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El humanismo ante los desafios actuales: una mirada desde la antropología

Ramón D Rivas
Universidad Tecnológica de El Salvador, El Salvador

Revista de Museología Kóot

Universidad Tecnológica de El Salvador, El Salvador

ISSN-e: 2307-3942

Periodicidad: Anual

núm. 10, 2019

ramon.rivas@utec.edu.sv



Resumen: Resumen

En esta reflexión se considera que para que el humanismo sea un camino social para la pacificación, el desarrollo y el crecimiento cultural, es necesario y urgente potenciar el conocimiento en todos los sectores de la vida. No podemos seguir tomando decisiones personales y colectivas sin tener conocimiento de las cosas, sus consecuencias y sus beneficios. Se necesitan más hombres y mujeres que razonen o contemplen la vida para reflexionar de ella. Es el momento para repensar la educación básica, media y universitaria.

Resumen

This reflexion considers that for humanism to be a social path towards pacification, development and cultural growth, it is urgent and necessary to boost knowledge in all areas of life. We can´t continue making personal and collective decisions without knowing about things, their consequences and their benefits. We need more men and women capable of analyzing or contemplating life in order to reflect on it. This is the moment to think high, middle and elementary education over.

Palabras clave: conocimiento, Filosofía, Antropología, Ética, humanismo, historia, pedagogía, moral.

Keywords: Knowledge, Philosophy, Anthropology, Ethics, Humanism, Pedagogy

Conferencia inaugural a presentar en el IX Congreso de pensamiento humanístico de Centroamérica, el Caribe y México. COAHCA. Del 25 al 28 de septiembre.

Gracias por tomarse el tiempo de venir a escuchar esta reflexión, con una profundidad filosófica e histórica y que además engloba diferentes campos de estudio y reflexión en los que directa o indirectamente se trastoca al ser humano. El tema es controversial para muchos, pero considero que, independientemente de los roces que pueda generar con determinadas creencias filosóficas y convicciones religiosas, considero que debe analizarse cuidadosamente para ver los beneficios que podemos obtener de esta corriente filosófica, si es que así la podemos llamar. Recordemos que el mismo humanista italiano parte de la idea de que “nadie puede elegir adecuadamente lo que le conviene de todas las filosofías si no se ha familiarizado antes con todas ellas. Además, considérese que en cada escuela hay algo distintivo de ella que no tiene en común con las demás”. Lo anterior son palabras de Giovanni Pico Della Mirandola, de fines del siglo XV, al escribir el “manifiesto del renacimiento” con su obra Oratio de hominis dignitate.

Es importante señalar que el humanismo es una corriente del pensamiento que se revela contra lo clásico, el pensamiento medieval. En palabras de la chilena Carla Cordua, “El humanismo se entendía como la recuperación de un período culminante de la historia humana, capaz de darle a las épocas posteriores la medida máxima de lo humanamente posible”.

Partamos entonces, por entender, que esta corriente de pensamiento, que ha tenido sus momentos cúspides, trastoca las formas de interpretar o definir la creatividad humana, su capacidad de transformación y su poder de descubrir y crear para beneficio social. Para ello, tratemos de definir qué vamos a entender por humanismo, sus características, sus precursores teóricos y sus posiciones frente a las ciencias humanas.

Definición:

En un sentido general llamamos “humanista” a toda teoría filosófica que destaca el valor del hombre frente al resto de realidades, o que desarrolla sus tesis principales a partir de la reivindicación de los valores humanos1.

Importar tabla Este es un movimiento intelectual desarrollado en Europa durante los siglos XV y XVI que, rompiendo las tradiciones escolásticas medievales y exaltando en su totalidad las cualidades propias de la naturaleza humana, pretendía descubrir al hombre y dar un sentido racional a la vida tomando como maestros a los

1 Danny José Blanca Gota.

clásicos griegos y latinos, cuyas obras redescubrió y estudió.

El humanismo fue una corriente de pensamiento que se origina dentro del renacimiento, y es considerado una filosofía propia, que tiene su propia visión de la epistemología, de la política, de la ética, la estética y la metafísica; convirtiéndose así en un sistema completo de ideas que busca darle a la humanidad, una mejor interpretación de su entorno. Aquí haré una precisión muy ligera de lo dicho. De lo que se trata es de una nueva interpretación de la idea filosófica de las cosas conocida hasta el momento, es la idea de la idea existente; una visión de lo que se conocía y se conoce de la política, la ética como expresión humana y de los asuntos metafísicos, los cuales en la edad media eran considerados temas tabú para el vulgo, no obstante, su esencia era la de estudiar el pensamiento filosófico de la época, sobre todo aquellos relacionado con lo intangible como el alma, el espíritu, el estado político, la libertad, entre otras muchas cosas.

Volviendo a la línea definitoria e histórica del humanismo, puedo asegurar que esta filosofía buscaba estudiar las lenguas y la cultura clásica y la reivindicación de los “estudios humanistas”, pero con el paso de los años incidió en la sociedad, sobre todo con hacer que la razón fuese el centro de pensamiento y liberación del mismo ser humano. Se convierte en un afán de renovación de la cultura a partir de los ideales morales y vitales de la antigüedad clásica: en el mundo grecolatino encuentran un modelo que les sirvió fundamentalmente para la reivindicación de la libertad y la dignidad humana, y del pensamiento libre de las ataduras de la religión. Por eso, muchos consideran que el humanismo va en contra del pensamiento cristiano o de cualquier religión. No obstante, su oposición es en contra de aquello que esclaviza al ser humano para no dejarlo crecer en su entorno natural.

Entre sus principales características tenemos:

• Rechazo a los principios y pensamiento medieval.

• Coloca al ser humano como centro del universo, por su condición libre y racional.

• Tiene como referente cultural y de pensamiento a la cultura grecorromana, entre ellos a pensadores como Aristóteles y Platón.

• La verdad se obtiene únicamente por medio de la investigación.

Principales precursores del humanismo clásico

En Italia, el humanismo fue impulsado por los mecenas, nobles y burgueses que se erigieron en protectores de intelectuales y artistas.


Dr. Ramón D. Rivas

• Nicolás Maquiavelo fue uno de los más reconocidos humanistas, cuyo pensamiento realista se apartaba de los principios morales.

• Tomás Moro, pensador y político inglés.

• Erasmo de Rotterdam, teólogo holandés.

• Pico della Mirandola, humanista italiano.

• Leonardo Bruni, historiador y político italiano.

El humanismo como teoría universal

Como lo expresé en mis primeras palabras, el humanismo es una filosofía tan profunda que en los últimos años los estudiosos han hecho de ella una teoría a la cual le llaman “Teoría del humanismo”, que consiste en una reforma universal que se da en el mundo del conocimiento para interpretar nuestra realidad. Es una reforma que se registra a partir de la toma de conciencia en todas las culturas y religiones, por medio de procesos históricos en el mundo de las ciencias.

En palabras de Josep Belda Beneyto2, al analizar la obra de Pedro Aullón de Haro, el humanismo permitió que se produjera “un tránsito de lo cosmológico a

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2 Beneyto, Josep Belda. Teoría Universal del Humanismo. PDF consultado el 6/08/1028 en https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4112473.pdf

lo antropológico, y no sólo porque el ser humano se convirtió en el centro de los intereses de lo religioso y de lo filosófico, sino especialmente porque el mismo hombre devino el sujeto actor y responsable, en su conciencia ético-religiosa, del mejoramiento de sí mismo, de lo humano y del mismo mundo”.

Con un pensamiento humanista, la persona debe comprender que se convierte en el actor de sí mismo y de la construcción del mundo, para lo cual deberá romper los miedos de las tradiciones, de la conciencia de subjetividad y de los ritos religiosos que eran concebidos como formas divinas para solucionar e interpretar los problemas humanos. Beneyto lo considera este proceso como una mutación del ser humano, porque se produce una metamorfosis al estilo kafkiano donde lo subjetivo pasa a ser objetivo y donde lo metafísico se transforma en pensamiento razonado y real.

Debo señalar que el humanismo centra su análisis en el hombre desde el hombre mismo, pero en lo personal creo que no es una exaltación al yo; sino más bien, es entender al ser humano en relación con su entorno, o desde otro enfoque, ver como la cultura, producto del ser humano, termina moldeando o transformando al mismo hombre, es una relación recíproca o dialéctica que no debe ser interpretada como algo trazado por el destino; sino más bien, por la cultura creada por el hombre mismo.

De ahí la importancia de la EDUCACIÓN, la cual es desde la concepción humanista, una de las vías más importantes para la transmisión del CONOCIMIENTO y de los valores morales. Para la cultura occidental, la pedagogía humanista es una de las formas más idóneas para transmitir el saber a las nuevas generaciones. Tengo entendido que el modelo educativo que implementan algunos centros educativos del país, ya sean de educación básica o universitaria, lo hacen sobre la base del humanismo constructivista, el cual consiste en reconocer a la persona como centro del proceso de enseñanza- aprendizaje, tomando en cuenta que cada persona aprende y conoce de acuerdo con su estilo cognitivo y su realidad biopsicosocial y cultural. Ahora bien, cuando se habla de constructivista, ellos se están refiriendo a creer que el conocimiento se desarrolla en un ambiente participativo en el que el estudiante es el constructor de su propio aprendizaje y potencia su capacidad creativa a partir de sus experiencias previas y los nuevos conocimientos desarrollados, con el acompañamiento del docente y sus demás compañeros de estudios.

Es aquí donde quiero hacer una pausa más subrayar que el humanismo apoyado por el constructivismo permite una relación armoniosa entre personas, mirándonos como complementos unos de otros, donde mi conocimiento es útil a otra persona a quien entrego para recibir su conocimiento y así juntos construir

el saber personal que me debería a tener una actitud solidaria e inclusiva en todo el proceso de formación. Por ejemplo, debo partir de que quiero ser médico para ayudar a los demás, para curar y buscar minimizar el dolor de la persona humana. Yo no debería ser médico para hacer riqueza, mucho menos para convertirme en clase hegemónica en la sociedad. Así deberían ser todas las profesiones universitarias, desde el sociólogo, antropólogo, ingeniero, entre otros, deberíamos entender que el centro del conocimiento humano adquirido es para ponerlo al servicio de la colectividad, de la cual recibiremos nuestra retribución económica según la valorización que hace el mercado laboral de nuestra fuerza de trabajo.

Con lo anterior trato de explicar que el humanismo tiene una interpretación del conocimiento desde la colectividad, la cual se transmite desde la cultura para que sea fortalecido en el tiempo. En palabras de Beneyto: “No hay humanismo que no sea razonablemente optimista, pues asume una idea de hombre esencialmente libre y naturalmente inclinado al deseo de aprender y de interiorizar modelos de virtud”.

Trato de mantener la idea de que el humanismo pedagógico centra la educación en idearios sociales o económicos. No estamos diciendo que el humanismo centre su estudio o reflexión solo en aspectos palpables. Mucho cuidado con ello. Lo que digo es que la epistemología del humanismo tiene claro que una sociedad se reproducirá sobre la base de su ideario político y económico y esto no es subjetivismo. Hay que comprender que el modelo humanista decodifica el pensamiento de la persona y su realidad para interpretarla y ajustar su aprendizaje de acuerdo a sus necesidades personales y colectivas. Lógicamente, si nuestra cultura de consumo esta muy incrustada en la mente del ser humano y su entorno es de consumo permanente, su ansiedad por aprender podría estar basado en el deseo de aprender para utilizar su conocimiento como mercancía para satisfacer sus necesidades de consumo. La pregunta en este proceso es

¿Ese es el tipo de ser humano que necesitamos y queremos? La respuesta podría ser no, porque nos destruye. Lamentablemente, aunque no lo queremos, en la práctica es lo reproducimos porque hace falta vernos más internamente. Ahí es donde el humanismo entra en acción como una corriente filosófica que ayuda a entender la razón de ser y existir.

Pero esto no solo ocurre en la actualidad. Ya en la edad medio se dieron casos en la cual la educación sirvió para reproducir una forma de pensamiento creativo y estético en la antigua Grecia. Al respecto, Beneyto lo explica de la siguiente manera: “Jaeger consolidó la idea de que la tradición humanística, desde sus orígenes griegos, estaba íntimamente unida a la educación, una educación que no se restringe a la transmisión de enseñanzas, sino a la tarea ambiciosa

de conformar, al modo de una creación artística, hombres de humanidad integral, fusión de instrucción y educación entendida como asunción interior de valores”.

La ciencia no excluye al humanismo

Para ir finalizando, deseo preguntar ¿el descubrimiento y separación del átomo es más valioso que una obra literaria de Miguel de Cervantes? Creo que de las creaciones más valiosas esta la del Quijote, en donde hay mucha sabiduría, humanismo, historia, y cuantas cosas uno desea conocer. Porque digo lo anterior, pues toda mi exposición ha estado centrada en explicar que el humanismo busca destacar los valores, la ética y la razón. Es el medio para conocer al ser mismo, por lo que aquí es importante el humano y su creación que el producto mismo. Yo pienso que la ciencia es producto del hombre y debería analizarse desde su concepción humanista. Por ejemplo: ¿Por qué Eisten descubrió la teoría de la relatividad? ¿Qué lo motivaba? ¿Cuáles eran sus pensamientos subjetivos que lo llevaron a plantear las hipótesis?

Si no tenemos creencias, entonces ya no habrá investigación. Si las personas viven sin ilusiones y sin fe, entonces nos movemos por inercia y por pragmatismo que influyen en nuestra conducta.

Laurence Gould, presidente de la Comisión de Polares de la Academia norteamericana de Ciencias, citando a Sir Richard Livingstone dijo en una revista de la UNESCO de 1968 lo siguiente:

la academia ha cometido el error de deslegitimizar creencias y valores que movieron a las sociedades antiguar sin darle nada a cambio. Únicamente hemos sido críticos férreos y opositores “científicos” pero no valoramos que el ser humano se mueve por valores, ideales, pensamientos y aspiraciones. Se estudia a grandes pensadores como Aristóteles, pero ¿Quién piensa con él como una de las grandes figuras de las ciencias? ¿Quién ha logrado unificar a un pueblo como lo hizo este pensador? ¿Qué ideas han trascendido como las de este metafísico?

Añade más adelante: Necesitamos más científicos letrados y elocuentes, pero también nos hace falta más literatura de imaginación que interprete nuestra existencia mecanizada en un estilo lo suficientemente noble como para que nos «llegue» y nos Inspire. Para volverlo a decir con las palabras de Shelley,

«transformándola con la sangre y los huesos de la naturaleza humana”.

Lo dicho por este representante de las ciencias en uno de los países que ha acogido a hombres y mujeres de ciencia, nos lleva a entender que las ciencias no

debería ser sinónimo de pérdida de valores, creencias o imaginación porque es propia del ser humano. No somos seres inanimados, sin alma o sin pensamiento razonable; somos eso y mucho más, por lo que las ciencias humanas es lo que debería fortalecer.

Como antropólogo debo decirlo que nuestro enfoque científico o filosófico está en conocer esos elementos que han movido a las grandes culturas del mundo. No puede perderse de vista que la Antropología, en tanto estudia “la naturaleza del hombre”, apunta al concepto metafísico de lo que sea esa naturaleza. En otras palabras, la antropología logra exponer cómo las grandes culturas como las de China, Atenas, la India y la hebrea se mantuvieron gracias a una serie de ideas basadas en una unidad espiritual, lo cual resulta interesante porque su legado es tan valioso para la humanidad que puedo asegurar que sirvieron de base para construir lo que hoy tenemos.

El humanismo, como lo vimos al principio de mi exposición, centra su análisis en la reivindicación de los valores humanos, es decir, en todo aquello que valoriza a la persona, a su comunidad y a su cosmovisión. Quizá la ciencia pueda estar o no estar de acuerdo con esos ideales, ya que dentro de la metafísica no hay forma de constatarla. Pero de algo que si podemos estar conscientes es que esos ideales, esa búsqueda de la divinidad o eternidad, el ser humano ha hecho maravillas con la ciencia para lograr lo que en sus mentes o su espíritu esta y quieren.

Lo anterior lo sustento con lo dicho por Xavier Zubiri, referente a la persona como ser humano. Este filósofo dice: “El hombre, quiera o no, lo admita o no, se encuentra fundamentado en la realidad divina, exactamente lo mismo que el resto de las realidades. Dios, como realidad absolutamente absoluta es realidad fundamentante de toda realidad”.

Lo anterior lo dijo Zubiri en relación a su concepción del humanismo cristiano, el cual, “sin olvidar a Dios, centra su atención en el hombre, en su dignidad, libertad y capacidad para hacerse a sí mismo, para construir su vida en el mundo y para dominar la realidad.

Dios está ahí, pero ha de ser el hombre quien decida su propia vida de acuerdo a las capacidades y potencialidades que constituyen su naturaleza específica”.3 Lógicamente, esta interpretación puede molestar a aquellas personas que de una u otra cosa consideran que su destino no puede modificarse por esta determinado por Dios mismo. Nada errado como eso; considero que el destino de un pueblo y de las personas mismas, es producto de sus decisiones y de su manera de trabajar por cambiarlo para beneficio o para destrucción de la misma raza humana.

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3 Esta definición la hace Juan José Jorge López en su ensayo sobre “La antropología en el humanismo cristiano de Benito Arias Montano y Xavier Zubiri”.

El egoísmo humano y su hegemonía sobre otros es lo que produce pobreza, violencia y exclusión. Las ansias de dominar a otros son propias del ser humano, no esta determinado por la divinidad. No son los dioses quienes nos someten a vivir en luchas permanentes, ni a vivir en la ignorancia, pobres o presos de nuestra realidad. Son nuestras decisiones las que nos tienen como somos; son las capacidades reprimidas las que mantienen en sociedades que nunca logran despegar del subdesarrollo; son las faltas de aptitudes y creatividad las que nos someten a vivir siempre en las fronteras de las ciencias, el desarrollo científico y la educación.

¿Quiénes deciden el rumbo económico de un país? ¿Quiénes son los que pueden generar oportunidades de trabajo en esta sociedad? ¿Quiénes son los que tienen recursos para desarrollar a nuestras sociedades? La respuesta es sencilla: Los seres humanos mismos. Somos los artífices de nuestra propia realidad, de nuestra cultura y de nuestro futuro como sociedad y como personas.

Hay cosas en las cuales no decidimos nosotros, por ejemplo: no decidimos en el país o familia en la cual nacer; no decidimos el día y hora en la cual nacer o morir; no decidimos si seremos alto, bajo o de color de piel. Pero hay cosas en las cuales si podemos decidir: en el lugar donde vivir y cómo vivir, si ser profesionales o técnicos, creyentes o agnósticos, buenos o malos ciudadanos, corruptos u honestos. En fin, todas estas áreas pueden estar bajo nuestra decisión de adoptarlas y luchar por ellas, o sencillamente considerarnos que el destino es quien nos manipula como marionetas y a su antojo.

De ahí la importancia del humanismo, el cual busca potenciar los valores humanos, valores que no parten de la realidad externa sino de la razón misma generada por un espíritu que busca reivindicarse en una sociedad agobiada por el materialismo y los antivalores. Creo que en la edad media las cosas se dieron al contrario de nuestros tiempos; lo religioso determinaba todo el actuar y vivir del ser humano; ahora, el materialismo está determinando las decisiones de las personas y las sociedades, lo cual tampoco es lo mejor para los seres humanos. Debemos buscar un equilibrio entre ambos extremos para lograr la armonía que el gran poeta Dante Alighieri expone magistralmente en su obra LA DIVINA COMEDIA.

El humanismo en el siglo XXI

Pese a sus aportes académicos de interpretación, el humanismo es visto como una filosofía que endiosa a las personas, o que lo pone al centro de toda la creación. Creo que esto debe ser muy bien analizado para determinar esa concepción del humanismo.

En el siglo XXI considero que la concepción del humanismo debe ser asumido con urgencia, porque es el ser humano quien esta destruyendo al mismo ser humano.

Debo decirlo, si el humanismo buscar crear condiciones para la construcción de una sociedad con valores, esto no debería quedar solo en aspectos teóricos, ya que, a la fecha, la humanidad está más sumergida en odio de clases, de culturas, de religiones y hasta de ideologías. Estamos en una situación grave como sociedad, donde la muerte es el medio para querer frenar a nuestros oponentes. Como lo mencioné anteriormente, la búsqueda de valores es uno de los fines que tiene el humanismo; no obstante, la dignidad del ser humano se pierde cada día al ser pisoteada por el mismo hombre; por las políticas que se impulsan, por las costumbres y odios creados por grupos o sectores de la sociedad. Tenemos que buscar la forma de hacer que el ser humano crea en su potencial, en su capacidad de razonar, crear cosas positivas, transformar su entorno con sus ideas, su arte, la ciencia y cada una de las herramientas hasta hoy inventadas por el hombre y mujer misma.

Pico Della Mirándola al referirse a la dignidad del ser humano dijo: “Dios te ha creado…, con el propósito de que tú mismo, como juez supremo y artífice de ti mismo, te dieses la forma y te plasmases en la obra que eligieras”. Bajo esa concepción, los hombres y mujeres de hoy debemos de trabajar por mejores condiciones de convivencia, de desarrollo y de formar nuestra identidad cultural de la cual no nos sintamos avergonzados. Yo se que muchos salvadoreños se sienten avergonzados de nuestro país, de su gente y de su cultura; y es natural por el clima de violencia por la cual nos identifican en otras sociedades; por el nivel de agresividad con la que actuamos en el día a día; por la falta de proyección de nuestra creatividad artísticas, empresarial y social.

Para cambiar esta realidad en la que vivimos, es urgente que trabajemos colectivamente. Como lo expresó en su oportunidad Irina Bokova, Directora General de la UNESCO: “La labor de ´construcción de sí mismo´ es una exigencia colectiva y en ella radica la importancia de otro aspecto fundamental del mensaje humanista, que hace hincapié en la ineludible dimensión colectiva de toda vida humana consumada. Las personas sólo pueden realizarse plenamente siendo miembros de una comunidad”.

Esto nos lleva a pensar que la escuela humanista deberá trabajar con más esmero en cultivar los valores de solidaridad, de integración, respeto al pensamiento y a la diversidad, tolerancia y sobre todo, valores de convivencia que rechacen la violencia y el oportunismo como medios para solucionar nuestras diferencias. Si esto lo lográsemos cultivar, estoy seguro que sería menos las personas que matan a otro por dinero, por un parqueo, por celos, y por otras tantas cosas

absurdas que la vida tiene. También podríamos evitar la proliferación de la corrupción en nuestra institucionalidad, el soborno y la falta de ética de nuestros funcionarios. Todo esto es posible si lográsemos unirnos y entender que somos nosotros los que debemos construir nuestro presente.

El médico podría comprender que será médico para servir y aliviar el dolor del ser humano; ya no para servirse del dolor humano para enriquecerse y dejar de hacer ante la falta de dinero; el motorista de buses puede desarrollarse pensando en que su función es para servicio de las personas y no para la destrucción de esas personas. El artista, como promotor del arte y la cultura, debe entender que su rol humanista es valioso, porque es quien acentuará los valores que rigen a la sociedad, a las personas en general. Se trata de ser razonables, de buscar el interior del ser humano para que de él salga lo mejor de sí, y es ahí donde deben trabajar las iglesias cristianas y cualquier otra religión, en hacer que el espíritu del ser humano sea transformado para que pueda dar lo bueno de él. “No puede haber paz duradera y prosperidad mundial sin la solidaridad intelectual y moral de la humanidad”, dijo Irina, directora de la UNESCO y yo estoy totalmente de acuerdo con ella.

Para finalizar, quiero exponer una última reflexión sobre el humanismo en nuestros tiempos.

Considero que para que el humanismo sea un camino social para la pacificación, el desarrollo y el crecimiento cultural, es necesario y urgente potenciar el CONOCIMIENTO en todos los sectores de la vida. No podemos seguir tomando decisiones personales y colectivas sin tener conocimiento de las cosas, sus consecuencias y sus beneficios.

Yo se que los países hacen esfuerzos para potenciar la educación como mecanismo para el desarrollo de los pueblos, pero yo creo que una educación deshumanizada solo genera personas con capacidades para trabajar egoístamente, pero sin la capacidad de transformar su entorno. Conocimiento no necesariamente es educación, aunque parte del conocimiento se adquiere por el proceso educativo al que se somete al niño, al joven, al adulto. Véalo de la siguiente manera: Tenemos universitarios que egresan con poca capacidad de análisis y conocimiento de su entorno. A eso hay que agregar que salen pensando solo en lograr su movilidad social, que es válido, pero no lo esencial para que nuestro país y nuestro mundo sea beneficiado. En otras palabras, tenemos miles de profesionales que salen de las universidades con información para consumir y no para crear y humanizar. Grecia, por ejemplo, logró el saber a través del conocimiento y lo expresó en la belleza, el arte, la filosofía, la ciencia y en otras muchas otras cosas. En la actualidad no hemos logrado avanzar mucho

porque se debilita la contemplación por la acción, y hay un debilitamiento de las ciencias humanas. En palabras de Nietzsche: “la depreciación de la vida contemplativa en favor de la activa”.

e necesitan más hombres y mujeres que razonen o contemplen la vida para reflexionar de ella. Para Nietzsche “los hombres contemplativos son los religiosos, los artistas, los filósofos y los científicos; todos ellos han llevado una vida difícil, dura, llena de privaciones y soledad”. Por la otra parte, los hombres y mujeres de acción son los políticos, los comerciantes, los funcionarios, los eruditos y los técnicos; obran no como hombres determinados aislados y únicos, sino como representantes de una clase cuya actuación está previamente delimitada”.

Es el momento para repensar la educación básica, media y universitaria. Nuestro presente no debe solo recibir información para almacenarla en sus cerebros y luego abandonarla. Debemos te pensar en proveerles conocimiento para que pueda hacerlos reflexionar, motivar y empujar a promover desarrollo, cambio y valores humanos. Debemos humanizarnos para romper con patrones monstruosos como la corrupción, el odio de clases, las desigualdades sociales y la violencia. Ahí juega un rol importante la educación humanista, la antropología humanista, la economía humanista y todo aquello que tenga que ver con el ser humano.

“El ser humano libre puede ser algo más que un juguete de las circunstancias”, externo Pico Della Mirandola. Nuestra libertad no tiene precio, y sobre esa libertad debemos construir nuestro futuro.

Referentes Bibliográficos

Bokova, Irina. Un nuevo humanismo para el siglo XXI. 2010. Tomado el 19/08/2018 de http://unesdoc.unesco.org/images/0018/001897/189775s.pdf

Beneyto, Josep Belda. Teoría Universal del Humanismo. PDF consultado el 6/08/1028 en https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4112473.pdf

Cordua, Carla. EL HUMANISMO. Revista Chilena de Literatura, núm. 84, septiembre, 2013, pp. 9-17. Universidad de Chile, Santiago, Chile.

Gould, Laurence M. La ciencia y el humanismo de nuestros tiempos. “De EL CORRERO DE LA UNESCO”, febrero 1968.

Jorge López, Juan José. La antropología en el humanismo cristiano (de Benito Arias Montano a X Zubiri). Anales del Seminario de Historia de la Filosofía. 2001, IR: 177-195. Consultado el 12/08/2018 en http://revistas. ucm.es/index.php/ASHF/article/view/ASHF0101110177A/4778

Referencias

Humanismo y Cultura Moderna en Nietzsche. Tomado de http://e-spacio.uned.es/fez/eserv/bibliuned:Endoxa-19942491A77D-6637- 9DB4-8E8E-480E5B769C0C/humanismo_cultura.pdf

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