Revisiones Documentales
El múltimétodo en el quehacer investigativo de las Ciencias Sociales ¿alternativa o paradoja?
The multi-method in the social sciences research work alternative or paradox?
REVISTA EDUCARE
Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Venezuela
ISSN: 1316-6212
ISSN-e: 2244-7296
Periodicidad: Cuatrimestral
vol. 26, núm. 1, 2022
Recepción: 15 Enero 2022
Aprobación: 08 Abril 2022
Resumen: En los últimos años se han generado en diversos escenarios científicos y académicos disputas frente a la posibilidad o alternativa de realizar investigación en Ciencias Sociales a través del multimétodo. El presente artículo tiene como finalidad analizar las posturas de diversos autores en torno a este tema como integración metodológica en la investigación. La modalidad de revisión documental procura brindar algunas luces en cuanto al esclarecimiento de su significancia, implicancia, conveniencia en la práctica investigativa, cuyo análisis de contenido permite un acercamiento al tema, centrando su atención en la alternativa que involucra el uso del multimétodo en la profundización reflexiva del conocimiento del objeto, mediante el aporte independiente de cada enfoque. Además, en la paradoja que resultaría su implementación sino se contempla la argumentación teórica metodológica que lo explique. Se concluye que el multimétodo debe corresponder a la situación en estudio y la articulación coherente del marco metodológico a través de estrategias técnico operativas que ofrece ambos enfoques.
Palabras clave: multimétodo, investigación social, enfoque cuantitativo, enfoque cualitativo, integración metodológica, estrategias técnico operativas.
Abstract: In recent years, disputes have arisen in various scientific and academic scenarios regarding the possibility or alternative of conducting research in the social sciences using multimethods. The purpose of this article is to analyze the positions of various authors on multimethods as a methodological integration in research. The documentary review modality seeks to shed some light on the clarification of its significance, implication and convenience in research practice, whose content analysis allows an approach to the subject, focusing attention on the alternative that involves the use of multimethods in the reflexive deepening of the knowledge of the object, through the independent contribution of each approach. Furthermore, in the paradox that would result from its implementation if the methodological theoretical argumentation that explains it is not contemplated. It is concluded that the multimethod should correspond to the situation under study and the coherent articulation of the methodological framework through technical-operational strategies offered by both approaches.
Keywords: multimethod, social research, quantitative approach, qualitative approach, methodological integration, technical operational strategies.
Introducción
La investigación en las Ciencias Sociales ha transitado por una serie de eventos que le han permitido producir conocimientos de acuerdo a las premisas o principios epistémicos, ontológicos, filosóficos, metodológicos que las fundamenta, pleno cumplimiento metódico de las etapas explícitas que distinguen cada una de las perspectivas, como respuesta a la problemática suscitada y observada por el investigador. En este sentido, el enfoque por excelencia en este ámbito está representado por la perspectiva cualitativa, distinguida por una variedad de métodos, el hilo conductor del investigador que le permitirá cumplir con su cometido, es decir las intencionalidades planteadas dentro del proceso de la investigación, considerando los diversos aspectos que conjuga una determinada realidad social a fin de tomar decisiones pertinentes, acertadas y cónsonas con su objeto de estudio.
Por lo anteriormente señalado, el enfoque de investigación asumido por el investigador personaliza el camino a seguir para abordar la realidad, es decir, la selección de éste se dirige en función de la naturaleza del objeto de estudio. En ese transitar, el investigador conoce los pasos que lo llevarán hacia el cometido o propósito vislumbrado del estudio, a fin de generar nuevos conocimientos o bien la ampliación en el campo disciplinar. Sin embargo, el investigador no escapa de la preocupación que le produce tomar la decisión más oportuna para establecer el enfoque adecuado que responda a la naturaleza del estudio. Al respecto, Santos, Puig y Rausky (2016), manifiestan “todo conocimiento social necesita someter a la interrogación epistemológica a todas las operaciones que realice sean estas de abordaje cuantitativo, cualitativo o mixto” (p.12).
De acuerdo con este planteamiento, el investigador se plantea un gran reto, donde acontece la capacidad de dilucidar el enfoque adecuado y pertinente al objeto de estudio que le permita brindar respuestas a la realidad encontrada, partiendo de la facultad que le confiere el análisis y la reflexión, producto de una serie de interrogantes generadas de una carencia o inquietud dada, conforme su nivel de pensamiento ontológico, epistemológico y metodológico. Citando a Sánchez (2019):
La elección de uno u otro enfoque se halla determinada por la naturaleza misma del fenómeno u objeto de estudio, pues dependiendo de sus cualidades, propiedades y relaciones con otros fenómenos es que se elegirá el camino más idóneo para alcanzar de él un conocimiento más viable, fiable y, por ende, veraz (p.120).
Por lo tanto, es indispensable que el enfoque escogido reúna los elementos necesarios y sólidos que responda al contexto social de la investigación en su más amplia imagen o características particulares. Bonilla y Rodríguez (2005), afirman que es necesario “conocer la realidad social considerando las condiciones concretas de las poblaciones estudiadas” (p.70). Con esta aseveración, es preciso considerar la realidad en su contexto natural, cuya mirada se concentre en el objeto de estudio, encaminado por la pertinencia del enfoque de investigación, plena conciencia de las rasgos distintivos o virtudes que ofrece el cuantitativo, cualitativo o la integración de ambos como modalidad multimétodo, convirtiéndose en la actualidad en un desafío o dilema del investigador precisar ¿Cuál enfoque es el más pertinente?
El presente artículo intenta discernir las posturas de diversos autores en torno a la posibilidad de realizar investigación en el ámbito de las Ciencias Sociales mediante el multimétodo. La revisión documental se basa en los aportes que en los últimos años se ha puesto en relieve acerca de la alternativa o paradoja del multimétodo como integración metodológica en la investigación; además, se ofrece algunos alcances en cuanto a la concepción del multimétodo en la investigación Social. Del mismo modo, se suscita la gran interrogante ¿Integración del enfoque cuantitativo y cualitativo en la práctica investigativa en las Ciencias Sociales?; asimismo, se distingue las estrategias de integración metodológica propuesto por Morgan (1997), y Bericat (1998). Por último, se expone las conclusiones y las referencias de los autores citados.
El multimétodo ¿alternativa o paradoja?
En los últimos años, han surgido polémicos y constantes debates en diversos escenarios científicos y académicos, en torno a la posibilidad o alternativa de realizar investigación en Ciencias Sociales a través del multimétodo o métodos mixtos, es decir, la integración del enfoques cuantitativo y cualitativo como una forma o vía de producir conocimiento. De ahí que, las posturas asumidas por los investigadores sociales frente a la alternativa de vincular ambos enfoques resultan complejas, pues las principales aristas de discusión sobre la posibilidad de integración se fundamentan en los principios epistemológicos, metodológicos y ontológicos que caracteriza cada una de las perspectivas. Como señala Padrón (1992), “los enfoques epistemológicos son los responsables de las variaciones en las secuencias operativas de la investigación” (p.10)
En sintonía con el autor Padrón (1992), el investigador necesariamente debe conocer los fundamentos epistemológicos que respalda cada enfoque, de manera tal que haya una cohesión y razón de ser el empleo o integración de ambos para producir conocimiento, es decir, realizar una constante vigilancia epistemológica que le permita encaminar el proceso investigativo con el debido rigor científico, teniendo la capacidad de captar fielmente la información, analizando y reflexionando sobre los posibles errores o desviaciones que se pueden producir con el uso del multimétodo, siendo permitido un reconocimiento y mejora sobre la actuación en el campo de estudio. Así lo entrevé The Sage Encyclopedia of Qualitative Research Methods, 2008 (citado por Santos et al., 2016) “la reflexividad puede ser descripta de manera general como un compromiso por parte de los investigadores cualitativos, en la continua examinación y explicación sobre cómo ellos han influenciado en el proceso de investigación” (p.03).
El análisis precedente, revela la necesidad de una profunda reflexión que favorezca la pertinencia del enfoque escogido, pues teniendo en cuenta a Santos et al. (2016), “redefinir la investigación social en términos de su reflexividad también ilumina la relación entre aproximaciones cuantitativas y cualitativas” (p.04). En lo esencial, la reflexividad se dirige al reconocimiento del escenario de estudio en correspondencia con las estructuras cognoscitivas del investigador, tal como lo menciona Oré (2020), “el investigador reconoce y verifica sus marcos conceptuales, ontológicos e incluso ideológicos y la forma en la que estos determinan o dificultan la aproximación al campo de estudio (p.21). Como se puede inferir, es fundamental y transcendental el conocimiento en la aplicación o uso del multimétodo, pues bien es sabido, tiene serias implicancias epistemológicas, las cuales deben ser revisadas, asimismo el proceso de articulación en el marco metodológico.
Por las razones expuestas, la elección del multimétodo en la investigación social debe sustentarse sobre argumentos lo suficientemente sólidos que explique las razones de su utilización, basada en las necesidades o demandas de la realidad objeto de estudio, entendiéndose que cada enfoque ofrece un aporte independiente a través de procedimientos operativos que hacen posible su integración, respetando la naturaleza de ambos. Tal como lo confirma Ruiz (2008), al definir el uso del multimétodo:
Entendido como una estrategia de investigación en la que se utilizan dos o más procedimientos para la indagación sobre un mismo fenómeno u objeto de estudio a través de los diferentes momentos del proceso de investigación, como son: (a) la concepción de la investigación y preguntas asociadas; (b) la selección del enfoque de investigación; (c) el levantamiento y análisis de la información; y (d) la interpretación de los resultados e inferencia) (p.17).
Por otro lado, la postura de Martínez (1997), quien distingue “toda ciencia, teoría, método o investigación, sólo tienen significado o sentido a la luz de un trasfondo epistemológico de una sólida fundamentación epistémica” (p. 10). De allí pues que el uso del multimétodo debe corresponder a la situación en estudio y al contexto en que se realice, la aplicación procedimental y sistemática que aporta cada enfoque. Entonces, reconocer y replantear que existe implicaciones en la combinación o integración de ambos enfoques para abordar la realidad social, y en esa virtud, conocer los alcances de lograr superar la dificultad para aplicar de manera estricta, rigurosa los preceptos de cada perspectiva, reconociéndose las disyuntivas que presentan sus principios epistémicos. En asentimiento con este planteamiento autores como Blanco y Pirela (2016), señalan que:
La modalidad multimétodo que integra diversas estrategias provenientes de diferentes enfoques en una misma práctica investigativa, requiere una sólida argumentación teórica metodológica que justifique cada estrategia a utilizar con la finalidad de superar el desencuentro entre los enfoques cuantitativo-cualitativo que aún se percibe en ciertos espacios académicos y de investigación para favorecer, en consecuencia, un acercamiento a la complementariedad de los estilos cognitivos o metodológicos. (p. 19).
A la luz de tales consideraciones, la disyuntiva acerca de la investigación del multimétodo es rechazada por muchos estudiosos e investigadores sociales, asimismo aceptada y reconocida por una gran mayoría, cada ángulo con argumentos consentidos por la comunidad científica, tienen su valor y respeto. En definitiva, es imprescindible para el investigador la toma de conciencia en torno a la realidad que se estudia o se intenta comprender. Tal como lo expresa Sánchez (2019), al referirse a la viabilidad de multimétodo “el fruto de su mutua complementación bien pudiera dar lugar a estudios mixtos, cuando la naturaleza de la integración así lo requiera, en caso contrario resulta innecesaria por el alto esfuerzo que demanda del investigador” (p. 120).
Por su parte, Morse (2003), afirma que “en realidad no se posee plena conciencia de los propósitos y los resultados potenciales de cada paradigma, sus métodos y sus usos, aunque ello sea viable, para resultar de esa mezcla un paradigma particular” (p.14). Esta posición exige al investigador replantear su posicionamiento a partir de las bases y principios filosóficos, epistémicos que le concierne a cada enfoque de investigación, a fin de canalizar la adopción del multimétodo, con miras hacia la complejidad que reviste de escenario social de estudio. Empleando las palabras de Villegas (2010), “un esquema de análisis capaz de dar cuenta de esa complejidad, requiere mirar otras posibilidades más cercanas a una intersubjetividad enriquecida por el diálogo” (p.133).
El multimétodo en la investigación Social
El multimétodo ha sido denominada fundamentalmente por los aportes de Morse (2003); además, el apelativo de métodos o estudios mixtos ha sido empleada principalmente por Hernández, Fernández y Batista, (2014), y Campos (2009), entre otros. Sin embargo, existen otras denominaciones como enfoque mixto, enfoque integrador, diseños multimétodo, que en esencia responde a las proposiciones de numerosos estudiosos o académicos dentro del campo de la investigación social, reconociendo la posibilidad de la articulación o integración de lo cuantitativo y cualitativo. En consecuencia, estas proposiciones según Cárdenas (2019), “dependerán del planteamiento epistémico que el investigador desee darle al proceso, el aspecto que requiera ser resaltado, a la experiencia que el investigador posea en el manejo del enfoque cuantitativo y cualitativo” (p.458).
En el ámbito de las Ciencias Sociales, la elección de un determinado enfoque se desprende de las necesidades y pertinencia de la realidad social que envuelven las personas, individuos o sujetos de una comunidad especifica. Por tal razón, es indispensable para el investigador social discernir los principios o fundamentos epistemológicos que han sostenido, favorecido la evolución y avances de la humanidad, las bondades y limitaciones de cada perspectiva en relación conexa al objeto de estudio, como producto de un profundo análisis y reflexión, que permita propiciar las condiciones óptimas para la pertinencia del enfoque escogido. A juicio de Serrano et al. (2009), “se considera que cada uno de los enfoques es apropiado para determinados problemas de investigación, de modo que la decisión es un asunto técnico según la adecuación de determinada metodología a un problema de investigación concreto” (p. 09).
Pinilla, Rondón y Sánchez (2001), puntualizan que “la elección del enfoque epistemológico y metodológico depende del problema que se pretende explorar (p.41). Sobre el asunto, la adopción de un enfoque se dirige en función de la naturaleza del objeto de estudio para abordar la realidad, es decir, el proceder ordenado y sistemático para alcanzar un propósito percibido por el investigador. Es por ello que el multimétodo pretende a través de la investigación, profundizar la complejidad de la realidad social.
Según Morín (2005), “la complejidad es también una guía para la comprensión de los mecanismos funcionales del pensamiento, del conocimiento y de la acción humana. Es una guía del pensamiento considerado de nivel paradigmático” (p.21). En este sentido se comprende que la elección del multimétodo en la investigación Social no sólo debe respetar los principios que preside cada uno, sino debe encaminarse en las necesidades y exigencias de la naturaleza de la investigación desde la complejidad.
En lo que respecta al principio de la complejidad, pensamiento introducido por Morín (2005), quien considera “la necesidad de superar la forma de organizar el conocimiento de una manera simple para poder aprehender la complejidad de lo real y así integrar los modos simplificadores de pensar” (p.18). Esta declaración del autor denota la utilidad en la integración de los enfoques para investigar un escenario social, valiéndose de varios procedimientos que configure las características de la realidad, comprendida como heterogénea y dinámica, cuya producción del conocimiento es permisible en atención con las diversas configuraciones metodológicas. Por otro lado, Campos (2009), sostiene “los métodos mixtos es el tipo de investigación en el cual el investigador combina elementos de enfoques de investigación cualitativa y cuantitativa, con el propósito de ampliar y profundizar la comprensión y corroboración” (p.36).
Entre tanto, Sandín (2003), refiere “si se adopta una postura equilibrada y flexible entre los métodos en una investigación, se hará posible la liberación de una excesiva rigidez de los nexos de posicionamientos meta-teórico y de técnicas aplicadas, para abordar una actitud integradora de posibilidades” (p.19). Este consenso dirige su atención en la integración de ambos enfoques concebida en la metodología adoptada por el investigador, haciendo hincapié en las técnicas y los instrumentos empleados para la recolección de datos que promueva o bien ofrezca una proximidad con la realidad social a fin dar respuesta a la problemática observada. En la opinión de Sánchez (2019):
Allí donde el fenómeno tenga una complejidad tal que implique tanto medir como comprender a través de la interpretación y descripción detallada del fenómeno para explicar su origen y aplicar los mejores métodos de solución del problema, es preciso recurrir al enfoque mixto, con predominancia en uno de los dos enfoques dependiendo de la demanda y necesidad de la problemática que se aborde (p.119).
Recurrir al multimétodo significaría reconocer las contradicciones y los acercamientos que se han logrado explicar con su implementación y, por ende, la comprensión de la realidad social, logrando un nivel de credibilidad conforme con los conocimientos obtenidos producto de una imparcialidad y rigurosidad al momento de construirlos. Como lo hace notar Hernández et al. (2014), “el rigor de los estudios mixtos incorpora varios elementos para la calidad, sus procedimientos y resultados, de los cuales destacan: 1) rigor interpretativo, 2) calidad en el diseño y 3) legitimidad” (p. 580). De tal forma, la rigurosidad de estos estudios estila en los criterios establecidos por el investigador ceñidos en los procedimientos de la metodología, pleno respeto de la independencia que tienen los enfoques cuantitativo y cualitativo para fines comunes.
En todo caso, involucraría puntualizar su atención en las interrogantes y las intencionalidades que formula el investigador en relación al objeto de estudio; cómo deben ser estructuradas y la manera en que deben explicarse los resultados de la investigación científica. Serrano et al. (2009), declara “no se llega a una articulación plena sino hay una exposición correlativa de los resultados siguiendo la propuesta de objetivos” (p.15). Por ello vale la pena reiterar, un análisis crítico reflexivo que brinde luces en la dirección correcta, que bien pueda representar la acepción del uso del multimétodo para explicar una realidad, objeto de estudio. Como dice Villegas (2010), “el esfuerzo debe orientarse a desaprender la manera tradicional de interrogarse, es decir, hacerse preguntas distintas respecto a los mismos problemas, ya que en cada pregunta va implícita una determinada visión del mundo” (p.134).
En resumidas cuentas, el verdadero sentido de la investigación estriba en la capacidad de generar conocimientos lo más real y cercano posible a la realidad, siendo relevantes, con procedimientos claros y justificables, cuyos resultados se puedan confrontar. Desde el punto de vista de Ruiz (2008), “el uso de diferentes métodos, estrategias y procedimientos de investigación para indagar sobre un mismo fenómeno de estudio constituye un hecho reciente y novedoso que ha tenido una rápida aceptación en diferentes áreas y contexto de investigación” (p.18). Resulta claro, la amplia y profunda comprensión de la realidad, teniendo en consideración que su integración debe responder a las exigencias del contexto social o fenómeno de estudio, a las intencionalidades planteadas por el investigador, a fin de lograr la credibilidad y rigurosidad de los hallazgos encontrados, realmente significativos. Hernández-Sampieri y Mendoza (2018), definen el multimétodo como:
Conjunto de procesos sistemáticos, empíricos y críticos de investigación e implican la recolección y el análisis de datos cuantitativos y cualitativos, así como su integración y discusión conjunta, para realizar inferencias producto de toda la información recabada (metainferencias) y lograr un mayor entendimiento del fenómeno bajo estudio (p.612).
Partiendo de los supuestos anteriores, la realidad social implica respetar sus particularidades, cuya producción de conocimientos debe desprenderse de esas heterogeneidades. En este contexto, conviene destacar el aporte de Morgan, 1997 (citado por Aldana 2007), quien asevera que se requiere una actitud de “prudencia metodológica sin la cual no tendría sentido hablar de verdaderos diseños multimétodos sino, más bien de meras yuxtaposiciones desordenadas o agrupamientos absurdos” (p.55). Por esto, la importancia que reviste la pertinencia de dirigir una investigación con el uso del multimétodo, la posibilidad de canalizar y articular la coherencia entre la realidad y la metodología empleada. Tal como lo hace notar Fuenmayor y Bittar (2017), aseverando “la combinación debe ser el resultado de la eficiencia y satisfacción tanto del investigador como de la pertinencia social de la investigación desde el reto de la reflexión implicada para su comprensión” (p. 6).
El multimétodo ha acrecentado no sólo la discusión y el debate como bien se ha mencionado, sino ha generado un desconcierto e incertidumbre en cuanto la pretensión de su validez y por ende el uso de procedimientos metodológicos que combinen ambas perspectivas. La valoración de lo cuantitativo y lo cualitativo dentro de una vía o alternativa de investigación, respetando las peculiaridades de cada uno es una gran responsabilidad y compromiso profundo por parte del investigador social, pues tiene sobre sus espaldas dar cuenta no sólo de la complejidad de la realidad social sino de la rigurosidad en los procedimientos realizados. Piñero, Rivera y Esteban (2019), señalan que:
La posibilidad de combinación, integración, complementaridad o multiuso, puede desarrollarse desde el nivel procedimental, y en función de las necesidades epistemológicas del investigador en tanto las intencionalidades a las que apunte en el abordaje de su objeto de estudio a objeto de conocimiento (pp.142-143).
Con base a la situación descrita, el investigador debe dirigir su atención en la elección del enfoque que le sirva de guía en el desarrollo de la investigación a partir de su delimitación y focalización de la naturaleza del estudio, considerando la realidad en su complejidad, abordada desde múltiples puntos de vista, capaz de hacer un análisis sistemático, centrado en el objeto de estudio sin perderlo de vista. Ciertamente ese abordaje estila en la pertinencia del enfoque de investigación o bien partiendo de las bondades que ofrece la integración de lo cualitativo y cuantitativo, siendo éste el gran dilema del investigador social. Descartes (1959), señalaba en su discurso del método “no viene de que unos seamos más razonables que otros, sino del hecho que conducimos nuestros pensamientos por diversas vías y no consideramos las mismas cosas” (p.28).
De tal manera que el enfoque de investigación social será pertinente en la medida que el investigador haga uso correcto de él. Por esta razón, es importante la necesidad de dirigir esfuerzos hacia el análisis exhaustivo de la realidad social, tal como lo mencionan Bonilla y Rodríguez (2005), “el problema no debe estribar en establecer qué método de conocimiento es mejor, sino cuál es el más pertinente para explicar la realidad social” (p.73). El planteamiento de los autores antes mencionados, se refiere a la adopción de una postura especifica en sintonía con el escenario de estudio y las necesidades que ésta revela. En otras palabras, se trata de dirigir esfuerzos en concebir un diseño metodológico apropiado que permita dar respuesta a la problemática observada, atendiendo su fundamentación epistemológica, filosófica, ontológica, armónicos a las intencionalidades que se ha propuesto el investigador con el fin último de explicar o bien transformar la realidad.
¿Integración del enfoque cuantitativo y cualitativo en la práctica investigativa en las Ciencias Sociales?
El enfoque cuantitativo por excelencia ha mantenido una excepcional aceptación por los investigadores tanto en las Ciencias Naturales como las Ciencias Sociales, permitiéndoles la formulación de hipótesis y, por ende, la Operacionalización de variables, la recolección de la información, la cual es procesada y analizada bajo procedimientos netamente estadísticos, con el propósito de presentar los respectivos resultados que viabilice aceptar o rechazar las hipótesis planteadas. Por otra parte, el enfoque cualitativo nace del interés del investigador por captar la realidad social a través de los sentidos, la observación, la interpretación, el análisis, la reflexión permanente, cuyo centro de atención es el comportamiento de los individuos dentro de un contexto determinado. Von (1912), en su obra literaria, explicación y comprensión, señalaba “cuestionar el papel de las leyes generales en la explicación científica y plantear el problema de si la construcción teórica es intrínsecamente un mismo género de empresa tanto en las Ciencias Naturales como Sociales” (p. 18).
En la perspectiva que se adopte, el investigador debe desarrollar capacidades de análisis y una profunda reflexión en torno a la naturaleza de la investigación que le permitan comprender desde lo cuantitativo y lo cualitativo la realidad objeto de estudio. Teniendo en cuenta a Bassi (2014), “las metodologías cuantitativas operan variabilizando la realidad; las metodologías cualitativas atienden a la cualidad: no convierten la realidad en variables, sino que describen sus características en términos comprensivos, es decir, con palabras” (p.10). En otras palabras, una investigación como meditación filosófica no se orienta en la acumulación de hechos científicos, sino en dilucidar, mediante el riguroso análisis reflexivo del pensamiento, la pertinencia de una metodología que dé cuenta de las interrogantes y las intencionalidades planteadas en un contexto determinado. De allí que Fuenmayor y Bittar (2017), sostienen que “las interrogantes revelan los diferentes niveles interrelacionados de las decisiones que se deben tomar dentro del proceso para diseñar una investigación. Además, ellas formulan una opción de enfoque” (p.25).
En tal sentido, la toma de decisiones acerca de la adopción de un enfoque responde a las interrogantes generadas y su vez, la forma de cómo obtener y analizar los datos. Tal como lo refiere Fuenmayor y Bittar (2017), “los pasos preliminares son para valorar las concepciones de conocimiento, considerar la estrategia de indagación que se usará, e identificar los métodos específicos. Aplicando estos tres elementos, un investigador puede entonces identificar el enfoque cuantitativo, cualitativo o multimétodo para investigar” (p.26). Se explica entonces, la necesidad de precisar las particularidades de un fenómeno de estudio, entendiéndose que cada enfoque puede ser susceptible en relación a la naturaleza de intervención, asimismo en la elección de los métodos, técnicas e instrumentos.
Pinilla et al. (2001), consideran “el investigador debe ser ágil para reflexionar sobre la particularidad del problema y del grupo que investiga, y para definir el enfoque metodológico o los elementos que debe seleccionar como medio para conocer el fenómeno con una visión holística” (p.44). Toda reflexión se inscribe en el conocimiento del objeto de estudio, en la pertinencia de lo que se intenta indagar y por tal razón, la integración del enfoque cuantitativo y cualitativo no representa la solución a cualquier problemática o inquietud, tampoco puede aplicarse a todo escenario de investigación, porque se entiende las limitaciones referidas a su propia naturaleza.
Bassi (2014), refiere “la distinción cuali/cuanti no es crucial para las ciencias sociales, que lo que relevante es reflexionar acerca de los métodos/técnicas empleadas/as y no, sin más, aplicarlos/as acríticamente, como lo haría un/a técnico/a "en piloto automático" (p.10). Frente a este escenario, resulta interesante los planteamientos de Blanco y Pirela (2016), para quienes existe la posibilidad de “una alternativa de integración para la producción del conocimiento, expresada a través de estrategias técnicas operativas como la combinación, la triangulación y la complementación” (p.6). Lo señalado por los autores invita a la superación del discurso de la incompatibilidad o contradicción entre la integración de los enfoques cuantitativo y cualitativo, armonizando con las proposiciones de Piñero et al. (2019), quienes aseveran que “la viabilidad puede desarrollarse en la dimensión técnico operativo o procedimental, orientado hacia el abordaje comprensivo o crítico de un objeto de estudio” (p.143).
En este contexto, se podría emplear esta modalidad de integración, haciendo uso de estrategias metodológicas de tipo operativas, que permita enfocar la realidad con rigurosidad y, por ende, obtener hallazgos realmente significativos, pues la naturaleza y esencia de las Ciencias Sociales es dinámica, flexible y abierta. Tal planteamiento, lo sostienen Santos et al. (2016), al explicar “como desafío contribuir a la interrelación entre los métodos mixtos y la reflexividad con énfasis en una dimensión teórica y/o metódico-técnica” (p.06).Dicho de otro modo, la integración de los enfoques tendría sentido desde una dimensión metódico- técnica que sintonice y armonice con una constante reflexividad como un puente potencialmente valioso en la práctica investigativa, o bien en su sentido más amplio “como forma que habilita a pensar lo que se hace” (Santos et al., 2016, p.11)
Alternativas de Estrategias de Integración Metodológica
Resulta interesante que los investigadores sociales asuman el reto de producir el conocimiento desde el uso del multimétodo, entendiéndose que no sólo es importante los criterios o aspectos cuantificables, sino además los no cuantificables. Para este cometido, es indispensable el conocimiento de las estrategias técnico operativo metodológico aplicadas en la integración de los enfoques, que le permitan encaminar acertadamente la investigación, teniendo la capacidad de validar de manera eficiente los resultados de sus investigaciones apegados a la realidad social observada. Según Fuenmayor y Bittar (2017), “la unificación o combinación de metodologías, implica la contingencia de hacer converger en una misma intencionalidad investigativa, los métodos cualitativos y cuantitativos, de tal manera que esta posibilidad, permite sustentar la integración metodológica” (p.20).
Para Pinilla et al. (2001), “los momentos de integración son aquellos que surgen en el diseño de la investigación, en la recolección de datos, y en el análisis de los mismos “(p. 43). Para ilustrar esto, cabe señalar las estrategias de integración metodológica propuestas en el siglo XX por Morgan (1997), y Bericat (1998), las cuales siguen siendo vigentes y practicadas en la actualidad. Así, la integración metodológica según los autores mencionados, consisten en tres (3) estrategias: complementación, combinación y triangulación (ver cuadro 1):
Estrategia | Enfoque | Propósito | Estrategia de Validación | Denominaciones |
Complementación | Aplicación independiente de cada enfoque | Dos visiones independientes pero complementarias | Triangulación de resultados | Secuencia Modelo de dos etapas |
Combinación | Un enfoque principal/uno secundario | Equilibrar debilidades e inconsistencia del enfoque principal | Combinación metodológica/ Fortalecer legitimidad | Modelo de enfoque dominante /simultaneo |
Triangulación | Todas las fases simultaneo | Obtener una visión integral/ compleja/ incrementar la confianza | Convergencia/ consonancia de resultados | Modelo estratégico múltiple |
1.- La Complementación. Simboliza la autonomía de cada enfoque en concordancia a las interrogantes que se formula en un determinado espacio social, destacando los rasgos distintivos de cada uno. Blanco y Pirela (2016), lo conciben como “una estrategia de integración multimétodo utilizada en una investigación en la cual, teniendo un sólo objeto de estudio, se aplican ambos enfoques, el cualitativo y el cuantitativo, obteniendo dos imágenes, una proveniente de cada enfoque” (p. 18). Sucede, pues, que los resultados de una investigación multimétodo se expondrían en dos latitudes como consecuencia de la aplicación de técnicas metodológicas de ambos enfoques, mostrando dos perspectivas complementarias que explican un fenómeno de estudio. Tal como señala Fuenmayor y Bittar (ob.cit), “como estrategia profundiza la independencia de métodos y de resultados” (p.30).
2.- La Combinación. Se contempla el predominio de un enfoque sobre el otro. Morse (2003), revela como “enfoque simultáneo, donde una estrategia se subordina a la otra, pudiendo ser descrito de igual forma, como modelo de enfoque principal, de gran uso en los escenarios académicos y científicos” (p.29). Sin duda, esta estrategia de integración multimétodo destaca un enfoque por excelencia en relación al otro, que bien se unifican para dar cuenta de una realidad. Como reseña Blanco y Pirela (2016), “el objetivo simplemente es la combinación metodológica, los resultados obtenidos se fortalecen anexándole un componente de otro enfoque, bien sea en el momento del diseño, la recolección de datos o el análisis” (p. 21).
3.- La Triangulación. Esta estrategia como práctica multimétodo favorece una visión amplia e integral del mismo objeto de estudio, canalizando la fusión y convergencia de los resultados que permita explicar la realidad estudiada. Esta proposición de la triangulación, es concebida por Ruiz, 2008 (citado por Blanco y Pirela, 2016), al puntualizar:
La primera variante es la llamada triangulación intramétodo, donde el investigador, a partir de un mismo enfoque, toma diferentes técnicas y estrategias buscando reforzar la confiabilidad y validez del dato, coincidiendo con el enfoque multimétodo intraparadigmático; la segunda variante es la triangulación entre métodos, que ocurre cuando diversas técnicas y estrategias de los diferentes enfoques son aplicadas al mismo objeto de estudio lo cual arroja complejidad al diseño de investigación que se realice, convergiendo con el enfoque multimétodo interparadigmático. (p.13-14)
Martínez (2002), destaca que la elección de un “enfoque de investigación es consecuencia directa de los fundamentos epistemológicos y ontológicos con sus respectivas derivaciones metódicas, técnicas e instrumentales, por lo que la vinculación entre ambos es sólo posible considerando el nivel metodológico mediante ejercicios de triangulación” (p.45). Dicho de otro modo, la articulación está referida al uso del multimétodo de investigación, como una unidad coherente, respetando los principios que rigen cada uno, cónsono a las necesidades y exigencias de la naturaleza de la investigación. Asimismo, Creswell et al., 2003 (citado por López, 2015), puntualiza “implica la recopilación o análisis de datos cuantitativos y /o cualitativos en un solo estudio e implican la integración en el proceso de investigación” (p. 154)
Desde la posición de Blanco y Pirela (2016) “tanto la triangulación intramétodo como la intermétodo están asociadas al concepto de validez de criterio, particularmente a la validez convergente o concurrente” (p.15). Con esta finalidad, se busca la comunión en la validez de criterio, relacionándose y comparándose los resultados obtenidos para darle una consistencia a la investigación. Así pues, al considerarse los aspectos objetivos y subjetivos de la realidad social, en su máxima expresión, estaría asumiendo el lenguaje que distingue al multimétodo como una vía alternativa a los problemas que enfrenta la sociedad; a su vez, la interacción de los individuos dentro de un contexto con sus respectivas particularidades y heterogeneidades como factores subjetivos de dicha realidad social.
Del Canto y Silva (2013), aluden que “las perspectivas cualitativas y cuantitativas más que perspectivas “discretas y enfrentadas”, están más o menos presentes o están más o menos ausentes, según se acerque/aleje a cada uno de los dos polos” (32). La postura de los autores entrevé el proceso conveniente que conllevé la integración de ambos enfoques, valiéndose de estrategias técnico operativas, tales como la triangulación para lograr obtener una perspectiva amplia del fenómeno estudiado. Como enuncia Fuenmayor y Bittar (2017), “la triangulación multimétodo, deriva relacionando dentro de un mismo estudio la triangulación de datos, de investigadores, la teórica, y la metodológica” (p.20).
En líneas generales, la triangulación como estrategia de integración metodológica por excelencia combina teorías, datos, fuentes, métodos, teniendo en cuenta la autonomía distintiva en la aplicación de ambos enfoques o perspectivas cuanti-cuali, es decir, respetando las características que los definen como campos de intervención investigativa, con la mirada puesta hacia un fenómeno particular que demanda afrontarlo en un contexto social complejo y heterogénea, cuya unificación convergente se concreta en los resultados, distinguiendo la necesidad reciproca de aprehender la misma realidad. Teniendo en cuenta a Granados (2016), “las técnicas de recolección de información, como posteriormente los procedimientos de análisis se realizan de manera simultánea; sus resultados se combinan, comparan y se complementan para darle mayor congruencia al capítulo conclusivo de la investigación científica” (p.195).
Conclusiones
En conclusión, el presente artículo intenta brindar a través de la literatura de algunos estudiosos e investigadores las posturas a favor y en contra del multimétodo como vía alterna de investigación social. Además, es entendible que no se puede descartar una alternativa de acercarse a la realidad social, pues la historia ha demostrado lo impredecible que puede resultar una perspectiva, tal como aconteció con el enfoque cuantitativo dentro de las ciencias sociales, pues coartaba la realidad social, reduciéndola, minimizándola para forzarla de acuerdo con las exigencias del mismo; claro está, su posición es respetable, puesto que gracias a ella el mundo ha avanzado y se ha globalizado para el bien de la humanidad; sin embargo, su concepción en tiempos de la posmodernidad era parcializada.
Entre tanto, el camino asumido por el investigador en el multimétodo, requiere el estudio de las particularidades del fenómeno estudiado, sin permitir ningún tipo de distorsión o sesgo que lo separe de la realidad social observada; no obstante, es preciso realizar una vigilancia epistemológica que certifique su implementación, pues bien es sabido existen serias implicancias, las cuales deben ser revisadas, asimismo la articulación coherente en el marco metodológico a través de estrategias técnico operativas como bien se ha reseñado. Esto significa que su implementación debe corresponder de manera armónica a la situación en estudio y al contexto en que se realice, la aplicación procedimental y sistemática que aporta cada enfoque. Al respecto, Campos (2009), “El uso de técnicas analíticas cuantitativas y cualitativas, de manera concurrente o secuencial, en alguna etapa del estudio, comienza con la selección, recolección de datos, procesamiento y su consecuente interpretación, ya sea en forma paralela, integrada o interactiva” (p.82).
Es innegable el terreno que ha logrado conquistar el multimétodo como investigación social; sin embargo, esto no significa que es la panacea que resolverá o explicará los problemas o eventos sociales suscitados en el seno de la sociedad, no es una garantía de calidad en la producción de conocimiento, pues necesariamente se debe justificar su implementación con suficientes argumentos que certifiquen su práctica. En consecuencia, sería conveniente y oportuno un análisis de las estrategias técnico operativas, es decir, la imperiosa necesidad de establecer las relaciones de eventos externos (objetivo) y la manera como las personas o sujetos experimentan sus acciones (subjetivo), observando y analizando las prácticas incorporadas en la selección, recolección y análisis en una investigación multimétodo.
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