Artículos de investigación
Recepción: 05/05/2021
Aprobación: 09/03/2022
Resumen: este artículo investigativo pretende celebrar el centenario del nacimiento de Paulo Freire y valorar la vigencia de su legado educativo y político a través de la presentación de algunos problemas sociales de la pandemia de la Covid-19. El diseño metodológico se desarrollará a partir de los siguientes fenómenos sociales, profundizados por el coronavirus: el negacionismo de la pandemia, el individualismo político y la colonización foránea. La tendencia negacionista requiere de una nueva alfabetización que, según Freire (1989), debe ir más allá de lo escolar para comprender e interpretar el mundo actual. La contradicción del individualismo político se esclarecerá con las taxonomías pedagógicas freirianas que buscan superar la división entre opresores y oprimidos en aras de un mundo mejor. Además, la colonización de las grandes potencias, como es el caso de la coyuntura generada por la distribución de las vacunas a los latinoamericanos, requiere de una nueva identidad democrática en la que se incorpore la participación y libertad de decisión.
Palabras clave: Freire, pedagogía, negacionismo, individualismo, colonialismo.
Abstract: this investigative article aims to celebrate the centenary of the birth of Paulo Freire and assess the validity of his educational and political legacy through the presentation of some social problems of the COVID-19 pandemic. The methodological design will be developed from the following social phenomena, deepened by coronavirus: pandemic denial, political individualism, and foreign colonization. The denial trend requires a new literacy that, according to Freire (1989), must go beyond the school to understand and interpret the current world. The contradiction of political individualism will be clarified with the Freirian pedagogical taxonomies that seek to overcome the division between oppressors and oppressed for the sake of a better world. In addition, the colonization of the great powers, as is the case of the situation generated by the distribution of vaccines to Latin Americans, requires a new democratic identity in which participation and freedom of decision are incorporated.
Keywords: Freire, pedagogy, negationism, individualism, colonialism.
Introducción
La pandemia de la COVID-19 se diferencia de las pandemias legendarias de la Peste Negra del siglo XVIII, del cólera del siglo XIX y de la gripe española del siglo XX, entre otras razones, por la participación activa de las tecnologías en la presentación de las estadísticas de contagios y de muertes a nivel global; por el despliegue mediático y acelerado de la información y comunicación de los acontecimientos; y por la cooperación científica transnacional colonial que permitió la oportuna creación de la vacuna. Las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación (NTIC) deslizaron las tradicionales actividades presenciales hacia las nuevas actividades virtuales, por medio de las plataformas contenidas en los dispositivos tecnológicos. Los medios de comunicación y las redes sociales se encargaron de informar, desinformar y distorsionar los sucesos de la pandemia a nivel global y, con ello, profundizaron la modalidad de las noticias falsas. A su vez, la cooperación colonial de las grandes potencias con los laboratorios de alta tecnología condujo a la investigación y producción de la vacuna, así como a su distribución, en tiempo récord, a todo el orbe para controlar el virus.
En este ambiente de pandemia se acentuaron los fenómenos sociales del negacionismo político, el individualismo político y el colonialismo foráneo. Las nociones del negacionismo, las noticias falsas y la posverdad en las poblaciones son muestra de que la auténtica verdad incomoda, ya que dinamiza intereses políticos, económicos y sociales. En este contexto, los dispositivos tecnológicos movilizan una política individualizante y acomodaticia que promueve el desconocimiento, la indiferencia y la polarización en los ámbitos locales y globales. A su vez, en la pandemia las grandes potencias que a discreción negociaron con los países latinoamericanos las patentes y distribución de los biológicos, presentaron a los laboratorios científicos como el símbolo colonizador de salvación.
El filósofo y pedagogo brasileño Paulo Freire (1921–1997) nació en el período de la gripe española. Su trabajo educativo y político lo realizó en los contextos de pobreza de las favelas durante la dictadura brasileña de los sesenta y en la proscripción con intelectuales en toda América Latina. De tal manera, la investigación freiriana se desarrolló con la sistematización de las violaciones permanentes a los Derechos Humanos (DD.HH.) de la población civil —mediante la tortura física, psicológica y moral— por parte de las fuerzas militares brasileñas, las cuales instauraron la dialéctica del miedo y la desesperanza. Además, la educación acrítica impartida durante esta época tenía como propósito el adoctrinamiento social; la obediencia y la docilidad a la autoridad establecida; y la naturalización del poder hegemónico con base en el argumento de la seguridad nacional.
Las obras de Paulo Freire que han perdurado hasta nuestros días son consideradas una denuncia de la desigualdad, la injusticia y la marginalidad ocasionadas por los poderosos protagonistas de la política, la economía y la sociedad latinoamericana. Los escritos de este autor se encuentran correlacionados en tres ejes temáticos: los correspondientes a la importancia de la enseñanza, el aprendizaje de la lectura y de la escritura como senderos de la alfabetización política; los textos sobre la taxonomía o variantes pedagógicas, cuyas didácticas buscan concienciar dialécticamente a las personas sobre la condición de opresión, con el fin de que puedan dar el paso decisivo hacia la libertad; y, finalmente, los ejemplares que presentan recomendaciones y reflexiones para los maestros que se quieran comprometer, auténticamente, con una educación popular, crítica, emancipadora y constructiva.
Este artículo proviene del proyecto de investigación Estructura y dinámicas del acompañamiento tutorial en la formación doctoral, el cual ha sido financiado por la Universidad de la Salle (Bogotá, Colombia). El propósito de este trabajo es postular una respuesta a la pregunta: ¿qué vigencia tiene el legado freiriano en los problemas sociales surgidos por el coronavirus en América Latina? La estrategia metodológica se desprende de los problemas sociales devenidos de la pandemia, los cuales se correlacionan con algunas tesis reflexivas presentadas en las obras de Paulo Freire, entre ellas se encuentran: el negacionismo mediático requiere una nueva alfabetización que vaya más allá de la lectura de las palabras; el individualismo político necesita de unas pedagogías especializadas para volver la mirada hacia una colectividad política de seres oprimidos en búsqueda de libertad; el colonialismo foráneo debe promover una identidad y un empoderamiento de valores para construir un mismo sentir de nación y de región.
El legado freiriano frente al coronavirus
En los últimos años, la humanidad ha transitado por un estado de pandemia, confinamiento y vacunación a causa de la COVID-19. Paradójicamente, desde el nuevo orden de la multipolaridad internacional, se ha incorporado un proceso acelerado de fenómenos sociales como es el caso del negacionismo mediático, el individualismo político y el colonialismo foráneo. A continuación, se desarrollarán las siguientes temáticas: la incomodidad por la verdad objetiva, la tendencia de la individualidad política y el oportunismo colonial foráneo.
La incomodidad por la verdad objetiva
En el transcurso del siglo XXI se ha presentado cierta molestia e incomodidad por la verdad objetiva, por lo que se le abre paso a la verdad vedada por lo emocional. En este sentido, no se concibe la verdad desde la evidencia empírica, sino desde la evidencia de la sensibilidad particular. De ahí que se manifiesten fenómenos sociales comunicativos como las noticias falsas, el negacionismo y la posverdad. En esta medida, el propósito de las noticias falsas está en desinformar para manipular la opinión y las decisiones de las personas con el fin de obtener beneficios económicos, entre otros (Alaudete, 2019). El objetivo del negacionismo está en difundir posiciones que son o no argumentadas para alinear o alterar el orden social en favor de quienes detentan el poder y, así, mantener el confort y el statu quo (Mancisidor de la Fuente, 2019). Las noticias falsas causan confusiones para proteger intereses políticos, erigir especulaciones económicas e implantar fobias y filias en las poblaciones objetivo. El desarrollo de una aparente verdad o posverdad tiene la intencionalidad de distorsionar o crear realidades para modelar creencias particulares e incorporarlas en el imaginario social (Bermúdez y Ballesteros, 2019).
En la actualidad, el legado freiriano criticaría a los mass media y a las redes sociales digitales porque abandonaron su función de medios para ser fines que alteran la verdad objetiva en servicio de ciertos intereses políticos, económicos y sociales, es decir, sirven para encarrilar a las masas poblacionales hacia el puerto que desean las clases dominantes. En palabras de Paulo Freire (2003a y 2003b), los medios de comunicación reproducen la dialéctica de los opresores al manipular los mensajes y fabricar noticias para mantener desinformadas y entretenidas a las bases oprimidas.
En estos tiempos de pandemia, la humanidad ha experimentado acontecimientos de humanización solidaria e, igualmente, procesos de deshumanización a causa de la violencia. Es por esto que la sociedad requiere de un nuevo proyecto de alfabetización que implique ir más allá de la lectura y escritura sígnica, comprensiva e interpretativa del mundo. En otras palabras, una propuesta que se oriente hacia una lectura de concienciación sobre las nuevas prácticas de los poderosos que no permiten la emancipación de los marginados (Freire y Macedo, 1989; Freire, 2017; Freire, 2018).
La dialéctica de la creación, reproducción y relación hegemónica entre las clases dominantes, con relación a las clases sometidas, provienen del control del sistema educativo, de las instituciones religiosas y los medios de comunicación. El problema está en ver el camino de empoderar las clases dominadas con respecto a las clases dominantes, de ahí que el sendero está en la alfabetización freiriana que proviene de la tradición gramsciana y de la dialéctica crítica que diferencian las condiciones del opresor y las del oprimido en aras de promover en los individuos de una comunidad la reapropiación de la identidad lingüística, cultural e histórica (Freire y Macedo, 1989). La espiritualidad racional y crítica freiriana de concienciación sobre la situación de los oprimidos abre las puertas para la construcción de posibilidades que permitan comprender y transformar la realidad (Freire y Macedo, 1989; Freire, 2008). La lectura y la escritura son dispositivos cognitivos en los que se asocian los procesos de percepción, interpretación y reescrituración de las nuevas realidades. Estas dinámicas han llevado a diálogos que sintetizan las relaciones existentes entre el conocimiento para la transformación de los individuos y el conocimiento para la transformación de las sociedades (Freire y Macedo, 1989).
La enseñanza y el aprendizaje de la lectura y la escritura no son manipulaciones mecánicas de palabras, sino una correlación entre la palabra y el mundo viviente, la cual constituye una axiología orientada hacia la promoción de valores éticos, estéticos y políticos en los marginados y desplazados (Freire, 2018). Cuando los estudiantes leen y escriben realizan un proceso de excavación sobre las vivencias personales encaminadas a transformar las realidades de los demás para promover la vocación social y comunitaria (Freire y Macedo, 1989). Es por esto que el asunto de la verdad objetiva, desde la óptica de la lectura y la escritura, tiene que salir del ambiente escolar y académico para ir hacia una lectura y una escritura crítica que permitan identificar las ideologías y políticas hegemónicas, las economías empobrecedoras y las tecnologías reduccionistas que alienan y marginan los pueblos.
En síntesis, la búsqueda del esclarecimiento de la auténtica verdad requiere de una realfabetización con las siguientes condiciones: primera, separar el ropaje emocional que distorsiona la información para hallar la verdad; segunda, identificar los intereses políticos, económicos y sociales en la información, los cuales están simulados para los menos favorecidos, pero favorecen a las clases dominantes; tercera, inspeccionar las realidades que distorsionan y construyen las clases dominantes con el fin de preservar el poder político y económico a costa de las clases dominadas y marginadas; cuarta, concienciar que los mass media y los contenidos digitales dejan de ser medios para ser fines al ser manipulados por los intereses de los grandes emporios industriales, comerciales, bancarios, etc.; quinta, enseñar a leer y escribir a los estudiantes sobre la existencia de la opresión, la marginalidad y la pobreza en sus diferentes manifestaciones.
La individualidad política
La enfermedad del coronavirus ha responsabilizado a los gobernantes del manejo equilibrado de la demanda continua en los servicios de salubridad y de la gestión económica para mantener a flote todos los sectores productivos. Las demandas de salubridad han exigido el equipamiento de hospitales con unidades de cuidados intensivos y con tanques de oxígeno, además de las vacunas necesarias para los pacientes. A su vez, los sucesivos confinamientos han quebrado empresas y negocios, lo cual ha generado el aumento del desempleo, el encarecimiento del crédito, la evasión del recaudo fiscal, la obstaculización de las ayudas estatales y el recrudecimiento del hambre en la región.
Esta situación pandémica, sin precedentes en la historia reciente de la humanidad, se ha subestimado porque se consideraba que su duración sería manejable, pero los acontecimientos sugieren que esta permanecerá por un tiempo indefinido. Aunque la pandemia tuvo consecuencias en todo el orbe, los efectos han sido diferenciados en las poblaciones y las dividen entre las que pueden permanecer en casa y las que tienen que salir de ella para buscar el sustento. No obstante, se ha modelado una individualidad política generalizada que se caracteriza por la indiferencia, el desconocimiento y el escepticismo activo de no creer en las voces autorizadas, sino en las espontáneas del mundo de la farándula. Se cree en las redes sociales y en los medios de comunicación, pero no en los artículos científicos que contienen información sobre la pandemia.
En los planteamientos de Paulo Freire, no se concibe la política desde el bienestar particular individual, sino desde el bienestar general comunitario. La educación encaminada hacia el bien particular está orientada para aquellos que pretenden ser de la clase opresora, para quienes quieren mantener su statu quo y oprimir a la sociedad. Por el contrario, la educación centrada en el bien general pretende promover y concienciar a las clases oprimidas de la situación de pobreza y marginalidad, con el fin de lograr la emancipación y la construcción de una vida comprometida con la comunidad. Las obras sobre las taxonomías de las pedagogías presentan pistas importantes para superar la condición de una individualidad política y generar un camino hacia una colectividad política en beneficio de una mejor vida para todos. A continuación, se desarrollará el trípode de la pedagogía del oprimido y de la indignación, de la pedagogía de la autonomía y de la esperanza, y de la pedagogía liberadora y de los sueños posibles.
La pedagogía del oprimido y de la indignación
La obra Pedagogía del oprimido de Paulo Freire (2005a) está dirigida, principalmente, a los sometidos por las estructuras dominantes de la política, la economía y la tecnología. La educación tradicional se encarga de la domesticación mediante la formación bancarizada que narra y memoriza una realidad individualizada sin cuestionarla. En esta, la didáctica se enfoca hacia los dominados cuando se conciencian de la acción del mundo para transformar las realidades en espacios compartidos. Se muestra que el camino hacia la liberación implica la unidad entre la reflexión y la acción (praxis) que se develan en la cotidianidad comunitaria. La estructuración del actual individualismo político, debido al resquebrajamiento de la praxis, es consistente en una excesiva reflexión, con poca o mucha acción. El lenguaje dialéctico burgués que se incorpora en los individuos está en superar la alienación de las prácticas individualizantes por una liberación comunitaria conducente hacia procesos profundos de humanización.
La Pedagogía de la indignación de Paulo Freire (2012) está dirigida, primordialmente, a las personas que llevan la peor parte en el mundo: quienes habitan en los cinturones de miseria o habitantes de la calle. En esta obra, la didáctica se centra en la utopía de construir propuestas colectivas de realidades alternativas hacia la liberación. Los indignados se caracterizan por estar en un ambiente de fatalismo que es promovido por los grupos interesados en difundir la fobia del apocalipsis y el escenario pesimista promovido por el liberalismo económico, en el cual se distorsiona la realidad en aras de lograr un olvido intencionado de los derechos individuales y colectivos. En la educación, cuando se genera la indignación, se tiene que denunciar todo aquello que impida la emancipación de la construcción individual y colectiva para un mundo más justo y democrático.
La pedagogía de la autonomía y de la esperanza
Paulo Freire (2004), en el texto la Pedagogía de la autonomía: Saberes necesarios para la práctica educativa, señala que la población objetivo está conformada por los docentes y los estudiantes que consideran que la actitud de apertura es la fuerza moral para dinamizar los espacios académicos. En este escrito, se aborda la investigación como el dispositivo transformador para la formación de personas autónomas en el pensamiento. En él, además, la didáctica está enfocada a concienciar que la enseñanza no está en transferir conocimientos, sino en movilizar el reconocimiento de la identidad cultural comunitaria mediante la autonomía y la crítica desarrollada en el aprendizaje. La estructura del escepticismo individualizante se desvanece mediante una investigación autónoma y crítica de las realidades que pretenden imponer las clases dominantes y empodera a las clases dominadas, para asegurarles la participación política, la incorporación social y la identidad cultural. De ahí que una educación encaminada hacia la autonomía lleve a la comunidad académica a enseñar, investigar y pensar en la práctica pedagógica como un terreno intrínseco de los saberes.
Paulo Freire (2002), en la Pedagogía de la esperanza: un reencuentro con la pedagogía del oprimido, señala que la pedagogía está encaminada hacia los desesperanzados que han perdido la dirección, debido a la distorsión ontológica de la certidumbre que es un imperativo histórico, existencial y social que moviliza la recreación y transformación del mundo. La didáctica está en no reducir la realidad a la lucha de clases, pero sí se requiere de una educación popular encaminada a no olvidar las necesidades de la realidad social por encima de la individual. La esperanza se funda en la ética de la confianza comunitaria y no en el escepticismo individual e individualizante. Si se busca transformar la realidad en la práctica de una historia concreta, emerge el modelo práctica-teoría-práctica (PTC). Por lo que una educación que no reproduce la ideología autoritaria individualista descubre las potencialidades del desesperanzado para redescubrir las esperanzas, aun cuando la sociedad esté llena de desesperanza.
La pedagogía liberadora y de los sueños posibles
Freire y García (2015), en la obra de la Pedagogía liberadora, sostienen que la pedagogía se encuentra enfocada a todos aquellos que tienen la conciencia del proceso dialéctico de la emancipación sobre cualquier forma de opresión. La didáctica estriba bajo las siguientes premisas: no se piensa auténticamente, sino que se considera que los otros piensan; y no puedo pensar por los otros ni para los otros ni sin los otros. Estas máximas superan la educación transmisionista e individualista con una educación del intercambio comunitario de ideas que busca los disensos y los consensos. Los procesos de escepticismo individualizante se transforman en una educación que va más allá de la transferencia mecánica de los contenidos de un docente hacia un estudiante pasivo. La educación transformadora se presenta cuando se incorpora una dialéctica activa y práctica de las comunidades comprometidas con las fuerzas políticas, sociales y culturales en los entornos empobrecidos y poco empoderados.
En Pedagogía de los sueños posibles: ¿por qué docentes y alumnos necesitan reinventarse en cada momento de la historia?, Paulo Freire (2015) presenta una pedagogía que se encuentra orientada a aquellos que se sienten interpelados por el carácter ontológico de la utopía, la cual tiene un contenido ético, estético y político desde el que se busca recrear y construir un nuevo mundo comunitario. La didáctica está en la naturaleza de la utopía, la cual se presenta en la práctica educativa liberadora y hace hincapié en denunciar las prácticas de injusticia para anunciar posibilidades de liberación y democratización. El escepticismo estructurado e individualizador provocado por las clases dominantes se podría desplazar no desde las prácticas educativas de la prepotencia, el autoritarismo y la palabrería, sino por una educación encaminada hacia los sueños y las utopías comunitarias, la cual es trazada por proyectos que conducen a la práctica formativa como una transformación social permanente.
En síntesis, en el legado pedagógico y político de Paulo Freire se tiene un destinatario, una didáctica y una dialéctica para transitar de la individualidad política hacia la comunidad política. Se transita de la alienación de las prácticas individualizantes hacia las prácticas de la liberación comunitaria. Se recorre el apocalipsis promovido por las bases dominantes y la indignación denunciada por las bases marginadas. Se desplaza la estructura del escepticismo individualizante a la educación encaminada hacia la emancipación comunitaria. Se desliza de una educación popular menos burocrática a una educación popular que atiende las necesidades de enseñanza y aprendizaje comunitarias. Se camina de la educación transmisionista e individualista a una educación comunitaria de consensos y disensos.
El oportunismo foráneo
En la pandemia, pareciera que se hubiera dividido el mundo en dos partes: por un lado, las naciones importadoras y necesitadas de la vacuna y, por el otro, las naciones productoras y distribuidoras de las vacunas. Este comportamiento global recuerda el legado bipolar de las dos grandes potencias, a saber, EE.UU. y URSS, que habían dividido el mundo en Oriente y Occidente durante la Guerra Fría, iniciada y terminada a mediados y finales del siglo XX. En la actualidad, hay un ambiente multipolar en el que las grandes potencias, con la distribución de las vacunas, defienden su prestigio y sus feudos colonizados en los continentes.
Un breve panorama de la vacunación multipolar se presenta con las siguientes relaciones: la vacuna Sputnik de Rusia ha sido enviada a los países simpatizantes de Argentina, Venezuela y Nicaragua; la vacuna AstraZeneca del Reino Unido ha sido distribuida a sus aliados de Brasil, México y Chile; la vacuna de Pfizer, producción alemana-estadounidense, ha sido distribuida en Colombia, Uruguay y República Dominicana; la vacuna Sinovac de China ha ingresado con mucha fuerza y acogida en todos los países de la región.
En la etapa de la vacunación se ha ahondado en la multipolaridad con las potencias influyentes del momento: EE.UU., Rusia, Reino Unido, Unión Europea y China. En la pandemia, se ha instaurado un nuevo orden mundial con una mortandad continua, pero sigilosa; sin traumatismos y sin violencia apocalíptica por culpa del coronavirus.
En este escenario pandémico, se puede valorar la madurez democrática de cada uno de los pueblos latinoamericanos con relación al proceso de disrupción colonizadora de las potencias que van estructurando la multipolaridad de la actualidad. Los estados con vocación democrática, educación emancipadora y sociedades participativas son el producto de una cultura construida con identidades apropiadas, costumbres arraigadas y comunidades colectivamente transformadas que son muy difíciles de colonizar. Paulo Freire, en las obras mencionadas sobre educación y política, parte de la importancia de la lectura y la escritura de un mundo con una mirada crítica y atenta a la capacidad de discernimiento, y abre las posibilidades para una vida mejor en comunidad.
"La educación en la ciudad" (2005b) y "A la sombra de este árbol" (1997)
Paulo Freire (2005b), en el texto de La educación en la ciudad, considera que la polis es el emplazamiento que viven los ciudadanos, pero están desarraigados de la historia y de la cultura por las posiciones políticas heredadas y las funciones económicas dominantes, tanto locales como foráneas. Igualmente, Paulo Freire (1997), en A la sombra de este árbol, recupera el concepto de fe como una actitud para la transformación hacia el cambio. Las teorías transformadoras llevan a la construcción del conocimiento mediante el diálogo y la acción comunicativa de su propia historia y cultura. En las ciudades, el sistema educativo expulsa a los niños pobres por no coincidir con el sistema burocrático que es impuesto por los organismos multilaterales que dinamizan la violencia de las conciencias educadoras.
La sombra que se genera es de una fe ética y liberadora que alimenta la esperanza hacia un mundo justo. En esto se encuentra la idea perpetua de que la felicidad para los poderosos radica en desplazar a los pobres como un acontecimiento inamovible e imposible de transformar. La labor del maestro enfrenta obstáculos ideológicos, cuestiona las políticas reduccionistas y oscila entre el sufrimiento y la esperanza. La influencia colonizadora desarrolla la contradicción de pensar una escuela democrática construida con mecanismos autoritarios, sin atender a la formación permanente de los educadores a través de la reflexión de la práctica pedagógica. En esta medida, hay que socializar una pedagogía capaz de circular la decisión y la transformación para reinventar un futuro y un mundo para todos.
El miedo y osadía al grito manso
Freire y Shor (2014), en el texto Miedo y osadía. La cotidianidad del docente que se arriesga a practicar una pedagogía transformadora, alientan a los maestros para que, dentro de la cotidianidad, se arriesguen a emplear prácticas pedagógicas diferentes a partir de las múltiples dificultades que se les presenten, entre ellas la colonización extranjera. En esta perspectiva, Paulo Freire (2003a), en El grito manso, presenta la relación del educador-educando, cuyos contenidos curriculares son impuestos por intereses foráneos que tienen una posición ideológica que es el camino actual para no lograr la dirección emancipadora. El método dialógico es una pedagogía iluminadora que sitúa el currículo en el pensamiento del lenguaje y lo direcciona hacia un empoderamiento social, aunado a una pedagogía democrática que interpela una auténtica identidad independientemente de los espacios académicos que se estén impartiendo y estudiando.
La docencia es una actividad práctica que tiene un fundamento teórico que muchas veces contribuye en el ejercicio docente. El método freiriano es un proceso de concienciación ética y crítica que desplaza los conceptos neoliberales y colonizadores del fin de la historia, de la muerte a las ideologías y de la primacía del mercado; en contraste con una historia de la esperanza, una reivindicación de los mitos y una apuesta hacia la educación popular (Freire y Shor, 2014). Es por esto que el punto de partida de la educación es también el punto de partida de mi educación, se entiende que las subjetividades que educan y las que están abiertas a ser educadas tienen intereses para enseñar y aprender, que no son tabulas rasas pasivas de la escolaridad. Los estudiantes cuando quieren algo, mueven el cielo y la tierra para conseguirlo. Esta utopía de una educación autóctona tiene que estar orientada a superar la desesperanza, puesto que la mansedumbre no significa pasividad, sino seriedad y rigurosidad en las propuestas teórico-prácticas conducentes a superar la desigualdad (Freire, 2003a).
La comunicación de la educación, la política y la libertad
Paulo Freire (2003b), en el texto ¿Extensión o Comunicación: la concienciación en el medio rural?, presenta una propuesta auténtica que problematiza la situación concreta de las poblaciones marginadas por intereses foráneos para que asuman su posición crítica con una actitud transformadora de su condición de empobrecimiento. En este sentido, Freire (2001), en Educación y política, reconoce que la educación es una ideología con fundamentos éticos de respeto, tolerancia hacia los demás y un conocimiento crítico de sí mismo y del mundo, pero sin alienaciones internacionales. Desde esta perspectiva, Freire (2011), en La educación como práctica de la libertad, parte de considerar que el hombre es un ser de relaciones con los demás y con el mundo. Esta obra plantea el cambio como camino para salir de la opresión y de la exclusión y, además, señala que la libertad es el amor y la tolerancia que apuesta a una educación crítica como vía hacia una sociedad democrática sin injerencias colonizadoras.
El mundo se encuentra en constante comunicación, pues no hay personas ni pensamientos aislados y la esperanza crítica se basa en una conciencia crítica, desde la cual los seres humanos pueden hacer y rehacer las cosas, así como transformar el mundo, pero desde sus propias identidades. En la comunicación, se presentan las convicciones, las comprensiones de los significantes de los signos, los problemas de adhesiones y no adhesiones, el objeto de la emocionalidad y el acto cognitivo del estado mental (Freire, 2003b). En esta medida, la historia muestra que la educación prepara la aspiración humana de la unidad en la diversidad, el respeto de las razones del pensamiento diferente y la dialéctica de las visiones diferenciadas y consensuadas para la transformación de la realidad fuera del sesgo del orden mundial dominante (Freire, 2001). La pedagogía, a través del diálogo y la comunicación, promueve la conciencia hacia el cambio, por lo tanto, es fundamental partir de la idea de que el ser humano es un ser de relación y no de dominación (Freire, 2011).
En síntesis, en los procesos de colonización, neocolonización y poscolonización, los ciudadanos, en sus propios emplazamientos, se sienten extranjeros y desarraigados por las herencias de dominantes y dominados. Por lo tanto, la recuperación de la propia identidad latinoamericana se orienta hacia el cambio mediante el diálogo constructor de conocimiento político, económico y social. En esta medida, la labor esperanzadora del maestro está en cuestionar las políticas reduccionistas, las economías para unos pocos, las democracias con mecanismos autoritarios y los futuros desesperanzadores que se construyen cotidianamente. Los intereses foráneos en lo educativo y en lo formativo tienen una posición ideológica de la permanente dependencia con un lenguaje colonizador en las diferentes expresiones culturales y en el empoderamiento social. Es por esto que la utopía de la educación auténtica está orientada a superar la desesperanza, a cuestionar los intereses foráneos que empobrecen y a promover la libertad por encima de la opresión y la exclusión.
Conclusiones
En estos dos años de pandemia por la COVID-19, en América Latina, se han identificado los malestares sociales del negacionismo de la virulencia, de la profundización de la polarización política y de las muestras de las potencias multipolares por un nuevo colonialismo en los países emergentes. El año 2021, centenario del natalicio de Paulo Freire, es la oportunidad de resignificar la literatura que escribió a lo largo de la vida con los temas relacionados con la educación, la pedagogía y la política; planteamientos pertinentes más allá del tiempo y del espacio. Es por esto que las nuevas dialécticas entre los opresores y los oprimidos requieren de nuevas exigencias educativas en las líneas de acción que traza el pedagogo brasileño, para desafiar esa estructura que se ha incorporado en todas las sociedades latinoamericanas.
Los educadores son los protagonistas para desafiar la dialéctica entre los poderosos y los no poderosos. Freire escribió unos textos significativos para concienciar sobre la importancia de comprometerse por una educación popular a la que pertenezcan los marginados e indeseados. Paulo Freire (2010), en Cartas a quien pretende enseñar, sostiene que la lectura y la escritura no son actos que se puedan separar, pero sí se pueden organizar para transformar la realidad que se vive. La enseñanza que realiza el maestro es una actividad de humildad y apertura que conduce a repensar lo pensado, por lo tanto, el aprendizaje por parte del estudiante es una actividad de paciencia e impaciencia porque es la lucha permanente para hacerse la oportunidad de conocer. La dialéctica planteada desde el negacionismo se desplaza con las dialécticas formativas que enseñan la palabra desde el mundo dinámico. Por esto, la máxima responsabilidad ética, política y profesional del maestro está en la capacitación permanente.
Paulo Freire (2018), en la obra de La voz del maestro: acerca de vivir, enseñar y transformar el mundo. Conversaciones con Edso Passetti, establece que el educador es la puerta hacia el dogmatismo o el antidogmatismo político, económico o social para llevar el pensamiento hacia una auténtica utopía de un mundo democrático que busca el bienestar general. Es por esto que la historia ha mostrado que los maestros, líderes de proyectos emancipadores, fueron cercados por los autoritarismos. Estos maestros requieren de una fuerte dosis de esperanza para no renunciar a la utopía de transformar el mundo. Paulo Freire (2016), en El maestro sin recetas. El desafío de enseñar en un mundo cambiante, presenta una reflexión dirigida a los educadores en un mundo cambiante como en el que vivimos actualmente. La educación humana no puede ser individual porque tiene un fuerte componente comunitario, por ello proyecta una vocación ontológica e histórica que implica apertura y posibilidad del mundo y para el mundo; la educación es una actividad sustantivamente política y adjetivamente pedagógica.
El maestro no puede caer en la tentación de observar una educación oscilante entre dos ingenuidades: creer que lo puede todo y negarse toda la potencialidad. El reiterado llamado a la permanente formación profesional, científica y tecnológica tiene sentido en la medida en que se clarifica la ética para comprender el mundo. El educador es un emancipador que libera a los estudiantes para ayudarles a construir el conocimiento en condiciones de autonomía, para insertarlo en el mundo de forma consciente y crítico, con un dinamismo esperanzador e incitante para preservar la solidaridad social y hacer un mundo más sensible y sensato (Freire, 2016).
Referencias
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Bermúdez, V. M., y Ballestero,s A. L. (Eds.). (2019). Posverdad: realidad o moda. Ediciones Egregius.
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Notas
Notas de autor
Filósofo. Candidato a Doctor en Filosofía. Universidad de la Salle (Bogotá-Colombia).