Dossier
Memorias e historia oral: Otredades en Alberdi
Memories and oral history: Otherness in Alberdi
PAPELES del Centro de Investigaciones de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNL
Universidad Nacional del Litoral, Argentina
ISSN: 1853-2845
ISSN-e: 2591-2852
Periodicidad: Semestral
vol. 16, núm. 27, Esp., e0023, 2023
Recepción: 22 Junio 2023
Aprobación: 01 Septiembre 2023
Resumen: El presente es un trabajo producto de la línea de investigación que desde el año 2004 se desarrolla como equipo de investigación, donde hemos estudiado la constitución del campo profesional en diversos momentos históricos del Trabajo Social. En el marco del actual proyecto de investigación “Memorias Colectivas: lugares de la memoria y conmemoraciones en espacios territoriales de la ciudad de Córdoba”, hemos abordado desde la historia oral la reconstrucción de la memoria colectiva de diversos territorios de la ciudad de Córdoba, esta ponencia pone la mirada en el barrio de Alberdi, cuna de diversos hitos históricos de nuestra historia contemporánea: Reforma del 18, Cordobazo, pero hay otra historia, la historia de sus primeros pobladores, los pueblo aborígenes. En este escrito nos proponemos analizar esas “otras voces”.
Palabras clave: memorias, historia oral, pueblos originarios, territorios, Trabajo Social.
Abstract: This is a work product of the line of research that since 2004 has been develops as a research team, where we have studied the constitution of the field professional in various historical moments of Social Work. Within the framework of the current research project "Collective Memories: places of memory and commemorations in territorial spaces of the city of Córdoba”, we have addressed from oral history the reconstruction of the collective memory of various territories of the city of Córdoba, this presentation focuses on the Alberdi neighborhood, the cradle of various historical milestones of our contemporary history: Reform of 18, Cordobazo, but there are another story, the story of its first settlers, the aboriginal people. at this writing we intend to analyze these “other voices”.
Keywords: memories, oral history, native peoples, territories, Social Work.
1. Introducción
Siguiendo la línea de investigación sobre la historia del Trabajo Social que este equipo desarrolla desde el año 2004, nos propusimos en el marco del proyecto de investigación “Memorias Colectivas: lugares de la memoria y conmemoraciones en espacios territoriales de la ciudad de Córdoba” [1] seguir profundizando en la dirección de nuestras producciones previas, orientadas a reconstruir la conformación del campo profesional del Trabajo Social en la provincia de Córdoba, desde la historia oral en torno a la reconstrucción de la memoria colectiva de espacios territoriales de la ciudad, haciendo foco en ésta oportunidad en los lugares de la memoria y las conmemoraciones.
Así, nos dimos la tarea de reconstruir la historia de la presencia del Estado y de otros actores sociales en los procesos de resolución de problemas sociales de diferentes barrios de la Ciudad de Córdoba, uno de ellos Alberdi, desde producciones de historia oral de estudiantes del período 2009/2014, enriquecidas con fuentes complementarias e insumos de investigaciones previas. La reconstrucción de los relatos sobre las historias de dichos espacios territoriales (en tanto estructuras, espacios sociales y aspectos identitarios), resultaron de utilidad no solo para la comunidad académica, sino también para la recuperación y revalorización de las memorias e identidades barriales.
En este escrito pretendemos exponer de manera preliminar, algunos hallazgos y reflexiones realizadas desde el presente proyecto de investigación, centrado en el eje de las otredades, recuperando las memorias desde la historia oral de los pueblos originarios que se encuentran y tejen con otras memorias en un entramado singular en barrio Alberdi.[2]
2. Aproximaciones teóricas
Nuestro proceso de investigación ha ido profundizando y apropiándose de diversas categorías que conforman una matriz de conceptos relevantes sobre memoria colectiva en espacios territoriales urbanos, enfatizando sobre lugares de la memoria y conmemoraciones. Recuperamos la categoría de memoria, como concepto teórico y como categoría metodológica.
La categoría “memoria”, como herramienta conceptual, guía la reconstrucción e interpretación de un pasado compartido desde el momento actual. Sostenemos con Maurice Halbwachs que (...) “cada memoria individual es un punto de vista sobre la memoria colectiva, que este punto cambia según el lugar que ocupa en ella y que este mismo lugar cambia según las relaciones que mantengo con otros entornos” (2004, p.36). Las personas recordamos desde un marco social que da sentido a los recuerdos evocados, se rememora desde marcos de la memoria colectiva que tienen representaciones sobre la sociedad, necesidades, valores, visiones del mundo.
Así, en el proceso de reconstrucción del pasado a partir de fuentes orales, los recuerdos y relatos de los sujetos sacan a la luz la/as memoria/as individuales y reflejan la construcción colectiva de un pasado compartido. Por ello, la historia oral y la tradición oral sirven de fundamento para reescribir la historia, pero también para combatir las injusticias del pasado. Siendo a su vez una opción política e ideológica, en tanto, “la historia oral latinoamericana, al dedicarse principalmente a la historia de los sectores subalternos, a la de aquellos que han dejado poco rastro en los documentos escritos, necesariamente es una historia ‘politizada’” (Pozzi; 2013, p. 10).
Recuperar el concepto de memoria como categoría teórica y metodológica nos conduce a reconocer como otra categoría central para el análisis el concepto de decolonialidad; categoría que nos permite romper con las miradas antropocéntricas desde donde se concibieron las ciencias, principalmente las ciencias sociales. Posibilitando mirar con otros lentes; la historia, los discursos y las memorias, descubriendo y re analizando hechos invisibilizados por el pensamiento hegemónico occidental.
Para entender lo Decolonial tenemos que definir a lo colonial:
La colonización es un proceso por el cual un pueblo impone a otro u otros pueblos su modelo civilizatorio, que incluye cultura, idioma, religión, instituciones sociales, forma de gobierno y organización social, entre otros aspectos. El resultado de este proceso es la formación de colonias que dependen de los pueblos colonizadores transformados en metrópolis. Por su parte, el colonialismo es la ideología que se construye con el fin de justificar los procesos colonizadores. Estos procesos colonizadores extienden a otros pueblos la forma de vida, los patrones culturales y los rasgos civilizatorios del colonizador. (Martínez y Agüero, 2017, p.104)
Lo decolonial, por el contrario;
(...) es esa energía que puja por abrirse camino, es la persistencia testaruda de los saberes ancentrales. Es la constatación de que incluso en las metrópolis diversos sujetos individuales y colectivos pudieron dar vida a críticas y propuestas que interpelaron las lógicas de la modernidad colonial. Es desprendimiento del círculo ciego de preguntas y respuestas del pensamiento moderno colonial positivista. (Hermida y Meschini, 2017, p. 30)
Elizabeth Jelin y Michael Pollak nos recuerdan que,
hay momentos o coyunturas de activación de ciertas memorias, y otros de silencios o aun de olvidos. Hay también otras claves de activación de las memorias, ya sean de carácter expresivo o performativo, y donde los rituales y lo mítico ocupan un lugar privilegiado. (Jelin E. , 2001: 18)
Esto implica que las memorias no son planas, que hay una sedimentación entre recuerdo y olvido que no es estable y se reescribe según las circunstancias activadoras de la producción de memoria. En últimas, significa que las memorias se encuentran en disputa construyéndose unas en relación con otras mediante el conflicto social (Pollak, 2006).
Agudizando la mirada en las conmemoraciones, las entendemos como una forma de ritualidad social, donde los grupos sociales hacen visibles sus memorias poniéndolas en escena, al mismo tiempo el acto simbólico reafirma y delimita el sentido de lo recordable. Las conmemoraciones y sus rituales se desarrollan en espacios concretos que, al ser utilizados para recordar, se constituyen en lugares de memoria. Para Nora los lugares de la memoria son espacios, materiales o no, donde la memoria se desarrolla como proceso, “los lugares de la memoria no son aquellos que recordamos, sino donde la memoria trabaja” (Nora, 2008, p. 17), son lo que permiten que las personas y grupos que hacen memoria reconozcan sus recuerdos en esos lugares.
Los procesos de construcción de la memoria, realizan una selección y exclusión de lo que corresponde ser narrado. En ese proceso de selectividad y exclusión se le otorgan ciertos sentidos y usos a las narrativas de la memoria, ocupando un lugar central los silencios y olvidos; olvidos, que por el propio proceso histórico son borrados o que, por voluntad y accionar activo, deciden ser borrados (Jelin, 2001).
Estos procesos de luchas y disputas, se configuran en los territorios, entendiendo a los mismos como un espacio geográfico, demográfico, cultural, histórico, social y político que se compone de heterogeneidades en su interior y se constituye como espacio de tensión y conflictos; y como espacio de vecindad, construcción de redes, cooperación y solidaridad (Aquín y Acevedo, 2000). Y es entendido desde tres dimensiones: como espacio social, como estructura y desde la identidad.
3. Memorias y conmemoraciones del pueblo kamechingon
El espacio territorial que desde fines del siglo XIX fue nominado como barrio Alberdi de la Ciudad de Córdoba, estuvo habitado por el pueblo originario Kamechingon. Fue en el marco de la instauración de la sociedad capitalista y del Estado nación en Argentina, asentados en un ideario positivista, que se impulsaron diversas acciones tendientes a la construcción de un sujeto homogéneo a nivel nacional, impulsando acciones[3] que pretendían el aniquilamiento de los pueblos originarios. En medio de la construcción y consolidación del Estado Nación, se proponía modernidad, ciudadanía, pero con dominación de raza y sesgos colonialistas. Estos procesos se replicaron en cada territorio, así los primeros pobladores de barrio Alberdi fueron despojados de sus tierras y segregados, invisibilizados, perseguidos y obligados a trabajar en la toma de agua que se ubicaba en dicho espacio. Desde las ideas de superioridad de la raza y la mercantilización de la fuerza de trabajo en todas sus formas, se avalaron genocidios y ecocidios, como los que se sucedieron en América Latina a partir de 1492.
Desde los inicios del colonialismo, los pueblos originarios, han luchado en los territorios en torno a diferentes problemas sociales: el hábitat, la tierra, la lucha por sobrevivir, por no extinguirse, la identidad. Frente a esas luchas, el Estado, como principal actor regulador de la cuestión social, ha dado respuestas del orden represivo, normalizador; aplicando políticas públicas centradas en procesos de aculturación, rechazo a los pueblos originarios y desplazamiento. No obstante, fue a partir de los 90´que se ha asistido a un tiempo donde comienzan a dar sus primeros pasos procesos de mayor visibilización y búsqueda de reconocimiento de los primeros pobladores del barrio (comechingones).
Entre otros aspectos novedosos del escenario inaugurado tras la Reforma constitucional de 1994 y las sanciones jurídicas de ella derivadas, colectivos sociales autoadscriptos como pertenecientes a pueblos indígenas decretados extintos en la historia dominante cobran inusitada visibilidad pública haciendo estallar la cartografía argentina de alteridad ( Fredianelli G., Grasso M. 2018).
En la provincia de Córdoba se ha propagado la imagen de extinción de los principales pueblos indígenas nativos: los Comechingones. Las políticas de invisibilización acopladas con prácticas de legitimación del Estado Nación contribuyeron a la difusión de este imaginario durante los siglos XIX y XX. No ha sido una política ingenua el desconocimiento del pueblo Comechingon, en tanto el no reconocimiento impide la legitimación de su territorio. Hasta entrado el siglo XXI, historiadores como Bustos Argarañaz (2007), sostienen entre otros argumentos que “No hay ninguna constancia documental de que en lo que hoy es barrio Alberdi hubiera un pueblo de indios a la fecha de la fundación de Córdoba”.
Estos argumentos tuvieron implicancias, como sostiene quien fuera director del Instituto de Cultura Aborigen:
(…) Entonces las autoridades de Córdoba hasta el siglo XXI insistieron y hasta el cansancio que el Pueblo de la Toma era de origen calchaquí, porque lo dicen los juicios del archivo histórico de la provincia … claro que lo dicen los juicios pero hay una avivada dentro de ese señalamiento, porque si el Pueblo de la Toma es Calchaqui, el Pueblo de la Toma no es dueño de este territorio por que los Calchaquies llegaron en 1670 pero Jerónimo Luis de Cabrera llegó en 1573 entonces Jerónimo Luis llego antes y por lo tanto es el dueño del lugar. Una perfecta avivada para robarle tierras(…) (Horacio Saravia, entrevista realizado por estudiantes de la licenciatura en Trabajo Social.,UNC, 2014)
De este modo no solo se invisibilizaba el origen del territorio como comechingón, sino al sostener la perspectiva que eran habitantes posteriores a la Fundación de Córdoba, se negaba el derecho al reconocimiento especialmente del territorio del cual eran originarios.
De todos modos, el pueblo comechingón fue estableciendo una lucha conjunta con otros pueblos originarios, y en la búsqueda de reconocimiento de su pueblo recuperaron espacios desde las conmemoraciones que los identifican como pueblo.
En el proceso de investigación participamos como observadores participantes de diferentes conmemoraciones, que permiten reconstruir las memorias enraizadas, inscriptas que se recrean a partir de la celebración de la Pachamama, del último día de libertad de los pueblos originarios, el Inti Raymi y de la reafirmación de la identidad comechingona.
La celebración de la Pachamama, es realizada desde hace 25 años cada primero de agosto por el Instituto de Culturas Aborígenes de barrio Alberdi, para celebrar a la madre tierra. En esta conmemoración se agradece, bendice y se pide por los frutos que la tierra nos da, entregando ofrendas que son productos de la tierra. En la celebración el Curaca expresa:
En la celebración de la Pachamama se recupera un ritual de los pueblos originarios, primeros pobladores de barrio Alberdi. Es un ícono que simboliza la recuperación, defensa y revalorización de los saberes nativos, que permite conocer y comprender el vínculo entre los pueblos originarios y la tierra, como también reactualiza el debate sobre el cuidado medioambiental, visibilizando las formas en que es posible crear y generar espacios de respeto a la tierra y sus frutos. Presentando otra mirada del espacio y del territorio que se habita, expresada en la cosmovisión de los pueblos originarios. (Notas de campo, 2019)
En la Ceremonia de Reafirmación de la identidad comenchingona-comunidad Pueblo La Toma, se plasma de forma precisa el sojuzgamiento el poder ideológico monoteísta, cultural y racial del diferente. La celebración se realiza el día 5 de julio un día antes de la fundación de la Ciudad de Córdoba, que marca el inicio del proceso de desalojo y persecución a la comunidad Comechingona. Realizar esta conmemoración, es parte de asumir un proceso decolonial, que pone en tensión y se resiste desde la lucha activa en la reconstrucción de lugares de la memoria a la conquista, así las memorias colectivas interpelan las historias silenciadas.
Con la Ceremonia del Inti Raymi, los Pueblos Originarios celebran la importancia que tiene el sol en la vida de todo ser vivo. Como expresa un integrante de la comunidad de Pueblo La Toma en esta celebración “(...) el Inti Raymi sin perder su colorido, se transforma en un hito más de la resistencia indígena (...)” (Nota de campo, 2020).
En la Conmemoración del “Último día de Libertad de los Pueblos Originarios”, que se realiza cada 11 de octubre un día antes del inicio de la conquista en el territorio de nuestra América. Referentes de la comunidad comechingona y de otros pueblos originarios expresaban:
Hoy, hacemos nuestro Contrafestejo diciendo que hoy es el último día de libertad de los pueblos originarios de América. Porque el invasor dijo que ellos venían a conquistar la tierra, porque acá no vivía “nadie” y eso no fue así, vinieron a invadir, a matar, a violar y a destruir las comunidades que existían en estos territorios. (Nota de campo, 2019)
4. Algunas reflexiones
La categoría memoria, en vinculación con la decolonialidad, ponen en tensión la noción de una memoria, como única, unívoca y singular; por el contrario, nos convoca a reconocer las memorias en plural y a colocar el foco no “en la pretensión de verdad”, sino en la tensión permanente que existe en los procesos de construcción, disputa y legitimación de ciertas memorias. En este sentido, las memorias son objeto de luchas, disputas y conflictos en el marco de relaciones de poder de sujetos, situados en un escenario y momento histórico social particular, lo que las hace también posibles de ser transformadas de acuerdo a las relaciones de fuerza que primen en cada territorio. Reconociendo, además, memorias soterradas en los territorios, donde en nuestra América, en general, se han dado condiciones de negación del ser, de las otredades no europeas, de los habitantes originarios, su cultura, costumbres, idioma.
Los diversos registros y análisis nos permiten vislumbrar que el territorio de Alberdi, espacio social de luchas colectivas, actualmente se encuentra en un momento de revalorización de todo lo que la colonización quiso negar/ocultar.
La modernidad produce heridas coloniales, patriarcales (normas y jerarquías que regulen el género y la sexualidad) y racistas (normas y jerarquías que regulen la etnicidad), promueve el entretenimiento banal y narcotiza el pensamiento. Por ello, la tarea del hacer, pensar y estar siendo descolonial es la sanación de la herida y de la viciosa compulsión hacia el “querer tener” desprendernos de las normas y jerarquías modernas es el primer paso hacia el re-hacernos. Aprender a desaprender para re aprender de otra manera, es lo que nos enseñó la filosofía de AmawtayWasi. (Mignolo 2014:7)[4]
Cada una de estas conmemoraciones, permite hacer visibles sus memorias poniéndolas en escena, al mismo tiempo que el acto simbólico reafirma y delimita el sentido de lo recordable, como narrativas que pugnan por legitimar e institucionalizar esas memorias de resistencia-reconocimiento, que son pasado y presente, porque los pueblos originarios enfrentan una situación histórica y política que los expone permanentemente a su extinción. Históricamente el Estado ha construido olvido, silencio y exclusión de las narrativas originarias, primero activamente con políticas de exclusión y aniquilamiento, luego desde la omisión lo que también implicó invisibilización y vulneración. Así, en cada ritual se dirimen procesos de lucha y disputa donde se brega por la legitimación y el reconocimiento de sus memorias, pero también de sus derechos vulnerados como pueblo y como parte del pueblo. Como expresaron en una de las celebraciones “desde la resistencia de todos los que quieran sumarse a esta causa, asumiendo esta espiritualidad es que nuestra lucha se transforma en actualidad y en resistencia” (Notas de campo, 2019).
Referencias
Aquín, N. y Acevedo P. (2000). Desde la comunidad hacia el espacio poblacional. [Ficha de Catedra]. Escuela de Trabajo Social. UNC.
Bustos Argarañaz, P. (2 de octubre de 2007). No eran comechingones. Diario La voz del interior.http://archivo.lavoz.com.ar/nota.asp?nota_id=127814
Fredianelli, G., y Grasso M. (2018). El olvido está lleno de memoria: proceso de lucha e identidad del Pueblito la Toma. [Ponencia] I Congreso Nacional de Ciencias Sociales. UNC.
HALBWACHS, M. (2004). La memoria colectiva. Ed. Prensas Universitarias de Zaragoza. (Edición Original: La mémorie collective. París: Presses Universitaries de France 1963).
Jelin, E. (2001). ¿De qué hablamos cuando hablamos de memoria? Cap. 2. En: Jelin, E. Los trabajos de la memoria, Siglo Veintiuno Editores.
Martínez S. y Agüero J. (2017). El Trabajo Social Emancipador como aporte a los procesos de decolonialidad. En: Meschini, P. y -Hermida, M. E. (comps.) Trabajo Social y Descolonialidad. Epistemologías insurgentes para la intervención en lo social. Editorial EUDEM.
MESCHINI, P. y HERMIDA, M.E. (comps.). (2017). Trabajo Social y Descolonialidad. Epistemologías Insurgentes para la Intervención en lo social. Editorial EUDEM.
Mignolo, W. (2014) Prólogo a Ejercicios Descolonizantes en este sur. Borsani, M.E. (compiladora) Ediciones del signo. Buenos Aires. PDF.
Nora, P. (2008). Entre memoria e historia. La problemática de los lugares, en Pierre Nora en Les lieux de mémoire, Montevideo, Trilce.
POLLAK, M. (2006). Memoria, Olvido, Silencio. La producción social de identidades frente a situaciones límite. (Traducción: Christian Gebauer. Renata Oliveira Rutina. Mariana Tello. Revisión: Ludmila da Silva Catela). Ediciones al Margen.
Pozzi, P. (2013) Los desafíos de la historia oral en América Latina. Historia, Voces y Memoria. Revista del Programa de Historia Oral. (6).
Salvo Collado, M.V. (2015) Es en tiempo de injusticias cuando la gente se junta. Organización y lucha del pueblo diaguita en Salta. En: Vázquez, e. y Álvarez Leguizamón, S. (coords.) Memorias del vino, paisajes de bodegas. Transformaciones sociales en Cafayate. Ediciones Prohistoria.
Notas
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