Reseña
Recepción: 13 Junio 2023
Aprobación: 21 Junio 2023
Publicación: 30 Agosto 2023
| Gaudin Guillaume, Stumpf Roberta. Las distancias en el gobierno de los imperios ibéricos: concepciones, experiencias y vínculos. 2022. Madrid. Casa de Velázquez. 308 pp.. 978-84-9096-344-9 |
---|
Producido en un contexto en donde el “mantener distancia” se transformó en un mantra global debido a la pandemia desatada por el virus de COVID-19, como sus autores lo señalan en la introducción, “Las distancias en el gobierno de los imperios ibéricos. Concepciones, experiencias y vínculos” es un trabajo colectivo desarrollado durante un seminario itinerante que en el 2019 involucró académicos de la Casa Velázquez en Madrid, Université de Tolouse-Jean Jaurès en Francia, Universidade Nova de Lisboa y Universidade de Sâo Paulo, buscando hacer una historia de los imperios ibéricos a partir de la distancia.
La obra se divide en cuatro secciones que abarcan el “Pensar y concebir la distancia” con trabajos de Joâo Paulo Pimenta, Adma Muhana e Iris Kantor, Darío Barriera, y Nívia Pombo; “Experimentar la distancia” con trabajos de María Fernanda Bicalho, Jean-Paul Zuñiga, Evergton Sales Souza-Bruno Freitler, Graça Almeida Borges; “Acciones y representaciones políticas en los espacios imperiales” con trabajos de Thomas Calvo, Roberta Stumpf, Arrigo Amadori; y “Vínculos y mecanismos para mantener la comunicación” con contribuciones de Michel Bertrand, Caroline Cunill y Arthur Curvelo; finalizando con un epilogo de Jean-Pierre Dedieu. Los títulos plantean y acercan una diversidad de formas de cómo administrar la distancia geográfica, y simbólica, en un “imperio donde el sol jamás se ponía”.
En la primera sección, el trabajo de Joâo Paulo Pimenta busca aproximarse a la cuestión de la distancia desde un análisis que integra las experiencias portuguesas y españolas, a la vez que trata de rescatar sus diversos matices. Adma Muhana e Iris Kantor, por su parte, reflexionan sobre la distancia desde la figura del jesuita António Vieira y su quehacer misional en Maranhâo y Grâo Pará a mediados del siglo XVII. Vieira buscó “superar as dificultades impostas pela distancia física e estender Portugal para além de seus limites jurisdicionais, interconectando as margéns dos tres océanos num espaço político-teleologico coeso”, señalan las autoras. El escrito de Darío Barriera recupera otra geografía remota como la de las Islas Malvinas, haciéndolo desde los pioneros trabajos de Guillaume Métairié y las cinco categorías de distancias entre jueces y justiciables, explicando la presencia del archipiélago en las cortes españolas y francesas como una forma de vencer la enorme lejanía de esas tierras y la necesidad de “estar allí” como algo perentorio para que el enemigo “no esté”. Finalmente, el trabajo de Nívia Pombo introduce la temática del sistema de correos en el mundo portugués como una forma de acortar distancias, que sin embargo estuvo plagada de limitaciones y contramarchas.
En la segunda sección, el trabajo de María Fernanda Bicalho indaga sobre la experimentación de la distancia en distintos espacios portugueses de ultramar y su incorporación al gobierno de tales territorios. Jean Paul-Zuñiga, por su parte, reflexiona sobre la distancia y el ejercicio de poder siguiendo el itinerario de Alberto Enríquez, un franciscano secularizado, que en el siglo XVII viajó entre México y Lima. Tal fue un itinerario dificultoso que sirve de ejemplo para analizar las redes de comunicación que atravesaban zonas en donde el control de las autoridades españolas sobre ellas parece claramente desigual. Hubo así una territorialización indirecta debido al reto que presentó para la corona española controlar un territorio en disputa. Evergton Sales Souza y Bruno Feitler se aproximan a la distancia desde las visitas pastorales en los territorios portugueses en América entre los siglos XVI y XVIII, señalando la distancia cultural, más que la geográfica, como uno de los principales obstáculos para visitadores. Graça Almeida Borges explora la carrera de dom Jerónimo de Azevedo, un hidalgo portugués, en el Estado da India, y su desafortunado fin en prisión en 1625, como un ejemplo de experiencias en el gobierno de la distancia.
La tercera sección se inicia con un trabajo de Thomas Calvo sobre el hacer presente a un monarca siempre ausente en sus posesiones más lejanas. El arte de reinar a distancia y con “control remoto” requirió un despliegue de aparatos ceremoniales, fiestas, pendones y sellos, para hacer omnipresente a un rey lejano. Roberta Stumpf se concentra en el buen gobierno y los instrumentos de control en la Goiás de la segunda mitad del siglo XVIII y la importancia de la divulgación de una conciencia imperial sobre el comportamiento ideal de los oficiales en un momento de reformas. Arrigo Amadori analiza la distancia desde los procuradores de Buenos Aires en la corte y la cuestión de la representación. La comunicación es aquí un desafío frente a las distancias en plural por la extensión y los medios para atravesarlas, los recursos, los saberes y la duración de los procesos de negociación cortesana, entre otros motivos.
La cuarta sección comienza con un trabajo de Michel Bertrand centrado en la dimensión social de la distancia, y la importancia de vínculos y redes para gestionarla. La confianza jugó un papel preponderante en esas redes que unían las distintas zonas del imperio con mayor eficacia de lo que pretendió hacerlo la propia estructura política imperial. El escrito de Caroline Cunill analiza a los escribanos de Yucatán en el siglo XVI y sus estrategias para manejar la distancia con la circulación de papeles legales, obstaculizando o facilitando tales flujos, con las consecuentes tensiones sobre el control de la información que se enviaba o llegaba a la corte. El estudio de Arthur Curvelo se enfoca en la correspondencia de gobernadores y autoridades locales en Pernambuco entre los siglos XVII y XVIII mediante un exhaustivo análisis cuantitativo de comunicaciones y su circulación, resaltando la importancia de la organización de esos intercambios en forma regular como condición esencial del gobernar en el periodo. Finalmente, el epílogo de Jean-Pierre Dedieu establece una útil e interesante comparación entre la Monarquía española y el Imperio Chino desde la distancia, como un elemento vertebrador de ambos. La primera fue capaz de controlar inmensos espacios con un número muy pequeño de agentes imperiales, una notable indiferencia a la distancia, apoyada en entes locales fuertes y constantes intercambios de información y recursos. El segundo administró la distancia creando un sistema de gobierno en función de las dificultades de la comunicación, apoyado en una red de funcionarios, pero sin los fuertes municipios que jugaron un papel trascendente en la Monarquía española. Tuvieron en común el despliegue de dispositivos ligeros, extensos, pero no densos, debido al bajo número de agentes, recurriendo a la tensión -mediante la inseguridad de los puestos y los mecanismos de control- para asegurarse la lealtad y comunicación de esos agentes. Los dos modelos se especializaron en definitiva en luchar contra la distancia.
Esta compilación representa un esfuerzo notable por comprender la forma en que las monarquías española y portuguesa administraron sus espacialidades. Ambas recurrieron a las redes locales, la lealtad, las comunicaciones, aunque fuesen precarias, y a ceremonias y símbolos para mantener presencia en donde la ausencia era imposible de evitar. A nivel local, la distancia permitió regular relaciones entre los distintos centros de las monarquías entre sí, y administrar la presencia imperial, manipulando, cuando fuere posible, el flujo de información y sus tiempos. Es de celebrar la inclusión de trabajos sobre las monarquías ibéricas en conjunto, con un epílogo que busca trasvasar los imperios europeos y mirar a China, ampliando el foco en este análisis de la distancia. Algunos artículos podrían haberse extendido más, pero es de imaginar que eso no fue posible por limitaciones varias. El volumen deja así muchos interrogantes que futuras investigaciones retomarán y profundizarán.