Apuntes

Sobre: El ojo torcido. La mirada disidente del feminismo queer, de Marta Pascua Canelo. Editorial Cántico, 2023.

Daniela Fumis
Universidad Nacional del Litoral, Argentina

El taco en la brea

Universidad Nacional del Litoral, Argentina

ISSN: 2362-4191

Periodicidad: Semestral

núm. 19, e0148, 2024

revistaeltacoenlabrea@fhuc.unl.edu.ar

Pascua Canelo Marta. Editorial Cántico. 2023. España. Editorial Cántico. 90pp.. 978-84-19387-61-5


La exploración teórica de las intersecciones entre los estudios feministas, queer y crip ha venido consolidándose como una zona de abordaje productiva para los estudios literarios. En sintonía con esta tendencia, la Editorial Cántico, de Córdoba, España, ha convocado el Primer premio de teoría queer y crip «Sonia Rescalvo Zafra», cuyo nombre conmemora a una víctima de transodio ocurrido en Barcelona en 1991, por lo que puede leerse allí una apuesta no solo en términos de memoria sino en tanto gesto político de rehabilitación de debates indispensables en nuestra actualidad. De modo que, en tanto finalista de dicho premio, el libro de Marta Pascua Canelo resulta una estimulante invitación a revisitar y desmontar metáforas cristalizadas que sustentan la teoría: ahí, una imagen disruptiva de los ojos funciona como estrategia de resistencia a la matriz del punto de vista. En esta dirección, también, puede identificarse la inscripción de la propuesta de Pascua Canelo en lo que Rodríguez Freire (2023) analizara recientemente como el girovisual en los estudios literarios.

Como parte del Proyecto de Exocanónicos de la Universidad de Salamanca, Pascua Canelo ya había trabajado la cuestión en términos de «poéticas del desenfoque» y había centrado su abordaje en relación con las estrategias de resistencia en torno a la patologización del cuerpo en términos de los disabilities studies. En esta oportunidad, sobre esta potente articulación teórica (feminismos‒queer.crip) y a partir de la metáfora del «ojo torcido», el planteo de la obra apunta a volver a reflexionar sobre la productividad de la mirada en tanto matriz de pensamiento y en tanto tópico, en pos de reconocer nuevas potencias en el cruce. Se trata de habilitar una imagen rara de la ocularidad como punto de partida, a fin de exponer sus efectos subversivos a la hora de leer los modos de las operaciones del pensar, pero también de habitar el mundo en comunidad.

En términos concretos, el capítulo uno plantea los lineamientos teóricos iniciales, en una hoja de ruta que partiendo de Michel Foucault y de Martin Jay reconoce iluminadoras derivas iniciáticas en Giovanni Sartori, David Le Breton, Régis Debray, Hal Foster hasta Donna Haraway y Eva Lootz. Asimismo, se formulan preguntas que intentan asediar la predominancia de la vista y las implicancias de la prevalencia de la visualidad en tanto sistema de organización de la experiencia contemporánea. El umbral para el ingreso al problema se posiciona junto a Miguel Ángel Hernández en diálogo con Alejandra Castillo, para comprender la idea de régimen escópico como clave.

En el segundo capítulo, la argumentación se orienta a fundamentar el modo en que el ocularcentrismo no se encontraría en trance de superación sino en una fase crítica en la que sería factible reconocer posiciones de resistencia. Así las «epistemologías feministas, queer y anticapacitistas que confirman las violencias del ocularcentrismo» estarían interviniendo sobre ese régimen dominante habilitando un «impulso contravisual» (26).

En el tercer capítulo, el desarrollo se propone indagar más específicamente en la potencia de los abordajes feministas para explorar las desviaciones que inauguran nuevos modos de ver como nuevos marcos de visualidad. Estos movimientos sustraerían a la mirada femenina de la condición pasiva para habilitar estrategias de intervención en intersticios de acción: «contra‒prácticas de la mirada que fungen como respuestas críticas frente a este régimen dominante» (39). Ahí se ponen a funcionar una serie de metáforas: la mirada miope de Hélène Cixous, la mirada bizca de Sigrid Weigel, la mirada estrábica de Maria‒Mercè Marçal, la mirada tuerta de Monserrat Roig y el mirar desde el rabillo del ojo de Eva Lootz. Formas de agrietar el falogocularcentrismo que iluminan miradas alternativas y otros regímenes escópicos posibles.

El capítulo cuatro indaga sobre lo que la autora llama «el ojo queer»: un mirar torcido que «resquebraja la verticalidad falo‒logo‒heterocentrada» (52), un ojo emancipado que altera la visión y repercute en términos de prácticas narrativas como formas de imaginar otros relatos. En continuidad, el capítulo cinco aborda la potencia de la alianza queer.crip para explorar la resistencia anticapacitista en torno a los ojos desviados como tecnologías críticas para repensar los límites del orden sensorial y el concepto de cuerpo normativo.

En el trabajo de resistencia ocularcentrista que posibilita la construcción de una sensibilidad otra, el estudio sugiere un corpus de autoras latinoamericanas que indagan sobre el tópico de los ojos como punto de partida (Lina Meruane, María Gainza, Mercedes Halfon, Remedios Zafra, Guadalupe Nettel, entre otras). En relación con ello, en el extenso entramado construido sobre los distintos aportes, queda pendiente como tarea por venir, la inclusión de la mirada de lectoras críticas latinoamericanas como Sylvia Molloy, María Moreno, Francesca Denegri, Paola Cortés Rocca, Francesca Gargallo, por nombrar solo algunas, quienes a la salida del tópico, nos muestran cuáles son las estrategias específicas del ojo torcido a la hora de leer (y que invitarían también al trazado de una genealogía crítica del ojo torcido latinoamericano). En esas lecturas, además, las políticas del ojo requieren del reconocimiento de la historia de un aprendizaje de lo visible en la que afectos como la culpa, la vergüenza, el pudor, el control, el ocultamiento, el atisbo, el erotismo, circulan revelando un horizonte de luchas y tensiones que no pueden pensarse por fuera de los procesos históricos en América Latina en términos de alteridades (Segato). Así, finalmente, puede intuirse en la obra de Pascua Canelo una invitación implícita hacia la indagación sobre la deriva de los ojos y su relación con los modos de aprendizaje de los lazos sociales en torno a ciertos marcos de lo pensable en una perspectiva situada.

Por su brevedad, El ojo torcido es un libro amable para quienes se inicien en el tema y, no obstante, resultará un estímulo en torno a nuevas preguntas sugeridas para los lectores de mayor trayectoria.

Referencias bibliográficas

Rodríguez Freire, R. (2023). El giro visual en los estudios literarios. Diálogos entre escritura y visualidad. Revista chilena de literatura, 107, 9‒15.

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