ARTÍCULOS DE REVISIÓN
Recepción: 18 Enero 2021
Aprobación: 24 Marzo 2021
Resumen: Este artículo es un análisis de la situación que se da por la malaria, en tiempos de COVID-19, en pueblos y áreas de difícil acceso. Metodológicamente, se considera que el enfoque del documento es cualitativo y el tipo de investigación teórica-documental, apoyada en un diseño bibliográfico, con alcance descriptivo y transversal. Las técnicas e instrumentos de recolección de datos utilizados son la observación directa, el análisis de contenido y, una matriz de registro para las fuentes de información secundarias revisadas. Desde el punto de vista cronológico, la muestra abarca la literatura consultada, desde el año 2019 al 2021. Como resultados y conclusiones se considera que los casos de malaria se incrementan en las poblaciones de Asia Sudoriental, Mediterráneo Oriental, Pacífico Occidental y América, con mayor vulnerabilidad en África subsahariana, en tiempos en los que la actuación sanitaria se enfoca en solventar la crisis por coronavirus. Dentro de las causas de afectación se encuentran: la priorización y concentración de esfuerzos en la atención del coronavirus por los sistemas sanitarios, las restricciones de movilidad de las personas con interrupciones en los tratamientos y programas de atención preestablecidos, así como la desviación de recursos humanos y materiales destinados a los programas de la malaria para atender el virus.
Palabras clave: Malaria, paludismo, Covid-19, pandemia, endemia, áreas difícil acceso, comunidades vulnerables, diagnóstico y tratamiento temprano epidemiológico.
Abstract: This article present the analysis of the malaria situation in the towns of areas with difficult access in times of COVID-19. Methodologically, the qualitative approach is considered, the type of theoretical documentary research supported by a bibliographic design with a descriptive and transversal scope. The data collection techniques and instruments used are direct observation, content analysis, and a registration matrix for the secondary information sources reviewed. From a chronological point of view, the sample covers the literature consulted from 2019 to 2021. As results and conclusions, it is considered that malaria cases are increasing in the populations of Southeast Asia, Eastern Mediterranean, Western Pacific and America, with higher vulnerability in sub-Saharan Africa, at a time when health action is focused on solving the coronavirus crisis. Among the causes of affectation are: the prioritization and concentration of efforts in the care of the coronavirus by the health systems, the mobility restrictions of people with interruptions in the treatments and pre- established care programs, as well as the diversion of human resources and materials for malaria programs to address the virus.
Keywords: Malaria, Covid-19, pandemic, endemic, areas difficult to access, vulnerable, communities, diagnosis, early treatment, epidemiology.
INTRODUCCIÓN
La malaria es una enfermedad con altas tasas de mortalidad y morbilidad en áreas tropicales y subtropicales que se han denominado zonas endémicas (Bousema Toledo, 2020). Los principales factores que favorecen su incremento han sido: el cambio climático, el nivel socioeconómico de la población, la expansión de la enfermedad por desplazamientos humanos, los químicos agrícolas y la deficiencia de los servicios de salud (Organización Panamericana de la Salud y Organización Mundial de la Salud, 2019). Con respecto a la data de contagios, entre los años 2010 al 2016 se registraron descensos del 48%, en Asia sudoriental, seguido en América con el 22 % y en África el 20 % (Organización Mundial de la Salud, OMS, 2019). No obstante, señala Calatrava Ruíz (2019) que:
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) indicó que, durante los años del 2015 al 2017, se generaron zonas con endemias que no habían sido reportadas anteriormente en países como: Colombia, Brasil, Ecuador, México, Nicaragua, Guyana, El Salvador, Haití, Nicaragua, Panamá, Venezuela, Costa Rica y Honduras (p.25).
Por lo que, se considera que, a pesar de ser prevenible y tratable, sigue teniendo un efecto devastador en el mundo. De ahí que la humanidad se encuentra en una encrucijada con respecto a su prevención y atención. El control requiere de acceso al diagnóstico, tratamiento, educación sanitaria, promoción y apoyo en las medidas de protección, concomitante y de un mayor esfuerzo en la investigación sanitaria, que conlleve al desarrollo de métodos para la detección temprana de la enfermedad.
Al hacer referencia a las zonas de alta vulnerabilidad y riesgos de contagio Henríquez Nieto (2019), señala que:
Se presenta una estrecha relación entre las zonas de difícil acceso, que presentan condiciones ambientales expuestas a evidentes cambios climáticos, aquellas de geografía montañosa y de alta densidad poblacional emergidas en condiciones socioeconómicas deprimidas con hacinamiento y los índices de contagio y mortalidad por malaria; tal es el caso de África, República Democrática del Congo y Nigeria (p.42).
De tal manera que, se considera que los factores involucrados en el riesgo de adquisición de la malaria se encuentran en diferentes niveles: genéticos, estilo de vida de la población, determinantes sociales y aquellos ligados al ambiente que influyen en la exposición, curso y desenlace de la infección parasitaria, por lo que su abordaje tiene un carácter multifactorial, considerándose un grave problema de salud pública, a nivel mundial. Para su atención y erradicación, organismos multilaterales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) han fijado actuaciones estratégicas, a nivel mundial, con el propósito de ayudar a los países de alta vulnerabilidad en la reducción de esta enfermedad, identificada como la segunda principal causa de muerte por agentes infecciosos.
Sin embargo, a partir del año 2020, la humanidad ha tenido que asumir el mayor de los retos que esta generación ha enfrentado, no solo con la atención de la malaria y otras enfermedades endémicas, sino con la aparición de la pandemia de Covid-19, generándose impactos negativos en la salud y, en el aspecto socioeconómico de algunas poblaciones. Al respecto, Henríquez Nieto (2019) afirma que:
Se estima que el Covid-19 puede generar en las regiones o zonas endémicas de difícil acceso, que ya estaban, suficientemente antes de su aparición, deprimidas por malaria, un mayor impacto, radicalizándose por la presencia de factores asociados a la pobreza, desnutrición, alta densidad poblacional, situaciones ambientales precarias, hacinamiento, limitado acceso a sistemas de salud, entre otros (p.62).
En la literatura se hace referencia a que, desde el ámbito de la atención sanitaria, la pandemia afecta de forma directa a los pacientes que padecen de malaria al perturbar el suministro de servicios médicos en las regiones vulnerables en las que el sistema de salud tiene limitados materiales y recursos humanos. Además, surge otro determinante, el miedo al contagio por Covid-19, que ha llevado a que pacientes sintomáticos retrasen el descarte de la enfermedad y la atención médica correspondiente (Ruíz Fuentes, 2020). Se entiende que estos sujetos se transforman en fuentes de transmisión continua e incrementan el riesgo de contagio y avance de la enfermedad.
En Panamá, el 90 % de los casos de malaria reportados, en los últimos 10 años, se han focalizado en áreas de difícil acceso y en grupos vulnerables distribuidos en cuatros áreas endémicas: Kuna Yala, Panamá Este, Darién y Ngäbe-Bugle (Ministerio de Salud de Panamá, MINSA, 2019). Se infiere a que el impacto mundial del virus tiene consecuencias similares en la nación del Istmo, por lo que resulta probable que, inicialmente, se haya disminuido el monitoreo y seguimiento a los programas de prevención y atención en virtud de las restricciones de movilidad de la población.
Desde esta visión se entiende que hay suficientes razones para profundizar en el conocimiento de estos flagelos, no solo desde la atención de la comunidad internacional y sus agendas políticas, sanitarias y científicas, sino desde el escenario nacional para enfrentar los factores que los radicalizan.
De allí que, las situaciones referenciadas lleven a interrogantes como, ¿cuál es la situación de los pueblos aislados en relación con la malaria, durante la pandemia de Covid-19?, lo cual genera el propósito del presente estudio, que se orienta en analizar teóricamente los artículos y publicaciones científicas, de bases de datos electrónicos, sobre la situación de la malaria en las áreas de difícil acceso, en tiempos de Covid-19, divulgadas entre los años de 2019 hasta el 2021.
MATERIALES Y MÉTODOS
Metodológicamente se utiliza el enfoque cualitativo. Según la fuente de datos secundaria, se desarrolla la investigación de tipo documental con diseño bibliográfico. Además, se considera transversal, en virtud, de que la información se recolecta en un tiempo, cronológicamente, desde el año 2019 hasta el 2021.
La indagación de la literatura científica se realizó mediante consultas en publicaciones electrónicas, empleando los buscadores como Google, Google Académico y Google Scholar; incluyendo palabras claves en los tesauros de Medical Subjects Headings (MeSH), DeCS, MedLine, UpToDate, Scielo, Clinical Key, y Ovid con los conectores: Covid-19; Sars-CoV- 2; coronavirus; coronavirus infections; malaria; Mycobacterium malaria, Plasmodium y Anopheles. De forma complementaria, también se efectuó exploración en las plataformas virtuales de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Ministerio de Salud de Panamá (MINSA).
En cuanto a la cantidad de publicaciones consultadas, en la búsqueda se obtuvo un total de (11) artículos, los cuales fueron seleccionados en su totalidad, atendiendo a los siguientes criterios muestrales: Criterios de inclusión: Idioma: español e inglés. Población diana: Zonas endémicas de malaria y covid-19, a nivel mundial. Temporalidad: 2019-2021. Acceso libre completo y gratuito. Artículos aplicados en humanos, aportados por las bases de datos anteriormente descritas. Criterio de exclusión: Fuentes de datos con contenido sobre formas de transmisión, patogenia y presentación clínica de la malaria y el Covid-19.
Sobre el procedimiento, la investigación atiende al esquema planteado por Véliz Anzola (2017) para los estudios documentales, de acuerdo con los siguientes pasos: Ubicación y arqueo de fuentes bibliográficas electrónicas, pertinente al objeto de estudio. Selección, validación y lectura de la literatura apropiada para recoger datos relevantes. Codificación y sistematización de la información seleccionada con el registro de esta, acorde con sus contenidos. Redacción, construcción y análisis de los aspectos teóricos, según las categorías y unidades que describen y explican los eventos. Generación de las conclusiones y consideraciones finales de la disertación investigativa.
Con respecto a la técnica e instrumento de recolección de datos se utilizó la observación directa con una matriz de contenido para registrar las fuentes de información de carácter secundario. Para el procesamiento y análisis de los resultados se realizó, a través del círculo hermenéutico-dialéctico de Lincoln y Guba (2016), que permitió incluir el proceso interpretativo a la luz de los diferentes enfoques teóricos.
Por otra parte, se definen las categorías y unidades de análisis que permite mantener la direccionalidad e intencionalidad en la investigación, así como la expresión del sentido y significado que el investigador le atribuye, tal como se indica en el Cuadro N°1.
RESULTADOS
En los Cuadro N°2, 3 y 4 se presentan los resultados según las categorías de análisis.
DISCUSIÓN
Posterior a la revisión sistemática de los artículos, se encontró que el 60 % corresponde a Europa, en los países de Reino Unido, Inglaterra y Suiza, el 30 % a Colombia y Perú, 10% Panamá y otras naciones. En relación con los diseños y tipos de estudios, el 60 % son descriptivos y documentales, el 40 % corresponden a casos controles y estudio de casos.
Con respecto a la categoría, zonas de difícil acceso y de alta vulnerabilidad impactadas por la malaria y Covid-19, a nivel mundial, los autores Calatrava Ruíz (2019) y Carther Scheifer (2020), coinciden sobre la presencia de transmisión simultánea de ambas enfermedades en países de África y América Latina, en zonas donde residen comunidades indígenas, así como en la región amazónica de Brasil, Perú y del Pacífico en Colombia. Estas áreas ya estaban azotadas, importantemente, por la malaria, radicalizándose por tener sistemas sanitarios empobrecidos, con menos recursos e infraestructuras para afrontar estas enfermedades, por lo que se elevan los índices de vulnerabilidad y de impacto sobre la población.
Vinculado a los anterior, González Talavedra (2021), señala que, además de las posibles consecuencias desencadenadas por el Covid-19 en estos países, no se descarta la afectación y la aparición de otras enfermedades que se pensaban erradicadas. Los tres autores coinciden en su análisis, que se trata de un problema de salud pública, ya que, desde el aspecto epidemiológico, se ha dado un retroceso en los avances que se habían llevado hasta la fecha en los programas de seguimiento y prevención de la malaria, en las zonas de difícil acceso.
En relación con los factores desencadenantes de las complicaciones de malaria y Covid-19 en las zonas de difícil acceso en el mundo, Bousema Toledo (2020), Ruíz Fuentes (2020) y Henríquez Nieto (2019) coinciden en que cada enfermedad tiene un contexto y condiciones específicas para su propagación. En el caso de la malaria la ubicación, edad, nivel socio económico y el número de personas que habitan por vivienda y estilo de vida, son determinantes del riesgo para la trasmisión de esta infección. A esta situación, agrega Tunner Frunser (2021) que, la distribución espacial, características socioculturales y climáticas contribuyen con los factores de vulnerabilidad para que la población pueda contraer malaria.
Sin embargo, enfatiza Henríquez Nieto (2019), que el aumento de la malaria en zonas de difícil acceso, afectadas por el Covid-19, tienen como causal, en primer lugar, las restricciones de movilidad y temor al contagio, lo que hace que las personas prefieren no asistir a los sistemas de salud para certificar si están padeciendo la enfermedad y, por otro lado que, la atención sanitaria se ha enfocado en los casos de contagio por el virus, ocasionado interrupciones de los programas de atención por malaria.
Una acotación particular realizada por Calatrava Ruíz (2019) está referida a que el parásito de la malaria responde rápidamente a los cambios en el uso de insecticidas, fármacos y vacunas, por lo que, al haber interrupción en estos programas de intervención se genera un periodo de latencia que puede llevar a la aparición rápida de nuevas cepas, esto supondría un retroceso importante en la lucha contra esta enfermedad. Además, Bousema Toledo (2020) y Ruíz Fuentes (2020) llaman la atención al reconocer que, en muchos casos, muchos estados han hecho una radicalización en su presupuesto, al igual que algunos organismos internacionales para darle prioridad a la pandemia, menoscabando, en cierta medida, no solo las campañas preventivas y de atención contra la malaria, sino también los avances en las investigaciones.
Sobre los desafíos y estrategias para la atención de las zonas de difícil acceso, afectadas por la malaria, la mayoría de las acciones que se aplican en la actualidad, fueron desarrolladas en los años 90, en los que se incluía la fumigación intradomiciliaria para matar a los mosquitos, las redes mosquiteras tratadas con insecticidas para proteger de la picadura, pruebas rápidas de diagnóstico en los poblados más alejados, medicamentos y tratamientos intermitentes con antimaláricos para prevenir la infección de las poblaciones más vulnerables (bebés, niños y mujeres embarazadas), así lo explica Gómez Díaz (2020). Por lo que se evidencia que se ha afectado la incorporación de nuevas estrategias de atención en la lucha contra esta enfermedad, priorizándose y orientando las actuaciones y recursos hacia el Covid- 19.
Los retos están presentes, porque la malaria, tal como lo expresan la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud (2020), tiene un impacto, incluso mayor que la pandemia por Covid-19, en la poblaciones y zonas de difícil acceso, traduciéndose en la principal causa de muerte para las personas con alta vulnerabilidad, en estos países. No obstante, se realizan esfuerzos puntuales y aislados en las naciones, sin mayor impacto. Por lo que Gómez Díaz (2020) y Tunner Frunser (2021) coinciden en apostar hacia una gran alianza estratégica mundial, basada en el multilateralismo, en el que se apoye el rol de las instituciones internacionales, no solo hacia la formulación de políticas de salud, basadas en la evidencia, a nivel mundial y nacional, en el interior de los países, sino abogando para asegurar respuestas coordinadas, frente a estos flagelos.
CONCLUSIONES
Con base en la intensión investigativa planteada se expresa que, el 100 % de los estudios hacen referencia sobre las consecuencias negativas que este último ha generado en las regiones endémicas por malaria. Se afirma que han aumentado los casos positivos e índices de muertes por malaria registradas en las regiones vulnerables de difícil acceso, identificadas por los organismos internacionales, como son África subsahariana, Asia Sudoriental, el Mediterráneo Oriental, el Pacífico Occidental y América afectando, por consiguiente, a la población. En 2020, el número de casos fue de 229 millones, con 409,000 muertes, frente a las 411,000 muertes del 2019. Al igual que en años anteriores, la Región de África asumió más del 90 % de la carga total de la enfermedad.
Entre las causas, por las que se ha incrementado los casos de malaria en las zonas de difícil acceso, durante la pandemia, se encuentran: La priorización y concentración de esfuerzos en la atención del coronavirus por los sistemas sanitarios. Las restricciones de movilidad de las personas ocasionando interrupciones y afectando la continuidad en los tratamientos y programas de atención preestablecidos. La desviación de recursos humanos y materiales destinados a los programas de la malaria para atender el virus, lo que se complica en las zonas de difícil acceso, al tener estos sistemas de salud precarios. Se proyecta que la limitación económica provoque una considerable pérdida de vidas, previendo reducciones hasta del 25 % en el acceso a los tratamientos antipalúdicos en el África subsahariana lo que provocaría entre 46,000 y 100,000 muertes adicionales, aproximadamente.
Por otro lado, el 80 % del material consultado coincide en que el comportamiento de las personas, a través del autocuidado, así como el estilo de vida, en estas zonas de difícil acceso, representan los controles primarios para la prevención de contagio de la malaria y el coronavirus. Esto sustenta el planteamiento que afirma que, a pesar de que la crisis tiene un enfoque socio sanitario, hay acciones que no dependen del recurso económico, sino del comportamiento social de las personas. De igual manera, la promoción de la salud es una estrategia clave en el fortalecimiento de competencias y capacidades en las poblaciones para el control preventivo de la malaria y el coronavirus.
Las medidas de alcance para minimizar el impacto del Covid-19, sobre las regiones de difícil acceso, en las que están presente la malaria, se enfocan en: Adaptación de los servicios sanitarios, garantizando la flexibilidad y respuestas rápidas para continuar prestando la continuidad de atención y prevención sanitaria hacia el resto de las enfermedades endémicas. Sobre la relación, entre la respuesta al coronavirus frente a otras enfermedades endémicas como la malaria, se hace necesario el mantenimiento y fortalecimiento de las estructuras y sistemas primarios de atención, la logística y cadena de suministro de productos sanitarios y, el fortalecimiento de los canales de información de la gestión sanitaria y vigilancia epidemiológica.
En cuanto a la participación social, siendo clave al igual que el liderazgo comunitario para una respuesta robusta y sostenida, interesa involucrar a la ciudadanía afectada en todas las medidas de respuestas que se tomen. En relación con las necesidades de investigación científica, es necesario promover la continuidad de estas actividades.
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