Cuatro, glosa(s) (un lugar para el comentario y la información)
Recepción: 26 Agosto 2022
Aprobación: 06 Octubre 2022
| Fierro María Angélica. 2022. Argentina. Colihue. 439pp.. 978-950-563-106-3 |
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El Fedro de Platón es, sin dudas, uno de los más interesantes e influyentes diálogos del filósofo antiguo. La presente traducción al español está acompañada de un amplio cuerpo de notas y una introducción que incluye un útil recorrido conceptual, histórico y dramático de la obra; pero esta edición se destaca por ofrecernos, además, una serie de estudios exegéticos que anteceden cada sección del diálogo, y en los que se condensan la explicación y estado del arte de las distintas problemáticas que presenta el texto. De esta forma se habilita ya un acercamiento ameno al texto, ya una lectura crítica y especializada.
El diálogo platónico necesita de traducciones fieles redactadas con conocimiento del griego y del pensamiento de Platón, quien expresaba su filosofía no solo con argumentos en prosa sino también con chistes e ironías, guiños dramáticos y usos astutos del lenguaje, un lenguaje del que el filósofo se apropia para dotarlo muchas veces de nuevos sentidos que rebasan la literalidad o el significado usual de la época. Es importante destacar, entonces, que esta traducción está a cargo de una especialista en la filosofía platónica y conocedora de la lengua griega. María Angélica Fierro, Doctor of Philosophy (Universidad de Durham) y Profesora en Filosofía (Universidad de Buenos Aires) es actualmente investigadora del CONICET y docente de Historia de la Filosofía Antigua y Griego en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. En sus distintas pertenencias institucionales, ha dictado numerosos cursos, realizado publicaciones académicas, así como también ella misma ha desarrollado espacios de estudio, formación e investigación. Este recorrido profesional puede verse ciertamente reflejado en la presente edición del Fedro.
En cuanto a este diálogo en particular, sabemos que una de las cuestiones de recurrente discusión es el problema de su unidad, pues en una primera lectura parecieran haber distintos temas desperdigados por el camino hacia el río Iliso. El amor, el alma, la belleza, la escritura, la retórica: ¿dónde está el hilo conductor? ¿O es, acaso, precisamente en esta obra, en la que Platón plantea la necesidad de que todo discurso sea compuesto como un organismo vivo articulado, que nuestro filósofo perspicaz en la lengua escribe un diálogo decapitado que no sabe de dónde viene ni a dónde va? Si bien el Fedro ha sido caracterizado como “una sinfonía musical” (Bourget, 1919:335), su melodía escapa muchas veces a una explicación acabada. En la edición de Gredos, por ejemplo, no hallamos una respuesta definitiva acerca de cuál es el tema del Fedro, pues el traductor, Emilio Lledó, señala en sus notas que el tema del lógos aparece desde las primeras líneas del diálogo, pero no explica cuál es la conexión entre las partes de la obra, mientras que el estudio introductorio a cargo de Antonio Alegre Gorri se refiere al Fedro con el subtítulo “de la belleza”. Por su parte, Luis Gil Fernández, en la edición de Dykinson, propone que la retórica es el “motivo general” del Fedro, en el que se encuentra subsumido el tema del amor como “motivo dominante” y el del alma como una “variación” (2009:20-27); no obstante, su propuesta de una jerarquización temática no logra explicar cabalmente el problema de la unidad, que seguiría presente entre estos distintos “motivos” del diálogo.
Decidir qué está intentando responder Platón en cada diálogo no es una tarea menor, y en la presente edición, la traductora hace una novedosa propuesta que sintetiza de algún modo su lectura del Fedro al tiempo que responde al problema de su unidad. “Hablar de amor” es el nombre que Fierro le pone al entramado que elabora Platón entre el ‘éros’ y el ‘lógos’ en el Fedro. Este subtítulo nos invita a entender al amor como tema y como motor del discurso, pues es sobre el amor que versan el discurso de Lisias y los que produce Sócrates mientras conversa con Fedro, pero es también por amor a los discursos, es decir, por la fascinación que tienen los personajes por las palabras, que el diálogo continúa fervoroso por investigar acerca del apropiado uso del lenguaje. Es asimismo interesante cómo la traductora refleja, con este “hablar de amor”, una concepción de la ‘philosophía’ platónica que resulta muchas veces desatendida por la literatura. Fierro nos invita a pensar que Platón se apropia de las reflexiones de la cultura griega para elaborar su pensamiento filosófico, pero sin rechazar del todo las bases de las que parte. En este sentido, en el caso del ‘éros’ se da cuenta de los componentes de la irracionalidad y la corporalidad que despiertan en el amante una “manía” amorosa causada por algún tipo de belleza, aunque la expresión más elevada del amor sea el deseo intenso de la razón por la verdad. La tensión entre estos elementos apropiados y elaborados se encuentra precisamente en esa loca pasión por los discursos que lleva a Fedro y a Sócrates a investigar cuál es el modo más bello de usar el lenguaje. En este caso, como bien muestra Fierro, los elementos de la retórica tradicional referentes a la persuasión, como ser la verosimilitud, el engaño y la antilogía, están presentes, aunque resignificados con la inclusión de la dialéctica y la ‘psychagogía’, en la propuesta platónica de una técnica retórica digna de la filosofía.
En síntesis, la traducción de María Angélica Fierro del Fedro, presentada en la colección Colihue Clásica que es dirigida por el Dr. Mariano Sverdloff, resulta un aporte meritorio y sumamente valioso a quienes quieren leer, releer o estudiar a Platón.
Referencias
Bourget, Émile. (1919). “La composition dans le Phédre de Platon”. En Revue de metaphysique et de morale, 26, 335-351.
Gil Fernández, Luis (trad.) (2009). Platón. Fedro. Edición bilingüe. Madrid: Dykinson.
Lledó, E. (trad.) Fedro, en Platón I. Madrid: Gredos.
Notas de autor