Salud Intercultural
Recepción: 30 Agosto 2022
Aprobación: 17 Mayo 2023
Resumen: El COVID-19 ha propiciado cambios en las vivencias de la humanidad, transformando sus formas de expresar las emociones y sentimientos ante situaciones inciertas vividas en este periodo de pandemia, como es la muerte y por consiguiente el duelo. Este estudio se enfocó en una población de la Costa Caribe Norte, donde los pueblos han conservado su cultura, cosmovisión, espiritualidad y formas de vida a lo largo de los años; preservando la riqueza natural, saberes, conocimientos y prácticas tradicionales como son los rituales de la ceremonia fúnebre. Por tanto, se planteó como propósito general reconocer percepciones, sentimientos y necesidades de personas que sufrieron pérdidas en el contexto de la pandemia COVID-19.
Palabras clave: duelo, coronavirus, sentimientos, percepción, sanación emocional.
Abstract: COVID-19 has led to changes in the experiences of humanity, transforming its ways of expressing emotions and feelings in the face of uncertain situations experienced in this period of the pandemic, such as death and consequently mourning. This study focused on a population of the North Caribbean Coast, where the peoples have preserved their culture, worldview, spirituality, and ways of life over the years; preserving the natural wealth, knowledge, wisdom, and traditional practices such as the rituals of the funeral ceremony. Therefore, the general purpose was to recognize the perceptions, feelings, and needs of people who suffered losses in the context of the COVID-19 pandemic. For this, an approach of Cultivation and Nursing of Wisdom and Knowledge (CCRISAC) was used, which allows to collect in a pertinent way the ancestral wisdom that has its hold in the towns. The methods and techniques used were the dialogue of knowledge and exchange of experiences. The death resulting from the pandemic left the following feelings and emotions in the indigenous population of Bilwi: fear, anger, guilt, despair, shock, extreme sadness, disappointment, insensitivity, emptiness, resignation, non-acceptance; At the time of the study, there was still a lot of emotional pain, and the non-acceptance of the loss of loved ones. The participants had diffi- culties to achieve emotional healing, considering that to achieve it they must perform their own farewell rituals, an invaluable part of their culture.
Keywords: mourning, coronavirus, feelings, perception, emotional healing.
I- Introducción
En la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte (RACCN) de Nicaragua, los pueblos han conservado su cultura, cosmovisión, espiritualidad y formas de vida a lo largo de los años, intentando preservar la riqueza natural, saberes, conocimientos y prácticas tradicionales, siendo uno de los principales rituales la ceremonia fúnebre.
Esto significa que es un derecho de los pueblos de la Costa Caribe realizar sus procesos religiosos-espirituales según lo dicta la norma social de la comunidad, permitiendo la transmisión de saberes, prácticas e identidad. Sin embargo, con la pandemia del COVID-19, se vio interrumpida una de las principales tradiciones religiosas espirituales: los rituales del duelo.
Ante esto, autores como Allen et al. (2020) plantean:
El 2020 fue considerado uno de los años más caóticos para la humanidad, con el surgimiento del nuevo coronavirus, popularmente conocido como COVID-19, el cual fue declarado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como emergencia de Salud Pública Internacional el 30 de enero 2020. Por consiguiente en los países, especialmente para los pueblos indígenas y afrodescendientes, […] se creó gran crisis. (p. 5)
Las ceremonias religiosas-espirituales que se llevan a cabo durante el duelo, permiten a la comunidad o pueblo, procesar y enfrentar el dolor de la pérdida, facilitando la transición del alma/espíritu a un plano metafísico vinculado con la naturaleza y el cielo. El presente estudio se realizó durante el año 2021.
II- Revisión de literatura
Según Psychosocial Centre (2020), se presenta el duelo como:
Una respuesta natural a pérdidas significativas, como la pérdida de seres queridos o de cosas que se perciben como esenciales para la existencia de las personas. Es un proceso doloroso que, con el tiempo, ayuda a las personas afectadas a adaptarse a la pérdida. Las personas que pasan por un proceso de duelo normalmente tienen que afrontar emociones nuevas y abrumadoras que van acompañadas por nuevas circunstancias de vida. Como se ha mencionado antes, la pérdida de un ser querido puede ser la más difícil y dolorosa de todas las pérdidas. El duelo por el fallecimiento de una persona con la que estábamos hondamente unidos puede provocar una profunda aflicción. De similar forma describe algunas de las emociones que más se suelen experimentar durante el proceso de duelo por la pérdida de un ser querido son: conmoción, incredulidad o negación, insensibilidad, tristeza extrema y desesperación, añoranza, ira y resignación o aceptación. (p. 13)
Por su parte, Oliveira et al. (2020) plantean que:
La pandemia mundial de COVID-19 ha reformulado muchos aspectos de la experiencia de morir y de sus rituales, tanto en el Occidente como en el Oriente. La psicología hace mucho tiempo reconoce el valor emocional y el papel estructurante de la realización de ritos y rituales en la organización de las diferentes sociedades y culturas. El rito es una categoría más amplia, como rito de pasaje o de cura, en cuanto que el ritual es el conjunto de gestos y acciones que compo- nen los ritos. Los rituales humanos son comunes a todos los pueblos y son acciones simbólicas, comportamientos repetitivos, estandarizados y altamente valorizados, que auxilian al individuo a canalizar emociones, compartir con sus pares sus creencias y transmitir sus valores. (p.3)
Duelo y percepción en tiempos de pandemia por coronavirus
El COVID-19 ha generado grandes transformaciones en la vida de las personas y con estos cambios, la población debe de enfrentar y crear nuevas formas de hacer las cosas, debido a la limitada movilidad y accesibilidad en el entorno.
Muchos países de América Latina optaron por cerrar sus fronteras y limitar la movilidad de su población con los famosos “toque de queda”, en los que se prohibía la libertad de realizar acciones al aire libre y en lugares públicos. Siendo esto, uno de los impedimentos para realizar los rituales y/o ceremonias fúnebres, que, en el contexto de la Costa Caribe, son vitales para la sanación emocional y espiritual ante la pérdida de seres queridos.
En Bilwi, en marzo del año 2020, fue inevitable la diseminación de noticias vinculadas a la cantidad de personas infectadas por el nuevo coronavirus, también la publicación en redes sociales de los fallecidos y cómo eran trasladados por el cuerpo técnico del Ministerio de Salud a las fosas comunales del cementerio.
Al respecto, en el estudio de Sánchez (2020) se menciona que:
La muerte ha estado paradójicamente omnipresente como amenaza, como realidad oída en los noticiarios, como algo que se sabía que estaba ocurriendo, pero al mismo tiempo excluida de la vida cotidiana […] El coronavirus había cambiado la forma de morir. La crueldad ha consistido en saber de la muerte, pero no poder representarla porque sin imagen sensorial de lo acontecido, no puede haber mentalización ni incorporación de la vivencia a la biografía o al relato histórico. Los protocolos han resultado traumáticos para los familiares porque sus muertos han sido sometidos a un tipo de furtivismo, tanto durante el tratamiento médico sin testigos, como durante los sepelios […] (p. 45)
Toda esta crisis social, sanitaria y política, creó las condiciones apropiadas para el deterioro de la salud mental de la población de Bilwi. Asimismo, en esta ciudad se generó un caos y desorden social que conllevó al robo de cadáveres para realizar el proceso del velorio.
Proceso de duelo y sanación emocional en personas que han tenido pérdidas, en el contexto de la pandemia COVID-19
Ante la ausencia de entierros tradicionales muchas personas sienten que el proceso de despedida no ha terminado. “En esos casos, el lenguaje puede ayudar a cerrar esas heridas” (Revista ANDINA, 2021), lo que denota una clara alusión a buscar el soporte o ayuda psicoterapéutica para entender lo que está pasando o cambiar la manera de cómo lo procesamos.
Ante esto Johnson et al. (2020) refieren que:
Atender el impacto de la pandemia en la salud mental es importante no solo para mejorar la salud sino también para evitar otros problemas sociales, como la estigmatización de personas, la falta de adherencia a medidas de prevención, y el duelo frente a la pérdida de seres queridos. En definitiva, estos factores tienen un rol fundamental para afrontar la pandemia de manera integral. (p.4)
Ante el proceso de duelo muchos autores han escrito métodos para afrontarlo describiendo que no hay recetas que permitan eliminar el dolor, pero se pueden realizar actividades, estrategias y/o técnicas que permitan al doliente alcanzar la etapa de conciliación con el hecho.
III- Caminos y formas del Cultivo y Crianza de Sabidurías y Conocimientos (Materiales y métodos)
En este Cultivo y Crianza de Sabidurías y Conocimientos (CCRISAC), se consideraron los siete momentos definidos en la Creación y Recreación de Conocimientos, Saberes y Prácticas con perspectiva intercultural de género que plantea URACCAN (Red de Universidades Indígenas Interculturales y Comunitarias de Abya Yala [RUICAY], 2018).
Primer momento: “Soñar la idea”. Al realizar sesiones de diálogo de experiencias con personas vinculadas a la comunidad universitaria, sobre el proceso de duelo en contextos de la pandemia por COVID-19 y cómo muchas personas perdieron a seres queridos por esta enfermedad, pero también, cómo la enfermedad limitó su acceso a las personas que aman y que fallecieron.
Segundo momento: “Análisis del contexto”. En este momento se optó por conocer a las personas que han sufrido de pérdidas familiares, personales, en el contexto de la pandemia por COVID-19 en la ciudad de Bilwi, durante el año 2021. Durante la pandemia, el Ministerio de Salud, por razones sanitarias, crema- ba o sepultaba en fosas comunes a las personas que fallecían por COVID-19, irrumpiendo de esta manera en la armonía de los pueblos, debido a que no lograban despedir a sus seres, ni atender sus necesidades emocionales.
Tercer momento: “Armonía entre saberes”. Posterior al diálogo de sentires con los participantes del proceso, se procedió al análisis de los conocimientos y saberes que han publicado diversos autores en medios de transmisión científica. También se realizaron visitas a los y las actoras claves, para entablar un vínculo que permita la comprensión adecuada de sus saberes, sentires y haceres en este aspecto. Se debe hacer énfasis en el intercambio de experiencias por parte de los actores e investigadoras, como coautores de este estudio.
Cuarto momento: “Diseño de los caminos: Investigación Acción Intercultural”. En este CCRISAC se ha elegido describir las experiencias de las personas que han perdido a seres queridos en el contexto de la declarada pandemia por coronavirus, la cual tuvo sus inicios en el 2019 impactando a todo el globo terráqueo en el 2020. Presentando de manera narrativa los sentimientos, pensamientos y acciones que tomaron estos actores al sobrellevar estas pérdidas. Por lo que, al momento de la cosecha utilizaron algunas técnicas y herramientas como son: visitas constantes a las personas colaboradoras, diálogo de Saberes, Convivencias, Conversatorios, y consulta de bibliografías.
Quinto momento: “Convivencia y Construcción comunitaria de conocimientos, saberes y prácticas”. Se considera que este es uno de los principales momentos en el desarrollo del CCRISAC, porque implica que hemos sido aceptados como parte de la comunidad, o que estamos conviviendo con la comunidad para visionar las situaciones con otra perspectiva. Por esa razón se tomará como unidad de análisis las percepciones, los sentimientos y necesidades de personas que han sufrido pérdidas en el contexto de la pandemia COVID-19 en Bilwi, municipio de Puerto Cabezas, Región Autónoma de la Costa Caribe Norte de Nicaragua.
Sexto momento: “Diálogo de saberes y haceres”. Al finalizar con la armonización de conocimientos y saberes, estos se han presentado reflejando el diálogo intercultural de saberes entre la comunidad afectada por la pérdida y las investigadoras. En este diálogo, es de suma importancia el consentimiento libre, previo e informado del proceso que se llevará a cabo, así como la integración de los saberes.
Séptimo momento: “Plan de Acción”. Al momento de crear el plan de acción, se tomaron en cuenta las necesidades que mencionaron las personas que han sufrido pérdidas en el contexto del COVID-19. Este plan fue dialogado, discutido y armonizado con los y las actoras principales del estudio.
IV- Resultados y discusión
Sentimientos vinculados a la falta de rituales de duelo ante las pérdidas en el contexto de la pandemia COVID-19
Tras indagar con los actores principales sobre las experiencias vividas a raíz de su pérdida en contextos del COVID, se destacan los siguientes fragmentos:
P1: Fue una experiencia muy muy difícil, teniendo en cuenta de que era el hijo más pegado con él y era el único hijo que me encontraba aquí en Puerto con él, llevé a mi papá de madrugada al hospital como a las 2, a la una de la tarde de ese mismo día me llaman porque yo había ido a comprar algunas cosas que me habían pedido para mi papá, toallas húmedas y cosas para limpiarlo entonces cuando venía saliendo de la farmacia recibí una llamada que mi papá había entrado en paro que me fuera urgente. Fue difícil también porque me avisan a mí, yo voy al hospital y ver esa sensación o sentimiento de que veo a mis colegas y sé cómo poner esa cara de cómo dar esa noticia y sentirte en ese otro lado. Ellos no me dijeron nada, pero con su mirada yo ya sabía lo que había pasado, entonces eso fue muy difícil por lo que también tuve que ser bastante fuerte para darle la noticia a mi mamá y esa fue la parte más difícil de todo.
Las líneas anteriores abren paso a una serie de experiencias que se han logrado recopilar en este proceso de estudio, determinando claramente un antes y después en las vidas de los afectados.
De manera que, dentro de los principales hallazgos, destacan el tumulto de emociones que provoca la noticia del duelo en las personas, siendo un referente de esto lo expuesto por el participante 4:
A mí me llamaron y me dijeron que ella estaba muy mal, que ya estaba en sus últimos momentos. Entonces yo quería visitarla, pero mi esposo me dijo que estaba loca, que no veía que me iba a contagiar a mí también. Me dijo que si les pasaba algo a nuestros hijos iba a ser mi culpa. Y no fui, pero supe cuando murió. En la mañanita del día siguiente murió, tipo las 7 de la mañana.
Similar a ello, encontramos el siguiente relato del participante 9:
Yo estaba en la Esperanza (Río Coco), me llamaron y me dijeron que mi hermano Carlos había muerto, entonces alisté mi ropa y salí para buscar un duri para ir a Waspam y de ahí a Puerto. Lo que pasa es que cuando comenzó todo lo del COVID, mi mama y yo hablamos y decidimos que aunque muriera un familiar de los que está lejos, no vamos a viajar porque debemos de protegernos, y que con el dolor del alma lo lloraríamos desde aquí. Yo viajé para ir a acompañar a mi mama, porque sabía que ella iba a estar mal, pero cuando estoy en Waspam me llaman y me dice que mi mama ya salió para Alami, donde vivía mi hermano Carlos. Entonces yo salí hasta Puerto y ahí me quedé, no seguí hasta Alami, a pesar que mi mama no respetó nuestro acuerdo, yo sí no viajé.
Queda claro, que el dolor provoca reacciones fuertes y desmedidas en el ser humano, durante el transcurso del duelo se atraviesa por diferentes estadios emocionales y únicamente persigue saciar sus deseos de canalizar sus emociones de la manera más oportuna, cuando esta situación no se logra concretar puede acarrear otras complicaciones psíquicas que afectan la vida de los dolientes.
A la misma vez, muchas familias vivieron experiencias muy diversas ante situaciones similares, mientras algunas optaron por asistir a los centros hospitalarios, otros decidieron atender a sus seres queridos en casa por miedo a que se les negara verlos una vez ingresados al centro hospitalario, como se lee en las siguientes líneas expresadas por el participante 6: “Fue una experiencia difícil, fue triste debido a que estuve presenciando el momento de la partida de mi madre querida y no pude hacer nada respecto a su vida”.
Y el participante 5:
Mi abuela se encontraba enferma desde varios días antes, como familia decidimos no llevarla al hospital, por miedo a no volverla a ver, ese día la observamos muy delicada, el médico nos dijo que su condición era grave y nos preparáramos para lo peor.
Eran notorios los sentimientos de desesperación que provocó en la vida de las personas el hecho de saber que las esperanzas de ver recuperado al ser amado se estaban acabando, incluso las familias optaron por utilizar todo tipo de medicina natural intentando evitar el deceso. Situación evidenciada por el participante 7:
Bueno, mi tía vivía en la casa con nosotros, ella se enfermó del COVID, le dimos medicina casera y se estaba recuperando pero de repente un día se levantó mal, tosiendo mucho, yo soy la que la cuidaba porque soy la que pasa el día en la casa, pero cuando se puso mal no podía dejar de toser y le di agua para que se tranquilizara, se metió a su cama porque quería acostarse, no la pude llevar al hospital no tenía ni un peso y yo estaba lavando la ropa; cuando no la escuchaba toser, pensé que se había dormido y cuando vino mi mamá entramos a dejarle su medicina cuando ya estaba muerta.
Cada familia, vivenció experiencias diferentes ante un mal común, la decisión de hospitalizar a su ser querido o tratarlo en el hogar desde la medicina tradicional y los recursos disponibles, en muchas ocasiones causó tensión en el seno familiar, provocando así que el proceso de elaboración del duelo tomara mayor fuerza en la etapa de la ira ya que existe el cuestionamiento del qué hubiera sido sino se hubiera hospitalizado o en el caso contrario, si se hubiera hospitalizado.
Pese a toda esta situación, las familias deben enfrentar situaciones de discriminación por parte de la comunidad, el miedo al contagio provoca que se den comentarios negativos para las familias, esta situación se evidencia en las palabras de la siguiente colaboradora:
P7: Les llamamos a sus hijos en Sandy Bay, vinieron y se la llevaron a enterrar, no pudimos viajar, solo vinieron dos hijos hombres que tenía y la llevaron a enterrar un solo, aunque nadie de la comunidad quería que la llevara porque iba a contagiar.
Por otro lado, lo repentina de esta situación dejó como resultado que algunas familias no tuvieran la oportunidad de resolver situaciones familiares pendientes, como refleja el participante 3: “Bueno, con él, lo supe cuando ya estaba grave, porque yo con él me había distanciado hace tiempo, por diferencias que nacieron y ya no éramos cercanos”.
Este proceso de readecuación de nuestras vidas a la nueva situación de ausencia del ser querido trae consigo una serie de manifestaciones a nivel psíquico, con las que se debe de lidiar. De manera que, la persona que sufre la pérdida del ser querido atraviesa por las etapas normales del duelo, las cuales son la Negación/evasión, Cólera/Ira, Negociación o pacto, Sentido de pérdida y depresión, Asumir o afrontar.
En las siguientes líneas, claramente se manifiestan algunas etapas del duelo en los relatos proporcionados por parte de las y los colaboradores:
P8: Me negaba a creer la situación de ese entonces, de la pérdida de ella y la impotencia de no poder hacer más.
P5: Al inicio no podía creerlo, luego pensé que no hicimos todo lo que debimos y que por eso mi abuela falleció.
P2: No creía en esa llamada.
P4: Le culpé a mi marido porque no me dejó ir a ver a mi hermana. Después fui a ver a mi mama, y me dijo que mi hermana en su última palabra preguntó por mí. Y ahí fue cuando llore más, después no podía dormir.
El estado de negación por el que atraviesa la persona tras sufrir una pérdida de un ser querido consiste en el rechazo consciente o inconsciente de los hechos o la realidad de la situación, utilizada como una forma temporal de escapar de la realidad que se vive en ese preciso momento.
Otra de las etapas del duelo que se logran destacar es la cólera/Ira, se caracteriza por mostrar resenti- miento hacia la persona que parte, causando dolor y culpabilidad por lo que no pudo ser, lo que se recoge en las siguientes palabras:
P7: Que por mi culpa se murió, no tenía dinero y no la llevé al hospital, y porque tenía miedo de enfermarme no entraba mucho a su cuarto y cuando se sintió mal solo le di agua y nada más, pensé soy malo por mi culpa se murió.
De la misma manera, se hace referencia a la negociación o pacto, durante esta etapa la persona que ha sufrido una pérdida, piensa en lo que se pudo haber hecho diferente para evitarla, llegando a intensificar aún más el malestar emocional experimentado por la pérdida, tal es así que un colaborador expresa lo siguiente:
P1: Lo primero que se me vino a la mente fue que, si por qué tuvo que pasar eso si todo iba bien, si yo prácticamente manejé a mi papá en la casa y todo estaba bien, y fue tan rápido, no estábamos preparado, qué voy a hacer dije yo, estoy solo no puedo ver a mi mamá, mis hermanos no están, estoy solo, qué voy a hacer ahora.
Bajo el mismo proceso de elaboración del duelo se encuentra el sentido de pérdida y depresión, en esta fase se comprende la certeza de la muerte, se rechaza visita de seres queridos, se siente tristeza, miedo, incertidumbre frente al futuro, la persona afectada entra en un estado de ánimo aplanado, uno de los co- laboradores expresa lo siguiente:
P2: No tenía en qué aferrarme, me quedé quieto en un instante todo lo que tenía prácticamente se fue, quedé vacío, en un punto donde el tiempo no avanzaba ni retrocedía ya que ella era el reflejo para nosotros de trabajo, de crecimiento, no quería ni salir de mi casa, no me quería ni moverme. Pero cuando un hermano me dijo que sí era verdad, no supe qué hacer, no me quería mover ni hablar con nadie del tema porque no lo creía, a pesar de eso nos tocó ir a ver si era verdad o no.
Bajo la misma perspectiva, nos encontramos con la última etapa del proceso de elaboración del duelo que es el hecho de asumir o afrontar la situación que se está viviendo, en este paso del transitar, se establece un acuerdo con el acontecimiento trágico, se permite reflexionar acerca del sentido de la vida. Las palabras del siguiente colaborador resultan oportunas para ser citadas como ejemplo de esta etapa:
P1: Después de darle la noticia a mi mamá, yo agarré valor porque me puse a pensar que estoy solo en esto, entonces me dije a mí mismo agarra valor no podés ver a tu mamá porque en ese momento no voy a contar con su apoyo para preparar cosas para el funeral, y me dediqué más que todo a las vueltas para el entierro.
Es preciso mencionar que la forma en la que un ser humano reacciona ante las situaciones vividas, está íntimamente relacionada a procesos psíquicos tales como: la personalidad, el temperamento, el carácter, sus estilos de afrontamiento, entre otros. Los aspectos anteriores influyen en las formas de afrontar y comportarse por las personas que han sufrido duelo en el contexto del COVID-19, esto se agrava tras no cumplir con los rituales que son primordiales en el proceso de duelo en la cotidianeidad de los pueblos originarios.
Bajo la misma línea de pensamiento, Tinoco y Pereira en el 2018 expresan que para las culturas, el duelo es un proceso colectivo, donde la población se reúne en beneficio de la familia doliente como una forma de demostrar su solidaridad y cada miembro de la familia, como la comunidad en general, tienen sus propios roles ante el ritual del duelo, desde el proceso de la agonía, la preparación del cuerpo, la vigilia, las despedidas, el entierro y los rituales después del entierro conocidos como las Travesuras del Isigni, es decir, daños causados por espíritus que deambulan en el entorno.
Percepción acerca del COVID-19 en personas que han sufrido pérdidas vinculadas al contexto
Para los pueblos, se reconoce la percepción como la forma en que creen que van a suceder las cosas en base a lo que ya han vivido. En este sentido, los pueblos originarios de la Costa Caribe Norte han estado en asimilación y construcción constante del conocimiento respecto al coronavirus. Es así que, inicialmente no les generaba preocupación pues asumían que dicho mal jamás alcanzaría la realidad de la Costa Caribe Norte, en parte por la distancia debido a la zona geográfica que les separa del punto de origen.
Por tal razón han resultado increíbles e impactantes los sucesos que trajo consigo la pandemia, entre ellos, las muertes súbitas que representan en sí mismas uno de los acontecimientos más desgarradores y difíciles de procesar. Reflejo de ello es lo presentado por P5: “Nunca pensé que llegara a nuestro país y que afectaría directamente a mi familia”. Y P3: “En ese momento solo pensaba que era una noticia más”.
La aplastante ola de información mediática que se bombardeaba día a día a través de cada plataforma de comunicación produjo confusión respecto al conocimiento que se debía manejar acerca de la recién aparecida enfermedad, provocando que las personas se alarmaran sobremanera y a su vez realizaran todo tipo de prácticas para prevenir el COVID, muchas de ellas ineficaces. Sin embargo, esto cambió cuando se dieron a conocer las medidas de prevención, pero, sobre todo, cuando los pueblos lograron observar por sí mismos la situación de salud, pues esto les permitió identificar los síntomas del Coronavirus y compa- rarlos con padecimientos que conocían ancestralmente, logrando llegar a determinar el tipo de medicina tradicional adecuada para combatirla y prevenirla.
Así lo afirma el siguiente protagonista de la etnia miskitu:
P9: Los indígenas y los negros, hoy día van cobrando más conciencia de su origen y cosmovisión, y por eso piensan, hablan, ríen, lloran como indígenas y negros. Se aclara su posición en el mundo, a pesar de haber perdido un poco su raíz. Lo que el COVID le vino a recordar a los indígenas y a los negros es que ellos realmente sí saben de medicina, y sí pueden auto ayudarse.
Como se reflejó al inicio de este capítulo, para los pueblos, la percepción también abarca la forma en que creen que sucederán las cosas en el futuro. Por ello se consultó cómo visualizan el porvenir respecto al coronavirus y las situaciones específicas de la pandemia, a lo cual han manifestado que se alcanzará un estado en el cual esta será controlada, y los fallecimientos por esta causa se reducirán, mas no desaparecerá del todo, y se convivirá con la enfermedad, así como la humanidad se ha adaptado a otros males.
Es importante señalar la transformación de la dinámica de relaciones y estilos de vida que se acostumbraba. Aspectos relacionados a la higiene personal han sido puestos como prioritarios. En tanto que otros elementos de los mecanismos de relaciones antes usuales, como la cercanía física, las reuniones sociales, el uso constante de mascarillas y la confianza del calor humano, están siendo poco a poco desplazadas por la distancia física, la virtualización de los procesos cotidianos y los servicios de entrega domiciliares. Véase la siguiente afirmación:
P1: Lo que nos queda es seguir y tomar las medidas, esto nos ha enseñado a tener cuidado con la higiene, el lavado de manos, el uso de mascarilla que no hacíamos antes, entonces nos ha llevado a hacer un cambio en nuestro estilo de vida prácticamente.
Referente al COVID y las implicaciones con los rituales de duelo es contundente que los segundos son indispensables para los pueblos, ya que a pesar de la profunda transformación de realidades que norman y limitan estas prácticas tradicionales, sobre todo durante el año 2020, para los pueblos indígenas y afrodescendientes la relevancia de las mismas no ha cambiado. Siguen siendo parte medular de las vivencias y es la complejidad de la muerte como crisis suprema de la existencia individual y colectiva, la que permite apreciar el significado profundo enraizado en cada individuo afectado. En las siguientes afirmaciones encontramos las pautas:
P9: Muy a pesar que alguien muera de COVID su familia lo va a velar a riesgo de todo. Es como que yo dijera “se me olvido el miskitu”. Cuando pase la pandemia como tal, cada grupo étnico volverá a su tradición. Los Monimbó, los subtiava [sic] los Matagalpa, los chontales muy a pesar que han perdido su lengua originaria, sus rasgos físicos los delata. Eso es un sello de Dios. Así mismo es con nosotros y nuestra tradición viviente, enterramos a nuestros muertos de una determinada manera porque cada cosa tiene su simbolismo. tiene que ser una adaptación muy grande para quitarnos lo que somos. Y esto es porque es la voluntad de Dios que fuéramos miskitu, es una huella genética y espiritual.
En general, la percepción que han manifestado respecto al COVID ha sido negativa, pues se asocia directamente con la primera impresión que este generó en la población, que en palabras de los colaboradores abarcaron emociones de miedo, dolor emocional, angustia, fatalidad e incredulidad. Dicho en palabras de algunos protagonistas:
P1: Mucho miedo, desde un inicio fue algo que te hacía pensar de que es mentira que la gente muera así de la nada, que venga y fallezcan tanta gente es mentira, no lo creía, y cuando esto se empezó a expandir me dio más miedo porque tengo a mi abuelita, a mi mamá, tenía a mi papá.
Sanación emocional en personas que han tenido pérdidas, en el contexto de la pandemia COVID-19
El duelo se vive en 5 etapas, según Pérez y Atehortua (2016), entre ellas la Negación o evasión que consiste en el rechazo consciente o inconsciente de los hechos o la realidad de la situación, posteriormente se vive la Cólera o Ira que se caracteriza por mostrar resentimiento hacia la persona que parte, causando dolor y culpabilidad, luego se viene la negociación o pacto en el que se piensa en lo que se pudo haber hecho diferente para evitar la pérdida, posterior a ello el sentido de pérdida y depresión, en ella se comprende la certeza de la muerte, se rechaza visita de seres queridos, se siente tristeza profunda, miedo e incertidumbre frente al futuro y por último viene el asumir o afrontar, que es el paso del transitar, se establece un acuerdo con el acontecimiento trágico, se permite reflexionar acerca del sentido de la vida.
Las etapas del duelo son inevitables y su aparición afecta todas las dimensiones de la vida de las personas que han perdido a un ser querido, con el surgimiento del COVID-19 en la actualidad se pudieron identificar diversas reacciones ante la pérdida, entre ellas se indagó la responsabilidad o culpa ante la muerte de sus familiares y las reacciones variaron, en primera instancia algunos consideraron que nadie tuvo la culpa, que es una pandemia destinada a llevarse a quien concierne como lo describen los siguientes colaboradores:
P4: Yo pienso que nadie, esta enfermedad vino, y aunque oramos a Dios no pudo vivir mi hermana.
P2: No la velamos, sólo nos la entregó para que la llevamos al campo santo, y me sentí mal, por no poder tenerla medio día o un día por lo menos en su casa por última vez, con mis hermanos, sus nietos en un espacio en familia, nos sentimos impotentes en ese momento porque todos sus hijos somos varones y al no tenerla en su casa al menos por una hora nos hizo sentir impotentes, mal.
Así mismo cuando los rituales de despedida, por diferentes motivos, no son viables o hay limitaciones todo puede resultar más difícil:
P5: En nuestro caso, sí pudimos velarla pero no a como ella se merecía, por el contexto no se le pudo llevar a una iglesia, se realizó un pequeño culto y luego el entierro, algunas personas nos acompañaron en la vela, tuvimos que sellar el ataúd por seguridad de los que estaban presentes, ni siquiera la pudimos bañar, alistar, peinar, lamentarnos junto a su cadáver libremente porque alguien de los presentes de repente decía, hay que apurarse se van a enfermar, hoy lamento no haberla abrazado con más fuerza.
Por eso es recomendable desarrollar ritos y homenajes cuando sea posible, recordando que compartir el dolor alivia a la persona, es lo que expresan los colaboradores.
P1: Realizamos el velorio, porque esperamos a mi hermano que venía de Managua y se lo prometí e hice todo lo posible, porque me dijo el Dr. que mi papá ya no tenía COVID, que lo que hizo fue una neumonía consolidante y no tenía nada que ver con COVID, pero pues fue una secuela del COVID, este ya había salido, había terminado su fase pero dejó una neumonía complicada después de eso me dijo que si quiero tenerlo en la casa al menos esa noche mientras preparaba las cosas y no en el hospital pues yo le dije que sí me lo iba a llevar a la casa, por eso se interpusieron varias personas, pero aun así yo les dije que me iba a llevar a mi papá a la casa tomando todas las medidas claro, lo dejamos en la sala, no había paso pero sí al menos logramos tenerlo en la casa. Y considero que esto me ayudó a compensar, pues hice todo peleé contra tantas cosas sin tener miedo en la parte laboral, pero al menos lo tuvimos en la casa, no lo llevamos de un solo y no me imagino cómo sería cómo las otras familias que se los lleva directo.
Así mismo algunos colaboradores sienten que han sanado un poco, por lo cual se considera que el individuo se prepara para entrar a la 5ta etapa de duelo que es el asumir o afrontar, este es el paso del transitar, se establece un acuerdo con el acontecimiento trágico, se permite reflexionar acerca del sentido de la vida, donde no se olvida lo acontecido, pero se vive en su ausencia:
P1: Un poco, pero creo que me falta ya que no puedo superar algunas cosas de su ausencia como los consejos, las pláticas, cuando veo sus cosas en especial siento que es en la casa donde más siento su ausencia.
Otros están conscientes que necesitan algo más para sanar, entre ellos expresaron el cumplir las promesas o metas de la vida, pedir perdón, el tiempo, y Dios, son los datos más destacados.
P4: Pedir perdón a mi hermana, que ella sepa que yo quería verla, que me perdone por no ir. Ahora pienso que, si me iba a enfermar, pues me enfermaba, pero mi hermana era más importante.
P6: El tiempo, y la sanación espiritual que Dios me dará.
Así mismo se consideró necesario comprender si se ha soñado con la persona fallecida pues es importante destacar que desde el psicoanálisis los sueños representan el deseo inconsciente o anhelos de la vida. Ante tal análisis, al consultar si han soñado con sus familiares muertos los colaboradores plantearon lo siguiente:
P1: Sí, al inicio sí, ahora ya no mucho, pero pues no es como que me voy a asustar al verlo, es una emoción de alegría pues siento que está allí conmigo y él siempre que lo veo en los sueños lo veo alegre me abraza y me aconseja todavía, y al menos eso es lo que tengo de él.
Desde las interpretaciones culturales y las científicas tienden a tener posturas diferentes en el momento de interpretar los sueños; sin embargo, coinciden en el punto en que cada uno es interpretado mediante la experiencia de la vida diaria, se obtiene de las relaciones del lugar o entorno, la psicología los interpreta como deseos reprimidos por las personas que salen a relucir en el sueño y en la cultura son mensajes divinos que traen advertencias.
V- Conclusiones
Se concluye que indudablemente la pandemia COVID-19 y su influencia sobre los rituales del duelo han propiciado la elaboración de nuevos pensares en los pueblos originarios de la Costa Caribe Norte, permitiendo tejer así el filtro a través del cual cada comunidad, y cada individuo, realiza la lectura del mundo que le rodea. Reconocer la importancia de compartir y comprender estas recientes percepciones nos permitirá estar preparados para seguir tejiendo el camino de saberes y prácticas que persigue la URACCAN, en donde la interculturalidad es el eje central de una rueda de creación y recreación de conocimientos que nunca para.
Asimismo, las vivencias antes planteadas se han visto gravemente afectadas en el contexto del COVID, ya que esto provoca la no realización de los rituales fúnebres propios del proceso del duelo, y la falta de cumplimento de las mismas dejan un impacto significativo en la salud mental y física de las personas que atraviesan esta situación. Las ceremonias religiosas-espirituales que se llevan a cabo durante el duelo, permiten a la comunidad o pueblo, procesar y enfrentar el dolor de la pérdida, facilitando la transición del alma/espíritu a un plano metafísico vinculado con la naturaleza y el cielo.
Las necesidades vinculadas a la sanación emocional en personas que han tenido pérdidas, se encuentran ligadas a la ausencia de rituales que genera problemas entre los numerosos deudos, quienes pueden tener la sensación de que el proceso de luto y despedida no se ha terminado. Por lo que es importante tener presente que la vida de un ser humano tiene que entenderse simbólicamente. Tiene un principio y un fin.
Referencias
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Notas de autor
Graduated in Psychology, full-time professor at the University of the Autonomous Regions of the Nicaraguan Caribbean Coast, Bilwi campus. Email: yeimy. bordas.j6mi@d.uraccan.edu.ni, ORCID: https://orcid.org/0000-0001-9672-7463
Graduated in Psychology, full-time professor at the University of the Autonomous Regions of the Nicaraguan Caribbean Coast, Bilwi campus. Email: maria. bucardo.5zqf@d.uraccan.edu.ni, ORCID: https://orcid.org/0000-0002-2347-5418
Graduated in Psychology, CADPI Technician, University of the Autonomous Regions of the Nicaraguan Caribbean Coast, Bilwi campus. Email: adaa20w@gmail. com, ORCID: https://orcid.org/0000-0002-7690-5071
Master in Social Anthropology, Director of Research, University of the Autonomous Regions of the Nicaraguan Caribbean Coast (URACCAN). Email: tereallen.bilwi@uraccan.edu.ni, ORCID: https://orcid.org/0000-0002-8404-6318
Master in mathematical modeling, computing and statistics, Coordinator of the Humanities, Legal and Social Sciences area of the University of the Autonomous Regions of the Nicaraguan Caribbean Coast, Bilwi campus. Email: elebewilliams@yahoo.com, ORCID: https://orcid.org/0000-0002-5238-6481