In memoriam
Recepción: 01 Mayo 2023
Aprobación: 01 Agosto 2023
Quienes no la conocieron, la encontrarán quizá en alguna cita inevitablemente relacionada con la epidemiología de la diabetes mellitus, o escucharán su nombre en una conversación seria y fundada sobre esa materia que, en nuestro país, creció y se enriqueció con ella. Para quienes compartimos el honor de conocerla, representó y representará siempre una muy poco frecuente combinación de intuición, lucidez, fuerza, tesón, resiliencia y entereza.
Porque Martha S. de Sereday fue una persona extraordinaria y la intuición fue una de sus cualidades más notable. Su historia en el campo científico mucho le debe a su capacidad de anticipar áreas en las cuales la investigación y la docencia en la epidemiología eclosionarían en el futuro. Intuyó antes que otros el valor de la epidemiología en la teoría de la decisión, rebuscó en los caminos de la epidemiología descriptiva, y exploró la epidemiología inferencial y los principios fundamentales de la modelización. Mucha de la información que aún hoy ponderamos en la discusión epidemiológica debe su origen a Martha. Escribió y enseñó sobre métodos fundamentales, de aplicación actual y cotidiana en la materia.
La singular fuerza de su carácter fue la otra fuente de su sostenida producción científica. A veces avasalladora, su personalidad imprimía a los proyectos una continuidad y una solidez poco comunes en nuestro medio. Su tesón es ya legendario. Y ambas condiciones, fuerza y tesón, fueron fundamentales en su formación y desarrollo profesional y personal.
En un documento de su autoría, publicado en la Revista de la Sociedad Argentina de Diabetes en una sección destinada a los Maestros de la Diabetología1, Martha desgrana su historia profesional y deja entrever la naturaleza de las muchas batallas que debió librar en su carrera. Cuenta sobre su infancia en un “ambiente familiar propicio”, abierto hacia el desarrollo intelectual de las hijas mujeres, ideas que, en esos momentos, no eran moneda corriente ni en la Argentina ni en el mundo. Estudió Medicina, con todos los condicionantes y dificultades que para las mujeres ofrecía el emprendimiento de una carrera universitaria en esa época. Llegó al Hospital Fiorito, recibió la influencia de un mentor decisivo, el profesor Juan Silvestre, Jefe de la Sala de Clínica de Mujeres, con quien junto con sus colegas compartían “largas conversaciones sobre Medicina o Sociología”1.
Tiempo después, en el Servicio de Nutrición del Hospital Rawson (a cargo del profesor Pedro Landabure), frecuentó a reconocidas figuras de la diabetología argentina: Néstor Serantes, Saúl Senderey y Bernardo Nusimovich. Fue este último quien la impulsó a continuar parte de su formación endocrinológica en el extranjero y donde conoció a profesionales de la talla de Robert Grenblatt y Leo Krall, que han de prolongarse en el tiempo.
En 1971 asumió como Jefa del Servicio de Endocrinología del Hospital Fiorito. Fue a partir de entonces cuando comenzó a fortalecer su interés y su formación epidemiológica, y encontró espacio para publicar y enseñar en la materia. Hacia fines de 1980 la conocí y comencé a trabajar con ella.
Junto con el Dr. Manuel Martí, en 1993, organizaron el “Primer Curso Internacional de Epidemiología sobre el modelo del homónimo de Cambridge”1, emprendimiento que derivó en la creación del Grupo Latinoamericano de Epidemiología de la Diabetes (GLED) en 1994, que es aún hoy un importante núcleo de pensamiento, formación e intercambio de ideas para muchos profesionales de toda América Latina. En 1999 coorganizó en Buenos Aires una exitosa reunión científica conjunta GLED-EDEG (Grupo Europeo sobre la Epidemiología de la Diabetes). Continuó publicando información de gran importancia epidemiológica en coautoría con investigadores locales, regionales e internacionales de relevancia indiscutible. Recibió distinciones notables, como el premio Mariano Castex de la Academia Nacional de Medicina en 1998. En París, en 2003, pronunció la Conferencia Bernardo Houssay en el marco del Congreso de la International Diabetes Federation (IDF). Su entusiasmo llevó a la creación y encaminó la evolución del Comité de Epidemiología de la Sociedad Argentina de Diabetes.
Por su iniciativa, con ella tuve la oportunidad de aprender y enseñar en gran cantidad de cursos desarrollados en todo el país, de la mano de destacadas figuras como Ricardo Bolaños y Guillermo Burlando.
Grandes logros. Un legado profesional riquísimo, fundado en una intuición y una fuerza de dimensiones colosales. Sin embargo, entre todas sus cualidades, su entereza frente a la adversidad fue la que siempre admiré con mayor intensidad. Un par de tragedias familiares, de las mayores concebibles por el espíritu humano, impactaron de manera irremediable en su vida. Aun así, con una firmeza que solo puede surgir del corazón de los grandes, siguió adelante y en cada desafío dejó la impronta de una dignidad personal a toda prueba.
Le debemos cuanto nos ha dejado. La epidemiología de la diabetes en Argentina recibe de ella un legado extraordinario. Abrió caminos en terrenos inhóspitos. Educó, formó grupos humanos e impulsó el crecimiento científico de su disciplina. La sobreviven parte de su familia y unos nietos a los que amó, y que la aman profundamente, y unos amigos y discípulos, entre los que me cuento, para quienes el olvido no será jamás una alternativa.
BIBLIOGRAFÍA
I. De Sereday M. Perfil de la Dra. Martha S de Sereday. Rev Soc Arg Diab 2016;50(3): 93-95.
Información adicional
Edita: Sello Editorial Lugones, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.