Entrevista

Encarnar la realidad a lograr: entrevista a Johan Galtung. La guerra en Ucrania evidencia la necesidad de potenciar la cultura de paz y la transformación de conflictos de manera sinérgicamente satisfactoria

Embodying the reality to be achieved: interview with Johan Galtung The war in Ukraine highlights the need to enhance the culture of peace and conflict transformation in a synergistically satisfactory manner

Encarnar a realidade a se alcançar: entrevista com Johan Galtung. A guerra na Ucrânia evidencia a necessidade de aprimorar a cultura de paz e transformação de conflitos de forma sinérgica

Esteban A. Ramos Muslera
Universidad Nacional Autónoma de Honduras , Honduras

Revista Latinoamericana, Estudios de la Paz y el Conflicto

Universidad Nacional Autónoma de Honduras, Honduras

ISSN: 2707-8914

ISSN-e: 2707-8922

Periodicidad: Semestral

vol. 3, núm. 6, 2022

revistapaz@unah.edu.hn

Recepción: 22 Abril 2022

Aprobación: 29 Abril 2022



DOI: https://doi.org/10.5377/rlpc.v3i6.14095

Cómo citar / citation: Ramos Muslera, E.A. (2022). Encarnar la realidad a lograr: entrevista a Johan Galtung. La guerra en Ucrania evidencia la necesidad de potenciar la cultura de paz y la transformación de conflictos de manera sinérgicamente satisfactoria, Estudios de la Paz y el Conflicto, Revista Latinoamericana, Volumen 3, Número 6, 130-140. https://doi.org/10.5377/rlpc.v3i6.14095

Resumen: Johan Vincent Galtung (Oslo, 1930) es uno de los académicos más influyentes y prolíficos del mundo: su desempeño intelectual propició en la década de los '60 el nacimiento y desarrollo de los Estudios de la Paz y el Conflicto. Los múltiples y relevantes aportes realizados por el autor fueron clave para dar forma al corpus teórico y metodológico de una incipiente disciplina que, tras cincuenta años de recorrido, se ha consolidado como referente ineludible para la construcción de un mundo digno y justo para todos y todas. La vasta producción académica de Galtung incluye más de 100 libros traducidos a decenas de idiomas y más de 1000 artículos publicados. Johan estudió matemáticas y sociología. En 1959, fundó el primer instituto de investigación para la paz del que fue su director durante 10 años. En 1964 fundó la Journal of Peace Research y contribuyó a la fundación de la International Peace Research Association (IPRA). Ha sido profesor e investigador en decenas de universidades de los cinco contenientes, colaborador referente de la Organización de las Naciones Unidas y mediador en numerosos conflictos internacionales. En la actualidad, es Rector de la Transcend Peace University, de la que es fundador, y parte del comité científico internacional de este proyecto editorial: la Revista Latinoamericana Estudios de la Paz y el Conflicto (ReLaPaC). En 1987, recibió el conocido como Premio Nobel alternativo, el Premio Right Livelihood, y en 1993, el Premio Gandhi. En esta entrevista, conversamos con el Maestro sobre las amenazas y oportunidades que para la construcción de paz se ciernen sobre el mundo tras la emergencia de la pandemia de la CODIV-19, el auge del autoritarismo a escala planetaria, el calentamiento global y sus impactos, y, por supuesto, la reciente invasión de Ucrania por parte de una potencia nuclear. Conversamos, también, acerca de las violencias en América Latina, así como del camino de la paz, que se hace al andar.

Palabras clave: Pandemia, autoritarismo, guerra, Ucrania, Paz Positiva, América Latina.

Resumo: Johan Vincent Galtung (Oslo, 1930) é um dos acadêmicos mais influentes e prolíficos do mundo: seu trabalho intelectual nos anos 60 levou ao nascimento e desenvolvimento dos Estudos de Paz e Conflito. As múltiplas e relevantes contribuições feitas pelo autor foram fundamentais para moldar o corpus teórico e metodológico de uma disciplina incipiente que, após cinqüenta anos de trabalho, se consolidou como um ponto de referência incontornável para a construção de um mundo digno e justo para todos. A vasta produção acadêmica de Galtung inclui mais de 100 livros traduzidos em dezenas de idiomas e mais de 1000 artigos publicados. Johan estudou matemática e sociologia. Em 1959, ele fundou o primeiro instituto de pesquisa de paz do qual foi diretor por 10 anos. Em 1964 ele fundou o Journal of Peace Research e contribuiu para a criação da International Peace Research Association (IPRA). Ele foi professor e pesquisador em dezenas de universidades nos cinco continentes, um dos principais colaboradores das Nações Unidas e um mediador em numerosos conflitos internacionais. Ele é atualmente Reitor da Transcend Peace University, da qual é o fundador, e parte do Comitê Científico internacional deste projeto editorial: a Revista Latino-Americana de Estudos de Paz e Conflitos (ReLaPaC). Em 1987, recebeu o Prêmio Nobel Alternativo, e em 1993, o Prêmio Gandhi. Nesta entrevista, falamos com o Mestre sobre as ameaças e oportunidades de construção da paz que paira sobre o mundo após a crise econômica de 2008, a pandemia de COVID-19, o aumento do autoritarismo em escala planetária, o aquecimento global e seus impactos e, é claro, a recente invasão da Ucrânia por uma potência nuclear. Também falamos da violência na América Latina, assim como do caminho para a paz, que se faz caminhando.

Palavras-chave: Pandemia, autoritarismo, guerra, Ucrânia, Paz Positiva, América Latina.

Abstract: Johan Vincent Galtung (Oslo, 1930) is one of the most influential and prolific scholars in the world: his intellectual output during the 1960s led to the birth and development of Peace and Conflict Studies. The multiple and relevant contributions made by the author were key in shaping the theoretical and methodological corpus of an incipient discipline that, after fifty years of work, has become an unavoidable reference for the construction of a dignified and equitable world for all. Galtung's broad academic production includes more than 100 books translated into dozens of languages and more than 1000 published articles. Johan studied mathematics and sociology. In 1959, he founded the first peace research institute of which he was the director for 10 years. In 1964 he founded the Journal of Peace Research and contributed to the establishment of the International Peace Research Association (IPRA). He has been a professor and researcher at numerous universities in five continents, has collaborated with the United Nations and mediated in numerous international conflicts. He is currently Head of Transcend Peace University, of which he is a founder, and part of the international scientific committee of this editorial project: the Latin American Journal of Peace and Conflict Studies (ReLaPaC). In 1987, he received the Alternative Nobel Prize, the Right Livelihood Award, and in 1993, the Gandhi Award. In this interview, we talked with Professor Galtung about the threats and opportunities for peacebuilding looming over the world in the wake of the emergence of the CODIV-19 pandemic, the rise of authoritarianism on a planetary scale, global warming and its impacts, and, of course, the recent invasion of Ukraine by a nuclear power. We also talked about the violence in Latin America, as well as the road to peace, which is made by walking.

Keywords: Pandemic, authoritarianism, war, Ukraine, Positive Peace, Latin America.

ENTREVISTA

Johan Galtung
Figura 1
Johan Galtung
Ilustración de Alejandro Castellanos (@stupidgiant) para Revista Latinoamericana Estudios de la Paz y el Conflicto, a partir de fotografía de Paul Bernhard.

Johan Galtung (JG): Estamos viviendo un tiempo en el que muchos de los frutos resultantes de las mega contradicciones que fracturan a la sociedad global se están haciendo evidentes de manera sincrónica. Estamos frente a un cambio masivo de ejes de articulación en prácticamente todos los frentes: por un lado, está la economía mundial en la que China se levanta como el polo hegemónico dejando atrás los referentes históricos occidentales, Inglaterra en el siglo XIX y Estados Unidos en el siglo XX. Por otra parte, está la política: la multipolaridad ha llegado para quedarse más allá de la aparente bipolaridad transitoria que ofrece la crisis de Ucrania con “Rusia contra el Mundo”; no es así. Hay varios polos: uno asiático -con la dupla China-Rusia como eje articulador- otro Occidental militar -con los EE.UU y la OTAN como eje articulador- otro Occidental político -con la Unión Europea – Naciones Unidas – Estados Unidos como los jugadores principales. Y hay un surgimiento discreto pero constante del Sur Global, aunque todavía andando sobre los zapatos de las grandes potencias: el bloque BRICS (Brasil-Rusia-India-China-Sudáfrica) y en Asia del Sur el bloque SAARC (Sri Lanka-Afganistán-Bangladesh-Bután-Maldivas-India-Pakistán-Nepal) son ejemplos de ello. Y al mismo tiempo se tiene el surgimiento global de la agencia individual por medio de la tecnología, con medios de comunicación no institucionales con alcance, credibilidad y potencial con frecuencia muy superior al que se puede ver en algunos de los medios de comunicación históricos más esclerotizados. Y todo esto está ocurriendo al mismo tiempo y en varias direcciones. Entonces, en este contexto, fenómenos como la pandemia de la Covid-19 y la guerra en Ucrania son, ambos, ejemplos de la desaparición de las fronteras entre lo global y lo local: ambos fenómenos tienen ambas dimensiones por la acción de estos mega procesos resultado de mega estructuras en interacción entre regiones y civilizaciones y nuevos actores. Y ahora hay que esperar lo que nos depara el futuro. Son tiempos interesantes, sin duda.

JG: Esta es una pregunta interesante y hay mucho que decir al respecto. Hablamos de calentamiento global y sin duda es un tema que debería ser prioridad en la agenda internacional. Sin embargo, hay muchas cosas que se esconden de forma deliberada al respecto y muchas otras que sencillamente no sabemos. Por ejemplo, ¿qué se esconde al público en general sobre el calentamiento global? Para empezar el hecho de que, hasta donde sabemos de la parte que corresponde a actividades humanas responsables del calentamiento global, una buena parte corresponde a actividades militares. Es decir: el militarismo es al mismo tiempo tanto una amenaza a la paz internacional como una amenaza ecológica. Resulta muy conveniente responsabilizar a las empresas y a la actividad industrial como el principal responsable porque desvía la atención de los gobiernos y sus propias actividades. En este sentido, se privatiza la culpa y se esconde la responsabilidad pública generando una caricatura de la realidad en la que son actores perversos con actividades perversas los victimarios del planeta. Esta es una simplificación muy grosera del fenómeno, pero también criminal y deliberada: ¿por qué? Porque se saca de la ecuación a los responsables políticos, estatales y a las instituciones públicas que por definición deben obedecer y/o someterse al mandato popular. Al presentar la crisis climática de ese modo, se apuesta a que la sociedad global presione a los gobiernos para que hagan algo con las empresas y las industrias que contaminan en lugar de orientar el esfuerzo de la sociedad global a presionar a los gobiernos en sí mismos y tratarlos, no como gestores y agentes intermediarios con las empresas, sino como responsables directos de la crisis. Y si a eso le agregas lo que comentábamos sobre la relación militarismo-crisis climática te darás cuenta de que los gobiernos tienen buenas razones para caricaturizar el fenómeno y eximirse a sí mismos de la responsabilidad.

Y por otra parte está el elemento de lo que no sabemos sobre el calentamiento global. En mi caso tengo un cierto escepticismo respecto de lo que se puede hacer. Para ser claro: el calentamiento global y la crisis ecológica son ambos hechos científicamente indiscutibles, pero entonces la pregunta es: ¿qué tanto del calentamiento global es de origen antropogénico y qué tanto de él no lo es? Aquí estamos hablando de lapsos de tiempo gigantescos, por ejemplo, entre una glaciación y otra. Mi escepticismo en este sentido es un tanto filosófico: ¿qué tanto podemos frenar procesos que nos trascienden como especie? No dudo de nuestra capacidad de acelerar esos procesos -y ese sería el calentamiento global de origen antropocéntrico- pero, ¿qué tanto podemos hacer y hasta qué punto serán efectivas nuestras respuestas ante eventos básicamente geológicos más allá de nuestro control? A modo de ilustración es como decir: ¿qué podemos hacer ante un maremoto?, ¿cómo lo prevenimos? ¿hasta dónde somos responsables? Podemos prepararnos y frenar algunos de sus efectos, pero, ¿podemos evitar que ocurra?

Y, ahora, respecto de las propuestas hay ciertas medidas que son bien conocidas. Los patrones de consumo son insostenibles y eso no es un hallazgo nuevo, desde que escribí la Declaración de Cocoyoc en 1974 era ya evidente. Y esto está muy relacionado, también, por supuesto, con el crecimiento poblacional: más población, más consumo, aunque diferenciado claro: la huella de carbón de Sudán e Inglaterra es diferente. Pero una forma de estabilizar el proceso es controlando el crecimiento poblacional -un fenómeno que a comenzado ha ocurrir desde hace algunos años- y hay un método muy efectivo y muy inmediato: si subes el nivel de vida de la población casi en automático se reduce la tasa de natalidad, y ahí tienes el ejemplo de los países nórdicos y otros. Y esto es algo que los chinos han hecho muy bien: en 20 años sacaron a 400 millones de personas de la miseria y las elevaron a la clase media baja.

JG: Es un proceso común en situaciones de crisis, y si la crisis es global -como lo es en la actualidad- entonces estos fenómenos políticos van a aparecer en diferentes puntos del planeta. Es bueno que lo tomes como un fenómeno general y lo ilustres con individuos puntuales como lo haces en la pregunta en lugar de hacerlo a la inversa: suponiendo que se trata de casos aislados. Lo que hay aquí es que las crisis representan amenazas y oportunidades, estructuras, ideas, instituciones y procesos que eran muy sólidos se aflojan y abren espacio a actores y factores que hasta el momento habían permanecido al margen colocándolos en el centro. Y entonces ocurre Le Pen, Duterte, Bolsonaro, Trump. ¿Qué son todos ellos? Pues son opciones y productos en el mercado de las ideas y los proyectos políticos, y cobran relevancia por el fenómeno dual de la anomia y la atomización. ¿Qué es esto? Bueno, lo que ocurre es que ante la crisis se pierde el sentido de identidad individual y comunitaria y de organización social -algo parecido a lo que Marx llamaba la enajenación- y entonces, ante la desestructuración, la gente busca alternativas, así no sean las mejores. Pero este fenómeno trae aparejada la posibilidad de otros actores, nuevos, no tan visibles, pero igual de importantes que pueden crecer de la noche a la mañana y presentarse como opciones también. Entonces la moneda está en el aire.

JG: Se pueden hacer análisis en varias dimensiones como la legal, la histórica, la militar, la nuclear, la geopolítica etc. Pero el análisis que me parece a mí más importante -porque a mi juicio toca todas las dimensiones- es el análisis del proceso de conflicto y paz. El aspecto clave en este sentido es la detección y atención de déficits casi ridículos en las capacidades de transformación de conflictos y prevención de la violencia de prácticamente todos los involucrados en todos los frentes. Ucrania es hoy por hoy la muestra más flagrante de todo lo que falta por hacer en circuitos oficiales, mediáticos, de discusión y análisis político y de difusión popular en materia de educación para la paz, particularmente en materia de alfabetización en paz y conflictos. ¡Es sorprendente! El inicio de la guerra y su desarrollo hasta el momento es como si no se hubiese aprendido nada en los últimos 50 años de ciencia social e investigación para la paz, y estamos hablando de la vecindad directa de una de las regiones más ricas, educadas, desarrolladas e industrializadas del planeta: Europa Occidental. Algo como lo que está ocurriendo en Ucrania difícilmente habría pasado en Sudamérica, incluso en el momento de las peores tensiones entre Colombia y Venezuela hace algunos años. En este sentido, tengo la impresión de que el Sur Global tiene más que enseñar a los actores principales en la crisis ucraniana que a la inversa. Fernando Montiel de México ha elaborado un mapa de ruta básico para la atención de la crisis en Ucrania que me parece excelente y que no he visto que nadie en Europa haya retomado. ¿Por qué? Porque están demasiado ahogados en el fanatismo antiruso, la polarización, el maniqueísmo y el militarismo impulsado desde Washington como para ver que hay otros caminos.

JG: Este es un conflicto que se ve como nuevo pero que en realidad no lo es. En mi libro 50 años, 100 perspectivas en paz y conflictos (Galtung, 2009) ya analizaba ese conflicto y lo llamé exactamente como lo que parece que se está formado: “Guerra Fría II” y, en este sentido, es posible que se repitan algunas de las dinámicas de la Guerra Fría I. ¿Cuáles? Algunas podrían ser las siguientes: áreas de influencia, la doctrina de la Destrucción Mutua Asegurada, manipulación de guerras locales por intereses geopolíticos, la teoría del dominó, la definición de áreas de “amortiguamiento”, etc. Ucrania como una entidad desmilitarizada y neutral es difícil en ese binomio: no es aceptable para la propia Ucrania. Ucrania neutral es completamente posible, y Ucrania neutral y militarizada de manera robusta con armamento defensivo también es perfectamente posible -y en este sentido se parecería mucho a Suiza- pero la “desmilitarización” tal y como se discute en la actualidad es engañosa porque no es específica. Exactamente, ¿qué armamento es el que no debe existir en Ucrania?, ¿armas de destrucción masiva?, ¿armamento convencional?, ¿disolución del ejército? La “desmilitarización” es problemática porque todas esas opciones, y otras más, están en la cabeza de todos los involucrados y aunque usan la misma palabra definen cosas diferentes. Y el problema actual es que hablar de “desmilitarizar” en cualquiera de sus presentaciones con una guerra activa suena a sacrilegio; y más cuando el país a “desmilitarizar” es el agredido y no el agresor. Creo que Europa en su conjunto está leyendo en Ucrania una reactivación del pasado y en ese sentido puede caer en la tentación de repetir el mismo arreglo que se consiguió en el pasado: una cortina de hierro, una Europa dividida, paranoia y la política del miedo. Una forma muy primitiva de escapar del conflicto recurriendo a una salida imperfecta y traumática, pero conocida, en lugar de buscar algo nuevo, diferente y mejor, aunque sea más difícil.

JG: Tengo la impresión de que esa pregunta se responde al revés: la irrelevancia creciente de los intereses estadounidenses es cada vez más incómodo para China. Estados Unidos está en un momento muy peligroso de su historia como país y de la historia mundial: su declive y caída como potencia imperial. Tal y como lo escribí en mi libro, La caída del imperio de los EE.UU (Galtung, 2010), en este proceso de retirada, los Estados Unidos pueden, incluso, en un esfuerzo desesperado para tratar de impedir lo inevitable, acercarse al fascismo como último recurso. El riesgo está ahí, pero también hay la oportunidad de que la república estadounidense florezca al deshacerse de la yunta imperial que carga, tal y como le ocurrió a Inglaterra al fin de la Segunda Guerra Mundial con el proceso de descolonización en África y Asia. Trump pudo ser mucho peor de lo que fue, y Biden parece estar siguiendo el camino ya recorrido por Obama en el lado de los Demócratas, un camino que no fue muy bueno en términos de paz y conflictos internacionales. Pero son reacciones de un imperio que ve en el ascenso de China, de su economía, de su imagen, de sus amistades y de su influencia en todo el mundo, un esfuerzo -bastante exitoso a mi juicio- de llenar los huecos que deja un imperio en retirada.

JG: Las guerras siempre han estado aquí, sólo han cambiado sus procesos, pero nunca se retiraron. Detrás de ellas están los factores que estudió muy bien Marx de acumulación del capital sin duda, y están también los factores de represión de los insurrectos para continuar con la explotación. Pero hay otros factores más: las guerras por identidad, por ejemplo, se hicieron muy claras tras el fin de la Guerra Fría -y mucho de eso es lo que estudió muy bien Mary Kaldor con su modelo de las “Nuevas Guerras” (Kaldor, 1999). El punto aquí es que cambian de algún modo los actores y cambian de algún modo los factores y los procesos, pero la brutalidad sigue siendo la misma. Por ejemplo, los actores principales de las guerras, en el sentido clásico, eran los gobiernos de los estados-nación, pero luego se hizo evidente que, salvo por el caso de Ucrania, hoy por hoy los conflictos armados son más comunes como resultado de choques entre grupos sociales dentro de un mismo estado-nación, ya sea por razones étnicas, o religiosas, o territoriales, o lingüísticas. Entonces ahí hay un cambio en la dinámica de los actores. Pero también está el cambio en los procesos; en las guerras clásicas las guerras las hacían los militares, hoy las hacen los civiles; en el modelo clásico las violaciones a derechos humanos eran una consecuencia de los choques entre militares, hoy la violación de derechos humanos es una táctica y un objetivo militar en sí mismo. Entonces ahí hay un cambio en los procesos. Y hay más. El punto aquí que hay que destacar y que es transversal a todas las guerras entendidas como un acto de violencia premeditado y organizado es la vulneración de necesidades básicas, y en esos términos, la brutalidad es la misma, pero con una presentación superficial diferente.

JG: Excelente pregunta. América Latina tiene su historia con la “mano dura”. Como profesor de visitante de FLACSO en Chile pude verlo de cerca y después en mis múltiples visitas desde hace 50 años. Hay un factor cultural común en toda la región, que puede o no venir de tiempos coloniales: un tipo de machismo según el cuál va a ser El Hombre Grande y Fuerte, “El Caudillo”, el que nos rescate de todos los problemas, desde la corrupción y el mal gobierno pasando por el hambre y el analfabetismo hasta las catástrofes naturales, los tifones y los tornados. Es un arquetipo sociológico muy extendido y que ha pasado la prueba del fuego y del tiempo en toda la región. Bien, entonces, si tenemos ese arquetipo, ¿qué sector social es el que más se le asemeja en nuestros días? Muchos dirán: “un padre de familia severo, pero justo”, y, otros, dirán: “los militares”, y, entonces, ahí, ya tienes una configuración radicada en la cultura profunda sobre la que con el tiempo y las crisis florecen los discursos de “mejor la mano dura”, aunque la evidencia empírica diga exactamente lo contrario: no importa, no es un tema exactamente ideológico -porque si es ideológico, entonces es consciente- sino más bien cultural.

Ahora, ¿qué podemos hacer al respecto? Cambiar los códigos culturales, y en este frente las primeras y las últimas herramientas con las que contamos son la cultura y la educación para la paz, tratando de hacer realidad lo que dice la UNESCO: “construir la paz en la mente de los hombres”. En esta materia hay mucho ¡mucho! avance y algunos resultados ya se comienzan a asomar en el horizonte, pero falta mucho y el problema es que, al tratarse de procesos educativos, implican la necesidad de cambios en la forma de entender la vida propia y el mundo en general, y esos cambios no llegan ni con facilidad ni con rapidez en el caso de los adultos. La apuesta en esto está por supuesto para el corto y mediano plazo en las generaciones más jóvenes. ¿Cuánto son 5 o 10 años? Es muy poco tiempo en realidad si lo pensamos de cara a la magnitud de los problemas que hay que atender, entonces no hay que desesperarse. Aquí la continuidad es clave.

JG: El proceso de paz en Colombia está ahí, no es perfecto, pero es algo, es ya una estructura sobre la que se puede trabajar, haciéndola mejor, corrigiendo errores de inicio y ajustando por medio de mediación y negociación los puntos más candentes. En mi opinión no habría que desecharlo como “ineficaz” o “inútil”: es algo, que al menos tiene una ventaja: dejó igualmente insatisfechos a todos. Pero una vez más, lo que tenemos aquí es un choque entre la esperanza y la realidad: la realidad de la paz no aparece con la firma de un papel, sino con cambios en lo visible y en lo invisible, en la estructura y en la forma de entender las cosas. Pero había tanta esperanza que de algún modo se genera la idea de que hay una correspondencia directa entre el nivel de esperanza y la eficiencia y la efectividad del acuerdo final. No es así, nunca es así, y las heridas, y la violencia, y la inercia de medio siglo no van a sanar en un lustro. Entonces lo que hay ahí es un choque de realidad de los conflictos con la fantasía bienintencionada de la paz. En Colombia lo que veo es un proceso de pacificación. ¿Qué es la pacificación? Es el cese al fuego sin resolver los conflictos subyacentes. En términos técnicos podríamos describirlo como un caso de paz negativa: se reduce la violencia directa pero no se alcanza todavía a producir paz estructural, y es por eso que no podemos hablar todavía de paz positiva.

JG: Toda acción tiene una reacción, eso es un hecho: se mueven los liberales responden los conservadores y viceversa. Y el proceso de responder a lo que sea que está ocurriendo siempre viene acompañado de una construcción discursiva para legitimar lo que sea que se está defendiendo y para desacreditar lo que sea que se está atacando. Todo esto es parte de la normalidad de cualquier sistema social y lo raro no es que ocurra, sino que no ocurra. ¿Alguien tiene la razón? Yo diría que todas las partes, vistas con cuidado, tendrán algún elemento de razón, pero de antemano uno casi puede estar seguro de una cosa: las posiciones extremistas casi por definición están bloqueadas para ver algo válido, positivo o legítimo en sus contrapartes. ¿Cuál es la tarea? Darles más voz y espacio a las posiciones moderadas sin descartar a los extremistas: hacerles saber que se les escucha y se les atiende en todo lo que tienen que decir que sea realista y legítimo y que no esté filtrado por el odio y la paranoia.

Ahora, entendiendo todo esto, ¿qué margen de acción efectivo tienen estos gobiernos? Me parece que mucho margen, pero una cosa es que exista el margen y otra que lo sepan aprovechar. Para empezar, más allá de los golpes de estado recientes -como el de Honduras y el de Haití- la potencia imperial regional, los Estados Unidos, va en retirada ¡sencillamente ya no pueden hacer lo que hicieron en su momento con la Operación Cóndor! Por supuesto no se puede subestimar a una potencia global, pero parte de hacer buena ciencia social es detectar patrones que se mantienen y cambios y evoluciones a lo largo del tiempo. América Latina no es en 2022 lo que era en 1980. En cuanto a los cambios estructurales tengo la impresión de que sí están ocurriendo, algunos por aquí, otros por allá, pero son exactamente eso: cambios estructurales, entonces para el grueso de la población pasan casi inadvertidos, son movimientos tectónicos que ocurren, y son importantes, pero que pasan al nivel discreto del subsuelo. No tiene la publicidad y la vista llamativa que espera la gente: fuegos artificiales en el cielo, grandes festejos que se tiene en los actos oficiales y los discursos políticos y todo eso; no, así no es como operan las estructuras, las estructuras son más discretas y no se mueven por la acción de un solo individuo, no importa que sea "El Hombre Grande y Fuerte Que Nos Va a Salvar a Todos".

JG: En este campo mi aproximación es definitivamente más gandhiana: uno actúa exactamente lo que uno quiere ser, y en esa medida, vas siendo cada vez más eso que estás actuando. En otras palabras: encarnas la realidad que quieres lograr. Esto es algo que se resume en su frase hoy muy citada pero con frecuencia no muy comprendida: “sé el cambio que quieras ver en el mundo”. ¿Utopía o Eutopía? Esos conceptos pierden sentido en Gandhi pues la utopía se convierte en una realidad al alcance de tus acciones. ¿Quieres paz?, no la prediques, vívela; ¿quieres enseñarla?, bien, que sea con el ejemplo, no con clases, discursos y sanciones. ¿Quieres pacificar?, perfecto, pacifícate. En eso coincidimos Gandhi, Chomsky y yo: una forma de reducir de inmediato la violencia es dejar de practicarla. El problema es que siempre vemos la paz como un punto en el tiempo y el espacio, un lugar al que se llega y no como un proceso, que es lo que nos enseña Gandhi.

JG: Ahora estoy en un punto interesante de mi quehacer intelectual. Transcend, la organización que fundé en los años noventa gradualmente se ha institucionalizado con el Galtung Institut en Alemania -que fundó y dirige Naakow Grant-Hayford- y que ahora vamos a traer a América Latina con Fernando Montiel T. en México. Y en el seno de esta institución tenemos una agenda inmensa de trabajo: publicaciones, cursos on-line, cursos on-site, un grado a nivel de maestría, investigaciones en curso y por supuesto el trabajo permanente de mediación, reconciliación y producción de ideas para atender conflictos específicos, y aunque no viajo demasiado en estos días por la pandemia principalmente, yo estoy en todo esto en el backstage, ayudando con ideas y propuestas.

Agradecimientos

En nombre de la Revista Latinoamericana Estudios de la Paz y el Conflicto (ReLaPaC) quisiera agradecer al Dr. Fernando Montiel T. por propiciar las sinergias oportunas para la realización de esta entrevista.

REFERENCIAS

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Crutzen, PJ. (2006). The Anthropocene. En Ehlers, E., et al. (Eds.). Earth system science in the anthropocene. (pp. 13-18). Springer.

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Harvey, D. (2004). El ‘nuevo’ imperialismo: acumulación por desposesión. En Pantich, L., y Leys, C. (Eds.). El Nuevo Desafío Imperial (pp. 99-129).CLACSO.

Indepaz (2022). Líderes sociales, defensores de DD.HH y firmantes de acuerdo asesinados en 2022. Disponible en https://indepaz.org.co/lideres-sociales-defensores-de-dd-hh-y-firmantes-de-acuerdo-asesinados-en-2022/

Kaldor, M. (1999). Nuevas Guerras. Tusquets.

Notas de autor

Esteban A. Ramos Muslera: doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Valladolid, Magister en Investigación Participativa para el Desarrollo Local y Licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente es el Coordinador del Área de Paz del Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad (IUDPAS) de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Secretario General del Consejo Latinoamericano de Investigación para la Paz, Council member de la International Peace Research Association (IPRA) y Director de la Revista Latinoamericana Estudios de la Paz y el Conflicto. Ha escrito múltiples artículos de investigación científica sobre epistemología de la paz y el conflicto, y sobre Educación para la Paz. Es el autor responsable de la conceptualización de la Paz Transformadora.

Información adicional

Cómo citar / citation: Ramos Muslera, E.A. (2022). Encarnar la realidad a lograr: entrevista a Johan Galtung. La guerra en Ucrania evidencia la necesidad de potenciar la cultura de paz y la transformación de conflictos de manera sinérgicamente satisfactoria, Estudios de la Paz y el Conflicto, Revista Latinoamericana, Volumen 3, Número 6, 130-140. https://doi.org/10.5377/rlpc.v3i6.14095

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