Dossier
Resumen: Ada María Elflein Schwarz (1880-1919) es una escritora argentina, hija de padres alemanes. Esto le ofrece a ella la posibilidad de tener una mirada sobre la Argentina que proviene de la de sus padres, en parte, y por otro lado de su experiencia propia. Maestra, periodista, cuentista, se relaciona con la elite conductora de la Argentina de entonces, a la vez que tiene un lugar respetable dentro de la comunidad germana del país. Sus relatos de viaje, escritos en castellano, muestran una mirada femenina sobre el recorrido. Viajera intrépida, se atrevió a moverse como un varón y llegar a parajes de difícil acceso, que a través de su palabra se vuelven posibles para las mujeres de la época. Su hibridez en cuanto al origen se potencia con el hecho de escribir relatos de viaje -una escritura fronteriza por naturaleza- y todavía más, por dejar clara su mirada femenina frente a lo descripto y narrado.
Palabras clave: Literatura de viaje, literatura femenina, marginalidad.
Abstract: Ada María Elflein Schwarz (1880-1919) was an Argentine writer, daughter of German parents. This granted her the possibility of having a view of Argentina that comes partly from her parents, and partly from her own experience. Being a teacher, journalist, storyteller, she was related to the leading elite of Argentina at the time, while she had a respectable place within the country's German community. Her travel stories, written in Spanish, show a feminine view of the journey. She was an intrepid traveler, she dared to move like a man and get to places that were hard to reach, which, through her word, became possible for the women of the time. Her hybrid origin is enhanced by her writing of travel stories -a border writing by nature- and, even more, by her feminine gaze, which is clearly present in what is described and narrated.
Keywords: travel literature, women's literature, marginality.
La reedición en 2019 de los textos de viaje de Ada María Elflein es una marca evidente de que no se trata de una autora olvidada, de una especie de reliquia cultural que puede investigarse como parte de una época, sino que por el contrario estamos frente a una autora que, a más de 100 años de su muerte, tiene algo que decir a las generaciones sucesivas. También la investigación académica ha prestado atención actualmente a su figura, con trabajos como los de Mónica Szurmuk (1996) y María Gabriela Boldini (2020), a los que se suman otros míos de 2012 y 2020 respectivamente. Sus relatos de tema histórico, publicados en el diario La Prensa y reunidos en parte en sus libros, han logrado que sea considerada dentro de la tradición literaria infantil y juvenil como una de las iniciadoras del género dentro de la literatura argentina, desde donde ya ocupa un lugar canónico. Comenzó a publicar sus relatos en 1905, de abril a octubre (Comas de Guembe, 1987; 57). No me extenderé sobre la amplitud de su obra, sino que concentraré mi atención en los textos publicados en formato de libro y, fundamentalmente, en los relatos de viaje, que es donde se hace más evidente la presencia de un sujeto femenino que enuncia, ya que no habla a través de sus personajes, como lo hace en sus narraciones de tema histórico. También aludiré a su autotraducción al alemán publicada en 1911 con el título Geschichtenaus Argentinien (Historias de Argentina).
El propósito de mi trabajo consiste en demostrar cómo la autora se mantiene y participa en mundos opuestos, a veces excluyentes, pero con un talento excepcional para tratar de sintetizarlos y acercarlos, en lugar de acentuar sus diferencias. Desde la Literatura Comparada se diría que es la figura perfecta del intermediario, que da el mismo valor a los varios contextos en los que participa, y que pretende que estos se relacionen entre sí, sin subordinar uno al otro, sino en un contexto de interrelación mutua y de aportes enriquecedores. Ella tiene conciencia plena de que se encuentra en una situación privilegiada para hacerlo y la utiliza en favor de mejorar el acercamiento de sistemas culturales o de creencias, que en principio parecen oponerse. Analizaré cómo Elflein es mediadora: a) entre Argentina y Alemania, b) entre el feminismo y el nacionalismo católico, c) entre el mundo de los varones y de las mujeres, d) entre la capital y el interior, e) entre el pasado y el presente, f) entre la historia y la literatura. Finalmente, justificaré cómo a través de la literatura infanto-juvenil publicada en La Prensa, que asume la forma de relatos históricos y tradiciones, la autora se dirige no solo a esa franja etaria, sino también a la familia en general, lo que aumenta su papel como educadora. También es significativo el hecho de su opción por el relato histórico y el relato de viajes, ambos géneros híbridos en los que la literatura se pone al servicio de narrar un hecho de relevancia histórica o el recorrido de un narrador que se va moviendo en el espacio.
Ada Elflein, mediadora entre Argentina y Alemania
Según afirma María Gabriela Boldini: “En parte, Elflein ratifica el éxito de un proceso de “argentinización”, pero, a su vez, problematiza el nacionalismo esencialista de los intelectuales del Centenario, que cierra las puertas a lo foráneo” (2020:34).
En 1911 la editorial Tjarks, de La Plata, que también publicaba el periódico Deutsche La Plata Zeitung (Diario alemán de La Plata), alineado primero con el sistema monárquico frente a la República de Weimar y luego con el Nacionalsocialismo, imprime la única obra en alemán de Elflein, Geschichten aus Argentinien, en la que la autora elige una serie de relatos propios de tema histórico y los publica en alemán. En el Prólogo repite lo que es casi un topos de los escritos de viajeros y migrantes de lengua alemana a la Argentina, que es el hecho de que el primer texto sobre la Argentina fue escrito por un alemán, Ulrich Schmidl, en 1536, lo que de alguna manera demuestra la presencia alemana en la Argentina desde la época de la conquista y colonización. A continuación, expresa el propósito de su colección:
Las narraciones que siguen dan a conocer al lector la historia, las costumbres y usos del país y le permiten formarse una idea del alma del pueblo argentino, cuyos rasgos de carácter sobresalientes también son propios de la raza germánica: amor a la patria, capacidad de entrega, hospitalidad y serio anhelo de perfección (1911: s/n).
En este volumen se concreta su deseo de argentinizar a los jóvenes alemanes con lecturas sobre el país, pero sin que pierdan el amor por su patria original: ella supone que es posible lograr una identidad transnacional, sin privilegiar una cultura sobre otra, tal como ocurrió en su caso, ya que sentía lo mismo por la patria de sus padres, a través de ellos, ya que nunca viajó a Alemania, y por la propia, ya que no caben dudas del sentimiento nacionalista de Elflein.
En sus narraciones elimina rasgos desagradables para los alemanes, como el salvajismo de los indios e introduce elementos que potencian el color local de sus cuentos de forma tal que sus receptores, los niños alemanes, en su mayoría hijos de inmigrantes, conozcan y amen la nueva patria como ella pudo hacerlo. También agrega datos históricos con los que sabe que sus lectores no cuentan, como los referidos a la situación de la conquista y colonización en el Río de la Plata, por citar solamente un ejemplo.
José Manuel Eizaguirre (1919:97) narra una anécdota que rodea a la publicación de Geschichtenaus Argentinien (1911): la autora envió dos ejemplares a Alemania, uno al Emperador y otro al General von der Goldz, embajador del Imperio presente en los festejos del Primer Centenario. Este agradeció el regalo, pero el emperador lo rechazó porque la autora, siendo hija de alemanes, declaraba su nacionalidad argentina. Quizás este hecho sirva para conocer cuál era la situación política en relación con las nacionalidades y ayude a valorar justamente la postura que asume Elflein.
Por otro lado, la autora se encuentra inserta tanto en la sociedad argentina del Primer Centenario, así como en la comunidad germana de la época. Prueba de lo primero es su trabajo en La Prensa y el hecho de haber sido traductora para Bartolomé Mitre. También su pertenencia al Centro “Mary O`Graham”, de orientación feminista. Prueba de lo segundo es el hecho de que publicó en alemán en el Deutsche La Plata Zeitung y en la Revista de la Asociación Científica Alemana. También en el Instituto Iberoamericano es posible rastrear cartas entre Ada Elflein y el famoso antropólogo y folklorista Roberto Lehmann-Nitsche hacia 1910. Por otra parte Wilhelm Keiper, un miembro prominente de la sociedad germana de Argentina en esa época, incluye a Elflein entre los autores de literatura infantil y juvenil en alemán de la Argentina y publica en 1919 una nota necrológica en ocasión de su muerte.
Entre el feminismo y el nacionalismo católico
Mónica Szurmuk destaca en su artículo sobre Ada Elflein (1996:338) que en 1910 la autora participó de dos congresos de ideologías antagónicas que tuvieron lugar en Buenos Aires: el Primer Congreso Feminista Internacional (cosmopolita, liberal y laico) y el Congreso Patriótico de Señoras (tradicional, nacionalista y católico). Afirma la autora que Elflein no está de acuerdo con el cosmopolitismo de las feministas, pero tampoco con la política de género de los nacionalistas. Dice Szurmuk: “Solo en la intersección de ambos discursos: el nacionalista por un lado y el feminista por otro, podemos dar sentido a las preocupaciones de Elflein con la patria y con los roles femeninos” (1996:339). Cree que las crónicas de viaje son “un excelente ejemplo de cómo Ada María Elflein integra los discursos de la nación y del género sexual” (1996:339). De esta manera, la autora pretende mostrar a las otras mujeres, sin usar un tono combativo ni hostil contra los varones, que es posible buscar otros roles sociales más allá del hogar y la maternidad. No avanza mucho en lo referido al derecho a la educación de las mujeres, ya que abraza la profesión de maestra, tradicionalmente unida a las mujeres, y no trata de producir cambios en este sentido. Probablemente, un discurso innovador la hubiera convertido en extraña para su círculo de lectores o directamente se le hubiera negado la posibilidad de publicar. Es probable que Elflein haya guardado para sí sus convicciones con respecto a este tema para poder seguir escribiendo y publicando para los lectores de La Prensa.
Como afirma María Gabriela Boldini:
Sin embargo, la escritura de Elflein se constituye sobre un dispositivo oscilante de enunciación, que transita entre la prescripción y el desvío. Estas líneas heterodoxas se manifiestan, básicamente, en tres aspectos: la construcción de un diseño territorial federal que relativiza las representaciones y sentidos hegemónicos adjudicados a la “barbarie rural”; la problematización de estereotipos de género; la interpretación y construcción no maniquea del relato histórico, en el que se sobrevalora –fundamentalmente– la humanidad del otro, por sobre las diferencias políticas, sociales, étnicas (Boldini, 2020:29).
Entre el mundo de los varones y el de las mujeres
Marina Becerra, al referirse al rol de las mujeres a principios del siglo XX en la Argentina, dice:
La adscripción de género, cruzada con las de clase y nacionalidad, inciden de diversos modos en los posicionamientos frente al discurso hegemónico que circunscribe el rol de las mujeres a la casa y a la reproducción. En este sentido, impulsadas quizás por la apertura de espacios culturales antes reservados a los varones, algunas mujeres publicaban sus escritos, desafiando en ese gesto, o al menos relativizando, las convenciones patriarcales de la época (Becerra, 2011).
Cree la autora que las “escrituras de la intimidad”, como los relatos de viaje, constituyen un puente para analizar los deslizamientos posibles entre lo público y lo privado dentro de la literatura de la época.
En el artículo anteriormente citado, Szurmuk (1996:339) considera que la relación que sostiene Ada Elflein con su amiga y compañera de vida y de viajes, Mary Kenny es una relación lesbiana encubierta, ya que de ninguna manera una relación homosexual hubiera sido aceptada por la sociedad de la época, mucho menos para quien se autodefinía como educadora.
En sus textos de viaje trata de impulsar a otras mujeres a que se aventuren, tal como ella lo hacía, a salir de la comodidad de sus hogares y lanzarse a conocer el mundo por sí mismas, a ver con ojos propios y no a tomar solamente aquello que les es transmitido por otros.
Dice Cynthia Cordi en su “Prólogo” a Impresiones de viaje:
Para esta escritora, el viaje y la narrativa que resulta de la experiencia no son solo una aventura interior o personal. Hay dos compromisos que declara en sus prólogos y correspondencias, en sus crónicas y cuentos: conocer la historia y la geografía del país como forma de patriotismo (reconocer para amar) y estimular a otras mujeres a salir del encierro. (Elflein, 2019:9).
En este caso, como en el de las nacionalidades, Elflein elige una posición no binaria, sino que por el contrario elabora de manera encubierta una posición en la que es posible ser feminista y nacionalista, o tratar de otorgar más derechos al universo femenino, sin oponerse de manera abierta el sistema masculino de poder.
Según afirma María Gabriela Boldini:
La práctica de escritura ubica a la mujer en el espacio público “masculino”, hecho que se interpreta como una “transgresión”, un acto de “pedantería” y “virilización”. En este sentido, Gucovsky y Elflein montan dispositivos de enunciación que les permiten acercarse al campo literario y garantizar un espacio de interlocución con sus pares masculinos y congéneres. El periodismo y la práctica docente se instituyen en plataformas de aprendizaje, para profesionalizarse como escritoras. Aun así, la crítica las rotula como: “educadoras”, “profesoras”, y lee su producción literaria desde una perspectiva pedagógica, moralizante. Son mujeres, mujeres que escriben. Son maestras, maestras que escriben. ¿Son, acaso, escritoras? A este proceso de marginalización, debemos sumar –además– la condición de extranjería y ajenidad que ambas poseen frente a la cultura criolla (Boldini, 2020:24).
Entre la capital y el interior
Szurmuk afirma que “Elflein utiliza la narrativa de viaje como género para abrir, para dar a conocer al público porteño aspectos de la realidad interior del país” (1996:340). Elflein trasciende la dicotomía sarmientina entre civilización y barbarie y pone el acento en la necesidad de modernización del interior. Dice Szurmuk: “la barbarie toma el cariz de una barbarie masculina, donde las mujeres tienen un espacio tradicional y marginal. La barbarie es una barbarie masculinizada. La ciudad se feminiza y se muestra como el espacio privilegiado para la mujer moderna” (1996, 341).
Elflein no ve la barbarie en el interior sino que, por el contrario, cree que es allí donde se encuentra la verdadera argentinidad y no en la ciudad, cosmopolita y repleta de extranjeros. Las tradiciones, el criollo como representante de lo argentino por antonomasia, solo puede ser conocido si el sujeto se desplaza en el espacio y deja la capital.
María Gabriela Boldini afirma que:
Los relatos reunidos en la antología De tierra adentro, no están destinados para un público infantil. En ellos, como anticipa su título, adquiere relevancia el espacio de “tierra adentro”, representado desde una dimensión histórica. Desde una perspectiva federal, los textos reconstruyen el extenso territorio decimonónico de la patria: la pampa, la sierra, el litoral. En este recorrido, presentan las problemáticas del hombre campesino y describen las formas de vida rural. La mirada sobre la periferia constituye, entonces, un locus alternativo y descolonizador de enunciación mediante el cual se lee, se diseña la nación, se interpretan las problemáticas sociales desde otra óptica (Boldini, 2020:31).
Entre el pasado y el presente
Cynthia Cordi afirma que “fue Ada María Elflein quien prácticamente inventó la historia argentina en versión para escolares con la forma de pequeñas ficciones biográficas” (Elflein, 2019:11). Ella busca en el pasado los elementos que le permitan construir textos en los que se erige como formadora de identidad nacional. Está segura de que la modernización del campo gracias al ferrocarril y la industrialización, sumado a la educación de la población, serán los ejes que acercarán a la Argentina del pasado, que encuentra fuera de Buenos Aires, a la del presente, que es posible ver en la gran ciudad. Pero no es posible tener presente si no se conoce el pasado, si se olvida a los que, en mayor o menor grado, contribuyeron a forjar la nación cuyo primer centenario se festejó en 1910.
Según María Gabriela Boldini: “Desandar los caminos que otrora realizaron los “padres” de la patria implica refundar simbólicamente una nación, demarcar nuevamente las “sendas” que han surcado la historia de los pueblos. En definitiva, interpelar al presente, recuperar las enseñanzas de la historia.” (2020:34).
Entre la historia y la literatura
Dolores Comas de Guembe (1987:61) afirma que Ada Elflein construye un relato híbrido entre la historia y la literatura. En la obra de Elflein en general, pero particularmente en los relatos de viaje de la autora toma cuerpo la afirmación de Norma Alloatti:
La construcción de diarios, memorias, de relatos de viaje en general, permite a sus autoras mostrarse a sí mismas en las continuas representaciones que hacen de otros y otras, semejantes o diferentes a ellas. Su subjetividad y la elaboración de conocimientos sobre los demás y sobre los lugares que recorren y visitan hacen que sus narraciones tengan mayores libertades que aquellos reatos surgidos de una necesidad profesional o política. En sus narraciones, el ambiente doméstico, las marcas y apreciaciones sobre la vida cotidiana aparecen con frecuencia, dado que, como sugiere
Mary Louise Pratt cuando refiere a Flora Tristán y a Mary Graham, no se debe a que ellas tienen otros intereses o competencias, sino al modo mismo en el que se construyen a sí mismas (Alloatti, 2014:58).
Para concluir, resultan de sumo interés las palabras que Eizaguirre (1919:93) vierte en su artículo sobre la autora, inmediatamente después de su muerte, y que tiene que ver con la recepción de ella en su época, ya que él divide al público receptor en dos grupos: por un lado, el de los eruditos, que ignoró la presencia de la escritora por dos razones: su público infanto-juvenil y el hecho de escribir “por encargo” para el diario La Prensa. Ese grupo, que según el autor tampoco la veía a Elflein en las fiestas de la alta sociedad o las reuniones literarias, prácticamente no prestó atención a su desaparición física. Por otro lado, en cambio, las familias y los niños, lo que él llama el “pueblo”, sintió un gran dolor ante su pérdida, ya que ella fue su formadora moral.
Ada Elflein es capaz de viajar por la Argentina y países limítrofes en sentido literal: visita el sur, el norte y el oeste de la Argentina, sale de los recorridos turísticos y se aventura por otras rutas, que tienen sentido histórico para la viajera. A través de sus viajes reales se erige en un sujeto de enunciación femenino que invita a otras mujeres a seguir su recorrido, tanto el geográfico como el interior, que oscila entre mundos opuestos para sintetizarlos. Ojalá que la investigación académica siga ocupándose de esta autora, con la que es posible dialogar todavía desde diferentes lugares.
Referencias
Alloatti, Norma (2014). “Narradoras de la ventura: viajeras del siglo XIX en la colección Lermon”. En: Revista Electrónica de Fuentes y Archivos. Córdoba: Centro de Estudios Históricos “Prof. Carlos S. A. Segreti”, año 5, número 5, pp. 46-59.
Becerra, Marina (2011). “Imágenes de la maternidad en las ‘escrituras de la intimidad’ femeninas de principios de siglo XX”, s.n.p.
Boldini, María Gabriela (2020). “Puntos de fuga: representaciones femeninas de “tierra adentro” en obras de Victoria Gucovsky y Ada María Elflein”. En: Confabulaciones. Revista de Literatura Argentina, Año 2, N° 4, julio-diciembre 2020; 19-36.
Comas de Guembe, Dolores. “Ada María Elflein: una contribución al estudio de la tradición y de la literatura infanto-juvenil en la Argentina”. En: Revista de Literaturas Modernas, Anejo V, Tomo II. Mendoza, Facultad de Filosofía y Letras, Instituto de Literaturas Modernas; 55-64.
Eizaguirre, José Manuel (1919). "Ada M. Elflein. Algunos datos sobre la vida y la obra de esta escritora argentina". En: El Monitor de la Educación Común. Órgano del Consejo Nacional de Educación. Buenos Aires, 31 de agosto de 1919, año 37, número 560; pp. 93-102.
Elflein, Ada (1911). Geschichten aus Argentinien. Buenos Aires: Tjarks.
Elflein, Ada (2019). Impresiones de viaje. Prólogo y biografía de Cynthia Cordi. Haedo: Los lápices.
Eizaguirre, José Manuel. “Ada M. Elflein. Algunos datos sobre la vida y la obra de esta escritora argentina”. En: El Monitor de la Educación Común, Nº 560, año 37. Buenos Aires, agosto 31 de 1919; 93- 102.
Garnica de Bertona, Claudia. “Ada María Elflein, una viajera de principios del siglo XX”. En: Boletín de Literatura Comparada. Año XXXVII. Mendoza: Universidad Nacional de Cuyo, Facultad de Filosofía y Letras, Centro de Literatura Comparada, 2012; 111-122.
Garnica de Bertona, Claudia (2020), “Dos voces germanas en la construcción discursiva de la Nación argentina: Ada Elflein y Rudolf von Colditz”. Boletín De Literatura Comparada, 1(45), 59-72.
Keiper, Wilhelm. “Argentinien in der deutschen Literatur” (Argentina en la literatura alemana). En: Sonderdruckaus Iberoamerikanisches Archiv (Número especial del Archivo Iberoamericano), XIV/4, 1941. Bonn: Dümmlers Verlag, 1941; 256-299.
Szurmuk, Mónica. “Ada María Elflein: viaje al interior de las identidades”. En: Monographic Review/ Revista Monográfica. Texas: Texas Tech University, 1996; 337-344.
Notas de autor