Artículos científicos
Recepción: 14/01/2022
Aprobación: 27/04/2022
Resumen: Este artículo recuerda brevemente los fundamentos del enfoque biográfico, el paradigma del curso de vida asociado y los orígenes de la matriz Ageven, una herramienta desarrollada durante la década de 1980 en el marco de las encuestas retrospectivas y del análisis demográfico de biografías. Enseguida, se presenta una versión renovada en el uso cualitativo de este instrumento, al incluir niveles de observación individuales, familiares y contextuales y al agregar la identificación de secuencias en las historias de vida a partir de las rupturas biográficas. La matriz Ageven se convierte así simultáneamente en herramienta de representación y de análisis de datos biográficos cualitativos, revelando amplias posibilidades de aplicación a diversas problemáticas demográficas y sociológicas. Se ilustra con el ejemplo de la maternidad adolescente en México.
Palabras clave: Ageven renovada, curso de vida, evento, ruptura biográfica, familia.
Abstract: This article starts by briefly recalling the essential features of the biographical approach, the associative paradigm of the life course, and the origins of the Ageven form, a tool developed in the 1980s as part of the retrospective studies and demographic analysis of biographies. Next, we present a new version of this tool for its use in qualitative analysis, involving the individual, family, and contextual levels of observation, and including the identification of sequences in the life stories, based on the biographical turning points. In this way, the Ageven form can be converted into a tool for simultaneously representing and analyzing a wide range of qualitative biographical data. It is illustrated with the example of adolescent maternity in Mexico.
Keywords: Renewed Ageven, life course, event, biographical rupture, family.
I. Introducción
En un artículo previo de esta revista2, se mencionó a la ficha Ageven renovada como un aporte metodológico para el análisis cualitativo de las biografías, incluyendo la recolección de las historias de vida y el estudio de las interrelaciones entre las trayectorias migratorias, familiares, laborales y de género (Zavala de Cosío, 2021, p. 14). Pero esa presentación fue muy breve por falta de espacio. Por lo tanto, este artículo se centra en presentar la matriz Ageven renovada3.
La consideración de las biografías está al igual que la biología, en el centro de la comprensión de las vidas humanas (Fassin, 2018). En este sentido, “el ser humano experimenta su vida y a sí mismo en el tiempo (...), el hombre [experimentando] su existencia en un sentimiento de unidad e identidad mantenido a través del tiempo” (Delory-Momberger, 2009, p. 27). La demografía fue una disciplina pionera en el análisis de las biografías, mediante el desarrollo de encuestas longitudinales y retrospectivas, y el estudio de los efectos de la edad y la generación en los cursos de vida (Antoine y Lelièvre, 2006). De esta manera, los demógrafos han desarrollado, desde finales de la década de 1980, una matriz de observación de las biografías individuales, llamada la matriz Ageven, que permite recopilar los eventos registrados a través de las historias de vida y que se aplicó en Europa y en varios países africanos (Antoine et al., 19874; Tichit, 2006; Lelièvre y Vivier, 2001; Vivier, 2006). Más recientemente, se ha usado esta herramienta en México y en los países andinos (Baillet, 2018; Cavagnoud, 2011a, 2011b, 2012, 2015 y 2018; Cavagnoud y Bruslé, 2013).
El análisis biográfico es una aproximación científica que consiste en identificar y relacionar los eventos observados a nivel de los individuos según el año, la edad, la generación y la historia de vida, a fin de explicar las interacciones entre los fenómenos demográficos y la heterogeneidad de las poblaciones (Courgeau y Lelièvre, 1989 y 2001). Asimismo, se muestra en qué medida los cambios históricos, económicos o culturales actúan sobre los cursos de vida estudiados (Blanco, 2011) y se incluyen los efectos de los agregados de población sobre los comportamientos individuales (Hogan y Goldsheider, 2006).
Al ubicarse en el centro de la dimensión temporal, el análisis biográfico se concentra en las interrelaciones entre las trayectorias de vida de los individuos, la búsqueda de vínculos entre las experiencias pasadas y la ocurrencia de los eventos recientes, así como la consideración del contexto y la influencia del entorno cercano en los itinerarios personales (Bonvalet y Lelièvre, 2012; Samuel, 2008). Para ello, se articulan las temporalidades que son a la vez individuales (basadas en la edad de ego al ocurrir un evento), sociales (trayectorias de individuos pertenecientes a una misma generación) e históricas (inscripción en una generación, un período y una sociedad determinados).
II. Metodología
Originalmente, la matriz Ageven era una herramienta de recopilación de los datos biográficos, procedente de la demografía y aplicada en Francia y Europa (GRAB, 1999; Lelièvre y Vivier, 2001), África (Antoine y Fall, 2002; Antoine et al. 2000; Antoine et al., 2006; Calvès y Marcoux, 2004; Ferry, 1976) y América Latina (Dureau e Imbert, 2014; GRAB, 1999), para completar las encuestas por cuestionario. Su uso consistía en identificar a lo largo del tiempo los eventos vividos por el entrevistado, relacionarlos entre sí, ponerlos en correspondencia con su edad, y verificar su coherencia en el encadenamiento temporal (Antoine et al., 1987).
2.1. Una versión renovada de la matriz Ageven: una herramienta de representación y análisis de las biografías5
En los últimos años, la matriz Ageven en su versión inicial se ha usado exclusivamente en el marco de investigaciones cualitativas compuestas por relatos de vida con niños y jóvenes, en Bolivia (Cavagnoud, 2015, 2018; Cavagnoud y Bruslé, 2013), en Perú (Cavagnoud, 2011a, 2011b, 2012) y en México (Baillet, 2018). A partir de estas experiencias, se ha podido aportar un cierto número de añadidos y mejoras a esta matriz biográfica y se ha contribuido a modificar su formato inicial para llegar a una versión denominada “renovada”. Estas innovaciones se refieren especialmente a la consideración de tres niveles de observación (individual, familiar y contextual), una lista más amplia de variables en cada uno de estos niveles, una distinción entre hechos, eventos y rupturas, entre situaciones continuas y discontinuas, y entre elementos objetivos y subjetivos, así como una identificación de secuencias y de los vínculos de causalidad entre los eventos más significativos según, primero, la palabra del entrevistado y luego, la interpretación de los datos por parte del investigador. De hecho, este formato renovado le da ahora a la matriz Ageven una dimensión, no sólo de recopilación, sino también de representación y análisis de los datos biográficos recogidos.
En el plano práctico, la versión renovada de la matriz Ageven propuesta (Figura 1) se presenta como una matriz de doble entrada, con una primera columna donde se muestra la información básica relativa al individuo de referencia, simbolizado por el pronombre ego (nombre, edad y sexo), así como la fecha, el lugar y la referencia de la entrevista dentro del corpus. En la base de la matriz aparece un eje temporal horizontal (y ya no vertical como en la matriz original) expresado tanto en la fecha (en años) como en años civiles desde el nacimiento de ego (edades cumplidas). Sobre este eje aparecen en filas (y ya no en columnas como en la matriz original) el conjunto de las trayectorias y entornos que organizan la vida de ego y que sirven para anotar los datos biográficos contenidos en el relato de vida, de acuerdo con su fecha de ocurrencia y los tres niveles de observación siguientes:
Individual: cuando los datos se refieren directamente a ego y sus trayectorias en los ámbitos de la escuela o la universidad (trayectoria educativa o de formación), mercado laboral (trayectoria profesional), lugar de residencia (trayectoria residencial y migratoria), vida social y amorosa (trayectoria afectiva), sexualidad, nupcialidad y comportamientos de fecundidad (trayectoria matrimonial y trayectoria reproductiva) y “otros” (para registrar eventos individuales de otra naturaleza).
Familiar: cuando los datos no se refieren directamente a ego, sino a miembros de la familia tanto corresidentes como no corresidentes (en sentido amplio), y se distribuyen entre diferentes entornos específicos, como cónyuges, padres, abuelos, hermanos, familia extendida, economía doméstica, clima familiar (solidaridad, actos de violencia, etc.).
Contextual: cuando los datos se refieren a hechos y eventos que surgen tanto de limitaciones sociales y económicas (crisis económica), políticas (golpe de Estado), institucionales o ambientales (desastres naturales, degradación climática), que suceden durante la vida de ego y de su entorno familiar; como también de recursos u oportunidades que aparecen a favor de la colectividad (implementación de una política social en la zona de residencia, implantación de una asociación u ONG, acceso a la planificación familiar, etc.) y que contribuyen potencialmente a superar las dificultades cotidianas.
La versión de la matriz Ageven presentada de esta manera subraya la importancia de distinguir los diferentes niveles de observación en la vida de ego (micro, meso y macro) y demostrar sus interrelaciones a lo largo de las historias de vida. Esto permite reconstituir la estructura diacrónica de un curso de vida en un calendario único centrado en una temporalidad individual, que articula la pluralidad de los espacios de la vida cotidiana (escuela, trabajo, grupo de pares, etc.) y atribuye una importancia particular al entorno familiar (padres, hermanos, cónyuges, familia política, familia extendida) donde se observan los hechos y eventos que generalmente tienen implicaciones directas múltiples en las trayectorias de ego.
Es esencial resaltar que este formato renovado de la matriz Ageven busca situar no sólo la cronología de los eventos, sino más ampliamente el conjunto de los datos biográficos que cubren hechos diversamente significativos. Entre estos últimos, los eventos son episodios prominentes que suceden en la vida de un individuo, al margen de su rutina y que marcan el transcurso de su existencia, con consecuencias que van desde el corto hasta el largo plazo. Esta ampliación es importante para comprender en qué medida la ocurrencia de ciertos eventos y en particular las rupturas biográficas, son la consecuencia de una agregación de hechos y situaciones de menor importancia, pero que concurren hacia un mismo resultado. Desde un punto de vista práctico, esta distinción entre hechos y eventos se puede hacer usando letras en negrita para caracterizar la mayor importancia de los últimos, mientras que las rupturas biográficas se pueden señalar llenando la celda con un color distintivo (por ejemplo, en amarillo fluorescente).
Además, una situación prolongada en el tiempo (mantenerse en una actividad profesional durante varios años) puede representarse con una flecha horizontal continua, mientras que una situación que muestra irregularidades manifiestas (escolarización con ausencias repetidas) puede simbolizarse con una flecha horizontal discontinua. En este caso, no se trata de un evento, sino de una posición social y coyuntural que se desarrolla durante un lapso de tiempo significativo y suficiente para ser relatado por ego en la entrevista. A estos elementos de presentación de los datos se agrega la diferenciación que debe hacerse entre la información objetiva y factual (en negro) y aquella vinculada al estado subjetivo y las sensaciones de los individuos (en otro color), y, entre los eventos críticos (incluidas las rupturas biográficas), la diferenciación que debe hacerse entre los que surgen de la contingencia o la necesidad, y los que surgen de la elección de ego (que deben aparecer en otro color). Finalmente, en aras del procesamiento de la totalidad de los datos significativos recopilados durante la entrevista, la matriz reserva abajo un espacio titulado “Observaciones y datos sin datar” para agregar información que estrictamente hablando no remite a la biografía de ego, pero que contribuye a la comprensión de su curso de vida (por ejemplo, el nivel educativo de los padres).
Una vez que la matriz se ha llenado con todos los datos biográficos significativos, el investigador debe completar los vínculos de causalidad entre los hechos, eventos y rupturas sobre la base de la información del entrevistado. Estas relaciones causales se simbolizan por flechas de grosor y color, distintas de las usadas para representar situaciones continuas y discontinuas. Estas flechas pueden ser simples (à) (por ejemplo, “abandono de uno de los padres” à “niño puesto a trabajar”), o de doble sentido (ßà) cuando estos datos se explican o se producen mutuamente (por ejemplo, “desmotivación para ir a la escuela” ßà “ausencias escolares repetidas” ßà “deserción escolar temporal o definitiva”). Es importante agregar que las rupturas biográficas que se muestran en la matriz corresponden a las referidas y expresadas como tales por el entrevistado durante su relato de vida (una separación o divorcio constituye un evento que puede ser considerado de diversas maneras como una ruptura biográfica), mientras que la interpretación de los vínculos de causalidad se deriva tanto de la palabra del entrevistado y la lectura personal de su curso de vida, como del análisis del investigador y su puesta en perspectiva de todos los elementos biográficos en juego.
La singularidad que acompaña el uso de este formato renovado de la matriz Ageven es el procesamiento y análisis del conjunto de los datos significativos recopilados a través del relato de vida. Esta primera operación consiste en distinguir lo que depende de hechos y eventos (y entre los eventos los que dependen de rupturas), y en trasladar esta información a la matriz siguiendo los símbolos y formas de presentación especificados más arriba. Luego, la identificación de los eventos y rupturas se acompaña de flechas explicativas colocadas a través de la matriz, que los relacionan con otros hechos o eventos cronológicamente anteriores. La matriz Ageven permite, por tanto, captar sus encadenamientos en el plano factual, pues algunos pueden llevar al individuo a posiciones y estatus diferentes que modifiquen su estado subjetivo, sus intereses, perspectivas y oportunidades. Es en esta etapa que la matriz Ageven adquiere la doble dimensión de herramienta autosuficiente de recolección y análisis, mientras que originalmente la matriz estaba necesariamente asociada a un cuestionario.
Finalmente, ciertos períodos de la vida pueden caracterizarse por poca o ninguna información (“zonas en blanco”) que reflejen fases de estabilidad y continuidad (o de existencia rutinaria) o, por el contrario, períodos del pasado que sean difíciles de evocar por sufrimiento o desasosiego. A la inversa, otras fases son densas en hechos y eventos que no pueden presentarse en una matriz cuya unidad de tiempo se mide en años. En este caso, es posible realizar una especie de zoom desglosando este período, mes a mes, en una matriz anexa a la matriz Ageven principal de ego.
La Figura 1 es un modelo de la matriz Ageven en su versión renovada. El número de trayectorias presentadas se ha ampliado intencionalmente para mostrar el abanico de variables que se pueden considerar en el procesamiento y análisis de los datos biográficos recopilados. Sin embargo, la elección de las trayectorias debe ser ajustada por el investigador en función de los objetivos de su trabajo.
2.2. De las rupturas biográficas a la identificación de secuencias
Además de concretar una representación visual de los datos biográficos recopilados, la versión renovada de la matriz Ageven incluye un trabajo de análisis basado en la identificación de las rupturas biográficas expresadas por el entrevistado con respecto a su historial personal. La identificación de estos eventos más trascendentales permite así reconocer las principales secuencias que marcan su curso de vida y estudiar el contenido respectivo de éstas. Este aporte es una innovación importante en el formato renovado de la matriz Ageven en relación con los primeros usos de esta herramienta. Consiste, en primer lugar, en situar en la matriz las rupturas biográficas identificadas como tales por el entrevistado, y luego en considerar éstas, debido a su peso objetivo y su significado en el calendario íntimo de los individuos, como el punto de partida de una nueva secuencia en el curso de vida estudiado. Este trabajo de identificación de las divisiones temporales debe figurar en la última fila del eje temporal de la matriz (“secuencias”, cf. Figura 1). Se acompaña de un estudio del contenido de cada secuencia en su lógica específica, lo que pone de manifiesto el papel, el estatus y los espacios de socialización de ego, especialmente en comparación con la secuencia inmediatamente anterior.
Esta división de las biografías en secuencias se guía por la identificación de los hitos factuales alrededor de las rupturas identificadas por los entrevistados como marcadores significativos. Es la coincidencia entre la demarcación factual de los eventos biográficos, especialmente demográficos (unión, ruptura de unión, nacimientos, defunciones, migraciones) y la periodización asociada con ellos, lo que permite crear la división del curso de vida en secuencias reconocidas, tanto por los entrevistados como por el investigador según su interpretación (Bonvalet y Lelièvre, 2012). Sin embargo, este consenso entre las dimensiones objetivas y subjetivas, y entre el entrevistado y el entrevistador, no es sistemático y, en última instancia, debe dar una mayor importancia a la palabra del entrevistado, el único capaz de identificar las concomitancias entre el evento y la transición de una época a otra en su itinerario personal, de acuerdo con el sentido y la carga biográfica conferidos a los eventos, los cuales no son ni convencionales ni esperados (Laborde et al., 2007).
Además, se debe recordar que la ocurrencia de un evento puede ser muy puntual, pero extremadamente importante para un individuo, en términos de alteración de sus medios cotidianos de existencia y el efecto en su itinerario a largo plazo. Los eventos que suceden en la trayectoria conyugal y reproductiva a menudo son decisivos en las inflexiones biográficas, pero las rupturas que se producen en otros ámbitos como la salud, la educación, el trabajo, la migración o la religión (conversiones) ocupan igualmente un lugar fundamental en la interpretación, por parte del entrevistado, de su propio curso de vida y su desglose en secuencias. Puesto que esta evaluación retrospectiva de los actores sobre su historia personal es a menudo una cuestión delicada, es muy recomendable reunir una muestra de personas situadas en un momento equivalente de su curso de vida y pertenecientes a un mismo grupo de generaciones.
En las siguientes secciones, se propone una ilustración del uso de la versión renovada de la matriz Ageven a partir de una investigación sobre la maternidad adolescente en contextos urbanos de México. Esta aproximación ilustra los aportes metodológicos de esta matriz para el análisis de los cursos de vida.
2.3. Un ejemplo empírico: la maternidad adolescente en México
Entendido como un “problema social” en el debate político y científico, el fenómeno de la maternidad adolescente se ha convertido, desde la década de 1980, en uno de los principales desafíos sociodemográficos en México. En efecto, a partir de este período, aumenta el peso de la fecundidad adolescente en relación con la fecundidad total (Guzmán et al., 2006). Ante esta constatación, característica de la transición de la fecundidad en los países de América Latina, algunos demógrafos subrayan la particularidad del fenómeno y sus consecuencias “desastrosas” en términos económicos, sociales, de salud y demográficos (Campbell, 1968; Morán et al., 2003; Welti, 2000)6. Sin embargo, las investigaciones se han orientado principalmente a comprender la escasa disminución del fenómeno (Hakkert, 2001; Arceo-Gómez y Campos-Vázquez, 2014) y han permitido poner de manifiesto el rol de la pobreza y la vulnerabilidad de las adolescentes en la formación familiar temprana (Stern, 2012).
La problemática se ha abordado principalmente desde el ángulo de las desigualdades sociales en el momento del nacimiento del hijo. En cambio, pocos estudios han analizado las consecuencias a mediano y largo plazo de la fecundidad de las adolescentes, dejando de lado el contexto familiar y social en el que se inscribe la llegada del hijo, y la manera en que este evento se sitúa en el curso de vida de la joven madre (García Hernández, 2012; Baillet, 2018). Adoptar la perspectiva de los cursos de vida permite a la vez situar el nacimiento del hijo en una trayectoria individual y en los procesos de formación familiar o de transición a la edad adulta (Arceo-Gómez y Campos-Vázquez, 2014) y, por lo tanto, entenderlo como un evento que influye en el curso de vida familiar en el futuro.
Para ilustrar estos puntos, se presenta a continuación una investigación realizada en México, que analizó las configuraciones familiares de “madres adolescentes” en el medio urbano (Baillet, 2018). Se ha querido situar el nacimiento de un hijo a una edad temprana en el proceso de transición a la edad adulta de las jóvenes, centrándose en el primer hijo, el evento inicial de una trayectoria de fecundidad. Luego, como objetivo secundario, se estudia la influencia de este primer nacimiento en la trayectoria familiar posterior de la joven madre.
Además, se trata de colocar el nacimiento del primer hijo en un curso de vida individual visto como el resultado de la acumulación de acciones y estrategias individuales. Éstas se desarrollan y obran en un contexto sociohistórico dado, definido y organizado por un conjunto de instituciones (escuela, mercado laboral, salud, y familia) que generan prácticas y normas sociales. Para hacer esto, se recopilan los relatos de mujeres residentes en la ciudad fronteriza de Tijuana7 en entrevistas individuales semiestructuradas8.
III. Discusión de resultados
En este apartado se muestra la aplicación de la matriz Ageven en su versión renovada con dos ejemplos: las historias de vida de dos mujeres en Tijuana, México, que fueron madres cuando eran adolescentes (Sofía, 31 años y Diana, 36 años). Se presentarán los aportes de la matriz Ageven renovada, como un ejemplo de interacciones entre los niveles de análisis.
3.1. La aplicación de la matriz Ageven en su versión renovada
La matriz Ageven renovada es una herramienta pertinente para observar y analizar cómo se inserta el nacimiento del primer hijo antes de los 20 años en el curso de vida de las jóvenes madres, por dos razones principales. La primera pone de manifiesto visualmente los vínculos, pero también los tipos de vínculos entre los diferentes eventos a lo largo de las trayectorias de las mujeres entrevistadas. La segunda, facilita el análisis y la creación de nuevas categorías a partir de la agrupación de períodos de vida en secuencias, especialmente en relación con las estructuras y los vínculos familiares a lo largo de las historias de vida.
A partir de esta construcción, es posible analizar la organización interna de cada curso de vida, para entender tanto las especificidades como las regularidades del curso de vida familiar de las mujeres entrevistadas y ayudar a las comparaciones y la elaboración de una tipología de “trayectorias familiares modelo”.
Para entender cómo se inserta el nacimiento del primer hijo en el curso de vida de las mujeres urbanas en México, se han adaptado las trayectorias y categorías relativas a los tres niveles de análisis presentados anteriormente (cf. Figura 2):
Individual: residencia, hijos, anticoncepción, escuela/trabajo y precisiones significativas de orden subjetivo (situaciones o sentimientos evocados por ego, como una situación económica difícil, enfermedades, violencia, etc.).
Familiar: información vinculada a la familia de origen de ego, su familia política y su cónyuge (o cónyuges sucesivos)9.
Contextual: el conjunto de los elementos referidos a los principales cambios en términos demográficos, económicos, sociales y políticos a diferentes escalas; con una diferenciación entre el contexto nacional (México) y el local (el estado de Baja California o la ciudad de Tijuana).
Bajo los tres niveles de análisis, se usa una fila para visualizar las secuencias temporales (T) en relación con el nacimiento del primer hijo. El conjunto de estos ajustes a la matriz Ageven renovada permite poner de manifiesto las lógicas y la dinámica familiar en torno al nacimiento del primer hijo. Ahora, basándose en los cursos de vida de Sofía y Diana, respectivamente, se muestran las interrelaciones entre los diferentes niveles de observación.
3.3.1. Aportes de la matriz Ageven renovada: ejemplo de interacciones entre los niveles de análisis
Resumen del curso de vida de Sofía
Interacciones entre los niveles individual y contextual
Nacida a mediados de la década de 1980, Sofía creció en un contexto nacional de liberalización del sistema económico (apertura de la economía a los inversionistas extranjeros, adaptaciones de la legislación mexicana a los estándares internacionales) (Lustig, 1992) y aumento de las desigualdades sociales. Escolarizada en la década de 1990, Sofía alcanzó el nivel secundario; pudo aprovechar el proceso de democratización de la escolaridad para las adolescentes. Este período también muestra el aumento continuo de la participación de las mujeres en el mercado laboral, que comenzó durante la década de 1970 a nivel nacional (la mayoría de las mujeres, sin embargo, no tiene alguna actividad laboral remunerada, como es el caso de Sofía). A los 31 años (edad al momento de la entrevista), Sofía tiene dos hijos. Esta constatación se inscribe en un período (décadas de 1990 y 2000) en que las mujeres limitan su descendencia (alrededor de 2.6 hijos por mujer a nivel nacional y 2.4 en Tijuana en el 2000), gracias a la adopción de métodos anticonceptivos después del nacimiento del primer hijo, posibilitada por la política de población instaurada en 1974 por el gobierno mexicano para reducir el número de hijos por mujer (Cosio Zavala, 1994).
Interacciones entre los niveles individual y familiar
Con el nacimiento de su primer hijo, el curso de vida de Sofía muestra el paso de la familia de origen a un hogar extendido al lado de la familia política, y luego a un hogar nuclear unos años más tarde. La llegada del primer hijo, por lo tanto, aceleró la formación del hogar extendido con la familia política de Sofía, y luego los problemas en torno a la educación de este primer hijo, que se convirtieron en una fuente de conflicto dentro de la familia extendida, precipitaron el cambio hacia un hogar nuclear para la pareja, un proceso posibilitado por la solidaridad de la familia de origen de Sofía que le presta un terreno para construir. A largo plazo, se observa el mantenimiento del modelo familiar dominante en México (el hogar nuclear) sin ruptura familiar o un período de aislamiento para la joven madre adolescente, y vínculos familiares solidarios (solidaridad intergeneracional y entre los cónyuges y, durante un tiempo, con los miembros de la familia política de la entrevistada).
Las relaciones conyugales son “pacíficas”, sin episodios de violencia física o psicológica, pero Sofía confiesa haber sido obligada a someterse a la autoridad de su marido en cuanto a la división de las tareas domésticas según una distribución tradicional. A partir de esta evolución de las estructuras familiares, en la interfaz entre los niveles individual y familiar, la trayectoria familiar de Sofía puede caracterizarse como “lineal nuclearizada”.
La matriz Ageven renovada de Sofía revela que el nacimiento del primer hijo es un evento propulsor en el proceso de formación familiar, en este caso un proceso “tradicional” de formación familiar (hogar extendido, luego nuclear, distribución tradicional de los roles en el hogar), que permanece estable a largo plazo y no ha generado una fecundidad particularmente elevada (2 hijos). Por lo tanto, se encuentran dos secuencias en su curso de vida: la anterior al nacimiento de su primer hijo (T1) y la que coincide conjuntamente con el fin de la cohabitación con la familia de origen y la formación de una familia de procreación (T2).
En el caso de Sofía, la transición biográfica a la maternidad “salió bien”, sin rupturas familiares, gracias a la inserción del nacimiento del primer hijo de la joven adolescente en un proceso tradicional de formación familiar. La matriz Ageven renovada permite observar cómo y en qué momentos se pusieron en marcha las etapas que permitieron normalizar este evento, que se produjo fuera de las reglas sociales y de género vigentes en México (interrupción de la formación profesional, sexualidad fuera de unión y nacimiento de un hijo en la adolescencia) y cómo esta normalización se produjo de manera acelerada. Toda la familia de la joven pareja contribuyó a aceptar al niño y sostener a sus padres.
Resumen del curso de vida de Diana
Interacciones entre los niveles individual y contextual
Como en el caso de Sofía, Diana crece durante un período de liberalización económica y de crecimiento de las desigualdades económicas y sociales. Su nivel de escolaridad (secundaria) refleja también el aumento del nivel escolar de las mujeres en la década de 1970. Su entrada al mercado laboral a los 15 años tiene lugar en un contexto de feminización del mercado laboral característico de la década de 1980. A nivel individual, el final de su escolaridad y su empleo están vinculados al anuncio de su embarazo, al nacimiento de su primer hijo, así como a la “evaporación” del padre biológico de este.
La experiencia migratoria de Diana se inscribe también en un contexto migratorio nacional y local específico, producido por un conjunto de mutaciones económicas, sociales y políticas. En efecto, desde la década de 1990, las zonas urbanas del centro de México (región de origen de Diana), desprovistas de redes migratorias en los Estados Unidos, se convierten en zonas de expulsión de población (Sebille, 2004). Es interesante igualmente señalar que su migración a los Estados Unidos, en 1994, tuvo lugar cuando cruzar la frontera no era tan difícil (Estados Unidos ordenó la militarización de la frontera en 1998)10.
Además, la llegada en 1998 de Diana (y su cónyuge) a Tijuana está vinculada tanto a la crisis del mercado de trabajo en su ciudad de origen como a un período de pleno empleo en la región transfronteriza. Su migración también se inscribe en un contexto de feminización de los flujos migratorios a nivel local (la proporción de mujeres inmigrantes aumentó del 7.1% de la migración total en 1993-1994 a casi el 23% en los años 2005-2006) (Cruz Piñeiro y Salazar Jiménez, 2011).
La primera migración de Diana se presenta como una ruptura biográfica. En efecto, este evento es el resultado de una serie de hechos más o menos contingentes en su curso de vida (el nacimiento del primer hijo, la falta de reconocimiento del niño por parte del padre biológico, la decisión de sus padres de hacerla migrar, su entrada al mercado laboral, el apoyo de la red familiar para acompañar su experiencia migratoria, etc.). Su partida a los Estados Unidos tuvo un impacto sobre el conjunto de su vida (cambio de lugar de residencia, de contexto geográfico, cultural y lingüístico, de condiciones de vida, etc.) y a largo plazo (separación residencial permanente de su hijo). Además, desde un punto de vista subjetivo, su experiencia migratoria está asociada con un trauma, ya que separarse de su hijo fue extremadamente doloroso.
Interacciones entre los niveles individual y familiar
El caso de Diana muestra una trayectoria familiar en recomposición, con una acumulación de marcadores de vulnerabilidad social, luego un retorno al modelo familiar dominante, pero sólo parcialmente, si se considera la separación permanente de su primer hijo (hasta el momento de la entrevista). En efecto, su curso de vida está marcado inicialmente por la interrelación de dos eventos de gran importancia a nivel familiar e individual: la ausencia del padre biológico en el nacimiento del primer hijo (y, por lo tanto, sin formación de pareja), y la separación residencial permanente del niño y de su madre. Además, la ausencia del padre biológico acarreó una serie de eventos a nivel individual, como la apropiación por parte de la madre de Diana de las tareas educativas y del cuidado del infante, y la entrada en el mercado laboral de la joven madre para cubrir las necesidades financieras del niño. Luego, poco tiempo después, la joven se instala en una residencia distinta (en otro país) de la de su hijo y su madre, una situación marginal en el contexto mexicano11.
En el caso de Diana, la aplicación de la matriz Ageven renovada pone a prueba la superposición de dos vínculos de tipo familiar entre las madres adolescentes: con el padre biológico del niño y con la familia de origen. En este ejemplo, la llegada del primer hijo, a una edad temprana y en ausencia del padre biológico, coadyuvó al mantenimiento de la autoridad parental sobre la adolescente, la cual impuso a la joven madre la carga económica de su hijo (en tanto que sustituye del padre ausente), marcando así el curso de vida de Diana a largo plazo, especialmente por la larga separación de la joven madre y su hijo. Con base en el conjunto de estas observaciones, se ha denominado a esta trayectoria familiar “en ruptura dispersa”. El curso de vida de Diana se compone de cuatro secuencias: la primera (T1), antes del nacimiento de su primer hijo, correspondiente a un período de corresidencia con su familia de origen; luego la segunda (T2), que marca la formación de un hogar monoparental extendido (ego vive con su familia de origen y su 1er hijo), antes de la formación de un hogar unipersonal ampliado (ego vive en casa de su empleador, sin su 1er hijo) (T3). Finalmente, la cuarta secuencia (T4) está marcada por una unión, la formación de un hogar nuclear recompuesto disperso (ego vive con su segundo cónyuge, pero sin su 1er hijo) y el nacimiento de su 2o hijo. Para Diana, el nacimiento de su primer hijo se asocia con una ruptura dolorosa, ya que ha acarreado una sucesión de eventos y experiencias trascendentales e imprevisibles que interfieren en el conjunto de las esferas de su vida.
A través de los dos relatos de vida de Sofía y de Diana, se ilustra la manera en que la matriz Ageven en su versión renovada puede adaptarse a una problemática dada y ofrecer, gracias a referencias temporales en diferentes niveles de observación, la posibilidad de situar y relacionar los eventos individuales con los hechos políticos, económicos, demográficos e institucionales, en una misma tabla matricial. Además, esta herramienta permite el análisis de las experiencias individuales en un contexto sociohistórico dado, a fin de arrojar luz sobre un conjunto de fenómenos y procesos sociales más amplios. Este método, finalmente, permite la construcción de una tipología para clasificar, ordenar y abordar el análisis en una búsqueda de sentido de manera segmentada (Demazière, 2013). La utilidad de la matriz Ageven renovada se refuerza en el caso de un corpus de entrevistas importante, pone de manifiesto visualmente las similitudes y diferencias entre los cursos de vida y facilita así las clasificaciones y las comparaciones. Por lo tanto, la matriz Ageven renovada es a la vez una herramienta de procesamiento de información y de análisis eficaz. En el caso particular de la maternidad adolescente en México, la identificación de secuencias muestra que el nacimiento de un hijo en la adolescencia no constituye una secuencia de ruptura en sí misma, sino que el sentido que se le atribuirá está relacionado con otras circunstancias y factores individuales y familiares.
Además, a partir del análisis de las matrices Ageven renovadas de 22 entrevistas semiestructuradas realizadas en Tijuana, se ha construido una tipología de “trayectorias familiares modelo”. Para esto, se definen varios niveles de observación complementarios que permiten combinar criterios objetivos, tales como la estructura de los hogares, y criterios subjetivos, es decir, el sentimiento relacionado con la percepción de los individuos. Siguiendo estas observaciones, se establecen tres tipos de trayectorias familiares entre las madres adolescentes, que se dividen en subcategorías:
1. La trayectoria familiar modelo “lineal”, compuesta por la trayectoria familiar lineal nuclear, la trayectoria familiar lineal nuclearizada y la trayectoria familiar lineal con nuclearización tardía (Baillet, 2018, p. 353).
2. La trayectoria familiar modelo “recompuesta”, que comprende la trayectoria familiar “recompuesta” y la trayectoria familiar “recompuesta marginal” (Baillet, 2018, p. 369).
3. La trayectoria familiar modelo “en ruptura”, con la trayectoria familiar “en ruptura múltiple” y la trayectoria familiar “en ruptura dispersa” (Baillet, 2018, p. 381).
Las matrices Ageven en su versión renovada han permitido la elaboración de esta tipología, que subraya las interacciones sociales vinculadas al nacimiento del primer hijo antes de los 20 años, a corto y largo plazo, revelando el peso de la presencia (física y simbólica) del cónyuge junto a la madre adolescente y la naturaleza autoritaria de las relaciones intergeneracionales (especialmente de la madre, la suegra, el padre o el suegro según sea el caso) en la orientación de las trayectorias familiares de las madres adolescentes en México (Baillet, 2018). Finalmente, las matrices Ageven renovadas proporcionan una perspectiva biográfica, dentro de un período relativamente extenso, que permite relativizar y contextualizar los efectos del embarazo adolescente sobre la historia de vida de esas mujeres.
IV. Conclusiones
Al elaborar un retrato visual del desarrollo de las biografías de acuerdo con las rúbricas privilegiadas por el investigador, el formato renovado de la matriz Ageven se presenta como una herramienta metódica y sistemática, no sólo para recopilar, sino también para representar datos biográficos y analizar vínculos de relaciones entre los eventos declarados por los individuos, en el marco de entrevistas retrospectivas y de un enfoque cualitativo de los estudios de población. Una de las peculiaridades de este instrumento es considerar a ego como una unidad de observación y análisis, y a la vez colocarlo en el centro de los entornos y espacios relacionados que marcan el ritmo y la estructura de su vida cotidiana. Por lo tanto, se trata de estudiar la vida de un individuo como biografía (además de ser considerada como biología), la cual se puede definir como “un tiempo transcurrido entre el nacimiento y la muerte [con] una diversidad de eventos que llenan ese espacio temporal” (Fassin, 2018, p. 20) o también como “una línea o un conjunto de líneas inscritas en escalas de tiempo diferentes en el curso de las cuales los seres vivos hacen una especie de viaje” (ibid., p. 28).
Otra innovación importante de este nuevo modelo de matriz Ageven es la posibilidad de desglosar en secuencias cada biografía estudiada, a partir de las rupturas biográficas identificadas y su alcance simbólico, social o material como punto de partida de una nueva secuencia de vida en el calendario íntimo de los individuos. La identificación de estas divisiones temporales permite no solamente un análisis del contenido de cada secuencia, sino también un trabajo de paralelismo y comparación de las secuencias, sus encadenamientos y la dinámica de cada una, entre los casos estudiados dentro de una misma muestra. Esta última etapa de la observación de datos biográficos consiste en identificar las recurrencias, características comunes y diferencias entre los cursos de vida estudiados. Permite adoptar un enfoque prosopográfico, lo que lleva a la elaboración de una tipología dentro de un corpus, como en el ejemplo de la maternidad adolescente en México.
El estudio de los cursos de vida es un campo que merece ser desarrollado, no solamente en el medio académico para la comprensión de los fenómenos relacionados con las edades de la vida, las dinámicas familiares, las condiciones de vida de poblaciones en situación de vulnerabilidad y los procesos de desafiliación, sino también en el ámbito social y asociativo para acompañar a los responsables y actores sociales y políticos en su toma de decisiones. Este artículo espera, pues, contribuir a un acercamiento entre los desafíos científicos y sociales (o humanitarios) compartiendo para ello un mismo paradigma basado en el tiempo y el análisis de los datos biográficos, en la comprensión de los hechos sociales y la producción de resultados inéditos.
Finalmente, es factible extender el análisis biográfico y el uso de la matriz Ageven más allá del único individuo ego, recopilando para ello biografías familiares que tengan en cuenta sucesivamente el curso de vida de dos a tres generaciones dentro de una misma familia, especialmente entre nietos, padres y abuelos.
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Notas
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