Crónicas

Necrológica Mahmud Sobh.

MAHMUD SOBH'S OBITUARY

Juan Martos Quesada
Universidad Complutense de Madrid, España

Al-Andalus Magreb

Universidad de Cádiz, España

ISSN-e: 2660-7697

Periodicidad: Anual

núm. 29, 2022

alandalus-magreb@uca.es

Publicación: 23 Abril 2022



OBITUARIO MAHMUD SOBH, POETA PALESTINO Y ARABISTA (1936-2022)

La noche del 21 de febrero de 2022 nos dejó Mahmud Sobh, poeta palestino ubicado en España y un referente clave en el conocimiento de la poesía árabe clásica en nuestro país. Su periplo vital es similar al de centenares de intelectuales exiliados palestinos de la segunda mitad del siglo XX, que tuvieron que abandonar su país en 1948, con el establecimiento del estado de Israel en tierra palestina y que acabaron encontrando su sitio en Europa y América.

Mahmud Sobh nació en febrero de 1936 en Safad, una aldea de Galilea, cercana a Nazaret, de la que huyó su familia en 1948 a Damasco (Siria), donde acabó trabajando como maestro rural en 1954, año en el que publica su primer poema en una revista literaria, y en donde logra licenciarse en lengua y literatura árabes en la universidad de Damasco en 1964. Con este título da el salto al norte de África, para trabajar como profesor en la Escuela Normal de Orán (Argelia), pero pronto regresa a Siria, en donde es nombrado director de una escuela de secundaria en la ciudad de Hims.

Su gran oportunidad de dar el salto a Europa surge en 1965, cuando consigue una beca para hacer sus estudios de doctorado en la universidad Complutense de Madrid, ciudad en la que se casará con una española, María Dolores Gurrea Solá, tendrá sus tres hijos, Maryam, Tárek y Layla, y residirá hasta su muerte. En 1967 defiende su tesis doctoral con el título de La poesía amorosa arábigo-andaluza, lo que le vale para ser contratado como profesor en esta universidad hasta su jubilación, consiguiendo la cátedra de Estudios Árabes e Islámicos en el año 2001, y compartiendo durante varios años esta labor con sus clases en el Instituto Hispano-Árabe de Cultura y en la Escuela Diplomática.

Desde que pisa suelo español se convierte en una especie de embajador cultural del pueblo palestino y representante de su resistencia ante la ocupación israelí, viéndosele en multitud de actos y publicando en esta línea, como el libro que en 1969 escribe con el catedrático de la universidad Autónoma de Madrid, Pedro Martínez Montávez, Poetas palestinos de resistencia. Esta faceta suya de intelectual emblemático del pueblo palestino le será reconocida por la Liga Árabe en un homenaje a su persona, que tuvo lugar en Madrid en 1976.

Su presencia activa en la vida cultural de la capital la concilia con su quehacer poético, publicando en 1972 Huerto Palestino, libro de poemas que le dio a conocer, publicando posteriormente Poseso en Layla (1978), Libro de las kasidas de Abu Tárek (1979), Kitab para dos guitarras (1979), Diván, antes, en, después (2001), culminando con la edición en 2005 de Mar blanco; esta actividad poética fue la que le hizo ganar el premio Álamo de poesía en 1975 y el premio Vicente Aleixandre en 1978.

Como era de esperar, se afana en traducir al árabe a poetas y obras españoles, como El Quijote (1978), La Celestina (1977), al poeta Pablo Neruda (1975) y al sevillano de principios del siglo XX, Fernando Villalón, (1976), con una introducción de José M.ª de Cossío; en una labor paralela da a conocer la poesía arábigo andalusí, con obras como Poetisas arábigo-andaluzas (1995) e Ibn Zaydun: casidas selectas (2005). Pero su gran aportación de investigación y divulgación fue el estudio de la poesía árabe clásica, como lo demuestra su monumental Historia de la literatura árabe clásica (2002), obra que complementa con dos libros publicados diez años después, Poética y métrica árabes y El diván de la poesía árabe, oriental y andalusí.

Siempre se sintió español y en una entrevista realizada para El País en enero de 1977, decía: “En potencia, soy español. Mi mujer e hijos son españoles. Llevo aquí casi doce años, vivo la realidad española y amo esta tierra. Además, como no tengo patria la veo reflejada en las tierras de España.”.

Tenía merecida fama de persona sonriente y amigo de todo el que conocía por primera vez, a la vez de ser un hombre afable, amical y elegante, como lo calificó en su día el poeta argelino Abdallah Hammadi.

D.E.P.

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