Editorial
Recepción: 31 Octubre 2022
Aprobación: 15 Noviembre 2022
Contenido
Este año se celebra un nuevo aniversario de la Revista Filosofía UIS. Son veinte años continuos de trabajo que se reflejan, exteriormente, en sus cuarenta números. Pero si el lector pudiera imaginar todo el esfuerzo que hay detrás de cada número, podría entender el júbilo, a la vez que este cansancio inspirador, que sentimos hoy día.
Me explico mejor. En este mundo acelerado o dromológico (Virilio, 1995), en esta sociedad del rendimiento caracterizada por el cansancio y la competencia (Han, 2012), en esta vida líquida (Bauman, 2004) en pos de la alienación del sujeto para que se agote –hasta desaparecer su última energía– en la productividad y el consumo al volverse un homo œconomicus (Brown, 2015), todo lo cual ha llegado con tanta fuerza, y por la puerta grande, al mundo académico universitario –tal cual como se puede vislumbrar en una entidad financiera contemporánea–, apenas nos percatamos de aquello que hay detrás de lo que se nos muestra como evidente. Cada número publicado de la Revista, en papel o en línea, está ahí, al servicio de los ojos que se posan sobre ella. Pero detrás de cada número publicado hay horas de trabajo de muchas personas, y no solo trabajo para ese número en concreto, sino también de esfuerzo acumulado desde hace 20 años, esfuerzo que sigue dando frutos hasta el día de hoy.
Parecería que no solo ese trabajo inmenso detrás de cada número (trabajo que no es solo académico, pues hay muchas labores de gestión administrativa) pasa desapercibido por quienes ahora solo tienen tiempo para producir y consumir; también caen en el silencio los nombres de todas las personas que, de una u otra manera, han intervenido para que la Revista siga su camino con el ritmo de siempre. Si pudiéramos detener un poco el tiempo para mostrarle al lector los rostros de las personas (editores, asistentes editoriales, auxiliares estudiantiles, autores, pares evaluadores, diagramadores, correctores de estilo, etcétera) que han pasado por la Revista estos 20 años, que son muchos la verdad, él podría entender la profundidad de esta afirmación: hay mucho trabajo de equipo detrás de la Revista en estos 20 años de historia. Esta afirmación no puede quedar en el silencio ante la evidencia de la revista publicada…, no puede quedar como una mera anécdota propia de un aniversario. Esta es la realidad que la sociedad acelerada de hoy día no permite ver, pues de hacerlo lo considera una pérdida irrecuperable de tiempo precioso. Sin embargo, aquí, en este editorial, le apostamos a desacelerar el tiempo, para reflexionar, con la calma que requiere, sobre qué implica este aniversario en todo aquello que está detrás de lo evidente.
Entablemos una reflexión: ¿para qué una revista? Empecemos desde el principio. En la academia universitaria, por regla general, hay tres tipos de textos: los docentes-pedagógicos, los científico-especializados y los de perfeccionamiento profesional. Es posible hablar de otros tipos de textos, pero esos tres no pueden faltar en toda lista que se haga. Los docentes-pedagógicos son los textos que los profesores e investigadores redactan pensando en los estudiantes como sus principales lectores. Son textos generalistas, con un afán de formación y un lenguaje cuasi paternal (vertical, de un docente conocedor a un estudiante que está conociendo). Los científico-especializados, que hoy día son los más privilegiados por los sistemas de medición y bibliométricos, son aquellos redactados para colegas y expertos, con un afán propio del que desea expandir una idea original, un descubrimiento relevante, un aporte significativo al campo que el profesor cultiva. Son textos redactados de una forma más horizontal (entre expertos, entre colegas, por lo que se obvian las generalidades propias de quien desea formar al otro). Finalmente, los de perfeccionamiento profesional son trabajos que buscan aportar al ejercicio cotidiano o práctico de aquellos que, sin ser académicos o científicos, se desenvuelven en el ejercicio profesional en el campo que el autor cultiva.
A lo largo de la historia de nuestra Revista, podemos encontrar ejemplos de esos tres tipos de textos, pero, con el paso del tiempo y ante la presión de los sistemas bibliométricos que miden y evalúan las revistas y la producción científica, nos hemos concentrado, cada vez con mayor fuerza, en los segundos: los científico-especializados, aunque, está claro, la filosofía si bien ha replicado algunas cosas del mundo de las ciencias (como los sistema de creación y divulgación del conocimiento), no por ello puede considerarse una ciencia, por lo menos no como se ha entendido en la modernidad.
Ahora bien, una revista especializada, de alto perfil para los académicos, logra un propósito más que loable. Sirve de espacio virtual de comunicación entre el mundo de los lectores y el de los escritores. Digámoslo de otra manera. Se nos muestra como algo evidente y fuera de toda preocupación la conexión entre autores y lectores. Nos parece que es un proceso mecánico y espontáneo como se da esa comunicación hermenéutica entre lector-autor, una que trasciende el tiempo (pues se comunican autores y lectores de diferentes épocas) y el espacio (pues se comunican autores y lectores de diferentes sitios). Pero esa comunicación se da en un espacio que es fabricado, con mucho esfuerzo, por unos intermediarios que pasan buena parte de su tiempo en tender y mantener los puentes entre ambos continentes, y una vez esa comunicación es fluida, se vuelve necesaria para los puntos que conecta; en ese momento, ese espacio virtual se convierte en uno vital. Nuestra Revista es, por decirlo de algún modo, uno de esos puentes o espacios virtuales-vitales de encuentro entre autores y lectores, un espacio que ha pasado desapercibido, pero sin el cual esos continentes no se verían la cara, sin el cual no habría cultura, conocimiento y muchas cosas más.
Solemos preocuparnos más por el texto y la forma de leerlo, que por los medios que permiten que el texto emerja ante la “luz pública” (metáfora de la Ilustración de tanto éxito) y que pueda ser escogido por un lector que encuentra en este un interés concreto. En nuestro caso, la Revista Filosofía UIS es un espacio autónomo como proceso, pero dependiente como resultado final, de los autores y los lectores, pero sin el cual, los textos especializados en filosofía, generalmente fruto de investigaciones institucionales, no encontrarían ojos que los vuelvan activos (un texto, sin ser leído, es solo potencia o pasividad). Cuando se produce este tipo de comunicación, nuestra Revista vuelve lo virtual, vital.
Claro está que este espacio virtual-vital, este puente que trasciende (aunque dependa) de los dos continentes que comunica, no es ni puede ser estático. En estos veinte años, los continentes han cambiado mucho y, por tanto, el puente que los une. Mencionemos algunos casos, entre muchos posibles. La escritura académica-especializada ha mutado bastante en los últimos años, en especial por la nueva exigencia de la sociedad del rendimiento que ha tocado las puertas de la academia-universidad, con su lema de “publica o muere”. Sin embargo, como control del sujeto y de su actividad, no se trata de publicar sin más, sino de publicar algo que pueda ser cuantificado –ya sabemos, como filósofos, que la modernidad impuso el paradigma cuantitativo como forma de control del mundo, asunto más que claro con Heidegger (1998 y 2014, parágrafos 21 y 32)–. En este caso, el lema se ha transformado: “publica mucho, pero lo que publiques sea citado de manera tal que pueda ser contabilizado por los sistemas bibliométricos, o muere como si fueses un académico mediocre”. Igualmente, los intereses y las corrientes propias de la época imponen formas de escritura que varían con el tiempo. Podemos sumar, a manera de ejemplo, la transformación en la escritura que ha supuesto privilegiar, cada vez más, el artículo especializado sobre el libro.
Algo similar pasa al otro lado del puente. El lector de hoy no es el mismo de hace veinte años. La tecnología y los intereses que motivan la lectura han variado mucho. Por mencionar un solo caso de muchos posibles, la forma de búsqueda, cada vez más automatizada y centralizada en pocos repositorios y bases de datos, hace que el académico especialista (pues el estudiante no suele ser el principal lector de textos especializados) maximice su rol de lector. La lectura ha cambiado para varios casos: se ha vuelto un proceso acelerado, casi como un producto que se escoge y se consume de forma similar a como lo hacemos con un champú en el supermercado. Ya no se busca tanto comprender el conjunto de ideas del autor, sino más bien se busca una cita pertinente y rápida para lo que tengo entre manos. Ya se privilegia el conocimiento puntual y especializado sobre el general y sistémico. Todo esto, sumado a otros asuntos que aquí no mencionamos por espacio, ha cambiado, claramente, la forma en la que se buscan y se leen artículos como los que solemos publicar en la Revista.
Igualmente, la ingeniería de las revistas ha mutado mucho por las exigencias de los continentes que comunica, como por las del entorno que los mide. Para nadie es un secreto que si una revista no logra la indexación en ciertos repositorios, que centralizan la búsqueda del lector y puntúan al autor y a su institución, su ejercicio de ser puente virtual-vital se dificulta sobremanera. Además, indexarse en dichos repositorios implica renunciar parcialmente a la autonomía del proceso para someterse a reglas que facilitan la cuantificación de una labor que, otrora, era más cualitativa. Este cambio, entre otros, ha implicado una transformación radical de las revistas, en un muy corto tiempo, incluyendo la nuestra.
Entonces, podríamos concluir que los cambios en el mundo de los autores, en el de los lectores y en el propio de las revistas especializadas han modificado la estructura y el funcionamiento de la Revista Filosofía UIS. Estar al tanto de esos cambios y proponer a tiempo modificaciones que impliquen la continuidad de este espacio virtual-vital de comunicación ha sido uno de los retos que he asumido como editor jefe de la Revista desde el año 2016. ¿Y por qué intentar adaptar nuestra política editorial con las exigencias del entorno? Porque somos conscientes de que este puente, este espacio virtual, es vital para lectores y autores en un campo como la filosofía, uno donde justamente hay pocas revistas en funcionamiento y que, sin ellas, la tarea del académico en filosofía se vería más que entorpecida.
Sería más fácil dejar de esforzarnos por mantener vivo este espacio de comunicación (como ha sucedido con muchas revistas académicas colombianas, especialmente en nuestro campo), dejar de preocuparnos en cómo conciliar nuestros deseos de calidad con las exigencias externas ya resaltadas, pero somos conscientes de que ello significaría un menoscabo de la filosofía misma, de los lectores y de los autores, pues dejar de equilibrar estos aspectos implicaría fácilmente el cierre del puente. A la par, y no podemos negarlo, hay otros intereses que igualmente se ven satisfechos con la continuidad de nuestra Revista, como el prestigio, tanto interno como externo, de la Escuela de Filosofía de la UIS, pero este no es el motivo más relevante, sino el de aportar algo, sea mucho o poco, al desarrollo de la filosofía en un plano académico o especializado.
Así las cosas, esperamos que el lector pueda apreciar con este editorial el esfuerzo (y cansancio) colectivo que ha implicado mantener la Revista a pesar de los constantes cambios internos y externos; las horas de trabajo que implica cada número, trabajo que se esconde al lector, quien solo ve el resultado final; y el esfuerzo que nos ha implicado mantener abierto este espacio de comunicación, espacio gratuito por demás (cosa que no es menos importante que lo dicho en las páginas anteriores), al servicio de la filosofía, de los autores y de los lectores.
Seguiremos en la lucha a pesar de las adversidades, a pesar de la lógica productivista y consumista que ahora reta a la universidad y a la academia. ¿Por cuánto podremos mantener abierto este espacio? Sabemos que cada día es más difícil tender y mantener puentes como este, especialmente en las universidades públicas que ofrecen conocimiento de acceso abierto y gratuito, pues las presiones del entorno aumentan, en especial las exigencias cada vez más complejas y difíciles de cumplir de los diferentes sistemas de indexación, varios de los cuales no prestan sus servicios desinteresadamente, sino que ven en esto un negocio lucrativo que exige la reducción de los puentes entre los continentes para aumentar las ganancias.
Nosotros, como respuesta, como rebeldía, seguiremos intentando conciliar nuestras políticas internas de calidad con las exigencias cada vez más complejas del entorno. ¿Cuánto resistiremos? No lo sabemos, pero sí sabemos que aquí estamos y que, metafóricamente, gritamos como señal de júbilo, a pesar del cansancio acumulado por los veinte años, aquí seguimos.
Muchas gracias por transitar este puente. Por favor, no dejen de hacerlo.
Referencias
Bauman, Z. (2004). Modernidad líquida. Trad. Mirta Rosenberg. Fondo de Cultura Económica.
Brown, W. (2015). Undoing the demos: neoliberalism's stealth revolution. Zone Books.
Han, B. (2012). Sociedad del cansancio. (A. Saratxaga, trad.). Herder.
Heidegger, M. (1998). La época de la imagen del mundo (1938). (H. Cortés & A. Leyte, trad.). En M. Heidegger, Caminos de Bosque (pp. 63-90). Alianza.
Heidegger, M. (2014). Ser y Tiempo. (J. E. Rivera, trad.). 3.ª ed. Trotta.
Virilio, P. (1995). “Dromología: La lógica de la carrera”, Letra Internacional, (39), 34-40.
Notas de autor
Información adicional
Forma de referenciar (APA):: Botero-Bernal,
A. (2023). Editorial. Aquí estamos, aquí seguimos: reflexiones en torno a los
veinte años de la Revista Filosofía UIS, 22(1),
11-16. https://doi.org.10.18273/revfil.v22n1-2023017
Enlace alternativo
https://revistas.uis.edu.co/index.php/revistafilosofiauis/article/view/13891/12740 (html)