ACTUALIZACIÓN
Recepción: 01 Marzo 2023
Aprobación: 09 Marzo 2023
Autor de correspondencia: javisanchezsaba@gmail.com
Cómo citar este artículo: Sánchez Saba JE, Civit JF, Ramírez Vargas P, Melibosky Ramos F, Villavicencio Achurra A, Román Veas J, Cobb Craddock P, Orellana Araya P, Jorquera Aguilera R. Síndromes compresivos del nervio mediano. Revisión y actualización de la bibliografía. Rev Asoc Argent Ortop Traumatol 2023;88(4):451-456. https://doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2023.88.4.1734
Resumen: El nervio mediano desciende por el brazo y, en el codo, comienza a atravesar estructuras que pueden generar compresión, como el ligamento de Struthers, el lacertus fibrosus, el pronador redondo, el flexor superficial de los dedos. Finalmente, en la muñeca, se encuentra otro sitio de compresión producido por el ligamento transverso del carpo. Todas estas estructuras pueden provocar signos y síntomas de atrapamiento nervioso y favorecer el deterioro funcional del nervio. Nuestro objetivo es dar a conocer una actualización sobre estos sitios de atrapamiento del nervio mediano, y cómo realizar un diagnóstico preciso e indicar un tratamiento adecuado.
Palabras clave: Compresión nerviosa, nervio mediano, síndrome del pronador redondo, síndrome del túnel carpiano, descompresión quirúrgica.
Abstract: The median nerve is a nervous structure that begins to cross structures at the level of the elbow that might cause compression. The Struthers ligament, lacertus fibrosus, pronator teres, and flexor digitorum superficialis are among them. Finally, the transverse carpal ligament creates another compression site in the wrist. All these structures can develop pathological signs and symptoms of nerve entrapment, which favors nerve functional degradation. Our objective is to provide an update on these median nerve entrapment sites, as well as information on how to establish an accurate diagnosis and provide adequate treatment.
Keywords: Nerve compression, median nerve, pronator teres syndrome, carpal tunnel syndrome, surgical decompression.
ANATOMÍA
El nervio mediano está constituido por las raíces nerviosas de C5-C7 que forman el cordón lateral y de C8-T1 que generan el cordón medial.1 Dichas raíces coalescen formando el nervio mediano, el cual desciende por el brazo medial a la arteria humeral y medial al bíceps y al braquial, sin emitir ramos colaterales durante este trayecto.1,2,3
En el codo, se ha observado que el nervio mediano atraviesa una serie de estructuras. Inicialmente se encuentra el espolón medial del húmero, desde donde puede originarse el ligamento de Struthers que se extiende hasta el epicóndilo medial. Luego, ingresa en la fosa antecubital en la profundidad del lacertus fibrosus y del pronador redondo (PR) (ambas cabezas, humeral y cubital o profunda). Dirigiéndose luego a distal, ingresa por debajo de la arcada del flexor superficial de los dedos (FSD). En este nivel, emerge la rama motora o nervio interóseo anterior, la cual discurre en el antebrazo por la región anterior de la membrana interósea e inerva los músculos pronador cuadrado, flexor largo del pulgar y flexor profundo de los dedos índice y mayor. Luego, el nervio mediano continúa su trayecto en el antebrazo entre el FSD y el flexor radial del carpo. A 7 cm de la muñeca, emerge el ramo palmar cutáneo del nervio mediano que otorga sensibilidad a la región tenariana. Finalmente, el nervio ingresa en el túnel carpiano donde da su rama motora tenariana y termina dividiéndose a distal en los ramos digitales sensitivos.1,2,3,4
SÍNDROME DEL TÚNEL CARPIANO
El síndrome del túnel carpiano es una mononeuropatía compresiva del nervio mediano en la muñeca.5 Desde el punto de vista fisiopatológico, genera edema en el nervio, con desmielinización y daño axonal.6,7 Se caracteriza por parestesias u hormigueos en la región sensitiva del nervio mediano (borde radial de la mano), así como por dolores que suelen exacerbarse por la noche.5,6
Diagnóstico
Se describe un cuadro relacionado con dolores, adormecimientos, hipotrofia de la musculatura tenariana, etcétera. Dicha sintomatología puede evaluarse mediante el cuestionario de la CTS-6 (6-Item Carpal Tunnel Syndrome Symptoms Scale), donde un puntaje de 5 indica poca probabilidad de presentar el síndrome, mientras que uno de 12 o más indica una alta probabilidad.8,9
En una revisión de la American Academy of Orthopedic Surgeons, se identificaron ciertas características asociadas al diagnóstico del síndrome del túnel carpiano, entre ellas, la presencia de atrofia tenariana estaba fuertemente relacionada con la enfermedad.9
Clínicamente el conjunto de signos de Phalen y de Tinel, y estudios nerviosos de la conducción alterados (teniendo en cuenta que la electromiografía puede dar un 10% de falsos negativos) se asociaba marcadamente con esta enfermedad. Cabe destacar que dichos factores no tienen valor diagnóstico si se los considera por separado.
Por otro lado, también hay pruebas diagnósticas que se relacionan, de forma moderada, con el diagnóstico de la enfermedad, como la prueba de colapso por rascado (scratch collapse test), las alteraciones en la sensibilidad mediante la discriminación de dos puntos o con la prueba de monofilamento. Además, existe una asociación moderada con la diabetes, y las actividades manuales repetitivas y las actividades con vibración.9
Tratamiento
El tratamiento conservador inicial solo proporciona beneficios si se utilizan inmovilizadores de muñecas para evitar la flexión y se administran infiltraciones con corticoides, que logran la mejoría hasta en un tercio de los pacientes.5
Sin embargo, ante la falta de respuesta, está indicada la cirugía. El objetivo es la descompresión del túnel mediante la apertura del ligamento transverso del carpo.10
En la actualidad, tanto la técnica abierta como la endoscópica son las dos opciones quirúrgicas.
En revisiones sistemáticas, se ha demostrado que no hay diferencias estadísticamente significativas entre las técnicas en cuanto al tiempo quirúrgico, la mejoría de la fuerza de agarre, la mejoría de la sensibilidad a los tres meses con la prueba de monofilamento ni al año con la discriminación de dos puntos.10,11
Por el contrario, sí se hallaron beneficios del tratamiento endoscópico, con diferencias estadísticamente significativas, en la satisfacción del paciente, el retorno al trabajo y la ausencia de complicaciones relacionadas con la herida cutánea (la técnica abierta se asocia con infecciones, dolor de la herida [pillar pain] y cicatrices hipertróficas).11 Sin embargo, pueden aparecer ciertas complicaciones, como la neuropraxia (no con daños permanentes, en este sentido, ambas son similares) y tiene la desventaja de ser más costoso.5,6,10,11
Persistencia, recurrencia o nuevos síntomas
Persistencia: los síntomas nunca se alivian. En el 58% de los casos, se atribuye a una liberación incompleta y, en el 37%, a otro sitio de compresión (como el PR).12
Recurrencia: los síntomas se alivian por un período >6 meses y luego aparecen los mismos síntomas nuevamente. En el 88% de los casos, suele asociarse con adherencias perineurales, fibrosis y cicatrices. En estas situaciones, están indicadas las revisiones, se recomienda mejorar el ambiente del nervio incluyendo cobertura de vena, colgajos grasos hipotenares, etcétera.12
Nuevos síntomas después de la cirugía: hasta en el 67% de los casos, se relacionan con complicaciones iatrogénicas. Se recomienda la revisión con reparación o reconstrucción del nervio.12
COMPRESIONES DEL NERVIO MEDIANO ALREDEDOR DEL CODO
Si bien la incidencia de compresiones en el codo es baja, Hagert y cols. indican que esto podría deberse a que no se diagnostica esta enfermedad.13,14,15,16
Tang y cols. señalan que es casi imposible diferenciar entre compresiones producidas por el PR y el FSD, por lo que consideran y tratan ambas causas al mismo tiempo. Al lacertus fibrosus, que sería la otra etiología frecuente capaz de generar dicha compresión, lo liberan por la cercanía y facilidad que les provee el abordaje de 3,5 cm realizado a 6 cm del pliegue del codo.19
Diagnóstico
En la actualidad, no hay consenso para establecer criterios diagnósticos de compresión del nervio mediano alrededor del codo.20 Sin embargo, se describen síntomas y signos clínicos, y estudios complementarios.
Prueba de compresión: suele generar dolor: al ser estructuras profundas, Tang y cols. recalcan que puede ser inespecífica o estar ausente.1,5,19,21 La compresión debe realizarse a 6 cm del pliegue del codo y a 4 cm lateral al epicóndilo medial.22
Dolor en el antebrazo y parestesias en el antebrazo y la región tenariana: se asocian con esta etiología, porque está comprometida la rama cutánea palmar del nervio mediano.1,2,4,5,17,20,23
Debilidad de la musculatura tenariana: se ha relacionado con compresiones en el codo, mientras que los síntomas nocturnos, así como la atrofia tenariana son más frecuentes en el síndrome del túnel carpiano (compresiones distales).4,20
Prueba de colapso por rascado: se ha propuesto para poner en evidencia sitios de compresión, es más exacta si, además, se realiza la prueba con cloruro de etilo, logra una sensibilidad y especificidad similares a las de otras pruebas diagnósticas de provocación.6
Pruebas dinámicas: se consideran positivas si producen parestesias. La eficacia (sensibilidad y especificidad) de las pruebas diagnósticas que evalúan la fuerza contra resistencia para reproducir síntomas de neuropatías es de alrededor del 90%.16 Entre ellas, se destacan las siguientes:
Tratamiento
Tratamiento conservador
Es el tratamiento inicial que debe instaurarse y debe durar, como mínimo, de tres a seis meses. Se basa en antinflamatorios no esteroides, cambios de actividades para evitar ejercicios que requieran la flexión prolongada del codo, la pronación del antebrazo y la fuerza de agarre prolongada con las manos. Además, se indica terapia kinésica para el estiramiento de los músculos del antebrazo. Se ha propuesto también administrar infiltraciones con corticoides que logran buenos resultados terapéuticos.2,3,17,19
En algunos casos, puede ser necesario que el tratamiento conservador se prolongue hasta un año para lograr una respuesta favorable. Esto ocurre con aquellas compresiones que generen únicamente síntomas motores con imposibilidad de realizar el signo del OK (signo de Kiloh-Nevin) en las cuales debe considerarse como diagnóstico el síndrome del nervio interóseo anterior. Este puede ser parte del síndrome de Parsonage-Turner (una neuritis del plexo braquial secundaria a una infección viral que se presenta con omalgia, síntomas de enfermedad nerviosa irritativa y que se asocia, por lo general, con un síndrome del nervio interóseo anterior). En estos casos, el tratamiento conservador debe prolongarse hasta un año.2,3,4,5 Ante la presencia de este síndrome, solo se recomienda la descompresión si hay un daño neurológico severo asociado.5
Tratamiento quirúrgico
La cirugía históricamente se basaba en un abordaje anterior del codo, en forma de S, que permitía explorar y liberar todas las estructuras que podrían estar involucradas.5 Después se comenzaron a realizar liberaciones selectivas mediante incisiones más pequeñas de las estructuras que, con más frecuencia, se relacionaban con la compresión, y que lograban tasas de mejoría similares de hasta el 70-90%.1,3,5
CONSIDERACIONES FINALES
La compresión del nervio mediano puede ocurrir a distintos niveles en el miembro superior. La falta de un diagnóstico preciso y adecuado puede llevar a la persistencia de los síntomas; por lo tanto, consideramos que un examen físico detallado y minucioso puede ayudar a disminuir errores por la falta de un tratamiento adecuado. Por último, el tratamiento inicial suele ser conservador. Si este fracasa, se puede optar por técnicas de resolución quirúrgica, avaladas por reportes que comunican resultados satisfactorios en la mejoría de los síntomas cuando se la trata con alguna de las múltiples opciones y técnicas quirúrgicas disponibles en la actualidad.
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Notas de autor
javisanchezsaba@gmail.com
Información adicional
Nivel de Evidencia: IV
Level of Evidence: IV
Conflicto de intereses: Los autores no declaran conflictos
de intereses.
Cómo citar este artículo: Sánchez Saba JE, Civit JF, Ramírez
Vargas P, Melibosky Ramos F, Villavicencio Achurra A, Román Veas J, Cobb
Craddock P, Orellana Araya P, Jorquera Aguilera R. Síndromes compresivos del
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