Introducción

Toda comunicación construye sentidos acerca de lo transmitido. La particularidad de los discursos mediáticos consiste en hacerlo respecto de prácticas y contextos a los que en general no se accede directamente (Martini, 2000). De allí que las regularidades que sedimentan sus patrones de producción y circulación no sólo expresan determinados órdenes epistemológicos, sino que también inciden en su producción (Barbosa e Silva, 2014). Por otra parte, los medios de comunicación funcionan con base en la presunción de criterios de noticiabilidad: las clasificaciones, énfasis y asociaciones a que apelan dan por sentado un universo de consensos, sobre el cual se espera que las noticias resulten verosímiles. La noticiabilidad apela a marcos que se suponen compartidos con los destinatarios –denominaciones, valoraciones, conexiones implícitas, prioridades, enfoques, hipótesis subyacentes, sobreentendidos– (Dorantes, 2008). Cuanto más masiva y anónima sea una audiencia, más sobreentendidos existirán respecto de qué aspectos resultan convenientes subrayar al describir situaciones y actores, y cuáles en cambio conviene dejar en segundo plano u olvidados (Soto Navarro, 2005).

Por lo anterior, relevar regularidades en los discursos mediáticos resulta de interés puesto que aquellas nos hablan de un contexto sociohistórico singular, es decir, de un sistema de reglas y legitimidades que van más allá de las propias noticias (Angenot, 2010). Identificar deslizamientos, inconsistencias, parámetros, temas dominantes, énfasis, denominadores comunes, intereses, ordenamientos, silencios y omisiones, permite acercarnos a expectativas socialmente configuradas respecto del ver y el decir, en determinado momento y lugar.

Durante el aislamiento declarado a partir de la pandemia por covid-19 en 2020, la indagación de medios de comunicación ha cobrado aún más interés frente a la escasez de fuentes de comunicación interpersonales cara a cara (Casero-Ripollés, 2020; Focás, 2020). En este marco, distintas investigaciones han abordado los modos de construir sentidos asociados con la pandemia y el nuevo coronavirus (Masip et al., 2020; Muñiz, 2020; Salaverría et al., 2020; Almeida-Filho, 2021). Para el presente artículo hemos tomado como objeto las prácticas informativas que rodearon a la alusión del personal de enfermería.

La enfermería en Argentina ha venido siendo una profesión históricamente feminizada y precarizada (Biernat, Cerdá y Ramacciotti, 2017; Ramacciotti, 2020; Pereyra y Micha, 2016; Aspiazu, 2017). Desde su misma configuración como colectivo, la profesionalización se constituyó en una de sus preocupaciones centrales. En primer lugar, por el escaso reconocimiento respecto de su autonomía, dado que ha tendido a ser pensada como rol auxiliar de la medicina; en segundo lugar, dado que su objeto inherente, el cuidado, ha tendido a ser identificado con la vocación, como una capacidad inherentemente femenina, desvinculándola de sus componentes formativos y disciplinares. Esta desjerarquización de sus incumbencias ha ido de la mano con condiciones de trabajo signadas por la precariedad y la falta de reconocimiento. Ahora bien, dado que es el personal de enfermería quien sostiene las rutinas de las internaciones hospitalarias, la profesión cobró visibilidad repentina con la pandemia (Adissi y Ferrero, 2023; Ramacciotti, 2023).

En este artículo abordaremos recurrencias observadas en medios digitales locales de la Región Sanitaria V de la Provincia de Buenos Aires^[3], recorte inicial originado en nuestra condición de integrantes de un proyecto de investigación nacional sobre las transformaciones de la enfermería a partir de la pandemia^[4]. Sobrepasando este origen, los resultados mostraron un alcance mayor al regional, subrayando su relevancia.

Materiales y métodos

La estrategia de análisis se fue sedimentando de manera inductiva, revisitando junto con ello las teorías del framing y su potencialidad para extraer dimensiones subyacentes a los encuadres noticiosos bajo este tipo de procedimientos (Aruguete, 2011).

Confeccionamos inicialmente un listado de medios digitales locales a partir de la navegación en un buscador abierto, tomando los nombres de los principales establecimientos del subsector público y de todos los municipios de la Región Sanitaria V. Luego de eliminar los medios de alcance nacional encontrados, y al saturar las referencias, aquel quedó conformado por 33 medios –posteriormente en el análisis detectaríamos que en tres de estos casos se trataba de un mismo medio con distintas denominaciones, según la extensión por la cual se llegara a ellos.

Paralelamente, confeccionamos un listado con denominaciones de personas y actores sociales de la región que fueran considerados de relevancia según informantes clave del sector de enfermería, a lo que se agregó el nombre completo de todos los establecimientos del subsector público de esta región y, nuevamente, los 13 municipios. Este listado de términos se utilizó como motor de búsqueda en las páginas web consideradas de interés^[5] (pertenecientes a los medios locales mencionados en el párrafo anterior) en asociación con los términos enfermero/s, enfermera/s o enfermería^[6] con la técnica de scrapping. Debido al marco temporal del estudio, a las expresiones de búsqueda se les concatenó en tercer lugar la exigencia que contengan “2020” o “2021”, acotando los resultados hacia lo coincidente con el período bajo estudio. El período de tiempo resultante debido al momento en que tuvo lugar esta búsqueda fue entre el 20 de marzo de 2020 y el 31 de marzo de 2021. Los resultados fueron procesados con R^[7] y almacenados en una base de datos relacional en Microsoft SQL Server.

Luego de una primera limpieza de resultados duplicados, se obtuvieron los enlaces a noticias potencialmente relacionados con el objeto de estudio. Durante el procesamiento se eliminaron enlaces inválidos o sin texto procesable, resultando una base conformada por 1192 artículos, incluyendo de manera indistinta noticias de tipo informativo, narrativo y argumentativo (Martini, 2000). En segundo lugar, se quitaron de la base artículos que, pese a haber sido recuperados por los criterios de búsqueda, no tenían relación directa con lo propio de enfermería (por ejemplo, en casos en que el servicio de Enfermería entraba como referencia de un ámbito donde sucedió alguna situación, pero la noticia no refería específicamente a aquel). Se hizo énfasis en las noticias de alcance municipal[8], por lo que también se eliminaron los artículos que referían únicamente a situaciones acontecidas en otros territorios.

La base depurada contuvo finalmente 419 noticias. Al abordarlas en profundidad, surgió como emergente un rasgo propio de los medios analizados: varias noticias se repetían de modo idéntico, a veces con pequeñas modificaciones en encabezados y títulos pero conservando el grueso de la redacción; muchas más aún contenían párrafos idénticos, invirtiendo las secuencias internas, articulándolos con fragmentos de noticias publicadas en otros medios, articulados con fragmentos de producción original y/o editando expresiones y sesgos presentes en la noticia de base. Este hallazgo se relacionaba con el modo de producción de las piezas de prensa: tratándose de medios digitales de escaso presupuesto, la modalidad principal de construcción de la noticia consiste en replicar parcial o totalmente notas y reportajes de medios nacionales, de agencias de noticias, de medios o páginas sindicales, de redes sociales gubernamentales y de comunicados oficiales de distintos niveles, jurisdicciones (nacional, provincial y municipal) y sectores (salud, educación, cultura, etcétera).

A la luz de lo anterior, se revisaron los procedimientos inicialmente planificados para la organización y tratamiento de las noticias. Mientras que en un principio la intención había sido identificar tópicos recíprocamente excluyentes, para contabilizar la cantidad de noticias en cada uno de ellos, al eliminar en primer lugar los artículos detectados como idénticos en toda su extensión, invalidaba aquella estrategia (no existía ahora un punto de corte claro, sino un gradiente entre dos noticias iguales y dos que no lo eran, por lo que el criterio perdía sentido). Como contrapartida, ante la puesta en cuestión de la unidad “pieza noticiosa” en su carácter discreto, habiendo encontrado dichos límites borrosos, el análisis de medios digitales locales se mostraba como observatorio de fenómenos más amplios, al replicar noticias de grandes medios de comunicación y agencias de noticias tanto como piezas de comunicación públicas de representantes de distintas jurisdicciones y niveles políticos.

Reformulando nuestro propósito a la par que la metodología, optamos por relevar tópicos recurrentes y abordar dimensiones superpuestas. A partir de la organización y reorganización de las noticias, pudimos identificar como ejes de interés –en términos de supuestos subyacentes– la conexión implícita entre la pandemia y las/os trabajadoras/es de enfermería; los contextos discursivos (escenarios, situaciones, asociaciones, cadenas de enumeraciones) en que aparecían las menciones a personal de enfermería, el modo en que aparecía aludido o retratado y el tipo de injerencias que se daba por supuesto. Dada la imposibilidad de realizar un análisis en términos de categorías excluyentes, se definió conformar “racimos” de artículos relacionados entre sí con base en núcleos comunes identificados de manera emergente; cada artículo podía formar parte de distintos racimos. Los racimos se fueron reconfigurando de modo inductivo; inicialmente seguían categorías propias de las hipótesis interpretativas respecto de qué se encontraría (referencias al heroísmo en enfermería, campaña de vacunación, referencias a la formación, entre otros) y luego estos temas se fueron modificando a partir de la reclasificación y el análisis de lo encontrado, hasta llegar a las categorías que aquí se presentan, luego organizadas con respecto a dimensiones de mayor alcance explicativo. Cada racimo fue organizado internamente por municipio y orden cronológico, en función de facilitar el análisis al identificar los eventos concretos a los que las diversas referencias aludían. La organización temática se fue reconfigurando a lo largo de sucesivas lecturas analíticas y reagrupamientos.

Resultados

Enfermería y pandemia. Víctimas antes que trabajadores/as

Según qué motiva hablar del personal de enfermería, las primeras noticias admiten ser organizadas en dos grandes grupos: las que refieren a los/as enfermeros/as como responsables de los contagios y las que lo hacen en tanto víctimas de la covid-19. Este subuniverso de piezas noticiosas remite en mayor medida a los meses comprendidos entre marzo y agosto de 2020, en que los casos se contabilizan por decenas y los municipios se expedían de modo particular acerca de cada situación para la comunicación pública. De tal modo, para el período bajo análisis, la enfermería fue noticia, inicialmente, debido a su asociación con los casos de la enfermedad, siendo tardía su noticiabilidad en tanto parte de la respuesta profesional a la pandemia.

El personal de enfermería como responsable. La enfermería comenzó a ocupar un lugar destacado en las noticias al ritmo en que la pandemia llegaba a la Argentina y se iba expandiendo. En los primeros tiempos, donde los casos eran pocos y las noticias con frecuencia abordaban de manera particular la historia de cada infección, fue habitual encontrar que enfermeros y enfermeras eran mencionados en títulos y copetes, muchas veces con nombre y apellido. Así sucedió por ejemplo en Pilar, donde la evacuación de una clínica y tres nuevos casos se difundieron bajo un copete que comenzaba “Fue por una enfermera que dio positivo y pudo haber estado en contacto con los pacientes”, tras lo que la nota agregaba: “al haber estado en contacto con pacientes y personal de la clínica, obligó a activar el protocolo de evacuación” (SM noticias, 23 de marzo de 2020). Al día siguiente, el mismo medio levantaba un comunicado de la Secretaría de Salud de un municipio vecino: su primer caso positivo también había sido una enfermera. La nota asociaba a la enfermera con su potencial multiplicador y de allí la preocupación (SM noticias, 24 de marzo de 2020).

En junio ya la principal mención era a “olas de contagios” desencadenadas en distintos establecimientos a partir de enfermeras/os afectadas/os por el virus (Qué pasa web, 7 de junio de 2020; SM noticias, 8 de junio de 2020; La noticia 1, 8 de junio de 2020). Esto fue descripto principalmente en situaciones de internación continua, particularmente en geriátricos. Finalizando julio, varios artículos reprodujeron una descripción de esta situación citando a un informante que habría comentado: "esto arrancó con una enfermera, empleada del geriátrico, que contrajo el virus en un festejo y lo dispersó en el lugar" (SM noticias, 30 de julio de 2020). Otros casos que involucraron a personal de enfermería, pero donde la noticia se construyó en torno a los establecimientos, y que recibieron atención permanente durante algunas semanas, refirieron al cierre de clínicas privadas a partir de brotes producidos en ellas e irregularidades detectadas a partir de los mismos, con el consiguiente traslado de pacientes. Más esporádicas fueron las menciones al cierre parcial o total de servicios en hospitales pertenecientes al subsector público por situaciones de brote que habrían afectado principalmente a enfermeras/os. En los meses siguientes, con el aumento de casos, este tipo de alusiones fue disminuyendo.

El personal de enfermería como víctima. Cuando en todo el país había sólo ocho casos, la mirada local recayó sobre el enfermero que recibió por guardia a una de las primeras pacientes. A partir de entonces, la mención a profesionales de la enfermería comenzó a formar parte rutinaria del recuento de casos, tanto en referencia a infectados como a fallecidos.

No todos los casos fueron recuperados de idéntica forma por la prensa local, algunos resultaron particularmente singularizados a través de reportajes e incluso de la figura presidencial saludando personalmente a algún enfermero recuperado. Con frecuencia, al traer la voz de los enfermeros afectados, se buscaba traer a colación mensajes preventivos, principalmente en torno de reforzar el sentido de las medidas de aislamiento y subrayar el acompañamiento recibido por parte de distintos entes y organismos públicos; eventualmente la discriminación fue incluida como tópico al respecto. “Nos relató la odisea de padecer esta enfermedad que tiene en vilo al mundo, nos contó sus miedos y la dificultad de convivir con los prejuicios y la preocupación que le transmiten otros vecinos” (Zona norte diario, 29 de mayo de 2020). Algunas noticias fueron dejando de lado las historias de vida para centrarse en la descripción de los establecimientos donde se desempeñaban estos trabajadores. Uno de los casos más resonantes fue el de un hospital cuyo brote se desató momentos después de la visita del gobernador; a su vez, dada la prevalencia aún limitada, aquel brote arrojó como resultado un 40% de los casos de la provincia, según comentaba un medio (La noticia 1, 17 de abril de 2020)^[9]. Las piezas noticiosas fueron transmitiendo con el correr de los días el aumento de casos positivos en aquel establecimiento, mencionado también que buena parte de ellos correspondía a personal de enfermería.

A medida que avanzaba la pandemia en el país, las noticias de defunciones fueron desplazando a las de contagio, conservando el tono intimista al tomar como eje las historias de vida de cada fallecido. En torno de cada nombre se desencadenaba una serie de notas y reportajes relativas a actos de despedida, homenajes y mensajes de condolencia en los que no se ahorraban detalles acerca del sufrimiento y las peripecias padecidas por el/la enfermero/a y su familia. Estas noticias recuperaban la voz de actores estatales, sindicales, de compañeros/as de trabajo y de familiares recordando a quien había fallecido. Varias de ellas replicaban condolencias difundidas por autoridades municipales y provinciales a través de redes sociales a la par que comunicaban el decreto de medidas de luto. Otras informaban sobre ceremonias de inauguración de distintos espacios bautizados con el nombre de algún/a enfermero/a fallecido/a.

Las condiciones de trabajo: una omisión central

Si bien algunas notas sobre infecciones y fallecimientos incluían denuncias por la carencia o insuficiencia de Equipos de Protección Personal (EPP)^[10], esta mención apareció sólo de manera esporádica, aun cuando las condolencias eran enunciadas por representantes sindicales. Dado que los contagios se encuentran asociados a su utilización y a las inconsistencias en las recomendaciones hasta la sanción de una normativa nacional cuyo nombre homenajeaba a un enfermero, consideramos este tópico una de las omisiones centrales encontradas.

Las notas que abordaron como temática central los insumos de protección personal para trabajadores de la salud solían tener como propósito comunicar la existencia de donaciones. Barbijos, máscaras, cofias y delantales impermeables fueron algunos de los objetos donados. En algunas de estas noticias se vertía información respecto de la importancia de que el personal de enfermería contara con estos insumos, como por ejemplo al relatar una de cofias “para las alrededor de 485 enfermeras que hay en los tres hospitales municipales del Partido de San Isidro”, tras advertir que: “Se trata de un elemento de bioseguridad clave, ya que las partículas del coronavirus pueden quedar en el cabello” (SM noticias, 3 de junio de 2020). Pese a lo anterior, su provisión –o la falta de aquella– no apareció como tema noticiado.

Una serie de noticias mencionó tangencialmente los cuidados en trabajadores de la salud al comentar la reciente obligatoriedad de la utilización del barbijo o tapabocas por parte de la población general, algo que fue establecido por las distintas intendencias, por lo que su fecha de inicio difiere en el conurbano bonaerense. Por ejemplo, al mencionar la necesidad de que fuera de fabricación casera para no retirar del mercado elementos necesarios para los trabajadores de salud. Otro grupo de noticias, principalmente aquellas que comentaban brotes en establecimientos de salud, aseguraban que los elementos de protección personal eran insuficientes, de calidad problemática y que además estaban destinados únicamente al personal que atendía casos ingresados como sospechosos o confirmados de covid-19, mientras que los trabajadores tendían a contagiarse en otras áreas. Pese a lo anterior, los mensajes preventivos relevados apuntaron fundamentalmente a la importancia de cumplir las medidas de aislamiento y no se han encontrado noticias que comenten el rol de los elementos de protección personal sobre el curso general de la pandemia.

Durante septiembre, la presión de distintos actores sociales vinculados con la enfermería llevó a la sanción de la Ley nacional N° 27548, denominada “Ley Silvio”, por la cual se declaró "prioritario para el interés nacional" (Congreso de la Nación Argentina, 8 de junio de 2020) el cuidado de todos los trabajadores del sector, obligando a la provisión de equipos de protección personal en cantidad y calidad suficientes. El nombre de la norma surge en homenaje a Silvio Cufré, un enfermero de San Vicente que fue el primer fallecido entre profesionales de la salud en la provincia por covid-19. Fue una de las primeras en aprobarse de manera virtual en el Congreso nacional y tuvo por objeto la distribución de recursos necesarios para la "prevención del contagio de coronavirus Covid-19 entre el personal de salud que trabaje en establecimientos de salud de gestión pública o privada, y entre los trabajadores y voluntarios que presten servicios esenciales durante la emergencia sanitaria" (Ley N° 27548). Al comentar la sanción de esta ley, los medios traían a colación una mirada diferente sobre la relación entre el personal de enfermería y los contagios, visibilizando lo relativo a las instituciones y las condiciones de trabajo. A excepción de las noticias específicas sobre la sanción de la “Ley Silvio”, los únicos artículos que presentaron de manera directa la relación entre contagios y falta de elementos de bioseguridad fueron los que transmitían específicamente alguna denuncia sindical al respecto.

A partir de septiembre, algunos municipios^[11] dieron difusión a medidas de cuidado en trabajadoras/es de la salud que se desempeñaran en establecimientos bajo su dependencia. Entre ellas se incluyó la reanudación de las licencias (suspendidas hasta ese momento), el pago de bonos no remunerativos, las capacitaciones, el apoyo psicológico continuo, la contratación de hoteles u otros alojamientos “para aquellos que prefieren evitar contagiar a sus afectos” (SM noticias, 7 de septiembre de 2020) y la rotación laboral de los equipos y estudios serológicos quincenales para la detección de casos asintomáticos, junto con lo relativo a la provisión de elementos de trabajo y protección personal^[12].

Contextos, alusiones, asociaciones

¿En qué contextos apareció mencionado el personal de enfermería? ¿De qué modos fue aludido? ¿Cuáles se consideraron como sus tareas específicas? ¿En qué categorías mayores se lo incluyó? ¿Con quiénes fue asociado? ¿De quiénes fue diferenciado? ¿Qué conjunto integraría? ¿Qué características tendría? Las recurrencias encontradas al respecto nos permiten trazar un panorama de los supuestos subyacentes de quienes construyeron las piezas noticiosas sobre la enfermería.

Temas y escenarios. La enfermería apareció evocada por motivos recurrentes, a veces con voz propia, pero no siempre. En ocasiones, aludir a ella era parte de describir determinados eventos o políticas públicas; a veces, su importancia queda puesta de manifiesto a través de cómo aparece mencionada por otros actores sociales, con distintos fines. Aquí describimos los contextos enunciativos en que aparecieron referencias a la enfermería.

Reconocimientos públicos a la enfermería. Un racimo grande de noticias incluyó agradecimientos y homenajes al personal de enfermería, tanto por parte de vecinos (“Felicitaciones a todas las enfermeras/os que caminan sin parar el distrito desde el minuto uno. Gracias porque, a pesar de la terrible situación que estamos pasando, la luchan día a día, con el miedo continuo de contagiarse. Gracias por su dedicación y amor con que aplican cada vacuna para la gente”, Datos de la región, 6 de octubre de 2020), plasmados en epónimos (“se aprobó por unanimidad el proyecto de ordenanza, promovido por el Departamento Ejecutivo, que establece la designación del nombre Marcelo Enrique Di Maio a los consultorios municipales de especialidades médicas […] en homenaje al enfermero que falleció de coronavirus”, Qué pasa web, 18 de diciembre de 2020), en discursos de funcionarios (“Los paceños reconocemos en toda su dimensión a los médicos, médicas, enfermeros y enfermeras, que arriesgan sus vidas por salvar nuestras vidas”, Datos de la región, 9 de noviembre de 2020) como en entregas de distinciones y reconocimientos.

Las/os enfermeros/as como voz autorizada. Fue el personal de enfermería quien apareció como voz autorizada para hablar de la campaña de vacunación y a quien tanto las personas vacunadas como las autoridades políticas agradecieron especialmente. Pero no solamente. En noticias sobre otros asuntos se repitió la presencia de personal de enfermería como voz autorizada, como al promocionar la campaña de donación de plasma: dado que al consistir ellos mismos en buena parte de quienes se habían recuperado del covid-19, estuvieron entre los primeros donantes. Algunas crónicas describen capacitaciones brindadas a personal municipal por profesionales de la enfermería sobre el uso correcto del EPP. Incluso, algunas estrategias comerciales apelaron a la voz de una enfermera (por ejemplo, promocionando un jabón antibacterial). También el personal de enfermería con frecuencia apareció enfatizando la recomendación de respetar las medidas de aislamiento social.

Enfermería como rasgo conmovedor. Otro racimo de artículos refirió a piezas en que la mención a enfermería se utiliza muchas veces para conferir emotividad al relato. Esto sucedía en la sección de un medio digital denominada “Héroes de la cuarentena” (véase, por ejemplo, La noticia 1, 21 de abril de 2020) y también apareció con frecuencia en discursos políticos. Algunas efemérides igualmente funcionaron como ocasión en la que la profesión era puesta de relieve. Por ejemplo, en el marco del día internacional de las mujeres, un municipio presentó un documental sobre tres enfermeras que estuvieron en la guerra de Malvinas (1982). En otro municipio se otorgaron diez reconocimientos a mujeres importantes por su rol social, elegidas a través de redes sociales, uno de ellas a una enfermera a quien asimismo se entrevistaba. Desde ya, otra de las efemérides fue el día internacional de la enfermería, celebrado en conmemoración del aniversario de nacimiento de Florence Nightingale todos los 12 de mayo. Algo idéntico sucedió el día de la enfermería en Argentina, 21 de noviembre, donde los distintos intendentes comunicaron su reconocimiento (San Fernando Municipio, 21 de noviembre de 2020). "Los enfermeros son una pieza central dentro del engranaje que conforma el sistema de salud, por eso es necesario reconocer su labor, no solo los saludamos y aplaudimos, los reconocemos todos los días", expresaba el intendente de Vicente López (SM noticias, 12 de mayo de 2020).

Enfermería como servicio. Una parte de las piezas comunicativas anunciaba obras, futuras aperturas, actos de inauguración de establecimientos de salud o bien de sectores reacondicionados en ellos. Tanto para el subsector público como el privado, y sea cual fuere el tipo de establecimiento, las prestaciones de enfermería aparecían distinguidas. Se incluyen menciones a guardias de enfermería, presencia continua de personal de enfermería “de piso” o incluso salas de enfermería (en todos estos casos, se enfatizan situaciones de rutina en el ejercicio de la enfermería para todos los establecimientos con internación que anteceden a la pandemia). También la mención a vacunatorios era presentada como especial y novedosa, incluso diferenciados de la referencia a enfermería. El triage^[13] realizado por personal de enfermería, instalado en Argentina con fuerza a partir de la pandemia, fue desde el principio anunciado con importancia, como una intervención innovadora: “En el Hospital de Trauma se dispuso un triagge (sic) de enfermería especial en el ingreso ante posible llegada de casos que presenten los síntomas” (Datos de la región, 17 de marzo de 2020).

Enfermería en la contienda política. Mostrando la porosidad de las fronteras municipales en el Área Metropolitana de Buenos Aires, el conflicto protagonizado por personal de enfermería en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde no se encuentra reconocida la profesión en las contrataciones, tuvo eco en distintos artículos locales (sea porque el ministro de Salud porteño vive en un barrio privado del conurbano y la Asociación de Licenciados en Enfermería (ALE) se movilizó hacia allí a “escracharlo” –Qué pasa web, 16 de noviembre de 2020– o porque algún intendente buscaba legitimar su gestión publicitando la incorporación de enfermería en la carrera profesional hospitalaria, buscando explícitamente diferenciarse de otras jurisdicciones y negociando continuamente con dirigentes sindicales –véase, por ejemplo, Zona norte diario, 19 de agosto de 2020).

La formación en enfermería. Otro racimo de noticias comentaba elevados e inéditos niveles de demanda, y/o promocionaba nuevas ofertas de capacitación –siendo un caso arquetípico la “habilitación inédita de centros de formación […] gratuita […] en 87 sedes en las 12 regiones sanitarias del territorio bonaerense; como parte de la línea de trabajo que sigue esta gestión para saldar una deuda histórica que tenía el Estado y jerarquizar, finalmente, la enfermería” (Zona norte diario, 15 de marzo de 2021), donde más tarde fue noticia el récord histórico a nivel provincial de 27 mil postulantes para estudiar enfermería en dichas tecnicaturas superiores. Algunos otros artículos comentaban las virtudes del aprendizaje por simulación, ofreciendo cursos pagos al respecto. También fue noticia el incremento del monto de un programa de becas, el Progresar^[14], cuyo mayor porcentual de aumento (163%) habría estado destinado a estudiantes de enfermería, una de las cuatro líneas de sus becas (Datos de la región, 11 de marzo de 2021).

La vacunación masiva. Respecto de la campaña de vacunación pueden a su vez identificarse una serie de subracimos.

Para llevar adelante la campaña, fue necesario capacitar a un gran número de vacunadores eventuales. El ministro de Salud provincial, al anunciar la primera etapa de vacunación, comentaba: “se incorporarán más de 2.500 vacunadores que pertenecen a escuelas de enfermería de la provincia de Buenos Aires, quienes se sumarán a los más de 2.900 provinciales y municipales que ya se encuentran trabajando en el territorio bonaerense” (La noticia 1, 1 de noviembre de 2020).

Articulado con dicha campaña, otro grupo de noticias refiere a personal de enfermería como integrante de los primeros grupos vacunados (“Los primeros en recibir la vacuna este lunes en el Hospital San Martín de La Plata serán el gobernador Axel Kicillof, un médico terapista y dos enfermeras”, SM noticias, 20 de enero de 2021).

Asimismo, durante la campaña la enfermería fue lanzada a la primera plana de diarios de tirada nacional y por efecto derivado aparece en los medios digitales locales. Entre estas noticias se encuentra, por ejemplo, la referida a la primera dosis recibida por el presidente de la Nación, aplicada por una “licenciada en Enfermería” –una de las pocas veces en que aparece remarcada la titulación en las menciones– que testimonia sobre seguridad y eficacia de la misma (SN online, 21 de enero de 2021). Varias noticias ligadas a la campaña muestran a la enfermería en distintos roles, no sólo aplicando las dosis, sino además organizando y evaluando la capacitación o gestionando las postas. En una crónica se describía lo observado en un vacunatorio, apenas lanzada la vacunación masiva, de este modo: “Y, como lleva su profesión en el alma, al despedir a los flamantes vacunados, les recordó que aún deben continuar con las medidas de prevención, hasta recibir la segunda dosis” (Zona norte diario, 29 de diciembre de 2020); este tipo de caracterizaciones que remiten a lo vocacional configuró un supuesto presente en buena parte de los artículos.

Los testeos masivos. Un último racimo de artículos refiere al Operativo Detectar (Dispositivo Estratégico de Testeo para Coronavirus en Territorio Argentino). Quienes integran el operativo, qué hacen y cómo lo hacen, es referido de distinto modo por cada nota, en principio debido a la variabilidad de este dispositivo a lo largo de los distintos municipios. Esto da cuenta de que fue una de las inserciones en que adquirieron gran visibilidad; nos detendremos más abajo en lo específico de este operativo.

Enfermería y la necesidad de EPP. Este racimo incluía algunos pocos artículos (tal como mencionamos arriba) donde este era el eje de reclamos laborales protagonizados por personal de enfermería y otros donde se describían reclamos de pacientes o familiares centrados en la responsabilización de las/os trabajadoras/es, como permite ver, por ejemplo, una frase de un diario de tirada nacional, puesta en boca del familiar de una mujer internada, levantada por prácticamente todos los medios digitales locales: “trabajan con mucho descuido frente a la emergencia, sin barbijo […] Usaban camisolín muy de vez en cuando” (Infobae, 15 de abril de 2020). También incluyó noticias donde el personal de enfermería ocupaba el rol de informante clave respecto de la disponibilidad de insumos –“La profesional dio un testimonio alarmante” (SM noticias, 8 de abril de 2020). En todos los casos, debe advertirse que existió un período de tiempo en que el uso de EPP era requerido únicamente ante casos sospechosos o confirmados de covid-19, pero no así en otras áreas de internación, dando esta situación lugar a brotes de contagio que fueron interpretados de diversos modos, con el denominador común de identificar personas responsables en lugar de mecanismos estructurales que se mostraban como inadecuados dado el curso local de la pandemia^[15]. Los artículos de estricto contenido gremial fueron escasos y refirieron principalmente a situaciones y contextos donde los referentes sindicales (elegidos con anterioridad a la pandemia) eran profesionales de enfermería.

Cristalizaciones de sentido.

¿Quiénes son concretamente las/os enfermeras/os? ¿Qué hace el personal de enfermería? ¿Qué se desconoce si forma parte o no de sus incumbencias? En la medida en que nos interesó relevar las recurrencias, identificamos una serie de alusiones a la enfermería que expresan distintos estereotipos respecto del universo de la enfermería.

Género^[16]. El personal de enfermería suele ser aludido en femenino: mayormente se habla de “enfermeras”. A diferencia de lo que sucede en general con el español, la utilización del género masculino para la alusión a ambos sexos es esporádica. Junto con lo anterior, una constante encontrada a pesar del tono y contenido de las noticias, fue la referencia a “médicos y enfermeras”, con esa marca sexogenérica. Cabe advertir que aquello contrasta con los datos estadísticos que indican que, si bien la proporción de mujeres es mayor en la profesión de enfermería que en la medicina, en ambos campos laborales tiene el mismo sesgo de género la fuerza laboral (PNUD, 2018). “Médicos y enfermeras” aparecen como ineludibles en combinaciones variadas que agregan o desagregan especialidades médicas con distintas marcas sexogenéricas. Actos políticos de distintos signos, anuncios o relatos de inversión pública, así como diferentes homenajes, cristalizan aquella mención, siendo esta dupla la más mencionada en noticias no específicas, donde se hace referencia en general a los recursos humanos en salud.

Esta cristalización aparece en la transcripción de discursos de funcionarios de distintos signos y orientaciones políticas. El orden en que aparecen referidos es en todos los casos el mismo (no se han encontrado notas que hablen de “enfermeras y médicos”). Junto con lo anterior, se vuelve visible la preocupación de algunos funcionarios y el trabajo de edición de algunos medios particulares, que desglosan las menciones para incluir a “enfermeros y enfermeras”. Véase como ejemplo la reproducción del decreto de tres días de duelo en el municipio de Pilar tras la muerte de una enfermera: en algunos medios se transcriben las palabras del intendente como “médicos, médicas, enfermeros y enfermeras como ella” (Zona norte hoy, 12 de agosto de 2020), mientras que en otros la transcripción presentada como literal refiere a “médicos y enfermeras como ella” (La noticia 1, 18 de agosto de 2020).

Roles e incumbencias. El personal de enfermería apareció asociado con la internación, aunque en general sin referencias concretas a su tarea específica (“Estuve 18 días muy bien atendido y cuidado por las enfermeras, que tomaban todos los datos”, SM noticias, 13 de julio de 2020). Como hemos mencionado, también tuvo un lugar destacado en la campaña de vacunación. En comunicar la importancia del lavado de manos y describir pautas correctas para el mismo, su rol resultó exclusivo. El triage apareció asimismo como prerrogativa de enfermería.

Paralelamente, el rol de enfermería tendió a desdibujarse en el relato de acciones más novedosas como la detección temprana de covid-19. Esto sucedía a modo de indiferenciación (por ejemplo, acerca de la inauguración de un centro de testeo: “médicos, enfermeros y promotores de salud evaluarán a los pacientes de acuerdo a tres variables, temperatura corporal, saturación de oxígeno en la sangre y olfato”, Qué pasa web, 3 de junio de 2020) o de desjerarquización inespecífica (por ejemplo, en muchas noticias sobre los operativos Detectar se describió a los equipos como “liderados” por médicos, mientras que enfermería sería parte de los equipos o bien era referida como “acompañante”: “el operativo está liderado por el equipo médico, acompañados por enfermeros, personal de apoyo psicológico, asistentes sociales y personal de Espacio Público y Defensa Civil encargados de la desinfección”, Zona norte diario, 22 de julio de 2020). Excepcionalmente, los operativos realizados por algunos municipios fueron noticiados como un clivaje realizado por enfermeras/os con control de temperatura y test de olfato y concentración de oxígeno en sangre.

Médicos y medicina como sinónimos del campo de la salud. La utilización del adjetivo “médico” fue otra de las recurrencias encontradas: “acto médico”, “seguimiento médico”, “telemedicina”, “personal médico”, “equipo médico”, “trabajadores ligados a la medicina”, entre otros. Aquel aparecía tanto para referir de modo exclusivo a asuntos relacionados con la medicina, como en forma de etiqueta genérica para referir a acciones de salud en general.

El sustantivo “médicos”, por su parte, era utilizado como genérico para englobar a distintas profesiones del campo de la salud. Esta ambigüedad impide identificar cuándo incluye y cuándo no al personal de enfermería, entre otros. En este último caso, se pudo apreciar a lo largo de un mismo artículo como aquel apelativo que se utilizaba para resumir distintos agregados profesionales.

Fuente: Elaboración propia

Colectivos y enumeraciones. Resultó habitual encontrar que trabajadores profesionales y no profesionales fueran aludidos como un todo, subsumiendo con dichos términos a enfermeros/as en categorías amplias y vagas. También en estos casos son los desgloses contenidos en los mismos artículos los que señalan que se incluye en estas categorías a personal de enfermería asimilándolo con distintos tipos de trabajadores. Colectivos como “trabajadores hospitalarios abocados a la emergencia sanitaria”, “personal de salud”, “personal hospitalario”, “agentes de salud”, fueron términos utilizados en función de equiparar ante distintas temáticas a todo aquel que trabajare en establecimientos sanitarios, incluyendo administrativos, camilleros, personal de limpieza y cocineros, entre otros –véase, por ejemplo, la Resolución provincial N° 804, Procedimiento de actuación para la prevención y control de casos de covid-19 en el personal de salud, que incluyó “a todo el personal que atiende directamente a pacientes (médicos/as, enfermeros/as, técnicos/as de laboratorio, de kinesiología, odontología, administración en las áreas de recepción, entre otros) y también a personas que entregan comidas, limpian las habitaciones de los pacientes y hacen trabajos de mantenimiento o seguridad” (Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, 12 de junio de 2020). Colectivos como “trabajadores estatales” o “empleados estatales” eran mencionados por autoridades y gremios municipales conformando un universo de contratación laboral que excedía lo estrictamente sanitario (incluyendo fuerzas de seguridad, quienes debían continuar realizando atención al público y recolectores de residuos, entre otros). El colectivo que más desbordó al sector salud en asociaciones novedosas fue el de “personal esencial”, categoría formalmente establecida que en las noticias de igual modo asumió formas más eufemísticas como “quienes están al frente de la pandemia en general”. Aquí se incluían las/os enfermeras/os y profesionales de la salud en general de cualquier dependencia junto con repositores de supermercados, transportistas o bomberos, entre otros.

En sentido más restringido, “terapistas” fue un término que en los discursos de la máxima autoridad del Poder Ejecutivo y en las noticias vinculadas con su actuación apareció con frecuencia acompañando a médicos y enfermeras. En algunos casos aparece como colectivo que los engloba, en otros como segmento de médicos y enfermeras, y en otros como segmento exclusivo de personal médico. “El presidente Alberto Fernández recibió esta tarde en la residencia de Olivos a un grupo de terapistas y trabajadores de la salud para interiorizarse sobre el trabajo que desarrollan” (Zona norte diario, 2 de septiembre de 2020), incluyendo una psicóloga, una promotora de salud, una enfermera, operadora terapéutica y médicos, con la presencia de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (Sati). “Los primeros 10 enfermeros y médicos que recibieron la vacuna llegaron esta mañana […] Estos 10 terapistas…” (Zona norte diario, 29 de diciembre de 2020).

Los usos no fueron unívocos. Dentro de un mismo artículo es posible encontrar diversas denominaciones utilizadas como sinónimo, y las categorías generales mencionadas podían asumir distintas composiciones en las noticias, siendo ineludible la referencia al profesional médico en todos aquellos colectivos, asociado a su vez con la utilización de este adjetivo, según analizamos arriba. En algunos casos, las enumeraciones contenían categorías no excluyentes entre sí (“Durante la ceremonia se pidió también por un cuidado especial a los médicos, a los enfermeros, a los profesionales de la salud y a los voluntarios”; “médicos, enfermeros, terapistas, ambulancieros, personal del SAME, camilleros, kinesiólogos, obstetras y técnicos”, en el discurso de un intendente, en Zona norte hoy, 27 de marzo de 2020). Además, se encontró la utilización de términos ambiguos de poco uso corriente como “higienistas” (Zona norte hoy, 3 de mayo de 2021).

Los colectivos tendieron a invisibilizar la presencia específica de personal de enfermería, restándoles protagonismo, incluso en situaciones como la promulgación de la “Ley Silvio”, cuyo nombre –como hemos señalado– rinde homenaje a un enfermero: la mayor parte de las noticias no mencionaban su profesión (por ejemplo: “Promulgan la ley "Silvio", que establece el programa de protección al personal de la salud por la pandemia. La nueva normativa es conocida así en conmemoración a Silvio Cufré, el primer trabajador de la salud fallecido a raíz del coronavirus en la provincia de Buenos Aires. Casi el 15% de los casos es entre profesionales sanitarios”, La noticia 1, 8 de junio de 2020).

Discusión

Los discursos mediáticos ponen en circulación clasificaciones, hipótesis y conexiones implícitas, a las que suponen compartidas con sus destinarios. En el afán de que los productos alcancen efectivamente a sus potenciales lectores, los criterios de noticiabilidad llevan a optar por denominaciones, valoraciones, asociaciones, énfasis y omisiones, considerando que resultan atractivos y/o aceptables. Este subrayado de ciertos elementos de la realidad en detrimento de otros a su vez contribuye a (re)producir sentidos específicos acerca del mundo social.

Desde estos principios hemos encontrado interés en abordar piezas noticiosas en que hubiera sido aludida la enfermería durante el primer momento de la pandemia por covid-19. Hemos descripto y analizado en qué tipo de situaciones o eventos aparecieron mencionadas/os, qué supuestos subyacentes aparecían en relación con las incumbencias o tareas propias de la profesión de enfermería, cómo aparecieron aludidas/os y a la par de quiénes (con quiénes se las/os asociaba, confundía y/o de quiénes se las/os distinguía). Nos centramos en el nivel de los productos, identificando criterios de selección de denominaciones y enfoques, así como preconceptos implícitos, recuperando con ellos una particular visión del mundo con sus respectivas tensiones, contradicciones y matices internos.

Si bien la indagación en un primer momento tenía un objetivo más circunscripto a lo local y a los productos, ciertos aspectos de los modos de construcción de las noticias aparecieron como primer hallazgo emergente. Nos referimos fundamentalmente a la identificación de que los medios digitales locales, de escaso presupuesto, confeccionaban sus piezas noticiosas a partir de distintas combinaciones de transcripción o edición de otras, publicadas por organismos estatales, medios nacionales o agencias de prensa, mayormente a través de la web. Esto abre un interrogante respecto de su alcance, dado que es posible que haya llegado a los lectores de manera replicada, a través de distintas vías, así como resulta probable que hayan trasvasado los límites de una audiencia local. Queda abierto a futuras indagaciones en qué medida los patrones de regularidad en los tópicos encontrados podrían ser considerados indicativos de tendencias más amplias.

Para el caso de la enfermería en pandemia, y en consonancia con la teoría del framing (Aruguete, 2011), aquello se mostró particularmente fecundo para identificar los sentidos asociados con quienes trabajan en este sector y con las tareas que desempeñan en un momento donde los medios ocupaban un rol inédito debido al aislamiento social, y la enfermería ocupaba un lugar también inédito en las noticias: el personal de enfermería llegó subrepticiamente a la agenda mediática en un contexto donde el contacto con la realidad pasaba en buena medida por medios de comunicación bajo distintos soportes. Dado que el lugar tanto simbólico como material desjerarquizado que tiende a ocupar, y que sus incumbencias se encuentran en redefinición actualmente en nuestro país, resultó de interés indagar de qué modo apareció retratado por la prensa escrita respecto de este grupo ocupacional.

A lo largo de un corpus de artículos periodísticos de medios digitales vinculados con al menos uno de los municipios de la Región Sanitaria V del conurbano bonaerense, seleccionados en función de incluir algún tipo de alusión o referencia a la enfermería, hemos descripto los motivos y modos en que se mencionaba esta profesión –los contextos en que se la describe, las tareas típicas que se le atribuyen, las características que se presuponen en el colectivo, las categorías en que se la integra.

Encontramos que, inicialmente, las menciones a la enfermería aparecen con motivo de los contagios: en primer lugar, describiéndola como agente de propagación de las infecciones por covid-19; en segundo lugar, y de modo creciente, como víctimas de esta enfermedad y su consecuencia más grave, la muerte. Su aparición en la prensa como parte de la respuesta profesional a la pandemia fue comparativamente tardía. De manera transversal, el trasfondo real de que en todos los casos los contagios se debieran a la ausencia o deficiencia de EPP no llegó a ser un evento noticiable salvo en algunos casos excepcionales (incluso cuando la noticia comentaba las condolencias de algún dirigente sindical ante un fallecimiento). Lo anterior sucedió aún a pesar de la sanción de una ley específica que normativiza la obligatoriedad de uso y provisión de los EPP, homónima de un enfermero fallecido a causa de la falta de protección y al cual debe su nombre (la “Ley Silvio”). Las condiciones de trabajo en su conjunto tendieron a caer por fuera de lo noticiable, y cuando se incorporaron a las piezas noticiosas, tendieron a no ser enfatizados en su carácter causal, mientras que los criterios de noticiabilidad retrataban infecciones y fallecimientos bajo un tono fatalista, como eventos inevitables en el marco de una pandemia.

Si bien no dispusimos de un corpus que nos permite un análisis comparativo, durante el período bajo análisis el protagonismo de la enfermería en las noticias permite suponer un grado inédito de visibilidad. La enfermería aparecía destacada y enfatizada en noticias que promocionaban establecimientos o servicios más generales. Al noticiar actos políticos, la enfermería aparecía aludida en los momentos de mayor emotividad de los discursos. Otras piezas comunicativas promocionaban nuevas ofertas de formación o comentaban los inéditos niveles de demanda.

La campaña de vacunación fue noticiada retratando a la enfermería en distintos roles: como parte de los primeros grupos vacunados, como voz autorizada para hablar de la campaña, como agente concreto de aplicación de las dosis, organizando y gestionando las postas, capacitando y evaluando la formación en inmunizaciones. Los agradecimientos públicos refirieron en gran medida al personal de enfermería, al igual que sucedía en ocasiones donde se agradecían los cuidados recibidos durante situaciones de internación hospitalaria. También, en menor medida, apareció retratada comentando la importancia del lavado de manos y fue asociada con las acciones de triage.

A diferencia de lo anterior, acciones protagonizadas por la enfermería, como los operativos territoriales de testeo masivo, fueron noticiados de modos ambiguos o ambivalentes, y el rol en estos casos apareció velado. Cuando se mencionaba al personal de enfermería como integrante de equipos interdisciplinarios, no era posible reconocer cuál era su aporte específico o distintivo; lo único que tendía a reiterarse era que, al referir a quién lideraba los equipos, enfermería no aparecía. Las incumbencias específicas de la enfermería permanecieron al nivel de los sobreentendidos, resultando comparativamente escasas las referencias a su rol profesional. Las circunstancias de su titulación o formación profesional no llegaron a ser retratadas por las noticias y no se encontraron piezas comunicativas que hayan incluido alguna referencia específica a aspectos vinculados con su carácter profesional (sólo en algunos casos, algunos/as enfermeros/as eran aludidos como “licenciado/a”, pero sin mediar aclaración al respecto).

Los artículos de estricto contenido gremial fueron escasos y refirieron principalmente a situaciones y contextos donde los referentes sindicales (elegidos con anterioridad a la pandemia) eran profesionales de enfermería.

A lo largo de las piezas comunicativas en general, resultó recurrente encontrar que el colectivo en su conjunto era referido como “enfermeras”, a diferencia de “los médicos” a quienes se presuponían varones, a pesar de que en términos concretos ambos colectivos se encuentran integrados mayormente por mujeres. El sector de enfermería tendió a sobreentenderse como exclusivamente conformado por mujeres, si bien resultó notoria la atención puesta –sobre todo en algunos medios– en utilizar un lenguaje más inclusivo.

Otro patrón común fue encontrado en torno del uso del término “médico” como sustantivo o adjetivo genérico referido a la salud: siendo que en algunos casos remite concretamente a la medicina profesional, pero no en todos, su empleo tiende a dejar por fuera de visibilidad la participación de otras profesiones en las acciones en salud. A lo anterior se agregó la utilización de otra serie de denominaciones que recuperaban necesidades comunicativas propias de lo que exigía el relato de la pandemia, como “trabajadores esenciales”, “personal hospitalario” o “agentes de salud”, entre otros. Por lo anterior, es posible que la enfermería haya aparecido muchas veces en las noticias que aquellas que lo hizo con nombre profesional propio. Por otra parte, cabe advertir que, si bien buena parte de dichas denominaciones de conjunto no utilizaban la titulación o jerarquía de funciones como criterio demarcatorio, la utilización de estos términos colectivos de la mano con el señalado arriba daba como resultados que, para el personal médico, el carácter protagónico y profesional de sus tareas no quedara tan borroneados como para el resto las ocupaciones que requieren formación académica disciplinar.

Mientras que durante la pandemia la comunicación de pautas biomédicas de cuidado tuvo un lugar central en la agenda mediática (evitar los contagios, acceder a vacunarse, aprender a detectar signos de alarma, etcétera), según las piezas relevadas permaneció por fuera de lo noticiable toda referencia acerca de cómo se realiza concretamente el trabajo en salud. Inevitablemente, esto condujo a la reproducción de estereotipos y ambigüedades que permiten entrever que contar con información al respecto no resulta prioritario para quienes redactan las noticias (ni en términos de comunicar con mayor claridad, ni en términos de brindar elementos que permitan comprender con claridad las situaciones comentadas). La imprecisión respecto de quiénes trabajan en salud y cómo lo hacen fue un patrón recurrente. En este marco, las menciones a la materialidad y condiciones de la tarea, a la problemática de la titulación y la diversidad interna en función del grado formalmente alcanzado no fueron consideradas cuestiones relevantes a ser comunicadas como parte de la información contextual (tal vez con la excepción de CABA, algo que aquí sólo mencionamos tangencialmente).

Los criterios de noticiabilidad (aquello que orienta la producción de la noticia en función de lograr masividad en la llegada) y los supuestos informativos (aquello que se sobreentiende que los lectores deben conocer para interpretar correctamente la noticia) se hacen presentes en la construcción de sentido, históricamente situado, acerca de la enfermería. Sin embargo, resta preguntarse acerca de los modos de recepción y apropiación de estas noticias. La web ha transformado no sólo los modos de producción de las noticias, sino también sus modos de circulación, de formas presumiblemente variables que requieren ser indagadas con mayor profundidad. Si en general la prensa reproducía de manera inadvertida los discursos socialmente circulantes, contribuyendo a multiplicarlos y naturalizarlos (Martini, 2000), no poseemos suficientes elementos para afirmar que en la actualidad su capacidad se encuentre disminuida ni que haya sido potenciada.

Junto con lo mencionado, el presente artículo marca posibles líneas de análisis, a continuar indagando de manera sistemática. Permanece abierto a preguntas el nivel de los procesos de producción de las noticias, tanto en términos del trabajo concreto de quienes realizan las publicaciones como de las condiciones materiales en que las hacen; también la comparación con otras escalas y tiempos de análisis.

Por otra parte, si bien las plataformas en línea ofrecen oportunidades únicas para investigar cómo se enfatizan ciertos rasgos y se minimizan otros al comunicar sobre ciertos acontecimientos y actores en entornos digitales (Cervantes Baraba, 2001; Gallego Ramos, 2017), los hallazgos pueden ser interpretados bien suponiendo un ecosistema noticioso caracterizado por la omnipresencia de las mismas noticias, bien partiendo de entender que continúa en la línea de una diversificación concentrada y por tanto aparente (Mattelart y Schmucler, 1983), o bien dando por descontado un formato descentralizado que tendría menor potencialidad para influir en sus diversas audiencias (Carazo Barrantes, 2018). En todos estos casos, la indagación de los modos de recepción de las noticias se vuelve ineludible para comprender cabalmente los universos de significados vigentes y en qué medida las clasificaciones, sentidos y asociaciones presentes en las notas logran legitimarse discursivamente.

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Notas