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CHACHOU, Ibtissem. 2018. Sociolinguistique du Maghreb. Alger, Hibr Édition, El-Biar, 235 pàgs.
Adil Moustaoui Srhir
Adil Moustaoui Srhir
CHACHOU, Ibtissem. 2018. Sociolinguistique du Maghreb. Alger, Hibr Édition, El-Biar, 235 pàgs.
Al-Andalus Magreb, vol. 26, núm. 1, pp. 1-7, 2019
Universidad de Cádiz
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CHACHOU, Ibtissem. 2018. Sociolinguistique du Maghreb. Alger, Hibr Édition, El-Biar, 235 pàgs.

Adil Moustaoui Srhir
Universidad Complutense de Madrid, España
Al-Andalus Magreb
Universidad de Cádiz, España
ISSN-e: 2660-7697
Periodicidad: Anual
vol. 26, núm. 1, 2019

Aprobación: 25 Marzo 2020


CHACHOU, Ibtissem. 2018. Sociolinguistique du Maghreb. Alger, Hibr Édition, El-Biar, 235 pàgs.

Sociolinguistique du Maghreb de Ibtissam Chachou, es un libro resultado y fiel reflejo de la larga trayectoria de su autora como docente e investigadora en el campo de la sociolingüística del Magreb, en concreto, en Argelia. El libro recoge un conjunto de textos académicos como material docente que la autora había escrito, elaborado y usado entre el 2013 y el 2018 en la asignatura Sociolinguistique du Maghreb, que imparte en el marco del Master en Ciencias del Lenguaje de la Universidad de Mostagán en Argelia. La principal novedad de la obra consiste en que está diseñada como un manual práctico y aplicado, dirigido a estudiantes de Máster e investigadores de posgrado que están inmersos en actividades de investigación en el campo de las ciencias del lenguaje, en general, y la sociolingüística magrebí, en particular. Por lo tanto, el libro pretende capacitar a los estudiantes en el análisis e interpretación de los principales fenómenos que promueven el campo de la sociolingüística en el Magreb. Su objetivo específico, en concreto, es posibilitar a los jóvenes investigadores la adquisición de herramientas teóricas y metodológicas que les permitan comprender e interpretar la complejidad de las prácticas lingüísticas en un contexto magrebí, caracterizado por el multilingüismo, las históricas luchas ideológicas, las inercias y las relaciones de poder. Además de la adquisición de conceptos clave relacionados con el campo de la sociolingüística, el libro permite a los estudiantes investigadores desarrollar una reflexión epistemológica y crítica capaz de llevarlos a redefinir sus objetivos y su posición ético-ontológica y epistémica en su investigación sociolingüística. Un hecho que según la autora ayudaría a repensar los diferentes modos de abordaje e intervención relacionados con los fenómenos sociolingüísticos e identitarios que generaron y siguen generando debates y controversias en el Magreb, principalmente en los tres países que aborda el libro, Argelia, Marruecos y Túnez.

Por otra parte, las principales preguntas a las cuales la autora intenta responder desde el inicio del libro son: ¿qué se entiende por sociolingüística del Magreb y cuáles son sus bases y fundamentos? Con el propósito de dar mayor número de respuestas a estas preguntas, la autora establece, en primer lugar, los argumentos que justifican la elección del título del libro y sus contenidos, siendo el argumento del espacio y los marcos comunes entre los tres países los ejes fundamentales que justifican esta elección. En esta línea, y según la autora, el Magreb está configurado históricamente como una entidad geográfica que se caracteriza por la presencia de continuum socio-antropológicos, históricos y lingüísticos comunes a los países de la zona. En segundo lugar, el otro argumento que usa la autora está ligado principalmente con las políticas lingüísticas post-coloniales. Estas políticas contribuyeron en crear un panorama social y político caracterizado por enormes contradicciones y ambigüedades, que muchas veces no reflejan la realidad de las prácticas lingüísticas cotidianas y el multilingüismo local. Hechos que derivaron hacia unas históricas relaciones de subordinación entre las lenguas, y por tanto, en la creación de desigualdades sociales, económicas y políticas en el seno de la sociedad magrebí. En tercer lugar, y teniendo en consideración los dos argumentos anteriores, la autora justifica la razón de existir de la sociolingüística del Magreb, que se fundamenta y se enmarca en una sociolingüística general desde el punto de vista teórico. Su desarrollo pues dio lugar posteriormente a investigaciones e interpretaciones sobre tópicos clásicos de la sociolingüística, tanto la descriptiva como la crítica. Lo excepcional de esta sociolingüística es que se ha caracterizado, según señala Chachou, por unas especificidades ligadas a un contexto particular de uso de las lenguas en contacto y a unas políticas lingüísticas elaboradas justo después de la independencia de los países de la zona. Unas políticas tal como las describe Chachou « ne sont pas sans conséquences sur les langues effectives des magrébins qui subissent des processus de dialectalisation / vernacularisation et sur le français soumis, lui aussi, à un processus d’etrangéisation ».

Los principales temas que aborda el libro son las prácticas lingüísticas cotidianas de los hablantes, el contacto de lenguas, el estatus y estrategias de denominación de las lenguas, la variación y la construcción de las variedades sociolingüísticas, políticas lingüísticas y estado-nación, las representaciones sociales del multilingüismo, la compleja noción de diglosia y continuum lingüístico, así como la sociolingüística urbana. Todo ellos forman un mosaico de tópicos que la autora reúne en su obra de manera exitosa y coherente.

El manual está dividido en siete capítulos, y en cada capítulo la autora incluye un texto o más, considerados como clásicos de la sociolingüística magrebí, escritos por otros autores de referencia en el campo.

En el primer capítulo que se titula «la sociolingüística del Magreb: elementos de contextualización», Chachou desarrolla los diferentes contextos socio-históricos y políticos que fueron claves en la aparición del campo de la sociolingüística magrebí, sin separarlos de otros más globales. La autora discute también las principales condiciones epistemológicas que favorecieron el nacimiento de la sociolingüística en el Magreb. A partir de ambos desarrollos, Chachou procede al final del capítulo a dibujar los ejes fundamentales que componen y caracterizan la denominada sociolingüística del Magreb. La trayectoria de esta sociolingüística muestra la falta de cierto pragmatismo en la medida en que aún queda mucho trabajo por realizar para hacer valer y difundir toda esta producción científica. Del mismo modo, Chachou señala finalmente la necesidad de un enfoque crítico capaz de superar el descriptivismo que ha imperado y siguen imperando en muchos trabajos. Un enfoque sociolingüístico-crítico garantizaría por tanto la existencia de propuestas eficaces y serias para ejercer una influencia en futuras políticas de la lengua que se implantaran en la zona del Magreb.

En el segundo capítulo «La situación sociolingüística en Argelia, Túnez y Marruecos», la autora describe de manera detallada el multilingüismo y la diversidad étnica y cultural presentes en los tres países así como el contacto entre sus lenguas. En dicha descripción, la autora desglosa los ámbitos de uso de las lenguas y sus variedades, su estatus social, político y la legislación que sustenta los modelos de política lingüística implantados después de la independencia, y a los cuales la autora hace repaso a partir de un enfoque crítico e historicista, basándose en otros textos que incluye en este capítulo. En concreto, dos textos, un clásico de Foued Laroussi titulado Plurilinguisme et identités au Maghreb y otro de Yacine Derradji titulado L’officialité.

En el tercer capítulo se titula «Los imaginarios sobre las lenguas: actitudes y representaciones», la autora desarrolla una definición de los elementos básicos que componen las actitudes y representaciones sociales sobre las prácticas plurilingües a partir de distintos desarrollos y marcos teóricos, provenientes en su mayoría de la sociolingüística occitana y catalana. En este capítulo, la autora también plantea una serie de preguntas relacionadas con la adaptación de estos marcos de evaluación de las actitudes y representaciones de los hablantes sobre las prácticas lingüísticas en el contexto magrebí. Para ello, Chachou hace repaso a distintas encuestas sociolingüísticas sobre actitudes y representaciones que se habían realizado en el contexto argelino, para proceder finalmente a presentar los resultados de una encuesta que la propia autora había llevado a cabo en 2010 y que recoge una amplia muestra en la que participaron jóvenes estudiantes argelinos. La autora concluye el capítulo afirmando que deberíamos enfocar las encuestas de manera mucho más concreta haciendo que las representaciones en ellas estén mucho más conectadas con las prácticas lingüísticas y no tan alejadas de su contexto de uso.

El cuarto capítulo «Recorrido crítico por la noción de diglosia y continuum lingüístico», aborda un concepto muy desarrollado y discutido no sólo en la sociolingüística teórica sino también en la sociolingüística magrebí, a saber, la diglosia. La diglosia como sabemos es un concepto que fue introducido por la lingüística colonial y fue objeto de estudio en diferentes contextos y sociedades, sobre todo en la era post-colonial. En el contexto magrebí y tal como lo señala la autora, su tratamiento se ha llevado a cabo desde una confrontación del propio concepto con la realidad magrebí. Para demostrarlo, Chachou desarrolla un esbozo histórico a partir de un enfoque crítico del concepto de la diglosia y su aplicación al contexto norteafricano. La autora también pone en cuestión la noción de diglosia al considerarla rígida si tomamos en consideración las dinámicas de cambio sociolingüísticas en el Magreb y la realidad de las prácticas lingüísticas. Parte de los contenidos que se abordan en este capítulo se ilustran brillantemente en el artículo titulado «Acerca de algunas aproximaciones a la realidad sociolingüística árabe» de Djemal-Eddine Kouloughli, que la autora incluye como texto complementario.

En el quinto capítulo titulado «La variación sociolingüística: problemas de diagnóstico de las variedades lingüísticas», la autora examina cómo una errónea conceptualización y categorización de las variedades lingüísticas produce incorrecciones en su proceso de denominación, lo cual a su vez provoca dificultades en los procesos de identificación y diagnóstico de los componentes de la variación lingüística. El primer punto que aborda la autora en este capítulo consiste en una revisión teórico-conceptual de la variación lingüística desde un enfoque enmarcado, tanto dentro la sociolingüística descriptiva como urbana. En concreto, la autora se centra en tres tipos de variación; la diacrónica, la social y la geográfica. En el segundo punto, la autora se centra exclusivamente en analizar cuatro tipos de variación presentes en el contexto magrebí a partir de un enfoque sociolingüístico variacionista; la diacrónica, la diatópica, la diastrática y la diafásica. Otro de los aspectos que aborda también Chachou en este capítulo es la clásica definición de la noción «lengua» y «dialecto». Aunque se considera un clásico tema superado por la sociolingüística crítica, la autora justifica su abordaje por el hecho de que es una distinción aún fundamental para la sociolingüística magrebí. Además, dicha distinción según argumenta Chachou, todavía desempeña un papel clave en la legitimación de ideologías y políticas lingüísticas que tienen un fuerte impacto, no sólo social sino también económico sobre las comunidades lingüísticas afectadas directamente por dichas políticas lingüísticas. Cierra el capítulo quinto un texto de Carmen Garabato y Alexia Kis-Marc titulado «el concepto de ‘comunidad lingüística’» como material que complementa los contenidos que se abordan en el mismo capítulo.

En el penúltimo y sexto capítulo cuyo título es «La denominación de las lenguas en las publicaciones universitarias», la autora hace una reflexión sobre los problemas que existen a la hora de identificar, conceptualizar y denominar las variedades lingüísticas en el contexto magrebí, teniendo como base la literatura científica producida en el ámbito universitario. En concreto, la autora centra su reflexión en la terminología que usan los lingüistas interesados por el Magreb para denominar las lenguas maternas; árabe argelino y amazige, por un lado, y el francés, por otro lado. Según la autora, estas estrategias de denominación de estas lenguas se establecen principalmente a partir de unos fundamentos teóricos propios de la dialectología y no de la sociolingüística. Este hecho provoca errores a los que los lingüistas muchas veces no están advertidos o no se dan cuentan de ello. La autora señala también otro factor, que en este caso tiene que ver con el uso de otros fundamentos propios de la tradición gramatical, que la sociolingüística no los acepta como marco epistémico de interpretación de las prácticas lingüísticas.

El último capítulo tiene como objetivo introducir las nociones básicas de la sociolingüística urbana y del espacio a partir de un enfoque discursivo. La emergencia de la sociolingüística urbana en los últimos años como nueva línea de investigación sociolingüística en el Magreb, suscita, según la autora, prestar más atención a este enfoque de análisis e interpretación de la dimensión semiótica y espacial del uso de las lenguas en la ciudad. Del mismo modo, la introducción de este enfoque de análisis sociolingüístico se debe a la necesidad de comprender lo compleja que ha sido la construcción histórica del espacio en las ciudades del Magreb, además de interpretar sus funciones, sus singularidades y su dimensión lingüístico-comunicativa y discursiva. El capítulo ofrece también las herramientas metodológicas y de análisis necesarias para introducir a los jóvenes investigadores en el campo de la sociolingüística urbana. El capítulo se cierra con un texto clásico de Thierry Bulot titulado «Por una sociolingüística urbana: hacia una definición de la ciudad».

Una lectura del libro por parte de un lector o una lectora que hayan estado familiarizados y socializados en varias escuelas sociolingüísticas, se daría cuenta de que el conocimiento a partir del cual se había basado la autora proviene de una literatura sociolingüística escrita en su mayoría en francés. Este hecho muestra claramente como históricamente y todavía aún la gestación, desarrollo y evolución de la sociolingüística magrebí, dependía en mayor grado de la sociolingüística hecha en Francia o escrita en francés. Eso en parte justifica la afirmación de la autora al señalar que la difusión y la transferencia del conocimiento sobre la sociolingüística magrebí es aún limitada. Esta realidad se debe también al largo y claro dominio de la sociolingüística anglosajona desde la gestación del campo.

Por otro lado, me parece necesario que en una reedición del libro la autora tome en consideración las siguientes preguntas. Preguntas que formulo a partir de mi modesta experiencia como un joven sociolingüista que tuvo la suerte de estar en contacto no sólo con la sociolingüística escrita en francés –la francesa o la magrebí–, sino también la anglosajona, la catalana, la española y latinoamericana. Estas preguntas son las siguientes:

¿Qué condiciones favorecieron el hecho de que no existan –o muy pocas– investigaciones basadas en una etnografía sociolingüística crítica?

Teniendo en consideración una teoría de las estructurales de poder y dominación sociales, económicas y políticas ¿Cómo puede la sociolingüística magrebí superar sus limitaciones conceptuales y teóricas a la hora de dar interpretaciones a fenómenos sociolingüísticos como por ejemplo la diglosia?

¿Cómo podemos incorporar el nuevo contexto sociopolítico, en concreto, el que tiene que ver con la Primavera Árabe en el análisis de los nuevos fenómenos sociolingüísticos que están teniendo lugar en el Magreb?

¿Cómo las transformaciones socioeconómicas actuales, sean locales o neoliberales, producen nuevos espacios de comunicación en los que las lenguas locales se instrumentalizan como un recurso lingüístico cada vez más acomodado en las nuevas prácticas lingüísticas? ¿Y cómo las condiciones del nuevo orden económico neoliberal ejercen una influencia cada vez mayor en las políticas lingüísticas de los países de la zona?

Y finalmente, ¿cuáles son las nuevas direcciones teórico-metodológicas que hay que seguir para crear unas condiciones adecuadas que garanticen la práctica de una sociolingüística crítica pero desde el sur, capaz de superar los enfoques descriptivistas y las interpretaciones limitadas a los fenómenos sociolingüísticos que se producen en el Magreb?

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