El Puntero
Recepción: 04 Noviembre 2020
Aprobación: 23 Noviembre 2021
Resumen: La problemática del tratamiento a la dimensión humanista desde las reflexiones de Fidel Castro adquiere una gran importancia en la sociedad cubana actual, lo que precisa de profundos y constantes cambios en el contexto educativo y de una adecuada preparación de los profesores. La intención de este artículo es reflexionar en torno a la necesidad social de la elaboración de una estrategia pedagógica, sustentada en un modelo pedagógico de sistematización de la dimensión humanista desde las reflexiones de Fidel Castro en la carrera Licenciatura en Educación Marxismo-Leninismo e Historia, que favorezca el modo de actuación humanista en los estudiantes. En la elaboración del artículo se aplicaron métodos propios de la investigación científica, entre los cuales se encuentran la crítica de fuentes, el hermenéutico y el comparativo, permitiendo reflexionar en torno a los intereses de la sede “Blas Roca Calderío”, de la Universidad de Granma.
Palabras clave: necesidad social, tratamiento pedagógico, dimensión humanista.
Abstract: The problem of treating the humanist dimension from the reflections of Fidel Castro acquires greater importance in today's Cuban society, which requires deep and constant changes and requires adequate preparation of teachers. The intention of this article is to reflect on the social need for the development of a pedagogical strategy, based on a pedagogical model of systematization of the humanist dimension from the reflections of Fidel Castro in the Bachelor of Education in Marxism-Leninism and History, that favors the humanistic mode of action in students. In the preparation of the article, methods of scientific research were applied, among which are source criticism, hermeneutics and comparative, allowing reflection on the interests of the "Blas Roca Calderío" headquarters of the University of Granma.
Keywords: social need, pedagogical treatment, humanist dimension, reflections.
Introducción
El pensamiento de Fidel Castro ha sido objeto de disímiles selecciones temáticas. Desde el punto de vista pedagógico varios han sido los autores que significan su importancia; al respecto se identifican diferentes investigaciones que constituyen antecedentes, entre las que se encuentran el trabajo de Reyes (2015), tiene en común el haber identificado el valor instructivo y formativo de dicho pensamiento para la educación desde diferentes aristas.
El estudio y análisis de la dimensión humanista de las reflexiones de Fidel Castro constituye una necesidad de la sociedad cubana actual. Su legado se convierte en una herramienta para el mejoramiento humano de las nuevas generaciones, para contribuir a la formación de un joven revolucionario que actúe en correspondencia con su profesión y con los valores morales que distinguen a Cuba como nación, transformados en ideales humanos universales y convicciones personales, consecuentes con su proyecto de vida y su aspiración social de progreso y desarrollo humano.
La experiencia del autor como profesional de la educación, la observación a los procesos universitarios y la revisión de algunos documentos revelan las siguientes manifestaciones fácticas en el proceso educativo de la carrera Licenciatura en Educación Marxismo-Leninismo e Historia:
-Los estudiantes poseen escasos conocimientos acerca de la dimensión humanista de la obra de Fidel Castro, y de los modos de actuación humanista así como de sus manifestaciones más comunes; en su mayoría, tienden a imitar otros modos de actuación que consideran más modernos.
-En ocasiones no asumen con responsabilidad ni sentido de pertenencia las tareas que como jóvenes universitarios les exige el momento histórico actual, en pos del mejoramiento humano y la sociedad toda.
-En su generalidad, se motivan poco por las actividades educativas de la carrera, pues no las consideran atractivas, ni significativas para su vida profesional y personal.
-El comportamiento en los diferentes contextos de actuación (universidad, hogar, comunidad y la sociedad en general) no se corresponde con el humanismo que caracteriza a los cubanos ni al profesional de esta carrera.
Por otra parte, en los documentos normativos que rigen el proceso de formación inicial de los estudiantes en la referida carrera, son insuficientes las acciones dirigidas al tratamiento de la dimensión humanista de la obra de Fidel Castro. Por consiguiente, prevalece:
-Pobre conocimiento acerca de la definición del concepto formación humanista, así como de sus categorías fundamentales y su importancia para la formación personal y profesional.
-Insuficiente ejercicio de la crítica y autocrítica a las manifestaciones contrarias al humanismo en el contexto en el que se desarrollan, tanto en la institución educativa como en la comunidad.
En relación con lo anterior, Ortiz (2016) plantea que:
Persisten modos de actuación no acordes con el humanismo que caracteriza al pueblo cubano en general y a la comunidad en particular, tales como: conducta marginal, desmotivación hacia el estudio, práctica de la doble moral, desinterés por los problemas ajenos, tendencias al individualismo y a la enajenación social, entre otras. (p. 3)
Las limitaciones abordadas con anterioridad expresan una relación causa - efecto que debe ser atendida desde las posiciones de la Pedagogía como ciencia para lograr el ideal de hombre que aspira la sociedad, de ahí que constituya una necesidad formar hombres que valoren e interpreten el mundo que los rodea, que no se queden en lo fáctico de los fenómenos histórico sociales estudiados sino que penetren en su esencia, que indaguen en el conocimiento de la realidad, que se manifiesten creadores y auténticos, y no asuman una actitud contemplativa de la realidad en que viven sino que la transformen.
Mediante el presente artículo se aspira a reflexionar en torno a la necesidad social de la elaboración de una estrategia pedagógica, sustentada en un modelo pedagógico de sistematización de la dimensión humanista de las reflexiones de Fidel Castro en la carrera Licenciatura en Educación Marxismo-Leninismo e Historia, que favorezca el modo de actuación humanista en los estudiantes.
Por estas razones, este profesional debe alcanzar una sólida preparación y formación humanista que le permita satisfacer las necesidades de sus estudiantes y cumplir con el encargo que la sociedad ha puesto en sus manos, convirtiéndose en protagonista real de los profundos cambios que se producen hoy en la enseñanza.
El humanismo como concepción filosófica e ideológica sobre el ser humano es el plano más integrador de la concepción ética y axiológica que sustenta la educación cubana actual, martiana, marxista-leninista y fidelista, acerca del conocimiento de la moral y de los valores, como configuraciones intrínsecas y dinámicas de las personas como un todo único, orgánico e irrepetible y de la sociedad en su conjunto.
La moral y los valores acompañan al ser humano en toda su vida y son un objeto especial de atención ya sea en el proceso de su formación inicial, continua o permanente en las personas.
En relación con lo anterior Castro (2005) planteó:
(…) eso que se llama una conciencia revolucionaria, que es la suma de muchas conciencias, es la suma de la conciencia humanista, la suma de una conciencia del honor, de la dignidad, de los mejores valores que puede cosechar un ser humano… (p. 14)
Esta concepción ideológica del humanismo entiende al ser humano como portador de potencialidades infinitas para transformar el medio con el que interactúa y se transforma a sí mismo, por medio de su actividad, en particular el trabajo honrado, lo que implica conocimientos tanto teóricos como prácticos, buenos sentimientos, independencia, creatividad y mucho optimismo en las fuerzas humanas para crecer y ser cada día y en cada momento histórico mejores personas.
La ciencia en su acelerado desarrollo, asociado a la técnica y a la tecnología de punta, ha puesto de relieve el principio dialéctico de diferenciación y de integración de los conocimientos científicos, para abordar, de una forma multilateral y más integral, la complejidad de los fenómenos de la realidad, cada vez, en una mayor interconexión, lo que caracteriza el desarrollo de la misma en esta época.
Es por ello que el presente trabajo desarrolla como tema el tratamiento pedagógico de la dimensión humanista desde las reflexiones de Fidel Castro en la carrera licenciatura en Educación Marxismo-Leninismo e Historia. Lo abordado hasta el momento permite expresar que este es un tema complejo y necesario en los momentos actuales, pues el progreso de un país no solo depende de la producción de bienes materiales, ya que sin un ser humano consecuente y consciente de los cambios a realizar es imposible la transformación. Para comprender mejor este proceso se realiza un acercamiento a la definición del concepto necesidad. El termino necesidad, según el autor, es una carencia o escasez de algo que se considera imprescindible o una situación difícil que atraviesa alguien.
Respecto a la relación entre el marxismo y la ciencia, Núñez (2021), expresa que “existe ventaja del marxismo en cuanto a su entendimiento de la ciencia. La primera es que la entiende como un fenómeno social y no como algo independiente, no como una ‘torre de marfil’: no es un proceso que esté sometido solo al método científico y la búsqueda de la verdad científica”. (p.1)
La interpretación marxista de la sociedad como proceso histórico-natural viene a ser el punto de partida para la comprensión y explicación materialista de la historia. La sociedad es un producto de la actividad de los hombres, marcada por esa diversidad de esferas en que se mueven y expresan elementos de orden económico, político, social y cultural, en una estrecha relación dialéctica.
Por tanto, el humanismo aspira al crecimiento y enriquecimiento material y espiritual del hombre superando la fragmentación, y el aislamiento, Guadarrama (1997), apunta que el humanismo “sitúa al hombre como valor principal en todo lo existente, y a partir de esa consideración, subordina toda actividad a propiciarle mejores condiciones de vida material y espiritual, de manera tal que pueda desplegar sus potencialidades siempre limitadas históricamente” (p. 20).
Otros autores como Horrutinier (2009) y Mendoza (2005), abordan el humanismo desde una posición marxista, hacen referencia a la concepción de carácter integral, formada históricamente sobre el hombre y su realización, entendido este como totalidad, es decir, en todas las determinaciones de su ser, unido a su aspiración de potenciar las vías para su plena realización; por lo que supera la fragmentación, el aislamiento, el pesimismo y el nihilismo; y aspira al crecimiento y enriquecimiento material y espiritual del ser humano.
Desarrollo
Estas ideas conllevan a plantear que el humanismo desborda las fronteras acerca del conocimiento sobre el hombre, traspasa los límites de la sensibilidad y la preocupación por lo humano, es más que el estudio de las ciencias humanísticas y la comprensión del comportamiento de la humanidad; es una forma, un modo de ser y hacer del ser humano, en la que este adquiere una visión más integral de sí mismo y de su mundo, para autorreconocerse y proyectarse en él, en función de su bienestar material y espiritual, tanto individual como colectivo.
Se asume la definición de formación humanista de Mendoza (2005), la misma plantea que es:
(…) formación en los estudiantes de un sistema de conocimientos, habilidades, sentimientos, valores, convicciones, que se fundamenta en una metodología dialéctico-materialista y un enfoque cultural y personológico, dirigidos a la integralidad del conocimiento, al cultivo de la sensibilidad y la espiritualidad, a la interpretación y explicación de los procesos históricos, sociales y culturales relacionados con el hombre, así como al desarrollo de un estilo, pensamiento y actuación en función de la transformación de la realidad. (p. 11)
El carácter humanista se expresa en el quehacer de las universidades en la dimensión educativa, al dotar a los estudiantes de cualidades que los conviertan en profesionales creativos e independientes, preparados para asumir su autoeducación durante toda la vida. Constituye la clave para comprender que el proyecto de la universidad cubana no se estructura solo para dar respuesta a las necesidades del mercado laboral, sino que su perfil se modela en la formación de un profesional íntegro, al centrar su atención fundamentalmente en el desarrollo de su personalidad para que sirva con sencillez y modestia y se desempeñe con éxito, por lo que constituye un aspecto significativo de su formación básica, la conciencia y el compromiso social como prioridad principal.
En este sentido se parte de asumir los fundamentos filosóficos sustentados en los preceptos de marxistas, referidos a la concepción materialista de la historia como programa general para la investigación social, con un enfoque dialéctico-materialista de los procesos sociales, y su sistema de principios, leyes y categorías para la interpretación y transformación de la sociedad.
A partir de esta base filosófica, se abordan las relaciones entre los distintos componentes del proceso educativo, como un eje de integración que articula la formación de la cultura geográfica, en una tendencia que transita de lo general a lo singular, a partir de la constante interrelación y enriquecimiento de sus elementos integrantes.
La sociedad tiene una alta complejidad que le viene del propio carácter sistémico de su contenido y sus interacciones con la actividad material de los hombres. Precisamente, la historia se adentra en la vida social de los hombres, trata de desentrañar las relaciones que establecen en el decursar histórico al reflejar cómo viven, actúan, piensan, deciden sus acciones en un espacio temporal y cómo esto influye y decide en su vida posterior.
En lo concerniente a los presupuestos psicológicos y los aportes a la didáctica, los postulados de Vigotsky (1987), son esenciales para la dirección del proceso de formación humanista pues potencian y estimulan el desarrollo de la personalidad del estudiante al establecer nuevas formas de relacionarse consigo mismo, con los demás y con el medio, en un contexto sociocultural concreto. Además, activan las potencialidades educativas del profesor sobre bases científicas para dirigir el proceso de formación humanista.
La comprensión de la naturaleza objetiva-subjetiva del valor es fundamental para su educación. Tanto los valores más trascendentes para una sociedad como la igualdad, la justicia, la solidaridad, como los valores más específicos, por ejemplo, en el orden profesional, el amor a la profesión, el humanismo , son reflejados por cada persona de manera diferente en función de su historia individual, de sus intereses, capacidades; quiere decir que no siempre los valores jerarquizados oficialmente por una sociedad como los más importantes (existencia objetiva del valor) son asumidos de igual manera por los miembros de la sociedad (existencia subjetiva del valor). La formación de valores en lo individual no es lineal y mecánica sino que pasa por un complejo proceso de elaboración personal en virtud del cual los seres humanos, en interacción con el medio histórico-social en el que se desarrollan, construyen sus propios valores.
Un estudiante universitario es humano no porque conozca la importancia del valor humanismo o las circunstancias lo obliguen a ser humano, sino porque siente la necesidad de actuar humanamente.
González (1985), expresa que:
El humanismo en este caso, deviene un motivo de la actuación. Por tanto, solo cuando los valores constituyen motivos de la actuación del sujeto se convierten en verdaderos reguladores de su conducta. El valor como formación motivacional de la personalidad tiene diferentes niveles de expresión funcional en la regulación de la actuación. (p. 21)
También son esenciales para la formación humanista los criterios de la psicología humanista, con especial énfasis en la consideración global de la persona y la acentuación en sus aspectos existenciales (la libertad, el conocimiento, la responsabilidad, la historicidad) y sus criterios contrarios a la reducción del hombre a variables cuantificables.
La Sociología de la Educación brinda importantes fundamentos para la labor educativa como punto de partida para dicha fundamentación en el trabajo de Meier, (1984), quien considera que la inserción del hombre en el contexto social se concreta en la incorporación del individuo en tres esferas de la vida social: la vida laboral, la vida política y la vida cultural; en esta última, como sujeto con cultura que participa de la creación colectiva que le antecede, de su contemporaneidad y de lo que se trasmitirá a las generaciones posteriores.
El escenario económico cubano se caracteriza, en lo esencial, por revelar el proceso de recuperación de la economía que logra, en un contexto difícil y complejo, un crecimiento del producto interno bruto. Tal realidad se hace más compleja con la coexistencia necesaria de diversas formas de relaciones de propiedad en el marco general de una economía socializada.
Paralelamente, los cambios económicos operados desde el inicio del Período Especial, generan inevitablemente la manifestación de desigualdades sociales que en casos extremos pueden conducir a la existencia de la marginación social. Este último hecho es un efecto de factores socio-culturales heredados, pero que representan una amenaza para la materialización del noble propósito de la verdadera igualdad para todos.
La sociedad es un referente esencial para la educación; es en ella donde se materializan todos los movimientos del desarrollo, es marco de acción y fuente inagotable de información, al tener en cuenta los problemas y las necesidades sociales. En este sentido, la línea de pensamiento de Castro (2001) es necesaria para la reflexión:
“Educar es todo, educar es sembrar valores, es desarrollar una ética, una actitud ante la vida. Educar es sembrar sentimientos. Educar es buscar todo lo bueno que pueda estar en el alma de un ser humano, cuyo desarrollo es una lucha de contrarios, tendencias instintivas al egoísmo y a otras actitudes que han de ser contrarrestadas y solo pueden ser contrarrestadas por la conciencia.” (p. 8)
Es en la interacción social, o sea, en la relación individual y grupal donde se desarrollan sentimientos de pertenencia o de bien común, donde surge la comunidad de intereses, donde cada individuo recibe las influencias sociales, el marco sociocultural que expresa las características o rasgos de la sociedad actual desde lo espiritual, material, intelectual y afectivo, constituyendo estos los rasgos de los modos de vida, actuación, pensamiento y sistema de valores en que se forman las futuras generaciones.
La sociedad, con un alto desarrollo de la identidad nacional y cultural, tiene un papel activo en la lucha de ideas en defensa de la Revolución, en las condiciones actuales de un bloqueo recrudecido que se ha caracterizado por una aguda crisis económica con recuperación compleja y dificultades que emanan del desequilibrio interno, agravado por la situación internacional actual y la política cada vez más agresiva del imperialismo norteamericano contra Cuba.
Medidas no deseadas pero necesarias tuvieron que tomarse en el campo económico, éstas constituyen y ocasionan cambios importantes, no sólo económicos, sino también jurídicos y sociales como un referéndum constitucional en 2019 que conllevó a transformar para bien la constitución de 1976, transformaciones al código de familia, el código de trabajo y seguridad social, aumento de la escala salarial, entre otros cambios significativos.
En este contexto, la educación y la cultura devienen factores esenciales de la estrategia de desarrollo y las políticas que han de garantizar el auge económico y social, la independencia y la soberanía de la nación.
La cultura humanista, como “síntesis depurada” o “expresión colectiva de lo más avanzado del pensamiento” y la práctica humana, se convierte en escudo y garantía del socialismo cubano. Se impone la necesidad de adquirir una cultura general integral, entendida la integralidad como la oposición a percibir y practicar una cultura fragmentada; integralidad como expresión de interpenetración de lo histórico, lo filosófico, lo ético, lo económico, lo estético y lo artístico, lo político, lo ecológico y lo científico-tecnológico.
Para ganar la batalla ideológica, la universidad desempeña un papel fundamental; se trata de formar un joven que sea capaz no solo de interpretar los procesos sociales, sino también de participar en forma activa y comprometida en las necesarias transformaciones de la época, formar a un individuo integral, en el que vayan de la mano los conocimientos científicos y culturales acumulados por la humanidad.
Se asumen las bases metodológicas y los principios de la sociología de Blanco (2001) que reconoce la importancia de la contextualización de la enseñanza y las necesidades, los intereses y las potencialidades de los agentes educativos, a saber: la universidad, la familia y la comunidad; la educación como factor de la práctica social, el vínculo entre la formación y la transformación de la sociedad y el papel del profesor como conductor-facilitador de este proceso.
En correspondencia con lo anterior, se considera que en el proceso de educación se establecen sistemas de relaciones sociales, los cuales son entendidos como proceso de socialización del individuo. Dichas relaciones generan influencias recíprocas entre la sociedad y la educación, que se manifiestan en diversos planos o contextos: la escuela, la familia y la comunidad.
Para contrarrestar la crisis actual, es importante adquirir una cultura humanista orientada hacia la promoción del respeto y la tolerancia a la dignidad de otras personas sin distinción de sexo, raza, religión, oficio o profesión, y comprometida con las necesidades del país, a fin de hallar soluciones teniendo en cuenta presupuestos científicos para los posibles problemas en cada situación.
En cuanto a los fundamentos pedagógicos se asumen los planteamientos realizados en torno a la Pedagogía como ciencia, así como la delimitación de su objeto de estudio, los que permiten fundamentar el carácter pedagógico y, por tanto, científico del proceso formativo, lo cual conlleva a la utilización de los métodos y procedimientos más avanzados de la ciencia en la dirección de este proceso, en correspondencia con los más caros intereses sociales; además, permiten argumentar las relaciones existentes entre formación y desarrollo, así como entre formación y autoformación.
Referente a la universidad, Álvarez (1993) refiere:
Es la institución fundamental de la sociedad para la conservación y desarrollo de su cultura y en ella se manifiestan todos los procesos que en dicha sociedad se llevan a cabo. Reconoce como su objeto de estudio a los procesos que se desarrollan en ella, con distintos tipos de intenciones: el educativo, en particular el de enseñanza aprendizaje, para la formación y superación permanente de los profesionales; el de investigación y los creativos en general; todos ellos con una marcada orientación de extensión; a su vez, señala la existencia de tres componentes organizacionales: académico, laboral e investigativo. (p.10)
Respecto a la relación entre formación y desarrollo, se asume que la formación expresa la dirección del desarrollo y, a su vez, constituye la base de este. Por consiguiente, “la formación del sujeto como personalidad no se da aislada del desarrollo y este conduce, en última instancia, a un nivel psíquico de orden superior” (Chávez et al, 2005, p. 11), a partir de la acumulación de cambios cuantitativos y cualitativos que conllevan a una nueva cualidad en el estudiante, proceso mediado por la influencia de las instituciones educativas y otras agencias socializadoras, en el que lo instructivo y lo educativo se convierten en núcleo básico.
En la Pedagogía, la formación humanista se orienta hacia la defensa de los valores humanos en la educación, en contraposición con los principios que atentan contra el ser humano.
En el siglo XXI, la Educación Superior reclama una formación humanista en que la persona sea el centro de sus preocupaciones, se destaquen más las semejanzas que las diferencias, se respete la pluralidad, se promueva la libertad responsable y el compromiso social con los más necesitados. Esta exigencia es apremiante si de conocimientos y habilidades se trata, pero si las transformaciones se refieren a la formación humanista, el reto adquiere niveles de complejidad extraordinarios porque muchas veces es una formación fragmentada y unidimensional.
Consecuente con los criterios abordados, Fuentes (2009), se refiere al proceso educativo en la Educación Superior como un sistema de procesos sustantivos que transcurren de manera integrada, a través de los procesos de formación de los profesionales en el pregrado y posgrado, la investigación científica y la extensión universitaria; también como una integración de procesos curriculares y extracurriculares. A lo planteado agrega que este no se limita a la relación estudiante-profesor en un salón de clases, pues se incluyen las relaciones con el resto del personal docente y no docente de la institución, la familia y los miembros de la comunidad, donde se contextualiza la educación.
Por consiguiente, para contribuir a la solución del problema social planteado, se convierte en un imperativo la utilización y aplicación de la tecnología educativa de forma adecuada, al tener en cuenta que esta debe responder a los problemas más apremiantes de la educación y de la sociedad en su conjunto, a través de la adecuada sistematización de las estrategias derivadas de la investigación, para analizar los principales problemas y solucionarlos, con el propósito de lograr eficiencia y calidad dentro del sistema educativo.
Para que este proceso sea efectivo, desde la ciencia deben alcanzarse niveles cualitativamente superiores que impliquen nuevas vías y métodos, en los que el contexto socioeconómico se convierta en protagonista, al otorgarle al estudiante el acercamiento vivencial que lo sitúa en contacto directo con los elementos socioeconómicos y culturales que lo identifican como ser social.
La ciencia ha sido definida de diversas maneras; Núñez (2021) expresa que:
Se le puede analizar como un sistema de conocimientos que modifica nuestra visión del mundo real y enriquece nuestro mundo imaginario y nuestra cultura, se le puede comprender como proceso de investigación que permite obtener nuevos conocimientos, que a su vez ofrecen posibilidades nuevas de manipulación de los fenómenos, es posible atender a sus impactos prácticos y productivos caracterizándolos como fuerza productiva que propicia la transformación del mundo y es fuente de riqueza, la ciencia también se nos presenta como una profesión debidamente institucionalizada, portadora de su propia cultura y con funciones sociales bien identificadas. (p.2)
Precisamente la tecnociencia ha asumido grandes avances, conjuntamente con la gran amplitud de transformaciones que se han producido en estos tiempos, de los progresos científicos y tecnológicos que generan, a su vez, un nuevo sistema de vida e influyen de manera significativa en el desarrollo de la ciencia, debido a la interrelación que existe entre ciencia tecnología y sociedad.
En Cuba, la ciencia y la tecnología, en el terreno de la educación, tienen como finalidad la formación de un hombre multifacéticamente desarrollado, capaz no solo de vivir y conocer la realidad, sino de transformarla.
Teniendo en cuenta lo abordado, el autor propone como tecnología educativa el desarrollo de una tesis doctoral que tendrá como título: “La dimensión humanista de las reflexiones de Fidel Castro en la labor educativa de la carrera Licenciatura en Educación Marxismo-Leninismo e Historia”.
Esto demuestra que el aspirante haya determinado intervenir de manera científica en la solución del problema declarado desarrollando una tesis doctoral, que pretende realizar sus aportes en los órdenes teórico y práctico. El posible aporte teórico se manifiesta en la propuesta y fundamentación de un modelo pedagógico de sistematización de la dimensión humanista de las reflexiones de Fidel Castro en la labor educativa de la carrera Licenciatura en Educación Marxismo-Leninismo e Historia, sus categorías, relaciones y cualidad resultante.
El aporte práctico de la investigación consiste en la elaboración y aplicación en la práctica de una estrategia pedagógica para la sistematización de la dimensión humanista de las reflexiones de Fidel Castro en la labor educativa de la carrera Licenciatura en Educación Marxismo-Leninismo e Historia.
La actualidad de la investigación se expresa en la pertinencia de los resultados para el proceso de formación inicial de los estudiantes de la carrera Licenciatura en Educación Marxismo-Leninismo e Historia, en correspondencia con su modelo educativo. El tema se inserta en el proyecto: “La formación integral del profesional universitario de la UDG a través de la innovación pedagógica y didáctica en la formación académica de posgrado en Ciencias Pedagógicas”.
Conclusiones
1. La formación humanista constituye una necesidad social para los estudiantes de carreras pedagógicas en las actuales circunstancias, pues constituye una dimensión esencial de la formación integral de los educadores y los sitúa en condiciones de transmitir esta forma de ser y hacer a las actuales y futuras generaciones.
2. El accionar con las potencialidades de la dimensión humanista de las reflexiones de Fidel Castro desde la arista pedagógica, se convierte en una potencialidad para la formación humanista, por tanto, se hace inminente su utilización desde los procesos universitarios actuales.
3. El tema abordado demuestra la necesidad de continuar profundizando en las investigaciones científicas y sus posibles formas de intervención, desde las ciencias pedagógicas.
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