Lecturas
Guerrero Mario G.. Historia y lecciones del BRICS. Países emergentes e instituciones internacionales. 2022. Editorial Universidad Nacional de Cuyo. 308pp.. ISBN 978-950-39-0403-9 |
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Más allá del acrónimo.
El foro BRICS es reconocido internacionalmente como una plataforma multilateral de cooperación, deliberación, negociación y coordinación formada por Rusia, India, China, Brasil y Sudáfrica durante la primera década del siglo XXI. Comprometidos con la construcción de consensos multilaterales y gestión coaligada de la gobernanza mundial, el BRICS es representativo de las nuevas tendencias que en post guerra fría alentaron el proceso de globalización mediante acuerdos sobre integración económica, fomento del interregionalismo, profundización del diálogo a nivel global y cooperación sur – sur. En sentido, hunde parte de sus raíces en foro trilateral IBSA (India, Brasil y Sudáfrica).
Su estructura, conformación, fines y objetivos destacan varios aspectos. En primer lugar, su morfología se define por la presencia de “economías en desarrollo”, en gran medida tractoras del crecimiento económico mundial como son China e India, siendo sus respectivos procesos internos de reformas determinantes en la expansión del PBI global durante las dos últimas décadas. En segundo lugar, el foro se define por la inclusión de actores considerados en sus respectivas esferas geográficas de acción directa como “potencias regionales”; por lo tanto, en un diverso abanico geográfico de representatividades lo integran actores relevantes de América Latina, África, y Asia.
En tal sentido, sobre la base de estas reflexiones generales, el libro Historia y lecciones del BRICS cuyo autor es Mario Guerrero, aporta conceptos, reflexiones y enfoques valiosos que revalorizan el papel del BRICS a nivel global. El autor, a través de diversos capítulos apelando a enfoques provistos por el neoinstitucionalismo, describe su surgimiento, trayectoria y existencia los cuales responden tanto a sus respectivos atributos geográficos (extensión, dotación de recursos naturales), demográficos (India y China las naciones más pobladas del planeta) como a históricas reivindicaciones sobre el papel a por sus integrantes en el sistema internacional regidas por auto asumidos roles como “países ballena o países pivot”.
El BRICS es indicativo del rasgo policéntrico que caracteriza un orden político mundial en transición desde el fin del unipolarismo estratégico post Guerra Fría, caracterizado por la creciente relevancia económica que adquieren economías asiáticas en la redistribución del poder mundial y el impulso reformista de potencias emergentes como China e India por sobre el histórico predominio del eje atlántico de poder que pivoteaba sobre la relación Estados Unidos - Europa.
Subsidiariamente, confirma la determinación y decisión de sus respectivos líderes políticos de alejar condicionantes ideológicos en el relacionamiento externo para dar lugar a una cooperación de carácter pragmático. Asimismo, demuestra la persistencia de principios centrales de acción internacional compartidos como son la resolución pacífica de conflictos, ganancias de autonomía externa, construcción de poder económico y promoción del desarrollo compartido. Sobre este punto, el autor propone una evaluación crítica sobre las políticas exteriores de los países miembros, evaluación que induce reconocer lo acertado de mecanismos e instrumentos intraforo diseñados para sostener una activa diplomacia presidencial garante de su evolución y consolidación.
En tercer lugar, el texto nos recuerda que la existencia, persistencia y representatividad del foro reside, además, en indicadores agregados sobre el poderío económico de sus miembros. Lo integran economías con diferentes niveles de desarrollo y asimetrías en diferentes sectores pero que, sin embargo, individualmente revelan en diferente grado altos niveles de competitividad sectorial, producción industrial, exportación de servicios, desarrollo científico-tecnológico, producción agroalimentaria y energética.
En tal sentido, la “división interna” del trabajo señala que China concentra casi todos los atributos como potencia emergente, seguida por India, Rusia, Brasil y Sudáfrica. China es una potencia comercial, financiera y tecnológica, India añade a la unión capacidades científico –técnicas y expertise en altas tecnologías computacional, biotecnologías agrícolas y es líder en la producción mundial de medicamentos y vacunas; Rusia es un actor clave en la ecuación energética global al igual que Brasil en materia agroalimentaria; Sudáfrica es la mayor economía en desarrollo del África Subsahariana.
En cuarto lugar, a lo largo de su historia, ampliamente descripta y analizada por el autor, la incorporación de nuevos miembros demuestra la flexibilidad con que asumen la construcción de legitimidad internacional para el logro de metas compartidas, la importancia otorgada a la densificando de su agenda de cooperación. Reafirma así el convencimiento de sus líderes, respecto de la importancia de persistir en un más intenso diálogo y cooperación en el marco del denominado “multilateralismo del sur”, el cual evoluciona sobre una geometría variable de las relaciones interestatales basada en fines prácticos sobre comercio, finanzas, inversiones, transferencia tecnológica y asociación empresarial para potenciar el crecimiento económico y la generación de empleo de calidad.
Un detalle importante a destacar de la lectura es que, si bien los intereses económicos suelen primar, la “agenda del BRICS” responde a comunes intereses vinculados, entre otros, a la reforma del sistema de Naciones Unidas, en particular el Consejo de Seguridad (dos de sus integrantes son Miembros Permanentes, China y Rusia) a fin de que refleje la nueva arquitectura de poder mundial y no siga anclado en un formato post II G-M; también abogan por una mayor representatividad de las economías en desarrollo en organizaciones financieras internacionales (FMI, Banco Mundial), la promoción de nuevas monedas de reserva internacional complementarias al dólar estadounidense (Yuan) y la búsqueda de una correlación más estricta entre poder relativo e influencia en las principales organismos e instituciones globales. Sobre este punto, ocupa parte del texto, la descripción y análisis sobre cómo el BRICS ha sido –es- el motor de cambios expuestos mediante la creación de instituciones “alternativas” a las heredadas del orden de Bretton Woods; ejemplo, alentado por China, la creación del Nuevo Banco de Desarrollo cuya existencia debe responder a la imprescindible reorientación del financiamiento para el desarrollo de sus socios.
La resiliencia del foro ante embates internacionales es destacada por el autor. Aún después de más de una década de existencia y los impactos sufridos ante adversas coyunturas financieras, la escalada de tensiones entre China y Estados Unidos, la desaceleración del crecimiento económico mundial, desglobalización, crisis por la pandemia, mayor proteccionismo comercial, e inacabados conflictos territoriales entre algunos de sus miembros (China e India), siguen guiando la acción internacional del BRICS, claros objetivos comunes sobre gobernanza global, cooperación entre naciones sur y en desarrollo, ganancias en autosuficiencia alimentaria, energética, desarrollo científico-tecnológico, y eco sostenibilidad ambiental.
Todo estos contenidos han sido acompañador por una profusa bibliografía y un detalle por demás destacado: el análisis de discurso como recurso metodológico. Sobre la base de documentos elaborados como parte de la tarea desempeñada por grupos de trabajo y, en especial, los de sus líderes en las diferentes Cumbres, exponen con claridad las ideas – fuerza que guían la acción internacional concertada del BRICS, reafirman compromisos y expresan preocupaciones compartidas en materia de seguridad internacional, tensiones norte-sur, inequidad social y proteccionismo comercial, entre otros.
En síntesis, su existencia y persistencia, ha generado y dispara nuevas reflexiones en la academia sobre integración, interregionalismo, coordinación internacional, cooperación económica, vigencia del multilateralismo del sur. En este orden, el libro recrea su importancia y aporta riqueza analítica en tiempo y oportunidad para desentrañar actuales y futuros desafíos del BRICS. El texto, resulta así un aporte novedoso e importante que nos recuerda que el BRICS ha sido y es mucho más que un acrónimo surgido de un imaginario financiero, para ser una realidad cuyo accionar global moviliza mentes y define iniciativas de política exterior, gracias a su mayor influencia y creciente poderío económico, político, tecnológico y militar.
En el actual contexto internacional, caracterizado por la escalada de tensiones internacionales producto de disidencias estratégicas entre Estados Unidos, China, India y Rusia, y pretendidos esfuerzos sobre desintegración o desglobalización, la existencia del Foro aún ofrece reales alternativas para rebajar tensiones mediante el despliegue de una diplomacia pública y privada que atenúe riesgos inherentes a enfrentamientos amados a gran escala.
Por todo lo expuesto, la oportunidad y pertinencia de la obra es destacable y nos obliga a debatir –nuevamente- como país un imaginario con vistas al desarrollo nacional que encuentre en el Foro y/o con sus miembros individualmente considerados, alternativas para una exitosa inserción internacional en las décadas por venir.