Ensayos

EXCLUSIÓN SOCIAL DE LOS ENFERMOS MENTALES

SOCIAL EXCLUSION OF THE MENTAL ILLNESS

Amairani Abimelec Acevedo Castillo
Universidad de Panamá , Panamá

SALUTA

Universidad Metropolitana de Educación, Ciencia y Tecnología, Panamá

ISSN-e: 2644-4003

Periodicidad: Semestral

vol. 1, núm. 1, 2017

saluta@umecit.edu.pa

Recepción: 07 Octubre 2017

Aprobación: 01 Diciembre 2017



DOI: https://doi.org/10.37594/saluta.v1i1.156

Resumen: Las personas con enfermedad mental cada día se enfrentan a un sufrimiento que es causado por su padecimiento mental, luchan con las continuas limitaciones que están derivadas de la enfermedad, además que en la actualidad se ha manifestado y notado en muchas de las acciones el desconocimiento de la sociedad sobre la realidad de un enfermo mental y las circunstancias en las que se ven envuelto cada día. No es fácil de afrontar la exclusión social que se recibe por los demás, muchas veces puede determinar y amplificar la integración social de estas personas. Las actitudes sociales practicadas de una forma negativa suelen conllevar a una exclusión de las pueden producir una imagen social marginada que afecta el bienestar, adaptación y participación social, levantando de forma adicional barreras que darán un aumento en el aislamiento y marginación de cada una de estas personas.

Palabras clave: Enfermedad mental, sociedad, exclusión social, integración social, actitudes sociales.

Abstract: People with mental illness every day face a suffering that is caused by their mental illness, they struggle with the continuous limitations that are derived from the disease, besides that nowadays, in many of the actions has been manifested and noticed the ignorance of the society about the reality of a mental patient and the circumstances in which they are involved every day. It is not easy to face the social exclusion that is received by others, it can often determine and amplify the social integration of these people. Social attitudes practiced in a negative way tend to lead to the exclusion of those that can produce a marginalized social image that affects welfare, adaptation and social participation, raising additional barriers that will increase the isolation and marginalization of each of these people.

Keywords: Mental illness, society, social exclusion, social integration, social attitudes.

INTRODUCCIÓN

Las personas con enfermedad mental cada día se enfrentan a un sufrimiento que es causado por su padecimiento mental, luchan con las continuas limitaciones que están derivadas de la enfermedad, además que en la actualidad se ha manifestado y notado en muchas de las acciones el desconocimiento de la sociedad sobre la realidad de un enfermo mental y las circunstancias en las que se ven envuelto cada día. No es fácil de afrontar la exclusión social que se recibe por los demás, muchas veces puede determinar y amplificar la integración social de estas personas. Las actitudes sociales practicadas de una forma negativa suelen conllevar a una exclusión de las pueden producir una imagen social marginada que afecta el bienestar, adaptación y participación social, levantando de forma adicional barreras que darán un aumento en el aislamiento y marginación de cada una de estas personas.

Tal como menciona el Libro Verde de Salud Mental en Europa (2005) "Estas personas se topan con el miedo y prejuicio de los demás, con frecuencia basados en una concepción distorsionada de lo que es una enfermedad mental" (4). Esto en realidad lo que causa es el aumento del sufrimiento personal, lo cual les impide el acceso a un empleo o vivienda, cosas que pudieren mejorar el estilo de vida de ellos, pero muchos de ellos no suelen buscar ayuda por el miedo a la forma que pueden reaccionar los demás.

Tendríamos hablar de la importancia que se dé una oferta de integración social dentro de la atención integral a las personas con enfermedad mental, el cubrir con las necesidades de integración y apoyo, simultáneamente a ellas acciones que disminuyan o eliminen las consecuencias negativas por las cuales se da un continua persistencia de hacer a un lado a las personas con enfermedad mental dentro de una sociedad.

Los efectos de los trastornos mentales pueden dominar la vida de una persona. Pueden afectar su habilidad de interactuar con otros, de llevar a cabo tareas y de pensar con claridad. Una vez que el problema de salud mental se manifiesta puede haber un impacto negativo en el trabajo, en los ingresos, en adquirir una vivienda digna, en tener acceso a servicios sociales y en formar parte de una red social. Al verse apartadas de muchas necesidades básicas de la vida, las personas con enfermedad mental se enfrentan a una situación social y económica precaria, al aislamiento que suele afectar de forma drástica la calidad de vida de cada uno de ellos.

Determinadas formas de enfermedad mental pueden producir apatía, falta de interés y motivación, así como una reticencia a involucrarse con otros. La exclusión de las personas con enfermedad mental frecuentemente se traduce en la sociedad en un distanciamiento de las relaciones con dichas personas, con reticencia a trabajar junto a personas con enfermedad mental, casarse o tenerles como amigos, lo que les supone segregación y aislamiento social, el cual es un aspecto que tendríamos que ver del otro lado de la moneda, cuando las personas supuestamente normales no brindan el apoyo y dan esa integración a aquellas personas que por una u otra razón sufren y tienen el derecho a recibir la asistencia de esta sociedad creciente, contando con la integración de la familia, comunidad, servicios de salud los cuales están para brindar un apoyo al mantenimiento de ellos controlando su salud y bienestar.

Enfrentados a los prejuicios sociales, las personas con enfermedad mental, en muchos casos, se han visto a sí mismas como inferiores. La gran mayoría ha aceptado la imagen que los demás tienen de ellos, creándose sobre sí mismos una imagen desastrosa, lo que aumenta su aislamiento y falta de motivación para alcanzar sus objetivos limitando la recepción del apoyo que escasamente se brinda.

Se puede mencionar a los medios de comunicación, suelen dar una influencia extra negativa en la actitud de la gente hacia la enfermedad mental. Contribuyen a incrementar prejuicios en la opinión pública, a través de titulares y noticias y magnificando los pocos casos en los que un ciudadano ha sido agredido por una persona con problemas de salud mental. Así lo confirma el estudio Estigma y enfermedad mental, realizado por un grupo de trabajo de la Facultad de Psi­co­logía de la Universidad Complu­ten­se de Madrid y publicado en 2006, donde se indica que “un alto porcentaje de unidades informativas que trataban acerca de actos violentos y crímenes aludían a la presencia o ausencia de problemas mentales en la persona que los cometía”. “Los estereotipos de peligrosidad e impredecibilidad eran más frecuentes en las unidades informativas procedentes de la televisión, aun cuando en este medio era marcada la escasez de noticias que trataban el tema”, concluía el estudio. (6)

Los problemas de violencia o crímenes suelen asociarlo, a algún padecimiento sobre salud mental, haciendo un gran pensamiento sobre que puede ser causa y consecuencia de exclusión social de los enfermos mentales. El estigma y la auto-estigmatización están entre los factores clave que contribuyen a la exclusión social de las personas que tienen problemas de salud mental. El vínculo entre enfermo mental y exclusión social se hace evidente a través de factores sociales que dan desventaja y limitación de beneficios propios, marcado por cada una de las críticas de la población.

El concepto de estigma es fundamental para comprender las experiencias de exclusión social de las personas con problemas de salud mental. El estigma generalmente se refiere a cualquier característica, rasgo o trastorno que etiquete a una persona como diferente respecto a una “normal”, provocando una intolerancia o incluso un castigo hacia ella por parte de la comunidad.

Las investigaciones relacionadas con la estigmatización hacia las personas con enfermedad mental globalmente evidencian que, en la mayoría de los países, estas personas no son consideradas tan válidas como las demás personas, desvalorizando en un todo a estas personas.

La exclusión social es un problema multidimensional, y los diferentes aspectos que la componen, si no son superados, en la mayoría de los casos pueden provocar un empeoramiento de la enfermedad o también dificultar la recuperación de los pacientes que en ocasiones lo que más se necesita o les brindaría un mayor soporte seria no encontrar además de su enfermedad que lo excluyan de una sociedad, donde podría que se encontrara un mayor apoyo para el mejoramiento personal.

La integración social es la gran asignatura pendiente para las personas que sufren trastornos mentales severos, denominación que engloba diagnósticos no siempre de fronteras precisas, como son las psicosis estabilizadas en general, la esquizofrenia paranoide, los trastornos bipolares y esquizoafectivos y los trastornos límites de personalidad. Se considera, según cifras de la OMS, que el 1% de la población mundial padece enfermedades psíquicas, porcentaje que está en crecimiento en todo el planeta. Estas patologías son muy a menudo crónicas o cíclicas. Provocan un gran sufrimiento en fases agudas. Su tratamiento médico ha logrado la compensación, pero graves carencias sociales y, sobre todo, la intolerancia dan lugar a un fenómeno general de exclusión. (3)

No hay nada peor que la línea plana emocional cuando te sientes muerto en vida. Necesitamos buscar ilusiones, trabajar, estar ocupados, sentirnos personas". Así definía su situación uno de los propios afectados recientemente en Barcelona durante la celebración del 20º aniversario de la Asociación Joia, formada por profesionales de la salud mental. Dolors, también afectada por un trastorno mental, definía así su sentimiento de exclusión: "Es verdad que nos automarginamos y que necesitamos ayuda para romper las barreras. Que la gente deje de vernos como algo extraño y potencialmente peligroso". Las mismas personas dentro de sus estados de lucidez los dicen claramente, su necesidad esta sin satisfacer, podría ser que se le esté ofreciendo ayuda médica, pero se encuentra en una carencia enorme de una integración social, la que cada vez es más lenta y discriminatoria.

Las teorías contra la exclusión parten de la idea de combatir, primero, el mito de la incapacidad y desenmascarar así la estigmatización como un atentado contra derechos fundamentales. Así lo asegura Gloria Wilhelmi, asesora de programas de igualdad de oportunidades del Área de Promoción Económica de la Diputación de Barcelona. Su tarea se orienta a dar soporte, a través de múltiples iniciativas, a los afectados por trastornos mentales severos, tanto en centros de trabajo especiales como en el mercado ordinario, para conseguir la inserción real de la persona.

Enrique Arqués, psicólogo y director de la Asociación Joia, cree que el auténtico reto es la generalización de los servicios de integración en la comunidad y la conquista de la ciudadanía. "Aunque se supere el delirio, la calidad de vida de la persona en su casa y excluida es bajísima. El remedio no puede ser peor que la enfermedad. El sufrimiento mental existe, pero a veces puede ser peor la persona medicada pero sin rol". El mismo empeño y la consolidación de un buen equipo de formadores laborales y la búsqueda de la continuidad en el trabajo es la clave del éxito, según explica Miquel Isanta, gerente del centro especial de trabajo El Mollí d'en Puigvert.

Las personas con trastornos mentales se encuentran entre los grupos más marginados en los países en desarrollo. No sólo son excluidos por otros ciudadanos sino que además quedan fuera de las políticas de desarrollo y reducción de la pobreza, según ha denunciado la Organización Mundial de la Salud (OMS). (3)

En un informe divulgado en la sede de la ONU, esta agencia afirma que entre el 75% y el 85% de las personas con desórdenes mentales y discapacidades intelectuales carecen de acceso a tratamientos adecuados a sus condiciones y tampoco tienen opciones de acceder a oportunidades educativas y laborales para desarrollar su potencial como seres humanos. En los países menos desarrollados, la tasa de desempleo de las personas que padecen enfermedades mentales alcanza el 90%, indica el documento. (3) Siendo muy clara la evidencia estadística de la exclusión que deben sufrir estas personas, desde puede ser una persona del entorno hasta que las mismas autoridades de los distintos países permiten o no se da la inclusión adecuada a cada uno de ellos evitando de una manera tan simple que puedan ser parte de un entono social, si tuvieran acceso podrían contar con un desarrollo más saludable como persona que los dejarían ser partes activa de la sociedades actuales en las que se vive, aportando y recibiendo su apoyo.

"Los que trabajan en materia de desarrollo deben prestar una mayor atención para poder revertir esta realidad", ha expresado el director general adjunto para Enfermedades No Transmisibles y Salud Mental de la OMS, Ala Alwan. En su opinión, la falta de visibilidad, voz y poder de las personas con discapacidades intelectuales y mentales obliga a realizar un esfuerzo mayor para hacerles llegar ayuda e involucrarlos en los programas de desarrollo.

La ayuda se puede brindar teniendo una mirada más consiente a cada una de las necesidades que pudiera tener las personas con enfermedades mentales, pero también es cierto que nos obliga su incapacidad para tomar una decisión correcta, la atribución de su situación social a nuestra responsabilidad, como personas que deben preocuparse por el bienestar de cada uno de ellos ya que somos los capacitados para elegir de forma oportuna cada una de las contribuciones que se les podría hacer.

Un reto enorme, Dado que una de cada cuatro personas en el mundo padecen algún tipo de trastorno mental a lo largo de su vida, la agencia de Naciones Unidas reconoce que "el reto es enorme". Asimismo, el informe resalta que este tipo de enfermedades son responsables del 8,8% y el 16,6% de las dolencias en los países de ingresos bajos y medios, respectivamente.

La OMS reclama en el documento que las políticas de desarrollo tengan en cuenta la particular vulnerabilidad de los enfermos mentales y los discapacitados intelectuales, así como que se destinen mayores recursos en los programas de asistencia médica a este tipo de dolencias. También recomienda que programas que proporcionan empleo, educación y otros servicios incluya a personas con estas discapacidades, entre otras cosas.

Un cambio en el paradigma, que incluye una desintucionalizacion de los servicios de salud mental y presentación de los servicios en la atención primaria, que estén acorde con las necesidades de los pacientes y de los familiares pueden dar una gran aporte para evitar la exclusión social. Ya que los grandes hospitales psiquiátricos o manicomios contribuyen enormemente exclusión, ayudan a que crezca esa idea que los enfermos mentales o que tienen algún padecimiento deben estar dentro de un hospital amarrados, pero si ayudamos a que cambiemos esa desinformación, empezando desde la familia y damos paso hacia la salida en la comunidad, siempre dando hincapié que valle unido a la formación de paciente y familiares sobre las diversas estrategias de participación activa y capacitación, se les estaría ofreciendo una mejor calidad de vida a estas personas que cada día lo piden a gritos.

Referencias

1. Calafat, E. (2002-2006). From Exclusion to Inclusion-The Way forthwith to promotion social inclusion of people with mental health problems in Europe, Editado en 2008 Mental Health Europe. [Archivo PDF]. Recuperado de https://consaludmental.org/publicaciones/Delaexclusionalainclusion.pdf

2. Córdoba, A. M., (2007). Discapacidad y Exclusión Social en Panamá: Entre instituciones y legislaciones el individuo excluido. Voces Nuevas. [Archivo PDF].

3. La OMS denuncia la exclusión de los enfermos mentales. (17 de Septiembre del 2010). El Mundo en ORBYT. Recuperado http://www.elmundo.es/elmundosalud/2010/09/17/neurociencia/1284736383.html

4. Libro Verde de Salud Mental en Europa (2005), Comisión de la comunidad europea. [Archivo PDF].

5. Lorente, E. (11de Mayo del 2014). La exclusión laboral de los enfermos mentales. El País, Periódico Global. Recuperado de http://elpais.com/diario/2004/05/11/salud/1084226401_850215.html

6. Muñoz, M., Pérez, E., Crespo, M., Guillen, A. I., (2009). Estigma y Enfermedad Mental, Análisis del rechazo que sufren las personas con enfermedad mental. Editorial Complutense, S.A., [Archivo PDF]. Recuperado de http://biblioteca.ucm.es/ecsa/9788474919806.pdf

7. Morgaño, D., (24 de Abril del 2016). Estigma y salud mental, Diagonal Psicología. Recuperado de https://www.diagonalperiodico.net/cuerpo/30017-estigma-y-salud-mental.html

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