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Teorética sobre la Formación Ciudadana del Docente Universitario: Una Perspectiva Transdisciplinaria
Revista Científica CIENCIAEDUC, vol. 12, núm. 1, pp. 1-19, 2024
Universidad Nacional Experimental de los Llanos Centrales Rómulo Gallegos

Revista Científica CIENCIAEDUC
Universidad Nacional Experimental de los Llanos Centrales Rómulo Gallegos, Venezuela
ISSN-e: 2610-816X
Periodicidad: Semestral
vol. 12, núm. 1, 2024

Recepción: 11 Noviembre 2023

Aprobación: 03 Diciembre 2023

Resumen: El ser humano ha estado inmerso de manera constante en procesos que implican diversas formas de socialización como individuo que interactúa dentro y para el entorno. En este sentido, el presente estudio tuvo como propósito Generar una teorética sobre la formación ciudadana del docente universitario: una perspectiva transdisciplinaria. La investigación se cimentó en los aportes teóricos del Humanismo Social de Fernández (2012), y la Transdisciplinariedad de Nicolescu (1996). Asimismo, se orientó el estudio desde el paradigma interpretativo de Sandin (2003), con enfoque postpositivista cualitativo Martínez (2012), enmarcado en el método hermenéutico Martínez (2009). Los informantes fueron tres (3) docentes, y dos (2) coordinadores del escenario Universidad Nacional Experimental de la Seguridad. La técnica de búsqueda de información fue la observación participante y la entrevista en profundidad. A través de la pregunta generadora; Se interpretó la información a utilizando la categorización, estructuración, triangulación y teorización. De este modo, en los hallazgos se evidencia que precisar formación para la ciudadanía frente a su multiplicidad de aristas, supone enaltecer una labor casi con certeza insuficiente; pese a ello puede pretenderse una aproximación a sus datos particulares. Finalmente, coexiste una dimensionalidad de formación que no está del todo finiquitada, sino que además le da sentido social al testimonio académico, orientando su acción a procesos epistémicos de entendimiento significativo, con la intencionalidad de contribuir a la mejora fusionada de principios éticos en la educación universitaria.

Palabras clave: Formación ciudadana, Docente Universitario, perspectiva transdisciplinaria, Contexto Universitario, Pedagogía Formativa, Andragogía.

Abstract: The human being has been constantly immersed in processes that imply various forms of socialization as an individual that interacts within and for the environment. In this sense, the purpose of this study was to generate a theory on the citizen training of university teachers: a transdisciplinary perspective. The research was based on the theoretical contributions of Fernández's Social Humanism (2012), and Nicolescu's Transdisciplinarity (1996). Likewise, the study was oriented from the interpretative paradigm of Sandin (2003), with a qualitative postpositivist approach Martínez (2012), framed in the hermeneutic method Martínez (2009). The informants were three (3) teachers and two (2) coordinators of the National Experimental Security University scenario. The information search technique was participant observation and in-depth interview. Through the generating question; the information was interpreted using categorization, structuring, triangulation and theorizing. In this way, the findings show that specifying training for citizens in the face of its multiplicity of edges, supposes exalting a task that is almost certainly insufficient; despite this, an approximation to their particular data can be sought. Finally, a dimensionality of training coexists that is not completely finished, but also gives social meaning to the academic testimony, directing its action to epistemic processes of significant understanding, with the intention of contributing to the fused improvement of ethical principles in education. University.

Keywords: Citizen training, University Professor, transdisciplinary perspective, University Context, Formative Pedagogy, Andragogy.

PREÁMBULO

La idea de hacer ciencia desde los albores educacionales con la sociedad, en lugar de hacer ciencia para la sociedad, fusiona una inquietud indefectible para situarse y atender complicaciones sociales complejas del pensamiento y el comportamiento que son relevantes si hay pretensiones en comprender e interpretar los procesos formativos dentro del contexto universitario en la manera en que se construye la ciudadanía. En este sentido, se asume que la docencia es una práctica disciplinar e interdisciplinar que apuntala a los conocimientos profesionales y a la naturaleza formativa; a su vez, es transdisciplinar, por ser una arista que da origen a muchos de los conocimientos y las prácticas que acontecen en los escenarios educativos a través de procesos más allá de lo académico.

Resulta importante, además hacer un prefacio en relación a que dichos conocimientos se articulan en medio de una serie de actos, con el fin de compartir los saberes generados en la experiencia, la reciprocidad entre pares y las certezas que se vislumbra en relación a la formación ciudadana. Es por ello que, desde esta comprensión de lo transdisciplinar, el estudio brinda un acercamiento y una perspectiva en la que se destacan no solamente el posicionamiento desde la antonomasia del deber ser; sino esta visión integral que le da sentido, in­tersecciones en sus intencionalidades formativas y capacidad de asociación al beneficio humano de lo éticamente correcto.

En tal sentido, abordar la naturaleza de la actividad ciudadana, desde esta representación, requiere de un esfuerzo en profundizar condiciones presentes del entorno que permita identificar oportunidades de cambio y aportar al mejoramiento o perfeccionamiento de esta .Así, que la universidad sea un espacio de construcción de valores en el que los docentes puedan ofrecer al máximo orientaciones en la construcción de matrices únicas y personales de principios axiológicos presididos por ideales de dignidad, autonomía y justicia, en el que sea posible forjar el camino a realidades sociales inclusivas en circunstancias de interacción social.

Conviene, ante todo, indagar en temáticas relacionadas con la actuación ciudadana para conocer qué bagaje de sapiencias y capacidades necesitará el docente universitario para alcanzar la formación adecuada, de manera que su participación en la toma de decisiones le ayude a incorporar elementos reflexivos o sistematizaciones para destacar actitudes y valores que proporcionen su futura actuación con criterios de responsabilidad como ciudadano.

IDEARIO ONTOLÓGICO DEL FENÓMENO ABORDADO

Hoy día, alcanzar satisfacer las exigencias de la sociedad desde los albores del contexto universitario, significa aportar profesionales preparados para insertarse en la colectividad de manera activa y responsable dentro de los parámetros de un modelo cívico cualificado. En efecto, la virtud del proceso formativo del docente a nivel superior se expresa en el deleite de la responsabilidad en conjunto con el desempeño de sus actitudes y aptitudes desde un profesional formado de manera íntegra, virtuosamente competente, con preparación científica para aceptar los retos de la era moderna y con un amplio desarrollo humanístico para convivir socialmente. Por consiguiente, desde una perspectiva transdisciplinaria se asume una formación, no sólo en las disciplinas como psicología, sociología y antropología, sino en principios éticos y axiológicos que suscitan la expansión de una conciencia personal y social.

En este orden de ideas, es necesario articular dicha perspectiva transdisciplinar a una experiencia de formación ciudadana; en la que los docentes universitarios reconozcan el rol que cumplen dentro de los procesos de transformación social, tomando en cuenta la participación de estudiantes de distintas menciones, constituidos alrededor de un proyecto en comunidad que emplee la metódica de aprendizaje y servicio, armando conocimientos, prácticas en experiencia y diálogo permanente entre todos los actores; situando una remembranza coparticipativa desde las derivaciones educativas que se centran en las relaciones solícitas de componentes personales, organizativos, comunitarios, sociales, afectivos y jurídicos que desde el esbozo transdisciplinar se propone una realidad imposible de abordar desde la fragmentación disciplinar, sino desde un embrollo trascendental particular fenoménico profesional hacía los conocimientos que se generan entre, a través de y más allá de los cánones generalizados.

Por ende, el panorama epistémico que enmarca la ciudadanía ha de ser humanista, social y verosímil. Una mirada de la investigación de la formación basada en valores ciudadanos, en el desarrollo de la conciencia, la creación de redes y campos de nociones del Ser, interconectados con la sociedad y su entorno; a fin que esté consciente para ejercer a plenitud los derechos como sujetos sociales, orientados al fortalecimiento de la sensibilidad humana desde la dimensión moral que se ve reflejada en el ámbito social de la acción del individuo, permitiendo percibir la naturaleza cognoscente sin prejuicios, pero con una reflexión profunda. Y como bien lo expresa Martínez (2006; 02) al indicar que:

La formación de calidad no puede estar separada de la formación ciudadana; la misma genera tres elementos significativos: el primero afín con la concepción real de formación en la universidad; el segundo admite la conexión social y la competitividad que tiene como misión el contexto universitario de hoy día; y el tercero procedente de las indagaciones científicas sobre desarrollo moral y aprendizaje ético.

De este modo, la expresividad del autor antes mencionado, se presentan espacios de formación universitaria en los que es posible integrar acciones estableciendo pautas orientativas que favorezcan la formación ciudadana y el aprendizaje ético de los profesionales, fortaleciendo una conceptualización actual desde los contenidos curriculares y la correspondencia entre sus actores, los cuales permitan fortalecer las formas de organización social, cultural participativa e institucional; por supuesto implicando la acción comunitaria del aprendizaje académico. En atención al carácter formativo, la universidad es un óptimo ambiente de aprendizaje, no sólo de representación profesional y cultural en su sentido más amplio, sino también de carácter humano, y, por ende, ético y moral.

Por tal motivo, la formación para la ciudadanía no puede circunscribirse en una dimensión simplemente curricular, debe ir más allá de un conjunto de disposiciones académicas y normativas legales. Sin embargo, al no ser una tarea sencilla el mismo Martínez (2006; 28) plantea que:

El desarrollo del pensamiento posconvencional -último nivel del desarrollo moral que posibilita distinguir, al margen de lo que es más conveniente para todos, aquello que también es moralmente válido y que sólo puede ser alcanzado en instancias superiores del proceso de educación formal.

Partiendo de lo referenciado, ese proceso posconvencional asumido como transdisciplinario, no concibe que todas las visiones de enseñar y aprender sean apropiadas para la formación de una visión calificativa y constructiva de matrices de valores personales, se deben orientar a la consolidación de estilos de vida personales, activos, comunitarios y democráticos. Por tal motivo, es prioritario enmarcar la consolidación de un sistema de valores morales, cívicos y políticos que caractericen a las nuevas generaciones; influenciadas por componentes intrínsecos, externos y las fisuras formativas e instructivas dejada a criterio propio, siendo motivo de inquietud científica para el investigador desde una descripción casi poética partiendo de la hermenéusis de la realidad dentro de los espacios universitarios que proporciona un aporte ontoepistémico en ámbito científico.

Aunado a esta postura, el desarrollo futuro de la humanidad estriba en gran medida de la calidad con que la universidad se articule a la sociedad y parafraseando a Muñoz (2019: 43), convirtiéndose en un “proceso cuyo colofón esencial sea la integración social y el desarrollo personal del individuo, como aspectos notables de su preparación integral”. De esta manera se amerita, adentrarse en una mirada perceptiva de formación ciudadana como unidad propia; dentro de este proceso la preparación universitaria desde su integralidad, requiere un esfuerzo conjunto de universidad y sociedad, a través del cual se desarrollen las potencialidades del individuo como participante activo, dinámico y productivo dentro de una colectividad, partiendo de la relación armónica y sistémica entre los involucrados, a fin de alcanzar los propósitos de las actividades que se realizan en el contexto de su formación y reestructuración de la identidad misma.

Las ideas expresadas, permiten considerar la realidad de la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (UNES), Núcleo Maracay del Estado Aragua, como contexto que permite obtener la información necesaria del estudio, teniendo presente, la relatividad y dependencia axiomática, la universidad puede y debe seguir siendo el escenario reflexivo desde el pensamiento crítico y humanista para la configuración de una ciudadanía honorable. Lo expresado no implica un juicio de la praxis, sino un espacio para mejorar lo ya existente desde una perspectiva transdisciplinaria.

Es por ello, que la transdisciplinariedad, de acuerdo a Nicolescu (2008; 67), permite “una lógica de encuentros, creando una diversidad de nexos y tejidos entre las disciplinas, los conocimientos en expansión y los procesos comunicacionales interactivos complejos y múltiples”. Además desarrolla las competencias de una aptitud ciudadana, atendiendo a esa condición vinculante, dinámica y cambiante, multirreferencial e integradora, cuya interpretación está vinculada con la necesidad de una formación transformadora, es decir, significa considerar la preparación ciudadana desde el propio ser profesional, desde allí, con una postura de apertura empática y actitud comprensiva, compasiva y acompañamiento hacia las personas o grupos con quienes establecemos los procesos socializadores

EJES REFERENCIALES DE LA INVESTIGACIÓN

Indagar el conocimiento sobre la formación ciudadana que posee el docente universitario desde una visión transdisciplinaria. Develar las perspectivas de los docentes universitarios sobre la formación ciudadana desde una visión transdisciplinaria. Interpretar los significados sobre la formación ciudadana desde una visión transdisciplinaria. Emerger los elementos teóricos para generar una teorética sobre la formación ciudadana del docente universitario desde una perspectiva transdisciplinaria. Generar una teorética sobre la formación ciudadana del docente universitario desde una visión transdisciplinaria.

SUPUESTOS CALIFICADOS DE LA INVESTIGACIÓN

La importancia de este estudio centra la atención no solo en la formación de saberes y haceres, sino en la fortaleza significativa de experiencias de nociones formativas más vivenciales, participativas, colaborativas y dialógicas, que transcienda lo disciplinar, intradisciplinar y se dirija hacia los derredores de la vida cotidiana del docente universitario. Desde la dimensión ontológica, la Universidad articula el conjunto de procesos en el que atraviesa los elementos del sujeto que asimila la experiencia social, la cultura e integración a la sociedad en que se desenvuelve, mediante la educación que constituye su sustancia y sus parámetros legales.

Seguidamente, los elementos epistémicos, resaltan que la formación universitaria además de preparar a los profesionales también enseña el camino para producir ciencia, cultura e investigación, ya que esta tiene una función necesaria de liderazgo social y de cambio que es esencial para cualquier país. En este sentido, la dimensión teleológica configura la particularidad de que expresa su significado tanto en la actuación positiva como en la opuesta dentro de la formación. Por tanto, se visiona como un proceso social con dinamismo que se enuncia en acciones de los ciudadanos en contextos de orden ético y moral.

HILOS ILUSTRATIVOS DE LOS FILÓSOFOS CITADOS

Teoría Humanista Social de Fernández (2012): El humanismo es una corriente dentro de la psicología, que pretende “la consideración global de la persona y la acentuación en sus aspectos existenciales (la libertad, el conocimiento, la responsabilidad, la historicidad)”. La presente señala que la universidad es una comunidad de saberes, que busca desarrollar en el educando una conciencia de solidaridad y compromiso con la sociedad a la que pertenece, entregando contenidos de alto nivel académico. Para dar cumplimiento con la función docente, abordando el contexto universitario evidenciando la dialogicidad entre el docente y el estudiante donde se evidencian la construcción de los aprendizajes y el conocimiento de ambos, de tal modo que el proceso educativo propicie además el desarrollo de actitudes y aptitudes, producto de la maduración de criterios y valores logrando el desarrollo unipersonal y el beneficio del colectivo.

Teoría de transdisciplinariedad Basarab Nicolescu (1996): La teoría de la transdisciplinariedad es un “beneficio del saber nuevo de la reflexión filosófica perdurable por los descubrimientos de la física cuántica poco más o menos desde los albores y a través del siglo XX”, evidentemente, por nacientes arribo de las nuevas ciencias de la información el progreso de la teoría general de sistemas, a partir de la segunda mitad del siglo antes mencionado. Asimismo, se trata en realidad de un sumario reflexivo en camino propicio e inacabado. En este contexto, la transdisciplinariedad ya ha creado contribuciones significativas por parte de autores de numerosos espacios académicos y desde muchas naciones.

En este sentido, la transdisciplinariedad sitúa fortalezas de carácter primordial, en la premura de un cambio de visión desde el reconocimiento del enorme bien de la ciencia que sitúan al ser humano en el paradójico escenario de poseer un grado de viabilidad misma de la experiencia humana que se halla dignamente comprometida en virar la mirada hacia la función social de la universidad.

ANDAMIAJE HOLOARQUICO DE LOS ALBORES EPISTEMOLÓGICOS

A través de los albores epistemológicos el estudio se planteó erigir significados a partir de la interacción con la realidad de los informantes o sujetos de estudio, mediante la elaboración de preceptos, modelos y esqueletinas dando sentido a las diferentes experiencias, que comprueban y modifican estas edificaciones a la luz de las nuevas experiencias.

Paradigma de la Investigación: la investigación se asumió el paradigma interpretativo, el cual de acuerdo a con Sandín (2003; 33)

Se basa en comprender e interpretar la realidad, mediante una interpretación mutua y participativa, su naturaleza es múltiple, holístico, divergente y se construye mediante las interrelaciones influenciadas por factores subjetivos, donde los valores están explícitos. Además, la teoría y la práctica emerge en una retroalimentación constante, y es un paradigma de credibilidad, confirmación y transferibilidad, cualitativo, descriptivo, donde el investigador es el principal instrumento.

De acuerdo a lo expresado, mediante la proposición hermenéutica del paradigma a investigación busca identificar problemas, refinar conocimientos, explicar y crear generalidades, desarrollar nuevas concepciones, así como comprender e interpretar la realidad ante la inmanente necesidad de concatenar hilos conductores, en un marco de referencia que sirva de escenario reflexivo.

Enfoque de la Investigación: Se circunscribe en el enfoque epistemológico postpositivista, mediante el cual prevalece el esbozo que considera la percepción como simple inconsciente de las cosas reales. Visto de este modo, de acuerdo a Martínez (2012; 41), desde el punto de vista epistemológico el postpositivismo considera que;

El episteme científico es un beneficio de la acción humana, por tanto, no se revela, se origina. De esta forma, los hallazgos significativos surgen a través de la interacción dialógica del sujeto investigador y lo que se investiga, estos deben ser sólidos con la práctica existente en un área de formación y la comunidad crítica.

El hilo teórico expuesto, sugiere que la visión postpositivista prevalece sobre el bosquejo del conocimiento espontáneo a través de diferentes sucesos como vía hacia la producción de la realidad. Se concibe entonces un nuevo episteme como ramificación de la interacción dialógica de una dialéctica reflexiva entre el sujeto conocedor y el objeto o fenómeno conocido. Además, significa un rescate del sujeto y de su importancia, que la mente construye la percepción por medio de formas propias o categorías emergentes.

Método de Investigación: A partir de la asunción del recorrido metodológico se cuenta con el apoyo de otra disciplina del saber, el método hermenéutico, para Martínez (2009; 102) indica que, tienen como misión “descubrir los significados de las cosas e interpretar lo mejor posible las palabras, escritos en general el comportamiento humano”. Es significativo decir que, la hermenéutica se dedica a dilucidar y revelar el sentido de los mensajes haciendo que la comprensión sea operable, evitando tergiversación, beneficiando una adecuada función normativa como disciplina de la interpretación.

De esta forma, los informantes clave de esta investigación fueron tres docentes y dos coordinadores que laboran en la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad, Núcleo Maracay del Estado Aragua la cual se tomó como contexto educativo (escenario). Entre las técnicas e instrumentos de recolección de la información que se aplicaron están la observación participante bajo una guía de observación y la entrevista en profundidad adosándose a las palabras de Benney y Hughes (1970; 98), quienes la describen como “la herramienta de excavar para adquirir los conocimientos necesarios sobre el objeto de estudio" favorita de los sociólogos. Obteniendo así, diferentes sapiencias sobre la vida societal, y los distintos científicos que se basan en gran manera en las crónicas verbales.

Finalizando esta idea metodológica, se describen las técnicas de interpretación de la Información, iniciando con la Categorización: Según Strauss y Corbin (2002; 124), definen las categorías como, “conceptos derivados de datos que representan los fenómenos”. En tal sentido, una vez realizada la entrevista en profundidad, se procedió a la aplicación de la presente técnica, la cual permitió develar las categorías y subcategorías. De esta forma, la Estructuración: definida por Marín (2016; 11) como “un proceso metodológico que adecua el descubrimiento de nuevos andamiajes teóricos que siguen una corriente filosófica, del todo a las porciones y de las partes al todo, desarrollando en cada giro el nivel de profundización y de la comprensión”. El mejor modo de comenzar la estructuración fue seguir el proceso de integración de categorías menores en categorías más generales, a fin de identificar la categoría central como se pretende en este estudio.

Por otro lado, la Triangulación: Según Taylor y Bogdan (2002; 92), señalan que, “la triangulación suele ser concebida como un modo de protegerse de las tendencias y de confrontar y someter al control recíproco relatos de diferentes informantes. Abrevándose en otros tipos y fuentes de datos”. Según lo planteado por los autores, una vez realizado las diferentes entrevista y categorización se realizará una triangulación por fuente, teoría e investigador, la cual le permitió realizar al investigador una interpretación más profunda de lo recabado. Finalmente, la teorización: la cual Martínez (2006; 21), “describe las etapas y procesos que permitirán la emergencia de posibles estructuras teóricas, implícitas en el material recopilado”. De acuerdo con estos, esta técnica encaminó al investigador realizar una reflexión metódica de lo que surge por medio de la aplicación de las diferentes técnicas descritas anteriormente.

CONFLUENCIA EXEGÉTICA DE LOS HALLAZGOS

El asunto de globalización en tiempos contemporáneos, va trascendiendo en los pilares formativos dentro de cada cultura y sobre todo en el contexto de la educación, por lo que se piensa es perentorio y preciso que las instituciones en este nivel junto a sus protagonistas asuman sus ocupaciones relevantes ante la formación ciudadana. Esto lía un accionar en el que hay que posesionarse de una perspectiva crítica, siendo una de las finalidades fundamentales de la institución universitaria al pretender una formación de condición integral cimentada en el talento humano.

Para tal primicia, se genera una teorética sobre la formación ciudadana del docente universitario desde una perspectiva transdisciplinaria; siendo un contexto apto en el que se aprender a admitir la realidad como seres limitados, pero con posibilidades de estimar y vivir la superación personal y el esfuerzo para alcanzar colofones colectivos ciudadanos. No obstante, abordar un piso epistémico de esta temática, no implica sin duda alguna, una generación que pueda convertirse en modismo en la actualidad, sino que la comprensión trascienda en el entendimiento y en la reflexión de accionar en el contexto de la docencia universitaria, y su interrelación con la formación dentro de una nueva realidad que la sociedad demanda.

Bajo esta perspectiva ideática, es preciso mencionar el exordio a la generación Interpretativa Ético-moral Subsecuente pues argumenta la doxa circunstancial del estudio, la formación del docente universitario desde una perspectiva transdisciplinaria en el contexto universitario beneficia a todo el proceso socioeducativo y personifica una opción en tiempos de cambios significativos que no sólo implica conservar unos conocimientos e inventivas concretas para la resolución de determinados problemas; más aún si desde la formación se confía que, como profesional de la docencia, se apropia de una actitud de acuerdo con una ética propia de un ciudadano.

Significativamente, el garbo investigativo que plasma la tarea de teorizar sobre el quehacer formativo, no es ineludible de múltiples y distintos postulados epistémicos que acompañan la experiencia de los sujetos implicados en naturalezas de inquietudes científicas dentro de una visión filosófica de un universo descrito por el saber independientemente de cómo se pueda interpretar. Lo antes dicho, concibe un aporte sustancial perentorio sin convertirse en un conocimiento acabado. Así, con la intencionalidad de forjar una indagación en la que resulta coherente el sentido a toda la expresión intersubjetiva que se presenta, más allá de lo espontaneo del docto de la mirada inédita de los actores y la naturaleza de lo que se hace manifiesto ante el arte descriptivo y hermenéutico de saberes que dejan caer el velo la realidad humana y el proceso formativo educativo universitario.

Sin embargo, precisar formación para la ciudadanía frente a su multiplicidad de aristas, supone enaltecer una labor casi con certeza insuficiente; pese a ello puede pretenderse una aproximación a sus datos particulares. En este sentido, puede señalarse que la naturaleza de la ciudadanía persistentemente aparece desde perspectivas de los informantes vinculada a una cierta reciprocidad de derechos y de deberes como parte del proceso formativo y también en efecto de la formación originaria de la personalidad del profesional que, dentro de la influencia de la educación a través de lo académico, lo laboral y lo investigativo aborda lo ético, lo político y lo lícito para su desempeño como ciudadano.

Palpablemente, la dimensión de una actitud ética contextualizada de la formación ciudadana universitaria no puede circunscribir al traspaso de una serie de valores democráticos y cívicos, por muy pertinentes y consensuados que parezcan ante el colectivo universitario sin ser discutidos; sino coexistiría dentro de una percepción cándida e incluso contrapuesta con la visión transdisciplinar de las actitudes ciudadanas que deben ser desde una profunda reflexividad. En este sentido, Zeledón (2001; 05), plantea que: “la manera de expresar y vivir la ética como valor humano puede variar de un momento a otro, pero su fin último es la plena realización de la vida humana, en su singularidad y apoliticidad”. Por tanto, desde lo citado, resulta notable que los procesos formativos dentro de la universidad se situarán hacia un desarrollo holístico de los individuos, combinando los aspectos cognoscentes, emocionales y sociales que practica el docente hacia el valor de la sociedad.

APOLOGÍA REFLEXIVA

Este aporte vislumbra cualidades enmarcadas en el sujeto que aporta contenido de comprensión y de sentido hacia procesos inmersos en la formación ciudadana que el docente universitario, en conjunto a coordinadores se responsabiliza de los asuntos afines con la formación. En este sentido, se asume que la educación dentro de su participación activa generadora de transformaciones internas intelectuales y exógenas sociales, es el vehículo que consiente al sujeto en el posible desarrollo una vida plena, libre y con el suficiente norte de integración y participación en los espacios sociales que le circunscribe como sujeto que reflexiona y conservas normativas de convivencia.

Desde este horizonte, al plasmar como propósito el indagar la formación ciudadana que posee el docente universitario desde la praxis ética, hace particular énfasis en el desempeño de las funciones sustanciales de dicha; por tanto, se sostiene desde la esencia que tiene la responsabilidad de aportar principios ciudadanos dentro del desarrollo local, nacional o mundial a través de su actuación.

Esto implica que comparte la ocupación del logro de los aprendizajes desde la dialogicidad entre particulares y colectivos institucionales, por estar unido con otros sujetos con fines éticos, se desempeña desde la responsabilidad a la formación de nuevos profesionales dentro de su disposición. Igualmente está ávido de capacidades y conserva prácticas de habilidades concertado taxativamente en su organización individual que encierra la variedad de formas en las cuales las nociones elementales y principios teóricos son organizados para explicar la realidad de ser posible observada o escuchada dentro de una cultura determinada.

A partir de los hallazgos, el docente universitario percibe que la formación ciudadana demanda ser asumida bajo esta visión ética, ósea, sujetos intelectuales que trabajan con el conocimiento y la formación de personas que deben aportar a la sociedad lo mejor de sí, considerando efectivamente los desafíos que el mundo profesional, que no siempre cuenta con acciones justas y en constante debate de la praxis que se ejecuta.

A propósito de esta visión integral y éticamente pronunciada, organiza una contestación razonada y humana a la cultura ejercida por los docentes como profesional que inspira la moral, los valores y la ética entendida como el convencimiento y la práctica garante en la Universidad a la transmisión de saberes y formación de ciudadanos comprometidos socialmente. Siendo esta una dimensionalidad de formación que no está del todo finiquitada, sino que además le da sentido social al testimonio académico, orientando su acción a procesos epistémicos de entendimiento significativo, con la intencionalidad de contribuir a la mejora fusionada de principios éticos en la educación universitaria.

De manera tal que, desde la perspectiva de los profesionales implicados en la labor de formación, defender y promover el desarrollo autónomo, valorar, respetar y defender los valores culturales que como individuos poseen, no es tarea fácil. Por un lado, alcanzar habilidades para expresar pensamientos y proceder en una forma que puedan ser atendidos y comprendidos para conseguir la capacidad de trabajar positivamente en grupos; supone una apropiación cívica-profesional en primera instancia. Mientras que, para alcanzar propósitos comunes, conocer las diferencias, conflictos o las incertezas que no están ajenas a las competencias ciudadanas, con las que además hay que consensuar constituyen una temática hasta ahora inacabada en el estudio y la búsqueda compresiva de la naturaleza revelada.

Para ello, se trasciende en la omisión dentro del contexto universitario a la indagación del saber que poseen los docentes y cuya incorporación se hace oportuno a fin de generar espacios de reflexión crítica inclinadas a suscitar en los docentes, estudiantes y todo aquel implicado en el escenario formativo de cierta forma; a un mayor compromiso y acción que permita transformar la actual tendencia que se asegura puede mejorar en materia de formación ciudadana. Esto en miras de prescindir de la dejadez e ir a través del esfuerzo en conjunto antelas discrepancias paulatinas y la falta de tolerancia de los grupos humanos bien sea dentro o fuera del recinto universitario, que ocasionalmente pudiese colocar en riesgos la convivencia y que pueden incidir en la noción de formación de los ciudadanos en la actualidad.

Por otra parte, develar la perspectiva de los docentes universitarios referida a la formación ciudadana desde una visión transdisciplinaria, como lo indica el segundo propósito investigativo; enuncia característica involucradas en que cada escenario particular universitario es mirado desde múltiples dimensiones, entre las que se reflejen los saberes contextualizados provenientes de los mismos sujetos formadores. Asimismo, radica en generar la problematización desde los vértices más variados de los aportes desde la ciudadanía, con el fin de que sean agregados y discutidos desde diversos saberes que han sido convocados desde una formación ciudadana que conlleva a trascender lo académico con conciencia ética y moral.

En derivación, comprender los elementos epistémicos que convergen en la formación ciudadana del docente universitario desde esta perspectiva transdisciplinaria permitió conocer semblantes, actitudes y convicciones éticas ante el papel que asumen como principales fijados en el contexto universitario. Interpretando algunos cuestionamientos que se describen pertinentes a la formación universitaria en cuanto a principios ciudadanos, pueden encontrar un esclarecimiento en los estándares culturales reconocidos por los docentes.

Es por tal intencionalidad que en el contexto de profundización teórica cobra relevancia la ética profesional de los docentes universitarios, cuyos detalles develan una profesionalidad orientada formalmente al incremento académico, sin dar la importancia al compromiso de la formación crítica y democrática hacia el ciudadano sea cual sea su campo disciplinar. Desde una visión transdisciplinaria, el docente como profesional ético, tiene el deber de regresar a la sociedad no solo conforme que ha recibido al formarse en un campo, sino ir más allá desde la constante preparación y actualización de mundo globalizado.

Al elucidarse algunos soportes, emerge la noción de que el compromiso del docente no se reduce a reconocer totalmente las necesidades de mejorar la formación ciudadana desde su espacio, pues se considera que ha de trascender como un deber de redimensionar el vínculo de la ética con lo social, lo cual asiste a que el pensar desde el accionar docente se configure culturalmente como un ser crítico ante sus creencias, circunstancias y capacidades. En efecto, los docentes Universidad Nacional Experimental de la Seguridad, Núcleo Maracay del Estado Aragua procuran no estar exentos de este compromiso con la sociedad. Y es que formar con excelencia los saberes académicos es indispensable, pero no es suficiente para el desarrollo del talento humano desde una mirada holística; sobre todo al ser pensada la docencia desde la ética profesional hacia una formación ciudadana en escenarios de libertad, críticos y justicia propensos a desplegar aportes sociales significativos y heurísticos.

Sobre la base de lo emergente, la universidad escenario de estudio, desde el intercambio de opiniones y sustentos ontoepistémicos es favorecida con el estudio de una forma eficiente que permite sensibilizar a los docentes y promover la reflexión crítica de sus prácticas y la incidencia que tienen en la formación de ciudadanos con sentido común. Si bien como ciudadanos en sí, por acción u omisión no se abordan ámbitos de excepción desde una mirada transdisciplinaria; posiblemente sea difícil superar ciertos adoctrinamientos tradicionales que no generan libertad en su totalidad.

Lo mencionado, hace posible avanzar a partir de una formación que habilite en capacidades ciudadanas que no intentan dejar de lado una misión del Estado, sino de proporcionar mejores condiciones en las relaciones sociales con principios constructivos que a los ciudadanos se les confiere dentro de la condición humana en trascendencia natural y valoración universal. Por lo tanto, los sujetos responsabilizados de la gestión socio-universitaria-ciudadana serán un modelo de ciudadanía institucional al conceder las virtudes a su entorno desde una formación de quien se siente ciudadano y logra comprender la importancia de la formación ciudadana.

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