Reseñas bibliográficas
Recepción: 28 Julio 2021
Aprobación: 01 Noviembre 2021
Publicación: 30 Diciembre 2021
LINARES María Dolores, DI LISCIA María Silvia. Migraciones en la Argentina. Una historia de largo plazo. 2021. Rosario. Prohistoria Ediciones. 250 pp.. 978-987-4963-79-6 |
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Migraciones, historia y pandemia. Un aporte a la historia de las migraciones en un escenario particular
Desde los orígenes de la humanidad, los movimientos de personas son una característica intrínseca de las sociedades dinámicas, cambiantes y en mutación permanente. Por ello, los estudios sobre las características del fenómeno migratorio en cada periodo son fundamentales para el campo historiográfico, especialmente cuando la mirada histórica se construye en un presente en que lo global y lo local son tan mutuamente permeables.
La publicación de Migraciones en la Argentina: una historia de largo plazo, obra editada por María Dolores Linares y María Silvia Di Liscia, se inscribe en un año clave para el mundo. El 2021 constituye un momento bisagra para la historia contemporánea, en la cual el contexto de pandemia y aislamiento han reconfigurado muchas de las variables con las que la sociedad estaba familiarizada. Pero también se reformulan muchos de los modos de observar, pensar y explicar la realidad social desde el campo de la historia.
El libro se inaugura con la presentación de las compiladoras, en que destacan precisamente esto: cómo la pandemia mundial generó un escenario inédito. Por ello proponen reflexionar sobre ciertos tópicos que, si bien responden a procesos actuales, permiten posicionar el campo de la historia de las migraciones y reformular objetos de estudio, metodologías, variables y preguntas. Con tal fin, proponen ejes generales de análisis en torno a la temática, como lo son el establecimiento de diálogos entre trayectorias migrantes y ciclos vitales del lugar de residencia, las concepciones de nación y de Estado con sus implicancias materiales y simbólicas que se piensan en los escenarios de recepción, las redes y modos de vinculación que los/as inmigrantes desarrollan para construir lazos de solidaridad, como también las dinámicas de inclusión/exclusión como modos de conformar identidades y alteridades en las relaciones sociales.
Siguiendo los aportes de Fernando Devoto, cuyos escritos se constituyen como clásicos insoslayables de la historia de la inmigración, podemos hablar de la inmigración en la Argentina como una constante desde fines del siglo XVIII hasta fines del siglo XX –y, agregaremos, hasta la actualidad. La historia de millones de individuos que llegaron al territorio durante más de doscientos años y formaron diversas “cadenas migratorias”,1 nos permite pensar en una característica medular de la historia argentina. Claro que en ese vasto proceso, es menester reconocer ciertas coyunturas que marcaron las sociedades tanto receptoras como emisoras. Las migraciones europeas de fines del siglo XIX fueron cruciales en un momento en que la estructuración del Estado moderno, los signos de “civilización” y con ellos el ideal inmigrante europeo, fueron un eje importante por el que reposaron muchas esperanzas de las elites políticas. Dichas migraciones fueron profusamente abordadas desde perspectivas simplistas, en clave de enfoques estatistas y economicistas legitimadores de narrativas nacionales de corte centralista. Actualmente, este campo de estudios se encuentra en renovación y los aportes de nuevos temas y objetos de investigación, nuevas miradas de las fuentes y preguntas permiten revisitar los movimientos poblacionales de este periodo.
Otro fenómeno migratorio de nuestra historia lo constituyen aquellas oleadas de inmigrantes que desde fines del siglo XX han llegado a la Argentina, sobre todo desde países limítrofes. Dichas migraciones nos atraviesan y reconfiguran como sociedad, ya que aun actualmente percibimos el arribo de migrantes latinoamericanos, que por motivos diversos deciden emprender un nuevo proyecto laboral, social, y familiar. El desarrollo de investigaciones que aborden esté fenómeno es muy importante, por los desafíos y especificidades metodológicas, teóricas y conceptuales que implica al tratarse de procesos actuales.
Las migraciones involucran sujetos sociales que se mueven por diversas circunstancias, poniendo en juego dinámicas socioeconómicas de larga o corta duración, como también dinámicas subjetivas cotidianas, familiares y emocionales. La experiencia del movimiento para un sujeto social, ya sea de manera individual o colectiva, representa diversos grados de desarraigo y cambios en torno a lo ya conocido. Los aportes que se presentan en este libro, permiten reponer muchas variables para una perspectiva renovada.
Por otro lado, el concierto actual invita a pensar en las representaciones sociales que tenemos en torno a los “otros” foráneos. En el contexto de aislamiento y pandemia, las posiciones xenófobas se vieron profundamente exacerbadas. En efecto, fueron muy comunes las narrativas nacionalistas expresadas bajo metáforas bélicas para aludir al sujeto extranjero que viene a traer el virus al cuerpo de la nación Argentina. En tal sentido, la noción de nacionalidad y de alteridad, ha ido cambiando y reconfigurándose a la vez que se estructuraban diversas nociones sobre la identidad nacional. En el contexto de conformación del Estado moderno argentino, la noción de la identidad se afirmó en iconos que homogeneizaron la idea de nación, con un pasado compartido, basado en ciertos símbolos identificatorios y transmitido en gran medida mediante las instituciones escolares. Ellos fueron la clave para generar un discurso de ser nacional que tenía como fin generar sentimientos de pertenencia en aquellos “otros” que se integraban de manera repentina al cuerpo de la nación. Por otro lado, la idea de la nación que recibe y acoge a los migrantes extranjeros se vio reformulada totalmente hacia fines del siglo XX, cuando la mirada negativa y con carga de xenofobia se acrecienta hacia los migrantes latinoamericanos. Tal es así que en todo proceso de identificación nacional, la construcción de alteridad es parte central. La alteridad de un inmigrante, ya sea europeo o latinoamericano, se establece en un interlocutor necesario para la construcción identitaria.
El libro se divide en dos partes. La primera titulada “Migraciones en la historia argentina. Propuestas y estudios”, reúne un conjunto de trabajos centrados en las oleadas migratorias de la segunda mitad del siglo XIX. En tal sentido, los estudios allí ubicados se focalizan en aquellos/as inmigrantes que recalaron en Argentina como resultado del impulso y puesta en marcha de políticas estatales que fomentaron la llegada de europeos. Pero sobre todo, se trata de escritos que, en forma general, examinan las diversas aristas que el fenómeno comportó en un periodo posterior, como las estrategias desarrolladas por dichos grupos sociales en torno a la educación, la salud, o la gestión de las emociones. Dichos aportes devienen fundamentales, pues arrojan luz sobre los entramados y las dinámicas de agencia con las que los inmigrantes se hicieron en los nuevos espacios de asentamiento.
En el primer capítulo titulado “¿De hermanas a extranjeras? La Cruz Roja Argentina, las asociaciones inmigrantes y los conflictos mundiales”, María Silvia Di Liscia y Adriana Álvarez, se proponen analizar el papel de la Cruz Roja Argentina como una agencia internacional con fines de atención humanitaria frente a conflictos mundiales. La misma se instala en la Argentina en el marco de otros organismos ya existentes, pero configurando un especial escenario durante la Gran Guerra y la Guerra Civil Española, y sus vínculos con las comunidades de inmigrantes presentes en el país. En dicho estudio, reflexionan sobre las incidencias nacionales de la asociación en aquellos países donde la población inmigrante tenía peso, ya que muchas veces los principios fundantes de la institución se ponían en tensión o se reformulaban en contra de lo que sostenía la Cruz Roja a nivel internacional. Las intenciones de forjar solidaridades internacionales que superasen las fronteras atravesaron múltiples tensiones y dificultades en el caso de la asociación en el territorio argentino.
En “Cartas a León. A propósito de las continuidades y rupturas de los inmigrantes franceses en Argentina”, Hernán Otero se propone reconstruir la trayectoria de estos inmigrantes en el país, a partir de la puesta en perspectiva de documentación epistolar. En tal sentido, focaliza en cartas enviadas a un inmigrante francés -León Felipe-, aunque sin perder de vista otros aportes metodológicos como la reconstrucción demográfica de las familias francesas y la historia oral bajo entrevistas a descendientes. Su objetivo es la reconstrucción biográfica para acceder a la vida individual de los inmigrantes franceses, a sus redes familiares, étnicas, y a sus experiencias, apelando así a los cambios interpretativos que invita la reducción de la escala.
En el tercer capítulo, “Escuela y migraciones. La Pampa en el proyecto educativo nacional durante la primera mitad del siglo XX”,María José Billorou reconstruye la trama histórica de las relaciones que se establecieron entre el proceso migratorio, las políticas estatales y el proyecto educativo en la provincia de La Pampa. El análisis desarrollado posibilita observar las tensiones que se instauraron entre la escuela y la presencia de extranjeros en ciertas colonias de inmigrantes, donde la implicancia del proyecto moralizador y hegemónico debe ser problematizado con los aportes de la historia regional, sobre todo buscando superar el debate simplista y en términos dicotómicos que por mucho tiempo planearon pluralismo cultural versus crisol de razas. Tal es así que la autora se propone reflexionar sobre resistencias, conflictos y negociaciones de las comunidades de inmigrantes en su búsqueda por integrarse en la sociedad pampeana durante la primera mitad del siglo XX.
Por otra parte, Alejandro Fernández, en su texto “Los inmigrantes y la sanidad. Mutualismo y beneficencia entre los españoles de Buenos Aires (1850-1950)”,analiza las experiencias asociativas de los inmigrantes transatlánticos en la Argentina, como una de las respuestas para las necesidades de cobertura asistencial y sanitaria en contextos inciertos. Por ello, a partir del estudio de tres casos concretos de entidades creadas por inmigrantes españoles en la ciudad de Buenos Aires, analiza de manera conjunta las sociedades de socorros mutuos y de beneficencia. Se concentra en desentrañar los puntos de contacto y las características comunes de dichas asociaciones, como también los vínculos entre solidaridades étnicas, poniendo el foco en el tipo de prestaciones, su evolución en el tiempo, las formas de financiación y distribución de los gastos.
María Liliana Da Orden en el quinto capítulo, titulado “Hacia un nuevo abordaje del pluralismo social y cultural. Inmigración y salud en la ciudad Buenos Aires, 1880-1950”analiza la variable de la enfermedad y las preocupaciones sobre la salud que atravesaban las experiencias migratorias. En esa línea, realiza un aporte introductorio centrado en la ciudad de Buenos Aires que representa un caso emblemático, ya que allí se asentó un tercio de los extranjeros llegados al país. Desde una dimensión histórica se propone analizar el vínculo entre inmigración y salud/enfermedad, para conocer el funcionamiento de las instituciones relacionadas a la salud, como también abordar una dimensión clave en la vida de los inmigrantes que ha sido escasamente trabajada.
La segunda parte del libro, titulada “Desafíos de las migraciones contemporáneas”, agrupa un conjunto de trabajos cuyos interrogantes se orientan hacia las experiencias migratorias más recientes. En tal sentido, sabemos que hacia fines del siglo XX se incrementa de manera gradual el movimiento de personas de nacionalidades latinoamericanas hacia la Argentina.2 La diversidad de orígenes, condiciones y objetivos que tenían y aún siguen teniendo algunos migrantes limítrofes varían mucho, y es por ello que son muy necesarios los estudios que se concentran en temas como la participación política, las dinámicas de inclusión/exclusión, y las estrategias desarrolladas por dichos sujetos. En un contexto donde las representaciones identitarias de la nación no brindan un lugar muy cómodo a los extranjeros, los aportes que se presentan en esta segunda parte del libro implican un gran avance para conocer las dinámicas características de esos migrantes.
En primer lugar se encuentra el trabajo de María Dolores Linares, titulado “Inclusión social de migrantes venezolanos en Argentina. El caso de Santa Rosa-Toay (La Pampa)”, que coloca en perspectiva analítica a los migrantes venezolanos llegados a dos aglomerados urbanos de la provincia de La Pampa: Santa Rosa y Toay. Para este fin, analiza la noción de inclusión en torno a los migrantes, y en vinculación a ello describe los marcos normativos que regulan la inclusión/exclusión de los migrantes venezolanos en la argentina, por medio de las regulaciones, reconocimientos de derechos y formas de inserción laboral en el nuevo lugar de asentamiento. Las variables subjetivas de los migrantes venezolanos, obtenidas mediante una serie de entrevistas, le permite explicar las dinámicas de inclusión que sufren en ciertos marcos normativos, no fue acompañada por una inclusión en términos laborales marcada por la informalidad y la precariedad.
Por otro lado, el trabajo titulado “La dimensión espacial de las migraciones en clave multiescalar: el caso del partido de La Matanza”de Brenda Matossian y Yamila Abal, se basa en el estudio de la movilidad humana y los vínculos entre migraciones y la territorialidad de destino. Con los aportes de estudios urbanos y migratorios, y desde una perspectiva multiescalar, buscan establecer un diálogo entre la escala metropolitana como Buenos Aires, la municipal centrada en la Matanza y barrial dentro de un sector periférico específico. Se concentran en la conformación de territorialidades en las grandes urbes para analizar las desigualdades socio-territoriales y sus heterogéneas expresiones al interior de áreas metropolitanas. Para explicar esto, establecen patrones de asentamiento marcados por una vulneración de los derechos a la ciudad por parte de ciertos migrantes que sufren la informalidad laboral, dificultades de acceso a la tierra y a la vivienda, y también factores simbólicos como lo son las representaciones negativas que dificultan aún más su participación ciudadana.
En tercer lugar, Cecilia Mellela se concentra en los vínculos entre los discursos jurídicos y la construcción de representaciones sociales en torno al multiculturalismo. En su trabajo titulado “¿Qué se entiende por diversidad cultural? Un estudio de la normativa multinivel en clave migratoria”, analiza las definiciones presentes en los discursos jurídicos como lo son los documentos oficiales, leyes, decretos, en torno a la diversidad cultural, sobre todo para examinar las concepciones de alteridad que se tienen sobre los inmigrantes. En ese camino, además de tener en cuenta las dimensiones estatales y oficiales de la construcción de una concepción de multiculturalismo, busca incorporar aquellas prácticas y actores no estatales poniendo en valor los intereses, disputas y negociaciones para los sentidos en torno al otro inmigrante. Establece una preeminencia de una normativa con concepciones de cultura de corte esencialista, donde ciertos la relación entre nosotros/otros, se basa en nociones de un “multiculturalismo pasteurizado”, sustentado en la cosificación de las diferencias que no lleva a soluciones transformadoras de las mismas.
Celeste Castiglione, focaliza en un tema escasamente explorado desde la historiografía como lo son los cementerios y las practicas sociales-culturales que en ellos transcurren. En su trabajo denominado “Desde el final. Un acercamiento a las prácticas funerarias de los migrantes y sus descendientes desde el siglo XIX hasta el presente”,analiza la compleja relación entre el fenómeno migratorio y la muerte, sobre todo en torno a las prácticas funerarias de los inmigrantes en Buenos Aires y sus mutaciones a lo largo del tiempo. Los espacios de enterramiento y las consiguientes prácticas funerarias se establecen en espacios de construcción de representaciones en torno a la muerte. Por ello al centrarse en los cementerios con su carga simbólica de discursos no solo políticos, sino también religiosos, normativos y sanitaristas a lo largo de la historia, también se instituyeron en lugares de carga de sentido por parte de los inmigrantes ya que en ocasión de la muerte y las practicas funerarias, dichos sectores sociales también fortalecían y actualizaban sus identidades.
Por último, Susana María Sassone “Inmigración, elecciones y comportamiento político en espacios metropolitanos”, se concentra en la participación política de los inmigrantes en los nuevos espacios de asentamiento. En la concepción de los derechos humanos que sustentan la política migratoria argentina, se concibe al derecho ciudadano como una forma de inclusión social de los migrantes. El ejercicio de la ciudadanía por parte de los migrantes es analizado desde la faceta del comportamiento electoral de los extranjeros residentes en la Región Metropolitana de Buenos Aires. En la relación entre inmigración, elecciones y comportamiento político, la autora puede analizar como los extranjeros residentes no son más que eso, minorías que ejercen sus derechos ya que no son tenidos en cuenta en los asuntos públicos y en los discursos políticos como verdaderos ciudadanos.
El libro en su conjunto, se ha concentrado en un fenómeno que ha nutrido la historia de la argentina de manera notable: las migraciones. El escenario actual de desglobalización, signado por la pandemia y el vínculo de la Argentina con una crisis sanitaria global, nos presenta un marco propicio para trazar puentes entre problemas históricos y contexto actual. Resulta adecuado analizar viejos y nuevos flujos migratorios en la Argentina, no solo de europeos de inicios del siglo XX como lo fueron españoles, italianos y franceses, como también los paraguayos, bolivianos y venezolanos de inicios del siglo XXI, partiendo de nuevas fuentes, preguntas y perspectivas de análisis.
Por un lado, estudiar las instituciones sanitarias ya existentes y aquellas que surgen al compás del nuevo escenario. Además, las formas de predisposición de las acciones estatales con fines sanitarios y sociales, como también la reformulación de las respuestas que se desarrollan para enfrentar a la enfermedad, las practicas frente a la vida y la muerte y las formas de tramitar las pérdidas humanas.
Por otro lado, los vínculos entre la idea de nación y de defensa de una identidad compartida, sobre todo en momentos de grandes cambios han mostrado signos de continuidad sobre todo en torno a la alteridad. Las crisis vehiculizan reformulaciones y reconcepciones sobre ciertos tópicos, pero la xenofobia hacia un otro extranjero no cambio mucho en este contexto de pandemia, sobre todo cuando se multiplicaron las metáforas bélicas para aludir a los extranjeros- enfermos o potenciales enfermos-, que vienen a enfermar al cuerpo sano de la nación argentina (10).
El conjunto de trabajos agrupados en esta obra, nos invitan a reflexionar desde una historiografía renovada acerca del fenómeno migratorio. Las nuevas perspectivas teóricas y metodológicas en esta área del conocimiento, permiten reconocer el dinamismo, el carácter multiforme y las variaciones de la movilidad humana internacional, que tal como establecen las autoras en su introducción, descartan la búsqueda de una teoría general explicativa invitando a enfocarse en diversos niveles que se ven implicados en las migraciones, entendidas como hechos sociales totales. Por ello, a las referencias rígidas de “origen y destino” o “migraciones permanentes o temporarias”; podemos agregar otras como retorno, circulación, trayectorias, reversibilidad, plurilocalización, que invitan a comprender el dinamismo migratorio actual y en el pasado.
“Estamos vivos porque estamos en movimiento”dice el cantautor uruguayo Drexler. Los movimientos de personas son una dinámica fundante de las sociedades en el tiempo, y por lo tanto poder analizar y discutir sobre estos temas se constituye en una tarea muy necesaria y fructífera.
Notas