Ciencias sociales, Educación comercial y Derecho
La psicología comunitaria: un trabajo por desarrollar en las comunidades de Colombia
Community psychology: a work to be developed in the communities of Colombia
Revista Torreón Universitario
Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua-Managua, Nicaragua
ISSN: 2410-5708
ISSN-e: 2313-7215
Periodicidad: Cuatrimestral
vol. 12, núm. 35, 2023
Recepción: 04 Julio 2023
Aprobación: 08 Septiembre 2023
Resumen:
El siguiente ensayo quiere reflexionar sobre la psicología comunitaria como campo del saber, la cual es una disciplina reciente que necesita ser discutida a nivel epistemológico, ontológico y metodológico, en especial en el contexto latinoamericano por su legado e importancia en las comunidades más vulnerables. Por esto este escrito quiere identificar algunas de las características, perspectivas y posibilidades de estudio de la psicología comunitaria para el contexto latinoamericano para lo cual se inicia discutiendo su objeto de estudio identificando una diferenciación entre la psicología comunitaria con la psicología social posteriormente se describe su origen para establecer los contrastes en el contexto norteamericano y latinoamericano. Finalmente, se señala la importancia de la psicología comunitaria en el contexto colombiano que tenga presente una perspectiva de la psicología de la liberación de Ignacio Baros y el empoderamiento de las comunidades en el proceso de posconflicto que vive el país en la actualidad.
Palabras clave: Empoderamiento, Psicología comunitaria, Psicología de la liberación.
Abstract:
The following essay wants to reflect on community psychology as a field of knowledge, which is a recent discipline that needs to be discussed at the epistemological, ontological, and methodological levels, especially in the Latin American context because of its legacy and importance in the most vulnerable communities. For this reason, this paper wants to identify some of the characteristics, perspectives, and possibilities of study of community psychology in the Latin American context it begins by discussing its object of study identifying a differentiation between community psychology with social psychology, and subsequently describes its origin to establish contrasts in the North American and Latin American context. Finally, it pointed out the importance of community psychology in the Colombian context that takes into account a perspective of the psychology of the liberation of Ignacio Baros and the empowerment of communities in the post-conflict process that the country is currently experiencing.
Keywords: Empowerment, Community psychology, Liberation psychology.
Introducción
La psicología como señala Lahey (2010) la ciencia de la conducta y los procesos mentales definición que visualiza para este autor tres componentes: el primero la identificación como ciencia puesto que intenta comprender al ser humano a partir de unas técnicas y metodologías como son la observación, la medición y la descripción entre otras. El segundo es estudiar la conducta como las acciones de las personas a nivel comportamental que involucra lenguaje no verbal, personalidad y acciones efectuadas por el individuo. Finalmente, se tiene los procesamientos mentales que involucra las emociones, pensamientos y sentimientos que no son observables.
De lo anterior, la psicología parafraseando a Lahey (2010) plantea cuatro objetivos que son: describir información de forma cuantitativa y cualitativa, predecir conductas, entender e influir en la conducta por lo que pregunta porqué de ciertos comportamientos y conductas, finalmente influir en el individuo con lo cual el psicólogo no tan solo se queda en la descripción y comprensión, sino que busca ayuda de forma positiva.
Entendiendo lo anterior existen diferentes perspectivas y enfoques para el estudio del comportamiento de los individuo a nivel biológico, social y cognitivo y una de estas es la relación que existe entre el individuo con la comunidad, la teoría clásica busca explicar el comportamiento de un determinado grupo a partir del análisis de la conducta individual en el contexto social y señala que el grupo no se reduce a la suma de sus miembros sin embargo se queda corta esta propuesta porque no estudia la realidad desde sus diversas dimensiones como lo plantea la teoría psicosocial.
Existe una importancia de la comunidad en los procesos psíquicos de los individuos, ya que creamos vínculos con y desde el “Otro” encontrando respuesta y preguntas, generándose encuentros y rupturas, llevándonos a un dilema sobre la convivencia, roles y acciones que efectuamos en y desde la comunidad en que nos encontramos.
Podemos recordar el ejemplo dado por Schopenhauer con el dilema de los erizos el cual consiste en preguntarse como en época de invierno estos animales pueden juntarse en época de sin hacerse daño y lo extrapola a las relaciones que establecemos los ser humanos, de las dificultades que se establecen entre las personas en el contexto social ya que nos construimos con el otro.
Por esto, nace la necesidad en la psicología una propuesta diferente al modelo clásico médico que solo ve al paciente como objeto y no como sujeto, que no tiene presente el contexto que lo rodea y las relaciones que en estas se construyen generándose la necesidad un modelo como señala Montero (2004) donde “el énfasis estará en la comunidad y no en el fortalecimiento de las instituciones” (2004, p.20) permitiendo esto que las personas sean protagonistas y transformadoras de su realidad.
Una propuesta que rompa esquemas establecidas y permita que las personas de las comunidades efectúen un rol de protagonismo, de lo cual parafraseando a Montero (2004) la psicología comunitaria es respuesta a una psicología social que mantenía una perspectiva individualista que no daba contestaciones a la situación que se vivía en el momento por considerarse objetiva y neutral, que se limitaba al diagnóstico e intervenciones descontextualizadas.
En este escenario la psicología comunitaria trabaja en un principio con la salud mental y la psicología social comunitaria, de manera que su objeto de acción tiene como modelos metodológicos la investigación-acción participativa y la aplicación de la metodología etnográfica y cualitativa, para lo cual los psicólogos en esta disciplina tienen un acercan a las comunidades para poderlas conocer y que estas también sean participes en la resolución de sus conflictos.
Si bien los elementos mencionados son importantes en la práctica del psicólogo comunitario, existe también el riesgo en establecer idealismos falsos y romanticismos cuando se trabaja con las comunidades desde las buenas intenciones y la necesidad de buscar soluciones a corto plazo ante los problemas de las comunidades generándose dependencia o asistencialismo.
Es necesario entender que las comunidades los procesos que se puedan establecer no son exceptos a las tensiones, conflictos y negociaciones por esto comentando a Dobles (2015) resalta la importancia de los procesos que se efectúa en la psicología comunitaria pero también establecer una revisión con sentido crítico a las diferentes propuestas de esta disciplina ya que puede caer en acciones homogenízates y repetitivas, puesto que al tener una propuesta antihegemónica y desconolizantes su impacto llegue a un punto de autocomplacencia que pierda su propuesta critica, convirtiéndose en aquello que se quería combatir inicialmente.
Por esto una de las características a destacar de la psicología comunitaria es su componente ético-político que se desarrolla desde un empoderamiento psicológico, Morales y Banda (2015) lo definen desde la relaciona con: fortalecimiento, potenciación y apoderamiento, que enmarcan en la idea de la transformación cultural elementos importantes en el contexto colombiano que vive un proceso de postconflicto en la actualidad.
La importancia de la psicología comunitaria en el contexto colombiano radica en que el país ha padecido la violencia de una forma prologada, y si bien en la actualidad existen iniciativas para construir procesos de paz esto se debe acompañar con la reconstrucción de un tejido social que genere cambios en los individuos como en la comunidad.
Para poder comprender mejor lo anterior es necesario tener unas perspectivas de esta disciplina efectuado un recorrido identificando su desarrollo, características y postulados para comprender la propuesta latinoamericana de transformación social desde la psicología de la liberación y el empoderamiento psicológico que permita incidir en las comunidades de Colombia en especial a las marginadas y las que han vivido la violencia, desplazamiento y la discriminación.
Desarrollo del tema
Para comprender la psicología comunitaria se debe efectuar en primer lugar una diferencia con la psicología social tiene objeto de estudio comprender y predecir el comportamiento de los individuos desde sus interacciones, como parafraseando Clay (1979) estudia las relaciones en la interacción social y la conducta de las personas, su propuesta es estudiar el sentido común y la sabiduría convencional con lo cual “la psicología social se ocupa de los procesos de la conducta, los factores causales y los resultados de la interacción entre personas y grupo” Clay, 1979, p.20)
La propuesta de la psicología social busca trabajar conceptos claves como el liderazgo, roles, comunicación y conflicto entre otras que enmarca preguntas como por ejemplo ¿Por qué las personas tienen ciertos comportamientos en contextos sociales específicos? además de estudiar las diferentes interacciones que están presentes en las relaciones sociales.
El interés de psicología social como la describe Clay (1979) radica en el estudio de aspectos de los acontecimientos interpersonales ya que esto puede generar una serie de conductas, actitudes y sentimientos en los individuos, pero también identificar conductas que se establecen en los grupos que se convertirán en normas sociales esto tiene un impacto en los miembros en su conducta interpersonal.
Por su parte, la psicología comunitaria se centra en trabajar para mejorar las condiciones vida de las personas en contextos geográficos específicos, de manera que desde esta disciplina se trabajaran con organizaciones, movimientos culturales y sociales generando un proceso de participación activa.
Para comprender lo anterior, es necesario efectuar un recorrido de su origen a Misitu (2004) encuentra sus inicios en Estados Unidos a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX desde los sociólogos de la escuela de Chicago quienes relacionan el desorden mental con factores sociales entre los que se puede encontrarla falta de integración social, recordemos que en esta época se efectuaron grandes cambios y transformaciones a nivel social, político, económico que no se reducen a la consolidación de la revolución industrial sino también al inicios de las grandes guerras mundiales.
Por su parte Montero (2004) agrega que esta disciplina en Norteamérica tiene un momento clave con el congreso de 1965 en Swampscott, Massachusetts, donde se discute el rol del psicólogo y la necesidad que trabaje con la comunidad postura que se vinculaba a Movimiento de Salud Comunitaria y de lucha contra la pobreza, permitiendo un campo de exploración para nuevos estudios.
La psicología comunitaria describe Montero (2004) parte en las décadas de los sesenta y setenta del siglo XX a cobrar un impulso gracias a las diversas propuestas entre ellas la teoría de la dependencia que tuvo un impacto en las ciencias sociales y en la psicología en particular comienza a considerar los grupos sociales, la sociedad y en las personas. De esta manera también existe un cambio de perspectiva sobre lo que se entiende enfermedad y salud, surgiendo interrogantes sobre el papel de la psicología, la forma en que se acercaba y se efectuaba los tratamientos.
La sociedad norteamericana es esta época es consciente de las desigualdades que se encuentra su población, generándose movimientos que critican el concepto de salud que se entendía como una ausencia de enfermedad para vincularlo a un estado de bienestar existiendo una utilización indiscriminada en su momento de psicología comunitaria y salud mental como disciplinas similares.
Sin embargo, la psicología norteamericana plantea un componente individualista que se evidencia en su intervención que se centra en el desarrollo de competencias personales por lo cual para Misitu (2004) presenta las siguientes características: un escaso acercamiento comunitario en las intervenciones, su origen se encuentra desde la relación a la salud mental, la metodología es cualitativo de tipo etnográfico y se le considerada poco científica.
En esa misma línea, Fernández et al (2011) retoma como está propuesta anglosajona se caracteriza porque busca la transformación de los sistemas de salud de Norteamérica siendo una posición ecológica donde la conducta no se explica a nivel de lo individual, sino que se debe tener presente componentes como lo ambiental, social y cultural, dándole importancia a la prevención más que curar.
De estas preocupaciones la psicología comunitaria plantea acciones de transformación social por lo que parafraseando a Misitu (2004) es una disciplina si bien con dificultades en delimitar su objeto de estudio, se destaca por visión ecologista, procesos sociales e individuales, no se centra en dar respuestas sino en desarrollar potencialidades en el individuo y en la comunidad, tiene una relación muy estrecha entre la teoría y la práctica, una vocación de prevención porque busca trabajar con las personas de la comunidad en estrategias y acciones que generen transformaciones en la calidad de vida.
Sin embargo, la psicología comunitaria en Latinoamérica si bien retomara elementos de la propuesta norteamericana, construye su propio camino partiendo de las necesidades de las comunidades, tanto para Misitu (2004) como Dobles (2015) su desarrollo se ubica en los años setenta, con dos exponentes: Paulo Freire y Orlando Fals Borda el primero reconocido por sus aportes a la educación popular y el segundo por su planteamiento de la investigación-acción.
La psicología social comunitaria en el contexto latinoamericano se relaciona con la realidad social y política de las comunidades siendo una respuesta a la profunda desigualdad y a las dictaduras que se vivían en el momento, por lo cual se buscaba dar respuesta a las diferentes problemáticas que vivían las comunidades desde las mismas comunidades.
De la situación que se vivía en los gobiernos de corte autoritario y dictatorial la psicología social comunitaria latinoamericana genera una serie de propuestas entre la que se destaca la de Martin Baros psicólogo y sacerdote jesuita que muere de forma trágica en 1989 en El Salvador, su trabajo tiene como objeto el análisis partiendo de la realidad en la que se vive en las comunidades salvadoreñas, permitiendo construir un conocimiento teórico que va definiendo la utilidad de los esquemas analíticos como herramientas para trasformar y comprender la realidad.
El aporte de este autor es la psicología de la liberación que busca superar el individualismo y tener presente un realismo critico que indague por la historia social como componente de investigación psicología. De la misma manera, es una psicología que está comprometida con los oprimidos siendo consciente del contexto planteándose las preguntar por el Desde dónde y desde quién.
Lo que Martin Baro en palabras de Cabanilla (2010) llamo “el orden pecaminoso” es una propuesta que tiene presente los aportes de la psicología y le añade el visibilizar la desigualdad que se vive en Latinoamérica siendo una de las razones por las cuales se dificulta la construcción de sociedades partitivas democráticas hasta el momento.
Pero esta propuesta amplia su espectro buscando evidenciar la violencia que enfrenta las comunidades, la exclusión social y la pobreza que desde décadas aqueja a los pueblos de esta latitud, con gobiernos de corte antidemocráticos que no contribuyen al reconocimiento de los derechos de la población civil en especial a los pueblos indígenas, campesinas y afrodescendientes como sujetos de derecho
Los aportes de la psicología de la liberación a la psicología comunitaria son valiosos y de trascendencia en la actualidad, pero deben ser entendidos como señala Dobles (2015) desde una perspectiva ética-política, que permita debatir sobre la misma praxis de la psicología comunitaria desde su actuar en las comunidades para no perder su horizonte.
No se puede perder el rumbo en el trabajo comunitario, porque para Dobles (2015) el trabajo en comunidades se desarrolla en ámbitos micros que pueden estar ligas a grandes esferas o no, presentándose en ocasiones una tensión entre lo micro y lo macro, con lo que este autor llama la atención en la tentación en caer una visión romántica que se aleja de las dinámicas de la realidades de la misma comunidad, por lo que es importante tener una lectura critica del contexto acompañado de una postura ética y política.
Ahora, en la relación entre lo micro y lo macro como lo describe Dobles (2015) se generan conflictos porque si bien una comunidad necesita una transformación y cubrir una serie de necesidades apremiantes, cabe la posibilidad que organización puede establecer un plan desde las buenas intenciones pero que en la práctica de como resultado una homogenización y se fomente unas nuevas dependencias dando origen a unas problemáticas nuevas.
Otra tentación es establecer la creencia que las acciones que incidieron en una comunidad de forma positiva se pueden replicar de la misma manera en otra comunidad esperando los mismos resultados ya que cada comunidad es diferente, desde sus creencias, perspectivas y formas de resolver sus conflictos por esto es necesario fomentar un trabajo participativo con las mismas comunidades que deben ser constructoras de las soluciones de sus problemas, mediante metodologías participativas y participación democrática.
Por otra parte, Berroeta (2012) citando a Montero (1984) la psicología comunitaria como disciplina parte de los factores psicosociales buscando “(…) desarrollar, fomentar y mantener el control y poder que los individuos pueden ejercer sobre su medio ambiente individual y social para solucionar problemas que los aquejan y lograr cambios en esos ambientes y en la estructura social” (p.11) siendo su eje principal el fortalecimiento y constitución de las comunidades.
Ahora, la psicología comunitaria tiene una serie de modelos que le permite efectuar su praxis entre los cuales podemos destacar el modelo del emporwement, formulado por Julian Rappaport en 1977 que tiene como objetivo mejorar el bienestar y calidad de vida partiendo de la potenciación de recursos tanto individuales, grupales y comunitarias.
Para Morales y Banda (2015) “el empoderamiento es considerado el proceso mediante el cual las personas, organizaciones y comunidades logran control sobre sus propios asuntos” (p.5) es decir las personas asumen control sobre su vida que al mismo tiempo puede verse como resultado o proceso y que esté ligado a lo individual, organizacional y comunitario.
De esta manera, el emporwement es una invitación a un protagonismo del individuo y a la comunidad con la meta de mejorar tanto el bienestar como calidad de vida, fomentando las potenciaciones de recursos individuales y comunitarios, permitiendo controlar su propia existencia, es una propuesta teórica en prácticas en una construcción de alternativas de solución.
El empowerment la intervención está pensada desde una acción preventiva, de promover y movilizar tanto los recursos como potencialidades que las comunidades tienen, tienen presente la problemática específicamente a resolver, busca generar soluciones como son: el fortalecimiento de redes de apoyo, comprender los factores tanto micro como macrosociales como es el caso en el componente familiar y sistemas de apoyo que susciten bienestar tanto psicológico como mental.
Con lo anterior, la psicología comunitaria es una propuesta de transformación social y en el caso del contexto colombiano que ha vivido una violencia de una forma tan prolongada, plantea retos relevantes ya que desde esta profesión se puede generar espacios para “sanar heridas del pasado” y fomentar una calidad de vida en la psiquis de los individuos y en las comunidades.
En los procesos de posconflicto donde se tienen tensiones del pasado con el presente, la incertidumbre del futuro, la búsqueda de una reconciliación y sobre todo la búsqueda de la no repetición de los actos de la violencia se necesita un compromiso desde el humanismo en la transformación del entorno.
Para efectuar estos cambios se requiere potencializar en las comunidades, liderazgo, la creatividad, la asertividad y el trabajo en equipo este último vinculado a la construcción pactos partiendo del diálogo para poder cumplir con los diversos logros o metas que se construyen dentro de las comunidades desde un pensamiento críticos que lleven a reconstruir el tejido social.
Sin embargo, se debe tener presente que las estrategias, actividades que las acompañan y las metas que se pueda efectuar están condicionadas por factores tanto internos como externos, un punto de referencia son las realidades que viven las comunidades. Además, comprender que los cambios sociales se dan de forma lenta y gradual por lo que los agentes externos deben realizar un proceso de retroalimentación constante con la comunidad sobre las problemáticas, avance y objetivos a conseguir en el proceso para no caer en una instrumentalización.
Para efectuar este tipo de acciones, la psicología comunitaria debe estar acompañadas de herramientas teóricas y prácticas como por ejemplo el metaplan que es una técnica de la metodología cualitativa que para Veiga et al (2020) “se define como una técnica de resolución de problemas con base cooperativa (..)” (p.1004) en donde también se hace presente la cooperación, la participación de la comunidad y un acto democrático de participación.
Otra técnica a destacar es la cartografía social ya que parafraseando Díez et al (2017) permite viajar en el territorio, ver lo que parece estar oculto en las comunidades, la construcción de este un mapa desde el intercambio de ideas, identificando acciones y conflictos que se hacen presente en los territorios genera una identidad.
Conclusiones
La psicología comunitaria es una rama de la psicología reciente, si se tiene presente que sus orígenes se encuentran a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, que se comienza a hablar de ella como señala Misitu (2004) en la conferencia celebrada en Swapscott (Boston) en 1965 su objeto de estudio todavía se debate en la actualidad ya que tiene una base psicosocial además posee procedimientos, técnicas y metodologías que comparte con la psicología social causando confusiones a nivel epistemológicas.
Ahora, la psicología comunitaria desde sus inicios ha estado vinculada a la salud mental esto debido a la concepción anglosajona sin embargo en el contexto latinoamericano responde a otras necesidades ligadas en sus inicios a movimientos y postulados como es la teología de la liberación y aportes desde Paulo Freire y Orlando Fals Borda.
De lo expuesto esta disciplina buscar el cambio en los integrantes de una comunidad, teniendo la claridad que el psicólogo no es una agente que este encima de la comunidad, sino que desde su praxis permite que la comunidad reconozca y realice cambios, pero también busca potencializar factores positivos de la comunidad.
Es fundamental poder consolidar este campo del saber por lo cual la investigación y la publicación de artículos le dará una posición en el mundo académico y podría abrir nuevos debates, además debe tender puentes con otros saberes como es la antropología o sociología para generar nuevas perspectivas.
Este tipo de disciplinas es muy importante en contexto como el colombiano ya que es un país que sufre de alexitímico es decir la incapacidad de identificar las propias emociones por lo cual como ciencia que intenta comprender al ser humano, observa la conducta estudiando los procesamientos mentales en donde están presentes las emociones, pensamientos y sentimientos, tiene un papel relevante para buscar soluciones ante la crisis de salud mental que se vive en la actualidad.
Por esto en las acciones efectuadas desde la psicología comunitaria no basta tan solo conocer las teorías, postulados de las escuelas filosóficas, debe comprender los diferentes contextos, interactuar con las diversas realidades que enfrentan las personas, criticando el rol tradicional del psicólogo que se describe como un agente que solo diagnostica para convertirlo en un actor de cambios sociales.
Finalmente, la psicología comunitaria debe dar la posibilidad de encuentros y desencuentros, partiendo donde las personas puedan contar su historia de vida, sus sentires sin sentirse juzgados. El rol del psicólogo comunitario es dialogante, apaleando a los derechos humanos y efectuando procesos de empoderamiento con las comunidades.
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