Praxis
Anticipando el pasado: Una revisión del trabajo y la colección de Arturo Castillo
post(s)
Universidad San Francisco de Quito, Ecuador
ISSN: 1390-9797
ISSN-e: 2631-2670
Periodicidad: Anual
vol. 4, 2018
Recepción: 02 Agosto 2018
Aprobación: 05 Noviembre 2018
Cómo citar: Hernández, R. (2018). Anticipando el pasado: Una revisión del trabajo y la colección de Arturo Castillo. En post(s), volumen 4 (pp. 210-249). Quito: USFQ PRESS.
Anticipando el pasado: Una revisión del trabajo y la colección de Arturo Castillo
Mi práctica se encuentra entre la investigación en/sobre/de archivos, la curaduría, la escritura, la composición y la producción de arte y música. Soy curador de Umbral, espacio y festival que centra su investigación en prácticas alrededor del sonido junto con Gudinni Cortina desde el 2013. Actualmente coordino distintos proyectos de investigación en el CCADDASM (Centro de Creación, Archivo y Difusión de Documentos de Arte Sonoro en México), institución artística que, a través de distintos acervos, centra sus focos en las grandes grietas de la historiografía del arte sonoro en México, así como en investigaciones críticas sobre archivos de artistas y agrupaciones relacionadas a las prácticas sonoras que abren preguntas sobre la categorización y definición de las prácticas contemporáneas experimentales que devienen en exhibiciones de distinto corte. Actualmente estoy desarrollando dos proyectos curatoriales: Imagínate todo aquello que no podrías imaginarte nunca. Revelaciones de la experimentación en los ochenta a través del archivo de Ángel Cosmos; y Distrito Federal y anticipando el pasado: Una revisión del trabajo y la colección de Arturo Castillo, de dónde parte el texto reflexivo que presento a continuación.
Día 1.-
00:16
El texto que haga para el bro no puede ser un texto normal. Este texto no debería intentar desmenuzar la práctica de alguien y darle un orden… ¿para qué? Me gustaría mejor meterme dentro de la cabezota del Padre y que fuera él quien escriba el texto… o no… Bueno, creo que de cualquier manera servirán todas las horas escuchando discos en el estudio; yendo a “Las Pechus”, a “Los Caldotes”, “La Corrida”, “El Cha Cha Cha”, recorriendo Balderas y La Lagunilla por Joyas. Aunque me interesa hacer visible todo lo importante del trabajo de Arturo que no ha sido puesto en las “grandes” investigaciones sobre prácticas alrededor del sonido en México. (Bueno, seamos honestos, tampoco es que haya aún una historia sobre eso escrita, existen relatos, mitos, iluminaciones). Creo que también sería importante resaltar eso que casi siempre se fuga, y es que no hay una sola división entre la vida y el trabajo del Padre (ni en la de ninguna persona) y las caminatas, las desveladas, las ventas, las pláticas, la investigación, el cuidado, la pedagogía deben ser tomadas en cuenta de manera horizontal y profunda una por una para poder dar cuenta de lo singular y la emergencia de un proyecto como una exhibición. Bueno... tampoco le he preguntado aún sobre la exhibición. De lo que estoy seguro es de que, para todo este proyecto curatorial, los viniles tienen que quedar en segundo plano. Creo que lo importante en el trabajo de Arturo es esta pedagogía radical que va tejiendo en ti conforme lo vas conociendo. Entonces, habrá que buscar.
(00:41)
Es poco sabido fuera de México que, a pesar de contar con un gobierno “democrático”, a partir de la masacre de estudiantes en Tlatelolco el 2 de octubre de 19681, comenzó a haber una censura y una guerra sucia contra cualquier manifestación cultural alternativa, hasta ya entrada la década del ochenta.
Dado que la información era muy difícil de conseguir, materiales como revistas, discos, catálogos y en general cualquier registro relacionado con lo raro, lo alternativo, lo marginal, etc. se instauraron distintas formas de acceder a dicha información. Una de ellas fue teniendo los recursos para poder viajar y comprar dichos materiales –cosa que muy poca gente lograba–; otra más, era tener a alguna de esas personas antes mencionadas que pudiera viajar y pedirle algo que pudiera encontrar. Cualquier cosa. De cualquier manera, al regreso, teniendo o no el encargo, ibas a tener acceso a lo que muy poca gente obtenía en ese momento: información
No debe malentenderse y entonces pensar que México era una ciudad/pueblo –que de alguna manera lo era– donde no sucedían cosas.
Siempre existieron prácticas que utilizaron el mismo contexto desfavorable para hacer un análisis de esa realidad social a través de distintos tipos de prácticas, si bien no todas artísticas, todas con la intención de hacer una respuesta a las necesidades de su realidad cercana, pensando más en función de las personas que de algún mercado o ambición política.
Día 2.-
00:43
Una de mis hipótesis para especular la forma en como Castillo entró en esta adicción por coleccionar cosas –como él mismo lo describe– y también el ánimo de compartir y de cuidar, es quizás por su mismo contexto y forma de vida durante la infancia y adolescencia. Arturo Castillo llega al entonces Distrito Federal en 1978 con 15 años de edad después de vivir en una zona rural a las afueras de Querétaro y con carencias. El Padre me cuenta cómo comenzó a interesarse por la música a través del cine, yendo a las muestras de cine de la Cineteca Nacional. A través de sus historias, se dejan ver micro (¿o macro?) historias como la división cultural y socioeconómica que existía –y sigue existiendo– entre el norte y el sur de la ciudad, pues los foros culturales más importantes y también los únicos que contaban con contenido “alternativo” se encontraban en esa zona, como la Cineteca Nacional, la tienda de discos Hit 70, La Sala Ollin Yoliztli, MUCA UNAM, etc. También me cuenta que, a través de esas visitas-viajes al sur de la ciudad, comienza años más tarde a introducirse al underground de esa época. Comienza a conocer a personas como Carlos Alvarado, de la Banda Chac Mool; Carlos Robledo y Walter Schmidt de la banda Size; entre otras personas que no necesariamente eran artistas, pero tenían afición/adicción por coleccionar discos, libros, cómics, objetos.
—Yo lo quería todo.
***
En este punto, aún no sé cómo es que comienza a vender/coleccionar discos…
///
Leyendo esta parte que llevo escrita me parece como que muy lejano todo, pareciera como que lo estoy diseccionando con una bata de doctor frente a una clase de medicina mostrando el funcionamiento del cerebro. Pero eso se le hace a los muertos.
(01:31)
Lo que sucede en México y en muchos de los países que se encuentran en momentos dictatoriales es que las prácticas artísticas y contraculturales se resguardan en espacios periféricos o marginales y a su vez cobran una perspectiva política.
Durante esa época, comienzan a surgir distintos tipos de colectividades que crean diferentes dispositivos de circulación, exhibición y producción que revelan el descontento, la rebelión, la resistencia de una juventud que no se podía quedar de brazos cruzados.
En el campo del arte, comienzan a surgir grupos de artistas que, a raíz de los movimientos estudiantiles y obreros de finales de la década del sesenta, comienzan a enfocar su producción a proyectos que se insertan en movimientos de protestas como es el caso del grupo Germinal2, quienes crean mantas que acompañan marchas y protestas de distintos tipos.
El espacio de exhibición es la protesta.
La obra no es la manta, es el mensaje.
Otros dispositivos que circulan subterráneamente son revistas como Piedra Rodante –la versión mexicana de la revista Rolling Stone– y El Corno Emplumado, que pusieron en conjunto a artistas, poetas, escritores a mostrar las formas de expresión alternas a las institucionales. Un detalle interesante de El Corno Emplumado fue que, además de ser editada con el dinero de sus creadores, la poeta Margaret Randall y Sergio Mondragón, contó con el apoyo de distintos artistas como Herman Hesse, Allen Ginsberg, William Burroughs, quienes donaron dinero para que la revista siguiera existiendo.
Por otra parte, los gobiernos dictatoriales disfrazados de democracia contaban con sus dispositivos propios de resistencia. Métodos como la “revisión de antecedentes” o los interrogatorios para “prevención del delito” servían como formas de intimidación a la juventud para hacer notar que, por la ropa que vestían, la forma en cómo tenían el cabello eran ya propensos a algún tipo de violencia y represión.
Si bien Arturo Castillo nació en la década de los sesenta, ninguna de estas cosas le serán extrañas ni indiferentes. Él también creció en un contexto político casi dictatorial, teniendo temor de la policía, acudiendo a lugares periféricos. Ese es el contexto donde se desarrolla la melomanía de este agente.
Día 3.-
01:03
Las comidas con El Padre son ya una costumbre. Pedazos de historia comienzan a hilvanarse, se interconectan e inconexan con otras historias. Los años de Noise Department en la San Rafael; su llegada a la ciudad; los encuentros con personas como Mario de Vega, Mantuvo Montero, Gudinni Cortina, La Lagunilla y El Chopo como punto de partida, los viajes al Festival Cervantino. Escuchar estas historias me pone a pensar acerca de la importancia de visibilizar estas prácticas alternas (?) y ponerlas en la misma discusión que el análisis de la producción de arte.
Gestoras como Helen Escobedo; curadores/artistas como Ángel Cosmos (1949-1993) o coleccionistas como Arturo Castillo son un claro ejemplo de prácticas alternas de producción en el campo de las prácticas artísticas en México. ¿Cómo poder articular un dispositivo curatorial que no necesariamente muestre las “obras” –que en este caso serían los vinilos– sino más bien la forma de trabajo? En otras palabras, ¿cómo evidenciar esa producción alterna del Padre?
///
Aún no descubro como comenzó a vender los discos, aunque tengo más pistas de cómo llegó a donde está ahora. Tampoco quiero forzar nada hasta que sea necesario. Sigo sin comenzar el texto realmente pues le sigo viendo distancia. Pasa que creo que necesito preguntarle directamente algunas cosas fuera de esta cosa más abierta e informal.
Este segundo ejercicio, aunque más personal sigue teniendo una distancia que no me logra gustar.
(01:47)
¿A qué nos referimos cuando hablamos de lo mexicano en una colección tan heterogénea como esta?
Si bien, la colección de Castillo alberga muchas de las rarezas más singulares de la historia de la música grabada en México, habrá que hacer un recuento y darnos cuenta de que muchas de las singularidades que existen dentro de esta colección tienen que ver con tener piezas fundamentales del avant-garde internacional en México. En ese sentido, teniendo en cuenta lo que dijimos anteriormente con la dificultad de conseguir documentos e información, Arturo Castillo crea distintas estrategias de distribución y venta que fueron muy importante para la época cuando escuchar un disco desconocido era encontrarse con una mina de oro.
Por una parte, es muy complicado darle un sentido estrictamente de identidad nacional a esta colección y mucho menos a la práctica de Arturo Castillo, que fue justamente, traer música rara de disqueras a lo largo del mundo que no llegaban a la ciudad o llegaban a precios difíciles para estudiantes o personas de clase media y baja. Quizá podríamos hablar de lo singular en México de tener una instancia de ese tipo y que si bien lo que Arturo distribuye no habla de la identidad mexicana, lo hace la forma en cómo lo distribuye: en los Tianguis Culturales de la ciudad: el Tianguis del Chopo y La Lagunilla. Si bien, en el Tianguis Cultural del Chopo desde mediados de los ochenta se intercambiaban y vendían casetes y vinilos siempre eran discos clásicos de la contracultura. Es decir, clásico del rock y algunas cosas –rara vez– de Rock in Opposition. Para poder acceder a un catálogo especializado eran necesarias principalmente dos cosas: información y dinero.
Castillo revierte esta ecuación al crear una de las tácticas más interesantes de distribución. Juntar y hacer que su melomanía fuera capitalizable al mismo tiempo que bajaba los precios de venta de todos los catálogos de música vanguardista de la época en nuestro país. La táctica consistía en comprar distintos discos de los catálogos de disqueras como Sub Rosa, Staalplaat Recommended Records, entre otras y hacer copias en casete. Esto hacía que, en lugar de vender una unidad por 400 pesos, pudiera vender 100 unidades por 20 pesos. Casi todo el dinero era reinvertido para comprar materiales cada vez más difíciles de conseguir y especializar aún más el catálogo que tenía. Mientras su melomanía aumentaba, también lo hacía el catálogo y el acceso que había a música de ciertos géneros y disqueras hasta llegar a los inconseguibles y esenciales para los coleccionistas.
Durante el tiempo que trabajó en el Chopo, otra de las técnicas que hizo en términos de distribución y fomento a la escucha, fue el poder escuchar todo lo que te llevabas antes de comprarlo. Cuenta Castillo que tenía un espacio para dejar a las personas escuchar lo que compraban. Esto hacía que aunque compraras cuatro casetes, tuvieras la oportunidad de escuchar muchos más. Por último una de las cosas que me parecieron curiosas es que también contaba con una estrategia de venta y un sello particular. En los últimos segundos del casete, Incluía algunos segundos de otro para lograr crear interés por diferentes tipos de música.
Con los años y quizá por observar de cerca el trabajo que ciertas disqueras tenían un por el trabajo de sus compatriotas, es que Castillo comienza a dar la vuelta hacia México y a buscar las disqueras que habían existido allí y los proyectos que fueron registrados en vinil y la cantidad producida o los canales de distribución que fueron utilizados que eran desconocidos.
A su vez, y por el trabajo de coleccionismo tan minucioso que tiene, es que nace otro tipo de colecciones.
Las colecciones de tapes que él mismo fabricaba; la de cd-r grabados de viniles con los que no se puede quedar, la colección de los vinilos indispensables extranjeros, la de las joyas mexicanas, en fin... Es interesante ver que no solo existe un registro de lo que tiene, sino también de donde se encuentran los vinilos que vende y de su tránsito por la tienda.
Día 4.-
00:23
Usualmente tengo una aversión hacia las personas que dicen que antes las cosas eran más complicadas y que ahora, con la época del internet, tenemos la vida arreglada en términos de información. La posición de Arturo es esa, aunque además de eso, apela a la materialidad del objeto. Cuando tocamos ese tema, habla de cómo, durante los ochenta y noventa, existía una emoción de encontrar un catálogo de alguna disquera con imágenes o de la imposibilidad de escuchar la música y guiarse por reseñas e instinto cuando los comprabas por correo. En lo personal me considero una especie de bibliofilo y en eso concuerdo con él. No es posible comparar la materialidad del objeto con la información que contiene. Pienso que, en lugar de pensar en una desaparición del aura, podríamos decir que es una transmutación. En el caso de un libro, podemos pasar la información a un PDF, pero el grosor de la hoja, su olor, el tamaño condicionan y cambian la lectura. La mirada de Castillo no es nostálgica, tiene que ver con las singularidades que otorgan los formatos o el contexto. Se siente una pasión por la investigación salvaje. A pesar de ser un vendedor muy bueno, lo que dirige todo su proyecto de vida alrededor del registro y su materialidad es su melomanía. Eso le da la posibilidad de arriesgarse y guiarse por la pasión y la escucha.
(01:15)
Buscarle una definición a cualquier práctica contemporánea es en principio un asesinato de la potencia que pueda tener la misma, así como un ejercicio de poder innecesario. Dicho esto, ¿dónde ubicar lo raro, cualidad tan repetida por Arturo Castillo, a lo largo de su colección?
Viniles que están firmados para gente
importante y/o por el artista
Número de ediciones reducidas
Primeras ediciones
Portadas extrañas
Colecciones importantes completas
Singularidades de otro tipo como con títulos
con lenguaje en Braille
La procedencia geográfica
A quién le perteneció antes
Cómo llegó a sus manos
Se trata de otro tipo de registros como entrevistas,
música para teatro u obras de radioarte
Copias que están cerradas
Copias no comerciales
Dada la condición material del vinil, muchas veces existen cualidades más importantes que las musicales. La lista anterior es solo de algunas que he visto a lo largo de la colección de Castillo. Dichas cualidades no me hacen más que pensar en los linderos entre lo raro y el fetiche.
Día 5.-
01:14
Hoy lo peor ha sucedido. Mientras escribía el texto, hubo un pequeño golpeteo a uno de los cables de la computadora y se apagó por completo. Usualmente no habría problema, pues los últimos años he trabajado con el Drive y se guarda automáticamente, pero estas semanas, para no distraerme tanto viendo otras cosas (y también un poco de paranoia, la verdad), he decidido apagar el internet y trabajar directamente en un programa como Word, pero de open source: LibreWriter Office, o algo así. Bueno, el punto es que se borró pues el programa no guarda automáticamente y ahora entré en una crisis enorme pues también tenía abierto el texto que presento en Buenos Aires en dos semanas. Con ese estaba un poco más exigente y disciplinado. Un párrafo diario. Ahora toda esa precaución se desvanece y se transforma en ansiedad por buscar recuperar algo de ambos textos. Y es que parece broma. Hoy día comencé a trabajar más y tenía casi cuatro cuartillas hechas. Después de hacer un enojo de algunos minutos, decidí que lo único que podía hacer era una lista de palabras de lo esencial. El mismo trabajo que le pedí de seleccionar piezas esenciales al Padre lo tengo que hacer en este momento al seleccionar conceptos y enunciados que realmente le den estructura al texto.
(Ver primeras dos páginas del texto)
(03:45)
Día 6.-
00:53
Título: Anticipando el pasado
El pésame por la pérdida del texto sigue.
(03:45)
PAPAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA3
Arturo Castillo
Todos los días de su vida
(1973- )
(Tengo el presentimiento de que lo mejor sería desistir, estaba pensando en hacer una selección de los textos que tengo inéditos. Pero los leo y realmente muchos se pudrieron antes de ser publicados. De cualquier manera, siempre dura poco ese sentimiento y tengo que volverme a trabajar —además, siento un grado de responsabilidad pues ya quedé con el Padre de mostrarle el texto, bueno además que es algo que se va a publicar—.)
Rolando H. Guzmán
Día 8.- 01:42
(04:00)
Día 9.- (Día 10 (21:48))
Llegué a la Riviera como a eso de las nueve. Pocos conocidos. Escojo el lado de la calle para poder pararme y fumar del otro lado. (Jess me dice que soy un molusco por una imagen del Jis que luego sale en Facebook). Me encuentro a esta persona que fuimos a visitar la otra vez que vive cerca de Las Pechugas —la mejor tortilla de la ciudad. (Jess también me dice que debería hacer un show de tacos. Ayer pensamos que un show sin palabras sería lo ideal. Imagina, un taco siendo servido paso a paso muy lentamente. Limón, salsa, nopales, papa. Después solo se ve la primera mordida de quien lo come. No tengo que ser yo, necesariamente.) Me cuenta –Pablo creo que se llama– que se dedica a la animación y yo le cuento sobre Ángel Cosmos (1949-1993), sobre la exhibición del Padre y los proyectos que tenemos. Pido un gin and tonic.
Llega Ángel (no Cosmos, sino el Diablo —así creo que le digo solo yo. Lo he encontrado en los mejores/peores momentos de la sobrevalorada vida nocturna mexicana—) y comienzan esas pláticas en cualquier mesa cuando necesitas seguir la conversación hasta que otra cosa suceda.
—Oye, ¿y has visto a R?
—No, ¿y tú?
—No, tampoco. Lo último que supe es que estuvo en Tijuana.
—¿Y ya no has ido a conciertos últimamente?
—No, ya casi no salgo. He andado muy atareado. (Además, cada vez me interesa menos la música —no la música de aquí o de allá, mejor dicho, me interesa menos el formato concierto. Es muy rígido. Alguien habla, presenta, aplausos o no, música, silencio con el cuerpo tenso. El músico ve a la audiencia. Aplausos y el clásico grito que antecede a cualquier aplauso. Mejor me quedo a escribir —y a netflixear—).
Llega otro desconocido. El Padre cuenta que lo conoce desde hace como 25 años a raíz de sus visitas al Festival Cervantino. Comienza a llegar la comida. Yo no pido pues estoy a dieta (de dinero).
Después llega Alfredo, y hablamos un poco sobre lo que hay que hacer para terminar el proyecto sobre Cosmos. Al final yo creo que será un proyecto de tres años. Qué locura. Salgo a fumar al otro lado de la calle en una pipa del futuro que el Bebín me regaló. Una manguera con una llave para tuercas. Seguro el ganaría la bienal de la pipa. Ojalá la vuelvan a hacer.
Segundo gin and tonic. Otro desconocido. No sé si hubo una conexión entre el cerillo que aventé y cayó por accidente a lado de la novia del viejo amigo del Padre, pero poco después de ese incidente decidieron irse. Eso me hizo platicar más con Pablo (?), el animador, o animista; el que se dedica a la animación, pues.
Por un momento pensé qu
***
Necesitaba dormir un poco, y dejé prendida la computadora. Pero decía que en un momento pensé que pagaríamos y llegaría a casa temprano.
Llegamos a la casa del Padre y Angelito trajo algunas cosas para compartir. Algunos traen cervezas y comienzo a platicar con F (el último desconocido que llegó, pero que ahora ya no lo es), quien me cuenta que fue con él con quien Mario de Vega conoció a Arturo. Me doy cuenta del cambio de generación y de amistad que tienen los amigos más viejos y los que somos más jóvenes. Casi todos ellos le dicen Castillo o Arturo. Nosotros, el Padre. Cómo a las cuatro, todos seguíamos ahí, escuchando música, platicando/gritando con una euforia peculiar. Siete de la mañana y me voy con Alfredo caminando hasta su casa y platicando de cuantos Hertz era cada nota musical. Me deja bañarme en su casa para despertar un poco. Me visto y tomo el metro hasta Isabel la Católica y llego a mi primer día de trabajo. Cumpleaños de Arturo Castillo, el Padre.
(08:44)
Día 11.-
(10:29)
Bueno, desde el incidente de hace unas semanas, todo se complicó pues le di prioridad a terminar el texto de Buenos Aires, que por cierto casi no venía por la dieta (de dinero). Ahora terminó el simposio (mi primera incursión en el mundo académico), dos de los conciertos y ahora tengo un par de días de vacaciones (2). Creo que si todo sale bien, tendré una entrevista con integrantes del Movimiento Música Más (MMM). Todo esto a raíz de la conversa con Luis Conde en Los Libres.
No siendo ya suficientemente difícil con haber perdido el texto, se complica todo aún más con la noticia de que la computadora ahora ya no sirve. Bueno, realmente nunca funcionó al 100. Igual me salió muy barata. Ahora me parece que debo cambiar la pila. Jess me dijo varias veces que cambie la pila (ella tiene una que ya no usa), pero a veces me cuestan trabajo ese tipo de cosas.
De nuevo, como hace algunos años, estoy regresando a trabajar en el celular. Igual es interesante porque realmente no me permite darle formato a lo que escribo. En lugar de hojas, es como escribir en un papiro interminable lo cual hace que pierda la noción del espacio. Hasta que regrese al Ex-DF podré darle forma al texto. Lo bueno de trabajar en un diario es que no necesitas de internet y es mucho más portátil. También me gusta que tiene que ver con una situación de luz y cosas ergonómicas. Es como una especie de coreografía.
Es loco que justo en este viaje mucha gente me pidió cosas. Esponja me pidió cosas de Levrero; Sebas, cosas de Gombrowicz; El Padre, libros y vinilos. Mata una playera de un club de fútbol. Seguramente no podré comprar todo. Voy a intentar vender algunos de los libros que consiga por aquí.
Me pregunto si quizás no tiene más sentido mostrar estas páginas del diario… Llevo años escribiendo para mí y realmente muy pocas personas saben que escribo. En general, he sido muy pudoroso con la escritura. No me urge mostrarlo, pero me interesaría que lo leyeran.
Sucede que es algo tan personal, pero al mismo tiempo tan importante detrás del “por hacer” de mi práctica. Quiero decir, estoy seguro de que el 85% de lo que sucede en mis cuadernos no sale de ahí. Si bien en mi obra es donde se pueden encontrar y revelar ciertas relaciones, es en los cuadernos donde se encuentran tensadas.
Por lo mientras ya llevo avanzado algunas partes del texto más con formato de investigación. Quiero primero delinear fuera de la figura para que poco a poco comience a emerger la imagen del Padre.
De regreso tengo un vuelo de casi 40 horas, entonces tendré tiempo para escribir más y decidir qué hacer con este texto. Lo único distinto, a diferencia de las últimas horas, es que acá (Buenos Aires) puedo escribir un poco más temprano.
(11:26)
Día 12.-
(19:45)
(Buenos Aires: dos días para llegar a MX)
Último día en Buenos Aires. Antes de llegar al aeropuerto, estuve la tarde con dos de los integrantes del Movimiento Música Más. Además de ellos, estaba Luciana Foglio, Víctor Tapia, Luis Conde. Grupo de investigadoras haciendo distintos tipos de trabajo para “resucitar” a estos monstruos que con más de 70 años, siguen trabajando con el mismo ímpetu de hace 50. También, antes de llegar con los integrantes del MMM, pasé corriendo a la tienda de viniles Cactus que está a dos cuadras de donde me quedo. Compro el disco que me mandó El Padre en foto (Cultrum: Música contemporánea Argentina) y salgo corriendo a recoger las cosas para llegar a tiempo con los MMM.
Regresando, tengo que comenzar a ver lo de la página web y lo del documental del Padre. Estuve platicando con Axel y creo que la idea de hacer una especie de docuficción me encanta. Además, con eso que dice el Padre que se quiere deshacer de su colección, viajar y hacer una galería (cosa que me encanta y espanta), la realidad le dio la vuelta a la docuficción. De cualquier manera, quiere seguir vendiendo. Entonces la página web será un gran apoyo.
Llegando al aeropuerto, me dan la noticia de que tendré una escala más de lo esperado. Nunca me avisaron, pero al parecer no puedo hacer nada. Mi culpa por comprar un vuelo barato.
***
No sé qué tan aleatorios sean los chequeos aleatorios en los aeropuertos. Cada vez me vuelvo más intolerante a ese tipo de situaciones. Llevo algunas horas escribiendo parte del texto del Padre. Este no es el mejor lugar para escribir a mano, por eso es un buen pretexto para tomar la decisión de pasar el diario al texto.
(02:14)
(Panamá City: un día para llegar a MX)
(05:40 – 07:40)
Docuficción: Arturo Castillo decide deshacerse de su colección al terminar de hacer la exhibición que muestra su trabajo. Antes de comenzar la exhibición, empezamos a hacer algunas entrevistas para mostrar en la exhibición. Escribe unos días antes diciendo que llegó a la conclusión que la mejor forma de guardar sus discos es aprendiendo cada uno de ellos de memoria. Clausura su departamento hasta terminar de escuchar los viniles, casetes, CD que existen en su colección. A partir de la ausencia del Padre, la historia se parte en dos. Por una parte, se muestra lo que sucede dentro de la cabeza y el cuarto del Padre y otra sucede a partir de la construcción de la exhibición con ausencia del Padre.
(Pienso en un capítulo de The New Adventures of Sherlock Holmes, serie de la BBC, en donde buscaban una base de datos en casa de uno de los villanos. Él los recibe en su casa y sabiendo que ellos buscan tal cosa, les dice que los acompañe a un cuarto. El cuarto blanco, pulcro.
Solamente una silla se encuentra vistiendo al cubo blanco. El villano camina lentamente hacia la silla; se sienta. Le dice a Holmes y Watson. Aquí lo tiene, Holmes. La base de datos que busca. )
Creo que además, todo tiene sentido con la idea de buscar maneras alternas de exhibir información.
(08:00 – 10:00)
(Los Ángeles: 20 horas para salir a MX)
Después de una sorprendentemente rápida revisión en Migración, en estas 20 horas me dedicaré a transcribir las partes del diario que hablen sobre El Padre. Ya cuando llegue editaré y cambiaré la redacción. Me da un poco de pereza hacer la transcripción con el celular, pero es una buena terapia porque estar encerrado en un aeropuerto por 20 horas no es tarea fácil. Creo que no avanzaré más en el texto que llevaba hasta ahora. Veré que hago con él…
(12 horas para salir a MX)
Terminé de transcribir algunas cosas. Para este momento ya perdí la noción del tiempo entonces no puedo seguir con el juego de horarios con el que comencé. Ahora me parece que tengo unas 12 páginas. Se supone que entregaría el texto hoy en la noche y el martes las fotos, pero creo que tendré que avisar y pedir un par de días para hacer todo el trabajo de posproducción.
(ocho horas para salir a MX)
Estuve leyendo y algo que no conté es que ya había hecho una entrevista al Padre con Axel. Esto para el documental de Ángel Cosmos4. Fue super extraño porque le avisé a Axel de ir a la entrevista, pero olvidé decirle al padre que lo entrevistaríamos. Es decir, sabía que íbamos a ir, pero no sabía de la entrevista. El caso es que ese día llegamos y estaba super indispuesto. Tuvimos que irnos un rato a comer y él a descansar, pues no había dormido casi nada. Regresamos y estuvo a punto de decir que no haría la entrevista, pero al final cedió. Fue muy interesante cómo va adoptando ciertos gestos frente a la cámara. Fue hablando cada vez más fluido, poniendo el cuerpo en posiciones más cómodas y en un momento, se puso unas gafas oscuras y se transformó. Comenzó a hablar de el viaje iniciático a California que lo llevaría a comenzar a vender discos; sus tácticas para vender, sus valores éticos y morales. Luego comenzó a mostrar parte de su colección. Cada vez comenzaba a ser menos la participación mía y más se volvió en una especie de autoentrevista. Eso que escribí en alguna parte de los diarios sobre meterme a la cabezota del Padre comenzó a suceder. Y justo me gusta que la sensación que transmite a lo largo de la entrevista va mutando conforme va hablando. Su melomanía comienza a florecer conforme sus manos van pasando por los viniles, las joyas, las cremas, los documentos, como diría él. Al final el texto tampoco está tan mal. Tiene algunas referencias interesantes, pero me preocupa que parezca incompleto.
(cinco horas para llegar a MX)
Ya transcribí seis entradas del diario. Creo que tiene mucho más sentido así. Me gusta mucho. Mañana iré con el Padre a tomar fotos de los últimos vinilos para poner una selección al final. Primero pensaba en 20. Pero ahora con tan poco tiempo, pienso que 10 o menos pueden ser más que suficientes. La verdad es que ahora pienso más que nada en llegar a casa solamente.
(Ciudad de México)
Después de un rato de descansar, me decido a escribir un poco más para no atrasarme tanto. El cuerpo comienza a cobrar factura y es que el resfriado/tos que tengo desde hace unas semanas no se quita. Estos días terminaré de transcribir lo que haga falta e intentar hacer un poco más del texto “serio”. Por un momento pensé que no escribiría nada de esto o que terminaría pidiendo perdón por no poder hacerlo, pero no es mi estilo.
(11:48)
Día 13.-
01:06
Escritura en tiempo presente
Me queda poco tiempo para entregar el texto.
Comí con el Padre hace una semana y tomamos unas últimas fotos para el texto.
Le di un poco más de forma y creo que me gusta lo que veo.
La edición como escultura.
El Padre quiere comenzar un proyecto más serio de edición. Me entusiasma la idea.
Es muy probable que la exhibición se haga en Oax. Aunque me gustaría que estuviera en otro lugar en la Ciudad de México.
—Padre, lo Importante es difundir
¡Prendido, Papá!
Creí que ya quedó el texto. Mañana enviaré las fotos.
Muero de sueño.
(01:57)
Notas
Información adicional
Cómo citar: Hernández, R. (2018). Anticipando el pasado: Una revisión del trabajo y la colección de Arturo Castillo. En post(s), volumen 4 (pp. 210-249). Quito: USFQ PRESS.