ARTÍCULOS

La autoeficacia académica para realizar investigación en la Universidad

Academic self-efficacy to carry out research at the University

Andrés Gutiérrez-Torres *
Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú

Delectus

Instituto Nacional de Investigación y Capacitación Continua, Perú

ISSN-e: 2663-1148

Periodicidad: Semestral

vol. 1, núm. 1, 2018

publicaciones.iniccperu@gmail.com

Recepción: 01 Marzo 2018

Aprobación: 01 Septiembre 2018

Publicación: 04 Diciembre 2018



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Resumen: El propósito de esta investigación fue demostrar que la autoeficacia académica y la investigación forman un binomio imprescindible en la Universidad. Por tanto, se partió de la relación que se establece entre Universidad-sociedad y Universidad-investigación. Asimismo, se presentaron algunos de los pensamientos y de las experiencias que influyen en los estudiantes para investigar. Se evidenció que tener disposición, pensar que sí se puede hacer una actividad, poseer conocimiento previo positivo, entre otros, favorecen la autoeficacia académica, mientras que los fracasos, la inmadurez, la ansiedad y la ausencia de un asesor, la postergan. Se entiende, entonces, que para investigar en la Universidad es necesaria la autoeficacia académica, entendida como el conjunto de juicios que tiene cada individuo sobre sus capacidades para llevar a cabo las acciones que le van a permitir cumplir con las diferentes actividades institucionales. De allí que hacer de la investigación algo cotidiano resulte beneficioso para la vida académica en las entidades universitarias.

Palabras clave: Autoeficacia académica, universidad, sociedad, investigación, instituciones universitarias.

Abstract: The purpose of this research was to demonstrate that academic self-efficacy and research form an essential binomial in the University. Therefore, it was based on the relationship established between University-society and University-research. In addition, some of the thoughts and experiences that influence students to investigate were presented. It was evident that having disposition, thinking that one can do an activity, possessing positive prior knowledge, among others, favor academic self-efficacy, while failures, immaturity, anxiety and the absence of a counselor postpone it. It is understood, then, that in order to investigate in the University, academic self-efficacy is necessary, understood as the set of judgments that each individual has about their abilities to carry out the actions that will allow them to comply with the different institutional activities. Hence, making research a daily occurrence is beneficial for academic life in university entities.

Keywords: academic self-efficacy, college, society, research, university institutions.

INTRODUCCIÓN

La palabra auto hace alusión a “uno mismo”. Mientras que “eficacia” es entendida como la capacidad de lograr el efecto que se desea. Algunos autores, como Salanova et al. (2004), relacionan el propio acto en el contexto humano de ser eficaz, y mencionan que el ser eficaz se demuestra si se cumplen tres condiciones: primero, que se produzca el cambio deseado; segundo, que este cambio sea duradero, y tercero, que se pueda generalizar a otras situaciones semejantes. Estos autores también refieren que existe una relación positiva entre autoeficacia y desempeño; es decir, altos niveles de autoeficacia se relacionan con el éxito y altas metas. De este modo, a más altas percepciones de autoeficacia serán más altas las metas autoasignadas. La autoeficacia tiene un dominio específico, entendiéndose así a la autoeficacia académica como la referida a ejecuciones académicas.

La autoeficacia académica es un conjunto de juicios de cada individuo sobre las capacidades propias para organizar y ejecutar acciones en el afronte de situaciones académicas (Domínguez, 2014). Es una variable psicológica determinante del logro académico (Pajares, 1997; Pajares, 2001), siendo la capacidad percibida para hacer frente a situaciones específicas, involucrando las creencias sobre las propias capacidades y logro de resultados (Contreras et al., 2005). En otro enfoque, la autoeficacia académica es una variable compleja de la educación superior, y obedece a una necesidad planteada por investigadores (Reidl, 2012).

Por otra parte, en los estudios universitarios el estudiante tiene un rol protagónico. De allí que sus funciones mentales, el pensamiento rutinario, sus creencias sobre potencialidades, entre otras, sean determinantes para su éxito o fracaso. En ellos, hay que considerar la experiencia previa y los niveles de autoeficacia previa para poder educarlos (Yi-Chi & Chiou, 2017). Estos autores proponen que el aprendizaje sin estrés y positivamente alentador, es aprovechado por jóvenes de menor autoeficacia; es decir, los que creen que no son capaces de realizar sus tareas o estudios. Y viceversa, el aprendizaje con más estrés, negativo desalentador, es más aprovechado por los jóvenes de mayor autoeficacia; es decir, los que sí creen en su éxito.

Sobre la base de lo señalado anteriormente, además de tener presente que la finalidad principal de la universidad es investigar para el desarrollo social, a sabiendas de que en la actualidad existen estudiantes que no se creen capaces o autoeficaces académicamente para investigar, se fundamentó la presente investigación, la cual plantea que sí se necesita de la autoeficacia académica para investigar en la Universidad, a partir de la relación de la Universidad con la sociedad y de la Universidad con la investigación.

Universidad-sociedad

En nuestro país, la educación superior es importante, ya que de la formación de los profesionales dependerá el desarrollo social. La Universidad y sus facultades tienen que cambiar adaptándose a las necesidades de la sociedad, formando profesionales útiles a su medio. Ese es su rol y tiene que cumplirlo con enseñanza de calidad. En busca de esa calidad, las universidades tienen que cumplir estándares. Gutiérrez (2011) menciona que la mejora de la universidad, no solo se basa en cumplir la acreditación, sino que se logra con el compromiso de cada profesor siendo crítico e investigador, conocedor de la realidad educativa. El autor propone que el profesor universitario ideal debe ser flexible en sus ideas, para analizar la realidad y cambiarla, con propuestas coherentes, que sean el resultado de investigaciones educativas. Esta propuesta de investigación por parte del docente, es fundamental para que enseñe a investigar, lo que redundará en estudiantes con disposición a la investigación.

Por otra parte, y de manera crítica sobre nuestra realidad, Hidalgo (2011) refiere que la formación académica y la investigación se encuentran estáticas, solo como transmisores de conocimientos y sin la presencia de la proyección social. Remarca que la Universidad tiene como fin ser el centro de creación y desarrollo social. Esta responsabilidad recae en los estudios de pre y postgrado, la investigación y los centros de extensión universitaria y proyección social. Además de la opinión presentada, Bermúdez (2013) añade que la Universidad es importante para el desarrollo económico y social del Perú. Refiere que es inconcebible el desarrollo sin la participación activa de la Universidad.

Investigación universitaria

La Universidad, concebida como la impulsadora del desarrollo, además de formar profesionales, produce ciencia y tecnología a través de la investigación, teniendo un rol protagónico en la difusión de la investigación científica. Asimismo, todo esfuerzo nacional de divulgación de la investigación tiene que partir necesariamente de la Universidad, siempre y cuando esta tenga la plena capacidad de construir ciencia, tecnología e innovación (Bermúdez, 2013).

Dentro de la sociedad en general y la peruana en particular, hay diferencias palpables y a veces no difundidas, entre la universidad privada y la estatal. Cita León-Cala (2013) que al investigar a 71 universidades peruanas, se halló que las privadas tienen mejor avance organizativo de los vicerrectorados de investigación, y como efecto, desarrollo acelerado de la investigación. Si bien no se describe cuál es ese desarrollo, se considera una realidad a investigar. Estas diferencias se explican en primer lugar, por la mejor economía de las instituciones privadas, en comparación con los presupuestos estatales, que solo cumplen un rol de mantenimiento básico. Este antagonismo está en proceso de cambio, ya que los vicerrectorados de investigación estatales hacen esfuerzos ponderados, al asociarse con empresas e instituciones nacionales e internacionales, las cuales dan apoyo financiero, elemento básico para el quehacer científico.

La investigación es inherente a la vida universitaria, tanto de docentes y estudiantes. No se pueden desligar y se evidencia dando cursos de investigación en pre y posgrado. Situación tal que no solo se asigna al estudiante para dicho aprendizaje y rol, sino hasta el docente tiene que practicarlo, y para esto, tienen ambos que tener el conocimiento y la voluntad de realizarla. No se concibe a una universidad, sus docentes y estudiantes, pensarlos como actores pasivos que solo estudien y que no investiguen. La realidad es otra. A decir de Astorne & Lepage (2011), la universidad, para desarrollar la investigación, requiere dar una formación que optimice capacidades, trabajo en equipo, capacidad de análisis, sentido ético y orientación al logro.

Por su parte, y queriendo hacer tomar conciencia de la importancia de la investigación en la Universidad, Mendoza (2015) difunde investigaciones en Perú. Propone un compromiso pedagógico de la Universidad, en la aplicación de una metodología de enseñanza y aprendizaje basada en trabajos de investigación. Este autor manifiesta una acción loable, pero primero, el modelo docente tiene que manifestar su compromiso de investigar, lo cual es ya una gran meta, en un mundo universitario que solo da tiempo para el dictado de clases y no para la investigación. Se resalta que hasta la simple conformación de equipos docentes-estudiantes de investigación, aún sin reconocimiento económico, son ya un reconocimiento y sirven de estímulo para investigar.

Autoeficacia académica para realizar investigación universitaria

El estudiante se encuentra en un mundo de ideas variadas; lo que favorece el leer, centrarse en objetivos, asimilar teorías y llevarlas a la práctica. Es mucho más difícil llevar lo aprendido a su realidad y solucionar los problemas del país. De su capacidad de aprender dependerá el servicio que brindará. Pero este servicio es influenciado por lo que la universidad le inculcó y por la persona del estudiante; es decir, de él como ser humano. Se desea que las tareas universitarias, incluidas las de investigación, sean las más idóneas en su formación. Esto redundará en un egresado bueno como persona y como profesional, idóneo para investigar mientras estudie y cuando egrese. Al respecto, Zeña & Arévalo (2016) refieren que mejorar la calidad de las investigaciones científicas, es la resultante de tres factores: la disciplina de las personas, la filosofía de la universidad y el compromiso de los actores. Estos autores incluyen lo humano en el estudiante; es decir, un comportamiento ideal más un compromiso social. El estudiante está desenvolviéndose en la Universidad con todas sus ideas que lo identifican como persona. Sobre las ideas de los estudiantes, hay que destacar que sus creencias sobre el éxito y sobre su capacidad de lograr metas, forman su autoeficacia académica, pilares para iniciar y desarrollar la actividad de investigación universitaria.

La autoeficacia es una variable que influye en el rendimiento académico, por lo que se debe incrementar su apoyo mientras se ejecutan grupos de estudio, tutoría y programas de refuerzo, para apoyar a los estudiantes a fortalecer sus habilidades, lo que repercutiría en un elevado rendimiento académico (Hernández et al., 2015). Esto quiere decir que la universidad y el docente tienen responsabilidad en fortalecer la autoeficacia de los estudiantes. Se remarca, que existe una relación significativa, entre la competencia de la docencia universitaria y la calidad de las prácticas investigativas de los alumnos. Del mismo modo, un adecuado contexto administrativo mejora la calidad de las prácticas investigativas (Valer, 2013).

Por otra parte, hay variedad de carreras, hay las que son ciencia pura y las que son aplicadas. Sobre esto se reporta que la carrera que elige el estudiante influye en la autoeficacia. Por ejemplo, los que estudian Biología son más autoeficaces que los que estudian Psicología, quizás, porque la carrera de Biología, tiene más ambientes de entrenamiento en investigación, lo que es competencia en su malla curricular. Carot et al. (2012) señalan que Biología es una carrera con más docentes con grado de doctor, lo que influye positivamente y de manera vicaria en la autoeficacia. Añaden los autores, que los estudiantes con más autoeficacia, son los de los primeros años de estudio, quizás por su sobreestimación de capacidades, comparados con los de años más avanzados. Esto se explica porque a través de los años de estudio, los estudiantes de ciclos más avanzados, ya han pasado por más experiencias de desaprobación en sus exámenes comparados con los que recién ingresan, siendo más realistas y a veces pesimistas con las futuras evaluaciones. Esta apreciación corresponde solo a lo descubierto por los autores, no queriendo decir, que no existan estudiantes de ciclos avanzados que tengan una elevada autoeficacia académica.

Pensamientos y experiencias de los estudiantes universitarios que influyen para realizar investigación

Los estudiantes llegan a la vida universitaria con un bagaje de pensamientos, los cuales son producto de sus experiencias anteriores como la educación básica, los grupos pares, la familia, su filosofía de vida, religión, amigos, medios de comunicación, entre otros. A través de su corta experiencia de vida, entran al nivel educativo superior, el cual interactuará con él, con lo que piensa y con lo que siente. A veces la actividad universitaria, incluida la investigación, será catalogada por él, como buena o adecuada. No se sabe si habrá una mala reacción ante la actividad universitaria. Ante esta incertidumbre, varios investigadores de la educación superior universitaria describen, en los últimos años, pensamientos y experiencias que influyen positiva o negativamente para hacer investigación. Estas se describen a continuación.

Las que favorecen

Experiencias de éxito, experiencia vicaria, modelos de conducta, juicios verbales afirmativos por parte de maestros, más integración institucional y más oportunidades de interactuar con sus profesores (Reid, 2013). Entiéndase como vicario, según la psicología social, lo aprendido al verlo en otros; es decir, se hace las cosas como los otros lo hacen. El autor alude a que si veo que por ejemplo mis compañeros hacen bien una investigación, yo los imitaré, ya que el éxito está asegurado.

Por otro lado, hay que recordar que los juicios afirmativos son las expresiones verbales positivas o de estímulo y no las de menos precio o discriminativas; es decir, el refuerzo positivo, y mejor si viene de mi profesor, el cual es un aliciente incomparable. La integración institucional significa participar de la vida académica universitaria, incluidas las actividades de investigación. La interacción con los docentes es un reforzador positivo donde la vivencia estudiantil es más personal, resaltándose al estudiante como una persona y no como un apellido.

El apoyo de directores de tesis, un plan de estudios ideal, la socialización de avances y la supervisión de la tesis (Reyes & Gutiérrez, 2015). Con respecto al plan de estudio, hay unos que saturan, porque el ciclo es interminable y estresante, razón por la que algunos estudiantes claudiquen. Mientras que, hay otros planes que son flexibles y serios, que logran un ambiente de trabajo donde la gestión del tiempo docente y estudiantil es la propicia para la investigación. Asimismo, el no perder tiempo de enseñanza, se traduce en la socialización de los avances con los pares y con el docente o supervisor de tesis, para no darse con la incómoda sorpresa de que al final de ciclo, la tesis sea rechazada.

Tener más de 46 años de edad (Barraza, Ortega y Rosales, 2010). Esta personal y peculiar apreciación sobre la edad, evidencia que, con el paso del tiempo, algunos estudiantes son positivos en su modo de vivir, incluso maduros por sus experiencias de vida, dentro y fuera de la universidad, lo que repercute positivamente en la realización de la investigación.

Las experiencias previas y la postura crítica y reflexiva (Criollo, Romero y Fontaines-Ruiz, 2017). El haber hecho investigación es el mejor antecedente para hacerlo hoy, ya que cada día se aprenden cosas nuevas y se mejoran. El quehacer en investigación fortalece las capacidades de reflexión e induce a una apreciación más aguda o crítica de los conocimientos previamente establecidos, los cuales tendrán que dar paso a los resultados de las nuevas investigaciones y teorías.

Las que no favorecen

Hay estudiantes que citan que, si los demás fracasan, ellos también fracasarán (Ruiz, 2005). Enmarcado en el aprendizaje social o vicario, se menciona que las experiencias negativas que vemos las podemos interiorizar y van a formar parte de nuestro pensamiento, para luego ser parte de nuestro lenguaje y comportamiento.

Dudar del maestro, tener menos de 35 años de edad (Barraza et al., 2010). Una de las peores cosas de la vida universitaria, es dudar y no creer en el maestro. Si se pierde la confianza en el guía, daremos vueltas al asunto y nos quedamos sin ser productivos. Barraza et al. (2010) limitan su apreciación al área de investigación y que otro tema de discusión es que hay que dudar de lo que está escrito para así pensar, reflexionar, investigar y cuestionar lo establecido.

La edad propuesta se relaciona con los párrafos superiores, donde la inexperiencia determinada por el factor edad, juega un rol desfavorecedor en la ejecución de actividades de investigación. No se analiza ni se menciona que existen estudiantes de muy corta edad que desde el inicio de la vida universitaria se dedican por su cuenta o en grupo a la investigación, formando incluso a las famosas sociedades científicas de estudiantes, los cuales publican de hecho con sus asesores docentes, en revistas indizadas foráneas, logrando mérito y éxito.

No confiar en sí mismos, comentarios negativos de grupos sociales que se resisten a la investigación, ánimo bajo, ansiedad, falta de apoyo familiar, ausencia de amigos, ausencia de asesor de tesis (Ruiz, 2005; Criollo et al., 2017). Se entiende que la autoeficacia es pensar y confiar en sí mismo, lo que hace deducir que hay personas que, sin desearlo, se rodean de grupos que tienen comentarios adversos hacia la investigación. Si bien, estas circunstancias pueden bajar el ánimo para dicha actividad académica, hay algunos estudiantes que, siendo ansiosos y carentes de apoyo social adecuado, no realizan investigación. Esta nefasta situación a veces se corona con la ausencia o escasez de asesores de tesis. Esta es una triste realidad de algunas escuelas de pregrado y posgrado, donde los docentes responsables no aparecen o desaparecen.

Evidencia del vínculo autoeficacia académica-investigación

Para la psicología y la educación, en plena transformación y sin perder sus ejes temáticos, se viene investigando y exponiendo diversos constructos y variables, los cuales solo con el rigor científico terminarán por ser útiles en el planteamiento de mejora de la ciencia, lo que redundará en el beneficio social. Así planteado, existen publicaciones que relacionan la autoeficacia académica y la investigación, a partir de importantes creencias o pensamientos, ya señalados, que fortalecen la autoeficacia para investigar o que no propician la investigación.

Desde que la persona tiene ideas positivas o favorables para realizar investigación, todo su comportamiento se dirigirá a cumplir su objetivo. Hay estudios que analizan comparativamente la autoeficacia y la actitud hacia la investigación de los estudiantes matriculados en el curso de Metodología de Investigación, y se encontró que la baja autoeficacia para la investigación interfiere negativamente con la formación de los estudiantes en investigación y su voluntad de realizar investigaciones. Los resultados demuestran, a decir de Tella (2015), que existe una correlación significativa entre los estudiantes con autoeficacia de la investigación, la utilidad de la investigación y la actitud hacia el curso de Metodología de Investigación. La autoeficacia de la investigación de los estudiantes tenía la correlación más alta con la actitud hacia la investigación.

Si bien, en la vida universitaria existen problemas sociales, como la marginación, discriminación, maltrato, entre otros hechos, hay estudiantes que sobresalen ante estas circunstancias y por su capacidad de adaptación a los eventos adversos, se sienten capaces de investigar. Reid (2013) refrenda esta afirmación cuando cita que incluso las personas que puedan sentirse discriminadas por su raza, están satisfechas de interactuar en los estudios de investigación, lo que tiene una explicación cognitiva social. El autor nos propone que, hasta teniendo factores adversos en lo social, pueden en sus otros ámbitos, ser positivos y autoeficaces académicamente.

Por otro lado, el ser autoeficaces nos convierte en personas listas para abordar los temas y tareas académicas, pero también nos prepara para ser autoeficaces en otros aspectos de la vida, como la interacción con los demás, con las actividades de la sociedad o del hogar. Komarraju y Nadler (2013) coinciden con esta afirmación, al mencionar que los estudiantes que tienen más autoeficacia, tienen más recursos metacognitivos, incluso persisten en el trabajo difícil y logran calificaciones más altas. La autoeficacia surge como un recurso interno que facilita la autodisciplina y el éxito. También les induce a perseguir objetivos como realizar maestrías, lo que, a su vez, implica grandes desafíos.

El repetir las actividades académicas vuelve al estudiante un conocedor de lo que hace, si bien no experto, le da confianza y le hace disminuir el temor por lo nuevo, sea actividad, sea asignatura. Criollo et al. (2017) mencionan que la autoeficacia para el aprendizaje de la investigación, se fortalece en la medida que se impulsan los procesos de autoconfianza e interés por aprender a investigar, y esta práctica deja de convertirse en una asignatura y pasa a ser un eje transversal en la cotidianeidad del estudiante.

No solo a nivel de pregrado, sino en el posgrado, se aprecia la autoeficacia académica. Los estudiantes de posgrado son más maduros, con más experiencia, más edad, a veces conocedores de los temas de investigación, lo que permite que piensen en ser capaces académicamente.

Barraza et al. (2010) expone que los alumnos de posgrado presentan un alto nivel de expectativas de autoeficacia académica, específicamente en la búsqueda de la información necesaria para elaborar un ensayo o artículo académico. Coincidentemente, Reyes & Gutiérrez (2015) refieren que los estudiantes de una universidad pública, al final del posgrado, consideran tener una eficacia moderada. Lo que más motivó intrínsecamente la autoeficacia fue el desear culminar la maestría. En contraste, pero a nivel de pregrado y respecto al nivel de autoeficacia para realizar una investigación tipo tesis, se afirma que los estudiantes carecen de una fuerte creencia en su capacidad para llevar a cabo una tesis, además de no confiar en su capacidad de buscar bibliografía e instrumentos (Ruiz, 2005).

La evidencia referida respecto a la asociación de la variable autoeficacia académica con otras variables académicas: rendimiento, motivación y permanencia, ha permitido avanzar en el conocimiento de los factores que favorecen a los estudiantes en su contexto educativo (Borzone, 2017). No obstante, persiste un vacío en cuanto a investigaciones que den cuenta de la relación entre la autoeficacia percibida en el contexto de la educación superior, con las vivencias académicas de los estudiantes, a decir de Borzone (2017). Pero en contraste con esta referencia, Moreno & Blanco-Blanco (2016) proponen que el constructo autoeficacia y las hipótesis derivadas de la teoría cognitivo social sobre el rendimiento, parecen estar incorporándose en los últimos años de manera progresiva a la investigación en la región, representando en la actualidad un área de trabajo más desarrollada. Como resultado hay una cierta evidencia sobre el vínculo autoeficacia-rendimiento en distintos niveles educativos.

CONCLUSIONES

La autoeficacia académica es un conjunto de ideas que la persona tiene sobre sus capacidades para afrontar situaciones académicas. La Universidad es la institución responsable de la formación de profesionales, los cuales investigarán y aportarán conocimiento, para que la sociedad se desarrolle. Las previas experiencias de éxito, la madurez como persona, opiniones verbales estimulantes, la integración e interacción con los profesores, así como la supervisión y socialización de los avances de la investigación, favorecen la autoeficacia académica. Las experiencias de fracaso en los demás, dudar del maestro, ser inmaduro, ansioso, no tener asesor de tesis, desconfiar en uno mismo y pertenecer a grupos sociales que se resisten a la investigación, no favorecen la autoeficacia académica. Se coincide con los autores en que es necesaria la autoeficacia académica, entendida como las creencias o pensamientos de ser capaz de realizar una actividad académica, para hacer investigación en la Universidad.

La autoeficacia es positiva y favorece el desempeño del estudiante en la ejecución de las tareas de investigación. Se destaca que los principales pensamientos que evidencian la autoeficacia, son pensar en que hay que estar satisfecho en hacer investigación y hacerlo cotidiano. Estos pensamientos facilitan cumplir objetivos académicos y, además, beneficia otros aspectos de la vida del estudiante.

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Notas de autor

* Magíster en Psicología, mención Intervención Psicológica e Investigación. Licenciado en Educación Secundaria y Médico Especialista en Psiquiatría. Docente en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y en la Uni-versidad César Vallejo, Perú. Profesor de Bases Biológicas del Comportamiento, Psicofi-siología, Neuropsicología, Salud Mental, Psico-patología y Psiquiatría. gut_and@hotmail.com, orcid.org/0000-0001-8366-327X
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