Articulos
Recepción: 10 Octubre 2022
Aprobación: 17 Diciembre 2022
Resumen: El presente artículo académico pretende mostrar que el factor económico es el principal causante de la deserción estudiantil universitaria en Centroamérica. Para ello se hizo una revisión de diversos autores que expresen que el factor económico es uno de los factores principales que ocasionan que el estudiante deserte de su formación profesional. También, se mencionan los hallazgos de investigaciones realizadas en países centroamericanos que evidencien empíricamente que el factor económico es la principal causa de abandono en el contexto estudiantil universitario. Asimismo, se abordan otros tipos de factores que están relacionados con la deserción universitaria y las consecuencias que puede ocasionar la deserción universitaria tanto a los estudiantes como a la sociedad. Se concluye, mediante la fundamentación teórica y la evidencia empírica de otros estudios, que el factor económico es el principal causante de la deserción estudiantil en la mayoría de los países centroamericanos.
Palabras clave: Deserción universitaria - América Central, Estudiantes universitarios - América Central - Condiciones económicas, Educación superior - América Central.
Abstract: This academic article aims to show that the economic factor is the main cause of university student dropout rates in Central America. With this in mind, a review of different authors who say that the economic factor is one of the main elements that make students to drop out of their professional training was made. Also, the findings of researches carried out in Central American countries and which empirically show that the economic factor is the main cause for students to drop out within the university context are mentioned. Likewise, other types of factors that are related to university dropout rates and the consequences for both students and society are addressed. It is concluded through the theoretical foundation and the empirical evidence of other studies that the economic factor is the main cause of student dropout rates in most Central American countries.
Keywords: University dropout - Central America, University Students - Central America - Economic conditions, Higher education - Central America.
Introducción
El concepto de la deserción estudiantil es un tema que a cualquier centro de educación en general llama su atención debido a que esta situación causa un incremento en la marginación y la exclusión (Venegas- Álvarez et al., 2017). En el caso de la deserción en el nivel universitario no es la excepción, puesto que el tener estudiantes que abandonen total o parcialmente su formación profesional afecta no solo a estas instituciones, sino que, además, a la sociedad, debido a que es una pérdida de un futuro profesional que cubra las demandas tanto sociales como del mercado laboral (Flamenco-Cortez y Lobos-Rivera, 2022).
El término deserción estudiantil ha sido definido por múltiples autores. Por un lado, Himmel (2005) describe este fenómeno como el abandono prematuro de un programa de estudios previo a alcanzar su título de grado. Por otro lado, Basualdo (2005) explica que la deserción es un proceso de abandono, sea este voluntario o forzoso, de la carrera en la que se matricula un estudiante. Tinto (1982) agrega que la deserción es una situación a la cual el estudiante debe enfrentarse cuando sus proyectos educativos no pueden concluirse. Los factores que pueden causar que el estudiante deserte total o parcialmente de sus estudios universitarios, son varios; no obstante, estos pueden agruparse según la perspectiva de diversos autores. Algunos indican que estos factores están relacionados con lo socioeconómico, la personalidad, lo sociocultural y con los de índole académico (Ventura-Romero et al., 2019), otros autores describen que son un total de cinco dimensiones: psicológica, sociológica, económica, institucional y de interacción (Roland et al., 2018; Tinto, 1993).
En el contexto centroamericano la deserción universitaria es un tema de interés para los centros educativos. Si bien existen múltiples factores involucrados dentro de este constructo, las dificultades económicas por las que atraviesan los países de la región ocasiona que el estudiante tome la decisión de desertar de su formación profesional, provocando consecuencias tanto a los estudiantes desertores como a la sociedad. Por ello, los factores como la economía de cada país, la franja de extrema pobreza, las remesas, la dificultad para obtener un empleo, así como la falta de oportunidad para estudiar y trabajar al mismo tiempo, ocasionan que los estudiantes universitarios tomen la decisión de abandonar total o parcialmente sus estudios.
Desarrollo
El principal factor que ocasiona que el estudiante tome la decisión de desertar de su formación profesional está relacionado con lo económico.
El ingreso a una institución universitaria es un momento único en cualquier persona que pretenda desempeñar un papel en la sociedad. Es un evento en el cual tanto el mismo individuo que ingresa a la universidad como las personas que le rodean manifiestan un sentimiento de orgullo por su decisión. Sin embargo, el estudiante gradualmente percibirá una serie de situaciones que pueden dificultar su proceso formativo, pero el principal será aquel que está relacionado con lo económico. Este factor cobra mayor importancia al momento de ingresar a la universidad, puesto que es en ese momento donde los estudiantes deben considerar sus condiciones económicas para una mejor toma de decisiones (Tinto,1987).
Diversos autores expresan que el principal factor que ocasiona que el estudiante tome la decisión de desertar de su formación profesional está relacionado con lo económico. Para mencionar algunos, Brea-de Carbajal (2004) sostiene que los factores en orden de importancia el más influyente es el que está relacionado con aspectos económicos. Cortez (2005) también hace alusión a que la causa del abandono estudiantil es la urgencia de contar con recursos económicos para cubrir sus necesidades, lo cual se soluciona con una oportunidad de empleo que encuentre. Del mismo modo, Ruiz (2007, como se cita en Rosario, 2020) sostiene que el estudiante deserta de sus estudios debido a que no cuenta con los recursos económicos necesarios y que este provenga de un hogar con condiciones socioeconómicas poco favorables.
Lo anteriormente mencionado está directamente relacionado con la realidad de los países centroamericanos. Primero, la economía de cada país, especialmente El Salvador, Honduras, Nicaragua y Guatemala, presentan un déficit en su economía. Rodas-Martini (2020) expresa que estos países cuentan con un pobre rendimiento, esto debido a su bajo PIB per cápita, su distribución de ingresos, desarrollo humano, solvencia financiera, entre otros.
La economía de cada país es importante para el buen desempeño dentro del contexto educativo universitario, debido a que si sus ciudadanos no poseen ingresos económicos suficientes deben ajustar su estilo de vida, convirtiendo la educación superior una posibilidad limitada solo para aquellas personas que tienen ingresos económicos por encima de la media. Lo anterior aplica para cualquier institución universitaria, debido a que no solo se contempla como una inversión las matrículas y las cuotas, también deben considerarse otros insumos como los materiales por utilizar en el centro educativo (útiles escolares, herramientas específicas según la carrera que estudia, alimentación, traslado de su domicilio a la universidad, gasto en material complementario como fotocopias, impresiones, entre otros). Todo ello ocasiona que el estudiante valore si ingresar a la universidad fue una decisión acertada o no, debido al alto costo de inversión que esta genera.
En segundo lugar, los países centroamericanos cuentan con una franja de extrema pobreza que afecta a sus ciudadanos. Según el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA, 2021), El Salvador cuenta con un 30,4 % de pobreza y 5,6 % de pobreza extrema, Guatemala posee un 50,5 % de pobreza y 15,4 % de pobreza extrema, Honduras tiene un 52.3 % de pobreza y 20,0 % de pobreza extrema, Nicaragua tiene un 46,3 % de pobreza y 18,3 % de pobreza extrema, y Costa Rica con 16,5 % de pobreza y 3,4 % de pobreza extrema, siendo este último el que tiene las cifras más bajas en comparación con el resto de países mencionados. Estos datos refuerzan que una parte significativa de cada país tienen dificultades económicas para costear estudios de educación universitaria, inclusive quienes no se encuentren en estas cifras podrían en un momento determinado presentar complicaciones para invertir en una formación profesional, puesto que, si la persona que trabaja perdiera su empleo, difícilmente encontraría otro en poco tiempo, por consiguiente, el estudiante puede tomar la decisión (sea por sí mismo o por consejo de quien brinda la ayuda económica) de abandonar sus estudios universitarios de manera temporal o permanente para apoyar en otros gastos que considera de mayor importancia en su entorno familiar (Hernández et al., 2009).
Otro factor importante es la dificultad para obtener un empleo, dado que, si los padres u otros familiares no pueden continuar ayudando económicamente en su educación universitaria, el estudiante se ve obligado a buscar un empleo, sea este formal o informal. En ocasiones el estudiante puede sentirse más cómodo trabajando que estudiando, por lo que puede provocar que este prefiera trabajar y suspender sus estudios, o puede generarlo otro factor, el cual es la falta de oportunidad para estudiar y trabajar al mismo tiempo.
En ambas situaciones, el estudiante se encuentra presionado a tomar una decisión que beneficie su diario vivir. Puede ocurrir que la persona obtenga un empleo, el cual generará una presión significativa en el cumplimiento de metas para obtener su sueldo o salario. Sin embargo, también se sumará la presión académica, lo que conlleva a desarrollar cansancio emocional y estrés por trabajar y estudiar al mismo tiempo (Caballero et al., 2007;Flores-López, 2018), lo que ocasionará que el estudiante tome la decisión de dedicarse a una sola actividad, y de elegir continuar laborando, suspenderá sus estudios universitarios, puesto que valorará ganar dinero e invertir en otras áreas y no en su formación profesional.
Todo adulto espera introducirse al mercado laboral; sin embargo, si el individuo está en su proceso de formación en el contexto universitario, se espera que primero culmine la misma para después buscar un empleo acorde a su profesión. No obstante, la realidad de los países centroamericanos es que para optar por estudiar en una institución universitaria este debe trabajar y estudiar al mismo tiempo, debido a que la falta de recursos económicos obliga a los estudiantes a obtener un empleo que no brinda las condiciones necesarias para que pueda también dedicar un tiempo a sus actividades académicas, afectando directamente en las probabilidades de que el estudiante continúe sus estudios o deserte de estos (Bermúdez-Pedraza et al., 2018).
El último factor económico son las remesas familiares. El SICA (2021) reportó que los ingresos de remesas familiares anuales relacionados con el PIB son los siguientes: El Salvador y Honduras tuvieron ingresos del 24,0 % cada uno, seguidos por Nicaragua y Guatemala, con un 14,7 % y 14,6 %, respectivamente, y Costa Rica, con un 0,8 %. Estas remesas benefician a muchas familias en la región centroamericana, por lo que no sorprende que este ingreso económico también sea dirigido a un estudiante universitario. Si un estudiante dejara de recibir la ayuda mediante remesa y este no cuenta con un empleo u otro apoyo económico, el riesgo de desertar de sus estudios incrementa considerablemente. Por ello, el envío de remesas es un factor importante para aquellos estudiantes universitarios que por medio de esta ayuda pueda cubrir sus gastos educativos.
La deserción universitaria es un fenómeno frecuente en la mayoría de los países latinoamericanos (Rosario, 2020). Por ello, en Centroamérica cobra mayor interés el conocer mediante la evidencia empírica de otros estudios si realmente el factor económico (o socioeconómico) es el principal causante de que el estudiante tome la decisión de abandonar sus estudios universitarios. En América Central existen diversas investigaciones relacionadas con la deserción estudiantil universitaria. En el caso de El Salvador se han encontrado tres estudios relacionados con esta temática.
La primera, realizada por Represa (2013), la cual trata acerca de las principales causas de la deserción en estudiantes de la Universidad Católica de El Salvador, en el cual se evidencia que, en el factor económico, los estudiantes presentan dificultades con respecto al retraso de pago de la cuota mensual, escasez de viáticos, dificultades con tareas que tengan un alto costo y la compra de insumos necesarios para alguna asignatura.
Lo anterior puede estar relacionado con la realidad económica de las familias salvadoreñas, debido a los reducidos ingresos que pueden generarse dentro de estas. El invertir en la educación universitaria se convierte en un sacrificio en el cual la familia contribuye no solo en el pago de matrícula y cuotas, sino que, además, se suman los talleres, cursos, seminarios, materiales según la carrera, entre otros, los cuales pueden, además de desmotivar al estudiante, también desarrolla frustración en los padres para continuar ayudando económicamente. Por ello, el estudiante valora si debe continuar estudiando o buscar un empleo que se ajuste a sus horarios académicos; de lo contrario, deberá tomar la decisión de desertar de sus estudios.
La segunda investigación encontrada fue hecha por Zavaleta-de Quezada (2020), abordó las condiciones de vida y origen familiar del estudiantado vinculados al fenómeno de la deserción o la permanencia universitaria en el primer año de la carrera Técnico en Gestión y Desarrollo Turístico en la Universidad Católica de El Salvador, identificó que los desertores se ven afectados por las limitantes económicas y por la falta de apoyo familiar.
La tercera y última investigación salvadoreña es la ejecutada por Ventura-Romero (2021), quien evaluó los factores asociados a las causas de la deserción estudiantil en instituciones de educación superior de El Salvador, encontrando que el principal factor que afecta a los estudiantes que han desertado de sus estudios es el socioeconómico. Los indicadores con mayor afectación fueron la dificultad para realizar los pagos de la universidad, gasto de materiales (libros, folletos, entre otros), los padres tienen dificultad para cubrir gastos universitarios adicionales y dificultades para costear su alimentación dentro del centro educativo o sus alrededores.
El factor socioeconómico afectó mayormente a los estudiantes que se encuentran entre el séptimo y décimo ciclo, aquellos que desertaron de la universidad más de una vez, quienes tienen edades de 23 o más años, tienen hijos, quienes trabajan y tienen un empleo parcial, quienes estudiaron su bachillerato en una institución pública, quienes pagan sus estudios con ingresos propios, con ayuda de otros familiares que no sean sus padres y quienes adquieren un crédito educativo o programa de beca (Ventura-Romero, 2021).
En Guatemala, Tavico (2021) realizó un estudio tomando como muestra a 68 estudiantes que desertaron del Centro Universitario de Quiché. Los resultados mostraron que el 68 % de la muestra evaluada tomó la decisión de desertar de sus estudios debido a problemas económicos. Del mismo modo, Sandoval-Elías (2021) evidenció, mediante su investigación realizada durante la pandemia COVID-19, que los estudiantes se retiraron de sus clases debido a que no contaban con los recursos tecnológicos y económicos para mantener una conectividad; por tal razón, presentaban dificultades para realizar tareas y actividades.
En Honduras existe poca evidencia sobre el abandono de los estudios en el contexto universitario. Se encontró un estudio (Salgado, 2001) donde se expresa que del 35 % de los estudiantes que ingresan a la universidad desertan de sus estudios, considerado como uno de los principales factores el hecho de que la mayoría desempeña un trabajo. Con respecto a Belice no se encontró ninguna investigación relacionada con la deserción estudiantil universitaria.
En Nicaragua existen estudios que demostraron que el factor económico es el principal causante de la deserción universitaria. En un primer momento, en una investigación realizada por Chow-White (2021) y Flores- López (2018) evidenciaron que el índice de deserción fue del 34 %, siendo la principal causa que incidió en esta el factor económico. Del mismo modo, Rizo- Rodríguez (2020), en su investigación, encontró que los principales factores que inciden en la deserción estudiantil universitaria fueron el factor socioeconómico y el laboral. Asimismo, una investigación realizada por Sevilla-Núñez et al. (2010) demostró que las causas socioeconómicas de la deserción estudiantil universitaria son el desempleo, la actividad laboral y la falta de apoyo familiar.
En Costa Rica, dos estudios (González-Kopper, 2017;Montero-Méndez et al., 2021) demostraron que el principal factor que ocasiona que el estudiante deserte de su formación profesional universitaria es el económico. No obstante, en otras investigaciones, como la de Abarca-Rodríguez y Sánchez-Vindas (2005), revelaron que el factor económico no es determinante para que el estudiante deserte de sus estudios universitarios. Del mismo modo, Hidalgo-Mora (2019) demostró con su estudio que la deserción se debe al bajo rendimiento académico, los conocimientos previos y los hábitos de estudio. Por último, Hernández- Jiménez et al. (2020) encontraron que las variables motivacionales son las que mayor inciden en la deserción estudiantil universitaria.
Otros factores relacionados con la deserción universitaria
Si bien el factor económico es el principal factor que ocasiona que el estudiante deserte de sus estudios universitarios, existen otros que están presentes durante el proceso de formación profesional. Estos factores están relacionados con lo psicológico o la personalidad del estudiante, lo sociológico o sociocultural, y el factor académico (Bethencourt et al., 2008;Ventura-Romero et al., 2019).
El factor de personalidad está relacionado con aspectos psicológicos como el bienestar psíquico, emocional y social del estudiante universitario, siendo estas características las que ayudan al estudiante a adaptarse a las diversas situaciones que enfrentará dentro del contexto educativo (Ventura-Romero, 2021). Con ello, si el estudiante presentase problemas como una baja tolerancia a la frustración, problemas emocionales, dificultades relacionadas con el aprendizaje, baja autoestima, entre otras, puede ocasionar problemas relacionados con la salud mental, y, por consiguiente, el estudiante, al presentar síntomas psicológicos que desfavorezcan su adaptación a la universidad, puede ocasionar que deserte del centro educativo (Ventura- Romero, 2021).
Referente al factor sociocultural, este está asociado con el capital cultural con el que cuenta el estudiante, este capital cultural se traduce a la competencia que tiene la persona para acceder a la educación, empleo, entre otros (Montero-Rojas et al., 2007). Con respecto al acceso a la educación, es importante tener en cuenta dónde realizó el estudiante sus estudios de educación media, esto debido a que, si el centro de educación media no era académicamente exigente con sus estudiantes, este no se desenvolverá del mismo modo en el contexto universitario, debido a que deberá adecuarse a un nuevo ritmo de estudio (Jarquín- Chavarría et al., 2009), en el cual el aprendizaje es más autónomo. Lo anterior, aunado a si este obtiene un empleo para solventar sus gastos, ocasionará que el estudiante presente sentimientos de frustración, vinculándose directamente con el factor económico.
La familia también es un factor cultural relevante para el estudiante, puesto que, si los padres cuentan con uno o más grados universitarios, se convertirán en modelos sociales y en una influencia positiva para motivar a que continúe sus estudios superiores, permitiendo que el estudiante tenga un adecuado desarrollo tanto académico como intelectual (Ventura-Romero, 2021). En caso contrario, si el estudiante proviene de una familia con un bajo nivel académico, esto se traduce a un bajo nivel económico, existiendo la posibilidad de que el estudiante que ha ingresado a la universidad gradualmente presente dificultades económicas debido a las características de su familia, teniendo que buscar un empleo por sus medios o con influencias de otros entes sociales. De no encontrar un trabajo que permita solventar económicamente sus estudios universitarios, el estudiante se verá forzado a desertar parcial o totalmente de sus estudios. Todo ello indica que tanto el factor social como el cultural de la familia puede considerarse como una especie de capital humano (Montero-Rojas et al., 2007).
El factor institucional o académico puede definirse como aquellas características tanto estructurales como funcionales que presenta cada institución, otorgando a estas particularidades específicas que las diferencien unas de otras (Latiesa, 1992). En este factor se pueden incluir diversas variables, como el horario de clases, la cantidad de sujetos en cada asignatura, la cantidad de material bibliográfico con el que cuenta la biblioteca universitaria, el ambiente de la institución, el personal docente, la metodología para impartir las clases, programas educativos, los laboratorios disponibles, entre otras (Ventura-Romero, 2021).
El factor académico es circunstancial tanto para la universidad como para el estudiante, puesto que si el estudiante percibe que estos recursos son de calidad tendrá mayor sentimiento de pertenencia hacia la institución. Sin embargo, si el estudiante no se adapta al ambiente académico de la institución, percibe que algunas de sus variables no cumplen con sus expectativas, podría desmotivarse y valorar cambiarse de institución, lo que se convierte en una deserción temporal para el estudiante, pero permanente para la universidad.
Estos tres factores, si bien pareciera que son independientes entre sí, tienen un papel importante para el estudiante, e inclusive están directamente vinculados con el factor socioeconómico. En ese sentido, si el estudiante presentase un bajo nivel sociocultural, se traduce a posibles dificultades económicas para cubrir los gastos universitarios, si tiene dificultades académicas y no logra adaptarse al contexto educativo o no está satisfecho con el servicio brindado ni con los recursos con los que cuenta la institución, significa que la inversión realizada en sus estudios que hizo en ese lapso de tiempo fue poco aprovechada. Por último, si el estudiante previamente presentaba síntomas relacionados con una mala salud mental (Chacón- Andrade et al., 2018) este tendrá dificultades a nivel social con sus pares y docentes, lo que ocasionará un posible fracaso académico, ocasionando que deserte y al igual que el factor anterior, la inversión realizada en su formación profesional universitaria fue un despilfarro. Por ello, deben valorarse otros factores que determinen la deserción universitaria, puesto que al final aparecerá el factor económico como una consecuencia.
Consecuencias de la deserción estudiantil universitaria
La deserción estudiantil universitaria afecta negativamente en Centroamérica tanto a los estudiantes que toman esta decisión como a la sociedad. Los primeros se ven mayormente afectados debido a que perdieron tiempo en un estudio que no fue fructífero para ellos, así como debido a la pérdida económica en materiales didácticos, matrículas, cuotas, y también por una interrupción en su desarrollo tanto personal como profesional (Proyecto R.A.M.O.N., s.f.). Las personas que desertan de sus estudios universitarios tendrán mayor dificultad para obtener un empleo formal y tener un nivel de vida mejor, lo que ocasionará problemas relacionados con su salud a nivel psicológico (baja autoestima y confianza en sí mismo) y físico, relacionados con la frustración como insomnio, dolor corporal crónico y pérdida de apetito (Proyecto R.A.M.O.N., s.f.).
La sociedad se ve afectada negativamente por este fenómeno debido a que pierde a personas que no podrán ejercer su papel específico en la sociedad como profesionales, hay un aumento considerable en el trabajo informal debido a que la persona al no culminar su formación tendrá dificultades para obtener un empleo con prestaciones y servicios según las leyes de cada país centroamericano; se desvaloriza la educación como un motor del progreso social; hay un incremento en los costos sociales, debido a la mano de obra poco calificada para ejercer ciertos roles papeles laborales; al perder estudiantes en una universidad a causa de la deserción, se considera también una pérdida de un profesional calificado, lo que ocasionará problemas para atraer la inversión, y aumentará la violencia social debido a las frustraciones que el fenómeno de la deserción desencadena en los estudiantes, desplazando estos sentimientos a otras esferas sociales como la familia, las amistades e inclusive en el campo laboral si este cuenta con un empleo (Proyecto R.A.M.O.N., s.f.).
Todo lo anterior indica que la deserción universitaria de uno o más estudiantes en Centroamérica perjudica la economía de cada país, dado que se realiza una inversión para que el estudiante pueda formar parte de la sociedad a través de su papel profesional. No obstante, también se ven afectadas otras áreas como las sociales, pero siempre vinculado con lo económico.
Conclusión
La deserción estudiantil universitaria es un fenómeno que se presenta en cualquier institución, el cual no solo afecta al estudiante desertor, sino que además se crea un efecto dominó en el cual se involucra la institución en sí, el mercado laboral y la sociedad. El presente artículo se enfocó en demostrar que los factores como la economía de cada país, la franja de extrema pobreza, las remesas, la dificultad para obtener un empleo, así como la falta de oportunidad para estudiar y trabajar al mismo tiempo, entre otros, ocasionan que los estudiantes universitarios tomen la decisión de abandonar total o parcialmente sus estudios. Para comprobar esta tesis, se retomarán algunos elementos clave del artículo para justificar que efectivamente el factor económico es el principal causante de deserción universitaria en Centroamérica.
El factor económico es clave para cada país, por lo que el contar con suficientes ingresos económicos permite la facilidad de realizar proyectos a corto y mediano plazo que beneficien a las personas. La educación universitaria en Centroamérica tiene un precio considerablemente elevado, tanto que no cualquier familia puede cubrir esta inversión, por lo que al ingresar a una institución con el propósito de formarse profesionalmente hará que el estudiante gradualmente piense en sus condiciones económicas y si estas se adaptan a todo aquel gasto que deberá invertir, para una mejor toma de decisiones (Tinto, 1987). Múltiples autores (Brea-de Carbajal, 2004;Cortez, 2005; Ruiz, 2007, como se cita en Rosario, 2020) ya expresaban que el factor económico es el principal causante de deserción estudiantil, por lo que no es de extrañarse de que una región como Centroamérica, que cuenta con un bajo perfil económico (Rodas-Martini, 2020), tenga mayores problemas de deserción en comparación con otras regiones, como por ejemplo América del Sur.
Aparte de los postulados teóricos, la evidencia empírica refuerza la tesis del presente artículo, encontrando estudios de los países centroamericanos que verifican que el factor económico es una de las mayores causas que genera deserción universitaria, tanto en El Salvador (Ventura-Romero, 2021) como en Guatemala (Sandoval-Elías, 2021;Tavico, 2021), Nicaragua (Chow-White, 2021 y Flores-López, 2018;Rizo-Rodríguez, 2020;Sevilla-Núñez et al., 2010) y Honduras (Salgado, 2001). Sin embargo, en Costa Rica, si bien se encontró en algunos estudios que el factor económico es la principal causa de deserción estudiantil (González- Kopper, 2017;Montero-Méndez et al., 2021), existe evidencia que contradice esta afirmación (Abarca- Rodríguez y Sánchez-Vindas, 2005;Hernández- Jiménez et al., 2020;Hidalgo, 2019). Lo anterior puede deberse a que, según en cada centro educativo, el factor principal no necesariamente será el económico, pero no por ello deberá ignorarse que, basado en la evidencia científica de otros estudios en la región, el factor económico sí es uno de los principales causantes de que el estudiante tome la decisión de desertar de sus estudios.
También se debe mencionar que factores como la economía de cada país (Rodas-Martini, 2020), la franja de extrema pobreza, las remesas (SICA, 2021), la dificultad para obtener un empleo, así como la falta de oportunidad para estudiar y trabajar al mismo tiempo, son factores del espectro económico que sí perjudican a los estudiantes universitarios centroamericanos, afectando mayormente a los países como El Salvador, Honduras, Nicaragua y Guatemala. En el caso de Costa Rica, este país es el que menor tasa de pobreza y menores ingresos de remesas familiares recibe. Dado a su desarrollo social y económico que lo caracteriza en la región, es comprensible que no se vea tan afectado con respecto al fenómeno de la deserción universitaria, pero no por ello es ajeno a esta, ya que hay estudios que demuestran que el factor económico si es un detonante importante para que el estudiante deserte total o parcialmente de su educación.
En segundo lugar, si bien el factor económico es el principal factor que causa deserción universitaria, este puede también estar vinculado con otros, como lo son el factor sociocultural, en el cual si la familia proviene de un nivel sociocultural más bajo por consiguiente tendrá un nivel socioeconómico equivalente, lo cual se convierte en una incertidumbre para el estudiante, puesto que si recibe ayuda de su familia, en un momento determinado por el cual deban pasar por un momento crítico en sus vidas, pueden dejar de ayudar a su hijo con sus estudios universitarios y este se verá forzado a abandonar sus estudios. Si el factor académico no es favorecedor o no cumple con las expectativas de estudiante, puede tomar la decisión de desertar de manera voluntaria, afectando la economía tanto del estudiante, y posiblemente de su familia por la inversión realizada y no aprovechada, como a las universidades debido a que estas dejarán de percibir el ingreso de todo aquel que decida desertar de la institución. Por último, el factor de personalidad también es perjudicial para el estudiante universitario, puesto que, si este presentaba previamente síntomas relacionados con una mala salud mental, o los desarrolla por dificultades adaptativas en la institución, se convertirá en un posible caso más de deserción, perjudicando a su vez la economía del estudiante y la de su familia.
Debido a todo lo mencionado anteriormente, las consecuencias del abandono universitario son notorias, perjudica al estudiante desertor en su economía y en áreas sociales como la familia, amistades, y compañeros de trabajo. Asimismo, ocasiona una pérdida de un futuro profesional a la sociedad a la que pertenece, puesto que no podrá ejercer un papel específico en esta y su futuro será incierto debido a las pocas posibilidades de integrarse al mercado laboral formal, lo cual desfavorece su futuro, específicamente las condiciones sociales en las cuales tendrá que desenvolverse.
Como conclusión final, se demuestra mediante la fundamentación, tanto teórica como con la evidencia empírica, que el factor económico sí es la principal causa para que el estudiante tome la decisión de abandonar sus estudios parcial o totalmente en la región centroamericana, dado que las condiciones sociales de cada país, exceptuando a Costa Rica, son perjudiciales para aquellas personas que quieran obtener un grado académico, ocasionando pérdidas económicas al estudiante desertor, a la familia, y también es una pérdida para la sociedad que una persona no cumpla la meta de graduarse de la universidad y sea un ente de cambio que cumpla su papel en la sociedad. Se sugiere que esta temática sea abordada tanto por las instituciones universitarias como por los entes gubernamentales de cada país, para reducir gradualmente esta brecha económica que afecta a muchos estudiantes universitarios en toda la región.
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