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La revista Radiolandia 2000 frente a la crisis del Atlántico Sur (1982)[1]
De Prácticas y Discursos. Cuadernos de Ciencias Sociales, vol. 13, núm. 22, 2024
Universidad Nacional del Nordeste

Artículos Libres

De Prácticas y Discursos. Cuadernos de Ciencias Sociales
Universidad Nacional del Nordeste, Argentina
ISSN-e: 2250-6942
Periodicidad: Semestral
vol. 13, núm. 22, 2024

Recepción: 14 Febrero 2024

Aprobación: 10 Junio 2024

Resumen: Este artículo analiza la cobertura que realizó la revista Radiolandia 2000 del conflicto entre Argentina y Reino Unido durante los meses de abril a junio de 1982. Para proceder al análisis del corpus, se articularon categorías de la sociosemiótica y el análisis del discurso. Los resultados permiten ratificar el síndrome de malvinización de la información de las agendas informativas, en este caso de una revista de espectáculos. Asimismo, se verifica una superposición de instancias enunciativas en relación con el tono desde el que se realiza la cobertura. La conclusión a la que se arriba es que, si bien el exitismo caracterizó a gran parte de la prensa, hay matices interpretativos en las coberturas, incluso dentro de un mismo medio.

Palabras clave: revistas argentinas, análisis del discurso, Malvinas.

Abstract: This article analyzes the coverage carried out by the magazine Radiolandia 2000 of the conflict between Argentina and the United Kingdom over the Malvinas during the months of April to June 1982. To proceed with the analysis of the corpus, categories of socio-semiotics and discourse analysis were articulated. The results confirm the malvinization syndrome of information in the news agendas, in this case of an entertainment magazine. Likewise, an overlap of enunciative instances is verified in relation to the tone from which the coverage is carried out. The conclusion reached is that, although triumphalism characterized a large part of the press, there are interpretive nuances in the coverage, even within the same medium.

Keywords: Argentine magazines, discourse analysis, Malvinas.

Este trabajo se inserta en un proyecto[3] más amplio sobre la cobertura que realizaron las revistas argentinas de circulación nacional acerca del conflicto entre Argentina y el Reino Unido por las islas Malvinas (1982). Su alcance es acotado, dado que se propone analizar el modo en que la revista Radiolandia 2000, editada en la ciudad de Buenos Aires, cubrió la contienda del enfrentamiento.

El interés por esta publicación radica en su circulación, pero también porque hay una vacancia de estudios específicos sobre su comportamiento enunciativo desde abril hasta junio de 1982. Asimismo, el aporte es abordar las características que asume el sumario informativo, en sus dimensiones temática, retórica y enunciativa, de una revista de espectáculos. La metodología utilizada es de corte cualitativo y articula categorías de la teoría de la enunciación (Benveniste, 1999), la sociosemiótica (Verón, 1993) y análisis crítico del discurso (Van Dijk, 1997).

Las hipótesis sobre las que se funda este trabajo son dos. Primero, a partir de reconocer que el reclamo de la soberanía de la Argentina en Malvinas era de larga data y ante la posibilidad de que podía fortalecer la posición del gobierno de cara al futuro, la revista que constituye el corpus de este trabajo asintió frente a la decisión de los militares de recuperar las islas. Segundo, si bien gran parte de la prensa se caracterizó por un discurso de corte exitista (Escudero Chauvel, 1996; Gamarnik, 2015, 2022) durante la contienda de la guerra, no hubo una cobertura monolítica del conflicto (Varela, 2001).

El artículo se organiza de la siguiente manera. En primer lugar, se presentan los antecedentes y los aspectos teóricos y metodológicos. Luego, se realiza una sucinta historia de la revista. En tercer lugar, se exhiben los resultados. Finalmente, en las conclusiones se desarrollan de una manera esquemática los principales puntos de la investigación.

Antecedentes

Sobre el conflicto del Atlántico Sur hay una frondosa producción bibliográfica que se repondrá de manera parcial ya que, por un lado, por cuestiones de extensión no sería posible mencionar la totalidad de lo que se ha producido y, por el otro, porque se hará especial énfasis en aquellos antecedentes directos al objeto de este trabajo.

Entre los estudios sobre el comportamiento de los medios de comunicación en general durante el conflicto del Atlántico Sur y algunas de las dificultades que atravesaron para circular e informar en un contexto signado por la censura se destacan los siguientes.

En primer lugar, el libro de Escudero Chauvel (1996), quien realiza una descripción de los sistemas de producción de la información sobre el conflicto aparecida en los principales diarios argentinos para luego proponer una interpretación de las formas de la narración de las noticias de la guerra y la circulación de rumores y desmentidos. Díaz et al. (2005, 2010) analizan en varios artículos el posicionamiento de los medios gráficos que no participaron de la sociedad de Papel Prensa SA -los “no socios” del Proceso- durante el conflicto bélico con Gran Bretaña en 1982 y su inestable relación con las autoridades de la dictadura militar argentina. A su vez, dan cuenta de las condiciones políticas que imperaban entonces. En Díaz (2022) se recopila parte de estas producciones en un libro que se ocupa del análisis de los editoriales de los diarios Clarín, The Buenos Aires Herald, El Día, entre otros, durante el conflicto.

Blaustein y Zubieta (1999), por su parte, realizaron una recopilación de tapas y notas publicadas por la prensa durante la dictadura militar, así como los relatos de periodistas y agentes de la cultura con base en su historia personal y profesional durante el periodo. Por su parte, Ulanovsky (2005) realiza una investigación más amplia sobre la historia de los diarios, revistas y periodistas argentinos, ligada a la del país, sus cambios y desventuras políticas. En este camino, Mendelevich (1982) presenta la historia y evolución de las revistas argentinas. Girbal-Blacha y Quatrochi-Woisson (1999) confirman en su investigación la influencia de diversas revistas argentinas en el ámbito político y cultural de la primera parte del siglo XX. Ford y Rivera (1987) aportan información sobre la historia del desarrollo -y consumo- de los medios de comunicación en Argentina a lo largo del siglo XX, incluyendo el período que se toma en este trabajo.

En Gago (2017) y Gago (2021) se recuperan fragmentos de un trabajo más amplio (Gago, 2013), en el que se analizó la cobertura de las revistas políticas Somos, Extra y Redacción. El principal hallazgo de esa pesquisa es que, aun perteneciendo a una misma empresa, cada una de las publicaciones abordó con distintos grados de “entusiasmo” y “exitismo” el enfrentamiento entre Argentina y Reino Unido.

Desde el campo de la historia, Franco (2018) realiza un análisis sobre discursos que circularon en la prensa diaria durante el período transicional, que la ubica en 1979. En esta línea, Ferrari (2013) se concentra en el último año de la transición y refleja varias de las discusiones que se dieron en los diarios y revistas del momento.

Vinculado con el corpus de este trabajo, aunque no toma la coyuntura bélica, se encuentra el trabajo de González Centeno (2003), quien analiza a Radiolandia en relación con el cine, pero aporta información sobre sus orígenes.

Con respecto a la memoria, los aspectos identitarios y con la importancia de las Malvinas para la cultura argentina contemporánea, los trabajos de mayor relevancia son los de Palermo (2003), Guber (2001, 2009, 2020), Lorenz (solo retoman los más recientes dada su abultada producción sobre el tema, 2021, 2022, 2022a) y Tato (2020).

Aspectos teóricos y metodológicos

El corpus se constituyó de acuerdo con la propuesta de Barthes (1993). Pese a la arbitrariedad que implica el “recorte” del material sobre el que se trabaja, el corpus “tiene que ser suficientemente amplio como para que se pueda suponer razonablemente que sus elementos saturan un sistema completo de semejanzas y diferencias” (Barthes, 1993, p. 80). En lo atinente a su armado, también se consideró la factibilidad del acceso al material hemerográfico.

La importancia de estudiar revistas se sustenta, por un lado, en la escasa oferta informativa de radio y televisión de la época, manejada directamente por las Fuerzas Armadas, daba aún mayor relevancia al rol de prensa “independiente”[4](Borrat, 1989) como medio informativo y formador de opinión (Borrelli, 2008). Asimismo, extrapolando la conceptualización que realiza Borrat (1989) para el periódico, puede agregarse que las revistas se pueden concebir como actores políticos que buscan incidir en el proceso de toma de decisiones del sistema político del que forman parte. Por último, las observaciones de autores como, por ejemplo, Tarcus (2021), Petra (2023) o Sarlo (1992) sobre las revistas culturas permiten considerar al corpus como una fuente privilegiada para el estudio de la historia intelectual y como un lugar de organización de diferentes discursos y mapas de relaciones intelectuales y políticas.

Para poder abordar el corpus, se retoma el concepto de género-P que, junto con las nociones de tipos y estrategias, es propuesto por Verón (2004) para caracterizar en su especificidad[5] a los productos de la prensa gráfica. El autor sostiene que la noción de género (a los que llamará L) está influenciada por la problemática literaria y, desde esta perspectiva, resulta más complejo poder describir con precisión los productos de la prensa dado que un mismo género-L puede encontrarse en diferentes tipos de discurso. En cambio, “los géneros-P poseen una relación mucho más estrecha con los tipos de discursos que los géneros-L” (Verón, 2004, p. 3). Esta relación entre la idea de producto con la de género no es fortuita porque le permite al autor vincularlo con los fenómenos de competencia en el mercado. En consecuencia, desde estas categorías se puede analizar a la revista seleccionada atendiendo a sus particularidades como tipo de discurso y, también, para ubicarla en diferentes zonas de competencia directa y delimitar sus variaciones estratégicas, desde el punto de vista de sus condiciones de producción.

Para proceder al estudio del corpus, en sus dimensiones temática, retórica y enunciativa, se recuperaron categorías operativas de la enunciación como deícticos, subjetivemas y modalidades (Benveniste, 1999) para analizar las marcas que el proceso de enunciación dejó en el enunciado; también distintas propiedades del discurso informativo (Van Dijk, 1997) como la presentación de la noticia que involucra entre muchos otros aspectos el tamaño de los titulares, fotografías, fuentes tipográficas, espacio de la superficie redaccional que ocupa y se le adjudica a la noticia, puesto que denota prominencia, relevancia e importancia de los sucesos, temas y actores. Asimismo, se analiza la dimensión semántica, ya que las formas sintácticas y el estilo léxico son manifestaciones del significado y de las referencias subyacentes y sirven como estrategia interpretativa para el lector en la construcción de representaciones semánticas y modelos recordatorios. Finalmente, la dimensión retórica, porque incide en los demás niveles textuales, desde la presentación hasta la semántica subyacente.

El estudio de Radiolandia 2000 es pertinente porque la escasa oferta informativa de radio y televisión de la época –manejada directamente por las Fuerzas Armadas– daba aún mayor relevancia al rol de prensa “independiente” (Borrat, 1989) como medio informativo y formador de opinión.

La decisión de analizar el período que abarca desde el 2 de abril hasta el 14 de junio se debe a la necesidad de comprender las múltiples voces enunciativas que se manifestaron durante la contienda, puesto que una vez concluido el conflicto –que aceleró la “descomposición” del gobierno militar y abrió el camino a una transición “no pactada” hacia la democracia (Quiroga, 2004; Canelo, 2005, 2016)–, gran parte de los comentaristas y analistas periodísticos no sólo se volvieron “democráticos” y se mostraron “azorados” por la confrontación bélica, sino que además con escasa o nula capacidad de autocrítica “sacaban a la luz” las peripecias de los soldados argentinos durante el combate (Gago y Saborido, 2011).

El corpus

Radiolandia 2000 reconoce como antecesora a Radiolandia, que fue fundada en 1930 por el empresario Julio Korn. La revista -tal como señalaba su eslogan- “de actualidad para toda la familia”, aparecía los viernes. En sus orígenes se ocupaba de noticias del espectáculo: cine, radio y posteriormente televisión. De acuerdo con González Centeno (2003), “el estilo de Radiolandia permanece casi invariable hasta fines de la década del ’70, en que cambia su nombre por el de Radiolandia 2000 y modifica su formato y diseño”. Desde ese momento, la revista quedó en manos de la Editorial Crea SA[6].

De acuerdo con González Centeno (2003), si bien el semanario mantiene su contrato de lectura[7], incluiría en su sumario informativo temas de política, economía, salud y casos policiales, los que convivirían con las noticias de la farándula. En 1982 la revista estaba bajo la dirección de Franciso Loiácono. Dejó de publicarse en 1992.

Durante el conflicto por las Malvinas, en Radiolandia 2000, en los artículos sobre Malvinas se publicaban los nombres de los equipos, corresponsales cuando correspondía y enviados especiales. Asimismo, en el Directorio[8] se informaba el staff completo. Radiolandia 2000 permite comprobar y ratificar el síndrome de “malvinización de la información”[9] propuesto por Escudero Chauvel (1996)[10].

Según el Instituto Verificador de Circulaciones (IVC), Radiolandia 2000 tuvo en abril de 1982 una circulación neta pagada de 93.324; en mayo de 1982 de 83.703 y, finalmente, en junio de 1982 de 88.323.

Resultados

El corpus de Radiolandia 2000 quedó conformado por los números publicados el 2 de abril, 9 de abril, 16 de abril, 30 de abril, 14 y 28 de mayo, 11 y 18 de junio de 1982. Por lo tanto, los resultados obtenidos y las interpretaciones que de ellos se infieren se circunscriben al material relevado y tienen un carácter tentativo.

Para el abordaje del corpus se procedió a organizar el análisis en torno a tres órdenes de producción de sentido (Steimberg, 1993): temático (el qué), retórico (el cómo) y enunciativo (efecto de sentido).

El orden temático

El nivel temático se vincula con la categoría semántica que atraviesa a todo el texto, esto es, el tema propiamente dicho. A su vez, este debe diferenciarse de los motivos o rasgos temáticos que son unidades menores que, articulados, configuran el tema (Segre, 1985).

De los ocho números relevados de Radiolandia 2000, se contabilizó que en las ocho tapas aparece el tema del conflicto por las Malvinas. En algunos números, el tema ocupaba la totalidad de la tapa, mientras que en otros si bien el mayor espacio lo dedicaban a Malvinas, compartía el espacio con noticias de espectáculos. Las siguientes imágenes ilustran parcialmente lo mencionado:




Figura 1. Tapa de Radiolandia 2000 (9 de abril de 1982).

archivo personal




Figura 2. Tapa de Radiolandia 2000 (30 de abril de 1982).

archivo personal.

Entre los rasgos o motivos temáticos que se presentan en los sucesivos números de Radiolandia 2000 se destacan los siguientes. En primer lugar, el relato sobre el apoyo de la ciudadanía reunida en la Plaza de Mayo por el desembarco en las islas; las “heroicas jornadas de la reconquista” (Radiolandia 2000, 9 de abril de 1982) mediatizadas por enviados especiales a Río Gallegos o zonas aledañas o cables de la agencia de noticias Télam; historias de los soldados y los familiares; las mujeres que trabajaban en el hospital de Campaña; las relaciones internacionales y las acciones llevadas adelante desde el “mundo del espectáculo” para colaborar con la guerra. Del total de la superficie redaccional, se contabilizó que, de 82 páginas, 29 (35%) se dedicaban a Malvinas y las restantes se distribuían entre las secciones Guía de Cine, Televisión y Radio, la Carta de Doña Matilde –desde la que la periodista Nora Lafón, bajo un pseudónimo, contaba infidencias del ámbito de la farándula y, durante la guerra, se realizaban comentarios sobre la contienda-. También se incluían entrevistas realizadas a figuras del espectáculo como Luisina Brando, Beatriz Salomón o a periodistas como Liliana López Foresi y noticias necrológicas que informaban, por ejemplo, el deceso de Nélida Lobato (Radiolandia 2000, 14 de mayo de 1982).

El orden retórico

Este nivel se vincula con las formas o estilos de expresión utilizados para decir o mostrar algo (Zecchetto, 2002). Al preguntarse por cómo se dice algo, la retórica es un metalenguaje porque habla del lenguaje (Barthes, 1993).

Si bien la imagen visual y el diseño no es objeto de este trabajo, que privilegia el análisis del discurso escrito, vale mencionar que se identifica la utilización de la hipérbole visual –que se define como tal por exagerar o enfatizar aumentando las propiedades de un objeto, acción o estado (Zecchetto, 2002)– como figura retórica predominante. Se incluía la utilización de letras grandes sobre fondos con colores llamativos o la utilización de fotografías con valor documental sobre los soldados y el frente de batalla. Este diseño de la información periodística ponía de manifiesto el tono exaltado y exitista, pero también melancólico frente a los caídos en combate. Por ejemplo:




Figura 3. Tapa de Radiolandia 2000 (14 de mayo de 1982).

archivo personal.

La antítesis –que designa oposición o contrariedad– reforzada por la utilización inclusiva de la primera persona del plural –nosotros– y la ironía –decir algo utilizando el significado de su antónimo– (Zecchetto, 2002) se comprueban como otras de las figuras retóricas utilizadas. Por ejemplo: “El ataque al ‘Narwal’. Que no se hable más de los ‘caballeros ingleses’” (Radiolandia 2000, 14 de mayo de 1982, tapa). “Malvinas Falkland” (Radiolandia 2000, 9 de abril de 1982, tapa)[11].

Asimismo, se verificó la utilización de subjetivemas, esto es, expresiones o palabras –verbos, sustantivos, adjetivos– que sirven para nombrar, evaluar y calificar, con connotación peyorativa. Los que se usaron de forma más recurrente fueron “usurpación” y “piratas”. Por ejemplo: “Todos los detalles sobre la ‘Operación Rosario’, la toma de las Malvinas y el fin del pirataje inglés” (Radiolandia 2000, 9 de abril de 1982, p. 4). Puntualmente, hacia la figura de Margaret Thatcher aparecían expresiones o términos despectivos como “Vampiro”, “Ladrona de leche”, “Juana de Arco” (Radiolandia 2000, 14 de mayo de 1982, p. 13).

Por otra parte, la revista interpeló a su público exaltando el valor patriótico de la gesta y del accionar de los soldados, como así también hicieron uso de las historias de vida, que presentaban un estilo epidíctico (Aristóteles, 2002), relatadas en un tono melodramático y con adjetivaciones con connotaciones positivas hacia la figura de quienes se encontraban en el frente de batalla (Gago, 2023). Los siguientes titulares ilustran parcialmente lo mencionado: “Plaza de Mayo: símbolo de la unidad nacional” (Radiolandia 2000, 16 de abril de 1982, tapa); “Habla la novia de Mario: ‘Íbamos a casarnos pronto’”; “En un hogar de pueblo se veló al héroe de todos” (Radiolandia 2000, 16 de abril de 1982, p. 13); “El dramático llamado de un hijo a su padre, un cabo principal maquinista, tripulante del ‘Belgrano’. Hola, hola papucho, volvé pronto que te extrañamos” (Radiolandia 2000, 14 de mayo de 1982, pp. 14-15).

Respecto del carácter epidíctico que asumían los relatos para resaltar la figura de quienes se encontraban en el frente de batalla, se debe mencionar que Radiolandia 2000 dedicó una tapa y nota central para resaltar el papel de las mujeres del hospital de Campaña[12]. A partir de la comparación con aquellas que habían participado en contra de las invasiones inglesas, utilizaron las siguientes volantas y títulos: “Como en 1806 y 1807 ¡Nuestras mujeres en pie de guerra!” (Radiolandia 2000, 30 de abril de 1982, tapa); “Cambiaron la pollera y la casaca blanca por los gruesos trajes verde oliva y pesados borceguíes. En medio de la guerra, con coraje y perfume de mujer” (Radiolandia 2000, 30 de abril de 1982, tapa y pp. 10 y 11).

En lo atinente a los géneros periodísticos utilizados, predominaron las crónicas, los reportajes y las entrevistas. De acuerdo con Díaz Noci (1995), estos son géneros interpretativos o mixtos y permiten articular la perspectiva o punto de vista del cronista o del medio con la información.

El orden enunciativo

Este nivel se vincula con las modalidades y los sentidos subyacentes en los discursos analizados. Se abordan las modalidades de enunciación o el modo en que el enunciador se dirige a sus enunciatarios, la modalidad de enunciado o grado de certeza con el que se presenta la información (Benveniste, 1999) y la finalidad de las figuras retóricas utilizadas, esto es, persuasiva, ornamental o cognoscitiva (Zecchetto, 2002) y también para impactar en los lectores.

Si se toman en consideración los aspectos mencionados, se puede sostener que en la revista analizada predomina una modalidad de enunciación asertiva, mientras que la modalidad de enunciado varía en casos específicos en su grado de certeza. Por ejemplo, frente al posible hundimiento del portaviones Hermes, Radiolandia 2000, en la edición del 9 de abril de 1982, se preguntaba luego del desembarco de las tropas argentinas en las islas, “Horas decisivas: ¿qué pasará?”. En estos títulos, el dispositivo de interpelación utilizado, bajo modalidad interrogativa e impersonal, ponía de relieve las dudas del semanario frente a distintos episodios de la contienda.

Importar tabla Por otra parte, se debe remarcar que la exclamación como modalidad de enunciación es un recurso predominante en las tapas que, en articulación con la hipérbole mencionada en el apartado anterior, sirven para resaltar el carácter triunfalista de la cobertura: “¡Argentina no afloja!” (Radiolandia 2000, 30 de abril de 1982, tapa); “¡Raza de héroes!” (Radiolandia 2000, 14 de mayo de 1982, tapa).

Otro aspecto a señalar es la utilización del nosotros inclusivo –el yo enunciativo más el tú/ustedes– que se orienta a interpelar ya que, con este recurso discursivo, el enunciador involucra al lector en su enunciado: el reclamo por las islas era un símbolo de unidad nacional. Por ejemplo: “Nuestros muchachos, antes de la ofensiva” (Radiolandia 2000, 11 de junio de 1982, tapa).

En otro orden, si bien, por un lado, se reconoce que las modalidades enunciativas antes mencionadas en combinación con figuras retóricas como la antítesis, la ironía, la comparación y las valoraciones explícitas a través de subjetivemas fueron funcionales para la construcción de un discurso de corte exitista; por el otro, se verificaron modalidades de enunciado con poco grado de certeza o subterfugios que, sin opacar el tono exaltado, ponían de manifiesto cierta preocupación por el devenir del conflicto.

En el caso de Radiolandia 2000, el espacio cedido a la Carta de Doña Matilde, cuya periodista a cargo era la ya mencionada Nora Lafón, se dirigía a los lectores como “sus sobrinos”. A partir de construir un vínculo cómplice y pícaro, hacía comentarios que ponían de manifiesto la preocupación por el estado de los soldados en el frente de batalla y en la retaguardia o creer que la guerra era la solución. Por ejemplo:

Queridos sobrinos: Antes que nada, quiero dirigirme al gobernador de las Malvinas, general MENÉNDEZ; al general GARCÍA, comandante de las tropas de tierra; y al almirante BUSSER, a cargo de la Armada, para que me permitan visitar a todos los chicos que están sirviendo a la Patria en las islas y en toda la zona de Comodoro Rivadavia y Río Gallegos, porque creo que la única manera de tranquilizar a mamás, abuelas, tías, hermanas y novias, es con el testimonio de una tía, que con sus propios ojos haya visto que los chicos comen bien y están suficientemente arropados. (Radiolandia 2000, 16 de abril de 1982, p. 70)

Para Costa Méndez la vía diplomática no debe agotarse ni en tiempos de guerra […] Ojalá, hasta el final de esta crisis sigamos en esta postura […] Quienes crean que la guerra es la solución no miran hacia sus padres y sus abuelos que llegaron a estas tierras buscando dejar atrás el horror de las guerras inhumanas e imperdonables. (Radiolandia 2000, 30 de abril de 1982, p. 70)

En función del análisis realizado, se sostiene que Radiolandia 2000 si bien, por un lado, mantiene con un interlocutor un vínculo complementario dado que la revista tenía un poder informativo respecto de sus lectores; por el otro, la revista guardaba complicidad o cercanía con su público a partir de la interpelación mediante, por ejemplo, la utilización del nosotros inclusivo.

Asimismo, si se recuperan las categorías de Borrat (1989) sobre las formas de actuación del periódico como comentarista, narrador o participante y se extrapolan a las revistas, se identifica que Radiolandia 2000 asumió indistintamente esos roles, destacándose, de modo fundamental, el de comentarista. Esto se infiere, en primer lugar, porque los géneros interpretativos –entrevistas, crónicas y reportajes– utilizados por la revista combinaban la información con el punto de vista del cronista. Además, esto se verifica en la mencionada columna de Doña Matilde en la que se hacían consideraciones y se asumían posicionamientos sobre la vía diplomática seguida por el país o el estado de quienes se encontraban en el frente de batalla. La descripción del orden enunciativo permitió identificar las marcas que posibilitan reconstruir una imagen de enunciador y de enunciatario, la relación que propone el soporte con sus lectores y las modalidades del decir de la enunciación.

De acuerdo con Kerbrat-Orecchioni (1997), los medios de comunicación son enunciadores complejos dado que en la instancia emisora varios niveles de enunciación pueden superponerse. Esto es lo que permite, en parte, explicar que en una misma revista se “filtraran” comentarios que no se correspondían con el tono triunfalista que caracterizaba a la publicación.

En este contexto, se observó que las dinámicas de producción de la revista, junto con su contrato de lectura e interpelación a un público interesado en noticias del espectáculo, y las modalidades enunciativas identificadas, sirven a propósitos cognoscitivos al facilitar la conceptualización y organización del mundo (Fajardo Uribe, 2006, p. 47).

A su vez, estas estrategias resultaron favorables para que Radiolandia 2000 pudiese atender las necesidades informativas de sus lectores en torno al conflicto por las Malvinas, siempre de acuerdo con su contrato de lectura orientado a un público interesado en noticias del espectáculo. Asimismo, la inclusión de la cobertura de la guerra confirma el “síndrome de malvinización” planteado por Escudero (1996) y a la vez pone de manifiesto que la inclusión de esta serie noticiosa en su oferta informativa se realiza con arreglo a una de las principales variables que condicionan los procesos de selección y jerarquización de la información: las presiones de las lógicas del mercado y otros medios de comunicación (Martini y Luchessi, 2004)[13].

Conclusiones y discusión

A partir de lo desarrollado a lo largo del trabajo se puede afirmar que Radiolandia 2000 ratifica el síndrome de “malvinización de la información” (Escudero Chauvel, 1996), pero con ciertas especificidades que presentan de modo esquemático a continuación.

Desde el punto de vista del orden temático, Radiolandia 2000 mantuvo el tema presente en todas las ediciones relevadas. El tema se insertó y se adecuó con el estilo de la revista. De este modo, convivían informaciones sobre Malvinas con noticias del espectáculo. Aún más: se publicaban entrevistas en donde personajes del espectáculo opinaban sobre el conflicto o eventos artísticos realizados para juntar fondos, entre otros.

En lo que respecta a las formas expresivas utilizadas para informar sobre el conflicto por las islas, se identificó el uso de subjetivemas con connotaciones negativas para referirse a los ingleses y a quienes los apoyaban; también se reconocieron figuras retóricas como la hipérbole, la ironía y la antítesis que, junto con la apelación al estilo epidíctico, favorecieron la construcción de un discurso que, por momentos melodramático, exaltaba el carácter patriótico de la “gesta” y de quienes estaban en combate.

En el nivel enunciativo se verificó la predominancia de una modalidad de enunciación asertiva y exclamativa y, en menor medida, interrogativa. La aserción y la exclamación sirvieron para destacar el tono exitista de la cobertura y la utilización del nosotros inclusivo funcionó como un recurso orientado a incluir e interpelar al lector. Sin contradecir lo dicho, las “tímidas” observaciones que se hacían desde columnas firmadas con pseudónimos permitieron identificar ciertas “dislocaciones” respecto del tono triunfalista de Radiolandia 2000.

La principal conclusión que se extrae, y que reviste carácter tentativo, es que en la superficie redaccional del semanario seleccionado se pudieron identificar matices interpretativos que se apartaban tímidamente del tono exitista que caracterizó a los medios de la época en relación con el enfrentamiento entre Argentina y el Reino Unido por las Malvinas. Esto corrobora resultados obtenidos en estudios anteriores (Gago y Saborido, 2011; Gago, 2013) que indican que no hubo una cobertura monolítica sobre el conflicto y que, aun dentro de un mismo medio o grupo mediático, se identifica una superposición de voces. Esto se verifica, por ejemplo, en revistas como Somos y Gente y la actualidad, ambas de la editorial Atlántida, que orientaron la cobertura del conflicto desde marcos interpretativos marcadamente distintos. Somos se interrogó en la primera tapa dedicada a la guerra si “¿Las Malvinas valen una guerra?” (Somos, 2 de abril de 1982, tapa) y la cobertura que realizó adoptó un “medido entusiasmo” dado que consideraba que un conflicto militar atentaba contra la economía del país (Gago y Saborido, 2011); mientras que Gente y la actualidad no sólo vitoreó la guerra, sino que además manipuló imágenes fotográficas para dotar de más sustento al relato falaz que construyeron sobre los acontecimientos (Gamarnik, 2015).

Queda pendiente para futuras investigaciones abordar y profundizar en corpus hemerográficos no estudiados o de escaso tratamiento como, por ejemplo, publicaciones periódicas de actualidad, femenina e infantil, teniendo como denominador común el análisis de la cobertura del enfrentamiento entre Argentina y Reino Unido por las Malvinas, el síndrome de "malvinización de la información" (Escudero, 1996), pero en la búsqueda de las distintas “resonancias” de esos discursos, con el objetivo de colaborar desde el estudio diacrónico de los medios de comunicación en la reconstrucción de esta etapa la historia argentina reciente.

Bibliografía

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Notas

[1] Recibido 14 de febrero de 2024. Aceptado 10 de junio de 2024.
[2] (https://orcid.org/0000-0001-8148-1499) Instituto Gino Germani, Universidad de Buenos Aires-Conicet. Contacto: mariapaula.gago@uba.ar
[3] Proyecto UBACYT 20120220400945BA “¿Prudencia, oposición o triunfalismo? Las revistas argentinas durante el conflicto del Atlántico Sur (1982)”.
[4] De acuerdo con Borrat (1989, p. 67), la prensa independiente que se “define y actúa como tal en cuanto excluyen toda relación de dependencia estructural respecto de cualquier otro actor que no sea su empresa editora”.
[5] La especificidad, siempre de acuerdo con Verón (2004, p. 197), está vinculada con “ciertos invariables de ‘contenido’, es decir, [cada revista toma a] cargo un conjunto relativamente estable de campos semánticos”.
[6] Según Pasquini (1981, p. 148), “durante 1979, en el sector de revistas se fusionaron varias empresas, originando un poderoso pool que controla 21 títulos. La editorial ‘CREA SA’ surgió de la fusión de las editoriales Julio Korn y Abril, con la empresa industrial celulosa S.A. y la firma italiana Rizzoli Editores. La flamante marca controla los siguientes títulos: mujer y hogar (Claudia, Amika, Vosotras, Labores), fotonovela (Visión, Nocturno, Idiliofilm, Supernovelas, Superalbum de Nocturno), radio-cine-TV (Antenas, TV Guía), interés general (Siete Días, Radiolandia 2000), deportiva (Parabrisas Corsa, Goles), Turismo (Aire y Sol) infantil/historieta (Aventuras de Larguirucho, Aventuras de Hijitus, Anteojito), entretenimiento (Jocker, Crucigramas)”. En el corpus relevado, a partir del Directorio del número del 30 de abril de 1982, figura como editorial responsable Abril SA. Para ampliar información, se recomienda Scarzanella (2016).
[7] El contrato de lectura es la relación entre un soporte y su lectura. Este vínculo, nexo entre las partes, siempre lo propone el soporte de prensa a sus lectores (Verón, 1985).
[8] El Directorio amplía datos de identificación que las revistas publican en la tapa. Estos son: información del staff y la editorial responsable. Suelen ubicarse al interior de la revista, no tienen una página definida. Pueden estar en el comienzo o al final de la publicación o en la página editorial.
[9] Escudero Chauvel (1996, p. 89) utiliza el conjunto semántico “malvinización de la información” para caracterizar el sistema de la información argentina que, durante la contienda del conflicto, “se encontraba monopolizado y focalizado a partir de un solo evento: la guerra contra Gran Bretaña”.
[10] En el punto destinado al análisis del orden temático se precisa el porcentaje de la superficie redaccional destinado a la cobertura de la guerra.
[11] Como puede verse en la tapa de Radiolandia 2000 (ver página 6 de este trabajo), Falkland aparece tachado en la publicación.
[12] Estas mujeres eran: Alicia Reynoso, Gladys Maluendes, Ana María Massito, Estela María Morales, Gisela Bassler.
[13] Es importante mencionar que otras revistas como, por ejemplo, Flash, fundada por el periodista Héctor Ricardo García, no le cedió el mismo espacio en su superficie redaccional a la cobertura de la guerra, a pesar del interés de su fundador por las Malvinas. Probablemente, esto se vincule con el “rol” otorgado a Flash dentro del grupo editorial de García.


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