionalidad histórica. Y, por otra parte, desde una perspectiva de-constructiva o genealógica, la noción de problematización se sitúa en una instancia crítica que no se resuelve como superación de los límites de lo dado / lo sabido sino más bien como remisión de estos ordenamientos a la trama de sus condiciones de formación. El recorrido de los ‘orígenes bajos’ de las prácticas discursivas tiene como consecuencia la desnaturalización de los problemas y objetos de conocimiento de estos ‘discursos serios’. Mediante el término ‘problematización’ se señalan las preocupaciones históricas que generan determinados regímenes de saberes, se comprenden sus opciones teóricas en términos estratégicos y se abre la posibilidad de pensar otros juegos de interrogaciones.
la concepción de historia desde la comprensión de los procesos socio históricos amplios y su complejidad, evitando miradas lineales, endogenistas, evolucionistas y por lo tanto reduccionistas y naturales de la realidad. Aquí cobra relevancia la idea de condiciones de posibilidad, en tanto el presente no es solo lo contemporáneo, sino que es una sedimentación de distintos procesos, de distintos niveles que a su vez tienen distintos impacto o incidencia en el aquí y ahora. Por ello, y en este sentido, es importante hablar de “condiciones de posibilidad”, intentado capturar la multiplicidad de dimensiones presentes y sus vínculos en la construcción disciplinar y apartándose problemáticamente de la idea de contexto como muchas veces y comúnmente nos referimos, pero que nos sitúa en una connotación de exterioridad o de objetivización como si fuese una cosa externa que sucede alrededor del fenómeno que está dominando como si fuese un simple escenario. Entonces un poco la idea de esta cátedra ir a buscar las condiciones de posibilidad en las que surge emerge se configura el trabajo Social en distintos momentos y contextos. En ese sentido una historia del presente no va a buscar una historia secuencial o de una sumatoria de hitos, uno atrás del otro, sino que va a tratar de encontrar momentos puntuales a lo largo de un periodo histórico, pensando en un objeto que está analizando desde su perspectiva presente. En este caso en nuestra profesión, y haciendo un ejercicio de ir para atrás buscando responder ¿por qué esta profesión se constituyó de este modo y no de otro en el caso de nuestro país con estos rasgos, estas características? Responder a estas preguntas implica conocer, estudiar, analizar una historia de rupturas, de avances y retrocesos, repeticiones superaciones y eso es lo que intenta ir buscando una perspectiva de historia del presente.
La comprensión del conflicto como aspecto constitutivo de realidad social y en tanto tal comprender la cuestión social, luchas y proyectos en disputa en un momento determinado. Clave para comprender la realidad social y en ella los proyectos profesionales. Las profesiones y los proyectos societales van de la mano a la luz de la cuestión social, la nueva cuestión social, la cuestión social latente o emergentes de la cuestión social.
Explicitar las distintas matrices y perspectivas teóricas desde las cuales se pretende hacer y enseñar historia sobre el trabajo Social. Susana Cazzaniga (2003) ha explicitado en reiteradas oportunidades las influencias del pensamiento filosófico positivista en tanto ha marcado al Trabajo Social de una racionalidad centrada en el hacer que justamente encubre los principios filosóficos de los que parte lo que hace, y que ello ha llevado a que la propia historia del Trabajo Social sea contada como desacople de las corrientes de pensamiento. Recuperar estas matrices como parte constitutiva de la propia configuración disciplinar, sus incidencias, sus actuales presencias parea reconstruir la mirada crítica sobre ello. Poner en escena la necesidad de transitar los esfuerzos por revisar críticamente nuestra historia es parte de nuestra tarea como docentes
Discutir los aportes de las teorías decoloniales. Hacemos propias las palabras de Paula Meschini y Luis Porta (en Meschini y Hermida, 2017) cuando plantean “se invita a vivir la experiencia de habitar el mundo con los ojos bien abiertos para poder, finalmente habitarlo con todos los sentidos, dejarnos afectar por registros otros que nos permitan poner en tensión lo que, a lo largo del tiempo ha sido la gran narrativa colonial moderna y así poder encontrar la inigualable belleza que significa generar movimientos intrusos a favor de la perspectiva descolonial” (2017:12). Buscar estos “otros” registros que nos permitan inclusive descentralizar la propia historia del Trabajo Social Argentino, en el reconocimiento de que no hay un solo modelo de Trabajo Social. Advertir que el acto inaugural puede ser ese que sucedió en otro contexto y no solo el signado por la fuerte impronta ilustrada del Museo Social Argentino. O en todo caso problematizar los rasgos que se comparten desde nuestra provincia con esos sucesos.
Creemos necesario en este sentido no perder de vista el horizonte de sentido que implica la historia enseñada y enseñar historia en un primer año de las carreras de trabajo social hoy.
Aquí recuperamos el acto pedagógico en el encuentro de enseñar y el desafío en estos últimos años se presenta dentro y fuera de las aulas, el acto educativo se despliega atravesando la vida cotidiana de los sujetos en tanto la circulación de la información, del conocimiento y los diferentes modos de enseñar y aprender (campus, facebook, bibliotecas virtuales, entre otros) nos habilitan a recorrer un particular proceso de construcción del conocimiento donde la singularidad y pluralidad se desdibujan. En este sentido, creemos que debemos aceptar los retos y ensayar-junto con el otro-estrategias didáctico-pedagógicas que nos encuentren y no que nos desencuentren, esto entendiendo que somos nosotros “los docentes”-quienes tenemos la responsabilidad de encontrar los modos con compromiso en la tarea. Es en este sentido que, reconociendo las dificultades que se nos presentan, apostamos a reconstruir procesos con otros a través de la Intercátedra, de encuestas de sondeo de opinión con nuestros estudiantes, de seguimiento personalizado a aquellos que recursan, que no llegan o no pueden cumplir con los tiempos y plazos previstos, pensando y planteando propuestas pedagógicas a partir de comprender que la construcción social del conocimiento es posible solo favoreciendo las condiciones sociales del aprendizaje.
Preguntarnos acerca del lugar desde el cual pretendemos interpelar, reflexionar, construir es clave fundamental como equipo de cátedra de una materia troncal de cursado obligatorio de un primer año. Detenernos a pensar acerca de un aprendizaje situado se transforma en condición para ese encuentro con el otro: estudiante, entendiendo que no se pueden establecer conceptos y reflexiones finitas, sino que el punto de partida en las ciencias sociales siempre es abierto, complejo, dinámico, cambiante.
Retomando las líneas anteriormente planteadas como y desde donde pensamos y partimos es que estamos desplegando una serie de estrategias didáctico-pedagógicas que pretenden fortalecer la gran misión de la Universidad Pública, en palabras de Rinesi (2015) como derecho. En el trabajo con los estudiantes priorizamos partir de cuestiones que los interpelen desde sus vidas cotidianas tratando de ir incorporando a modo de caja de herramientas otros saberes y conocimientos que les permitan tener posiciones fundadas a partir del trabajo riguroso de problematización.
En esta línea de recuperación de la mirada compleja y crítica de Hugo Zemelman (2001) queremos retomar su cierre de su conferencia que nos permite reflexionar acerca del tema en cuestión la historia. “Quisiera concluir con esa vieja advertencia de Braudel, el gran historiador francés, y que siempre habría que recordarla: así como un país no tiene sólo un pasado, tampoco tiene sólo un futuro”.
Referencias Bibliográficas
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