Recepción: 15 Mayo 2018
Aprobación: 24 Octubre 2018
Resumen: La revolución sandinista, de igual modo que la mexicana y la cubana, ocurrida en 1979, tendrá su propia estilización literaria en una serie de títulos que la publicitaron primero en la comunidad de lectores latinoamericanos y luego a escala mundial. Anteriormente, la figura libertaria de Sandino adquirió relevancia histórica en las obras del historiador argentino Gregorio Selser: “Sandino general de hombres libres” (1955), título que reproduce la denominación de Henri Barbusse y “El pequeño ejército loco: operación México-Nicaragua” (1958). Sin embargo, más de dos décadas antes, la gesta anticolonial de Sandino había tenido proyección literaria en las obras de dos escritores nicaragüenses: Hernan Robleto publica “Sangre en el trópico. La novela de la intervención yanqui en Nicaragua.” (1930) y Salomón de la Selva (2016), “La guerra de Sandino o pueblo desnudo” (1935).
Palabras clave: construcción literaria, sandinismo, narrativa memorialista.
Abstract: The Sandinista revolution, like the Mexican and the Cuban, which occurred in 1979, will have its own literary stylization in a series of titles that publicize the first Latin American and worldwide community. Previously, the figure liberating Sandino acquired historical relevance in the works of Argentine historian Gregorio Selser: “Sandino general de hombres libres” (1955), a title that reproduces the name of Henri Barbusse and “The small local army: Mexico-Nicaragua operation” (1958). However, more than decades before, Sandino's anti-colonial gesture used to have a literary project in the works of Nicaraguan writers: Hernan Robleto publishes “Sangre en el tropico. The soap opera of the intervention in Nicaragua. ” (1930) and Salomón de la Selva (2016), “The war of Sandino the naked pueblo” (1935).
Keywords: literary construction, Sandinismo, memorialist narrative.
“La marca antiimperialista fue desde siempre la más profunda en el sandinismo. Más que las enseñanzas leninistas de los manuales, pesaba el pensamiento de Sandino. No era un asunto sólo de convicciones teóricas, sino de realidades probadas y de emociones. Ningún otro país de América Latina había sido víctima, como Nicaragua, de tanto abusos e intervenciones militares de Estados Unidos en más de un siglo, desde William Walker, un aventurero de Tennessee, se había proclamado presidente del país en 1855, amparado por una falange de filibusteros.” Sergio Ramírez.
La revolución sandinista, de igual modo que la mexicana y la cubana, ocurrida en 1979, tendrá su propia estilización literaria en una serie de títulos que la publicitaron primero en la comunidad de lectores latinoamericanos y luego a escala mundial. Anteriormente, la figura libertaria de Sandino adquirió relevancia histórica en las obras del historiador argentino Gregorio Selser: “Sandino general de hombres libres” (1955), título que reproduce la denominación de Henri Barbusse y “El pequeño ejército loco: operación México-Nicaragua” (1958). Sin embargo, más de dos décadas antes, la gesta anticolonial de Sandino había tenido proyección literaria en las obras de dos escritores nicaragüenses: Hernan Robleto publica “Sangre en el trópico. La novela de la intervención yanqui en Nicaragua.” (1930) y Salomón de la Selva (2016), “La guerra de Sandino o pueblo desnudo” (1935).
a) “Sangre en el trópico. La novela de la intervención yanqui en Nicaragua” (1930) de Hernán Robleto o la primera crónica de la lucha antimperialista
“Sangre en el Trópico” del escritor nicaragüense Hernán Robleto inicia la serie literaria de novelas centradas en la lucha de liberación nacional que sucedió en Nicaragua a partir del primer tercio del siglo XX. Robleto (1892-1969), periodista y escritor cuya labor se había desarrollado, principalmente en México y él mismo con experiencia militar en los acontecimientos que describe; compone una crónica ágil cuyo punto de partida es el contingente de voluntarios que zarpa de un puerto mexicano a bordo de la precaria embarcación “La Carmelita” con rumbo a Nicaragua para integrarse allí a las fuerzas liberales que luchan contra el gobierno títere de Díaz. Para Enrique Anderson Imbert (1954) el texto constituye más “una crónica que una novela”, dado que el narrador cuenta de modo realista y respetando el eje temporal una expedición similar a la que participó el autor en 1926. El protagonista es Héctor Romero quien sufre un proceso de envilecimiento debido a las condiciones brutales de la guerra. El contrapunto de los jóvenes idealistas se sostiene a partir de la focalización del discurso de los militares estadounidenses caracterizado por el racismo y el cinismo con el que sostienen los principios que legitiman su intervención en el país centroamericano.
Finalmente, la novela de Robleto (2000) establece las condiciones textuales para las novelas que integran la serie: modalidad realista, con un gran trabajo de verosimilitud lingüística en el habla de los personajes, la descripción de la exuberancia de la naturaleza nicaragüense y su permanente amenaza para los protagonistas, el maniqueísmo en el tratamiento de los personajes y el vehemente discurso antiimperialista a cargo del narrador y de algunos personajes. Por otra parte, si bien la figura de Sandino es apenas una referencia entre las autoridades a cargo de la ofensiva liberal final contra el poder conservador; el tema y el cronotopo de la novela justifican su integración en la serie estudiada.
b) “La guerra de Sandino o pueblo desnudo” (1935): una épica colectiva latinoamericana
La versátil figura de Salomón de la Selva (1893-1959) (poeta, soldado, novelista, historiador, ensayista, asesor presidencial, etc.) elabora una novela articulada en escenas yuxtapuestas que constituyen desde la imaginación literaria la crónica a la vez histórica y simbólica de los episodios más relevantes de la lucha de Sandino en Las Segovias contra las tropas estadounidenses. Su carácter épico radica en los siguientes elementos estructurales de la novela: el maniqueísmo que organiza el retrato de los personajes, la subordinación del ejército sandinista de imposible realización y cuya condición básica es el sacrificio personal de sus integrantes. Esta característica les imprime abnegación y constituye según J. Campbell, el rasgo más sobresaliente de la morfología heroica. Aludido su pathos colectivo desde el título. En efecto, ya desde el título se establece la homologación de significado entre el conductor de la guerra y el pueblo. Vinculados en una coordinación disyuntiva manifiestan equivalencia semántica y en la praxis, unidad en la lucha dentro de los acontecimientos de la trama. Por otra parte, la focalización del narrador externo enfatiza las diferencias éticas en la conducta del coronel Harfield, el mayor general Logan Feland, Charles Eberadt y Somoza, por una parte, los esbirros del coloniaje y por otra, Sandino, el Tata Cura y sus hombres, en especial, Peño. De esta manera, la lucha narrada no está representada únicamente por acontecimientos bélicos sino sobre todo por una dialéctica verbal en la contraposición de los sentidos antagónicos expresados en los discursos de los personajes. Así, desde una perspectiva bajtiniana: “Todo enunciado concreto es un eslabón en la cadena de la comunicación discursiva en una esfera determinada. El cambio de los sujetos discursivos determina el límite de un enunciado. Los enunciados no son indiferentes entre sí ni son autosuficientes, sino que “saben” uno del otro y se reflejan mutuamente. Estos reflejos recíprocos determinan el carácter de un enunciado.” (Bajtín: 54). En este sentido, la caracterización de Eberhardt, embajador yanqui representa con eficacia cuál es el interés de Estados Unidos en el país centroamericano y contrasta con la finalidad social que asigna Sandino a su lucha: “La principal virtud que tenía Eberhardt, desde el punto de vista del Departamento de Estado, era que jamás se quejaba de su puesto. (…) Su ideal era no tener nada que hacer, mostrarse afable con todo el mundo y ver que los negocios bananeros prosperasen. (De la Selva: 21).
En tanto que el único discurso de Sandino en la novela establece un eficaz contrapunto con el anterior: “Sus soldados le habían oído con respeto. -Cuando Nicaragua sea libre, que cada hombre tenga su esposa, cada mujer su marido, cada pareja su casa y su finquita propia, con su chagüite y su milpa, su yunta de bueyes y arado y con los hijos que Dios mande criados por padre y madre. Por eso peleamos.” (De la Selva: 75). Estos fragmentos contraponen una ética, una moral y una teleología antagónicas. El pragmatismo político que solo ve un valor en lo útil del funcionario yanqui evoca la doctrina filosófica de William James; elaborada cuando los Estados Unidos van camino a convertirse en la potencia imperial del continente; cuya versión diplomática será la doctrina Monroe. La ética de Sandino es una ética política que busca construir la polis en la igualdad económica y de derechos de sus ciudadanos contra la opresión de un poder imperial de dimensiones continentales.
c) “La montaña es algo más que una inmensa estepa verde” (1982) de Omar Cabezas: la conciencia revolucionaria del hombre nuevo
Omar Cabezas nace en la ciudad nicaragüense de León en 1950. Es dirigente estudiantil hasta 1974. Este año es trascendental para su vida y su obra. Dado que el agitador estudiantil se integra en la clandestinidad de la guerrilla del Frente Sandinista de Liberación Nacional. Su relato ha sido leído como el paradigma literario de la revolución o mejor de la generación revolucionaria que la hizo posible teniendo como ejemplo la ya consolidada revolución cubana. Sin embargo, su texto que ha operado como sinécdoque generacional supone un testimonio de su conversión revolucionaria. Un proceso personal cuyo punto de partida es la politización estudiantil contra el inmovilismo de la dictadura somocista. Paradigma de toda dictadura latinoamericana en su venalidad, autoritarismo y pro americanismo y cuyo autócrata, Somoza hubiera merecido un avatar literario como “Tirano Banderas” o “Yo el supremo” dada su megalomanía y crueldad.
La diégesis del relato se organiza en 20 capítulos y su temporalidad respeta la cronología narrativa clásica. En tanto que los espacios son diversos: Managua, Isabela (la montaña), Malpaisillo y León. Por otra parte, el narrador, narrador memorialista tradicional, asume el peso narrativo y con intermitencias concentradas particularmente en los primeros capítulos se dirige a un interlocutor innominado; procedimiento que aproxima el contenido evocado y le brinda un tono confesional y cercano; reforzado a partir de un registro coloquial que acerca la escritura a la oralidad. Por otra parte, la montaña se convierte en un espacio iniciático. Un espacio de transformación psicofísica que puede vincularse al camino del héroe.
d) “Nicaragua tan violentamente dulce” de Julio Cortázar: La literatura revolucionaria se funda en Solentiname
Con esta obra, el escritor argentino Julio Cortázar (1984) apuesta a la responsabilidad mediante la literatura. Influido por Sartre, pero asimismo por Fanon apuesta por una literatura comprometida. Las experiencias del su viaje a Nicaragua viaje constituirán la materia textual recopilada en “Nicaragua, tan violentamente dulce” (1984). En este texto Cortázar no solo efectúa el panegírico de la revolución; sino que glosa los motivos profundos de su opción política.
Desde nuestra perspectiva, el cuento “Apocalipsis de Solentiname” constituye uno de los puntos más trascendentes de todo el texto; aquí Cortázar ficcionaliza lo real persiguiendo un mensaje político, subordina la literatura a la difusión de la crítica social: la historia reciente del genocidio de la dictadura militar para resignificarlo en un contexto fantástico. Denunciarlo significa romper el anquilosamiento perceptivo y resituarlo en su ontológica incompatibilidad con lo que la convención denomina “lo real”. Por lo que lo paradójico, no solamente radica en el juego ambivalente de las dos dimensiones: verosímil/inverosímil sino en la impugnación de la escenificación del componente de irrealidad de la situación latinoamericana mediante el señalamiento de la desmesura de un horror que en el marco de un discurso narrativo adquiere un vehemente poder hipercrítico que señala su violencia gratuita; en definitiva, su sinsentido criminal. Así la inventio narrativa propone tácitamente una realidad alternativa, a la realidad inverosímil que denuncia.
e) “Adiós muchachos” (2007) de Sergio Ramírez o la memoria pluralizada
El texto de Ramírez constituye un gran ejemplo de literatura memorialista. Sin embargo, en segundo lugar, pese a que la narración responde a la focalización del narrador; el texto supone una memoria pluralizada dado que en su espacio de sentido van ingresando los “muchachos” que han protagonizado diversos tramos de la historia de la revolución sandinista; en estos tramos, el protagonismo del narrador decrece y cede prevalencia aquellas figuras que dejan de ser el objeto de su recuerdo para convertirse en sujetos-protagonistas de la historia. Por lo que más que un texto memorialístico canónico el recuerdo que propone la narración de Ramírez es, en definitiva, una memoria fragmentada; complejizada en diferentes tramos y planos cuyos ejes de sentido son justificados por diferentes protagonistas que parecen asumir su propia autonomía respecto del discurso referido articulado por el narrador.
f) “El país bajo mi piel Memorias de amor y de guerra” de Gioconda Belli o la narrativa femenina del impacto de la revolución
Las memorias de la novelista y poeta nicaragüense constituyen un valioso testimonio de la historia reciente de Nicaragua y de su historia personal. En principio, destaca su voz en el contexto de una serie literaria de voces narrativas masculinas, en contraposición, Belli (2018) nunca deja de ejercitar en su narración su condición de mujer (hija, madre, trabajadora, escritora y revolucionaria) Puesto que el proceso de conciencia política en su caso es paralelo a su proceso de liberación femenina e impugnación del rol asignado a la mujer. Dado que la autora logra alcanzar puestos relevantes en el seno de la jerarquía revolucionaria; espacio no solo fuertemente jerarquizado; sino masculinamente jerarquizado. Por otra parte, es destacable la glosa de su antiamericanismo y que coincide con Robleto en subrayar su intervencionismo: “En Latinoamérica, especialmente durante esos años, oponerse a la política de Washington era una cuestión de principios. Sentíamos que nunca podríamos alcanzar ni la dignidad, ni el progreso, mientras Estados Unidos no cesara de imponernos su voluntad. Éramos una generación nacida y criada bajo dictaduras nefastas que Washington apoyó sin ningún escrúpulo: Papa Doc, Stroessner, Batista, Somoza, Ubico, los militares brasileños. Estados Unidos era el muchacho fuerte y grosero del barrio. Uno soñaba con desafiar su poderío, aunque fuera momentáneamente; aun a riesgo de terminar moreteado, con las costillas quebradas. El instinto de atrevimiento, la afirmación de la propia independencia era suficiente incentivo para arriesgarse al dolor.” (Belli, 274).
Los conceptos de revolución presentes en las obras analizadas
Bibliografía
Anderson Imbert, Enrique (1954) “Historia de la literatura hispanoamericana”. México. Fondo de Cultura Económica.
Belli, Gioconda (2018). “El país bajo mi piel Memorias de amor y de guerra.” Nafarroa. Txalaparta.
Cortázar, Julio (1984) “Nicaragua tan violentamente dulce”. Buenos Aires. El aleph.
De la Selva, Salomón (2016) “La guerra de Sandino o pueblo desnudo”. Paso de Barca.
Robleto, Hernán (2000) “Sangre en el trópico la novela de la intervención yanqui en Nicaragua.” Las Canarias. Ediciones del baile del sol.