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La Acción Transformadora del Trabajo Cooperativo para el Aprendizaje Socioemocional en la Educación Básica
Revista Científica CIENCIAEDUC, vol. 11, núm. 1, pp. 1-18, 2023
Universidad Nacional Experimental de los Llanos Centrales Rómulo Gallegos

Revista Científica CIENCIAEDUC
Universidad Nacional Experimental de los Llanos Centrales Rómulo Gallegos, Venezuela
ISSN-e: 2610-816X
Periodicidad: Semestral
vol. 11, núm. 1, 2023

Recepción: 06 Junio 2023

Aprobación: 17 Junio 2023

Resumen: El propósito de esta investigación consiste en comprender la acción transformadora del trabajo cooperativo para el Aprendizaje Socioemocional en la Educación Básica en los estudiantes de 6to grado, de la E.P.B “Eloy Guillermo González”, Cojedes. El Abordaje Metodológico fue enmarcado en el Paradigma Sociocrítico, método Investigación-Acción. Desde el punto de vista epistémico se abordó bajo el enfoque histórico cultural de Vigotsky (1978), ya que concibe al estudiante como un ser social, de allí que el trabajo cooperativo crea las condiciones necesarias para que el estudiante interactúe y socialice con los demás. Para contrastar se abordó Modelo de inteligencia socio-emocional de Bar-On (1997), el cual concibe la inteligencia emocional desde la diversidad de competencias y habilidades emocionales, personales y sociales. Como resultado del análisis se evidencia que a partir de las situaciones complejas a las que nos enfrentamos todos los días, relacionadas con eventos conflictivos, que exigen al ciudadano, poseer un amplio bagaje de herramientas relacionadas con la gestión de las emociones. Finalmente, estas acciones derivaron en importantes resultados en el proceso de enseñanza-aprendizaje, incrementando el trabajo en equipo, la creatividad, la comunicación entre los estudiantes de 6to grado, de la E.P.B “Eloy Guillermo González”, Cojedes, la construcción de tareas interdisciplinarias para ampliar la visión de la enseñanza. Estos resultados fueron: el incremento de la participación y la calidad de las actividades de los niños y niñas, un desarrollo de las actividades grupales fomentando el liderazgo, la creatividad y la resolución de conflictos, incrementando los resultados académicos de los niños y niñas, así como una integración más efectiva y eficaz entre ellos para realizar sus trabajos.

Palabras clave: Trabajo Cooperativo, Educación socioemocional, Acción Transformadora.

Abstract: The purpose of this research is to understand the transformative action of cooperative work for Socio-emotional Learning in Basic Education in 6th grade students, of the E.P.B "Eloy Guillermo González", Cojedes. The Methodological Approach was framed in the Sociocritical Paradigm, Research-Action method. From the epistemic point of view, it was approached under Vigotsky's cultural historical approach (1978), since he conceives the student as a social being, hence cooperative work creates the necessary conditions for the student to interact and socialize with others. To contrast, Bar-On's (1997) socio-emotional intelligence model was addressed, which conceives emotional intelligence from the diversity of emotional, personal and social competencies and skills. As a result of the analysis, it is evident that from the complex situations that we face every day, related to conflicting events, which require the citizen to have a wide range of tools related to the management of emotions. Finally, these actions led to important results in the teaching-learning process, increasing teamwork, creativity, communication between 6th grade students, of the E.P.B "Eloy Guillermo González", Cojedes, the construction of interdisciplinary tasks. to broaden the vision of teaching. These results were: the increase in the participation and quality of the activities of the boys and girls, a development of group activities promoting leadership, creativity and conflict resolution, increasing the academic results of the boys and girls, as well as as a more effective and efficient integration between them to carry out their work.

Keywords: Cooperative Work, Socioemotional Education, Transformative Action.

INTRODUCCIÓN

Amar educa. Cuando decimos que amar educa, lo que decimos es que el amar como espacio que acogemos al otro, que lo dejamos aparecer, en el que escuchamos lo que dice sin negarlo desde un prejuicio, supuesto, o teoría, se va a transformar en la educación que nosotros queremos. Como una persona que reflexiona, pregunta, que es autónoma, que decide por sí misma. Humberto Maturana

Los docentes consideramos el trabajo cooperativo como un elemento sumamente valioso en la formación de la personalidad del individuo, pues nos permite garantizar las competencias de aprendizaje desde los constructos mentales del engranaje socioeducativo. De la misma forma, Ros (2021, 6) define “el trabajo cooperativo como un aprendizaje recíproco, donde cada estudiante aprende de otros y al mismo tiempo, proporciona conocimientos a sus compañeros”. Es decir que, al constituirse desde la conformación en equipos, los miembros deben responsabilizarse en fomentar valores de cooperación grupal para alcanzar sus objetivos.

Con relación a lo planteado por el autor citado, el trabajo cooperativo se centra en propiciar la participación entre los estudiantes, a fin de que los mismos aumenten su rendimiento, trabajando de manera conjunta para alcanzar las metas compartidas; haciendo énfasis en que los estudiantes trabajan juntos logran optimizar no solamente sus capacidades de aprendizaje, sino también las del resto de sus compañeros. Del mismo modo, Ros (2021, 5) sostiene que:

para que el proceso de enseñanza-aprendizaje se vuelva más dinámico e interactivo y se logren los aprendizajes propuestos, este debe estar centrado en una metodología focalizada en el trabajo cooperativo, en donde los estudiantes del grupo se apropien del aprendizaje de una forma más dinámica y colaborativa.

Al hacer referencia a la educación en la actualidad, resulta necesario reflexionar sobre el innegable rol preponderante de la misma, para la humanidad entera. Ahora bien, es aquí donde conviene cuestionarse si los métodos y los contenidos que se emplean en los procesos de enseñanza aprendizaje realmente son los más idóneos, si realmente educan para la vida. Los autores (Cantor y Altavas, 2019, 2) consideran:

La definición de los modelos pedagógicos se determina a raíz de una coherencia entre las limitaciones de cada época educacional, que depende de la idea del tipo de ser humano que se desea educar y a su vez la sociedad que se desea construir, esto lleva a pensar en la relación de las teorías pedagógicas con la cosmovisión del ser humano, de acuerdo a la sociedad, sus intereses y necesidades evidenciándose en el modo de actuación profesional pedagógico.

Por ende, es fundamental indicar que los modelos pedagógicos requieren atender las necesidades y exigencias de la sociedad actual, al mismo tiempo deben estar coherentes con el contexto, de esta manera se logrará el éxito en la formación de los ciudadanos que las sociedades demandan, pero la misma debe ir orientada desde una perspectiva más humana. Además, la educación debe ser pensada para el presente y para el futuro, los contenidos educativos que se imparten no van a la vanguardia de los crecientes y acelerados cambios de la sociedad moderna.

Considerando lo expuesto, es necesario tener presente que una teoría pedagógica será propicia en la medida que se proponga en primera instancia que el ser humano que se desea formar sea visto como sujeto transformador de sociedades, porque conviene considerar un sinfín de elementos del entorno social a fin de contextualizar y priorizar qué conocimientos requiere saber. Pues consiste entonces, en redimensionar los contenidos curriculares que vayan en sintonía de lo que realmente se requiera aprender.

De allí la importancia de nosotros los educadores en la construcción de sociedades, es por ello que, quienes tenemos la gran responsabilidad de formar y educar requerimos de un alto compromiso en la enseñanza, asumiendo de manera responsable el rol investigador que nos permita adecuar la pedagogía, contenidos, objetivos, métodos, modos de enseñanza, formas organizativas, entre otros, al entorno social donde nos encontremos, aun sabiendo que entre las instituciones educativas y las comunidades debe haber una estrecha relación siempre con miras no solo de alcanzar el éxito de los aprendizajes, sino que también en función de generar aportes, en el progreso de la sociedad.

Es preciso resaltar que, en Venezuela, el Ministerio del Poder Popular para la Educación (2007) ha fijado y planteado métodos de aprendizajes orientados al trabajo cooperativo con miras a mejorar la calidad de la educación, garantizando que esta sea de calidad y en igualdad de condiciones tal como lo establece la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), “Toda persona tiene derecho a una educación integral de calidad, permanente, en igualdad de condiciones y oportunidades, sin más limitaciones que las derivadas de sus aptitudes, vocación y aspiraciones”. (art. 103)

De allí la necesidad de que todos los docentes nos avoquemos a la aplicación de estrategias que promuevan el trabajo cooperativo como una herramienta metodológica, necesaria para alcanzar un aprendizaje efectivo en nuestros estudiantes. Por lo que al hacer referencia a la investigación educativa en los actuales momentos, es trascendental profundizar en la postura epistémica de quienes juegan un rol preponderante en la educación: los docentes, quienes tienen la gran responsabilidad y compromiso de promover escenarios contextualizados a la realidad existente, donde los métodos de enseñanza desde el mismo momento de la planificación, estén orientados a generar aprendizajes significativos bajo una acción formativa, en la cual no solo lo científico tenga lugar, sino que también la esencia como condición humana esté presente en la misma, fomentando el sentir y las emociones de quienes hacemos investigación educativa desde los ambientes pedagógicos.

Por su parte, los docentes se han enfocado siempre en brindar una educación de calidad, no solo centrada en contenidos curriculares, sino también en una amplia formación en valores como el amor, la solidaridad, la amistad, la convivencia, la paz, la responsabilidad, la generosidad, la humildad, la empatía, entre otros que de alguna u otra forma nos permita preparar un buen ciudadano para la vida en sociedad.

Al respecto, (Ramos y Vieira 2019, 362) añaden lo siguiente:

Como docentes y también como formadores de docentes, consideramos el trabajo colaborativo como una estrategia fundamental que presupone un trabajo conjunto, asociado a un intercambio efectivo de ideas y experiencias y una profunda reflexión tanto sobre la práctica como sobre los conocimientos que ponen juntos en la búsqueda de un propósito común, es decir, mejorar la práctica de los profesores. (…) Esta estrategia se asume ampliamente en el contexto de la formación continua del profesorado, donde la valorización del trabajo colaborativo entre diferentes actores (aprendices y formadores), con el fin de preparar y conducir experiencias de desarrollo curricular proporciona un mayor apoyo, ofrece múltiples perspectivas y enriquece el reflejo. En este contexto de formación docente, los docentes trabajan en grupos (colaborativamente), con la presencia de un formador, discutiendo y reflexionando sobre las prácticas del aula, preparando tareas y discutiendo contenidos y estrategias.

Continuando con lo anteriormente planteado, los docentes, tanto en formación como formadores, consideran que la estrategia del trabajo cooperativo se asocia a ese intercambio tanto de ideas, como experiencias, en donde todos juntos tienen como propósito la búsqueda de una visión en común, en este caso el aprendizaje emocional. Por ende, propiciar aprendizajes mediante el trabajo cooperativo, requiere de docentes formados bajo este mismo estilo de aprendizaje, es decir; trabajando juntos de forma colaborativa en la búsqueda de prácticas y estrategias creativas e innovadoras, que promuevan este trabajo entre sus estudiantes en función del logro de aprendizajes y experiencias significativas, logradas de manera conjunta. Por su parte, (García, Traver y Candela 2019, 7-8) consideran que:

La aplicación en el aula de estrategias de aprendizaje cooperativo favorece el aprendizaje de la solidaridad, sobre todo, incluyendo los elementos de procedimientos y actitudes, debido a que entre otras oportunidades, promueve la dialogicidad y el consenso para desarrollar una responsabilidad colectiva, incentivando al estudiante a utilizar el diálogo como instrumento para la solución de los conflictos que pueden emerger al generar un proyecto compartido; enseña al mismo tiempo del respeto a las diferencias individuales, colaborando, compartiendo y ayudando; a planificar conjuntamente y a la búsqueda del bien común. Todos estos ingredientes son imprescindibles para promover el valor de la solidaridad, y la visión compartida.

Partiendo de lo que plantean estos autores con relación al trabajo cooperativo, se evidencia claramente que esta acción pedagógica no solo le permite a los estudiantes apropiarse a nuevos y valiosos aprendizajes en colectivo, sino que también les permiten consolidar los valores de la solidaridad, fortaleciendo a su vez el diálogo basado en el principio de la responsabilidad y el respeto de ideas que dé lugar a un consenso social; a fin de apoyarse en la búsqueda de aprendizajes de interés común.

Sin embargo, es necesario asumir en este proceso de búsqueda de aprendizajes, la activación de una educación emocional, basada en un desarrollo de competencias emocionales que contribuyen a un mejor bienestar personal y social, que además repercute también en una mejora del proceso de aprendizaje curricular. Es así como (Corbellá y Merlo, 2020, 1) refieren que:

La educación emocional involucra más allá de una revisión teórica, requiere además de la gestión de las propias emociones, convirtiéndose esto en una debilidad durante la formación curricular del docente. Este manejo es fundamental, pues, tal como refiere la neuro-educación, el aprendizaje requiere la participación del otro.

El resaltar el aprendizaje socioemocional en el centro de la respuesta educativa, brinda la oportunidad para la transformación y el desarrollo de un currículo más integral y humanista, que incorpore dimensiones fundamentales del Objetivo de Desarrollo Sostenible, de garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos.

En la actualidad, ya se está reconociendo gradualmente el valor de cultivar tanto las capacidades emocionales como las cognitivas. Es decir, de acuerdo a lo planteado por (García, 2017) “la integración de la enseñanza socioemocional en el currículo se convirtió en una realidad no únicamente a partir de la perspectiva metodológica, sino además como parte de los conocimientos teóricos y prácticos que se imparten en el aula”. Para eso, se debe considerar el papel importante que juega el profesorado en el desarrollo de las habilidades emocionales de sus estudiantes.

Ahora bien, partiendo de varias Jornadas de talleres de formación sobre las estrategias metodológicas para mejorar el aprendizaje, dirigido a los docentes de Escuelas Primarias del municipio San Carlos, Estado Cojedes, se pudo evidenciar que los docentes de la E.P.B “Eloy Guillermo González” en su mayoría manifestaron que a los estudiantes se les dificulta integrarse a los grupos de trabajo; son muy competitivos y muestran interés simultáneo para ser líderes, razón por la cual, se abstienen de compartir sus ideas para generar nuevos constructos en grupos; prefieren trabajar solos antes de integrarse y generalmente se oponen al intercambio de ideas al momento de generar nuevos aprendizajes. Asimismo, manifestaron que los niños al momento de socializar y trabajar en equipo, les cuesta fomentar el aprender a aprender, y por ende no se da a plenitud el intercambio de ideas, lo cual es clave para la construcción de aprendizajes en colectivo, reflejándose en la Figura 1 que se detalla a continuación.


Figura 1.
Diagnóstico del trabajo cooperativo en de la E.P.B “Eloy Guillermo González”, Cojedes.
Angarita y Peña (2022)

Lo anterior nos hace considerar la necesidad de fortalecer los procesos de enseñanza, a partir del desarrollo de las actividades en equipos, ya que pude percibir como docente de aula algunas de las limitaciones relacionadas con las acciones o premisas del trabajo cooperativo que se emplean por los vinculados con el proceso de enseñanza-aprendizaje. Conviene mencionar que, para este estudio, se centró en los estudiantes de 6to grado, de la E.P.B “Eloy Guillermo González”, seleccionando como informantes claves: dos estudiantes, dos docentes y dos representantes. Por cuanto, el propósito general del presente artículo se enmarca en: Comprender la acción transformadora del trabajo cooperativo para el Aprendizaje Socioemocional en la Educación Básica en los estudiantes de 6to grado, de la E.P.B “Eloy Guillermo González”, Cojedes.

MÉTODO

En la presente investigación la realidad referente a la práctica del trabajo cooperativo en los espacios de enseñanza-aprendizaje, no sólo es dialógica, dinámica, sino que, además, se construye desde las percepciones y creencias de cada persona que participa en la misma. El artículo se enmarcó en la naturaleza cualitativa, y se insertó en el paradigma Socio-Crítico, en el cual las características de los sujetos de estudios se encuentran salpicadas por su realidad sociocultural. Para (Orozco 2016) este “Paradigma permite las transformaciones sociales fundamentadas en la crítica social con un aporte importante de la reflexión”. Con relación a esto (Peña 2022, 36), establece que:

el conocimiento se construye por intereses que emergen de las necesidades de los grupos, promoviendo la voluntad racional y liberadora del ser humano, cuando los sujetos se forman para la vida en común, si participan en su propia transformación social, pero utilizando la auto-reflexión y el conocimiento con el fin de que cada miembro tome conciencia del rol que le corresponde dentro del grupo.

Ahora bien, el método de estudio utilizado fue Investigación Acción, a través del cual se abordó el contexto socioeducativo de los actores sociales, los cuales fueron: 2 docentes, 2 estudiantes y 2 representantes, obteniéndose la información a través de observaciones, entrevistas y grupos focales. Empleándose además para la comprensión del contexto, la estructuración, la contrastación, y la teorización, validadas desde el mismo criterio de los participantes. Siendo así, que se concibió la transformación de la realidad desde la construcción colectiva de quienes conviven en el contexto educativo del 6to grado, de la E.P.B “Eloy Guillermo González”, Cojedes, promoviendo un cambio paradigmático en la educación socioemocional, desde las vivencias e interpretaciones de los actores sociales.

RESULTADOS

El Trabajo cooperativo en el contexto educativo representa todo un desafío en cuanto a la innovación y creatividad se refiere, puesto que el ser humano como ser social requiere y exige cambios profundos en el proceso de adquisición del conocimiento, es así que al referirnos a los fundamentos que justifican este estudio, se considera de gran importancia los aportes teóricos de Vigotsky (1978) con la Teoría Histórico-cultural para la Enseñanza y el Modelo de inteligencia socio-emocional de Bar-On (1997)

Al respecto, (Alarcón, Sepúlveda y Madrid 2018, 209), sostienen que el aprendizaje cooperativo “no solo es una estrategia didáctica o una metodología, sino que es una forma de entender la enseñanza y, en consecuencia, el aprendizaje, ya que afecta todos y cada uno de los elementos implicados en el proceso de enseñanza-aprendizaje” (p. 209). Además, (Vigotsky 1978, 57), afirma que el Trabajo Cooperativo es:

Un proceso interpersonal es transformado en uno intrapersonal, en donde cada función en el desarrollo cultural del niño aparece dos veces: primero, en el nivel social y posteriormente en el nivel individual. Todas las funciones superiores se originan como relaciones entre individuos humanos.

Desde esta perspectiva se concibe el trabajo cooperativo como una filosofía de enseñanza por su trascendencia de lo que implican los grupos y la cooperación, como principio de brindar a los estudiantes ambientes que permitan el fin didáctico dentro de condiciones donde los mismos se relacionen y por ende construyan y consoliden su aprendizaje significativo, preparándolos a su vez para una vida en sociedad. Como es evidente, el trabajo cooperativo direccionado al aprendizaje en pequeños quipos, construye el escenario idóneo para que el estudiante pueda comprender desde el intercambio con otros las habilidades y conocimientos que se van desarrollando.

Ahora bien, las capacidades emocionales, según (Bar-On 2000), “se pueden dividir en dos tipos de competencias que estarían interrelacionadas: competencias básicas y competencias facilitadoras, concibiendo la inteligencia emocional como un concepto ligado a aspectos variables de la personalidad”. Este es un sentido es más amplio, ya que incluye una serie de habilidades socioemocionales que intervienen en la capacidad total del individuo para hacer frente a los requisitos y las presiones del entorno.

De acuerdo a estas consideraciones, es evidente que la interacción social es la clave del aprendizaje socioemocional, por lo que el docente de educación básica al promover el trabajo cooperativo facilita el mismo, tomando en cuenta el entorno social del estudiante. A partir de la búsqueda teórica y su contrastación con las categorías que emergieron del grupo focal, se diseñaron acciones transformadoras para propiciar desde el Trabajo Cooperativo un Aprendizaje Socioemocional, reflejadas en las Figuras 2 y 3.

Figura 2
Plan de acciones transformadoras del Trabajo Cooperativo para el Aprendizaje Socioemocional.

Angarita y Peña (2022)


Figura 3.
Implementación y evaluación de las acciones transformadoras del Trabajo Cooperativo para el Aprendizaje Socioemocional.
Angarita y Peña (2022)

Con el diseño participativo y dialógico de las acciones, se generó un alto nivel de aceptación de representantes, docentes y estudiantes. Estas actividades que hemos realizado, han sido realmente valiosas, pues los participantes se han organizado más para realizar actividades socioeducativas en conjunto. Así mismo estas acciones, no sólo han transformado la comunidad educativa y las personas con las que hemos trabajado, sino que además nos hemos transformado a nosotras mismas como investigadoras.

ü Las actividades lúdicas formaron una parte central del proceso de transformación, pues fue desde el juego, el intercambio, la comunicación y el trabajo en equipo, que los estudiantes, representantes y maestros centraron su atención en el proceso de enseñanza-aprendizaje y no en los resultados de evaluación cuantitativa.

ü La educación de los padres con relación al aprendizaje socioemocional les ayudó a delimitar mejor las fortalezas de sus hijos, encausando mejor las oportunidades de desarrollo de su potencial actual y futuro. Esto se evidenció no sólo en el comportamiento de los estudiantes, sino además en sus resultados académicos, pues se incrementó el rendimiento educativo.

ü Los estudiantes comprendieron la importancia de la empatía, la responsabilidad, la comunicación para el desarrollo de las tareas, lo que incrementó el impacto de las actividades educativas, incentivando la creatividad social, desde la actuación de todos los estudiantes en las tareas, auto-asignándose responsabilidades en las mismas a partir de las potencialidades personales de cada uno, que al sumarse configuraban resultados excepcionales.

Es decir, el trabajo cooperativo crea las condiciones necesarias para que el estudiante interactúe, socialice y se comunique con los demás, lo cual quiere decir, que la interacción y las relaciones sociales forman el contexto comunitario y educativo propicio, a fin de que ocurra el aprendizaje socioemocional eficiente, especialmente al incorporar en la visión a los padres y educadores, generando un ecosistema educativo más rico, versátil y cónsono a la realidad.

DISCUSIÓN

El plan de acciones transformadoras del Trabajo Cooperativo para el Aprendizaje Socioemocional, fue concebido como parte de la transformación curricular propiciada por la vuelta a clases tras la Pandemia del Covid y sus medidas de distanciamiento físico, por lo que es necesario esclarecer que este período en que los seres humanos hemos tenido que limitar los procesos de acercamiento social ha incidido en el comportamiento social de los niños y niñas, especialmente de los que se encuentran en el nivel de Educación Básica, por lo que el aprendizaje socioemocional se ha convertido en una alternativa idónea para conducir la educación desde las emociones que ayuden a humanizar el proceso de enseñanza-aprendizaje, siendo esto esencial para promover el compañerismo, el trabajo en equipo, el desarrollo de tareas grupales que fomenten la convivencia y la tolerancia en los niños y niñas.

Aunado a lo anterior se infiere que, la educación socioemocional tiene como objetivo profundizar en los valores humanitarios que deben ser la base y el fin de la educación, tales como el respeto a la vida y la dignidad humana, la igualdad y la justicia social, la diversidad cultural, así como el sentido humano, la solidaridad y la responsabilidad compartida por nuestro futuro común.

CONCLUSIONES

Finalmente, desde la compresión de la acción transformadora del trabajo cooperativo para el Aprendizaje Socioemocional en la Educación Básica en los estudiantes de 6to grado, de la E.P.B “Eloy Guillermo González”, Cojedes, se establece que la educación socioemocional como proceso pedagógico estuvo centrada en el desarrollo de habilidades necesarias para el reconocimiento y gestión de las emociones propias y ajenas, convirtiéndose en una innovación socioeducativa que demanda de la transformación curricular. Aunado a ello, la educación socioemocional de los estudiantes no se valoró desde el enfoque de habilidades y destrezas en las tareas individuales, sino en la creatividad colectiva, la resolución de conflictos, y participación democrática en el aprendizaje.

En esencia, la relación entre el Trabajo Cooperativo y la Educación Socioemocional, requiere de un proceso integral y permanente, lo cual se evidenció en los resultados de las acciones implementadas, pues al incrementar la aceptación y participación activa de los niños y niñas en las tareas, surgieron nuevos liderazgos en el salón desde el reconocimiento de los propios participantes, quienes se mostraron más proactivos, creativos e innovadores, generando otras estrategias educativas centradas en el desarrollo integral del estudiante, que propició además, un rol más activo de corresponsabilidad con los representantes en la formación de sus hijos e hijas, favoreciendo la calidad académica y su rendimiento.

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